L.2 Capítulo 4

Nota: Desde 2018 tenía planeado que Peace Sing fuese la canción de este capítulo, lean la letra :D (es la primera nota que escribo antes de iniciar un cap :0)

Izuku 

El silencio reinaba en la habitación, era la primera vez que me encontraba recostado en un diván siendo observado por una psiquiatra.

Nunca pensé en escoger esta opción, mi mente siempre estuvo cerrada hacia cualquier tipo de ayuda externa, solo ese placentero dolor y mis oscuros deseos de acabar con mi vida bastaban.

Nadie me aconsejó, siempre estuve solo, siendo acosado e ignorado.

Si no fuese por la historia del Sr. Toshinori jamás habría decidido ir a una psiquiatra, él respondió aquella pregunta que me hizo tener el valor suficiente...

Estoy seguro de que si retrocediésemos hace unos meses atrás, yo me habría negado, estaba perdido en la penumbra, no tenía a nadie y la muerte era la mejor solución que pasaba por mi mente, pero ahora tengo amigas y el Sr. Toshinori quiere ayudarme.

-¿Qué te parece si me hablas un poco de ti?- Me preguntó la mujer de forma suave.

Pensé por unos segundos qué responder, no quería decir alguna estupidez o hablar demasiado, observé mis manos y solté un suspiro.

-No sé qué decir- Dije mientras jugaba con mis dedos –No soy muy bueno hablando de mis problemas, aunque siendo franco nunca he tenido a alguien como usted con quien poder decirle cómo me siento.

Decidí observar a la Srta. Jane, ella me sonreía en silencio esperando a que continuase, pero no dije nada, estaba en blanco.

-¿Tienes amigos?- Preguntó la psicóloga interesada.

Asentí y dije –Dos amigas, Jiro y Ochako- sonreí al pensar en ellas –A Jiro la conocí a finales de marzo, ella tocaba con su guitarra en una plaza y el destino quiso que ella escuchase algo...

"Yo también deseo morir"

Cerré los ojos al recordar esa dolorosa frase.

Duele recordar los motivos del por qué comenzó esa idea.

"Tal vez no tengas a alguien ahora, pero hay cientos de personas en este mundo a las cuales puedes conocer y formar bellos vínculos de amistad, pero por querer matarte le quitarás esa oportunidad de conocerte"

Sonreí al recordarla decir eso, en ese momento solo pensé que eran bellas palabras de una soñadora.

Creo que en parte ella tenía razón.

-Ella me hizo hacer un trato para que no... no hiciese eso - Tragué con fuerza, no quería decir esa palabra en voz alta, dolía decirla en una oración con normalidad, hacía la situación más dolorosa de decir –Jiro me dijo que no lo hiciese hasta el veinticuatro de junio, ella quería aplazase lo inevitable por un par de meses y no sé por qué acepté ese trato, después de todo ya tenía asumido que todo se acabaría.

Me quedé en silencio al pensar que sucedió después del trato.

-¿Y funcionó?- Preguntó la Srta. Jane con curiosidad.

"Eres una mierda mentirosa, ¿Quién demonios desearía ser amigo de un ser tan despreciable como tú?"

"Ve a tu dormitorio, no puedo ver el rostro del culpable de que mi marido se fuese de mi vida"

¿Por qué ella era tan cruel por ese monstruo?

Odio a Inko, ella es la causante de todo.

-En absoluto, si lo pienso de una forma retorcida es gracioso- Reí sin diversión -Llegó Ochako y nos sorprendió, y con su actitud alegre cambió la situación a una agradable... fuimos a comer helado los tres, estaba feliz, porque fue la primera vez que sentí que era un adolescente normal con amigos que salen a divertirse.

Sonreí al recordar esos breves momentos de felicidad antes de que todo se transformase en una pesadilla.

-La pasé bien, hace mucho que no sentía tanta tranquilidad, creí que sería un nuevo comienzo- Dije con tristeza y recordé la mirada de mi madre –Pero cuando llegué mi madre me devolvió a la cruel realidad.

