L.2 Capítulo 39

Hawks
16/01/2019
13:20 pm


Si hay algo que detesto en esta vida, es vivir en una ciudad más lejana de mi hermano, pero la realidad funciona de esa forma. Crecer y vivir significa alejarse de cierta manera de quienes amas.

Aunque, desgraciadamente, jamás tuve la oportunidad de vivir toda esa etapa en mi juventud junto con mi hermano. El destino nos separó varias veces, una tortura fue saber dónde estaba y no presenciar su niñez.

Me perdí las cosas más mundanas e importantes de su vida.

No lo fui a dejar y buscar en su primer día de clases.

No le enseñé a atarse los cordones de sus zapatos.

Jamás le ayudé en sus tareas.

No vi su primer diente caer.

No le expliqué sobre el bien y el mal.

No lo regañé por comer demasiado chocolate.

Me perdí la mayoría de sus cumpleaños.

No lo protegí como correspondía.

No hice tantas cosas y pensé que al menos podría verlo crecer de adolescente a adulto.

Los Sres. Tokoyami me dieron la oportunidad de ayudarle a arreglarlo y llevarlo a su primer día en Yuuei.

Al fin podría asistir por primera vez a algo importante en su vida, ¡su ingreso a la academia de sus sueños!

¿Por qué siempre la realidad intenta quitarme a mi hermano?

Tan solo tiene 15 años y ya le dispararon, él es un buen chico, ¿cómo demonios ocurrió todo?

¿Por qué no lo protegí como correspondía?

-Cariño, llegamos... -dijo Himiko sacándome a la realidad.

Me sentía perdido, ¿a dónde habíamos llegado?

Miré por la ventana del taxi y vi el hospital, cierto, tenía que ver a mi hermanito.

A mi hermanito lastimado.

Las lágrimas nuevamente comenzaron a caer, pero bajé del taxi y ayudé a Himiko; luego saqué las maletas con ropa, solté un suspiro y le asentí a Himiko.

-Gracias, le deseo un buen día -dijo Himiko con una sonrisa más que nada por cortesía, su mirada era tan apagada que no lograba encajar con algo tan hermoso como su sonrisa.

-Gracias -lo único que logré sacar de mis labios.

-Jóvenes, les aseguro de que esa persona estará bien -señaló el hombre-. Rezaré para que todo salga bien, recuerden que la fe es lo último que se pierde.

Solo asentí como respuesta, era una bonita frase, pero luego de mis experiencias de vida perdí completamente mi fe y rezar no es lo mismo.

Ahora mismo quiero que los profesionales salven a mi hermano, Fumikage tiene demasiado por vivir y no puedo imaginar que pierda su futuro, por algo como esto.

No puede morir, es mi pequeño hermanito.

-Himiko, ¿por qué tienen que sucederle cosas tan horribles a los niños buenos? ¿Por qué los monstruos les arrebatan las alas?

Sentí sus labios en mi mejilla, la miré fijamente, su mirada se veía seria.

-Vamos a ingresar al hospital con la cabeza en alto pensando que todo saldrá bien, no pensaremos con negatividad, puedes llorar, pero no pienses que algo malo le pasará, porque Fumikage va a despertar con una sonrisa.

Asentí varias veces, tenía que ser optimista, no puedo dejarme caer, los Sres. Tokoyami deben estar destrozados y...

-Tampoco minimices tu dolor.

-No lo haré -susurré por el regaño, ella sabía mis pensamientos nocivos antes de siquiera pensarlos.

Himiko sabe lo que voy a pensar con gran facilidad, me lee con tanta facilidad.

-Ahora entremos.

Al ingresar consultamos por el lugar; la enfermera nos guio a emergencia, ya que habían sido notificados por los Sres. Tokoyami sobre nuestra llegada.
Cuando los vi quedé en una especie de shock.

La Sra. Aiko estaba llorando a todo pulmón mientras era abrazada por su esposo, él -para mi sorpresa- también lloraba, pero de una forma más calmada.

Dolía ver esa imagen, ¿así es como se ven dos padres destrozados cuando algo malo le ocurre a su hijo?

Las maletas cayeron de mis manos y nuevamente me quebré, maldición, duele como el infierno.

Cubrí rápidamente mi rostro con mis manos; mis piernas flaqueaban, estaba a un paso de caer de rodillas, pero para mi suerte Himiko me guio hacia uno de los asientos.

-Buenas tardes -dijo el Sr. Akira, su voz sonaba tan distinta.

-Buenas tardes Sr. Akira -respondió Himiko, su voz sonaba tiritona, estaba a un paso de quebrarse-, ¿cómo está Fumi-Fumikage?

Tenía que dejar de llorar y ser fuerte, pero ¿Cómo hacerlo cuando tu hermanito está tan mal?

-Lo están estabilizando, perdió demasiada sangre...

Su voz sonaba apagada, dolía escuchar al Sr. Akira de esa forma.

-¿Sabe lo que ocurrió? -preguntó Himiko.

-El padre de uno de los amigos de Fumikage lo trajo, él tampoco lo sabe, pero si no lo hubiese encontrado nuestro pequeño estaría muerto en un callejón...

Lloré con más fuerza, en qué demonios se había metido Fumikage.

-Yo... se suponía que tenía que protegerlo -dijo el Sr. Akira-. Pensé que estaba mejorando desde que había llegado de su casa, incluso tenía un nuevo amigo, un niño tranquilo con buenos padres... ¿cómo terminan unos chicos de bien en un callejón en la madrugada?

Ni idea.

-Si hubiese sido mejor padre mi pequeño estaría a salvo. Le fallé, le prometí que siempre lo protegería y ahora él está en un estado crítico.
Ahora escuché a Himiko llorar, me levanté del asiento y la abracé con extrema suavidad.

Me sentía horrible, pero tenía que calmarme, no puedo descuidar a Himiko y al bebé.

Fumikage va a estar bien.

-Sr. Akira, por favor no vuelva a decir eso, usted es el mejor padre que podría haber pedido para mi hermano. No se insulte de esa manera.

Ver esos ojos celestes llorar dolía, siempre me pareció un hombre tranquilo y alegre, pero siempre hay un punto de quiebre para las personas y Tokoyami lo tenían.

Las horas pasaron, recibía llamadas de los chicos mandándome ánimos y que Fumikage estará bien.

Cuando el médico nos dijo que Fumikage estaba fuera de peligro, la calma en la sala apareció.

-Tal vez esté un par de días inconsciente, todo depende de Fumikage y su cuerpo.

¿O sea mi hermano está en coma?

-¿Desean quedarse en nuestra casa o prefieren un hotel? -preguntó el Sr. Akira.

-Su casa si no hay problema, en mi estado actual no me siento cómoda en lugares ajenos -respondió Himiko acariciando mi brazo.

Al ver como estaban los rostros cansados de los Sres. Tokoyami, decidí preparar la cena para todos, miré el refrigerador, tenía mucha comida por elegir; vi el pollo y los vegetales, supongo que una cazuela con pollo no estará mal. Recuerdo cuando Koichi me enseñó a prepararla, fue un caos, gracias a eso comprendí el motivo del por qué él tenía prohibido cocinar.

Mientras cocinaba daba pequeños silbidos, intentaba ignorar cualquier pensamiento negativo.

A la hora de la cena comimos en un sepulcral silencio.

-¿Cuándo nacerá el pequeño? -preguntó la Sra. Aiko.

-Nacerá en la última semana de marzo -respondió Himiko con un tono de voz alegre-. A más tardar los primeros días de abril.

-El tiempo pasa volando, hace un par de años eras un adolescente que tocaba el violín y ahora serás padre -dijo ella con una sonrisa-. Fumikage estaba feliz por la noticia, nos los dijo mientras daba brincos, tiene planeado pintarle cuadros.

Sonreí al escuchar aquello, ese pequeño...

-Aún recuerdo cuando el médico dijo que no podía tener hijos, me sentí un fracaso y mi matrimonio.

Me sorprendí por esas palabras.

-Estuvimos a un paso de divorciarnos. A veces el dolor del corazón puede generar disputas, no importa cuanto se amen y respeten -dijo el Sr. Akira-. Logramos superarlo como pareja, hay problemas en todas las familias, pero si amas a una persona y los problemas tienen solución, ¿por qué no esforzarse para reparar lo roto?

Fijé mi vista en Himiko, por el momento no hemos tenido ningún problema, pero el futuro es incierto y sus palabras eran las correctas.

No renunciaría a ella sin luchar.

-Gracias por sus sabias palabras, las tomaré bastante en cuenta en el futuro -respondí con honestidad, no era un mal consejo, si es de parte de un buen matrimonio se puede aprender.

El Sr. Akira sonrió, tenía gruesas ojeras.

-No teníamos planeado adoptar, nunca lo pensamos -dijo la Sra. Aiko con un tono de voz nostálgico-. Ya había aceptado que jamás daría a luz y que mi esposo me amaba sin importar aquello. Una familia de dos, pero surgió una conversación y mencionaron la palabra adoptar.

Me emocioné al escuchar de ellos hablar de como adoptaron a Fumikage.

-Fuimos a un orfanato al azar y mientras ingresábamos vimos a un niño pequeño y adorable salir por una, nos asustamos al ver que tal vez tenía unos 3 años.

Me sorprendí al escuchar aquello, jamás me dijeron eso en el orfanato.

-Se tropezó con sus propios pies y cayó al suelo, en vez de llorar, se levantó y caminó por el lugar buscando algo -continuó el Sr. Akira.

-Nos acercamos a hablarle y le preguntamos qué buscaba...

La curiosidad y el miedo aumentó.

-Dijo que buscaba a Hawks.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos, siempre buscándome por todos lados.

Himiko tocó mi pierna y con suavidad la acarició.

-Si me preguntan cuándo decidimos adoptar a Fumikage, creo que fue cuando lo vimos salir de esa puerta -sonrió mientras las lágrimas caían, una sonrisa con una mirada jade destrozada-. Al ver esos ojitos supe que era nuestro hijo, no se parecía a nosotros, pero simplemente lo era.

Me percaté de un sollozo, era Himiko y dijo-: me es imposible no recordar el día en el que me adoptaron mis padres.

A veces se me olvidaba que Himiko era adoptada, ver a mis suegros con ella me hace olvidar nuestro oscuro pasado en común.

-Aunque no lo crean, personas como ustedes salvan a los niños de distintas formas, son sorprendentes -continuó entre lágrimas.

No entiendo cuando pasó, pero todos terminamos llorando, tal vez por hablar del pasado o porque había sido un día duro.

A duras penas dormí esa noche, el miedo a la llamada del hospital no me permitía descansar tranquilo.

Esa primera noche sollocé y lloré en silencio mientras era abrazado por Himiko hasta quedar dormido.

