Der Kellerschacht
RESEÑA A DER KELLERSCHACHT, O CÓMO APRENDÍ SEIS PALABRAS EN ALEMÁN Y A NUNCA JODER CUANDO UN TÍO PRESUNTAMENTE ESQUIZOFRÉNICO ME DICE «NO TOQUES MIS COSAS»
Autor: @NataliaAlejandra
Género: Fantasía oscura
Sinopsis:
Una antigua casona de inmigrantes alemanes en medio del campo en el litoral argentino.
Una madre enferma, y dos hermanos con la nefasta tarea de llevarle alimentos a su tío desquiciado que ahí vive aislado.
La noche que cae, una tormenta que se avecina...
Y un sótano macabro cuyos secretos están a punto de descubrirse.
Los inmigrantes trajeron mucho más que sus vestimentas en aquellos baúles; cosas que deberían haberse quedado en su antigua tierra... Cosas de las que ya es imposible deshacerse.
ADVERTENCIA: Esta reseña examina los hechos planteados en la totalidad de la historia, por lo que contiene spoilers.
Der Kellerschacht es un relato de fantasía oscura escrito para el desafío Melodías fantásticas, organizado por la autora, que nos cuenta cómo Federico y Catalina, dos mellizos de doce años, se ven obligados a aprovisionar a su tío Luther, un loco que vive en una casona alemana de ochenta años de antigüedad de la que nunca sale. Al menos eso es lo que la madre enferma confiesa a los pobres chiquillos antes de forzarlos a emprender un viaje que termina muy mal.
En esta reseña expondré los aspectos positivos y las fallas que he encontrado en el desarrollo de los personajes, en los detalles técnicos de la narrativa y en la estructura y lógica de la historia.
Empecemos
LOS PERSONAJES
El género de la fantasía se caracteriza por involucrar vastos mundos inexplorados y una multitud de personajes que, al vivir por lo general en situaciones distantes a las cotidianas, guardan poca relación con los lectores (nosotros, personas comunes y corrientes). Para ahondar en las perspectivas de tales personajes y formar el mundo que habitan en la imaginación del lector se necesita una narrativa extensa y exposición en forma de diálogo que nos permita conocer más acerca de la creación del autor. Es por ello que las novelas de fantasía suelen superar con creces el número de palabras de las novelas de otros géneros. Y es por ello también que lanzarse a escribir un relato de fantasía parece una tarea por demás titánica, porque deberás elegir entre mantener una construcción ambigua de los escenarios, sacrificar introspección en los personajes y la trama por el bien de establecer tu mundo, o situar los hechos en un ambiente conocido.
Der Kellerschacht escoge contar una historia de fantasía en Sudamérica con elementos usuales que todo lector puede comprender y con personajes normales con los que resulta fácil congeniar. La exposición se minimiza y con ello se invierte más tiempo en explorar la trama.
La desventaja de este tipo de relato recae en la pérdida de sensación de fantasía que se tiene. Si cien personas lo leyesen sin conocimiento previo sobre él, ¿cuántas lo catalogarían como un relato de fantasía? Apostaría que pocos.
Sin embargo, a cambio de unos cuantos lectores confundidos obtenemos unos protagonistas en los que nos podemos proyectar sin mayores dificultades y un escenario que no necesita ocho fotos y un gif para imaginar. Explorémoslos.
LUTHER
Luther Keller es el tío loco de Federico y Catalina. Aunque luego nos mencionan que en realidad es el tío de su madre, así que vendría a ser el tío abuelo de Federico y Catalina. ¡Esperen! Más adelante nos dicen que es el hijo de Jacob Keller, el tatarabuelo de los niños, así que Luther por lo visto es el tío bisabuelo de Fede y Cata (¿por qué hay tantos Federicos y Catalinas en Argentina? Conozco media docena de cada uno). A esto le veo algunos problemas, pero ahondaremos en ello más adelante.
