Reseñas#5: El padecimiento continuo
Cuando conocí la literatura de Bukowski quedé entre sorprendido e impactado, a la par que cautivado y seducido por eso, el "algo", que entre sus letras se filtraban.
Hasta antes de toparme con él pensaba al ejercicio de la escritura como algo de una pureza cuasi mística, asociaba las letras con lo alto, lo que asciende, como si escribir fuera un ejercicio donde uno tenía que dejar de lado lo más posible lo mundano, lo físico, lo material, para adentrarse en ese terreno sagrado y luminoso del arte.
Fue entonces cuando "el último escritor maldito" derrumbo de un plumazo mis concepciones (y si estuviera vivo, se lo agradecería).
Era curioso estar leyendo a ese hombre, un estadounidense, que habla de lo terrible que es trabajar, de lo absurdo que es relacionarse con los demás, de la mierda de la violencia y de vivir sin un propósito. Para aquellos que habíamos escuchado hablar algún vez del sueño americano este escritor parecía ser un despertador a todo ritmo que no cesaba en gritar que el sueño había terminado y que era hora de despertar. Que quizá nunca habíamos debido soñar así.
Bukowski -para definirlo en figuras posteriores a él- puede verse como una especie de combinación entre el personaje ficticio Bojack Horseman con el famoso creador de contenido audiovisual Adrián Nario, mejor conocido como "El Bananero".
Uno de esos hombre que, como Zambayonny, no escatima en él lenguaje soez ni teme escribir con insultos o palabras mal sonantes en las que sin embargo se traduce una profunda y compleja filosofía, no excenta de auto crítica y generadora de reflexiones inesperadas pero potentes. Una sensación increíble y única de que esos tipos, aunque crueles o hasta un tanto brutales, están mirándote a la cara y diciéndote la verdad.
¿Que verdad?
La suya.
Es por eso que si alguna vez quieres encontrar a un autor capaz de abofetearte en la cara y gritarte un par de movilizantes insultos (quizá te interese saber qué pasa entonces) el nombre que puedes estar buscando es "Charles Bukowski".
Esta noche lo que reseñaré es un libro de poesías (póstumo) que se publicó con todos esos poemas que por distintos motivos Bukowski no los había querido incluir en sus obras vendidas en vida.
Para quienes les guste la poesía leer a este hombre es una experiencia única y especial. Si es agradable o desagradable ya irá en ustedes, de momento déjenme que los introduzca a "el padecimiento continuo".
De la poesía puedo decir que no es mala para pasar el rato. He escuchado a muchos preocupados por lo que llaman "bloqueo de lector", el miedo a (o el hecho de) ya no disfrutar de la lectura. No encontrar un libro como aquel. No apasionarse.
Bueno, también a mi me pasa como todo, y se me pasa como todo.
Sin embargo mientras tanto leo poesía.
Es fácil. Y además, ¿que tienes que perder?
Ficha técnica:
Título: The continual condition (traducido como "el padecimiento continuo")
Autor: Charles Bukowski (1920-1994)
Como dato curioso, nació en Alemania (en Andernatch) pero se mudó tempranamente a USA y vivió en Los Ángeles desde entonces.
Fecha de publicación: 2009 (son textos inéditos, poemas póstumos)
Páginas: 175
Sinopsis
El padecimiento continuo es una recopilación de poemas inéditos de Charles Bukowski (1920-1994), uno de los más célebres, imitados, convulsivos y compulsivos poetas del siglo XX. Nacido en Alemania, es sin embargo uno de los autores más emblemáticos de la literatura norteamericana, hasta el extremo de que Joyce Carol Oates ha dicho de él que es el Walt Whitman de Los Ángeles, ciudad en la que residió durante 50 años. A otros ángeles se refiere Leonard Cohen cuando afirma que Bukowwski «puso a todo el mundo a ras de tierra, incluso a los ángeles».
Sobre los poemas:
Los temas abordados en este libro son diversos aunque no ajenos a los tópicos ya abordados en obras anteriores del autor.
Bukowski le escribe a los hipódromos donde apostó, al alcohol que lo acompaño toda su vida (al igual que las mujeres), y se reserva algún espacio para hablar de la sociedad, la vida y el arte tal y como él los percibe.