21/01/2019

L

as lágrimas se acumulaban al verlo pálido y conectado a esas máquinas, el sonido que me recalcaba que estaba con nosotros me hacía sentir ansioso.

-Hermano, por favor despierta...

Otra vez las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

-No puedes morir antes que yo, yo soy el mayor, yo soy el primero en caer.

El sonido de la máquina me respondió.

-Hermano, quiero verte crecer, quiero que seas un gran artista, todavía tienes más lienzos que pintar, no te dejes vencer por una bala.

El sonido nuevamente.

-Hermano, reacciona, no me dejes de nuevo, si tu mueres... si tu mueres yo moriré en vida, te necesito más de lo que crees, eres parte de mi felicidad.

-Mi vida era una mierda solitaria antes de que nacieras, tenía casi 8 años y esa mujer no valía de madre, estaba solo en un mundo retorcido, no había una luz que me dijera qué era lo correcto, podía hacer lo que quisiese y a nadie le importaba.

Tragué con fuerza.

-Cuando naciste me diste un propósito, era un niño, pero deseaba ser el mejor ejemplo y cuidarte de todos.

Por él llegué tan lejos, por eso soy lo que soy ahora.

-Soy una persona con una conducta correcta, porque quería que me vieras con orgullo, quería que me miraras y dijeses al mundo que yo era tu hermano mayor. Quería ser un ejemplo a seguir para ti.

-Sin ti... sin ti nada sería igual, quiero verte crecer y que le demuestres al mundo tus colores.

-Por favor, no me dejes solo...

Cerré los ojos y acaricié su frente con extremada suavidad.

Con tan solo verlo mi corazón era rasgado en mil pedazos, necesitaba escucharlo hablar.

Tokoyami Fumikage

El sonido del violín retumbaba en mis oídos, tan frenético y constante, no guardaba silencio, no se callaba, quería que parara.

No me gusta esa melodía del pasado que me arrastra a esas horribles pesadillas.

Siempre se llevan a esa persona, siempre hay un hombre que intimida, unas estruendosas alarmas y una mujer, esa mujer.

Su rostro bello con rasgos delicados, bastante angelical para un demonio; su melena era de un vibrante rubio ceniza; sus ojos azul grisáceos eran enigmáticos e imposibles de dejar de verlos.

Ella era una viuda negra dispuesta a atacar.

No sé su nombre, pero sí sé que es mamá.

Mamá nunca me agradó, no importaba si tenía a penas 3 años, jamás sentí una conexión con ella, porque nunca vi preocupación en su mirada.

Creo que el único afecto maternal que tuve de ella fue el tener que darme pecho para poder sobrevivir. Una excelente mujer.

Los fines de semana eran horribles, las fiestas no me permitían dormir y con ello los llantos surgían de lo más profundo de mi ser.

No comprendo como él lograba sobrevivir ante esa música estruendosa y los llantos molestos de un bebé en plena madrugada.

Medio dormido me acunaba, ¿cómo alguien tan pequeño lograba soportar mi peso?

Ni idea.

Ahora que lo pienso, sí logro ver al fin el rostro de esa persona tan recurrente en mis pesadillas.

Es la versión de Hawks en pequeño.

Al fin puedo ver a mi hermano.

¿Recuerdo los rostros de forma más nítidas porque estoy entre la vida y la muerte o ya estoy muerto?

Recuerdo el rostro de mamá y el rostro de Hawks, bastante adorable y amable.

Hawks y mamá son bastante parecidos, pero solo en aspecto, porque mi hermano es una buena persona, no es un demonio, es un ángel que no merecía todo lo que debía hacer.

Sus ojos se veían tan agotados, a veces eran acompañados con gruesas y oscuras ojeras, su cuerpo era frágil para tanto labor.

Más allá de limpiar y cocinar, el solo hecho de cuidar a un bebé a esa edad es demasiado difícil física y mentalmente.

Ser Hawks debía ser horrible, pero de alguna forma siempre me sonreía, no mostraba rencor hacia mi por quitarle su tiempo.

Mi hermano no sabía y tampoco pensó que los escuchaba, tal vez nunca pensaron que con 2 años lograba comprender cosas, no era un prodigio, pero si entendía que las peleas eran por mi culpa.

Él discutía constantemente con mamá por sus descuidos y las dificultades que tenía.

Hawks le exigía a mamá para que le ayudase, lo cual ignoraba como siempre, por eso le dibujaba a mi hermano, para alegrarlo de alguna forma, porque yo no sabía cómo consolarlo con palabras.

Creo que él siempre pensó que eran regalos, que no había un trasfondo más serio y con otra intencionalidad.

Era duro verlo de esa forma que no merecía.

A pesar de todo lo malo, los juegos nunca se detenían, jugábamos todo el tiempo, en realidad, en mis recuerdos infantiles habían más risas y alegría que miedo y angustia.

Mi hermano junto con su violín me alejaba a un mundo lejos de la realidad de esa casa.

Prefiero pensar que mi realidad era una feliz, lejos de vivir en la oscuridad, había luz y felicidad.

Tal vez hay fragmentos dolorosos que atormentan mi alma, estos renacen y se esfuman, pero a pesar de aquello la luz de Hawks era más brillante.

Sí, los adultos daban miedo, no me agradan, me intimidaban más que nada por su forma de hablar, caminar, aroma y postura.

Nunca me lastimaron, miraron feo o lo que sea, solo su presencia era aterradora, su aroma a alcohol y su consumo de drogas me molestaba...

Sabía esa palabra, ya que tendía a estar al lado de mamá cuando vendía, era un espectador inocente que veía todo eso.

Esa mujer no sabía que comprendía algunas cosas.

Hawks nunca vio de forma tan explícita lo que hacía mamá, no veía como se drogaban esas personas.

Se veían tan felices al consumirlas, a veces podía ver expresiones graciosas, luego llantos y una vez un tipo se desmayó de forma aterradora.

¿Murió?, no lo sabía, pero unos tipos, amigos de él, ¿creo?, se lo llevaron a algún lado.

"No viste nada"

Al día siguiente la policía llegó, no comprendía nada, solo una mujer me levantó y sacó del lugar.

La alarma de las patrullas y la mujer daban miedo, la última más que nada porque no la conocía.

Tenía miedo y quería a Hawks...

Ahora recuerdo bien al hombre monstruoso de mis pesadillas, él me había alejado de Hawks, ese repugnante ser era ni más ni menos que el tipo que conocimos en el orfanato y en esa Navidad.

Él siempre fue mi mayor terror, los adultos como ese hombre me daban miedo.

Los hombres adultos me causaban rechazo por mis experiencias del pasado.
Entonces, llegó ese hombre que se convirtió en mi papá, una luz tan protectora como Hawks.

También, apareció esa mujer de bonito vestido que se convertiría en mi verdadera mamá.

Mis papás fueron esa luz que me rescató y refugió...

Lo había arruinado.

Arruiné a mis papás, mis actos me llevaron a mi muerte y con ello destrozaría a esas dos personas amorosas.

Destruí todo lo que amo por caminar a ciegas de la mano con Shoto.

Mis abuelos y tíos estarán destruidos al ver que morí, todos ellos me quieren, soy el único nieto.

¿Qué hay de Tsuyu y Momo?
Mi novia y mi amiga sufrirán por mi pérdida.

Mis sueños, mi futuro, todo lo que deseaba ser se esfumó, ahora será imposible de cumplir.

Quería ver a mis papás sonreír orgullosos de su estúpido hijo.

No quiero que ellos crean para siempre que su hijo es un maldito drogadicto.

Quiero retroceder el tiempo y golpear a Shoto para que no la consuma.

Desearía haber agarrado la mano de Hitoshi, ahora estaría vivo, con mis papás orgullosos y felices.

Yo... quería que ellos volviesen a confiar en mi.

Ya no hay vuelta atrás, lo había arruinado por completo.

24/01/2019

A

brí los ojos de golpe, el sonido de la máquina me incomodaba, era molesto e incómodo, genial estaba en el hospital conectado con algo.

Mi boca se sentía seca y sentía la horrible necesidad de beber litros y litros de agua.

Luego de un rato estaba recostado en la camilla mirando fijamente el techo, una semana estuve durmiendo -al menos eso dijo la enfermera-, era aterrador pensar que estuve a un paso de la muerte.

¿Valió la pena arriesgar mi vida por Shoto?

Miré a mis padres que recién habían llegado, ambos se veían destrozados ¿Qué pensaban de mí?

De seguro estaban decepcionados, su único hijo de seguro estaba haciendo líos y comprando drogas, ya de por si creen que me drogo.

¿Vale la pena Shoto? ¿Valen la pena esas miradas?

No, ellos son mis padres, estoy cansado de hacerlos sufrir, no quiero continuar mintiendo.

Abrí la boca para hablar, pero mi padre me interrumpió.

-Hijo, ¿por qué estabas allí? -se veía tan decepcionado, pero a la vez preocupado-. Luego de lo que has hecho, creo que no debes asistir a Yuuei. Lo mejor será que estés bajo nuestra completa supervisión.

Cerré los ojos asustado, mis sueños como artista se iban a arruinar, mi futuro, luego pensé en Tsuyu y Momo, en Shoto... los cuatro debíamos asistir a Yuuei, ¿decir la verdad está mal?

Mi madre me acarició la cabeza mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas, mamá jamás había llorado por mi culpa ante mi presencia.

La hice sufrir, soy una basura de ser humano.

-El médico no encontró en tu organismo consumo de drogas, al menos recientes -dijo ella con tristeza-, ¿la ibas a consumir luego con Shoto y tus otros amigos?

Caían más lágrimas por sus mejillas, mi padre la abrazó y comenzó a sollozar.

Papá nunca llora, él es el fuerte, él no se quiebra ante nada, siempre sonríe y dice algo divertido para que todos riamos

Cerré los ojos y recordé el primer día en el que los conocí, mamá usaba su lindo vestido celeste, me sonreía como si fuese lo más especial del mundo. Era la primera vez que conocía a una mujer tan amable y cálida.

Y a papá, un hombre que no provocaba escalofríos como todos los adultos que conocí a mi corta edad, su forma de expresarse era más educada, su ropa arreglada, se notaba que no era como ellos en clase social, pero lo que en verdad lo diferenciaba de todos los hombres, era su mirada, tan dulce y una sonrisa tan gentil.

Ellos dos se dieron el tiempo de jugar conmigo, me enseñaron ese amor de padres que jamás sentí, me cuidaron y se desvelaban para hacer que todas las pesadillas -los cuales eran recuerdos- dejasen de existir.

No, mi amistad por Shoto es importante, pero ¿él se preocupó alguna vez por mí?

Mis padres me aman, a pesar de que no soy su hijo biológico, y aunque haya causado tantos problemas aún me consideran su hijo.

