L.2 Capítulo 36

-A Toshinori puedo definirlo como mi hogar, donde esté él siempre me sentiré en casa.

Miré mis zapatos rojos.

-Él es irremplazable, no lo cambiaría por nada en el mundo. Toshinori me salvó y me salva todos los días... soy honesto, pero creo que si no fuese por él, yo ya me habría lastimado.

La Srta. Jane me observó fijamente.

-A veces tengo recaídas, me siento deprimido, pero él aparece y me distrae de todo lo malo, tenerlo a una habitación ayuda a no tener miedo. Me recuerda de que ya no estoy solo, de que al fin tengo a un adulto que me proteja de todo lo malo...

-Las noches son mejores, antes estaba la constante violencia, el odio, ese ambiente siniestro, esa ventana que me recordaba día y noche que podía saltar.

-Esa habitación fue testigo de mis intentos de suicidio, de los cortes, del dolor. La sala de estar era el lugar donde ella estaba insultándome. La cocina gritos y platos quebrados... las escaleras caídas... la ducha donde ese monstruo me lanzaba con ropa y todo cada vez que defendía a esa mujer, el agua era helada, mi ropa se pegaba y mis huesos dolían.

-Ellos como individuos no eran mi hogar. En cambio Toshinori lo es todo y me da miedo perderlo, pero no porque él me abandone, él jamás lo haría... temo alguna tragedia o que ellos me lleven.

-Parte de mi felicidad viene de un adulto, había perdido mi fe en los adultos, ellos me lastimaron a tal punto que dejé de confiar, pero Toshinori me ayudó a romper esa idea.

-Quiero mucho a Toshinori...

Izuku Yagi
16/01/2019

La ducha fue larga, a penas entramos a la casa me dijo que fuese a darme una ducha, porque apestaba a basura y mi rostro estaba sucio. Él tenía razón, aunque en realidad lo hizo para que yo aclarase mis ideas y me relajara por todo lo ocurrido, aunque creo que él también quería un momento para sí mismo.

¿Cómo estará Fumikage? ¿Enji lastimó a Shoto? De seguro, pero no sabía el nivel de las consecuencias.

Tenía que decirle todo a Toshinori, una cosa era ocultarle información, pero ¿mentirle?, eso jamás.

-Esto será demasiado difícil...

Cuando terminé de vestirme busqué a Toshinori, no lo veía en ningún lado de la casa, por lo tanto, deduje que estaba en el jardín; salí al patio, allí estaba regando las flores sin mostrar expresión alguna.

-El sol te ayudará a secar tu cabello -dijo sin mirarme, solo observaba las flores mientras regaba con la manguera.

-Toshinori...

-Creo que necesito una explicación -interrumpió, su voz no sonaba para nada amistosa-. Quiero saber por qué Shota me llamó y me dijo que te apuntaron con una pistola, ¿en qué te metieron?

-Es complicado, pero te voy a decir todo -dije un tanto nervioso.

Toshinori fue a cerrar la llave para detener el agua; luego fue hacia mi, su rostro se veía molesto.

-Espero que seas completamente honesto y que no omitas nada.

Sus ojos azules se veían serios, no intimidantes, pero si molestos.

-Lo seré, solo que es complicado hablar del tema, porque implica hablar de cosas personales de un amigo...

Toshinori asintió, pero sonrió y dijo-: puedes estar tranquilo...

-Primero, conocí a Shoto por accidente la noche en la que hice el graffiti para el cumpleaños de Ochako. Yo lo salvé de un delincuente que quería apuñalarlo -esto iba a ser muy largo-. No pensaba que nos volveríamos a ver hasta que nos topamos y me hiciste comer una pizza con él...

-¿Sabías el motivo del por qué estaba a esas horas?

Negué con la cabeza y dije-: ninguno de los dos, lo volvimos una apuesta de quién iba a ser el primero en decirlo. Al final él ganó...

Comencé a jugar con mis manos, no quería decirlo, pero tenía que hacerlo.

-Todo iba bien, hasta que un día me dijo lo que sucedía en esa maldita mansión... -apreté con fuerza mis manos, fruncí el ceño y dije-: Enji golpea a Rei y a Shoto, pero esa mujer es igual de mala, también lastima a Shoto... nadie hace nada, la policía está comprada, su familia no actúa, ¡son unos malditos bastardos que siempre se saldrán con la suya!

Pisé con fuerza el suelo, odiaba la idea de que salieran impunes con tanta facilidad por ser millonarios.

El rostro de Toshinori palideció, no todos los días te dicen que personas cercanas cometen tales actos. Aunque, preferí ignorar esa mirada y continué.

-¡El mundo es una mierda! ¡¿Por qué nadie paga?! -dije furioso- ¿Quieren que estemos muertos para hacer justicia o tampoco valen nuestras vidas? ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué nadie nos auxilia?! ¿Tan insignificantes somos los niños y adolescentes para los adultos?

Dolía recordar cuando la policía no hacía nada, solo miraban al niño lastimado por las "escaleras".

-La policía, los maestros, los vecinos... -dije con rencor-. A nadie le importa, la mayoría de los adultos responden solo por sus seres queridos y no siempre. Muchos le tenemos odio a los adultos, porque pueden ser malos o unos malditos cobardes indiferentes.

-Izuku...

