Capítulo 16.

Sasuke. 

El pasto crujió cuando todos nos adentramos en él. Habíamos terminado en un parque alejado de la tienda de vestidos, a petición de Naruto.

Para sorpresa de todos, Deidara si había traído una peluca. La prima de Naruto se encargó de hacerle saber que no necesitaba de una cuando, según ella, tenía un pelo digno de salir en un comercial de productos para el cabello.

—Por favor tengan cuidado, no vayan a pisar la falda— ____ caminaba a mi lado, sus pequeñas manos llenas de tela blanca, estaba verdaderamente nerviosa. En el tiempo que llevaba conociéndola, nunca la había visto así.

— ¿Por qué no te relajas? — cuestionó Deidara, girándose para verla —. Estamos lejos de la tienda, puedes estar tranquila— y dicho esto, se agarró del brazo de Naruto —. Me siento una verdadera novia, gracias estrella de la juventud eterna— enarqué una ceja ante su expresión.

—Estas cosas se hacen una vez en la vida, necesito que me saquen fotos con este hermoso vestido— Naruto colocó su mano libre en su cadera, posando.

—Esto es el colmo, ¿ustedes le sacan lo mejor a todo? — ____ se detuvo un momento, respirando profundo —. Se supone que esto debería de hacerles enojar— ambos rubios compartieron una mirada, antes de sonreír.

—Estas cosas nunca nos harían enojar, me parece que deberán esforzarte un poco más— a lo lejos se escuchó un silbido.

— ¡Cásate conmigo rubia! — exclamó un chico de piel morena, mientras pedaleaba en su bicicleta.

— ¡Cuando quieras papi! — respondió Deidara, con una voz masculina forzada.

El chico quedó tan impactado, que ni siquiera se dio cuenta de que se aproximaba a un bote de la basura, causando un estruendo y que su cuerpo quedara en el suelo.

—Espero que la bicicleta no sea su único medio de transporte— gruñó Barbie.

— ¿Y a qué viene eso? — cuestioné.

—Pues quiero que me lleven en autos de lujos, a fiestas extravagantes y exclusivas, quiero que me mantengan— Naruto inmediatamente se apartó de él.

—Mira buena pájara, ve volando a otro nido, porque no tengo ni en qué caerme muerto— mordí mi labio inferior, conteniendo la leve sonrisa que buscaba formarse en mi rostro.

____

Más tarde, estábamos los cuatro sentados en el césped sobre el incómodo césped, según Sasuke.

—Claro, a ustedes los vestidos les están ayudando, yo siento esas pequeñas puntas tratando de perforarme el culo— no pude evitar sonreír.

—Pues es el puto Karma Sasuke, tu me hiciste una cirugía de reducción al 1% de mi trasero, ahora al tuyo le hacen acupuntura de manera natural— el pelinegro se giró a verme, como si deseara matarme.

—La tensión sexual de ustedes me está matando, ya follen por favor— parpadeé varias veces ante las palabras de Deidara, el cual miraba sus uñas desinteresado —. Oye Naruto, ¿Cuánto apuestas a que Sasuke caerá primero? — llevé una mano a mi frente, negando.

—La cosa es que él ya cayó, solo que no lo admitirá— respondió mi rubio primo, el cual tenía la cabeza en el regazo de Barbie, y deslizaba su dedo por la pantalla del celular, aburrido.

—Tu prima no me gusta, además, yo tengo a mi hermosa Sakura— algo dentro de mí se retorció ante aquellas palabras.

No le di importancia. Simplemente empujé la sensación a lo más profundo de mi ser, y la abandoné.

— ¡Un fotógrafo! — Barbie se levantó de su posición, haciendo que la cabeza de Naruto chocara contra el pasto. No me molesté en acallar mi risa —, ¡hola papito! ¿les haces unas fotografías a los novios de allá? — cuestionó, señalando en nuestra dirección.

De repente ya no tenía tantas ganas de reír. Sasuke se levantó de un salto, como si hubiera escuchado la voz de satán.

— ¡¿Qué dijo qué?! — cuestionó, casi en un grito.

—Oh por la puta madre— dijo Naruto, llevando una mano a su boca—, esta mierda está por ponerse buena— alcé la vista al hermoso cielo.

Apiádate de nosotros, pensé. 

Maldita sea la perra de Deidara y su maravilloso poder para manipular a las personas a su antojo.

Las manos me temblaron mientras observaba a la chica que se encontraba junto a mí. Resulta que el fotógrafo había venido para realizarle una sección a una pareja que, al parecer, se estaba por casar pronto.

La chica parecía un animalillo asustado en aquel largo vestido blanco, y observaba con nerviosismo a todas las personas a su alrededor, cuando Deidara apareció pidiéndole que compartiera sección con nosotros, me pareció ver como sus hombros se relajaban y ella por fin podía respirar.