-Hitoshi e Izuku no hicieron nada, ellos nos siguieron -sentía un nudo en mi garganta y una leve presión en la herida-. En realidad no quería estar ahí... yo odio estar en esos lugares.

Ambos me observaron fijamente esperando a que continuase.

-Yo jamás he consumido nada, ni siquiera he bebido alcohol -dije con dificultad-. La droga era de Shoto y-y yo lo acompañaba a esos lugares.

Lo último lo dije en voz baja, pero no lo suficiente para que no me escuchasen.

No sabía si me creerían, era obvio que podía sonar como una mentira para salvarme.

-Lo siento... -dije sintiendo como se me acumulaban las lágrimas-. Lamento haberles hecho pasar por tanto, pero no podía traicionarlo, es mi mejor amigo y yo tenía miedo...

Los miré y vi a mi madre en shock, pero la mirada de mi papá pasó de decepción a ira. Él estaba furioso.

-Llamaré a Enji de inmediato -dijo en voz alta, su tono me causó escalofríos.

Nunca vi a papá enojado de esa forma.

-Mi pobre pequeño -comenzó a decir repetidas veces mi madre-, ¿por qué lo hiciste? ¿Desde cuándo estás haciendo estas cosas? ¡Podrías haber muerto!

-De toda la vida... -interrumpí, mi garganta se sentía más seca-. Siempre he seguido a Shoto en todas las travesuras y locuras, ¿quién crees que le ayuda a resolver las cosas y lo salva de que no muera?

-Fumikage... -dijo mi mamá sorprendida-, ¿por qué?

-Los Todoroki son una mierda, si se enteraban, ¿qué le harían a Shoto? -dije pensando en los peores escenarios-. Y-yo sabía que ustedes me regañarían, jamás me lastimarían... pero luego vino el asunto de las drogas.

Mi papá me observaba en silencio, aún se veía enojado, creo que incluso más que antes.

-Intenté de que no las probara -dije abrazándome a mí mismo-. Juro que lo intenté...

Mi mamá me abrazó delicadamente y con suavidad acariciaba la espalda.

-¿Desde cuándo y quién se las dio? -preguntó papá con seriedad, tenía que sí o sí ser sincero.

-Tenía doce y Shoto trece, estábamos en la casa de Neito junto con otros, no estaban sus padres, él tenía porque su primo le había dado, y nos incitó a todos los muchachos a probar coca... -dije mirándolo fijamente-. Me negué, ustedes siempre me dijeron que las drogas eran dañinas y en la escuela también. Además, estando cerca de eso sentía angustia y me traía recuerdos dolorosos -pausé unos segundos y continué-. Le dije a Shoto que no lo hiciera, pero el imbécil de Neito siempre provocaba que Shoto hiciera cosas peligrosas y de paso también le siguiese el juego, ¡está loco!, además, todos me ven como si fuese el perro de mi amigo... -cerré los ojos, es horrible ser visto de esa forma-. Me he dedicado a acompañarlo para comprar drogas, Koichi me enseñó boxeo por diversión, y yo lo utilicé como medio de defensa... he lastimado a muchas personas, esos vendedores les gustaba que pelease, hasta tenía un maldito sobrenombre.

Con dificultad cubrí mi rostro, era doloroso decirlo en voz alta.

Sentí la mano de mi papá sobre mi cabeza, me acariciaba con suavidad para calmarme y como siempre funcionaba. De alguna forma transmitía calma y protección.

Las lágrimas se acumulaban, ¿cómo lo hacía papá?

Siempre me pregunté cómo él lograba esto, no teníamos la misma sangre, pero de alguna forma sentía que ese hombre de bigote gracioso era mi papá.

Mis abuelos siempre dicen que soy igual a él y sé que jamás lo dijeron para hacerme sentir parte de ellos. Ellos no mentirían.

Tal vez, somos distintos físicamente, pero me parezco más a papá de lo que me parecía a esa mujer. Era lo mismo con mi mamá.

Me odio por haber lastimado a mis papás.

-Hijo, has soportado tanto y tan pequeño -dijo con un tono más calmado-. Fumikage, quiero que confíes en nosotros desde ahora en adelante, podríamos haber arreglado la situación, no debes soportar tanto por un amigo.

Saqué mis manos impresionado ante lo dicho y dije-: pero es mi mejor amigo, él...

Hice una promesa con mi hermano, las promesas se cumplen.

Fumikage no sabía que a veces las promesas deben quebrarse por el bien propio, no por romperlas te hace ser un egoísta y una mala persona.

Existen promesas buenas y puras, pero otras pueden terminar lastimándonos en el futuro.

Si crees que es de egoístas hacerlo, se egoísta.

-Un amigo de verdad no te hace pasar por tantas cosas malas, ¿qué ha hecho él por ti últimamente? -dijo ahora mi mamá-, ¿tú harías que Shoto te acompañase a callejones para comprar drogas y que golpease a personas? ¿Le pedirías que oculte tus drogas?

Negué con la cabeza y pensé por un momento todo lo que hacíamos, solo recordaba risas, videojuegos, y a mí mismo golpeando a gente en callejones para salvarle el pellejo.

¿Diversión? ¿Eso es algo significativo?
¿Tsuyu tenía razón?

¿Todos decían la verdad?

No, imposible...

-N-no lo sé, ¿sirve reír y pasar el tiempo? -pregunté, sabía que no valía, no soy tan inocente.

Era extraño decir eso, nunca lo había dicho en voz alta.

-No, no sirve -dijo mamá con seriedad.

Papá suspiró y sin ninguna pisca de broma dijo-: no volverás a acercarte a Shoto y no tendrás derecho a salir a ningún lado sin nuestra supervisión durante lo que queda de estas vacaciones, también sin videojuegos por dos semanas.

Mamá abrió la boca y con seriedad dijo-: él está afuera, le dejaremos despedirse y luego llamaremos a Enji.
No podía ser cierto, me alejarían de Shoto...

Comencé llorar cada vez más fuerte, no podía creerlo, ¿de qué sirvió decirlo?
Esta vez mi papá me abrazó y dijo sollozando-: hijo, te amamos demasiado y no podemos permitir que estés con alguien que te lastima y te hace mentir, casi te perdemos. No voy a ver a mi bebé en el cementerio si puedo impedirlo.

-Hemos sufrido todos pensando en las posibilidades de que podías morir desde que nos llamó el Sr. Aizawa -continuó a duras penas- ¿cómo crees que se sintió tu hermano?

El rostro de Hawks pasó por mi mente...

Lo hice sufrir.

-Lo comprenderás más adelante. Cuando seas un adulto nos agradecerás por esta decisión -dijo mi madre mientras me acariciaba mi cabeza.
--Los amo mucho -dije sollozando-. Los comprendo, pero no puedo dejarlo solo... es mi mejor amigo.

Sabía que no era sano, pero le prometí no soltar su mano, si yo no estoy, ¿quién lo ayudará?

Pasamos unos minutos hablando de otras cosas, hasta que se marcharon dejando que entrase por última vez Shoto.

Aunque, ahora que lo pienso, asistiríamos a Yuuei, ¿ellos no podrían frenarme?

Lo vi cruzar por la puerta, se veía preocupado, tenía ojeras marcadas y rastros de moretones en su rostro.
Maldito Enji.

-Fumikage, lo siento mucho -dijo Shoto a duras penas-. Perdóname, es mi culpa que estés en ese estado... y-yo.

-No hay problema, eres mi amigo, no podía permitir que te lastimasen -dije despreocupado, no me arrepentiría jamás de haberlo salvado.

Se sentó a mi lado y comenzamos a hablar, no deseaba comentarle lo sucedido.

La conversación continuó entre risas, nada iba a cambiar nuestra relación, era duro ser su amigo, pero nadie es perfecto.

-Hablé con Izuku luego del disparo, él dijo que necesitaba ir a un centro de rehabilitación para mejorar y avanzar. Él me tiene fe -dijo a duras penas, le costaba decir esas palabras-. Decidí aceptar su ayuda, porque es lo mejor para todos, ya estoy cansado de dañar y dañarme, no quiero que te maten. También trajo a...

Dejé de escucharlo, debería estar feliz por su decisión, en realidad lo estoy, Shoto saldrá de esa mierda, pero de alguna forma me provocaba un sentimiento extraño...

¿Ira? ¿Enojo? ¿Decepción?

Sonreí amargamente, todos tenían razón...

Yo no era su amigo.

Yo jamás solté su mano, él nunca me dio la suya, me usó como su perro guardián.

-Así que abres los ojos y logras tomar una decisión, porque tu nuevo amigo te lo dice -dije soltando una carcajada-. A tu mejor amigo lo ignoraste, te seguí a los peores lugares, todo el tiempo te decía que debías buscar ayuda.

Shoto me observó impactado, nunca me había escuchado de esa forma.

-Solo me usaste como tu maldito guardaespaldas -dije mirándolo fijamente-. Fumikage el perro faldero de Shoto, ¡lo sigue a todos lados para cuidarlo!

-Fumi... -no alcanzó a terminar, porque lo interrumpí.

-No le hiciste caso ni a Tsuyu y a Momo -dije con seriedad-. A tus amigos de toda la vida los alejaste, te queríamos ayudar, pero no nos lo permitiste, a los que te queríamos no nos escuchaste.

-¡Ellas no comprenden lo que yo sentía y Momo tampoco es una blanca paloma! -gritó Shoto furioso en especial con lo último-. Ustedes no saben lo que es estar en mi mundo. No saben lo que es querer ser perfecto para que no te lastimen. No escuchan los llantos de mamá y a papá con su agresividad, ¿alguna vez han escuchado platos ser lanzados mezclado con gritos? ¿Han visto a sus padres ser infieles? ¡No entienden que se siente que tu madre te culpe por todo lo malo que le ocurre y de paso te golpea!, ustedes viven en un mundo de ensueños, donde todo es perfecto y no sufren.

-¿No comprenden? -dije con tristeza- ¿No sufren?, siempre eres el centro del mundo Shoto, Momo sufre demasiado con su noviazgo, llora todo el tiempo, porque su novio es un drogadicto y sufre demasiado por no poder ayudarlo. Tsuyu parece indiferente ante todo, pero le duele demasiado ver como te has destruido poco a poco.

Shoto se quedó callado y me observó fijamente, algo más había pasado, lo sabía, pero me importaba poco saberlo.

-Ya terminamos -dijo con frialdad.

-Entonces hizo lo correcto, se dañaban mutuamente, ella pensaba que cambiarías, a pesar de que nunca quisiste mejorar -dije con seriedad, al fin una buena noticia-. Tu adicción superaba el amor que sentías por ella y terminó transformándolos en unos tóxicos de primera.

Sabía que le dolía lo que decía, no era bueno lo que le dije, era muy cruel, pero sus palabras y acciones dolían.

