Sinopsis:

Crisálida tiene vacas.
Apogeo tiene alucinógenos de potencia inimaginable.
Las bovinas son una exquisitez de gran valor en Apogeo.
Las cosas raras siempre tendrán un lugar entre los humanos.

Pero los habitantes de Apogeo roban vacas... y no vienen precisamente con la intención de dar algo a cambio.

Reseña por: @AlisxnCrawfxrd

Comienzo de la obra

Esta obra tiene inicio en un planeta al que el autor llama Crisálida. Joe, un campesino honrado, recibe la visita inesperada de un alienígena procedente de otro planeta llamado "Apogeo" para robar sus vacas ya que allí de donde él viene es un alimento exquisito y demandado, pero todo se complica un poco cuando el Líder de Crisálida le propone un trato a los alienígenas.

Los principales escenarios de la obra son el campo de Crisálida, el interior de la nave del alienígena, y Apogeo.
Esta, sin duda alguna, es una divertida y fantasiosa historia que hace cuestionarse si realmente existe vida en otros planetas.

Narración:

La narración es fresca, lo que ayuda al lector a engancharse a la obra y leer con mayor rapidez. El escritor ha hecho un uso correcto y pulcro del narrador en tercera persona.

Ortografía

No hay errores significativos en cuanto a ortografía se refiere. Se aprecia el cuidado que existe respecto a la escritura de la obra.

Personajes:

Joe, el campesino: Un hombre honrado que trabaja en el campo de Crisálida.

El líder: Podría considerarse el protagonista principal de la obra. Se le describe como un hombre de color, traficante y
drogadicto que tiene una corona en la cabeza hecha con sus rastas.

Selgula: El alienígena que decide viajar a Crisálida desde Apogeo para robar las vacas.

Discordia y Tropar : Personajes secundarios. Son los alienígenas que trabajan con Selgula.

Diálogos:

El autor tiene una forma de expresarse bastante directa y sencilla. Los diálogos son fluidos y en todos ellos hay una muestra de ese humor que caracteriza a la historia.

Conclusiones:

"Las vacas van al cielo... y más allá", es una novela dinámica  y divertida. El autor sabe manejar bien el género que trata y posee una creatividad desbordante para inventar personajes y escenarios tan fuera de lo común como los que integran la obra.

Escenas del libro:

"—Las radiaciones de la torre deben estar afectando a sus cabezas, pero tú estás bien Lucrecio, ¿cómo lo explicas? —Preguntó curioso Selgula.

—Mis neuronas aguantan cualquier cosa, Man —dijo con una sonrisa digna de cualquier drogado."

"—Si quisiéramos podríamos mandar su planeta contra Júpiter presionando un botón —Dejó caer Discordia.

—No parece que tengan pulgares. —Observó Lucrecio preguntándose con qué pulsarían los botones."