Capítulo 18.
____
— ¡MALDITA SEA LA MADRE QUE TE PARIÓ PÁJARA DEL DEMONIO! — me retorcí abrazando mi vientre mientras me quedaba sin aire, ante los gritos de mi primo.
— ¡PERO ZORRA DE MIERDA TE DIJE QUE ESTABA CALIENTE! — mis vista se tornó borrosa, ya ni siquiera estaba segura de estar respirando.
Digamos que Deidara y Naruto se habían acercado un poco los últimos días, estando yo deprimida buscaban la forma de distraerme, gracias a esto, se habían ganado la confianza del otro.
Tanto que Barbie había logrado convencer a Naruto de depilarlo. Solo le había colocado un poco de la cera en la pierna y ya mi primo estaba maldiciendo a las madres que no le correspondía.
Llevé una mano a mi boca, tratando de disimular un poco mi risa de loca desquiciada, sin embargo eso no fue suficiente. Naruto observaba la piel enrojecida, y Deidara ya estaba preparando otro poco de cera para continuar el proceso.
— ¿Y es de verdad que los dos hacen esto? — cuestionó el Uzumaki, buscando mi mano para que le brindara apoyo en esta travesía.
— ¡Pues claro que sí! Bueno, yo quiero probar la depilación por láser. ¿Lista gallina? — sostuve la mano de Naruto entre las mías, con una sonrisa.
—Amada prima, si pongo un huevo por favor cuídalo por mí, esta mamá gallina no sobrevivirá a la otra pierna— mordí mi labio inferior, maldiciendo por lo bajo —. ¡Tienes que prometermelo hija de perra! — exclamó y yo asentí repetidas veces.
—Tranquila mamá gallina, la tía zorra te cuidará los pollitos— prometí, besando su frente.
Y los gritos siguieron. Para cuando Dei se propuso depilar la otra pierna de Naruto, el Uzumaki estaba al borde de las lágrimas.
— ¿Qué es todo este ruido? — Kisame abrió la puerta de mi habitación, encontrándose con la escena —, oh— sonreí.
— ¿Te unes Kisame? Es completamente gratis. Te haré las piernas si quieres— concluí, guiñandole un ojo.
— ¿Me depilas el culo? — cuestionó Itachi a sus espaldas —, el otro día me corté con la rasuradora— parpadeé varias veces, sin poder creerlo.
—Itachi no por favor, tú eres el Dios griego, hombre sexy, protagonista de mis pensamientos prohibidos, no te pases al lado de los payasos— rogué.
—Itachi no sabes lo que estás pidiendo, puedo sentir el fuego crepitante de esa mierda en todo mi cuerpo— Deidara le soltó un derechazo a mi primo, por un momento me pregunté si Naruto no le tiraría la cera en el cabello.
—Solo te he depilado las piernas gallina— sonreí, ante la buena amistad que comenzaban a llevar esos dos.
Diez minutos más tarde, Itachi había decidido que era una maravillosa idea el aprender cómo usar la cera depiladora. Y claro, yo me había ofrecido como tributo para la prueba.
He de decir que terminé con las piernas totalmente ardiendo y mal depiladas, pero feliz por la manera tan suave en la cual el Uchiha me había tratado. Aunque eso no evitó que me escapara en la primera oportunidad que tuve.
De pie en el balcón, pensé en mi familia. Les había entregado la mitad de mis ahorros, para poder ayudarlos. Y luego Naruto me ayudó a conseguir entrevistas de trabajo, en distintos lugares.
— ¿Cómo te sientes? — me giré, para poder ver a mi rubio cabeza hueca —. Hoy has vuelto a reír después de tantos días. Me ha hecho ilusión— su mano se deslizó sobre la mía, mientras se recostaba de espalda al barandal.
—Gracias Naruto— dije, apreciando la vista —. He. . . podido digerir un poco mi traición. No creo poder ver a ninguno de los dos por un tiempo, a Kakashi por lo que le hice, y a Sasuke. . . porque entre nosotros todo está prohibido— los dedos de Naruto apretaron los míos. Mi primo estaba aquí junto a mí, y me daría todo el apoyo posible —, me hace odiarlo. El saber que mis entrañas tiemblan por él, aún cuando no me pertenece— recosté mi cabeza sobre mi mano libre.