-¿Y yo? -dije sintiendo un dolor en el pecho-. Jamás te abandoné, mi vida no es sencilla, ¿pensaste alguna vez en mis sentimientos? Mis papás son buenos, pero, ¿crees que las malditas pesadillas no existen?

Me observó extrañado, nunca se lo había dicho.

-¿Crees que es fácil ver a tu mejor amigo a penas consciente? ¿Crees que es fácil cargarte mientras estás drogado? ¿Crees que es sencillo golpear a las personas y esquivar cuchillos? ¿Crees que es sencillo que tus papás crean que eres algo que odias? ¿Crees que mentir por ti no me afecta? -dije con una sinceridad que jamás había dicho- ¿Alguna vez pensaste en mí? ¿Pensaste en mis sentimientos o solo me usaste para ocultar y ayudarte en todas las locuras que hacías?

-Fumikage, yo no sabía que tu sentías eso -dijo Shoto esquivando mi mirada- ¿Por qué no me lo dijiste?

Escucharlo hablar dolía, pero ya no podía permitirme ser quien lo ayudase en sus problemas, estaba cansado de tener la mano tendida.

Me dolía decir esas palabras que saldrían por mi boca, pero no podía continuar una amistad, donde doy todo de mí, porque sé que me he aferrado a una amistad que terminó hace mucho.

-Shoto -dije apretando las sábanas, me dolía, pero debía decirlo-. No podemos continuar siendo amigos, lo lamento, te prometí acompañarte hasta el mismísimo infierno...

-Por favor... no lo digas -dijo nervioso, no me mires así.

-Me siento como la mierda al decir esto, pero sé que estarás bien con Izuku. De seguro él te comprenderá más de lo que yo podría hacerlo -sonó cruel, pero él mismo había dicho que no entendíamos que se sentía estar en su mundo-. De seguro tienen más temas en común, sí, soy huérfano, pero no he sufrido ese dolor que sientes con respecto a tu familia.

-Y-yo... -Shoto se abrazó así mismo-. Eres mi mejor amigo...

Solté un suspiro y sonreí-: Shoto, nuestra amistad se rompió hace mucho, estoy seguro de que ni siquiera me ves como tu mejor amigo o incluso como un amigo y eso está bien. Ya es hora de pasar de página y seguir cada quien por su camino.

-¿Q-qué? -dijo extrañado colocando su mano en mi hombro, él también lo sentía, pero se estaba aferrando.

Le sonreí y dije con tristeza-: un amigo de verdad no te ignora y te hace sentir como yo me he sentido durante tanto tiempo. Si en verdad fuese tu amigo, habría logrado comprenderte y ayudarte. En realidad, creo que más allá de ayudarte fui quien permitió que terminásemos así, tu sufriendo y yo en una camilla.

Shoto se quedó callado, miraba el suelo.

-Espero que logres mejorar, pero lamentablemente no podré continuar ese camino al lado tuyo -dije intentando sonar calmado.

No puedo creer que rompí nuestra amistad de más de 10 años, creí que sería duradera, que estaría siempre con él, pero sé que en el fondo Shoto comprende mi postura.

Odio romper nuestra amistad por el hecho de que se dejó ayudar por Izuku, pero siento que eso demuestra que ya no somos amigos.

Mi antiguo y ex amigo se dio la vuelta, pero antes de salir por el umbral de la puerta se dio la vuelta, era doloroso verlo llorar, pocas veces se permitía llorar al frente de una persona.

Cuando niño se quebraba más a mi lado, pero cuando crecimos se transformó en una persona más fría.

-Tienes razón en algunas cosas, hace tiempo que estábamos en otra página y no éramos los mejores amigos -pausó por un momento-. Pero jamás te vi como un perro guardián y mucho menos quise utilizarte.

Sonreí con amargura al escuchar aquellas palabras, una parte de mi no le creía y eso era doloroso.

-Nunca fui honesto, en verdad sabía que mis promesas eran una sucia mentira, pero ahora, por primera vez te digo la verdad, yo te prometo que algún día verás a otro Shoto y no me refiero al que conociste cuando éramos unos niños, seré mejor persona y no cometeré los mismos errores.

No le creía, no podía creerle, deseaba que fuera cierto, pero nunca más le creeré.

-Tal vez, no volveremos a ser amigos y es lo mejor para ti, pero quiero que algún día puedas ver a tu examigo como una persona sana y buena.

Eso deseo, en verdad lo quiero, pero es difícil creerlo.

-Adiós, te deseo una buena recuperación y gracias por ser mi amigo -dijo aún llorando, pero con una sonrisa.

Se dio la vuelta y se marchó de la habitación, quería gritar su nombre, pero ya había tomado la decisión.

Esta amistad era tóxica y tenía que sacarla de raíz o si no todo volvería a lo mismo.

Observé el techo recordando los buenos tiempos, cuando aún éramos inocentes, cuando no éramos conscientes de ese mundo tan retorcido, cuando éramos felices jugando y siendo nosotros mismos.

Cuando solo éramos Shoto y yo, unos niños traviesos que deseábamos solamente jugar, unos niños que creían que las amistades eran duraderas.

"Fumikage, él es Shoto"

"¡Mami sus ojos son de dos colores!"

"Ven a jugar"

"Eres mi mejor amigo Fumikage"

"Y tú el mío Shoto"

"¿Crees que nuestra amistad sea eterna?"

"Fumikage, claro que sí"

"Hasta el final"

"Hasta el final"

Al parecer hoy era el término de esta amistad, todo tiene un maldito final, pero yo quería que nuestro final no fuese ahora, no quería que durara tan poco.

Nos faltaron tantas aventuras.

-Hermano, me contaron lo de Shoto -dijo Hawks devolviéndome a la amarga realidad.

Mi mirada viajó a mi hermano, se veía pálido, tenía ojeras bien marcadas, sus ojos estaban rojos, de seguro había llorado.

-Lo siento... -dije con sinceridad, había lastimado a mis padres y a mi hermano por mi terquedad.

-Por favor, no vuelvas a hacerlo -su voz se quebró-. Ya te perdí dos veces, no quiero perderte nuevamente.

-H-Hawks -dije sorprendido al ver a llorar a mi hermano, la última vez que vi sus lágrimas fue cuando nos volvimos a encontrar.

Me abrazó procurando no tocar la herida -Fumikage, no me asustes nuevamente, eres mi hermanito, si te pierdo me volveré loco -dijo desesperado entre sollozos.

Acaricié su espalda, había tomado la decisión correcta al dejar ir a Shoto.
Me quejé un poco por la herida y él se alejó preocupado.

-Tranquilo, creo que he dado muchos abrazos por hoy -dije dándole una pequeña sonrisa.

-Los señores Tokoyami estaban enojados -dijo con seriedad-. Tus padres son buenas personas, no los preocupes más.

-Ya no pasará nuevamente -dije un tanto triste-. Shoto y yo no volveremos a ser amigos.

Mi hermano abrió sus ojos, estaba sorprendido ante lo dicho, y como no, Shoto y yo éramos como hermanos, donde uno estaba, el otro estaba.
Siempre juntos...

-¿Fue a causa de lo que tus padres dijeron?-preguntó preocupado.

Negué con la cabeza y dije-: ya estoy cansado de ser amigo de una persona que se deja ayudar por otros...

-¿No estás exagerando? -dijo Hawks levantando una ceja-. No deberías romper una amistad por eso.

-Solo fue la gota que derramó el vaso -dije soltando un suspiro, lo que dijo era lógico, muchos pensarán que es algo egoísta lo que hice, que fui un celoso al romper mis lazos con él a causa de eso.

Suenan tan frías mis palabras.

-Hice tanto por Shoto, cosas que dudo que alguien haya hecho por un amigo -reí un poco-. Tal vez, por un familiar con suerte, pero por alguien quien no compartes más que una amistad lo dudo.

-Fumikage... -dijo mi hermano en voz baja, de seguro intentando pensar en lo que había dicho.

-¿Mis papás te contaron lo que hice por él? -pregunté con tristeza-. Hice tanto por él, luché con tipos más altos que yo, tenía que verlo como se drogaba o se volvía loco, iba a callejones con él porque temía que lo lastimasen... siempre fue así, yo siempre daba todo por esa amistad y él no veía como yo sufría.

-No se dejó ayudar por quienes lo conocíamos de toda la vida -dije en voz alta colocando mis manos en mi rostro, como dolía decir todo nuevamente-. Le ayudé, le suplicaba, me humillaba pidiéndole que dejase las drogas, pero no fuimos lo suficiente ¡¿Por qué no me escuchaba a mi?! -grité lo último- ¿Qué tiene de especial Izuku? ¿Por qué él puede entenderlo y yo no? ¿Por qué yo no lo pude ayudar?

-Fumikage cálmate, te harás daño en el rostro si continúas refregándote la cara -dijo sacándome las manos del rostro.

-Soy una persona cruel -dije mirando a mi hermano-. Lo dejé solo por celos, y una parte de mi se siente libre -me sentía cansado por tantas emociones-. Lo abandoné ahora, cuando al fin tomó esta decisión tan importante, soy un egoísta, soy una mala persona.

-¡No lo eres! -gritó Hawks furioso- ¡Jamás vuelvas a decir eso nuevamente! Eres todo menos eso, eres un adolescente que ha intentado hacer lo mejor por un amigo, no eres egoísta en absoluto, eres la mejor persona que conozco y tienes todo el derecho del mundo de sentirte así.

Al escuchar esas palabras sentí un peso salir de mis hombros, que Hawks lo dijera valía más que cualquier opinión, porque él es alguien que tiene un alma buena.

-Estaba cansado de todo, cansado de esa agresividad, de ese mundo tan cruel, sentí por un momento que tal vez en otro mundo, donde mamá jamás hubiese ido a la cárcel yo viviría como ellos, vendiendo drogas a adolescentes, convirtiendo a personas débiles en adictos, no quiero volver a ese lugar -dije abrazándome a mí mismo.

-Hermano... -dijo acariciándome la cabeza con suavidad.

-Siento que con cada golpe que les doy a esos hombres y sus llantos suplicándome que pare, demuestran que no importa si fui criado como un Tokoyami, siempre seré el hijo de esa asquerosa mujer, tengo su sangre -dije al fin mi temor más grande-. Como odio a esa mujer...

Yo no deseaba tener su sangre, no quería ser como ella, éste era el secreto que he guardado estos últimos años, ni siquiera se lo había mencionado a Shoto.

-Yo no la odio, antes la detestaba -dijo Hawks con una pequeña sonrisa-. Ella te tuvo a ti, gracias a ella nació el mejor hermano, hijo y amigo que pudo haber existido.

Sonreí ante lo dicho, desearía ser cómo Hawks y pensar de esa forma, pero no todos tenemos la capacidad de ser como él.