-Shoto me hacía feliz, era el primer chico de mi edad con el cual podía divertirme y sentirme como un adolescente. Todo el dolor que he vivido no lo vio y no lo sabía, era la primera vez que alguien no sentía dolor o lástima por lo que viví -dolía decir esa realidad, porque en el fondo todos alguna vez sintieron lástima por mi-. Shoto era ese respiro de aire fresco, no fingía ser otro, era el Izuku que está yendo a terapia y quiere cambiar... y cuando supe de su vida.

Toshinori me miró fijamente, podía ver un sinfín de emociones. Se veía triste, dolido, molesto...

»Empaticé con él y estaba feliz de conocer a un chico de mi edad que podía comprenderme. Nuestras vidas eran diferentes, pero a la vez tan parecidas...

Una lágrima cayó por mi mejilla.

»Un padre maltratador, una madre maltratadora, la justicia que no hacía nada y el dolor de tener que usar una máscara. Aunque, yo tengo más suerte que él, te tengo a ti...

Toshinori no hablaba, solo miraba atento.

»Todo estaba bien hasta que fui a la fiesta de año nuevo en casa de Monoma. Yo no sabía a lo que iba, no deseaba ir, pero me iba a esforzar... Hitoshi no deseaba ir, pero Monoma me utilizó para que él fuera. Él es más malo de lo que crees, es el demonio en persona.

-¿Hitoshi sabía todo lo que ocurría?

-Sí y no, pero él solo es una víctima más del maldito bastardo de Monoma -lo odio.

Toshinori soltó un largo suspiro y miró al cielo.

-No quiero ni pensar lo que vivió -susurró Toshinori con tristeza.

-Hitoshi dijo que no consumiera nada de la comida, era tan inocente, no comprendía a qué se refería, luego lo supe y me sentía horrible. Ellos ofreciéndome alcohol con tanta naturalidad.

Quería vomitar ante el recuerdo.

Volvió a mirarme.

-Fue una tortura, yo no quería saber nada de esa bebida, luego Monoma me ofreció coca y y... todo era tan surrealista, me sentía incómodo y fuera de lugar. Yo no pertenecía a ese mundo y no quería volver a verlo, no deseaba involucrarme en drogas, porque eso significa volverte adicto y me dan miedo las adicciones. Fue un gran golpe cuando vi a Shoto consumiéndola y no entendía por qué sus amigos no hacían nada.

Hablar de mi incomodidad sobre las adicciones por primera vez ante la mirada de Toshinori era extraño.

-Inko al principio decía que iba a cambiar, pero eso era una asquerosa mentira. No le creo a los adictos, ellos siempre te defraudan. El dos iba a escucharlo y estaba seguro de decirle adiós a Shoto, lo quería sacar de mi vida para no sufrir de nuevo, pero escuché como empezó todo y comprendí el tipo de persona que es.
Sabía que era demasiado lo que decía, pero él deseaba escuchar todo.

Comencé a relatar todo lo que me dijo Shoto ese día, como inició y luego las compras.

La mirada azul era indescifrable, no lograba leerla, ¿qué pasaba por la cabeza de Toshinori mientras hablaba?

Cuando finalicé todo lo ocurrido y las promesas que hizo, como se fue conmigo luego de la fiesta y el momento antes que dispararan, lo miré esperando su respuesta.

-No sé qué decir al respecto, creo que descubrir tantas cosas de personas que conozco me dificulta asimilar la situación -dijo con un tono de voz apagado-. Conozco a Enji y a Rei desde los 15, incluso vimos a Rei embarazada en la escuela... es difícil descubrir que hay violencia intrafamiliar y que un niño de 12 años, al cual conoces desde que era un bebé se convirtió en drogadicto y compra droga en callejones.

Un nudo se formó en mi garganta, en verdad se veía afectado por la situación.

-Toshinori, yo quiero ayudar a mi amigo, voy a sacarlo de eso...

-¿Crees lograr ayudarlo? -dijo con seriedad-. ¿Sabes que es complicado todo el tema de la drogadicción?, no es fácil ayudar y muchas veces terminan siendo un caso perdido. Puedes terminar sufriendo una decepción si decides seguir ese camino y ayudarlo, ¿en serio confías en él?

Un silencio se formó, solo el sonido del viento y las aves nos acompañaban.

-Tu me ayudas todos los días, no sabes si mañana te decepcionaré con un corte, ni idea si decido escabullirme y lanzarme por la ventana. No estoy curado, pero tu confías en mi y yo quiero confiar en él como tu lo haces conmigo.

El camino ya lo había decidido, todo dependía de Toshinori.

-Y necesito tu ayuda para sacarlo de esa mansión infernal... ayúdame a ayudarlo -finalicé con una sonrisa.

Toshinori me observaba fijamente, sentía como sus ojos analizaban mi alma.

-Dime cuál es tu plan...

Sonreí de oreja a oreja, era hora de sacar a Shoto de toda esa mierda.

Shoto Todoroki
18:30 pm

Una bofetada, me lo merezco, un golpe en el estómago y en mis brazos, es lo mínimo, mi cabello ser casi arrancado, también. Enji tiene todo el derecho de lastimarme, no me molestaría que me matase, después de todo soy el causante de una tragedia.

Amaba este enorme y amplio ropero, alejaba mi existencia del mundo exterior, solo era mi alma encerrada en un calabozo de roble fino.

El ropero me protegía de ellos, del mundo, de las malas personas, de los monstruos, de la oscuridad.

