Capítulo 2.

____ 

Durante el viaje en el coche, me sorprendí bastante, descubriendo el efecto tan potente que tenían un par de audífonos y buena música. Me atrajeron hasta un mundo, donde solo escuchaba los tonos relajantes, y me invitaban a imaginar uno y mil escenarios, los cuales podrían servirme de inspiración, para mi próximo dibujo. 

De vez en cuando le dedicaba una mirada a la pelirosa, que siempre parecía estar riendo por un chiste del Uchiha. Como si este fuera un comediante, que le impedía borrar la sonrisa de su rostro. 

En determinado momento, cerré los ojos y una explosión de colores y formas se apoderó de mi pensamiento. Obras abstractas, retratos. . . Por eso mi imaginación era mi mejor aliada. 

Quizá tendría tiempo, después de instalarme en el piso, para poder pintar aunque fuera solo los delicados pétalos de una rosa roja. 

Unas uñas se clavaron con fuerza en mi rodilla, causando que abra los ojos de golpe y me enderezara. Uno de los audífonos se deslizó fuera de mi oreja, abandonando su posición inicial, para adornar mi cuello. La chica de ojos verdes me dedicaba una sonrisa venenosa. 

─No reaccionabas─ fue su excusa. Yo simplemente suspiré levemente, antes de retirarme el otro auricular. ─No te vayas a enojar, ya casi llegamos─ las gotas de agua, adornaban la ventanilla del auto. 

La ciudad bañada en los tonos de un hermoso atardecer, arrancaron de mi ser, un pequeño gemido. La lluvia caía con intensidad, me hubiera maravillado, poder bajarme de este vehículo, y dejar que me empapara. 

Podía parecer una chica ruda, engreida y todo lo que el mundo quisiera decir acerca de mi. . . Al igual que de mi personalidad. Pero la pequeña niña en mi interior, podía mostrarte un mundo completamente diferente, al que todos te prometen. Un mundo que solo conocemos ella y yo. 

Nuestro cosmos, alejado de toda maldad, donde los paisajes hermosos arrancan sonrisas, donde los secretos íntimos nunca salen a la luz, donde simplemente puedes ser tú mismo, sin barreras. 

─Hemos llegado─ el carro se detuvo en su respectivo lugar para aparcar. Una cabellera rubia venía corriendo en nuestra dirección. 

Oh, mi pobre cabeza hueca. 

─ ¡Dolor de culo! ─ exclamó, mientras abría la puerta y las gotas que se encontraban en las puntas de su cabello, me mojaban la cara y el pantalón. 

─ ¡Cabeza de chorlito! ─ Naruto hizo una mueca, mientras me ayudaba a salir del carro, y luego estrechaba mi cuerpo entre sus brazos. . . Un abrazo correspondido. 

─Vamos a darnos prisa, la lluvia no parece querer concluir, y tu prima tiene mucho equipaje─ el pelinegro abrazaba por la cintura a su pareja, sosteniendo un paraguas, para evitar que ella quedara empapada. 

─ ¿Bromeas? ─ la voz de otro chico captó mi atención. Era un azabache, que llevaba una camiseta negra y unos jeans ajustados. El cabello le caía en una coleta, a su costado. ─Naruto ha estado saltando como un niño, rogando porqué ya trajeras a su prima, para poder tomar los dos un buen baño bajo la lluvia─ Sasuke arqueó una ceja, en dirección al recién llegado. 

─ ¿Y tú? ─ cuestionó. 

─Pues he venido a unirme a ellos. Hace tiempo que no disfruto de un buen baño bajo la lluvia─ los ojos del joven se posaron en mi, recorriéndome al completo, como si buscaran desnudar mi alma. ─Buenas, soy Itachi Uchiha, hermano mayor de Sasuke. . . Espero que no te moleste que me una a ustedes─ negué, y acepté su mano, en cuanto me la tendió. 

─Soy ____ y no, no me molesta. A decir verdad, mientras más seamos, mejor─ le dediqué una de mis mejores sonrisas, antes de tirar de su mano, y hacer que se acerque más a dónde estábamos mi primo y yo. 

─Van a pescar un resfriado─ gruñó la pareja de Sasuke, entre dientes, como si buscara regañarnos. 