-Los tres años que viví contigo supe que jamás pertenecerías a ese mundo -dijo sonriéndome-, y lo sé porque tenías algo que nadie más tenía, ni siquiera yo, eras pequeño, pero tu corazón era muy puro...

Lo miré incrédulo, un niño no podía mostrarse de esa forma, era imposible...

-Además, yo no hubiera permitido que llegases a ese punto -dijo con seriedad-. Jamás permitiría que terminases vendiendo o consumiendo esas mierdas, yo de alguna forma te habría llevado lejos de ese mundo, los dos no nacimos para vivir en ese barrio, hemos nacido para estar libres de esa jaula.

Sonrió ante lo dicho y continuó-: Fumikage, tardé mucho en lograr creer merecer todo lo que tengo, siempre pensé que no merecía nada, esos años en ese lugar estaban destruyendo mi fe en mí mismo, pero no renuncié en parte por ti y luego por mi... -al decir lo último sonaba orgulloso-. Ahora que me convertí en un adulto, aprendí que no por pensar en ti significa que eres una persona egoísta. Fumikage, siempre serás primero que yo en mis decisiones y conociéndote te sentirás culpable, porque crees que no mereces mi cariño.

-Me conoces demasiado bien -dije haciendo un puchero.

-Somos iguales, ¿por qué crees que te comprendo tan bien? -dijo Hawks sonriéndome-. Fumikage, si fueses una mala persona no estarías con una herida mortal recostado en una camilla.

-Odio este sentimiento de culpa -dije sintiendo un nudo en mi garganta, me detuve unos segundos y le pregunté-: ¿algún día se acabará?

-Claro, tal vez no ahora y mañana, pero un día pasarás a la otra página, y recuerda que no estás solo -dijo con un tono más relajado-. Tienes a unos padres que te aman, una dulce novia y una amiga... no quiero que sientas que no mereces nada de lo que tienes.

Le sonreí ante lo dicho, lo mejor era ser paciente y recorrer mi camino con quienes me quieren.

-También, te quiero recordar algo, estuve en tu infancia y fui presente de cuanto te aman tus padres, es innegable que ella es tu madre biológica, pero tus verdaderos padres son los señores Tokoyami, los cuales están orgullosos de ti. Los aprecio, porque ellos son los responsables de que seas la maravillosa persona que actualmente eres, por eso agradezco que alguien tan puro de corazón haya sido criado por esas buenas personas -dijo colocando sus manos en los bolsillos.

Sentí mis lágrimas caer, yo no quería tener esa sangre, porque siempre quise que ellos fuesen mis verdaderos padres, quería que con mis abuelos y tíos fuésemos una familia de verdad...

Pero aprendí gracias a ellos, que los lazos de sangre a veces no influyen cuando se tratan del amor familiar, porque sé que cada uno me ve como un Tokoyami...

Recordé cuando tenía cinco años y vi a Hawks, se me hacía tan conocido, odio a mi madre, pero al menos gracias a ella soy hermano de Hawks, si no fuese por ella jamás habría conocido a mis padres.

Ella me dio a luz, eso es lo único que importa.

Cerré los ojos y solté un suspiro, eso necesitaba, debía aceptarlo, yo compartía su sangre, pero no importa.

Yo soy un Tokoyami y nadie lo puede negar, sigo los valores que me enseñaron mis papás, ellos me dicen hijo y me aman como uno.

¿Es necesaria compartir la misma sangre?

No, y sé que si Hawks no fuese mi hermano lo querría como lo quiero ahora.

Es la persona que más amo, y creo que es un lazo que supera cualquiera.

Ladeé mi cabeza y miré a Hawks -¿nunca soltarás mi mano?

Hawks me observó sorprendido y sonrió- Fumikage, desde el primer día en que esa manita pequeña tomo mi dedo nunca más la solté, ni la distancia ni el tiempo podrá separarnos, y a pesar de que no sabías mi verdadera identidad, volviste a agarrar mi mano, y si yo no estoy, cada vez que escuches en la ventana de tu habitación a un ave cantar, significa que estoy contigo.

-Te quiero Hawks -dije llorando nuevamente-. Juro que jamás soltaré tu mano, siempre estaré para ti sin importar lo que suceda.

-Lo sé pequeño, lo sé.

Hawks tenía una gran sonrisa, cansada, pero feliz.

-Hermano, recordé muchas cosas del pasado... algunas dolorosas que vivimos y a esa mujer, pero no importa lo que ocurrió -dije con una sonrisa-. Puedo asegurarte de que tuve más momentos felices que tristes, y todo fue gracias a ti. Gracias por cuidarme hermano, fui muy feliz a tu lado.

Hawks se veía sorprendido, pero por fin logré ver esa gran sonrisa en su rostro.

-Te ves raro sin maquillaje... -dije con un tono burlón.

-Tu también -respondió con sin borrar su sonrisa.

-¿Traes rimen?

Como era de esperar mi hermano sacó uno de su bolsillo y me lo entregó.

Era divertido maquillar y maquillarme el rostro.

Luego de eso me dediqué a maquillarle los ojos en un cómodo silencio, solo nosotros dos divirtiéndonos con algo banal.

26/01/2019
10:30 am

Ayer me visitaron una gran parte de mi familia, lloraban, charlaban de temas triviales, reían, pero en especial todos me regañaban por estar en un lugar peligroso.

Curioso, nadie cuestionó mis actos y pensó que estaba haciendo algo malo, no me miraban con ojos acusadores, no había vergüenza plasmada en sus rostros, solo veían a Fumikage, el bebé de la casa.

Estaba feliz de saber que no cambiarían las cosas en mi familia.

Ahora era el turno de dos personas demasiado importantes en mi vida: Tsuyu y Momo.

De nuevo a la realidad.

Tsuyu corrió hacia mi con gran velocidad, tenía ojeras remarcadas, genial, otra persona que quiero a sufrido por mi culpa; sin previo aviso comenzó a besar todo mi rostro.

-¡Eres un tonto! ¿Qué diablos hacías en ese lugar? -sonaba molesta y preocupada.

-Por favor, Fumikage se honesto -dijo ahora Momo, su mirada estaba igual a la de Tsuyu.

Las lágrimas en mis ojos se acumularon, un nudo se formó en mi garganta, no quería decir nada, pero de igual forma solté toda la verdad.

Jamás había visto esas expresiones en los rostros de ellas, era una mezcla de ira, tristeza y lástima.

-Ya no importa nada, dejamos de ser amigos...

Las lágrimas comenzaron a caer con fuerza, dolía decírselo a ellas más que a cualquier persona, porque éramos nosotros 4 desde kínder y ahora todo terminó.

Ya no habrán nuevos recuerdos dolorosos, pero tampoco habrán buenos con él.

Al final de cuentas, yo siempre fui el chicle que nos unía.

-Duele demasiado, sé que hice lo correcto, pero un futuro sin él será extraño...

Cubrí mi rostro con mi antebrazo, las lágrimas no se detenían, sin mi mejor amigo todo será demasiado diferente y duele saberlo.

¿Por qué tenía que pasar todo esto?

¿Por qué teníamos que terminar de esta forma?

¿Por cuánto tiempo durará este dolor?

No lo sé, pero quiero que dejé de doler haberlo dejado ir.

Fumikage sabía que había perdido a su mejor amigo y que era imposible que todo volviese a como era antes, ya no habría pijamadas y videojuegos, ya no tendría su compañía, era demasiado extraño para él pensar en un futuro sin Shoto, pero a veces no solo nos topamos con noviazgos dañinos, las amistades pueden llegar a ser iguales de tóxicas.

Quién sabe, tal vez si Fumikage hubiese continuado a su lado esta vez la bala cumpliría con su objetivo, lo mejor que se puede hacer es alejarse de quienes te lastiman de forma indirecta o directa...

No somos egoístas al tomar esa clase de decisiones, siempre debemos pensar en nosotros mismos, y si ves que esa persona solo aporta cosas negativas es mejor decir adiós antes de que sea demasiado tarde.

Momo y Fumikage hicieron lo correcto, un romance y una amistad de ese tipo solo terminaría con un resultado doloroso para ambos...

Horas después mamá me trajo un ramo con flores y un sobre.

-Hitoshi me las entregó, le pregunté si deseaba pasar, pero dijo que tenía que hacer unas cosas.

Bajé la mirada y dije-: mamá, lastimé mucho a Hitoshi. Él me ofreció largarme con él ese día en el que Shoto consumió por primera vez, no creí que las cosas terminarían tan mal... abandoné a un amigo que me apoyaba, él se aisló y nadie se acercó para traerlo devuelta.

-Ya veo, por eso no lo vimos de nuevo.

-Así es, él supo que comprábamos drogas días antes del disparo. Me amenazó con decirlo a ustedes, me dio hasta el 16 o si no él les iba a decir todo y mira lo que pasó. Lo defraudé, confió de nuevo en mi y arruiné lo que podría haber sido una buena amistad.

-Entonces deberás pedirle disculpas.

-Él no las aceptará -dije con tristeza, lo había arruinado.

-Vino hasta aquí, te trajo flores y un sobre, creo que si le pides disculpas te escuchará.

Solté un suspiro y revisé el contenido del sobre.

Era un dibujo mío con Hawks versión cómic, ambos vestidos con trajes de Steampunk. Hitoshi siempre será el mejor de todos dibujando con distintas técnicas, siempre supo adaptar a todos en dibujos no realistas. También, crea personajes geniales.

Él en verdad es talentoso.

Le mostré el dibujo a mamá y ella sonrió.

-Es una buena persona.

Asentí con una sonrisa, iba a guardar el dibujo, pero me percaté que tenía algo escrito.

"Recupérate pronto, aún quedan demasiadas partidas"

Las lágrimas comenzaron a caer sin permiso. Seis simples palabras con un gran significado.

-Algún día seré un buen amigo para Hitoshi...

La suave mano de mi madre acariciaba mi cabello para relajarme y como era lo usual, funcionó.

01/03/2019
11:30 am

Hawks me ayudaba a ordenar las últimas cosas de mi nuevo dormitorio, aún dolía la herida, pero me sentía mucho mejor en distintos aspectos.

-Estoy tan emocionado de ver como este dormitorio ya se parece al tuyo -dijo observando toda la habitación-. Los muchachos estarán felices de ver que tienes fotos con ellos colgadas en la pared.

Mis mejillas ardieron por sus palabras.

-Mi foto favorita es la del escritorio.
Hawks se acercó al marco, lo agarró con sumo cuidado y observó la fotografía.

-Es una buena fotografía.

Era una donde salíamos mis papás y él en mi primer cumpleaños oficial a su lado, como siempre tuvo que ser.

-Eres el mejor... -guardé silencio al ver como fotografiaba con su teléfono el dormitorio.

-¡Hawks!

-Estoy grabando, saluda a la cámara -dijo con una gran sonrisa.