Guardé por un par de segundos silencio y continué –Ella estaba ¿ebria? Y dijo lo usual, que yo era un ser despreciable y que fui el culpable de que ese monstruo la dejase... fui a mi dormitorio y recordé cada frase que mis compañeros me han dicho y me dejé caer desde la ventana, me sentí dolorosamente libre.

Sentí un nudo en la garganta y comencé a llorar –¡Morir era mi única opción, estaba desesperado por dejar todo atrás y que al fin nadie volviese a molestarme, que las voces de mis compañeros atormentándome se callasen de una vez por todas!

Entre sollozos dije –No quiero continuar hablando de eso... es demasiado doloroso-.

-Tranquilo Izuku, podemos hablar de otras cosas, lo que te haga sentir cómodo...

Al salir de la sesión no podía creer cuánto había hablado, tenía planeado hacerlo como el Sr. Toshinori, de forma gradual... pero simplemente escupí todo.

-¿Cómo te fue Izuku?- Preguntó el Sr. Toshinori devolviéndome a la realidad.

-B-bien...- Dije mientras salíamos del edificio, sí había ido bien ¿Creo?

-Si no te sientes cómodo o cualquier cosa por el estilo, no tienes que seguir- Dijo el Sr. Toshinori, sonreí por sus palabras.

-Quiero continuar, la Srta. Jane es una mujer agradable y me siento cómodo- Dije con una sonrisa.

-Me alegro, ¿Qué opinas de ir a comer algo?- Preguntó el Sr. Toshinori, –Para celebrar tu primera sesión- ofreció el Sr. Toshinori con una sonrisa orgullosa.

Sonreí al ver su expresión, se sentía bien que alguien como él te apoye.

-Me gustaría comer otra vez una pizza- Dije entusiasmado –Pero de otros ingredientes para variar.

El rubio alzó su pulgar con una sonrisa de oreja a oreja.

Desde ese día decidimos que después de una sesión iríamos a comer a un restaurante lo que sea, era una forma de celebrar que cada día daba un paso adelante, quiero avanzar, deseo crecer como persona y ser parecido al Sr. Toshinori, quiero sonreír como él.

30/11/2018

El tiempo ha pasado volando, la psiquiatra me recetó bonitas pastillas de colores, una parte de mí ya lo había asimilado, lo importante es que me han ayudado a relajarme y controlar las voces.

También me ha ayudado a buscar métodos para controlarme y calmarme, los medicamentos tampoco arreglaban por arte de magia todo.

Admito que a veces me siento mal, pero ella dice que es lo normal, eso me tranquilizaba. Yo no era un caso perdido, las cosas son lentas, pero seguras.

Me recomendó encontrar una actividad que me guste y me divierta, necesitaba distraerme, ya que no estaba yendo a la escuela, no puedo estar solamente sentado con el teléfono hablando o viendo cosas con éste.

La psiquiatra sabía qué me gustaba, tal vez era una forma de que retomara la pintura o tal vez no, no lo sé, todavía sentía que era un fracaso en la pintura, pero si es solo por diversión, no es necesario demostrarle nada a nadie.

Eso detestaba de ir a la psiquiatra, me cuestionaba mis decisiones, no de forma negativa, buscaba el "tal vez sea una buena idea".

Quiero creer que eso es lo mejor.

El Sr. Toshinori ahora comenzó a trotar conmigo, dijo que de tanto comer pizza y helado subió de peso, por lo tanto, me pidió que lo acompañara, todas mañanas trotábamos.

Me gustaba trotar, al principio me costó mantener el ritmo, con suerte hacía deportes en la escuela, me daba vergüenza ejercitarme al frente de mis compañeros, se reían de mí, también sufría más calor por miedo a sacarme mi sudadera.

Sí me la saco se verían los recientes cortes...

Ahora uso manga larga y una sudadera, desgraciadamente las cicatrices quedan, algunas se borraron, pero las más profundas perdurarán.

Amo el invierno, no creen que esté loco por matarme de calor.