Lo que sabemos de antemano de Luther es que está loco. Vive aislado de la sociedad y se sustenta del único amparo que le queda: la nieta de su hermano que no se ha mudado a diez mil kilómetros y le lleva comida y papel higiénico cada tanto para que no se muera. Además le paga la luz, el agua y los impuestos. ¡Menos mal! Qué sorpresa se llevaría el pobre sujeto que fuese a cortarle los servicios o a reclamarle por las cuentas.
Este personaje me resultó de lo más interesante y me agradó desde un inicio. La elección de añadir expresiones alemanas a sus diálogos se me antojó atinada, ya que provee al personaje de cierta distinción; por otro lado, su atuendo evidencia que proviene de una época anterior, y su comportamiento misterioso provoca en el lector las ansias de descifrar los misterios que oculta este sujeto. El primer capítulo es mi favorito porque Luther me genera excesiva curiosidad y promete otorgarnos respuestas inesperadas. De los tres, es el que mejor funciona y quien carga mayor personalidad.
El sufrimiento que vive cada noche y su deseo de proteger a los menores de la familia podrían beneficiarle con motivaciones fuertes y marcadas; lamentablemente tuve problemas al hallar cuáles eran los deseos verdaderos del personaje y las razones de su actuar me resultaron confusas en ocasiones.
Luther entra en escena al final del primer capítulo para ofrecer cobijo a los chiquillos ante la tormenta que se avecina. Más adelante descubrimos que Luther es torturado a diario por unas pequeñas hadas-demonio que se alimentan de su energía y que buscan activamente un nuevo huésped, quizá porque ya le chuparon al pobre tío todo lo que le quedaba. Luther sabe muy bien que permitir la entrada de cualquiera a la casona implica que probablemente le traspase la maldición a otro miembro de su familia. Por otro lado, se nos explica que ante el mínimo atraso en la entrega de provisiones, los demonios tomarán posesión de un descendiente de Luther. Aunque en realidad son su familia lejana, pero supongo que el contrato tenía alguna cláusula referente a los sobrinos y nietos. Durante el epílogo, Catalina vuelve a retrasar la entrega de provisiones y luego anuncia que descenderá al sótano para así adquirir la maldición y liberar a su hermano.
Entonces, ¿cuál factor es más importante? ¿Las provisiones o el hecho de entrar al sótano? Si nadie entrega nada, ¿los demonios vuelan hasta el familiar más cercano? Entonces, ¿para qué querría Catalina bajar al sótano? ¿Para acelerar el proceso? Y si basta con no recibir los alimentos para ser liberado, ¿no habría sido mucho más simple para Luther caminar hasta el pórtico y gritarle a los chiquillos que se llevaran la comida? Con su ingenuidad, es probable que hubiesen obedecido.
Bueno, me estoy yendo por las ramas. El punto es que Luther invita a los chicos dentro de la casa. Pero ni bien ingresan les comienza a advertir sobre cosas terribles que podrían sucederles y sobre lo que deben y no deben hacer. Entonces, ¿Luther buscaba dañarlos o protegerlos? A primera vista parece lo segundo, por la cantidad de advertencias que da, la sal y todo eso; pero cuando terminamos de leer el relato y damos con que Luther huyó con Catalina apenas un rayo de sol tocó el horizonte es evidente que estaba ansioso por escapar. Ni siquiera va a explicarle a la madre moribunda qué diablos sucedió con su hijo púber.
¿Cuáles eran las verdaderas intenciones de Luther? Como se nos plantea, existe un número limitado de opciones:
- Luther quiso proteger a los mellizos todo el tiempo. A favor tenemos: que les advirtió en múltiples ocasiones tanto del libro como del sótano y que echó sal frente a sus habitación. Sin embargo, no parece probable ya que los invita a entrar a la casa cuando sabe que el retraso en la entrega y los acontecimientos futuros significan que los niños podrían acabar muertos o mucho peor. Morir fulminado por un rayo en la tormenta parece un destino infinitamente preferible.
