El amanecer de los caídos

Título: El amanecer de los caídos

Autor: @Granuja

Subgéneros: Fantasía épica

Estado: En curso

Sinopsis:

En algún lugar del Continente, a finales del Medievo, habita la muerte. Está en todas partes, así como el hambre, la desesperación y la miseria. Las iglesias hacen sonar sus campanas, las palomas transmiten el mensaje por cielo y las ratas por tierra: la peste ha llegado. El miedo precede a la epidemia y las supersticiones crecen como el fuego de una hoguera. Los humanos son débiles, solo necesitan un golpe mortal para ser erradicados. Y desde lo más profundo del bosque, oculta por el abrigo del tiempo y el olvido, llega la amenaza de un mal mayor.

Ya están aquí, habían estado esperando su momento y ahora su presencia destruye toda esperanza.

Reseña por @Madame_Miau

El amanecer de los caídos es una obra de fantasía y aventura narrada en tercera persona a través de la pluma de @Granuja. Desesperación, hambre, muerte, miedo... Son algunas de las cosas que nos adelanta la sinopsis y que estarán cada vez más presentes a medida que avanza la historia.

El inicio es trepidante, nos presenta a la protagonista, Alanna, una Faedhe, debatiéndose entre qué decisión tomar: si matar o no a un muchacho inocente. Como consecuencia, Alanna es enviada a una peligrosa misión para capturar a un humano y es cuando se produce ese choque de ambas razas. Estos primeros capítulos siguen la estela del preludio: están llenos de acción, se nos presentan a varios personajes, se reflejan las diferencias entre las dos razas y nos plantea algunos misterios que nos dejarán con intriga. El comienzo equilibra de la mejor forma la acción, el drama y el humor.

El argumento gira en torno a la lucha entre los Faedhes y los humanos, pero también en el conflicto interior de Alanna respecto a su condición. La idea en sí, la lucha entre dos razas, no implica novedad, lo rompedor de la novela radica en la forma en la que se trata y aquí daré dos razones:

En primer lugar porque nos presenta a los Faedhes, una nueva raza. Es importante recalcar que el autor no se limita a copiar criaturas conocidas (como elfos), sino que se embarca en la tarea de crear algo nuevo, así como en detallar sus costumbres y cultura. Los Faedhes guardan gran conexión con la naturaleza, su apariencia física ya lo demuestra: tienen astas de ciervo (en el caso de los hombres) y cuernos de antílope (en el de las mujeres). Entre los Faedhes la edad y el sexo no importa, solo su estatus y capacidades; entre ellos no existe el tabú de la desnudez; no matan caballos o ciervos y se prohíben usar armas humanas porque creen que están forjadas con magia. Estos son solo algunos de los aspectos de su cultura, en la novela hay muchos más.

En segundo lugar porque en la mayoría de las obras nos encontramos del lado de los humanos, mientras que aquí lo vemos desde la perspectiva de la otra raza, los "antagonistas" o "villanos" de la historia. Además de eso, no se cae en el tópico de "los humanos son malos malísimos" o "los Faedhes son unos monstruos". Ambas razas han cometido errores y se echan la culpa mutuamente, algo que no dista de la realidad.

Lo mismo sucede con los personajes. En realidad, encontraremos que la mayoría son unos malnacidos con todas las letras. Ni siquiera Alanna se salva, es una protagonista de moral muy cuestionable, y al mismo tiempo, aunque suene irónico, es muy humana. Desde el principio percibimos en ella una gran fuerza de voluntad, y hace todo lo posible para sobrevivir. No duda en mentir, manipular o asesinar si se trata de salvar su pellejo. Un gran punto a favor del personaje es su dualidad. A pesar de ser mestiza y haber sido criada como una Faedhe, poco a poco se va acercando a su lado humano por las circunstancias. Para mí, es el personaje más profundo y mejor construido de toda la historia (eso sin desmerecer a otros, como Gavin).

"De hecho, si los Faedhes tenían alguna oportunidad de recuperar el mundo que una vez fue suyo, se debía a que los humanos eran propensos a destruirse entre ellos. Su sistema de gobierno opresivo había llevado el hambre, la miseria y la guerra a la civilización. La muerte campaba a sus anchas, conducía a la gente hacia la locura colectiva. Fanatismo, masacres, acusaciones por venganza, juicios a inocentes... Gente ardiendo, niños muriendo, ratas corriendo...

¿Era aquella la respuesta? ¿La locura? Alanna barajó otra posibilidad, una que le tocaba más de cerca. «¿O es porque es diferente? ¿El odio humano recae sobre una de los suyos por eso?». De ser así, las dos razas no serían tan distintas como decía su gente."

Evan es otro Faedhe, de los pocos que le tienen estima a Alanna. Es un joven de aspecto afeminado, experto con el tiro con arco y que destila dosis de simpatía. Hasta él, que parece ser uno de los personajes más "buenos" de la historia, no duda en matar si la situación lo requiere.