Es horrible verlas, me siento un idiota y me da vergüenza, una vez trotando el Sr. Toshinori me preguntó por qué no me las quito, preferí solo mirarlo, y creo que comprendió.

El Sr. Toshinori no volvió a preguntar, incluso cuando se me olvida la sudadera y me doy cuenta, él ya sostiene una sudadera.

Él sabe que me preocuparía y asustaría, eso sí espera a que me dé cuenta, tal vez es su forma de ver si logro controlarme un poco más, al final no, pero allí la tiene y me la entrega.

Ochako no pregunta, no sé si no se ha fijado o no necesita que yo le diga para entenderlo.

Prefiero que no diga nada, es más cómodo para los dos.

Al llegar del psiquiatra, estaba tan cansado que fui directo a dormir, un día demasiado agotador.

Estaba recostado y cerré los ojos...

Caminaba por un extenso y verdoso bosque, el viento era refrescante, no era helado, pero tampoco caluroso.

Caminando llegué a un camino de tierra, podía seguir el verde y floreado, pero la curiosidad me llamaba.

Al caminar encontré una escena que me atormenta cada vez que pienso en siquiera pensar en pintar.

Bakugo y esos niños rompiendo mis dibujos, mi padre menospreciando mi arte, los insultos.

"Pintas horrible" "Nunca ingresarás a Yuuei" "Eres un fracaso"

Verme de pequeño llorar, es horrible, sentir las voces retumbar estruendosamente en mi cabeza es una agonía.

¿Por qué no se callan?

Una voz, mi voz me llamó, me di la vuelta y me vi materializado, era idéntico, no sonreía, se veía serio, pero no triste.

Me fijé que no estaba con sudadera, pensé inmediatamente que era la versión mía normal, una sin ningún problema, aquella que es fuerte.

Esa versión levantó sus brazos, tenía las cicatrices, ¿Por qué las mostraba?

Me di la vuelta, todos los niños me atormentaban a mi yo de pequeño.

-Puedes dejar de mirar esa escena si lo deseas ¿Lo sabes?- Dijo, digo ¿Dije?

Lo miré asustado y dijo -Es nuestra mente, echa a eso imbéciles de una vez por todas, sus chillidos me estresan, los golpearía, pero son niños...

Lo miré extrañado, ¿Qué demonios?

-Es una broma- Dijo burlesco -Debemos entrenar las bromas...

No le respondí, frunció el ceño y chasqueó los dedos, todos se callaron, solo éramos los dos en un frondoso pastizal que se movía por el viento.

-Estoy cansado- Dijo sin más.

Pensé inmediatamente que otra vez era la oscuridad, no quiero estar cansado de vivir, tenía que despertar.

-¿Por qué no abres nuestros ojos?- Preguntó, sus ojos verdes me miraban fijamente, tenía mí misma mirada, no se veía como alguien feliz, pero tenía un extraño brillo en la mirada.

-Ellos ya no están en nuestra vida, no tenemos por qué seguir escuchándolos, por favor ignóralos.

Me suplicó o supliqué.

-Hemos hecho grandes obras, sorprendentes, la de la escuela hizo furor, nunca hemos necesitado la aprobación de nadie cuando pintábamos como Yamikumo.

No quise responderle, porque decía una verdad que no podía cuestionar.

-Podemos pintar sin que nadie lo vea, no es necesario que desconocidos la vean, el Sr. Toshinori y Ochako conocen nuestras obras como Yamikumo, no es necesario que otros lo sepan.

Su mirada era tan suplicante, verme de esa forma es doloroso, pero tenía miedo.

-Por favor no nos quites la pintura, solo será para divertirnos, no es para que nos califiquen- Continuó, tuve que cerrar los ojos, dolía demasiado mirarme -Sé que también deseas pintar, eres yo después de todo ¿Cierto?

Abrí los ojos, sentía mi respiración acelerarse, recuerdos de como disfrutaba la pintura, antes de haber sido Yamikumo, la sonrisa de Ochako, mi sueño de hacer feliz a las personas...

-¿Cuál era nuestro sueño de pequeños?