—Entonces, ¿Qué harás? — cuestionó, sus orbes azules me observaron fijamente —, tú no eres una cobarde— suspiré.
—Ya no se lo que soy Naruto, he sido infiel a Kakashi en dos ocasiones, con un hombre que no le llega ni a los talones. Mi Hatake no se merece eso. . . — Naruto alzó la vista al cielo —, quizá nunca debí haberme dejado convencer por mamá para venir aquí— inmediatamente escuché un quejido.
—NO vuelvas a decir eso otra vez en tu maldita vida— me quedé de piedra al escuchar aquella voz.
— ¿Dei? ¿Qué haces aquí? — cuestioné.
El rubio se acercó a mi costado libre, estableciéndose ahí.
—Me preguntaba por qué estabas tan deprimida, pero ya veo que no son temas que quieras tratar— recosté mi cabeza sobre el hombro de la rubia, sonriendo levemente al sentir su mejilla reposar sobre mi cabello —. ¿Ya te volviste loca? No te quiero escuchar nuevamente diciendo que no debiste venir aquí. Ahora tu castigo será contarme lo que sea que te tiene así— suspiré.
—Sasuke y yo. . . — las palabras parecían no querer salir, así que no las forcé.
— ¿Qué ha pasado esta vez con el cabello culo de pato y tú, princesa? — cerré los ojos, tratando de no recordar nada, fallando terriblemente en el intento.
—Han vuelto a dejarse llevar— respondió con sencillez Naruto —, un poco más esta vez— añadió.
—Se siente como si hubiera cometido un pecado terrible— murmuré —, el peso en la conciencia me matará— Deidara soltó una risita.
— ¿Llegó a penetrar? — negué, la rubia se encogió de hombros —, ¿entonces por qué lloriqueas niña? La ciencia dice que un beso no es infidelidad— Naruto levantó mi brazo, haciendo que este rodeara su cuello en una especie de abrazo, su cuerpo quedó contra el mío.
—Es que no fue un simple beso—sentí los ojos de mis compañeros penetrar mi alma —, ¿te he dicho que Sasuke tiene una pelvis decente? — cuestioné, tratando de sonar juguetona.
— ¿Y qué le hiciste? ¿Le jalaste el ganso? — reí por el término, sin embargo negué.
—Solo fueron besos y toques temerosos, los dos sabíamos que no podíamos ir más allá— llevé mi mano libre a mi pecho —, no puedo perdonarme el hecho de que fuera con él— murmuré.
—Solo fueron besos, estoy seguro de que Kakashi lo entenderá— deposité un beso en la frente de mi primo.
—Ojalá las cosas fueran así de fácil Naruto. Sasuke ama a Sakura, la tiene a ella, y yo tengo a Kakashi, todo lo relacionado con Sasuke está mal, terriblemente mal— confesé.
—Sasuke cree amar a Sakura. Pero todos sus actos demuestran que hay algo en ti que le atrae, y él odia sentirse de esa manera, teniendo a su fresita— comentó Dei.
—Se supone que yo tengo a Kakashi. . . — una ráfaga de viento desprendió varios mechones de cabello de mi moño mal hecho. El pelo me hizo cosquillas en la nariz.
—Deja de tratar de convencerte de eso, quizá nunca sentiste algo por él— el peso de las palabras de Naruto resultó ser como plomo para mi corazón.
—Necesito que me digas cómo te sentiste cuándo ocurrió lo de tu amorío— Deidara me hizo sentar en el suelo, aunque ambos rubios estuvieran frente a mi, yo solo podía ver más allá del barandal como el sol comenzaba a ocultarse.
Sus últimos rayos bañaban mi rostro.
—La cama se sentía helada— susurré —, yo. . . me quedé dormida sobre el pecho de Sasuke, cuando desperté, estaba sola y perdida— sonreí —. Que ironía, yo dejandome vener por este estúpido sentimiento— Barbie sostuvo mi mano con fuerza.
—Jamás invalides tus emociones, o las llames estúpidas. Mejor reconocelas y permítete sentir— observé sus orbes, en su rostro una leve sonrisa.
—Gracias a los dos. Son mis perras favoritas— abracé la cabeza de ambos, con algo de fuerza.