—No quiero casarme— soltó, mientras le ayudaba a retocar su maquillaje —. Al menos no con él, pero no me queda de otra— ella miró sus manos. Su hermoso cabello castaño recogido en una corona, adornado con pinzas y accesorios que podrían costar una fortuna.

—Pues ese pelinegro no es mi prometido para nada, ni siquiera nos llevamos— aclaré, señalando con el pulgar a Sasuke, el cual estaba ayudando al fotógrafo a terminar de captar las hermosas figuras de Naruto y Deidara, con sus vestidos de novia.

— ¿Qué? ¿Entonces por qué llevas el vestido? — suspiré, colocando un mechón de cabello tras mi oreja.

—Es una larga historia— inicié —, aquellos rubios causaron que mi supuesto novio y yo discutieramos, por algo sin importancia. Como venganza, el azabache y yo quedamos de llevarlos a que se colocaran vestidos de novia. . . nada salió como teníamos planeado— su rostro se iluminó, con una sonrisa.

—Y ahora estás aquí obligada a hacerte las fotos— asentí, ella ladeó la cabeza—, ¿no hubiera resultado mejor teñirles el pelo de rosa? — solté una carcajada, llevando una mano a mi vientre.

—No, para nada. Se hubieran pavoneado con sus nuevos looks, nadie del grupo los hubiera podido aguantar— dos toquecitos sonaron en la ventana del auto en el cual nos encontrábamos, bajé la ventanilla, era Sasuke.

—Cielo, nos esperan para que nos hagamos las fotos, a ti también— suspiré.

—Oh, no tienes que fingir frente a mí, ella ya me dijo la verdad— Sasuke pareció aliviado.

—Oh gracias a los santos— dicho esto, me miró—, mueve el maldito trasero fuera del auto. Ahora tenemos que hacernos las fotos esas, y no me lleves la contraria, Rasputín, que no estoy de humor— me enderecé, sorprendida.

— ¡¿Pero qué te pasa Rosa Melano?! — a mi lado, la novia estalló en carcajadas.

Tanto el Uchiha como yo salimos de nuestra pequeña burbuja, para observarla.

— ¿Y me dices que no se llevan? ¡Parecen marido y mujer! — exclamó.

— ¿Ves amiga? La tensión sexual que se traen estos dos me tiene frustrada— Deidara se recostaba contra la puerta del auto —, amo verla con su novio, pero sinceramente estos dos necesitan follarse hasta quedarse roncos, y luego un montón de tequila para olvidar que tocaron el cielo juntos— Sasuke gruñó con fuerza. Yo le gruñí a él.

—Estarán cagadisimos cuando se den cuenta de que se gustan, y simplemente se ahogarán las palabras en alcohol— enarqué una ceja.

—Yo no siento nada por Sasuke— dije, sujetando al pelinegro del cuello, antes de plantarle un beso en los labios.

Por un momento se hizo el silencio. Parecía que tanto Naruto como Deidara y la nuestra compañera, se habían quedado sin habla.

Sonreí orgullosa de haberlos dejado sin habla, cuando de repente sentí la lengua del pelinegro invadir mi boca, ahogué un grito que pasó por gemido, mientras sentía una de sus manos ceñirse en mi cuello, acercándome más a él.

— ¡LA PUTA MADRE NARUTO FOTOGRAFÍA ESO! — exclamó Barbie —. ¡Eso es Sasuke! ¡métele la lengua hasta la garganta! — apreté las piernas, definitivamente algo no estaba del todo bien ahí abajo.

—Nunca pensé que viera el momento en el cual Sasuke se haría hombre de verdad— no sé qué diablos estaba haciendo mi primo, lo único que estaba en mi mente era lo agresivo que estaba siendo Sasuke en ese beso, y las sensaciones aterradoras que estaba despertando en mi interior.

Después de unos segundos, Sasuke se apartó bruscamente. Yo jadeé, todavía intentando recuperarme de este disparate que había cometido. Esto no podía ser posible, se supone que él me apartaría.

Además él tiene novia y yo. . .

Oh joder.

—Nadie dirá nada de esto. Haremos como que nunca pasó— sentenció con una voz terriblemente grave.

Todos asentimos.

Justo cuando iba a salir del auto, una mano se ciñó en mi muñeca, deteniéndome. Me giré para poder ver a la castaña.

—Ayúdame— murmuró, al borde de las lágrimas.

Caminé hasta el grupo de personas que nos esperaban. Iba sola.

— ¿Dónde está Kyoko? — cuestionó el aparente novio de la chica—, se me está haciendo tarde, tengo una junta en una hora con cuarenta minutos— enarqué una ceja. Ahora era aún más clara la razón por la cual ella no quería contraer matrimonio con este monstruo.

—Ha ido por ahí— dije, sin tomarle mucha importancia al asunto—, si me disculpan, me gustaría hacerme las fotografías con mi prometido un poco más alejados de este lugar, no quiero molestar el entorno de la pareja— afirmé, posando una mano en el hombro de Sasuke.