-Ingresar a Yuuei y pintar...

Negó con la cabeza y sonrió -Pintemos nuevamente.

-No, no sé cómo hacerlo bien, no quiero hacerlo horrible, no de nuevo.

-¡Ya sé!- Dijo mientras se volvía mi versión de niño, ese niño que aún sonreía.

-¡Pidámosle ayuda al Sr. Toshinori! ¡Él nos ayudará! ¡Quiero pintar para hacer felices a las personas!

Desperté de golpe, yo quería hace felices a las personas.

Comencé a llorar al recordar mi sueño infantil, actualmente no me interesaba aquello, pero quería hacer felices a quienes están a mi alrededor.

Quiero volver a pintar, deseo aprender mucho más de lo que sé hacer ahora...

Deseo volver a amar la pintura; miré la hora, eran las ocho de la tarde; me levanté de la cama y corrí hacia el primer piso, sabía que, si no lo decía ahora, jamás le preguntaría.

El Sr. Toshinori veía la televisión, mientras comía unas galletas.

-Sr. Toshinori, tengo algo que decirle- Dije interrumpiéndolo, el Sr. Toshinori se volteó preocupado.

-¿Qué ocurrió?- Preguntó, su rostro era bastante transparente.

-Y-yo... la psiquiatra dijo que hiciera una actividad que me guste y lo único que me gusta es pintar- Respondí nervioso, mi alma se iba a salir de mi cuerpo -Quería saber si usted puede enseñarme a pintar.

El Sr. Toshinori se sorprendió y sonrió animado, se veía emocionado por lo que dije.

-Claro, te voy a enseñar el estudio de arte- Dijo con una enorme sonrisa.

Se veía tan feliz, eso me hizo sonreír, él que quería enseñarme a pintar.

-Acompáñame- Dijo levantándose del sofá, me guio hacia una puerta y la abrió...

Al ingresar me sorprendí al ver un lugar tan amplio, su suelo era de roble, el techo era de madera barnizada, las paredes eran blancas y lisa, parecía ser ¿cemento?, me tentaban a decorarlas, fruncí el ceño, no podía arruinarla.

Tenía dos ventanas, una al frente de la otra, las cubrían gruesas cortinas; tenía muchas pinturas, lienzos y un par de atriles.

Todo era bastante organizado en sus respectivas cajas y estantes, no me imaginaba que es el Sr. Toshinori fuese tan organizado.

-Siempre pierdo todo, por lo tanto, me organizo demasiado para no perder las cosas, al final todo esto terminará desordenado hasta que termine lo que estoy haciendo.

Sonreí al escuchar eso, no me lo imaginaba como alguien excesivamente ordenado.

Me enseñó el lugar, todas las cosas que tenía, y por último una habitación.

Era muy linda y sencilla, en sus paredes colgaban muchas pinturas de distintos estilos, pero todas firmadas con un "Nana"

-Todas estas son las obras que me dejó mi maestra, algún día las expondré en una galería- Dijo el Sr. Toshinori acercándose a una pintura de un hombre, él tenía el cabello castaño, ojos aguamarina y tez bronceada, se veía bastante feliz con su traje negro y corbata granate, el fondo tenía una iglesia y un cielo azul, pero había un espacio blanco con la clara forma de una mujer.

Me acerqué a la pintura y vi el dibujo, era una mujer con un vestido de novia, al instante supuse que era Nana Shimura y su esposo.

-No alcanzó a terminarla- Dijo el Sr. Toshinori, mi corazón dolió al verla, solo faltaba ella en ese cuadro inconcluso -Es del día de su boda, se veía muy linda, ella siempre me mostraba sus fotografías con orgullo...

Me fijé que en la mesita estaba la fotografía que ella había utilizado.

-Desearía hacer una pintura para finalizarla, pero simplemente no me atrevo...- Dijo más para sí mismo.

No quise decir nada, pero me gustaría alguna vez hacerla y regalársela al Sr. Toshinori.

-Bueno, ¿Qué opinas si cenamos y te explico cómo será tu primera clase?