¿Cómo terminé en este estado tan deplorable?

Mi cuerpo dolía demasiado, mis brazos y rostro estaban adoloridos por la golpiza, aunque debo admitir que la merecía.

Merezco el dolor y la violencia, causé graves problemas en personas inocentes y buenas, ellos no merecían pagar las consecuencias de mis actos.

Si tan solo pudiese retroceder al pasado, más en concreto a esa fiesta y rechazar esa mierda... tal vez ahora la historia sería muy distinta.

Fumikage estaría pintando en mi habitación junto con Tsuyu, Momo y yo estaríamos jugando o viendo una serie. Todo sería distinto y sencillo.

No sentiría vergüenza al ver la mirada de Fuyumi.

Todo sería mejor.

Aunque, si no fuese por esa adicción, jamás habría conocido a Izuku. Nunca pensé que nosotros podríamos congeniar tan fácil, me siento bien a su lado y ahora mismo destruí su felicidad.

Siempre destruyo a las personas que me dan felicidad, soy un monstruo que rompe todo.

-¿Por qué? -susurré abrazando con fuerza mis piernas- ¿Por qué destruyo todo?

Ambas puertas del ropero se abrieron de golpe provocando que la luz ingresase sin permiso.

¿Era Rei o Enji?

-Hola Shoto -dijo esa persona.
Ver esos ojos esmeraldas y gran sonrisa me sorprendió, pero también preocupó.

-¡Izuku! -exclamé preocupado-. No deberías estar aquí, te vas a meter en problemas.

-Ya lo estoy, un regaño más, un regaño menos no hace la diferencia -dijo con una sonrisa.

Izuku ingresó al ropero y se sentó a mi lado sin apartar su mirada de la mía. Era la primera vez que otra persona aparte de mí ingresaba y se sentaba aquí, usualmente solo me sacaban.

Me sacaban para volver a la luz y la tormentosa realidad.

Jamás han ingresado más allá, nunca permití que llegasen más lejos, mi dolor solo era mío.

-Tu ropero es enorme, no puedo creer que ambos estemos sentados sin parecer enlatados -dijo mirando a todas las direcciones-. Debe ser antiguo.

-Lo es, a Enji le gusta comprar cosas finas, pero con historia -respondí sin más.

-No comprenderé a los monstruos millonarios, tienen mucho dinero y prefieren gastarlo en reliquias -dijo monstruo con tal naturalidad que me hizo sonreír-. Al menos es bonito y es un gran escondite.

Mi sonrisa se borró, lo era y a la vez no.

-Aquí me encierro cuando todo duele, cuando no quiero escuchar la violencia... cuando deseo olvidar mi realidad.

Un nudo se formó en mi garganta, no quería ver el rostro de Izuku, ya que vería mis heridas, pero quiero confiar en su mirada.

No quiero lástima.

-Yo me ocultaba debajo de la cama, un pésimo escondite, pero cuando somos pequeños no nos damos siempre cuenta.

Sus ojos no me demostraban lástima, más bien me veía y hablaba con empatía.

-¿Él te lastimó? -preguntó de forma directa.

-Solo un poco, pero no es para tanto -respondí en un intento doloroso de sonreír-. Luego de lo que hice un par de golpes me merecía, aunque duela es algo que debo recibir.

-No defiendas los actos de ese monstruo, Enji no debería haberte golpeado, tal vez un regaño, pero lo que te hizo no tiene perdón -dijo con seriedad, sus ojos se veían molestos.

-Fumikage está hospitalizado, Hitoshi y tu podrían haber terminado de la misma forma -respondí colocando mi mano en la frente-. De seguro Hitoshi está siendo regañado e interrogado, estaba llorando, jamás lo he visto llorar... soy el causante de que una persona tranquila y buena termine en ese estado. Y tu podrías haber sido llevado a un hogar de menores, además, te hice llorar.

No tenía perdón, lastimé a tres personas.

-Si lo ves de esa forma, yo debería haberte golpeado, no tu padre, yo debería odiarte e insultarte, no él -dijo con frialdad- ¿Me equivoco?, tu padre es una mierda, no te mereces golpes, necesitas ayuda y esa basura solo te incita a que te atormentes, él es uno de los causantes de que hayas llegado hasta este punto.

Lo miré sorprendido, jamás lo había visto de esa forma.

-Yo fui quien la consumió Izuku, yo soy el imbécil...

-Un niño de 12 años es influenciable si no tiene un apoyo parental decente, nadie te midió o te dijo qué estaba bien o mal -respondió con frialdad-. Sí, estuvo mal y deberías haberle dicho no a Monoma, pero no puedes exigirle demasiado a un niño que está perdido.

Mi vista se nubló al escuchar aquello.

-Eso no exime las actitudes que has tenido ahora, has hecho mal, pero al menos de mi parte no hay rencor -finalizó con una sonrisa-. No estoy molesto por haberte seguido y el único culpable de lo ocurrido con Hitoshi, soy yo, yo fui el impulsivo que lo arrastró. No tomes parte de mi culpa.

Otra vez abracé mis piernas y comencé a llorar.

-Gracias -sollocé-. Gracias por ser el único en no decir que soy el culpable de todo, muchas gracias.