Y luego unas voces.

— ¡Ahí están, son los ladrones de vestidos! — casi se me escapó el alma, las manos de Sasuke estuvieron en mis caderas rápidamente levantándome, para luego echar a correr, conmigo en brazos

Tanto Naruto como Deidara se echaron a correr, y para hacer las cosas más cómicas, los dos rubios habían arrastrado al pobre fotógrafo.

—Hey, esto si me hace sentir como una verdadera novia. ¡Más rápido, esclavo! — exclamé.

—No seas bestia, pesas un montón— fruncí el ceño, mordiéndole levemente la oreja, como protesta—, ¡¿estás loca?! — gritó, y yo me eché a reír.

—Siempre es un placer molestarte, Uchiha— el automóvil de Sasuke entró en nuestro campo de visión. En él se encontraba Kyoko, la cual se alarmó al vernos correr en su dirección.

— ¿Qué está pasando? — cuestionó, al tiempo que Sasuke me dejaba en el asiento de copiloto, y prácticamente de un salto se colocaba en el suyo. Le siguieron Naruto con el fotógrafo y luego Deidara.

Ya habíamos arrancado cuando los guardias habían llegado a nuestra posición.

— ¡Este es el mejor día de mi vida! — exclamó la castaña, alzando ambas manos al cielo, mientras el viento le revolvía el cabello, dada la velocidad a la que íbamos.

— ¿Ven? — jadeó Deidara —, esta mujer si que se sabe divertir— no pude evitar soltar una pequeña risita.

— ¡Detengan este auto ahora! Tengo unas fotos que hacer— reprochó el fotógrafo.

—Ay vamos papito, relájate. Haznos fotos escapando de la policía— Sasuke y yo compartimos una mirada, casi pude ver un destello de complicidad en sus orbes negros como la noche oscura. 

Suspiré recordando todo lo que seguía después. Al final habíamos sido atrapados por la policía justo en la puerta de nuestro departamento, luego de que nos hiciéramos algunas fotos, todos juntos en el auto, cuatro novias, un conductor y el propio fotógrafo. 

Gracias al cielo Itachi intervino en nuestro favor para que no termináramos en la cárcel por robar tres piezas valiosas de la tienda, sin embargo nos penalizaron teniendo que pagar una exuberante cantidad de dinero, la cual gracias al cielo fue cubierta por Sasuke, porque yo no tenía nada de dinero, y los otros dos rubios inútiles menos. 

—Te juro que los haré pagar— murmuró el Uchiha a mi lado, mientras ambos disfrutábamos del viento que daba paso al anochecer. 

Kyoko y los muchachos habían salido a quién sabe dónde, y me habían dejado sola en el apartamento junto al menor de los hermanos. No pude evitar recordar el fugaz beso que compartimos. Mis mejillas ardieron. 

— ¿Qué, estás pensando en el beso? —  cuestionó, con una sonrísa burlona —, ¿sabes? pensé que besabas mejor, Sakura te lleva la delantera—  dijo, dándose la vuelta y caminando en dirección a su habitación. 

—  ¿Ah si? No era yo la que se emocionó tanto que decidió convertir ese piquito en un beso francés—  reproché, caminando a mi habitación. 

Iba a abrir la puerta cuando sentí la presencia del Uchiha a mis espaldas. 

—No me emocioné, en ese momento ambos teníamos algo que probar—  dicho esto, se inclinó en mi dirección, sentí claramente su aliento en mi nuca. Me estremecí.

— Creo que ya probé que no siento nada por ti, niño—  aclaré, girándome para verlo a los ojos. 

—Deja de mentirte a ti misma—  fue su respuesta. Sus labios estuvieron repentinamente cerca de los míos, contuve la respiración.

Y luego un estruendo sonó a mi lado. Sasuke le había dado un puñetazo a la pared, su mano se tornó roja en segundos. 

—La próxima vez que te bese, me tomaré mi tiempo. te haré descubrir que de verdad me amas— su cuerpo estaba peligrosamente cerca del mío, todo él, en realidad. 

—  ¿Y a quién le quieres probar eso, Sasuke? —  cuestioné, dejando de mirar su mano, para ahora mirarlo a él —, ¿a mi, o a tu ego que no acepta que no me llamas la atención? —  su expresión me hizo sonreír, orgullosa. 

Dio uno, dos pasos, como si de repente nuestra cercanía le molestara. Me miró de arriba abajo y luego se encerró con aparente prisa en su habitación, dando un portazo. 

Llevé una mano a mi pecho, mientras sentía nuevamente mis mejillas arder, al evocar el recuerdo de su respiración en mi cuello. 

¿Y ahora qué haría yo con Kakashi?

Este capítulo va dedicado a alejandra-matzubara

Gracias por la idea de escapar con la novia :D

¿Se esperaban ese besito? 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top