Para la reseña considero aquellas piezas más representativas de lo que el autor transmite. Un Bukowski ya anciano, quizá sospechando a la muerte, pero con el ardor de la vida muy presente en su interior y el ojo tan afilado como siempre. Su habilidad para captar las palabras adecuadas moldeando las ideas correctas puede verse todo a lo largo de la obra.
Así podemos leer que nos dice en "murió un 9 de abril de 1553":
si tan sólo pudiéramos tragarnos
la muerte
de la misma manera (creo que
podemos)
o que la muerte nos
tragara
de esa manera (creo que
puede).
La vida no es lo que
creemos que
es, sólo es lo que nos
imaginamos que
es
y para nosotros
lo que imaginamos
acaba siendo
principalmente eso.
Hubiera sido interesante saber que fue de estos poemas, sí Bukowski tenía planeado publicarlos cuando su vida tocó fin o si consideró que su calidad no era la adecuada. Si ese es el caso sabemos que al menos no los destruyo lo cual es de agradecer.
En "Mi forma de arte" habla de la importancia de ganar alguna vez en la vida, y de como esa victoria discurre por nuestro interior y exterior. Que otros nos consideren ganadores es valiosos, pero lo es aún más saber que fuimos capaces de conseguirlo.
Es quizá esa la cualidad central del artista, su visión, una capaz de discernir la certeza de haber ganado de otros tantos engaños.
Siguiendo al poema que da título a la obra "El padecimiento continuo" muestra a un Bukowski real, crudo, él no es un mercader de la esperanza ni quiere serlo. Es claro en cuanto a su forma de ver el mundo.
por todas las avenidas
la gente siente dolor;
siente dolor cuando duerme, cuando
despierta;
incluso los edificios sienten dolor,
los puentes,
las flores sienten dolor
y no hay nada
que vaya a
liberarnos;
el dolor se asienta, el dolor flota, el dolor
espera;
el dolor está ahí.
la música es mala
y el amor
y el guión
ahora en esta casa
mientras escribo esto a máquina
o mientras lees esto
ahora en tu casa.
Y retorna sobre el mismo asunto en "La profesión malgastada" (una pequeña pieza dedicada a poesía) un hombre que se encuentra en la encrucijada. No le gustan los poetas, ni los otros autores, ni lo que representan y por sobre todas las cosas rechaza su búsqueda absurda de la perfección en el lenguaje. Se pregunta:
no me gusta lo que somos y nunca me gustó: ¿hay algo peor
que una criatura que sólo vive para escribir poesía?
En "Me siento a gusto en el vecindario nuevo" el viejo Charles ironiza sobre sus nuevos vecinos y el modo en que su vida a cambiado. Los momentos duros que le tocó vivir -sopesando la idea del suicidio- y su presente donde "el cuchillo" está presente de una forma un tanto más curiosa.
"En paro" es ese poema dedicado a las mujeres (siempre a una en específica en Bukowski) puesto que las conflictivas relaciones de pareja o de momentos puntuales han sido siempre fuente de inspiración y curiosidad para este hombre.
Finaliza sus palabras con un guiño y una pregunta a los lectores.
pero cuando ella regresa
todo empieza de nuevo
pregunta
¿por qué eres tan malo?
querido lector,
¿tú entiendes algo?
los que siguen haciendo la misma pregunta
en realidad no quieren oír la respuesta.
"Maíz de grano duro" es para mi uno de los mejores del libro. El tema tratado en el responde a esa curiosidad de los "genios literarios", es decir, el hecho vivir adelantados a su tiempo lo cual implica no ser reconocidos en vida, muchas veces soportar miserias y dificultades (así como sus familias o amigos) para finalmente ser reconocido cuando ya se está criando malvas a cinco metros bajo tierra.
Para disfrutar de "La teoría" es importante alguna vez en la vida haber sido subestimado o simplemente recordar a esos "demasiado listos" que en algún momento nos hemos topado en la vida. Me preguntó, ¿que habrá sido de ellos?
