Capítulo 22.

____

—Creo que ya tienes todo lo que necesitas— dije, mientras cerraba la maleta de Kakashi, luego de revisar las cosas que él había colocado dentro.

—Gracias por revisar, no quisiera estar ya en las vegas cuando me de cuenta de que me hace falta un cambio de ropa interior— solté una risita al tiempo que colocaba la maleta en el suelo, y la rodaba hasta la mía, que se encontraba junto a la puerta del cuarto.

—Bien, si ya tenemos todo es momento de pedir el taxi— mi pareja asintió. Yo le di un último vistazo al apartamento, no es como que me fuera permanentemente, pero extrañaría lo acogedor que es este lugar. Más si tenemos en cuenta que estaré en medio de casinos y alcohol en las próximas horas.

—Ya estoy llamando querida, ¿podrías cerrar las habitaciones? — cuestionó el peliplata, sacando su cabeza por el marco de la puerta, esta vez fui yo la que asintió.

Media hora más tarde estábamos sentados en los asientos traseros del taxi, nuestras maletas en el baúl, las manos con los dedos entrelazados y mi cabeza reposando en el hombro del Hatake. No había dormido casi nada emocionada por nuestro viaje.

Sería oficialmente nuestro primer gran viaje como pareja, y más si contamos el hecho de que hubo una infidelidad de por medio.

—Si el tránsito continúa así de bien, estoy seguro de que llegaremos pronto al aeropuerto— murmuró Kakashi, su mano apretando un poco más la mía.

—Siempre y cuando estemos dentro de las dos horas reglamentarias antes del viaje, entonces todo está bien. Además, creo que salimos con tiempo suficiete— alcé mi celular, la pantalla se iluminó mostrando un collage que abarcaba distintas fotos. Una con mis padres, otra con Naruto y Deidara seguida de una con Kisame, Shisui e Itachi, finalmente, una con mi pareja, compartiendo un dulce beso en cama.

—Lindo fondo— mi compañero extrajo su móvil de su bolsillo, para mostrarme su bloqueo de pantalla.

Era una de las fotos que me había hecho el día del incidente con los vestidos de novia. Mi cabello suelto, el sol dándome directamente en el rostro, haciendo que mis ojos resalten, mis labios entreabiertos y la cabeza tornada ligeramente hacia la derecha. El fondo verde, con las hojas del parque distorsionadas, le daba un toque irreal a la foto.

Sentí mis mejillas arder, mientras desviaba la mirada. Kakashi soltó una risita, antes de depositar un beso en mi cabeza.

Tenía mucha fé en esta escapada a las vegas, deseaba pasar tiempo de calidad con mi pareja y mis amigos, aquellos que consideraba ya como parte de mi propia familia encontrada. 

Sasuke

—Joder vamos tarde— bramó Itachi, mientras arrastraba su maleta consigo, detrás de él, Deidara llevaba enrollada en su cuello una bufanda con plumas de color rosado lumínico, unos lentes de sol y su cabello suelto.

—Estas serán las mejores vacaciones de mi vida, ya las estoy viendo— Kisame, que se encontraba de pie junto a la puerta con el celular en la mano, alzó la vista aparentemente desconcertado.

—Si estás clara de que son solo dos días, Barbie— Deidara giró rápidamente su cabeza en dirección al antes mencionado, creo que escuché su cuello crujir, y vi algunas vértebras de su columna escaparse de su cuerpo.

CÁLLATE— demandó la rubia, tratando que su voz sonara lo más machote posible.

—Uy Kisame no me vayas a alterar a Barbie, ya es muy difícil mantenerla de buen humor ahora que su alma gemela se encuentra conviviendo con Kakashi— inmediatamente Dei bajó sus gafas y miró a ambos hombres, como si le hubieran contado la noticia más triste del mundo.

—Mi perra— fingió una voz rota, para después sollozar.

— ¡Chicos estamos tardísimo! — Naruto salió de mi habitación saltando en un pie, mientras trataba de colocarse bien el calzado —, ¡no puedo hacer a las vegas esperar por más tiempo! — todos agarraron sus maletas, creo que incluso alcancé a ver la etiqueta en la nueva chaqueta que llevaba el rubio primo de ____.

—Sasuke, ¿Qué te hace falta hermano? — cuestionó Itachi, siendo ya el último en la sala debido a que los demás ya se escuchaban en los pasillos.