- Luther engañó a los mellizos para ser libre. Un giro inesperado e interesante sería que Luther los haya engañado desde el inicio para traspasarles la maldición y así escapar. A favor tenemos que: no intentó nada para ayudar al pobre desdichado de Federico, los invitó dentro de la casa desde un inicio y huyó tan pronto sus deterioradas piernas se lo permitieron. Pero, si está tan desesperado por escapar que condenaría a un niño a un sufrimiento eterno, entonces es de esperarse que haya probado con la madre anteriormente. Excepto que no lo hizo: la madre asegura haberlo visto una sola vez en su vida, de pequeña. Por otro lado, si un retraso en la entrega de las provisiones asegura su libertad, habría resultado más sencillo espantar a los chiquillos a recibirlos en la casona; y si necesitaba que alguno de ellos leyese ese libro, debió haber sonreído cuando Fede lo tomó en lugar de arrancárselo de las manos.
- Luther sufría un conflicto interno. Esta propuesta me resulta interesante: Luther, en la locura inducida por décadas de dolor, luchaba contra el deseo de otorgar la maldición a uno de los niños, y por eso sus acciones son tan inconsistentes a lo largo de la historia. Mas esta teoría se cae rápidamente bajo su propio peso cuando nos cuestionamos qué habría hecho el tío Luther ante el mínimo atisbo de cordura: exhortar con fervor a los chicos que se largasen. Patearlos y gritarles hasta estar ronco.
- Luther está siendo controlado por las hadas. El narrador se toma el trabajo de dejarnos muy en claro cuándo Luther cierra los ojos y los abre repentinamente. Esto no parece ser un detalle narrativo irrelevante: por tanto, se me ocurrió que estos momentos marcaban las transiciones entre el Luther bueno y el malo. O, quizá, hablaba con los demonios cuando cerraba los ojos, y estos le exigían que entregase a los chicos, ya que es establecido en la historia que Luther posee la capacidad de comunicarse con los seres. O al chico, al menos. Quién soy yo para juzgar gustos. Pero si este es el caso, Luther habría vuelto en sí al escapar de la casa y se habría arrepentido. En lugar de eso, corre a la estación de tren más cercana antes si quiera de ir a informarle a su nieta que, ups, su hijo estará encerrado con monstruos carnívoros por el resto de la eternidad. In the other hand, en ningún momento vemos a Luther realizar una acción que muestre su conexión con los demonios o que nos haga dudar de que sea el mismo Luther que todos queremos y amamos. Y el Luther que recibe a los niños en la casa les advierte de que no toquen nada y no se molesta en ocultar sus cicatrices, lo cual sería muy estúpido de los demonios si es que están manipulando al pobre hombre.
También tenemos al Luther del pasado, ese pobre infeliz cuyo único pecado fue nacer como tercer hijo. ¡Ah, la desdicha de los hermanos menores! Por lo general son los hermanos mayores los que te molestan y golpean, no unas hadas demoníacas cargadas de energía oscura. Pobre. Me agradó conocer esta parte del personaje, que no solo revela cómo todo llevó hasta el punto actual sino también nos muestra un poco más acerca de la transformación del personaje a través del sufrimiento que elige pagar.
Además, se establece que las hadas pueden hablar. Supongo que, en los casi cuarenta años que han mantenido encuentros íntimos, Luther debe haber tenido unas cuantas charlas con estas cosas. ¿No pudieron llegar a un acuerdo mutuo que beneficiara a ambos? O, ¿era ese acuerdo la entrega de uno de los niños a cambio de su liberación? Uno de los aspectos que más me intrigaba de la historia era la relación entre Luther y los monstruitos, pero durante el transcurso del relato no se nos presenta una sola interacción entre ambos. En mi opinión, un diálogo corto podría haber funcionado de forma espléndida y resuelto varias dudas.