En "Una racha de perros" y "El Agnóstico" se respira ese aire de castigo o quizá más bien de dolor mortificante que se entrevé en otras partes del libro.
estoy jodido.
he vuelto a joderme a mí mismo.
me molesta tener que joderme a mí mismo.
me molesta no ser lo suficientemente fuerte
para no joderme a mí mismo.
"La leyenda" es uno de esos poemas en los que se cuenta una historia, en este caso la de un pianista que alcanza la fama y la muerte y como su vida consistió en una explosión abundante a pesar de no ser el mejor ni el más talentoso.
Su conclusión me resultó particularmente buena.
la satisfacción entre estados de angustia es el elixir
de la existencia.
Es una de sus frases más profundas y bellas. Aparece en el poema "Nunca" y al leer es imposible no imaginarse la rutina de un día en la vida del Bukowski escritor.
Como todos los poetas que valgan la pena, Bukowski intenta alguna suerte de predicción. En su lectura del mundo en que vive hay cosas que cambiarán. En este caso lo vemos en el poema "Esta bandera no hondea con cariño".
hoy todo son ordenadores y más ordenadores
y pronto todo el mundo tendrá uno,
los niños de tres años tendrán ordenadores
y todo el mundo conocerá todo
lo relacionado con los demás
mucho antes que de lleguen a conocerse
y por eso nadie querrá conocerse.
nadie querrá conocer a nadie
nunca jamás
y todos serán
unos solitarios
como lo soy yo hoy.
¿Se cumplió esta predicción? Ustedes me dirán.
Aunque no voy a transcribirlos, en las partes 10 y 11 de este extenso poema hay dos extractos muy interesantes y profundos. El primero responde a la cuestión moral y al desinterés del autor por la historia, mientras que el segundo nos habla de como fue esa vez en que Bukowski tuvo a su primer puta.
"Mi respuesta" es esencialmente una aclaración, ¿quizá un argumento?, en torno a porque escribe Bukowski como lo hace. Es decir, porque utiliza el lenguaje soez y vulgar que a tantos puristas de las letras les resultan insoportables.
—¿por qué tiene que utilizar palabras como esa
en su obra?
—¿palabras como cuáles, mamá?
—pues palabras como «hijoputa»
—hay gente que habla así, mamá.
—¿gente a la que él conoce?
—sí.
—¿pero por qué se relaciona con
gente como esa?
Porque, suegra, si sólo se relacionara con
gente como tú
no habría nada sobre lo que escribir que
se tomaran la molestia de leer
los hijoputas.
"Una locura maravillosa" es para mi el mejor poema de todo el libro. Es el que más representa la esencia de lo que a Charles Bukowski corresponde.
Una pieza compuesta a la bebida.
En un poema compuesto por un Bukowski de 60 o 70 años quien mucho a cambiado pero mucho ha permanecido siendo el mismo. Ese escritor duro nos grita a la cara que tras todo lo acontecido todavía tiene fuego en su interior quemando como siempre o incluso más.
"Antes de la séptima carrera" es una curiosa muestra del estilo irónico y divertido que el autor ha cultivado a lo largo de su vida. Puede parecer poco o desagradable, pero tiene la potencia suficiente para extraer una sonrisa en el lector. Es quizá el consuelo de los actos corrientes.
he paseado esta libreta
por el hipódromo
todo el día y
no he escrito
nada.
ahora estoy en la primera planta
del Pavilion,
en el
cagadero masculino, sentado
aquí
dentro de estas grises
y frescas paredes
hallo consuelo
en un acto
corriente:
algo
por fin
que llevar
al
papel.
"Pinceles pesados con zapatos de cemento" es una de las piezas más personales presentadas por el autor. En ella describe su disgusto hacia la gente y sus opiniones. Consiste en una extensa escritura en la que se abordan los temas del arte y la soledad también.
Con "¿Una tragedia?" nos presenta la oposición entre lo moderno y lo antiguo, así como ese gusto por reencontrarse con lo que tuvo alguna importancia en nuestro pasado.
"Ahora estoy arriba" es el poema dedicado directamente a los lectores y tal vez también un poco o en parte a sí mismo como un hombre que ha dedicado buena parte de su vida a la escritura.
he entregado
la mayor parte
de mi vida
a salvarte
la tuya
¿y qué
haces
tú?
pues
vomitar en mis
esfuerzos
a la luz de la luna
menguante
mientras
las viejas
cintas de
Bobby Dylan
retumban
como
un trueno
por encima
del paraíso
de
tu Dante
allá abajo.