—Ya comienzo a entender el por qué Sasuke empieza a gustar de ti, no me molestaría vivir con estas vistas— un golpe se escuchó, estoy segura de que Naruto había sido el causante, y el gemido de Deidara solo me lo confirmó —. ¡QUÉ MALDITA PERRA SALVAJE NARUTO, NO TIENES QUE AZOTARME! — exclamó
— ¡PUES NO HABLES ASÍ DE SUS PECHOS! — respondió mi primo —. Respétala idiota, no seas bestia— sonreí.
—Ya basta los dos, es hora de entrar— me levanté, una vez la noche había caído, dando paso a las hermosas estrellas —, no se vayan a pelear— ambos asintieron, y satisfecha me marché a mi habitación.
Para el desánimo no había nada mejor que bailar, me dijeron una vez.
Así que cuando me di cuenta de que no sería capaz de dormir, me levanté y agarré mi celular junto a mis audífonos, salí de mi habitación y caminé a la sala. La primera canción ni siquiera la disfrute, debido al miedo de ser descubierta. Para la segunda ya tenía un poco más de confianza, y en cuanto sonó la tercera, estaba completamente cómoda.
Controlé la fuerza de mis pisadas mientras giraba y giraba. Mi respiración se había agitado un poco, mientras movía las caderas al ritmo de la música. Poco a poco sus letras me fueron chocando.
Describían a la perfección todo lo que estaba sintiendo, todo lo que estaba sucediendo en ese momento. Así que bailé, bailé para expresar lo que las palabras no alcanzaban a comunicar.
Sasuke.
—Estás jodido— murmuró Naruto a mis espaldas, mientras yo observaba desde la oscuridad del pasillo a su prima deleitarse con la música de su celular —, mírate, coladito por ella— me apresuré a negar.
—Estoy con Sakura Naruto. Solo me preguntaba qué eran esos ruidos fuera— observé al rubio en mi cama, con su consola en mano, la mía a su lado. El Uzumaki y yo nos habíamos quedado hasta tarde tratando de competir en el Mario Kart.
—Físicamente estás con Sakura. Mental y emocionalmente, estás acompañando a mi prima en cada paso que da, en cada respiración— dijo, mientras señalaba en dirección a donde se suponía, estaba la chica.
—Deja de ser tan pesado. Somos extraños tras esa noche— murmuré.
—Dime algo, Sasuke— no me moleste en verlo —. ¿La volverías a besar si se te presentara la oportunidad? ¿O seguirás siendo un cobarde? — apreté los puños.
—Escucha, pedazo de mierda— bramé, furioso.
—Te dolió dejarla aquella madrugada— el solo recuerdo me hizo torcer la boca.
—Deja de ser tan hijo de puta— gruñí.
—Entonces conviértete en un maldito hombre y termina con Sakura, ¿quieres a mi prima? No la hagas pasar por estas cosas, es lo menos que necesita— dejé de escucharlo cuando ____ se detuvo y alzó la vista en mi dirección.
Contuve la respiración, deseando que las sombras fueran suficientes para cubrirme.
—. . . quiero que sea la misma engreída de antes— murmuré, mientras ella se disponía a bailar nuevamente —, es por eso que seguiré nuestra promesa hasta el final. Solo somos dos extraños— la observé girar, mover las caderas, la cabeza.
Observé la fina capa de sudor que comenzaba a bañarle, aún en la frescura de la noche. Escuché su respiración, y simplemente observé.
—Ustedes los dos necesitan charlar con un tarapeuta, para que entiendan que es válido lo que sienten por el otro— entré a mi habitación, cerrando la puerta tras de mí.
—No es válido ser infiel Naruto, ni siquiera si ha sido solo para comprobar los deseos de un estúpido corazón— mi mejor amigo me miró duante unos largos segundos, sin decir absolutamente nada.
—No estoy diciendo que lo que hicieron está bien porque, seamos honestos, no lo está— sus ojos azules se movieron a la consola —, lo que no está bien aquí, es que se hieran el uno al otro tratando de hacer como si nada pasó— me acerqué a la cama, agarrando mi consola e ignorando su comentario.
— ¿Te apetece intentar ganarme otra vez? — Naruto suspiró.
—No lo hagas más difícil, Teme— fueron sus únicas palabras.
Otro capítulo porque ahora me enganché con este fanfic.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top