Capítulo 11
____
—Hmmm— una mano se deslizó por mi espalda, los fríos y largos dedos acariciaron mi piel, haciéndome temblar levemente.
—Está muy temprano para que me estés haciendo temblar— murmuré, tratando de darme la vuelta, para poder ver la cara de cierto caballero.
—Solo te he acariciado la espalda— acercó su rostro a mí, apoderándose de mis labios —, buenos días linda— sentí mis mejillas arder levemente. ¿Cuándo fue la última vez que tuve a alguien en mi cama de esta manera?
—Buenos días— hablé con voz dulce, tanto que hasta me espanté a mí misma.
—Hmm— su voz sonaba tan grave, que mis piernas temblaron levemente y mi sangre se aceleró, encendiendo mis venas en un fuego mortal.
—Iré a desayunar— en contra de mi voluntad, pero a favor de mi dignidad, me levanté, y segundos después, él también lo hizo.
— ¿Debo esperar a que salgas así? — observé mis ropas de dormir, sí eran algo reveladoras, pero yo estaba con él, y los demás eran mis amigos, casi hermanos.
—Ellos no me saltarán encima, puedes estar tranquilo— Kakashi gruñó, mientras sus resbalosas manos se ceñían con firmeza a mi cintura, y me empujaban a salir de nuestro pequeño nido de amor.
—Date prisa, antes de que mis deseos por desayunarte a ti aumenten más que mi poca cordura— sonreí levemente, sus labios pararon en mi hombro y luego en la base de mi cuello, cerré los ojos, disfrutando de la sensación tan agradable.
—No son ni las nueve de la mañana, ¿pueden por favor conseguirse una habitación? — mordí mi labio inferior, respirando con fuerza. La voz de Sasuke era lo que menos deseaba escuchar en ese momento, y mucho menos ver ese tarado tan temprano en la mañana, no cuando mi día había empezado tan bien —. Por cierto Kakashi, si no mal recuerdo, tu tienes un apartamento, ¿no? — el peliplata se alejó de mi cuerpo, para caminar a la cocina y preparar algo para comer.
— ¿Tengo uno? Ya ni siquiera lo recuerdo— bromeó.
—Sí, tienes uno. Y ya va siendo hora de que vuelvas a vivir en él. Por algo pagas la renta ¿no? — suspiré, acercándome al sofá en donde se encontraba el bebé Uchiha.
—Sé que estás celoso Sasuke. Pero no te preocupes, tu siempre serás mi engreído favorito— deposité un beso en su mejilla, deslizando mis brazos por su cuello, y luego por su pecho.
—No me toques— gruñó.
—Vamos, se que te gusta. ¿Qué se siente ser tocado por una mujer de verdad? — murmuré muy cerca de su oído, para luego suspirar en él.
El pelinegro se levantó de inmediato, tirando de mi cuerpo en el proceso, concluyendo con mi estómago siendo cruelmente aplastado contra el borde del mueble. El aire abandonó mis pulmones, y se me olvidó cómo respirar.
—Zorra— el movimiento en la cocina se detuvo, y pude ver a Kakashi darse la vuelta lenta, muy lentamente.
—Tu novia, ¿verdad? — abrí la boca y los ojos ante aquellas palabras. ¿Mi Hatake? ¿Dejándose provocar?
—La tuya, idiota. ¿Qué acaso no viste cómo me estaba coqueteando? — con su mano izquierda me señaló —. No sé cómo puedes estar con esta promiscua— me levanté, colocando una mano en mi vientre.
—De la misma forma que Sakura está con un animal salvaje de los montes— bromeé.
—Solo se puso nervioso ya que una verdadera mujer lo tocó, déjale que se le baje un poco— volví a quedar atrapada entre el asombro y las ganas inmensas de estallar a carcajadas.
No estaba bien lo que estábamos haciendo. No está bien que nos rebajemos a su nivel, pero es que es tan divertido burlarse de él, es como si fuera un meme andante.
—Si serán— y simplemente, el Uchiha desapareció sin dejar rastro.
—Es la primera y última vez que me uno a tu juego— me giré para ver al caballero, mientras éste cortaba algo de fruta —, no está bien que nos burlemos de él, por mucho que te guste verle con el orgullo herido— dijo.
—No es como si no lo disfrutaras tú también— me senté frente a la isla, apreciando su muy bien trabajada espalda —, ¿por qué no dejas esas fresas y vienes a darme unos dulces besos? — cuestioné, extendiendo los labios en su dirección.
—Es terriblemente tentadora la idea, pero luego te estarás quejando de que por estarnos comiendo las bocas, no desayunaste nada— sonreí, apoyando mi rostro con una mano.
—Me vas conociendo cada vez mejor— admití. La tostadora emitió un ruido, indicando que los panes estaban listos para ser consumidos.
—Me estoy tomando mi tiempo— fue su respuesta.
Dos minutos y medio después me encontraba disfrutando de una maravillosa tostada con mantequilla, y fruta fresca. Kakashi estaba sentado a mi lado, masticaba despacio, como si estuviera pensativo.
—Un beso por un pensamiento tuyo— él parpadeó varias veces, antes de suspirar.
—Estaba pensando. . . ¿Te apetec- ? — inmediatamente cerró la boca y suspiró. Sus mejillas adquirieron un leve tono rosado.
—Bueno, ¿Qué crees que me apetece? — pregunté, mientras me levantaba para poder sentarme en su pierna izquierda. De inmediato su mano se posó en mi cintura, brindándome soporte.
—Sasuke tiene razón al decir que quizá ya es tiempo para mi de volver a dormir en mi apartamento. Llevo días que no lo piso, y te advierto que la renta es espantosamente costosa— rodeé su cuello con mis brazos, con expresión triste.
—No te vayas por culpa de ese mocoso, te juro que si te marchas lo mataré— el peliplata llevó su vaso con jugo a sus labios dándole un sorbo. Después de ello, acerqué mi boca a la suya, besándola de pico.
— ¿Por qué no te quedas unos días conmigo? — su pregunta me cachó fuera de base, mis labios se separaron levemente por la sorpresa —, sé que puede ser rápido, pero suena atractivo. Unos días tu y yo en mi apartamento, el año acaba de comenzar y creo que pasar tiempo de calidad en soledad para conocernos mejor, es una excelente forma de iniciar enero— mi mente trataba de procesar sus palabras, es como si ni siquiera ella se lo creyera —, quizá esto solo se debió de quedar en mi cabeza, disculpa linda— murmuró.
Sin embargo, inmediatamente traté de decir algo.
—Yo. . . Oh Dios— él, muy amablemente, sonrió.
—No tienes que estar de acuerdo, sol- — le besé, para evitar que siguiera hablando.
— ¿Cuándo empiezo a empacar? — sus ojos brillaron más que el mismísimo sol —, ¿Cuánto tiempo puedo quedarme? — cuestioné.
— ¿Puedes quedarte toda la vida? — sonreí, volviéndolo a besar —, sabes que te recibiré sin tiempo límite, solo no me hagas despertar solo una mañana para darme cuenta de que te fuiste— rápidamente negué, con la serotonina a niveles extra estelares.
—Te prometo que no será así. ¿Me pasas a recoger esta noche? Así puedo tener todo listo— Kakashi asintió, y yo arrastré mi plato hasta mí, no quería dejar su regazo.
¡Qué buena forma de iniciar este año!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top