"Cuando buda sonríe" aspira a ser el más complejo de los poemas expuestos. Como tal parecen ser una serie de reflexiones, algunas personales y otras más amplias y generales sobre distintos temas que le interesan.
En uno de sus extractos podemos leer:
no hay nada parecido a
la arrogancia de un
escritor en sus comienzos
a no ser la vanidad
de
uno
con éxito.
Y acto seguido:
la ira
no es sino la máscara
que no cubre
nada.
A modo de pequeños aforismos quizá Bukowski aborda otros temas y deja constancia de sus consideraciones.
cualquiera puede ser un genio
a los 25, a los 50
cuesta
lo suyo.
Y otra vez de lo general pasa a lo individual.
enciendo otro cigarrillo
y espero paciente a que la señora
fortuna
llegue.
Y también con un carácter algo enigmático, sin enmascarar el dolor pero quizá argumentando que de lo terrible pueda extraerse lo divertido.
cojo mi corazón espinoso y
lo arrojo
a la oscuridad tan lejos como puedo
y me río.
Si bien no es el último poema bien podría serlo, este titulado "De camino a los 73 años". Quien diría que un año más tarde el escritor llegaría al final de su vida.
El legado que deja es enorme y su curiosa alegría puede leerse igualmente.
sí, es verdad, estoy dulcificándome.
en los viejos tiempos
para cruzar mi habitación había que
andar sorteando botellas
vacías.
ahora nada más acabarlas
las amontono con esmero en
cajas de cartón.
me he convertido en un buen ciudadano: guardo
las botellas para que la ciudad de Los
Ángeles
las recicle.
y no he visto el interior
de una chirona llena de borrachos desde hace
sus buenos diez años.
(cierro la puerta con llave cuando bebo
y sólo me causo daño a mí
mismo.)
¿aburrido, verdad?
pero no tan mal, escuchando a
Mahler mientras las paredes
bailan.
con comportarme como un ermitaño,
tengo de sobra.
así que ahora pongo el control
de las calles en tu mano,
tipo duro.
Aspectos técnicos:
El estilo es muy suyo, si eres un purista de la poesía te vas a encontrar como una actriz porno en medio de un gangbang.
Bukowski escribe versos sin rima, como si contara cuentos cortos en formato de prosa donde lo que importa no es la terminación de cada párrafo sino la totalidad de lo dicho y a veces ni eso.
Lo impredecible, lo extraño, lo bizarro, los tópicos de Bukowski son los de un hombre que ha vivido la mayor parte del tiempo con una botella en la mano y una mujer desnuda aguardando por él en la cama. No apto para estómagos sensibles.
Las técnicas literarias que utiliza son escasas por no decir nulas. Él sencillamente suelta sobre el papel aquello que piensa en el momento y nutre su día o sus noches. No es muy improbable que lo haga muchas veces además bajo los efectos del alcohol por lo que su proceso no se orienta a la constante y consciente reflexión y búsqueda de la palabra perfecta para la rima adecuada, sino en la búsqueda de solo dejarlo expuesto en el papel.
En cierta forma no necesita pensar en que decir pues diciendo lo que piensa puede ya constituir una pieza de poesía con su nombre y marca en ellas. Para esta altura de su vida queda más que claro que Bukowski ya ha encontrado su voz.
Versos de cuatro estrofas son sucedidos por unos de cinco, seis o las que correspondan. Cuatro o cinco palabras encadenadas dejan lugar a una sola que a su vez deja lugar a cinco o seis más y otra vez vuelta a empezar.
Para ser más específicos está claro que le chupa bien un huevo lo que otros puedan llegar a decirle de su poesía y de la forma que tiene de escribirla, lo cual le da la libertad para precisamente hacerlo como quiere.
Nota final:
Solo dire que lo lea quien guste. Cualquiera que ponga puntajes a poesía se engaña y todavía más quien en base a ellos saqué conclusiones de una obra.
Por lo demás Bukowski es un escritor tan de esta época como de la suya, un inmortal.
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