Solté una carcajada al escuchar eso y no pude evitar decir-: hola a todos, soy Fumikage y este es mi nuevo dormitorio en Yuuei. Sí, al fin ingresé a la academia de mis sueños, en la cual puedo ir a clases con mi maquillaje.

Ahora Hawks se rio por lo último.

-Me mudaré el mismo día en el que comience las clases... ¡estoy muy emocionado y ya no sé qué más decir!
Hawks apagó el teléfono y dijo-: tus padres me pidieron que grabara, no podía decir no. Ah y también se lo envié a los muchachos.

-¡Hawks! -exclamé furioso viendo como escapaba del dormitorio.

Lo perseguí molesto, siempre hacía algo para molestarme.

¿Acaso los hermanos mayores amaban molestar a los menores?

Al salir de la puerta me topé a Hitoshi saliendo por la puerta del dormitorio que se encontraba a la izquierda del mío.

Ahora somos vecinos, esto va a ser muy incómodo.

Hawks se detuvo, me observó y decidió volver a mi dormitorio dejándonos a los dos solos.

La mirada de Hitoshi era de sorpresa e incomodidad, no lo había visto en persona desde el día del disparo, si bien no fue a verme al hospital, me envió ese dibujo y unas flores.

Sabía que había arruinado cualquier avance de una amistad con Hitoshi, había traicionado su confianza y eso no tenía perdón.

Bajé mi mirada avergonzado, no sabía como hablar con él, íbamos a estar 3 años en el mismo salón y siendo vecinos de dormitorio.

-Fumikage.

Subí mi mirada, Hitoshi sonreía de lado.

-No quiero iniciar este año con un mal sabor de boca, ¿qué opinas si empezamos de cero?

Lo miré extrañado por sus palabras.
Hitoshi soltó un suspiro y continuó-: mi nombre es Hitoshi Aizawa, perteneceré al departamento de arte, espero que nos llevemos bien durante estos 3 años.

Él debería odiarme e ignorarme, pero como siempre actúa de forma tan madura.

Quiero pedirle disculpas, pero creo que él no las está buscando, al menos no por ahora.

-Mi nombre es Fumikage Tokoyami, también perteneceré al departamento de arte... -mordí mi labio inferior y continué-: lo mismo digo Hitoshi, espero algún día ser tu amigo.

Me gustaría ser su amigo, tal vez en estos tres años puedan mejorar las cosas...

-Yo también lo espero -dijo Hitoshi para luego marcharse del lugar.

-Eso espero... -susurré a la nada.

Me di la vuelta para ingresar al dormitorio, pero logré escuchar a Hitoshi en voz alta.

-¡En la noche estaré jugando, por si quieres unirte a la partida!

Impresionado miré hacia atrás y sonreí al ver como levantaba su pulgar.

-¡Entonces allí nos vemos! -respondí emocionado, deseaba jugar con él y algún día lograr ser su amigo.

Cuando se marchó del lugar, ingresé de nuevo al dormitorio, mi hermano estaba sentado en la silla del escritorio mientras comía un caramelo.

-¿Qué tal te fue con ese chico? -preguntó con curiosidad.

-Más tarde jugaremos una partida online... -dije sonriéndole-. Él no me ignoró, ni me insultó. Hitoshi es una buena persona, otros me golpearían o gritarían... él es demasiado maduro, siempre lo fue y continúa siéndolo. Deseo algún día ser su amigo.

-Eso espero, suena como un buen chico.

-Lo es, te agradaría bastante -respondí con una gran sonrisa.

Hawks se levantó de la silla con una sonrisa y dijo-: Himiko hizo pollo frito para almorzar.

-Excelente, ¿qué opinas de postre helado de chocolate con nueces?
-Una buena combinación -dijo colocando su mano sobre mi cabeza-. Estoy orgulloso de ti y siempre lo estaré.

-Yo también estoy orgulloso de ti.

Ambos nos marchamos del dormitorio, al bajar nos topamos con algunos alumnos de otros años, ellos se veían emocionados al ver a Hawks, a veces se me olvidaba que era bastante conocido.

Él se sacó varias fotos y firmó autógrafos, algunos muy curiosos preguntaban qué hacía en la escuela y él decía con su gran sonrisa mientras me señalaba.

"Estoy ayudando a mi hermanito con la mudanza"

Adoraba a mi hermano y siempre lo haría, a pesar de que estaba avergonzándome con sus fans.

Al salir observé la academia por última vez, la vería de nuevo cuando comenzara oficialmente el año escolar.

Mi primer año en Yuuei, ya deseo ver que me deparará el futuro...

Años después....

La vida me dio distintas oportunidades, entre ellas ser adoptado por dos personas ejemplares, buenas y amorosas.

Tuve abuelos, primos y tíos que no compartían mi sangre, pero de igual forma eran mi familia, nunca fui el adoptado ante las miradas de ellos.

Siempre fui Fumikage Tokoyami.

No nos parecíamos físicamente, era claro que no éramos parientes, pero aún así me parecía a ellos, tal vez fue la crianza que tuve o el destino hizo que me pareciese al menos en algo a mi familia.

Ni idea, pero ahora con 37 años tomamos la decisión con Tsuyu de ser padres.

Ambos podemos tener hijos biológicos, pero luego de una charla decidimos darnos una oportunidad de amar y criar a un niño que no compartiese nuestra sangre.

Tal vez, deseaba encontrar a un pequeño Fumikage que necesita ser amado y repetir el mismo camino que hicieron mis padres y Tsuyu aceptó lo que dije.

Tsuyu durante ese periodo investigó demasiado sobre la maternidad, los riesgos, pediatras recomendados, escuelas... demasiadas cosas y siempre sonriente, sé que será una gran madre.

Decidimos adoptar en un orfanato al azar, donde el destino nos llevase, luego conoceríamos a los encargados que nos darían los datos de los pequeños.

Se siente un tanto incómodo escoger, ¿cómo lo hicieron mis padres?, siempre dijeron que al verme lo supieron, pero es extraño y complicado.

Nos marchamos en el automóvil, era al otro lado de la ciudad, no parecía un orfanato tan aterrador como lo era el mío, no transmitía tanto dolor y los encargados o eran personas normales o buenos actores.

-Fumikage, podemos ir otro día -dijo Tsuyu al ver mis manos tiritar.

Negué con la cabeza y solté un suspiro, hay cosas que no se pueden olvidar y ese monstruo siempre me causará angustia.

-¿Niño o niña? -pregunté sin más.

-No lo sé -respondió Tsuyu colocando su mano en la barbilla-. Veremos que tal.

Íbamos a la oficina, pero nos detuvimos al ver a una niña de unos 10 años salir de una puerta en silencio.

La pequeña tenía una melena desordenada y rubia, ojos color jade y bastantes pecas en sus mejillas, era curioso, pero me recordaba un poco a mamá con el pelo de papá.

-¿Pequeña? -dijo Tsuyu preocupada al verla tan nerviosa.

La niña hizo un gesto con su dedo para que guardáramos silencio.

Me percaté de que usaba una jardinera azul, el mismo color que vestía mamá cuando la conocí.

Tsuyu se acercó a la pequeña y se arrodilló hasta quedar a su altura.

-¿Qué ocurre? -preguntó en voz baja.

-Esos idiotas no quieren que vaya a verlas -dijo la pequeña con el ceño fruncido.

-¿Idiotas? -dije en voz alta por accidente.

Tsuyu y la pequeña me miraron con seriedad al escucharme hablar.

-Lo siento -susurré un tanto nervioso.

-Puedes continuar -dijo Tsuyu con una pequeña sonrisa.

-Los encargados no me dejan ir a la otra sección, porque tengo 11 años, pero allí están Suzume y Hitomi -dijo con seriedad la pequeña.

Me acerqué y me puse a su estatura.

-¿Quiénes son? -pregunté en voz baja.

-Mis hermanitas, son muy lindas y divertidas, pero no me dejan verlas, porque están con los niños más pequeños... -dijo cruzando sus brazos-. Ellas necesitan a su hermana mayor para cuidarlas.

Una sonrisa se formó en mi rostro al recordar a Hawks.

Él también tenía once años cuando nos separamos.

-¿Cuántos años tienen tus hermanitas? -preguntó Tsuyu curiosa.

-Suzume cinco y Hitomi cumple cuatro en dos semanas -respondió con una enorme sonrisa.

-¡Hotaru! -exclamó una voz femenina, sonaba molesta.

Me levanté para ver a la mujer, resultaba ser una de las encargadas del lugar.

-Hotaru, sabes que tienes prohibido salir de tu sección -dijo molesta la mujer.

-Maldición -dijo la pequeña observando a la encargada con el ceño fruncido.

Parecía que estaba apunto de llorar, no sabía si por tristeza o frustración.

Del bolsillo de mi bléiser saqué unos caramelos y se los ofrecí-: para ti.
Hotaru dio una gran sonrisa y dijo-: ¡gracias señor rockero!

¿Rockero?

Una gran carcajada de parte de Tsuyu resonó en el lugar.

-Tan equivocada no está la pequeña -dijo con un tono burlón.

-Señora de cabellos bonitos, ¿él es rockero? -preguntó curiosa mientras abría un caramelo.

-No, es pintor, pero es fan del rock, también, toca el bajo cada vez que tiene un día libre -respondió con una sonrisa.

-¿Pintor? -ahora se veía impresionada.

-Lo soy, pero ella es mejor pintora -dije señalando a Tsuyu.

-Nunca había conocido pintores -dijo asombrada-. Usualmente todos los adultos que vienen tienen trabajos aburridos.

-Mi nombre es Tsuyu -dijo con una gran sonrisa.

-Soy Fumikage.

-Un gusto Tsuyu y Fumikage -dijo la pequeña para marcharse nuevamente por esa puerta.

-Hotaru es una niña muy buena e inteligente, es una lástima que los padres interesados terminen declinando la adopción -dijo la mujer con un tono de voz triste.

Tsuyu se levantó y dijo-: ¿por qué?
-Hotaru es bastante terca, hace lo imposible para no ser adoptada.

La miré extrañado por sus palabras.

-Se aferra a quedarse con sus otras hermanas y no puedo culparla, nadie desea separarse de sus hermanos, pero ella ya tiene once y los matrimonios no desean adoptar a niños de su edad.

-¿Cuánto tiempo llevan en el orfanato? -preguntó Tsuyu.

-Hotaru tenía 8 años, las menores uno y dos años -respondió la mujer soltando un suspiro-. Las tres comparten solo madre y en sus actas de nacimiento no tienen datos de su padre.

Uno y dos años, ellas no deben recordar casi nada.

-¿Qué hay de su madre? -pregunté con seriedad, necesitaba saber qué se avecinaba.