En conclusión, Luther es mi personaje favorito de la historia y me intrigó mucho a un inicio, pero sus motivaciones ambiguas evitaron que disfrutase al máximo de su desarrollo.
FEDERICO
Federico es el niño idiota que toda historia sobre maldiciones necesita para que haga lo que el resto del elenco le aconseja que no haga. Federico elige llevarle comida a un tío que nunca ha visto en su vida en vez de buscar algún doctor para su madre agonizante. Tiene doce años y su motivación es no morir durante la tormenta. Perfecto: una razón clara y concisa para moverlo de un lado a otro.
Su introducción me agradó, ya que tenemos a este personaje, con una tarea definida, en un problema que debe resolver. Federico toma la decisión de buscar protección en las cercanías de la casa del tío Luther, y eso es lo que los personajes deben hacer en toda buena historia: tomar decisiones de las que luego se arrepentirán.
Las características de este personaje se hacen evidentes conforme avanza la trama. Y su característica principal es que es muy curioso y un tanto idiota, y le va a costar muy caro.
Lo positivo de manejar tan pocos personajes en una historia es que todos tienen cosas que hacer y conservan relevancia. Federico no se queda atrás: la trama no habría funcionado sin él y eso le da peso como personaje. Nos damos cuenta de que toma a Luther nada más que como un loco. Y es bastante valiente, o de otro modo no se habría aventurado a indagar entre los libros que su tío loco y peligroso le advirtió que no tocase. Vamos, yo no sé, pero si un demente que ha manipulado cuchillos mientras preparaba la cena me dice que no toque algo, no lo toco.
Federico descubre un gif dentro del libro maldito que reposaba en la biblioteca a unos pasos de El señor de los anillos, no sé por qué Luther lo puso ahí en lugar de guardar ese y otros tantos libros alemanes del mal en algún baúl con diez cerrojos. Otra vez, nos encontramos con el problema de no saber si Luther quiere o no que el niño lea el libro. Si lo desea, ¿por qué se lo impide la primera vez? Quizá porque no era de noche, pero estoy adivinando. Y si no lo desea, ¿por qué no esconde el libro antes de invitar a sus nietos a que paseen en la biblioteca? ¿O después de que Fede demostrase evidente interés en ese libro en particular? Uno podría argumentar que Luther no sabía que sucedería si lo leía, pero más adelante está convencido de que los demonios irán por él. De un modo u otro, la lógica interna de la historia no sostiene estos hechos.
A la mayoría de lectores les irritará Fede debido a su imprudencia. A mí en lo particular no me molesta, me agrada el personaje porque es al que vemos cambiar en mayor medida. Lo vemos feliz al inicio de la historia y destruido y maduro al final de la misma. Cumple su arco y por ello está, dentro de lo que cabe, bien construido.
CATALINA
Catalina me genera conflictos internos.
Por un lado me gustó mucho su arco: inicia la historia temerosa, sin querer volver a casa porque odia las tormentas, y accediendo a las sugerencias de su hermano; y termina la historia con una decisión tan difícil que tardó treinta y un años en tomarla: aceptar el suplicio eterno que corresponde a quien recibe la batuta del pago de los crímenes que su tatarabuelo cometió (y que los demonios siguen cobrando más de un siglo después).
Por otro lado, no hace nada en la historia más que obedecer. Obedece a su madre al ir donde su tío. Obedece a su hermano al buscar refugio cerca de la casona. Obedece a su tío al escapar de la casa, abandonando a Fede, su mellizo, a su suerte. Y obedece a los mandatos de este contrato demoníaco al aprovisionar a Fede durante más de treinta años. La única acción que realiza conscientemente en la historia sucede durante el último párrafo del último capítulo.