—Sakura no me contesta el teléfono. No quiero presionarla, pero es cierto que ya estamos muy tarde— el pelinegro suspiró, negando.

—Es mejor que vengas bajando, si no quieres perder el vuelo— asentí, algo decepcionado con la reacción de mi hermano mayor.

____

—Ya están tardando demasiado— murmuré, mientras acomodaba mi abrigo en el brazo. Nos encontrábamos en las puertas del aeropuerto, ya era algo tarde y todavía no nos habíamos registrado, esperando por los demás.

—Ya no podemos seguir esperando— la mano de mi pareja se colocó en mi hombro, yo asentí, agarré mi maleta y entré junto a él.

El lugar para mi sorpresa estaba lleno, las personas entraban y salían, algunas iban con carritos llenos de maletas, otras llevaban simplemente una mochila, cosa que me sorprendía. Algunas mujeres se encontraban sentadas junto a sus hijos adormecidos, y otras simplemente miraban algo en el teléfono. Creo que incluso alcancé a ver una joven que estaba concentrada en una serie aparentemente de Netflix.

—Por aquí— Kakashi colocó su mano en mi espalda baja y me condujo a nuestro destino. Una larga fila de personas estaba frente a nosotros, suspiré.

—Bueno, esto solo comienza— mi novio soltó una risita, acariciándome, con delicadeza.

Unas horas más tarde, ya me estaba mordiendo las uñas. Solo nos encontrábamos nosotros del grupo, y los demás no atendían al teléfono. ¿A dónde iba a parar esto?

Kakashi llamó por quinta vez a Naruto, unos cuantos tonos después, nos recibió su buzón de voz. El peliplata suspiró, deslizando su brazo por mis hombros, acercándome a él.

—Llegaran a tiempo— murmuró, con voz cansada. Casi puedo afirmar que él tampoco tuvo muchas horas de sueño anoche.

Coloqué mi mano en su mejilla y él cerró los ojos ante mi contacto. Sus labios se estiraron levemente y yo sonreí, antes de darle un beso corto.

— ¡Ya estamos, ya estam- ! — Kisame se detuvo, mientras miraba en nuestra dirección, con los ojos bien abiertos —, la puta madre, a estos ni falta le hacíamos— no pude evitar reír, me levanté del asiento para poder abrazarlo.

—Por poco y no lo logran— Itachi llegaba justo detrás de Kisame, desde que sus orbes negros dieron conmigo, sonrió y se apresuró a abrazarme.

—Los demás se han quedado con Sasuke, Sakura tuvo una crisi de "no tengo nada para llevar" a última hora, y entenderás que mi querido hermano ya le pagó el boleto, no podía desperdiciar el dinero, así que Naruto y Deidara se quedaron para ayudar, nosotros dos hicimos malabares tratando de conseguir un taxi, pero ya estamos— mi rostro se torció en una mueca ante aquella situación.

—Se van a perder el vuelo— murmuré.

—Esto nos muestra que para la próxima, no podemos contar con Sakura, por muy novia de Sasuke que sea— le dí la razón a Kisame, Itachi se quedó en silencio, ¿qué podía decir de la novia de su hermano?

—Aquí mi amor— Kakashi señaló nuestros asientos, yo le sonreí agradecida, cuando me dejó sentarme junto a la ventana.

—Si, si, ya entendimos tórtolos— musitó Kisame, fingiendo estar molesto, detrás de él Itachi soltó una risita —, espero que los gemidos no se escuchen hasta nuestros asientos— Kakshi le tendió algo que no alcancé a ver —, ¿para qué me das estos? — cuestionó.

—Para que no te molesten los gemidos— fue la respuesta de mi pareja, alcé las cejas mientras mis labios se curvaban en un intento de sonrisa.

—No antojen— pidió Itachi, empujando a su compadre lejos de nosotros.

El peliplata tomó asiento a mi lado, una vez acomodado cerró los ojos y agarró mi mano.

—Es por si te dan miedo los despegues— susurró, le observé durante unos segundos, sus largas pestañas, su respiración cada vez más lenta.

—Gracias nuevamente por pagarme el vuelo— murmuré, depositando un beso corto sobre sus labios —, duerme tranquilo, yo me quedaré despierta por si algo pasa— aunque en realidad dudo que sucediera algo malo.