Sonreí y asentí, estoy seguro de que iba a ser un buen año.

-¡Nunca he tenido un estudiante, así que aprenderemos juntos!- Dijo alzando su pulgar.

-¡No lo defraudaré!- Dije emocionado por el rumbo que estaba tomando mi vida.

Ambos fuimos a la cocina para preparar la cena, los días con el Sr. Toshinori ya no eran grises, al fin quiero despertar y desayunar en la mesa, porque sé que alguien estará a mi lado, mi vida se está encaminando para mejor.

Dudo que algo pueda cambiarla...

Estaba caminando por un frondoso bosque, miraba a mi alrededor en búsqueda de algo o alguien, no lograba encontrarlo, me sentía perdido y la angustia me consumía; comencé a correr como loco buscando eso, necesitaba encontrarlo; esquivaba las ramas, saltaba las rocas, mis pulmones dolían, mis ojos ardían, ¿Qué estoy buscando?

Escuché el sonido del agua contra las rocas, me llamaba, cambié mi rumbo y corrí en búsqueda del agua; cuando al fin salí del bosque miré a mi alrededor, el río estaba ahí, algo en él me llamaba, necesitaba acercarme a éste. Accidentalmente, me tropecé con una piedra y caí al agua.

El agua me tragó, no sabía salir de éste, nunca aprendí a nadar, necesitaba ayuda...

Todo se volvió negro, a pesar de mis esfuerzos, el agua me había llevado hasta sus profundidades.

-¡Despierta!

No deseaba abrir los ojos, estaba cansado de luchar contra el agua.

-Izuku, despierta...

Esa voz angelical.

Abrí los ojos y giré mi cabeza, estaba recostado en el césped, ¿Alguien me sacó del agua?

Me levanté con dificultad, estaba agotado, miré a mi alrededor y me topé con Ochako, me acerqué a ella y le sonreí.

Estaba vestida con el clásico uniforme de Yuuei, se veía radiante con su sonrisa.

-El Sr. Toshinori me va a enseñar pintura- Dije de golpe –Estoy preocupado de arruinarlo.

Tenía miedo de ser un fracaso de estudiante, temo defraudarlo, me tiene tanta esperanza que me preocupa arruinarlo.

-¿Por qué temerías arruinarlo?- Preguntó extrañada -No eres malo pintando.

-No solo es pintar, hay tantas técnicas que debo aprender, materiales que no conozco ¿Y si lo hago mal?

-Es tu maestro, él te va a explicar y ayudar cuando te equivoques, eso es lo que hace un maestro o ¿me equivoco?- Dijo burlesca, esa no es Ochako.

-Tú no eres Ochako, ¿Cierto?- Dije con duda -¿Quién eres?

Se deshizo la imagen y apareció mi versión anterior, sonreía, sus ojos aún eran apagados, pero se veía feliz.

-No te escuchas a ti mismo, pensé que si teníamos la imagen de Ochako te harás caso- Dijo como si fuese lo más obvio del mundo –Eres demasiado testarudo, al menos le pediste ayuda al Sr. Toshinori.

Fruncí el ceño al escucharme hablar.

-Un punto para el subconsciente, cero para el consciente- Dijo con diversión, podía ver lo burlesco que es con su mirada, ese no era yo.

Era extraño, se estaba riendo en mi cara, pero no con una intencionalidad maliciosa.

-Creo que tendremos que practicar nuestro humor...

Negué con la cabeza, ya me estaba volviendo loco nuevamente.

-Oye, es un sueño, no por soñar estás enloqueciendo, yo solo digo... y las personas tendemos a hablar en voz baja con nosotros mismos, eso significaría que ninguno está cuerdo en el mundo- Respondió mi autoproclamado subconsciente.

Me dejé caer en el césped, ahora se había transformado en nieve, pero no sentía frío.

-Me gusta la nieve, algún día debemos hacer muñecos de nieve, esos que salen en las películas navideñas, me gustaría que fuese con nuestros amigos y el Sr. Toshinori el próximo invierno ¿Qué te parece?