-Créeme que, cuando seas el culpable de todo te lo diré, los amigos debemos ser sinceros -dijo con un tono de voz amable-. Soy tu amigo y quiero que hagas lo correcto para que seas feliz, no deseo ver como te lastimas a ti mismo de esa forma.

Levanté mi cabeza para verlo.

Sonreía, pero su mirada se veía un poco seria.

-Hubo un tiempo en el que era infeliz, nada me importaba, el mundo era gris y retorcido. Odiaba todo y a la vez no sentía nada, el dolor me recordaba que existía y a veces ser yo mismo quien lo hacía... me gustaba.

-Izuku... -susurré al escucharlo decir todo eso.

Izuku se arremangó su manga izquierda dejando su muñeca desnuda, podía apreciar mejor las doloras cicatrices.

Eran demasiadas, algunas de distintos largos y grosores, también de distintas tonalidades, dando en evidencia cuáles eran las más antiguas.

-Esta fue la primera muñeca. Fue por accidente el primer corte -dijo posando su mirada a la muñeca-. Me gustó y continué, mi mente siempre decía: un corte, dolor, dos cortes, olvido, tres cortes, me siento vivo.

Escuchar esa frase es incluso más cruda y dolorosa que ver los cortes de su brazo.

No sabía qué decir.

-Me gustaba estar contigo, porque solo conocías a Izuku Yagi, un chico que a sufrido maltrato de sus padres... se sentía bien conocer a alguien que te comprende y que no siente lástima por mi pasado. Ridículo, lo sé.

Éramos incluso más parecidos de lo que creía.

-No lo es, me pasa lo mismo -dije con tristeza.

Izuku soltó un suspiro.

-No estaba en mis planes contarte tanto sobre mi pasado, solo deseaba que supieras la parte que teníamos en común -volvió a cubrir su muñeca-. Pero fuiste tan honesto conmigo y ya las habías visto.

-No tienes que hablar, todo a su tiempo...

Izuku sonrió y con un tono amable dijo-: lo sé, pero creo que deberías conocer mi pasado para que comprendas mis motivos y entiendas porqué deseo que escojas esa opción.

-¿Opción?

Sentía curiosidad de todo lo que me diría y en especial deseaba conocer mejor a mi amigo.

Quiero ayudarlo en lo que sea.

-Se honesto, ¿qué piensas del suicidio?
Esa pregunta me descolocó, fue demasiado repentina.

-No me molestaré con tu respuesta, sé que muchos consideran aquello como un acto de cobardía.

Negué con la cabeza y dije-: no considero que sea un acto de valentía, pero tampoco lo veo como uno de cobardía... creo que es la última opción que encuentras como una ruta de escape de la angustiosa realidad.

Una pequeña sonrisa se formó en Izuku.

-Creo que es obvio al ver mis muñecas el tipo de persona que soy y de lo que soy capaz de hacerme a mí mismo...

Palidecí segundos después de comprender a qué se refería.

Izuku se intentó quitar la vida.

-Mi apellido es Midoriya, mi sueño de la niñez era ser artista, amaba pintar y quería estudiar en Yuuei, junto con quien fue mi mejor amigo, Bakugo Katsuki -agachó su mirada y frunció el ceño.

¿Qué demonios?

-Es duro hablar de él, nosotros éramos como hermanos, ambos pintábamos... él me protegía de todo lo malo, pero Bakugo no era un buen niño, molestaba a otros niños y en especial a Ochako. Un día la ayudé y comenzó mi tormento, un tanto gracioso que al día siguiente la cambiaron de escuela y yo terminase solo.

Una parte de mi no quería seguir escuchando, era doloroso deducir lo que se avecinaba.

-Bakugo y su grupo destruían mis cosas, me insultaban, me humillaron, comenzaron a señalar que era un pésimo artista, que era un bueno para nada y cuando te lo dicen constantemente, ¿sabes lo que ocurre?

-Comienzas a creerlo -dije con dificultad.

Destruyeron los sueños de Izuku.

Detesto a Bakugo Katsuki.

-Sí, odiaba todo lo que hacía y no quise intentar entrar a Yuuei, porque era un mal artista y no tenía sentido intentarlo. Yo no quería, corrección, no quiero que señalen mis errores, que me critiquen y se burlen...

Fruncí el ceño, sus pinturas eran hermosas, Izuku no tenía motivos reales para sentir miedo a las críticas, una persona con ese talento no puede sentirse así.

Izuku es un genio, pero uno que en verdad transmite pasión, no solo es bueno y desearía que él se diese cuenta.

Malditos envidiosos.

Quería decirle a Izuku que era bueno, pero continuó.

-Aunque he mejorado, ya no me desprecio y no me fijo de forma insana cuando veo errores. Bueno, la mayoría de las veces -dijo ahora con una sonrisa.

Me alegré escuchar aquello.

Su sonrisa se borró, podía ver un poco de incomodidad en su mirada.

-Créeme que es duro decírtelo, pero me he intentado quitar la vida múltiples veces y deseado más de las que puedo contar.

-No es necesario que hables más...

-Quiero explicarte todo para que entiendas mi punto...

Asentí nervioso, duele escuchar su realidad.

-Yo no deseaba seguir viviendo en un mundo tan horrible, a nadie le importaba si el repugnante Izuku moría, a más de uno habría hecho feliz si la soga no se hubiese roto y otros habrían sido unos malditos hipócritas que darían discursos de no al bullying y esas mierdas.

Mierda, mierda y más mierda...