Pero vamos, en un relato no se puede explorar la internalización de cada personaje, no hay que ser injustos. Si lo vemos en perspectiva, me parece que Cata cumplió las funciones específicas que pesaban sobre ella. Der Kellerschacht cuenta con nada más que cuatro capítulos, de los cuales uno está dedicado a narrar el pasado. Luther y Fede se roban la atención durante la mayor parte del relato; pero de cierta manera, siento que esta es la historia de Catalina. La historia de cómo presencia un evento trágico y permite que estos sucesos la destruyan psicológicamente, tanto que es incapaz de llevar una vida normal; sin embargo, y pese a su pobre salud mental, lucha contra sus demonios internos hasta sobreponerse a sus temores y elige ayudar a su hermano, al que no ve hace más de treinta años, a regresar a la sociedad.
Excepto que no, estás equivocado, Catalina no colabora con su hermano. Considéralo: si no lo salvó durante tres décadas, ¿por qué lo haría ahora? La verdadera razón de los acontecimientos del epílogo es la rendición de Catalina. Finalmente ha sido derrotada por sus miedos e inseguridades y se entrega a esta vida de dolor de la que no se puede escapar con la esperanza de sentirse mejor consigo misma. En aquella casona no necesitará lidiar con nada ni con nadie más que con esas hadas terroríficas; ya no necesitará tomar decisiones difíciles ni arrepentirse de lo que pudo haber hecho.
De cierta manera, su libertad es opuesta a la de Luther. Ella necesita estar encerrada para ser libre. ¿Estoy viendo más de lo que sucede realmente? Quizá, pero eso es parte de la diversión.
LA HISTORIA
DER STURM
La tormenta impide que los chicos regresen a sus casas, por lo que toman la peor decisión de sus vidas: ingresar a la casona del tío loco. Este capítulo fue mi preferido porque nos presenta una situación ya en curso y nos plantea diversos misterios, lo que enciende la chispa de la curiosidad. Me habría gustado un diálogo más desarrollado entre Fede y Cata. Lo único que hacen es exponer datos que ellos ya saben, por lo que no resulta natural. «Mamá nos dijo tal cosa», «acuérdate que el tío está loco», «no podemos volver así». Cosas un tanto innecesarias. En lugar de eso me habría encantado ver un poco más la relación entre Cata y Fede para comprenderlos como personajes. Esto también habría dado más peso a la elección de Catalina al final de historia; no se nos muestra en ningún momento el afecto que siente uno por el otro.
Cuando Luther los recibe es genial. Sus brazos están llenos de cicatrices; espera, ¿eso quiere decir que sangra cuando se lo comen? ¿Y no muere? ¿Las cicatrices no son parte de lo que no envejece en su cuerpo? ¿También tiene cicatrices en el pecho, donde le arrancan el corazón? Bueno, son cosas de fantasía, ignorémoslas. Fede y Cata observan que el tío Luther está sucio y desaliñado, pero incluso así se preguntan si es un fanático de la limpieza apenas divisan el interior de la casona. ¿No acabas de decir que está sucio, niño? Ok.
El tío advierte del sótano, por supuesto, y lo que todos pensamos es que al final de la historia se verán forzados a bajar al sótano; es decir, ignorar la advertencia. Spoiler: el sótano tiene mínima relevancia en la historia. ¡Debió advertirles de la biblioteca! Está viejo.
DIE BIBLIOTHEK
La biblioteca es el único método de entretenimiento del pobre Luther, que invita a los chiquillos a divertirse en ella. Lástima que la mayoría de los libros esté en alemán y los demás en español de España, ¡no van a entender nada, Luttie! Este capítulo es largo y ocurren muchas cosas. Me gusta porque la acción no se detiene para dar extensas e innecesarias pláticas de exposición. Pese a sus raíces alemanas, Luther maneja muy bien el español si tenemos en cuenta que no ha practicado en unas cuantas décadas. O quizá habla solo, pero no creo, eso lo haría un loco, y el punto de la historia es que no está verdaderamente loco... o puede que sea un doble plot twist... bah, dejémoslo en que es un dotado en los idiomas.