—Tu también estás cansada, vamos a dormir los dos— sonreí dándole un beso esquimal, en cuanto nuestras narices se rozaron una sonrisa iluminó el rostro del Hatake, estoy segura de que es fan de este tipo de besos, aunque no me lo confiese nunca.

—Solo duerme Kakashi— dije, haciendo que recostara su cabeza sobre mi hombro.

No sé en qué momento yo también me quedé dormida, ni siquiera sé cuándo despegamos, solo puedo contar que pude descansar bien con aquella siesta. Al momento de recuperar la consciencia, el peliplata estaba acariciando mi pierna con su mano libre, sus ojos apreciando la vista del cielo nocturno, el viaje era bastante largo, así que tendríamos mucho cielo para ver.

Me removí un poco, dado que me sentía algo acalambrada. La manta se deslizó levemente de mis hombros.

Un segundo, ¿manta?

—La traje en el bolso de mano, así podíamos estar más calentitos y tranquilos— murmuró Kakashi, su mentón sobre mi cabeza, sus manos aún acariciándome.

Definitivamente el lenguaje de amor de Kakashi era el contacto físico.

—Gracias por cuidar tanto de mi, querido— agradecí, girando mi rostro en su dirección, llevé una mano a su pecho, sobre su corazón.

—Late solo por ti— confesó, antes de besar mi frente.

Algo dentro de mí se retorció. ¿Cómo pude ser tan cruel como para serle infiel, si me da incluso más de lo que puedo pedir?

Llevé la mano hasta su mejilla y le obligué a mirarme. Sus ojos, esta vez con aspecto menos cansado, brillaron levemente al verme.

—Te amo— dije, la yema de mis dedos acariciando su suave piel.

—Creo que esas palabras no definen lo que yo siento por ti— sus brazos me rodearon, acercándome más a él —, eres la luz de mis ojos, pequeña ____— no pude evitar sonreír de oreja a oreja.

Estoy segura de que esto es mejor de lo que Sasuke podría ofrecerme, superior, definitivamente.

Unos minutos más tarde, era yo la que observaba por la ventana, no pude evitar sacar mi celular y hacer algunas fotos. Una de mi mano entrelazada con la de Kakashi, algunas diez mil del paisaje en todos los ángulos que me fueron posibles, y luego una que otra selfie.

En las cuales Kakashi hizo acto de presencia, mordiendo mi mejilla, tratando de besarme o agarrándome con fuerza de las mejillas, causando que pareciera un pez.

—Veo que por aquí están extremadamente bien— dejé de ver el móvil para contemplar a Itachi Uchiha, con una manta sobre sus hombros —, joder, el aire aquí es peor, ¿o ya se me congeló el cerebro? — bromeó.

— ¿A dónde se fue esa conversación que tuvimos en la cual me dijiste que tu elemento era el fuego, y si no me cuidaba me ibas a quemar? — cuestioné divertida.

—No creo que fuera en esta historia querida— respondió, mientras me guiñaba el ojo —, en algún universo alternativo estoy seguro de que estamos juntos— no pude evitar soltar una risita.

—Sigue soñando Uchiha, sigue soñando— dijo con diversión mi novio, antes de girarse al asiento frente a nosotros y encender la pantalla.

—Oh, creo que llegó la hora feliz, bueno, me despido, todavía debo encontrar dónde diablos está el baño— se excusó, para después irse caminando. Claramente él sabía dónde se encontraba el baño.

— ¿Qué película te gustaría ver? — volví a mirar la pantalla, la selección de filmes parecía bastante interesante.

— ¿Por qué no las vemos todas? — Mi compañero se acomodó, y yo hice lo mismo. Todavía quedaba mucho vuelo por delante. 

—Maldita sea se me van a salir— maldije, causando que los demás se rieran.

Ya habíamos aterrizado, y a mi se me había ocurrido la maravillosa idea de esperar a llegar al hotel, para poder ir al baño tranquila y sin presiones. Grave error, que ingenua yo.

—Vamos cariño aguanta un poco más— Kakashi acarició mi pierna, yo me removí, siempre que él me tocaba pequeñas corrientes eléctricas atravesaban mi cuerpo, si seguía a ese paso, terminaría con mis pantalones mojados y un aroma a orina en el auto que alquilamos.