¡¿Por qué las personas son tan malas?!

¿Por qué desean la muerte de personas buenas?

¿Por qué lastiman de esa forma a otros?

-La escuela era una tortura, la casa también, lo único bueno era mi madre, dulce, gentil... ella era buena conmigo, la amaba, pero cuando mi padre se marchó, todo cambió -la sonrisa de Izuku me causó escalofríos-. Estaba feliz, pensé que los dos íbamos a ser libres, pero ella se volvió una maldita alcohólica, la cual le echó la culpa a su hijo de 13 años de que se haya ido su maltratador, ¿puedes creerlo?

Una cosa es que culpen tu existencia por hacerlos miserables y otra muy distinta es que te culpen por eso.

Esa mujer es horrible.

-La noche en la que se fue ese hombre pinté mi primer mural dando el nacimiento de Yamikumo -dijo mirándome con seriedad-. Él es quien pintaba de noche, la persona que retrataba su odio y desagrado hacia si mismo y la realidad.

"Hacia si mismo"

Odio a personas que no conozco y dudo conocer algún día.

¿Cómo no odiar a quienes destruyeron la confianza de Izuku?

¿Cómo no odiar a quienes lastimaron a tu amigo?

-Sentía odio por todo, pero aún no estaba tan mal...

Mordió su labio inferior, soltó un suspiro y comenzó a contar.

Cuando se detuvo continuó-: días después Bakugo comenzó con violencia física, ese bastardo reemplazó a ese asqueroso hombre -su mirada ahora era de odio-. Tenía una basura de madre que me agredía con sus palabras, a Bakugo y su grupo golpeándome, mis compañeros de clases insultándome, riéndose, otros decían comentarios de suicidio...

Una lágrima cayó por mi mejilla, nuestras realidades con 13 años eran tan distintas, si bien me estaba convirtiendo en lo que soy ahora, yo tenía amigos y era popular.

Izuku estaba solo, rodeado de monstruos.

-Todo se volvió oscuro, sentía asco de mi mismo, los intentos fallidos de suicidio comenzaron... yo suplicaba por un rayo de luz -una sonrisa se formó en su rostro-. En marzo del año pasado apareció ese rayo de luz, una persona pura y valiente, alguien que tendió su mano para sacarme de ese pozo... Ochako regresó para tenderme la mano.

Al escuchar esas palabras sonreí, Ochako era asombrosa.

-Cuando creí que había esperanza ese monstruo de madre me devolvió a la realidad. Me lancé por la ventana, terminé con una fractura, pero nada que me perjudicara de por vida... al despertar Ochako me prometió rescatar mi sonrisa.

-Me alegro... -no alcancé a terminar.

-Pero ese ser aterrador regresó a mi vida, al menos ahora está en la cárcel.

¿Por qué tenía que volver su padre para arruinar todo?

-Shoto, es un tema complicado lo de ese hombre, pero confiaré en ti, voy a confiar en que no me mires distinto...

Su mirada se veía casi tan aterrada como el día de mi cumpleaños.

-Dije que no te juzgaría -respondí sin titubear.

-Fue el 31 de octubre cuando mi vida cambió...

Cuando Izuku comenzó a relatar lo ocurrido y lo que hacía su padre quise vomitar. Pensaba que Enji era un monstruo, pero ese ser era un demonio.

¿Cómo esos monstruos son padres de Izuku?¿Por qué el destino le dio ese tipo de vida a él?

-Me intentó matar en un momento en el que no deseaba morir, el destino era cruel... -mordió su labio inferior, ahora sus ojos se veían llorosos-. Mi madre me salvó con lo que más odio... con una botella de vino, irónico y doloroso, lo peor es que luego lloraba por Hisashi, le pedía disculpas a ese monstruo.

Me abracé a mí mismo, duele escuchar que mi amigo a sufrido demasiado por seres como ellos.

Su padre lo intentó matar, ese maldito bastardo lo quiso matar...

Siendo honesto, no puedo imaginar un mundo sin él.

-Servicios sociales me iba a llevar, prefería morir antes de vivir en un hogar de menores, sabía que había probabilidades de sufrir aún más -se veía un poco nervioso-. La noche del cuatro de noviembre me intenté de lanzar de un edificio, pero de golpe apareció mi ídolo de la infancia, Toshinori me dio la opción de irme con él.

-Izuku...

-Toshinori es mi héroe, él me sacó de allí y me dio una buena vida... si no fuese por él jamás habría tomado la decisión más importante de mi vida.

¿Decisión?

Lo observé fijamente, podía ver una pequeña sonrisa y ese brillo en su mirada.

Ese es el Izuku que conozco.

-Estoy diagnosticado con una depresión grave, tal vez no tenga cura o al menos tardaré muchos años, también tengo ansiedad y cuando siento demasiada presión o miedo tengo ataques de pánico.

A pesar de decir eso continuaba sonriendo.

-Estoy roto y cada día es una lucha, mis demonios aparecen para atormentarme con mi pasado -aún no borraba su sonrisa-. Toshinori me habló sobre ir al psicólogo, me explicó que no era una mala idea e ir no era para personas locas. Me dijo que esa persona me ayudaría a encontrar alguna solución para curarme y lograr controlar mis demonios por mí mismo. La pintura es un medio útil, sé que me has escuchado, pero a veces cuento para concentrarme en otra cosa, trotar también ayuda y muchas cosas más ayudan para distraerme... también, tomo medicamentos, ella dijo que eso no era de por vida.