Galahan, al que llaman "Idhe-van-shar", es el hermanastro de Alanna y casi siempre aparece envuelto de misterio. Para mí, lo mejor de Galahan no son sus brutales peleas, sino la relación amor/odio que mantiene con la protagonista. Alanna lo odia por una razón que desconocemos al principio de la obra, y Galahan está empeñado en protegerla a pesar de todo.

"Los ojos de Galahan, antaño de un tono apacible y sincero, se habían vuelto hostiles y desconfiados."

Hay más Faedhes como Tara, Velika, Syrka o Fálade, pero me extendería mucho si hablara de todos ellos. Solo añadiré que son personajes más secundarios, pero muy bien definidos y con sus propios objetivos.

Del lado de los humanos nos encontramos a la Centilia, que está compuesta por Oriel, Garion, Lennard y Lilianne, entre otros.

Lilianne y Lennard son una pareja de hermanos cuyo único interés reside en el dinero. Lilianne es una muchacha habilidosa, impetuosa y, en muchas ocasiones, irritante. Así que ahí está Lennard para compensar su mal carácter, pues es más tranquilo y reflexivo. Aunque no queda claro si son neutrales o si están del bando humano (hay como una dualidad moral), son personajes que agradan fácilmente. Debo añadir que estos dos mercenarios van ganando mucho protagonismo tal como avanza la trama, y es imposible no amarlos.

Por otro lado tenemos a Oriel y Garion, dos guerreros curtidos con aspiraciones más que monetarias. Son dos personajes carismáticos y bien trabajados (sobre todo Oriel, al que se le toma asco muy rápido). Su fin no es el mal por el mal, lo que hacen tiene un buen motivo, pero es difícil —o imposible— que alguien pueda llegar a estar de acuerdo con sus métodos.

Fuera de la Centilia también hay personajes importantes y que tengo que mencionar sí o sí. Se trata de Barret y Gavin. Entre ellos dos se percibe una gran lealtad, su relación es similar a la de padre e hijo. Gavin, por su parte, es un rufián que parece que se ríe de todo y que no le teme a nada, pero en el fondo es noble. Y Barret un muchacho desconfiado que mira por el bien de su mentor.

Por último, y no menos importante, tenemos a Corbus. He querido dejarlo para el final por una cuestión evidente. Como ya he mencionado, todos los personajes me parecen bien construidos y caracterizados, pero Corbus es la oveja negra del rebaño. Muchas de las impresiones que tiene al principio de la obra no me parecieron muy normales para la situación que estaba viviendo. El autor ha afirmado que debe retocar algunos detalles del inicio de la novela. Por lo demás, nada que criticar. Vemos que en cierto momento hay un punto de inflexión en Corbus, y a partir de este instante evoluciona muy bien como personaje.

Nos parece un adolescente estúpido al principio, pero poco a poco vamos olvidando que se trata de un burgués acomodado. Vemos cómo el personaje va perdiendo humanidad y, a la vez, trata de recuperarla. Es como si se negara a asumir que a su alrededor el mundo está cambiando.

Hay un fragmento en la novela que resume muy bien a lo que me refiero con respecto a la moralidad de los personajes:

"Quería salir de ese puente a toda costa, pero no sabía en qué dirección hacerlo. No se preguntaba quién era el bueno y quién el malo, sino cuál de los dos era peor."

Dejando un poco de lado el tema de los personajes, hablaré de la narración. El estilo de S. C. Tomas es sencillo, con oraciones relativamente cortas, buen uso de la puntuación y buena ortografía. En otras palabras, no nos encontramos con una narración densa que a veces vemos en obras de fantasía épica, pero no por ello se olvida de las descripciones de los lugares, las acciones de los personajes o sus pensamientos. La tercera persona nos brinda la capacidad de conocer diferentes perspectivas, lo que amplía nuestro conocimiento sobre el mundo que ha creado. Aunque sí que tengo que mencionar que hay ciertos errores de perspectiva que pueden confundir al lector. Estos pequeños errores, que pasarán desapercibidos para casi todo el mundo, solo ocurren en los primeros capítulos.

Dejando los aspectos más criticables, me gustaría destacar las escenas de batalla, que me encantaron por ser visuales y frenéticas. Son cortas, pero no dejan indiferente con la brutalidad y agitación que se muestra en sus líneas.

"Iba a ser prensado por la bota inmisericorde de aquel titán, quien parecía aún más grande visto desde abajo.

El peso lo estaba dejando sin respiración, y sintió —más que oyó— cómo le crujía el pecho. Articuló tres o cuatro palabras más, una frase que ya no valía la pena concluir. El monstruo debía de haber oído suficiente, porque apretó. La caja torácica cedió partiéndose hacia adentro, como una nuez, y esta vez sí se escuchó un crujido. Murió casi en el acto."