El pobre Fede posa las manos sobre un libro nicht fur Kinder; no, no es un insulto, significa que no es para niños. El tío Luther no sabe de Wattpad, donde los niños leen y escriben historias nicht fur Kinder todo el maldito día. Le daría un ataque. Quizá Cata use Wattpad y escriba Enamorada de mi tío loco tras estas aventuras. Aunque lo más probable es que consulte un psiquiatra. Sí, eso también. En fin: Fede coge un libro y su tío le advierte que no lo toque. Más adelante descubrimos que este libro tiene alguna clase de conexión vaga con los demonios del sótano. Volvemos a preguntarnos si el tío quería o no que lo leyese, pero en fin...
Luego Fede corre a leer ese libro prohibido porque su tío le dijo que no era para niños y él entendió mal, y bueno, está en la pubertad, así que atesora esas cosas que no son para niño. Pero, en serio, ¿qué tan desesperado hay que estar para desobedecer al dueño de una casa tenebrosa, alejada de la civilización, que está claramente insano? Además es un libro en alemán, ¿qué de interesante esperas encontrar en él? Federico descubre que es un libro con ilustraciones increíbles en detalle. Nada más leerlo, las hademonios empiezan a llamarlo desde el sótano, pidiendo que lo abra, pese a que es evidente que ellas pueden abrirlo por sí solas, o de otro modo hace mucho que Luther las habría encerrado con un par de armarios encima.
Me habría gustado entrar un poco más en la mente de Fede para comprender sus actos con mayor claridad, pero este capítulo es bastante disfrutable en general.
DER FLUCH
Este es el punto previo al final que multitud de historias de fantasía y misterio utilizan para contar los eventos pasados que aclaren parte de los acontecimientos del presente. Sirve para brindar exposición sin caer en diálogos aburridos. Acá se nos cuenta sobre el padre de Luther, que llegó a Argentina con un baúl. Descubrimos que la maldición de los Keller se originó tras el hurto de unos libros malditos y su uso incorrecto para aprender magia oscura por parte del padre. Aprendemos también un poco de Luther antes de padecer el terrible sufrimiento que le heredaron junto a la casita.
Ah, y las provisiones resultan ser parte del contrato con los seres endemoniados, no simples provisiones para impedir que Luther muera de hambre. Se establece que el mínimo retraso consistirá un pecado gravísimo, mas la madre debe haber ignorado este pequeño gran detalle, ya que mandó a sus hijos a una muerte segura de otro modo.
STRAFE
El niño se imagina que las criaturas que no alcanzó a ver sí lo vieron a él y que planean torturarlo, matarlo o peor. ¿Qué hace? Meterse en la cama. Vamos, vete corriendo. Al diablo la tormenta, ya ha amainado lo suficiente. Pero bueno, no es el más brillante de su clase como ya lo ha demostrado con creces, menos mal que ya no deberá atender a clases, porque tras ser devorado vivo por los Gremlins se transforma en la nueva víctima de esta linda tradición familiar. Me agrada la manera en la que Luther se hace presente y se larga con la hermana. Pareciese que la está ayudando, pero en verdad todo lo que quiere es asegurarse que la chiquilla cumpla su parte del trato y librarse para siempre del sufrimiento casi eterno al que lo habían sometido.
Luther se toma un tren y se va a Hawaii a broncearse un poco, ha de estar muy pálido.
EPILOG
Catalina queda traumada de por vida como corresponde. La madre había muerto. Un detalle acorde a la lógica de la historia: resuelve un par de cabos sueltos y enfatiza la caída de los protagonistas. Se va con sus tíos a algún lugar cercano para proseguir con la tarea de la comida, aunque me preocupa que nadie le haya avisado sobre la tardanza en el delivery. En Pizza Hut pierden unos pesos si tardan más de treinta minutos, en esta historia pierdes el alma si te tardas un día. Pero bueno, como ya comenté, ese punto es bastante confuso así que no ahondaremos más en él, no creo que haya una explicación clara a qué sucedería en cada situación determinada.