-Eh...

-Soy tu, así que sí lo haremos- Respondió con seriedad –Ahora tenemos amigos, será más divertido...

Enserio, es imposible que sea yo, esta versión es más divertida y se ve con más vida, pero sin cambiar ese toque deprimente, una extraña mezcla.

-Quiero creer que algún día serás más Izuku- Dijo sin más, no entendí aquello.

-¿A qué te refieres?

Él solo rodó los ojos, como si fuese ridículo lo que dije.

-Algún día lo comprenderás, solo esfuérzate por encontrar al verdadero Izuku- Dijo con una pequeña sonrisa, se veía tan triste.

Dolía verme de esa forma, duele presenciar esa sonrisa que siempre uso para fingir que estoy feliz.

-No nos volveremos a ver y no recordarás este extraño sueño surrealista sacado del cliché de un cortometraje estudiantil, así que tranquilo, no sentirás un pánico ilógico de que estás perdiendo la cabeza y bla bla bla- Dijo burlesco, para luego mirarme con seriedad –Pero hay algo que sí "recordarás"

-¿Te crees muy gracioso? Eres el rey de la comedia- Respondí, sentía que fruncía mi ceño.

-Por eso te dije, practica nuestro humor, dah...- Dijo lo último con una mueca en el rostro.

-Un momento, ¿Qué será lo que recordaré?- Pregunté preocupado, él, digo yo, me ignoró, solo sonrió.

-Gracias por dar el siguiente paso, estoy feliz por aprender- Respondió, su mirada se veía tranquila y feliz.

Él desapareció convirtiéndose en nueve luces de distintos colores...

De la nada apareció Ochako, vestía una gruesa chaqueta rosada, gorro y guantes del mismo color, pantalones negros y botas de nieve blancas; sonreí al verla.

-¡Izuku, te estamos esperando con los muchachos!- Exclamó Ochako con una sonrisa, sus mejillas estaban sonrojadas por el frío.

-¿El Sr. Toshinori y Jiro están aquí?- Pregunté emocionado.

-Sí, pero también los chicos- Respondió agarrando mi mano, la cual estaba cubierta por un guante verde... verde y rosa, me gusta esa combinación.

Corrí con ella hacia donde estaban los otros, estaban haciendo muñecos de nieve.

-¿Cómo te has sentido?- Preguntó con su dulce voz.

La miré fijamente y dije –Cada día siento que estoy uniendo los fragmentos, quiero ser el verdadero Izuku...

-Estoy segura de que un día te darás cuenta cuál es el real- Respondió, ella ya lo sabía, pero necesitaba descubrirlo por mí mismo, no importaba cuántos años ocurrirán, algún día seré yo mismo.

01/12/2018

07:00 am

Cambiando de página...

La alarma del teléfono me despertó de golpe, hoy comenzaría mi primera clase con el Sr. Toshinori, en estos instantes deseo gritar por la emoción, pero debo calmarme; me levanté rápidamente y busqué mi ropa para trotar.

Bajé las escaleras con rapidez, estaba feliz, el sueño que tuve fue muy bonito y divertido, no jugaba con nieve desde la pelea con Bakugo, ahora tengo amigas y al Sr. Toshinori para hacer muñecos de nieve.

El próximo invierno, en vacaciones, les diré que hagamos muñecos de nieve en mi casa... ¿Mi casa?

Una sonrisa se formó en mi rostro, me gustaba pensar en este lugar como mi casa, aquí era cálido y hogareño, por primera vez sentía que tenía un hogar real.

"Cada día siento que estoy uniendo los fragmentos, quiero ser el verdadero Izuku..."

¿Verdadero Izuku? ¿Qué significa eso?

Izuku aún no comprendía aquellas palabras que serían en un futuro tan importantes, no todos somos reales, siempre fingimos ante la sociedad nuestro verdadero ser por distintos motivos, ya sean profesionales o por vergüenza, lo importante es encontrar a esa persona con quien te sientas libre de ser tú mismo.