─ ¿Te molestaras en cuidarnos? ─ otro chico se nos unía. ─Yo estoy seguro de que no. Ahora Sakura, Sasuke, pueden subir y quedarse solos un rato. Deidara ha salido y nosotros nos quedaremos aquí, hasta que ya no podamos más─.

Sin agregar palabra alguna, Sasuke prácticamente arrastró a su chica, la cual según nuestro nuevo compañero, se llamaba Sakura, y se perdieron tras las puertas del edificio. 

Naruto, Itachi y Kisame, este último el cual se presentó segundos después de la partida de la parejita, me hicieron reir hasta la saciedad, mientras accedimos a que la lluvia nos empapaba incluso las zonas que no eran bañadas por el sol. Ya recordaba el motivo por el cual, amaba visitar a mi primo, cuando estábamos más pequeños. 

─Creo que deberíamos entrar, alguien ya se está poniendo colorada─ Kisame señaló en mi dirección. 

─ ¿Bromeas? ─ pregunté, mientras me recostaba más del carro de Sasuke. ─No he reido así en muchos años─ definitivamente, si tenía las mejillas ardiendo, era por el buen momento que acababa de pasar, junto a ellos. 

─Oh, concuerdo con ella─ Itachi se acercó hasta el baúl del vehículo, y con una llave que extrajo de su bolsillo, lo abrió. ─Saquemos todo rápido, ya saben como es Sasuke con el auto─ y obedecimos. 

Incluso en el ascensor, todos empapados y apretados entre cajas y maletas, no pudimos evitar hacer algún que otro chiste. 

─La señora de la limpieza nos matará, estoy seguro de eso─ Naruto abrió la puerta del piso, y solo hasta entonces caí en cuenta de algo. . . 

Itachi y Kisame. . . Ambos habían salido del edificio, lo que posiblemente significaba que ellos dos. . . 

─Naruto, ¡le mentiste a mi madre! ─ exclamé, causando que el Uzumaki volteara en mi dirección, con una cara de pena. 

─No se lo vayas a mencionar, todavía quiero ir a las Vegas a final de año─ reí levemente ante su comentario. ─ ¿Sabes lo mucho que he ahorrado para ello? ─ suspiré y le miré con cariño. 

Bueno, no estaría tan sola, a decir verdad. 

─Bueno, al menos no soy la única mujer que vive aquí─ inmediatamente los tres caballeros asintieron en mi dirección, causando en mí cierto nerviosismo. 

─Eres la única, pero tranquila, te adaptarás rápido y nosotros te protegeremos─ mi vista viajó hasta una de las cuatro habitaciones, que permanecía con la puerta cerrada. 

─ ¿Y qué hay de. . . ?

─ ¿Sakura? ─ Itachi se molestó en abrir la puerta de la que sería mi habitación, aparentemente. ─Solo viene aquí a buscar la atención de mi hermano, en ciertas partes de su cuerpo─ mordí mi labio levemente, conteniendo una risa. 

Vaya, que poco discretos eran. 

─ ¿Cuántos de ustedes viven aquí? ─ cuestioné, al ver que en la habitación solo había una cama. 

─Con Sasuke, somos seis─ mis ojos se abrieron de par en par. 

¿Siete de nosotros, para solo cuatro habitaciones?.

Al parecer la sorpresa en mi rostro era muy obvia, debido a que los chicos rieron, sin apartar los ojos de mí. 

─Tranquila, nos hemos dividido bien, para que puedas tener tu espacio y estar tranquila─ sonreí levemente, dejando las maletas a un lado. 

─No tenían que hacer eso, bien puedo compartir habitación con alguno de ustedes─ inmediatamente, cual les hubieran dicho la peor cosa del mundo, negaron. 

─Somos un poco. . . Bueno, somos demasiado desorganizados y no queremos molestarte. Aquí estarás bien─ agradecí con un asentimiento. 

─Bueno,voy a calentar la carne que traje, tu por mientras, puedes utilizar el baño, para que te pongas cómoda─ y dicho esto, por mi cabeza hueca, todos los chicos abandonaron el cuarto. 

Miré a mi alrededor, con una sonrisa. Me encantará vivir aquí, con estos locos.

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