-Le quitaron la custodia por abandono de menores. Hotaru llegó con desnutrición y una mirada demasiado apagada, no se alejaba de ninguna de sus hermanas y solo hablaba con ellas. Fueron meses duros hasta que mejoraron las tres.

Me dolió escuchar aquello.

-Tenemos que separar a Hotaru de sus hermanas más que antes para que pueda ser más sociable y que sus hermanas no sientan tanta dependencia por verla.

Recuerdo como esperaba impaciente por la llegada de Hawks en el orfanato, el miedo por su tardanza y no comprender bien las horas.

Es horrible tener a tu hermano tan cerca y a la vez tan lejos.

Tsuyu agarró mi mano con delicadeza, su calidez me devolvió a la realidad.

Fijé mi vista en la mirada de Tsuyu y sonreí como respuesta.

A veces no es necesario hablar para saber lo que el otro desea, de algo que sirvan los más de 30 años que hemos compartido juntos.

-Ya tomamos nuestra decisión -dijo Tsuyu con una gran sonrisa.

Íbamos por un solo hijo y ahora tendremos 3 hijas, la vida es curiosa y todo fue por el azar.

Los encargados no podían creer nuestra decisión, no es muy usual que se adopten a tres hermanos, pero ¿cómo no hacerlo?

No quiero que terminen como mi hermano y yo, separados por años y uno de ellos sufriendo en silencio.

Las primeras reuniones las tuvimos con Hotaru, ella fue clara desde el minuto uno.

-Yo no me voy a ir de aquí y no me importa si son buenos.

-¿Cuál es la forma para poder llevarte con nosotros? -preguntó con diversión Tsuyu.

-Ninguna que me puedan dar -dijo con seriedad, sus ojos jade eran tiernos y honestos.

Se sentó en el sillón con los brazos cruzados mirando sus piernas.

Tsuyu se sentó a su lado derecho en silencio.

Saqué de mi billetera una fotografía antigua de mis padres, era extraño verlos sin ninguna cana en sus cabellos y una mía con Hawks, si no me equivoco de mi primer año en Yuuei.

Me senté al lado izquierdo de ella y le mostré la fotografía a Hotaru.

Hotaru la tomó y preguntó-: ¿quiénes son?

-Mis padres -respondí con una sonrisa-. Se llaman Akira y Aiko Tokoyami.

Ella estaba en silencio observando fijamente la foto, parecía querer decir algo, pero no se atrevía.

-Me adoptaron cuando tenía tres años...

-¿Eres adoptado? -interrumpió mirándome fijamente.

-Sí -dije para entregarle la foto que tenía con Hawks.

Ella lo miró con atención y dijo-: ¿él es?

-Mi hermano mayor Hawks, en esa época tenía 16 y él 24 años.

-¿Son hermanos de sangre? -preguntó curiosa.

-Sí, ambos terminamos en un orfanato cuando tenía 3 años y mis padres me adoptaron a los meses después.

Ella me miró extrañada y preguntó-: ¿te adoptaron con él?

Negué con la cabeza y dije-: no sabían que tenía un hermano mayor que me quería demasiado y me protegía de todos.

Mordió su labio inferior y dijo-: los separaron...

-Sí, para mi desgracia no lo volví a ver mucho tiempo después y nosotros no queremos que ustedes vivan con ese mismo sentimiento.

Ella me miró sorprendida y luego a Tsuyu.

-Queremos adoptarlas a las 3 -dijo Tsuyu con suavidad.

-¿No mienten? -susurró Hotaru con su voz entre cortada.

-Jamás te ment... -no alcanzó a terminar Tsuyu al ser abrazada de golpe.

-Gracias -dijo la pequeña entre llantos sin separarse de Tsuyu-, muchas gracias...

Una gran sonrisa se formó en mi rostro al ver como Tsuyu abrazaba a Hotaru y le acariciaba la cabeza.

¿Se sentía de esa forma papá al ver mi primer abrazo a mamá?

La sonrisa de Tsuyu era cálida y alegre, pero podía ver sus ojos llorosos.

El resto del día fuimos interrogados por Hotaru, nos preguntaba por nuestras comidas favoritas, cumpleaños, familia, dónde vivíamos.

-Duda, ¿todavía te pintas los ojos de esa forma?

Sonreí al escuchar aquello.

-A veces, no tanto como antes, pero mi hermano aún continúa maquillándose de esa forma -respondí con una sonrisa.

-¿A qué se dedica tu hermano?

-Es músico.

-¿Músico? -Hotaru parecía más sorprendida.

-Es el violinista de una banda -dije con orgullo.

-¡Quiero escucharlo!

-Cuando lo conozcas le puedes pedir, siempre carga su violín.

Su mirada jade parecía brillar por la emoción.

-¿Conoceré a su banda?

-Claro que sí.

Es gracioso ver su emoción, ella no sabe que la banda de Hawks en verdad es muy famosa.

-¿Cómo son sus padres Sra. Tsuyu?

Tsuyu sacó su teléfono y le mostró una fotografía de ambos.

-Mi padre trabaja en una empresa y mi mamá hace esculturas -respondió lo último con orgullo.

La Sra. Asui es la persona que más admira Tsuyu.

-¿Esculturas? -preguntó y dubitativa dijo-: ¿cómo esas de los dioses griegos que pasamos en las clases de historia?

-Sí -dijo mostrándole otra fotografía de su teléfono.

No sabía cuál le había mostrado, pero por el rostro de sorpresa y maravillado supuse que era el jardín de su galería, el trabajo de vida de ella. Si no me equivoco fueron demasiados años de duro trabajo que tuvo que realizar mientras creaba otras esculturas y criaba a Tsuyu.

Siendo honesto, me habría vuelto loco haciendo tanto trabajo, pero el resultado valió la pena.

-Ella es sorprendente, ¿Suzume puede verlas?, ¡a ella le gusta hacer figuritas con plastilina!

Se veía muy emocionada al decirlo.

Mi suegra va a estar fascinada con sus nietas, en especial con la mirada emocionada de Hotaru.

-Claro y si quieren puedo ser su maestra -se ofreció Tsuyu con entusiasmo.

-¿También haces esculturas?

Sonreí de oreja a oreja al ver como ambas hablaban de eso y lo feliz que sonaba Hotaru al hablar. Eso daba un buen indicio.

Cosas que aprendí de Hotaru, le gusta el verde, las flores, las clases de historia, los fideos con salsa, la música y cuando sea grande quiere ser veterinaria. Odia la espinaca y cepillarse el cabello.

Creo que estará fascinada con Hawks.

-A Suzume le gustan los gatos, jugar con la cocinita, ama mucho el chocolate y le gusta leer, no sé quién le enseñó a leer, también le gustan las princesas y hacer gatos con plastilina -dijo con una sonrisa mientras enumeraba con los dedos de sus manos-. A Hitomi le gustan las manzanas y jugar con una pequeña guitarra rosa, cuando habla demasiado rápido no se le entiende casi nada, también, ama que le lean el principito, usualmente se lo lee Suzume. Y eso es lo básico de ellas dos.
Supongo que ella sabía que íbamos a hablar con sus hermanas.

-Ah y a Hitomi le gustan las trenzas, ella siempre nos las hace, pero le cuesta demasiado con mi cabello, por lo tanto, no se sorprendan si la ven con muchas trenzas disparejas, un día se hizo 20 de distintos tamaños.

-Gracias por la información Hotaru -dije con una gran sonrisa.

Asintió varias veces y dijo-: si pueden lleven el libro de la princesa y el sapo, Suzume se lo pidió a Santa el año pasado, pero le trajo uno de la caperucita roja.

-Entonces le traeremos uno -respondió Tsuyu emocionada, creo que se llevará bastante bien con las niñas.

Antes de marcharnos, Hotaru nos dio un fuerte abrazo como despedida. Siendo honesto deseaba llorar en esos momentos.

Al subir al automóvil estaba emocionado y feliz por lo que se aproximaba en nuestro futuro como familia.

-Hotaru es una niña muy dulce, ya deseo que nuestros padres la conozcan -dijo Tsuyu mientras encendía el automóvil-. Ya quiero conocer a Hitomi y Suzume.

-¿Crees que les agradaremos?, fue fácil con Hotaru, pero...

-Debes estar tranquilo, no tienes que sentir miedo, solo se tu mismo -interrumpió Tsuyu para luego darme un beso.

Tsuyu arrancó el automóvil y nos marchamos a casa.

La siguiente reunión fue con Suzume, una pequeña con una larga trenza rojiza y ojos color jade iguales a los de Hotaru, si bien su cabello era diferente y no tenía pecas, sus rasgos eran bastante parecidos, por lo tanto, era innegable decir que ellas no eran hermanas.

Ella se veía adorable con su vestido de princesa y corona.

Admito tener más nervios con ella, al ser más pequeña que Hotaru temía que no comprendiese tantas cosas.

-¡Hola!, soy la princesa Suzume -dijo con una gran sonrisa-. Mi guardiana, la hechicera Hotaru dijo que vendrían visitas de otro reino.

Interesante, supongo que es hora de jugar.

Miré a Tsuyu y sonreí.

-Mucho gusto su majestad Suzume, soy la princesa Tsuyu y él es mi caballero Fumikage -dijo con una reverencia.

Entonces seré un caballero.

-Es un honor princesa Suzume -hice mi mejor intento de imitar un saludo de caballero de películas.

Suzume sonrió de oreja a oreja, al parecer quería esa respuesta.

Ella se fue a un baúl donde habían juguetes, sacó una corona rosada y una espada de plástico.

-Aquí tienen -dijo entregándonos los objetos.

Lejos de hablar durante nuestra primera reunión, jugamos al castillo y vencer a un enorme dragón rojo para salvar el reino.

-Hotaru tenía razón, son divertidos -dijo Suzume cuando vencimos al dragón.

Supongo que había terminado el juego.

Esa mirada infantil de color jade, de alguna forma parecía la de una persona que sabía bastante. Una mezcla de niñez con madurez, tenía sentido al saber que ella ya sabía leer.

-¿En serio nos llevarán a las 3? -preguntó la pequeña, se notaba su preocupación- ¿Hitomi no se quedará sola?

La observé extrañado.

-Sé que Hotaru es grande y muy inteligente, alcanza las cosas con mayor facilidad, pero Hitomi es muy pequeña y despistada, pierde siempre sus calcetines.

Sentí un nudo en la garganta, cinco años y está tan preocupada por su hermana menor...

-Las llevaremos a las tres, puedes estar tranquila -dijo Tsuyu acariciando su cabeza.

-Y este caballero las protegerá a las 3, también le encontrará los calcetines a Hitomi.

-¿Lo prometes?

-Te doy mi palabra de caballero imperial.

Observé a Tsuyu y luego a una sonriente Suzume.

Siempre las protegeré a las 4, es una promesa de por vida.