Cuando salimos de la casa, me percaté que no me puse la sudadera, antes de retroceder el Sr. Toshinori me entregó una, él es un buen hombre, se merece lo mejor del mundo.

Me gustaba trotar y sentir la brisa chocar con mi rostro, era bastante relajante; el Sr. Toshinori siempre está en silencio y concentrado mientras trota, según él se ahora.

Al llegar a casa, nos servimos el desayuno y encendimos la televisión, lo primero que nos encontramos fue una película navideña, uno de diciembre y la TV ya está mostrándonos estas películas tan clichés con familias tan perfectas.

Admito que siempre me ha gustado la idea de celebrar la Navidad, pero no todos tenemos el gusto de celebrarla.

-Vaya, ya se acerca Navidad- Dijo el Sr. Toshinori -¿Te gustaría un árbol blanco o verde?

Lo miré extrañado -¿Árbol?

-Un árbol de Navidad, tenemos un techo alto, podemos comprar uno no tan pequeño- Dijo con una sonrisa, se veía muy emocionado -En enero decidí vivir en esta casa, por lo tanto, las últimas navidades han sido en departamentos, y eso significa pequeños árboles.

Seguía sin comprender, ¿Por qué compraríamos un árbol?

-¿Celebraremos la Navidad?- Dije extrañado, tengo quince y la Navidad no es lo más relevante en mi vida.

"Izuku, ¿Por qué esos niños hablan de un tipo que trae regalos?"

"Ni idea Kacchan"

"Niños, no deben decir que Santa no existe, los otros niños aún creen en él"

"Sí..."

Era kinder, la maestra pensó que teníamos otra religión o nuestros padres no seguían nada.

-Izuku, ¿Has celebrado la Navidad alguna vez?- Preguntó sinceramente preocupado.

-No, en mi casa ni siquiera existía Santa- Respondí como si nada, en esa época no dolía por no celebrarla, se sentía fuera de lugar que Bakugo y yo éramos los únicos niños en saber la dura realidad.

-¿Te criaron con alguna religión donde no la celebran?- Preguntó intrigado.

-Esa mujer era ¿Católica?, no sé, jamás me inculcaron una religión como tal, creo que solo me bautizaron- Respondí mirando el techo -En mi casa no la celebraban, porque ese hombre era un amargado y ella a pesar de que le gustaba, le hacía caso en todo.

Frunció el ceño el Sr. Toshinori y dijo -Pues este año será tu primera Navidad y no aceptaré un no por respuesta...

-Pero, ¿No soy demasiado grande? Además, no soy el mayor fan de la Navidad, me cuesta ver la lógica de un hombre que lleva regalos a los niños, porque se le dio la gana- Respondí, tal vez de niño quería celebrar la Navidad, pero jamás a sido igual como en esos dramas de las películas, donde quieren celebrarla por primera vez.

-¿Grande? Jamás se es grande para celebrar la Navidad- Respondió con seriedad, enserio se tomaba personal esa fiesta -No te culpo, una vez que celebres tu primera Navidad cambiarás de pensar.

Solo asentí y comí mi cereal, dudaba tener ese espíritu navideño, pero decorar la casa iba a ser divertido.

Al terminar de comer, el Sr. Toshinori me guio hacia la puerta donde se encontraba su estudio.

Estaba emocionado, hoy era un nuevo comienzo en mi vida y estaba seguro que es el inicio de algo importante.

Al entrar al estudio el Sr. Toshinori me entregó una gran croquera y distintos tipos de lápiz grafito, comenzaremos de cero y con ello significaba usar este tipo de técnica. Partiremos con el rostro humano, específicamente los ojos.

El Sr. Toshinori me observó, era cómo si esperara alguna queja, no sabía por qué me quejaría, estaba emocionado de aprender, es un sueño hecho real, jamás he tenido tal educación, solo pinto por instinto, si me pidiesen algo como un número de lápiz o pincel estaría perdido, si me piden algún estilo en específico, erraría, no sé nada de historia del arte, soy literal un ignorante en lo que más me gusta.