Ahora sabía a donde iba.

-Cuando te conocí me sentí reflejado de alguna forma. También, estaba feliz por conocer a una persona que podía comprender mi dolor. Luego te empecé a ver como un amigo -su sonrisa se borró-. Odio el alcohol y a las personas con adicciones.

Eso fue un duro golpe.

-Como te dije, mi madre era una maldita alcohólica, ella me prometía al principio dejar de beber -su mirada era fría-. No podía confiar en ti, no quería escuchar falsas promesas de una persona que apreciaba, pero me contaste tu historia y pude ver al Izuku perdido en la oscuridad. Decidí arriesgar mi confianza y te hice hacer esas promesas, no podía permitir que alguien como tu terminase como Inko, no quiero que te vuelvas un monstruo o mueras.

Sentí un nudo formarse en mi garganta.

-Estaba molesto con tus amigos, no comprendía por qué no hacían nada y tampoco entendía cómo Tokoyami te ayudaba a comprar. Yo no quería hacer eso, yo deseaba sacarte de esa mierda, porque no eres una mala persona, solo eres un chico que está perdido y necesita ayuda, pero no la mía, necesitas que profesionales te ayuden a salir de esa adicción.

Profesionales...

Yo no quiero salir o sí, en realidad no sé qué quiero.

-Confío en ti, sé que si vas a un centro de rehabilitación lograrás curarte. En el callejón ibas a darme la mano, tu querías irte y salir de toda esa mierda -su mirada se veía determinada-. Saldrás, lo sé, porque has demostrado desde que te conocí que quieres mejorar, no eres un caso perdido y no voy a permitir que lo seas.

Izuku salió del ropero en silencio, estaba dándome la espalda; se dio la vuelta y pude apreciarlo mejor con el brillo de la habitación.

Era curioso, pero parecía brillar.

Al igual como lo hizo en el callejón, me ofreció su mano, sonreía, pero su mirada se veía seria.

-Si me das la mano te prometo que te sacaré de este lugar y no volverás a la oscuridad de este ropero. Si la tomas no la soltaré, eso es una promesa de por vida. Jamás dejaré a un amigo solo y perdido en una horrorosa agonía.

Lo observé impresionado, ¿cómo podía decir eso?

En verdad soy un caso perdido, ya lo demostré en la madrugada.

¿Por qué no comprende?

-Si vuelve esa tentación te sacaré de nuevo de la oscuridad, lo haré una y otra vez, no voy a soltar tu mano, eso es lo que un amigo hace o al menos así yo veo la amistad. Créeme que te ayudaré.

Su mano se veía firme, no parecía tiritar o querer retroceder.

Tan tentadora como lo fue en la madrugada.

-Dame la mano Shoto, ya has sufrido demasiado, no dejes que ellos ganen, no permitas que tu cuerpo te controle.

-Yo, yo... Izuku, no puedo, no quiero decepcionarte.

-No me decepcionarás.

-¿Cómo estás tan seguro? ¿Cómo puedes creer que un adicto cambiará?

No quería arruinar a Izuku, no deseaba ver su decepción.

-Como te dije en la madrugada, eres mi amigo y confío en ti.

-Esa no es una respuesta lógica...

A mis amigos de toda la vida los arruiné, Fumikage está en el hospital.

-No me importa la lógica, no cuando se trata de ayudar a un amigo -acercó más su mano.

-No quiero que termines como mis amigos. Tengo miedo que me mires como ellos, que termines como Fumikage...

-No terminaré como ellos -respondió tajante.

-¿Cómo lo sabes?

-No voy a quedarme sentado viendo como te destruyes, si estás perdido te sacaré de ahí. Lo prometo Shoto, no terminaré como tus amigos -acercó más su mano-. Acepta mi mano y te llevaré a un centro de rehabilitación, te prometo ir todos los días que te permitan visitas, también te llamaré, te juro que no te dejaré solo en el proceso. Solo confía en mi y en mi determinación.

Confiar en su determinación.

La sonrisa de Izuku era cálida, su mirada no parecía titubear.

-¿Cómo logras ser tan fuerte después de todo lo que has sufrido?

Era impresionante lo que Izuku lograba hacer.

-No creo serlo, pero cuando una persona que me importa necesita ayuda, saco el valor para enfrentar a mis demonios. Ya te lo dije, no voy a dejar a un amigo solo y perdido, aunque tenga que luchar contra mí mismo.

Él sacó valor por mi.

Su mirada seria ya no existía, ahora era una amable y brillante.

-Años en la oscuridad es agotador, es mejor la luz.

Cerré los ojos, sabía que iba a ser difícil, pero si una persona como Izuku me tiene fe, significa que puedo cambiar.

No entiendo como Izuku logró algo que mis amigos no pudieron, tal vez ese chico peliverde llegó en el punto exacto en el que necesitaba a un amigo.

¿O Izuku tiene un brillo diferente a las otras personas?

Acepté su mano, él me levantó con fuerza del ropero y cuando abrí los ojos la habitación era más brillante que nunca.

¿Tal vez este es el inicio de mi cambio?

-Es hora de ir a tu verdadera casa.

No comprendí a qué se refería hasta que me llevó al primer piso. Aún no soltaba mi mano, no sabía si era porque temía que huyera o para darme el valor para afrontar lo que se avecinaba.