Al final de la reunión, charlamos bebiendo "té" preparado por Suzume.

-Una hechicera nos dijo que deseabas algo -dijo Tsuyu sacando el libro envuelto en papel de regalo.

Suzume lo miró extrañada, pero lo aceptó con una gran sonrisa. Al abrirlo sonrió aún más y dijo-: ¿les puedo leer?

Ambos asentimos como respuesta.

Finalizamos el día con la pequeña leyendo y mostrando las ilustraciones del libro.

Suzume leía bastante bien, en verdad era una niña muy inteligente, ¿se aburrirá el próximo año en la escuela?

-¡Adiós princesa y caballero!
Una despedida adorable.

Salimos del orfanato con una gran sonrisa, estábamos felices al saber que Suzume estaba feliz con nosotros.

Ahora faltaba la reunión con Hitomi, complicado, quedaban un par de días para su cumpleaños, tal vez un regalo por su cumpleaños.

Como Hotaru dijo, a Hitomi le gustan las trenzas.

Hitomi tenía trenzas por todo su cabello, no había ningún mechón castaño que sobresaliese.

A diferencia de Suzume, al principio Hitomi no se acercó como si fuese un juego, en realidad casi no nos miraba y cuando lo hacía, esa mirada jade nos observaba con recelo.

Excelente, habíamos empezado con el pie izquierdo.

-Hola, mi nombre es Fumikage...

Frunció el ceño la pequeña al escucharme.

-Suzume dice que no debo hablar con extraños.

Tenía un punto, no podía decirle que no a eso.

Una de las encargadas llamada Lizzy, decidió ingresar a la sala para ayudarnos un poco y hacer sentir más cómoda a Hitomi.

Pensaba que sería más fácil de interactuar al ser hermana de Suzume y Hotaru, con ellas fue todo más natural y sencillo.

Hoy era un reto para lo que se vendría a futuro y una demostración de lo diferente que eran las tres.

Vi a lo lejos en el baúl, esa pequeña guitarra rosa que a mi lado parecía un ukelele.

Fui hacia ella y la tomé prestada, es hora de tocar música.

Me dejé llevar mientras tocaba una canción alegre, alejándome por completo de mis gustos musicales.

Hitomi se acercó y me observó atenta, primero no demostraba ninguna expresión, pero luego sonrió y sacó del baúl un tambor con unas baquetas.

Empezó un golpeteo ruidoso, no combinaba demasiado con canción, por lo tanto, cambié la melodía.

La pequeña reía mientras golpeaba el tambor.

Al finalizar, Hitomi se acercó a Tsuyu y dijo-: ¿puedo hacerte una trenza?, Suzu dijo que eres una princesa, las princesas tienen trenzas.

Tsuyu asintió con una gran sonrisa y soltó su cabello.

-Hotaru dijo que tenías una cabello bonito -continuó mientras peinaba el pelo de Tsuyu.

Y al parecer se sintió más cómoda, porque no se detuvo, hablaba demasiado a tal punto de que no se le entendía.

Hotaru tenía razón.

Me agradaba Hitomi, era bastante parlanchina y graciosa, hablaba de distintas cosas y como fue su día.

-Suzu hoy leyó un libro de Hotaru -dijo mientras hacía la trenza-. Ella lee siempre, me gusta cuando lee el principito, me gusta el zorro, los zorros son lindos, cuando grande quiero uno, ¿qué animal les gusta?

-Me gustan las aves -respondí con una sonrisa.

-Solo conozco a las palomas que caminan en la calle de al frente -respondió sin más-. Quiero conocer más.

-En nuestro jardín llegan muchos pájaros, la mayoría son colibrís -respondió Tsuyu-. Le gustan subirse a las rosas del jardín delantero.

-¿Colibrís?

-Son pequeñas aves que vuelan muy rápido -explicó.

-Ah, ¿puedo conocerlas? -preguntó con una pequeña sonrisa.

Finalizó la trenza, caminó para ver de frente a Tsuyu y sonrió; corrió hacia el baúl, sacó una corona y un espejo de juguete, luego se la colocó a Tsuyu con delicadeza.

-¡Listo!

-Muchas gracias.

Le entregó el espejo a Tsuyu para que se viese; lo aceptó y se miró con una sonrisa.

-Haces trenzas bonitas, a mi mamá le gustaría que le hicieses una -dijo Tsuyu tomando su cabello para apreciarlo mejor.

-También, tengo una sobrina que se llama Nanami, a ella le gusta arreglarse el cabello -agregó mirándome con una sonrisa.

La pequeña Nanami, la tercera y única hija de Hawks, no puedo creer que ya tenga 12 años. Supongo que se llevará bastante bien con Hotaru al ser solo un año mayor que ella.

-¿Nanami? -preguntó curiosa.

-Es la hija de mi hermano mayor...

-¿También eres hermano menor? -de nuevo sonaba emocionada.

Me agradaba Hitomi, estaba seguro de que nos llevaríamos bien.

-Hotaru nos dijo que estabas de cumpleaños, por lo tanto, te hemos traído esto -dijo Tsuyu sacando un paquete de regalo.

Hitomi sonrió de oreja a oreja, demostrando como aún no le crecían los colmillos por completo.

La pequeña abrió el regalo con entusiasmo y abrazó aquel peluche del principito y el zorro.

-¡Muchas gracias! ¡Es muy lindo! -recalcó la o.

Las visitas continuaron, pero esta vez podíamos reunirnos con las tres, por lo tanto, todo se sentía más "natural" y en familia.

También, nos dedicamos a decorar los tres dormitorios de las niñas con sus respectivos gustos y comodidades. Compramos demasiados juguetes y la ropa básica (luego compraríamos con las niñas, no deseaba que terminasen como yo).

Tsuyu buscó cada pequeño detalle que podía ser un peligro paras las niñas, instalamos todas las rejas de seguridad en las ventanas del segundo piso, confiaba en que Hotaru no hiciese nada riesgoso en la ventana, pero de Suzume y Hitomi para nada. Me subí a un techo de pequeño y era mayor que ellas, no iba a arriesgarme.

Era divertido pasar tiempo con ellas, ver a Tsuyu charlar con las 3 me hacía feliz.

12/10/2040

Estaba un tanto ansioso y nervioso, hoy iba a ser uno de los días más importantes.

Oficialmente las niñas vendrán a vivir con nosotros.

¿Les gustará la casa?, es enorme y tenemos un gran jardín para que jueguen, es demasiado complicado.

¿Mis papás se sentían de esa forma?, creo que debería haber preguntado.
El trayecto en el automóvil fueron risas y charlas, Hotaru nos contaba datos curiosos de los seres mitológicos. Suzume decía que ella quería tener un unicornio o un fénix cuando sea grande y Hitomi quería un zorro de nueve colas.

Al llegar a la casa escuché a Suzume decir-: ¡es un castillo!

-¡Hay muchos pájaros! -dijo Hitomi pegándose a la ventana.

-¿Es una mansión? -Hotaru era la más sorprendida.

Ellas solo sabían que pintábamos y que Tsuyu se dedicaba a las esculturas, no estaban al tanto de que a Tsuyu le iba bastante bien y en mi caso estoy a un par de años para que papá me de el puesto de jefe de forma oficial.

Pintar es mi pasión, pero es más para mi casa o exponerlas en la galería que para venderlas, mis estudios universitarios fueron para poder trabajar en la empresa familiar, ahora que lo pienso, creo que fui el único de mi generación que estudió algo más convencional.

Mis amigos y esposa avanzaron en sus estudios relacionados con sus áreas y viven de ello. De mi departamento soy el único que pinta por el amor al arte.

El resto tienen sus proyectos propios, como es en el caso de Hitoshi que ahora trabaja en animación, tiene su propia serie animada, la cual tendrá su propio videojuego, pero eso es un secreto.

Las niñas ingresaron emocionadas, observaron cada dormitorio y sala de la mansión.

-¡Tengo vestidos de princesas! -gritó Suzume observando el ropero-. Y un librero con la forma de un castillo y libros de princesas.

Hitomi abrazó la pequeña guitarra y saltó en sus peluches de zorros, en serio los amaba.

Hotaru sonreía al ver su librero, decidimos comprarle libros de historia ilustrados y otros normales. También, sonreía al ver su propio equipo de música.

-Gracias -dijo con una gran sonrisa.

Al final, Hitomi nos llevó a su habitación para hacernos a todos trenzas con los nuevos moños y cepillos que le compramos.

Me gustaba este comienzo en familia, jugando en el jardín como un niño interpretando el rol de caballero.

Solo los 5 en familia...

Pensaba que era feliz, hasta que meses después fui nombrado "papá" por esas tres pequeñas que prometí proteger aunque esté muerto.

Ahora siento que soy como mi papá, repleto de fotografías y dibujos de ellas en mi oficina, ya no éramos Tsuyu y yo, éramos 5 en casa.

Es gracioso, siempre pensé que era feliz, pero creo que aún no lo era por completo. Ahora, con mis hijas y esposa puedo decir que en verdad soy feliz.

Creo que solo puedo agradecerles por mi felicidad a mis papás y a Hawks.
Gracias por adoptarme, amarme y protegerme, son los mejores padres del mundo.

Gracias Hawks por cuidarme, guiarme y salvarme, eres el mejor hermano y amigo que podría tener.

Soy feliz y gracias a las personas que amo puedo sonreír.

Fin

Nota

Espero que les haya gustado el cierre de Fumikage, una historia con un inicio un tanto triste, pero con un final feliz.

Hotaru, Suzume y Hitomi son unos soles, se merecen el cielo uwu.

Me pareció mejor idea que Fumikage y Tsuyu adoptaran, porque querían, nada de dramas sobre no poder tener hijos. Además, ¿qué mejor que darle la oportunidad a hermanas?

También, fui cruel con la separación de Shoto y Fumikage, pero era el punto quiebre.

Me da penita que Izuku no haya hablado demasiado con Fumikage, podrían ser amigos o tal vez no, Izuku es leal a Shoto, si Fumikage lo trata mal (tiene mucha justificación xD) se agarra a puñetazos.

En fin, Izuku un ser de luz uwu

Hawks y Fumikage como siempre los mejores hermanos, se merecen un abrazote.

Hawks tiene 3 hijos: Haru (21) (es músico, no fue a Yuuei); Kyo (16) (está en su primer año de Yuuei, en el departamento de música tocando la batería); Nanami (12) (quiere ser como Fumikage y estudiar en el departamento de arte)

Pd: Nanami se lleva bien con todas sus primas, las cuatro juegan a la peluquería 💖

Este es el penúltimo cierre (sin contar a Izuku), se viene el de Shoto.

Publicado: 06/07/2024

Nos vemos la próxima semana 🦄🦋💖

Capítulo 40: Cerrando ciclos...

Palabras: 13.464


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top