"Llenó los pulmones, tensó el arco, calculó la dirección y la fuerza del viento, apuntó hacia arriba y levemente a la izquierda. Soltó la cuerda, la flecha surcó el cielo haciendo una parábola y desapareció en la oscuridad. La luz dejó de moverse cuando el proyectil abatió al soldado."

Tampoco se deja de lado el tema de las descripciones. Como sabemos, la historia se ambienta a finales del medievo, por lo que no faltarán escenarios típicos de la época. Este, para mí, es uno de los mejores puntos de la obra. Las descripciones, al igual que las escenas de batalla, son muy visuales. Podía imaginarme con gran facilidad los lugares por los que viajan nuestros protagonistas, pero sin duda alguna me quedaría con dos: el monasterio y la Madriguera. El monasterio se muestra como sitio sórdido, oscuro y lleno de misterio, donde se hace un juego de luces y sombras.

"El monasterio se alzaba silencioso e imponente como un gigante vencido, aquello ya no lo visitaba nadie. La construcción, consumida por el tiempo y engullida por el bosque, había sido abandonada. Las raíces surgían por las rocas y las hiedras reptaban por las paredes.

Se quedó paralizado frente a las ruinas de su esperanza, no quería creer que los monjes habían renunciado a su fe. ¿La casa de Dios... abandonada? No, aquello no podía estar sucediendo, deseaba escuchar el agónico tañer de las campanas. Pasó el tiempo y el silencio dio paso a la noche y al aullido del bosque.

Vacío o no, tenía que entrar en el tétrico edificio, no tenía otra opción."

De hecho, los lugares sórdidos y sombríos son los que abundan. Aunque no todo es oscuridad: también tenemos lugares bellos, como bosques, arroyos cristalinos o campos de amapolas.

A la Madriguera la destacaría no solo por lo que nos describe, sino por lo que nos muestra. Hay detalles que hacen más rica y real la ambientación. Tenemos un buen ejemplo cuando Corbus dice que no ha escuchado las campanas y Gavin le responde que las han fundido para hacer más palas y poder cavar más tumbas (el lugar está asolado por la peste), o cuando vemos los gatos colgados en las fachadas de las casas ya que algunos creían que eran estos animales los culpables de la peste (y de esta forma el cadáver los protegería de la bruja que fue su dueña). También somos testigos de la perversión del lugar hasta en las criaturas más inocentes, la basura y los cadáveres que rodean el recinto... Todos estos detalles y más se van viendo conforme avanza la historia. Muchos de estos están incluidos de forma muy sutil, y para algunos lectores podrían pasar desapercibidos (como la diferencia entre los estilos arquitectónicos según el lugar en el que se hallan o el fuego de San Antonio).

A parte de la misión de Alanna y la lucha de los Faedhes contra los humanos, también hay varias subtramas: los planes de la reina, lo que pasó con Galahan, cómo comenzó el conflicto de los Faedhes y los humanos... Son pequeños hilos que generan más intriga y hacen más interesante la trama, se van cruzando entre ellos para tejer una "trenza" en la que todo está relacionado.

Algo que me ha sorprendido en el avance de la obra es que se trata de fantasía realista. Sí, tenemos una nueva raza con muchas capacidades, pero más allá de eso no vamos a encontrar dragones surcando cielos o magos lanzando bolas de fuego. Me parece muy fresco leer una historia donde se dejan atrás elementos así de fantásticos, porque es lo que abunda y a lo que más acostumbrados estamos en novelas de este género.

Llegando casi al final de la reseña, ya solo me queda hablar de los diálogos. Estos están bien estructurados, se hace un buen uso de la raya de diálogo y son naturales y acordes a cada personaje. Señalo en especial el uso de la cursiva para diferenciar entre la lengua Faedhe y humana, permitiéndonos saber lo que dice cada personaje y sin liarnos con términos extraños. Dentro de los diálogos me gustaría destacar el monólogo de la alquimista que, una vez más, representa la sociedad y pensamiento de aquella época.

"Porque todo es bonito cuando va bien, pero cuando la peste nos desola, cuando se lleva a tu hijo y la alquimista no lo cura, cuando las pociones, hierbas y cataplasmas no funcionan, la alquimista ya no es buena. No solo no es buena, sino que además es la culpable, ya no es la alquimista, sino una bruja. Y la bruja se ha llevado a tus hijos, a tu marido, a tu esposa; la bruja se los lleva a todos porque la bruja no tiene corazón."

Para concluir, solo queda decir que El amanecer de los caídos es una novela de fantasía muy recomendable, la forma de plantear la trama es interesante, sus personajes complejos y llenos de matices y la ambientación está más que conseguida. La disfrutará cualquiera que sea fan de la fantasía más realista, con enfoque ligeramente adulto. A mí, por lo menos, me encanta.

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