Treinta y un años más tarde, Catalina, que ha sentido una culpa tremenda durante todo este tiempo, reúne el coraje suficiente para intercambiar el puesto de guardia con su hermano. Debe haberlo querido bastante, o quizá ya estaba cansada de llevarle provisiones. Yo no crecí con hermanos así que no puedo opinar, pero, ¿tanto se quiere a alguien que apenas recuerdas y que hace tres décadas que no ves? En fin, Catalina (la protagonista verdadera de la historia) abre la puerta de la casita y abraza a su hermano (cosa que no sé ni entiendo por qué no podía hacer antes, no es como si la maldición fuese una enfermedad contagiosa) para confirmarle que planea descender al sótano. Roll credits.
A ver, el problema es que Fede en ningún momento fue al sótano, ¿por qué Catalina asume que eso basta para liberar a su hermano? Quizá Luther le haya explicado algo que no sabemos durante ese trayecto a la estación del tren, pero no resulta claro por qué no replica los pasos de su hermano o pregunta por aquel viejo libro; aunque ella tampoco tiene manera de saber que su hermano lo leyó. De hecho, si seguimos el punto de vista de Catalina, ella desconoce la mayor parte de los acontecimientos que sucedieron en la historia porque estaba en su cama. La única explicación es que alguien, Luther o sus otros tíos, le hayan otorgado detalles posteriores que la ayuden a conectar los puntos. «Ah, ok, eso pasó». Claro que la omisión de estos diálogos colaboran con el impacto del final de la historia, pero un guiño previo no habría estado de más.
Me gustan las dos frases finales de todos modos.
ASPECTOS TÉCNICOS
No me gusta incluir aspectos técnicos en los detalles a revisar por varias razones:
1. Es inútil, ya que, a diferencia del argumento, se corrige en diez minutos y la reseña queda obsoleta.
2. Aún me queda mucho por aprender sobre gramática y esas cosas aburridas. Me equivoco a montones en esos detalles. Esta reseña seguramente está plagada de errores.
3. Me estresa revisar la RAE cada veinte segundos, a ver si se puede decir eso así.
4. La mayoría de las veces, como esta, los errores se deben más a la falta de edición y tiempo que de experiencia y talento.
Por todo eso hoy omitiré las correcciones gramaticales y los dedazos (¿en serio alguien critica eso? Come on) y resaltaré las repeticiones de palabras que noté que abundan en la historia. (Probablemente por una falta de edición y tiempo, sí).
Alguna
Comunicar
Llevar
Vista, visto, veía
Acá va un » en vez de un —
Encontrar
Salir siempre me ha parecido un verbo muy feo, no sé por qué
Sumo y aparecer
Llegar (1), quien, y va punto y coma en vez de coma
Llegar (2) y oscuro. Nótese también que dos oraciones en el mismo párrafo empiezan con «tenía».
Llegar (3) y gran.
CONCLUSIÓN
DER KELLERSCHACHT (he leído tantas veces esta historia que ya puedo escribir el título sin consultarlo, alguien deme un premio o algo) es un relato oscuro e interesante que te mantiene ansioso de más información, con un final brillante y personajes definidos, pero a los que les falta motivaciones claras y un poco de lógica en el actuar. La mitología planteada es intrigante pero poco precisa.
¿DEBERÍAN LEERLA? SÍ, con tanto romance juvenil ya toca leer algo un tanto oscuro, ¿no? Toma poco tiempo y deja buen sabor de boca. Yo la leí unas seis veces para escribir esta reseña y no me aburrí.
¡MUCHAS GRACIAS A NATALIA POR ESCRIBIR ESTA HISTORIA Y NO PEGARME EN LA CABEZA POR CRITICARLA DE MANERA TAN BURDA!
Gracias por tanto, perdón por tan poco. Un saludo a las tres personas que hayan leído hasta aquí. ¡Suerte!
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