Pregúntame una fórmula matemática, algo de biología o química, historia, te aseguro que la responderé inmediatamente, mi vida se dedicaba a estudiar y tener excelentes calificaciones, no tenía sentido esforzarme si al final deseaba morir, pero me ayudaba a alejarme de esos pensamientos.

-¿Qué ocurre?- Pregunté preocupado, su silencio me daba miedo.

-Tu primera calificación la aprobaste, ahora vamos a la mesa para que te explique lo que harás- Dijo con una sonrisa, se veía orgulloso.

¿Qué aprobé?

-Las personas con tu talento tienden a querer retos- Dijo sin más, ¿Soy un libro abierto? -Otros se quejarían por empezar del principio, pero tú no, por lo tanto, aprobado.

Esperen un momento, el Sr. Toshinori dijo talento... creo que me voy a desmayar por la emoción.

Luego de una hora y media decidimos parar para almorzar, estaba agotado, no sabía cuán difícil es dibujar ojos.

-¿Qué opinas de la clase?- Preguntó nervioso el Sr. Toshinori -¿Soy muy estricto? ¿Muy aburrido?

Cierto, soy su primer alumno y el próximo año será profesor en Yuuei, es emocionante saber que ambos estamos aprendiendo mutuamente, -¡Me he divertido mucho, también es estricto lo justo y necesario!

El Sr. Toshinori soltó un suspiro de alivio y sonrió -Vayamos a preparar el almuerzo.

Asentí y nos marchamos a la cocina, de repente mi teléfono comenzó a sonar en mi habitación, corrí por las escaleras, las únicas personas que podrían ser eran las chicas o una compañía ofreciendo un nuevo plan.

Llegué mi habitación y contesté al ver el nombre Petirrojo –Ochako, ¿Qué ocurre?

-Jiro y yo queremos salir a comer una pizza más tarde, ¿Quieres unirte?- Me fue inevitable sonreír al escuchar su invitación.

-Debo preguntarle primero al Sr. Toshinori y te llamo- Respondí sin borrar la sonrisa de mi cara.

-Okey- Dijo para luego colgar.

Bajé y fui a la cocina, le pregunté al Sr. Toshinori si podía ir con las chicas, él respondió que sí, pero debía comerme todo el brócoli esta vez...

Descubrí con el Sr. Toshinori que no estaba acostumbrado a comer ciertas cosas, esa mujer no me obligaba o cocinaba ciertas verduras, por lo tanto, no tenía alimentación sana, pero al parecer él se tomó enserio la parte de ser estricto como padre, en realidad, el Sr. Aizawa le ha explicado mucho de lo que debe hacer.

En un principio me sentía culpable por mi desagrado a ese vegetal, sentí que era infantil y un malagradecido por no querer comerlo, pero al Sr. Toshinori le parecía divertido, no se veía molesto ni nada por el estilo.

"Me agrada ver esa faceta de adolescente, pero debes comer el brócoli"

Él no sabe el alivio que sentí con esa frase, ahora parecía más un juego entre los dos, éramos como un padre e hijo, y me alegran esos momentos.

-Está bien- Dije con una mueca, su sabor y aspecto no se me hacía para nada apetecible.

Odiaba y odiaré el brócoli por siempre, pero se siente bien que una figura paternal se preocupe por tu alimentación.

Hoy iba a ser un buen día...

Tic Tac...

Nota:

Deseaba mostrar un lado no tan serio y deprimente de Izuku en este capítulo xD, me gusta, porque quiero que Toshinori se vea como padre. También el que no sepa nada de artes, me parece tragicómico, pero es la realidad... además quería recordarles que Izuku era un alumno aplicado. 
Me cae bien el subconsciente de Izuku.
Izuku comiendo brócoli es una aberración D:

Datazo: Era Izuku quien estaba subiendo de peso, pero Toshinori mintió, no quiso lastimar los sentimientos de éste, por lo tanto, a trotar se ha dicho.

Vamos Jane-dono, ayuda al brócoli xD

#UnfinalfelizparaIzuku

Nos vemos el próximo lunes :D

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