Capítulo 29.
____
— ¡Me voy a orinar encima! — exclamó Deidara.
Tenía una mano en su abdomen, con la otra agarraba la isla en la cocina para mantenerse en pie. Mis mejillas ardían de la vergüenza, y mi primo a mi lado ni siquiera respiraba bien por la risa.
— ¡No puedo creer que gritaste por la tía! — clamó Naruto.
—Si bueno, en mi defensa acababa de ver a Kakashi e Itachi besarse. Y por si fuera poco, también estaba por tener un trío con esos dos adonis— dije, reposando mi cabeza en mi mano izquierda.
—Definitivamente Dios tiene una lista de favoritos— dijo Deidara, parpadeando varias veces para evitar que las gotas saladas, producto de la risa, salieran de sus ojos.
— ¿Qué se siente cumplir la fantasía de Barbie? — cuestionó Naruto, con una sonrisa.
—Fue un sueño, Naru— reproché.
—Y no estoy interesado en Kakashi— añadió Dei. El cual ante la mirada insistente de Naruto, se encogió de hombros —. No puedo admitirlo cuando su novia está aquí con nosotros— añadió.
— ¿Y eso a ti cuándo te ha detenido? — pregunté, alzando una ceja.
—Eso amiga mía, es una buena pregunta— afirmó mi primo.
—Aún así, sigo sin creer que gritaste "mamá", osea si yo fuera Kakashi me hubiera reído también— declaró Deidara. El rubio se cruzó de brazos, recostándose contra la estufa; se veía bastante sexy.
—Espero que no estés cocinando nada— dije, sonriendo.
Deidara se dio la vuelta rápidamente para asegurarse de que no fuera así. Sería una pena que su rubia melena quedara chamuscada. . . ¿O quizá no?
—No les he contado la mejor parte— confesé —. Mejor dicho, la mejor parte para ustedes— concluí, haciendo que ambos me miraran con los ojos bien abiertos.
— ¿Y había más? — cuestionaron, al unísono.
— ¿Qué diablos estás esperando? ¡Habla mujer! — pidió Naruto, agarrando mi brazo libre y agitándolo.
—Ya, ya— me zafé de su agarre y coloqué el otro codo en la mesa, ahora apoyando mi barbilla sobre mis dedos entrelazados —, ¿Recuerdan de quién les dije que era el cuarto donde estaba ocurriendo todo? — continué.
—Si, bueno— comenzó Naruto, sin embargo se vio interrumpido por Deidara.
—Antes de que me digas, en una escala de uno a Itachi por fin declarando que es bisexual y hay algo entre nosotros, ¿Qué tan preparado debo estar? — cuestionó Dei.
—Bueno, depende de dónde está el rango de: "____ admitiendo que Sasuke estaba en su sueño erótico" — expliqué, observando atenta su reacción.
—Nah, no creo que eso esté en su lis- ¡¿QUÉ?! — Después de soltar tremenda exclamación, Naruto me miró con los ojos como si se le fueran a salir de sus órbitas, y la boca tan abierta que bien podría llegar al suelo.
—Estás jugando conmigo— dijo Barbie, caminando con rapidez a la Isla y agarrando mis antebrazos —, joder tienes que estar jugando conmigo— una vez negué, una sonrisa ladina se formó en sus labios.
—Estaba ahí Dei, él y su. . . cosota— afirmé.
Deidara sonrió aún más y echó la cabeza hacia atrás, soltando una carcajada.
— ¡Golosa! ¡Eso es lo que eres! — exclamó Barbie.
—Mierda prima, tres hombres son tres hombres— añadió Naruto, alzando y bajando las cejas, una sonrisa ladina formándose en sus labios.
—Bueno, por algo tengo tres orificios. Y déjame decirte que los tres los ubicaron perfectamente— declaré, guiñandole un ojo.
—No puedo creer que hasta en sueños tienes una vida sexual más entretenida que la nuestra— comentó mi primo, reposando su cabeza en su mano derecha, mientras me miraba con picardía.
—Habla por ti, rubio heterosexual— dijo Deidara —, ahora tú. Olvídate de los dioses griegos y háblame de lo que sucedió con Sasuke, me muero de ganas por saber lo que te hizo— añadió.
—Pues. . .
—Válgame los 150 demonios que se lo comen al diablo— dijo Deidara, mirándome atentamente. En sus ojos se veía claramente la picardía.
—Creo que hay más de 150 demonios Dei— expresé, sonriendo.
—A lo mejor el diablo es monógama— añadió Naruto.
—No creo que el infierno conozca tal cosa— respondí.
—Creo que tú eres la más indicada para saber eso. Después de tener un sueño erótico con tres hombres: tu novio y un par de hermanos, nada más y nada menos— comentó Dei.
—Lo dice a rubia de sexo dudoso que ha estado en orgías— verbalicé, alzando y bajando las cejas en su dirección.
—Oh, así que ahora estamos sacando los trapitos sucios— respondió Barbie, la sonrisa que ya se encontraba en su rostro se ensanchó aún más —, venga, golpéame con lo que quieras, tengo suficiente material para responderte— agregó.
—Uhm, chicos yo prefiero que le bajemos dos rayas a esas bromas tóxicas y vayamos a criticar gente desde el balcón como las viejas chismosas que somos— sugirió Naruto, alzando ambas manos y mostrando sus palmas en forma de paz.
— ¡Oh zorrito, eso es una gran idea! — exclamó Deidara —. Cuando no estabas aquí, Naruto y yo continuamos con la tradición de criticar a cualquiera que pasara— explicó.
— ¿Menos a los perritos? — cuestioné, para asegurarme de que no rompiera la regla. Los animales no los criticamos, son hermosos.
—Menos a los perritos— aseguró Deidara —, debo confesar que, aunque fue divertido hacerlo con tu primo, ya comenzabas a hacernos falta— se sinceró.
—Yo también los extraño, chicos— expresé, sintiendo ahora una cálida sensación en mi pecho.
Observé el apartamento. Los chicos habían hecho algunas remodelaciones, como ya era tradición para ellos, sin embargo en mi corazón, nada había cambiado. El lugar continuaba sintiéndose como mi hogar.
Ya deseaba volver a vivir aquí.
—Hey, ¿Por qué no me encargo de pedir nuestros preferidos al café que nos encanta? — cuestionó Deidara, agarrando mi celular y desbloqueandolo —, ustedes pueden ir poniéndose al día en el balcón. Naruto enséñale a nuestra perra los nuevos muebles que compré solo para estar más cómodos mientras cumplimos nuestro papel de viejas chismosas. ¡No se pongan a criticar si mi! — pidió.
—Sí claro. Ven ____, Deidara ha querido enseñarte estos muebles desde que los compró— explicó Naruto, levantándose de su asiento.
Hice lo mismo. Mi primo deslizó su brazo sobre mis hombros y caminó junto a mí.
Por el rabillo del ojo vi cómo Deidara miraba a un costado y una sonrisa indescriptible se formaba en su rostro. Luego, miró mi celular y se dispuso, supongo yo, a pedir nuestras bebidas. Mire en la misma dirección que el unos segundos atrás, pero. . .
No había nada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top