—Itachi maneja más rápido maldita sea— rogué, cerrando los ojos con fuerza.

—Creo que en mi maleta hay una botella de agua vacía, cualquier cosa solo te meas ahí— gruñí con fuerza, los chicos volvieron a reír.

—Actualización Naruto, tu prima se está por orinar encima y todavía nos quedan como 45 minutos más para llegar al hotel— al escuchar aquello, pude jurar que el alma se me fue del cuerpo.

— ¡¿CUÁNTO?! — Kisame estalló en carcajadas y yo maldije en diez mil formas distintas, solo me faltó decirle a ese hijo de puta de qué se iba a morir.

—Vaya que boca más sucia— en ese preciso instante vi cómo el Uchiha disminuía la velocidad.

—Boca sucia conocerás cuando me orine en la tuya, o haces que esos 45 minutos se reduzcan a 5, o te juro por tu madre Itachi Uchiha qu- — Kakashi cubrió mi boca, cuando me giré para reprocharle, él simplemente fingió desinterés.

Unos gritos y maldiciones más tarde, estábamos en el hotel. Casi mato al maravilloso hombre que nos recibió con Champán, yo solo veía y pensaba en el baño, el cual encontré gracias a mi hermoso novio y amor de mi vida.

—Espero no tener que pasar por eso nunca más— confesé, mientra salía del cubículo más liviana que una pluma. Observé mi reflejo en el espejo, unos pantalones cómodos y una camiseta negra, el cabello un desastre, pero siempre glamurosa.

—Naruto ha llamado al hotel para avisar que llegaría más tarde de lo esperado, gracias al cielo que conozco al dueño y decidió no cobrarlo, ni a él ni a los otros— llevé una mano a mi pecho aliviada ante las palabras de Itachi —, bien, tenemos las llaves de nuestras habitaciones, ya podemos subir— Kakashi me tendió mi tarjeta, y nos fuimos todos a buscar en dónde nos quedaríamos.

— ¡Adiós orugas! — vociferó una chica, mientras desfilaba con su carrito de golf, yo simplemente la observé, perpleja. Como si ella estuviera dentro de un SSC Tuatara, era solo un puto auto del golf pendeja.

Kakashi a mi lado soltó una risilla, para después tomar mi mano y llevarla a sus labios.

—No le hagas caso, capaz y se choca con las palmeras, se nota que no sabe manejarlo bien— Itachi asintió en respuesta, y luego se escuchó un ruido sordo y maldiciones. Ni siquiera me molesté en mirar el carrito descompuesto cuando le cruzamos por el lado. Pero eso sí, me reí con ganas una vez estuvimos más alejados. 

Sasuke

—Me cago en ti y tus antepasados Sakura y no te lo mando a decir con nadie— bramó furioso Deidara, mientras se bajaba del auto que nos había traído al hotel, después de tan largo viaje.

—Ya cálmate Deidara— respondí, en lugar de mi novia.

—Es que no me voy a calmar maldita sea, perdí mi vuelo, se me arruinaron las plumas de la bufanda por estar ayudándole, encima de todo, por si no fuera poco, me he perdido de la diversión, Itachi no pudo pasar a buscarnos y casi se me quedo en la calle— llevé una mano a mi nuca, suspirando.

—La próxima vez me voy con ____ — murmuró Naruto.

—Dilo en voz alta, que ya somos dos— Sakura a mi lado parecía agobiada, y no la culpo, aquellos dos llevaban así desde que nos enteramos que perdimos el vuelo.

—Bienvenidos a- — Deidara alzó la mano, ante la persona que nos recibió.

—Muchas gracias pero necesito ir a mi habitación de inmediato, ni siquiera podré beberme una margarita porque estoy demasiado cansado para eso. Y para colmo todos los demás están dormidos, esto no puede estar peor— con mucha dignidad, la rubia se acomodó la bufanda y caminó hasta la zona destinada para registrarnos.

Unos minutos y algunas advertencias de puntualidad y responsabilidad más tarde, nos encontrábamos de camino a nuestra morada, podía sentir mi cuerpo exhausto por todo el ajetreo, pero estoy seguro de que valdría la pena, ya luego podríamos ver a los otros después del desayuno, y elegir lo que haríamos en el día.

Por ahora, la prioridad era dormir. 

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