Al llegar vi a Fuyumi, ella charlaba con el Sr. Toshinori mientras bebían té.

-Llegamos.

Ambos adultos me vieron preocupados, al parecer Enji lo hizo bastante visible.

-Shoto, en serio lo siento, pero si quieres salir de este lugar, la necesitas, después de todo ella es tu heroína...

Una parte de mi se sentía molesta, pero la racional era más grande, necesitaba a un pariente adulto para que me ayudara.

Fuyumi se levantó con suavidad sin apartar su mirada, se acercó a nosotros con tranquilidad; Izuku me soltó y fue hacia el Sr. Toshinori.

La mirada de Fuyumi se veía triste, mierda, la había hecho sentir mal.

De repente ella me abrazó con delicadeza, como si fuese un niño pequeño que necesitaba el cariño de su madre.

No lo soporté más y comencé a llorar con fuerza, dolía demasiado.

-No te volveré a dejar solo, confía en mi -susurró mientras acariciaba mi cabeza-. Yo te protegeré de ellos, nunca más te volverán a lastimar.

-¿Lo prometes? -dije entre lágrimas.

-Lo prometo mi pequeño amigo -respondió.

No sabía que era posible llorar con más fuerza.

Gracias Izuku, muchas gracias.

Gracias por salvarme.

-Ya hablé con Enji, hoy llevaremos tus cosas esenciales al hotel -dijo acariciando mi espalda-. Mañana el resto.

Me sorprendí ante sus palabras.

-¿Cómo?

-Tal vez no pueda llevarlo a la cárcel y tampoco quitarle su dinero, pero si puedo arruinar su imagen como músico -podía imaginar su sonrisa victoriosa-. De algo que sirva la fama y el respeto que gané entre mis iguales. Las redes sociales son crueles y no olvidan.

-E-eres la mejor...

-Te prometí que te rescataría, de ellos y si tengo que hacerlo de ti mismo, lo haré sin pensarlo dos veces.

Mordí mi labio inferior.

-¿No estás decepcionada?

-Jamás.

Me separé un poco para ver sus ojos grisáceos.

Se veían tan honestos detrás de esas gafas.

-Eres mi pequeño amigo, solo estás perdido, es hora de volver al sendero.

Asentí y sonreí, ya era hora de salir de esta burbuja onírica, es momento de volver a la realidad y sé que no estaré solo.

Estoy cansado de este Shoto, ahora sin Enji puedo tener un nuevo rumbo, al fin soy libre, nunca más tendré que tocar ese maldito instrumento hasta que mis dedos duelan.

Soy libre de ese monstruo...

-Al fin... al fin soy libre de ellos.

-Gracias, muchas gracias a todos -si no fuese por Izuku y de seguro el Sr. Toshinori, yo no sería libre.

Me alegro de haber conocido a Izuku.

¿Quién diría que Izuku me salvaría más veces?

¿Él es una estrella? No, Izuku es el sol, es inevitable no ser captado por su brillo y calidez, su forma de ser atrae a todos, para bien o para mal.

Ese chico que sufrió por años es un ejemplo a seguir, es mi ejemplo a seguir. Algún día quiero llegar a ser como él, quiero destruir esa máscara, lograr sonreír de verdad.

Quiero sostener su mano con orgullo, quiero demostrar que él no se equivocó al confiar en mí.

Voy a ser el amigo que merece.

-Supongo que voy a tener que arreglar mis cosas... -dije con una sonrisa.

-Supongo que necesitas ayuda -dijo Izuku en voz fuerte y clara.

De algo hoy estaba seguro, Izuku iba a ser mi amigo para toda la vida.

Fuimos a mi dormitorio, hace mucho que no sonreía de esta forma. Al llegar vi todo a mi alrededor, solté un suspiro y dije:

-Una parte de mi, me grita que solo me lleve la ropa y deje tirado todo esto.

Mi orgullo no quiere tener cosas que fueron compradas por Enji.

-Pero creo que sufrí demasiado en este lugar, me merezco una recompensa por todos estos años de tortura.

-Me agrada eso -dijo Izuku acercándose a los cómics para empacarlos.

Vi el estuche del violín en esa esquina sobre la silla, no sabía qué demonios ocurriría de ahora en adelante con el tema Yuuei, pero si tenía claro algo.

Fui a la silla a paso firme, odiaba ese maldito y fino instrumento comprado por él.

-Izuku -dije mientras agarraba el instrumento-. Verás la pesadilla de un músico de élite o de un verdadero amante de la música.

Saqué esa porquería del estuche, lo agarré con fuerza, odiaba ese asqueroso instrumento de tortura.

Viajó mi vista al suelo y sonreí.

Un golpe, crujido, dos golpes, libertad, tres golpes, adiós, cuatro golpes, hasta luego Enji, cinco golpes, vete a la mierda, seis golpes, yo no fui el culpable, siete golpes, adiós Rei, ocho golpes, tendré una nueva vida, catorce golpes, nunca más, quince golpes, añicos, dieciséis golpes... tendré un nuevo comienzo.

El violín estaba hecho pedazos, destruí un instrumento costoso solo por placer y me importaba poco.

-Toma eso Enji de mierda, solo por ahora estarás libre -dije con una gran sonrisa-. Soy libre, pero me vengaré cuando tenga el poder suficiente.

De seguro me veía muy extraño al decir eso a la nada en voz alta, Izuku debe estar mirándome extrañado.

-Si necesitas ayuda en tu venganza estoy aquí Shoto.

Miré a Izuku, aún estaba sacando los cómics, era sorprendente ver que llevaba casi la mitad.

-Los monstruos tienen que pagar, ya sea tarde o temprano.

Se formó una gran sonrisa en mi rostro.

-Debemos agregar a Rei a la ecuación -continuó Izuku-. Mujeres como ellas merecen pagar por sus actos.

Asentí a pesar de que él no me veía, aunque, de alguna forma creo que Izuku sabía mi respuesta.

Guardé todas mis figuras y cómics, no planeaba dejar nada de esto para mañana, no sabía sí ellos decidirían romper mis cosas como castigo.

-Gastaste gran parte de tus maletas en eso y no en ropa...

Izuku parecía que iba a reír en cualquier segundo.

-Todo eso tiene más valor, no emocional, pero sí a nivel colección. No voy a gastar dinero para comprar algo que ya tenía.

-Tienes un punto -respondió cerrando una maleta-. Yo no tenía nada que me gustase demasiado para llevarme, era básico en todo... ahora que lo pienso solo me gustaba pintar, el chocolate y... nada más.

No supe qué decir.

-Es gracioso, pero sigo siendo igual.

-Eso no es malo, supongo que por años te concentraste en lo negativo y la pintura que no probaste hacer nada más.

-Tienes razón... tal vez debería buscar más actividades -dijo pensativo-. Quiero asistir a clases de alfarería o incursionar en el mundo del mosaico.

Lo observé sorprendido, pero luego recordé el tema Yuuei.

-¿Irás a Yuuei?

Me miró un tanto incómodo, parecía un tanto nervioso.

-¿Crees que debería asistir? -preguntó, su mirada se veía desesperada por una respuesta-. No sé qué hacer, Ochako no sabe nada de esto, pero sé que me dirá que cualquier decisión que tome la apoyará.

Estoy seguro de que ella sí diría algo como eso.

-Toshinori también me lo diría...

Claramente diría algo como eso.

-También, sé que ambos en verdad quieren que asista.

Se sentó a las orillas de la cama y me miró fijamente.

-Dime, ¿qué debo hacer?

-Asiste a Yuuei, tienes el talento suficiente -respondí al instante-, pero en especial amor por la pintura, disfrutas pintar y a la vez eres un genio, ¿qué mejor combinación?

Izuku me observó sorprendido, no se vio venir aquello.

-No soy como Ochako o el Sr. Toshinori, quiero ver a mi amigo en mi mismo salón y no solo en vacaciones -era mejor no ser tan falso, pero quiero ser un buen amigo y no uno egoísta-. Eso lo dice mi parte más inmadura, creo que debes hacer lo que te haga sentir más cómodo y feliz.

Izuku levantó una ceja y sonrió, parecía reír.

-Pero si es por culpa de ellos y como te hicieron sentir como una persona sin talento, te diré que estás cometiendo un gran error.

-¿Crees eso?

-Dijiste que los amigos debemos ser sinceros -sonreí-. No conozco a Bakugo y a tus excompañeros, pero no dejes que esos bastardos se salgan con la suya.

Izuku no respondió ante lo dicho, solo vi una pequeña sonrisa.

-Lamento no ser de utilidad -dije con un tono de voz apagado, pero creo que mi consejo era mejor que decirle "sí ve" o "no vayas".

-Lo fuiste, gracias por tu sinceridad -dijo mientras agarraba una maleta-. Yo no podré ayudarte mañana para empacar el resto de tus cosas.

Lo miré extrañado, comprendía que no pudiese ir, pero su mirada decía algo más.

-Es mi día de terapia -dijo un tanto nervioso.

¿Me sentiré igual con el tema de la rehabilitación?

-Espero que vaya bien -dije, siendo honesto no se me ocurría nada.

Izuku soltó una carcajada y salió del dormitorio.

¿Qué era tan gracioso?

Cargué las otras maletas; Fuyumi me ayudó a cargarlas hacia su automóvil, parecía bastante animada.

Al subir al automóvil me despedí de Izuku.

-Alquilé una habitación en un hotel, allí hablaremos de todo lo que ocurrirá a partir de hoy -dijo Fuyumi con un tono de voz suave.

Genial, ahora estaba nervioso.

-Tranquilo, no es nada malo, no te voy a regañar por todo lo ocurrido -dijo con una sonrisa mientras conducía-. Quiero ponerme al día sobre todo.

Sonreí aliviado.

-Es un nuevo comienzo, pero si vuelves a hacer una idiotez, créeme que un regaño de mi parte te llegará -amenazó-. No temo donar tus cómics.

Tragué nervioso, este castigo sí era aterrador.

-Seré quien te cuide y debo protegerte Shoto, no seré como Enji, pero no te dejaré hacer lo que quieras, aún eres un adolescente.

Sus palabras me sorprendieron, pero de alguna forma rara se sintió bien.

Sí, me regañaría, de seguro perdería mis cómics, pero ya no existirán esas miradas y golpes.

Aunque, sus regaños no tienen un dulce resultado.

-Comprendo.

-¿Quieres que pida algo para comer?

-Me encantaría -dije recostándome más en el asiento.

Estaba feliz, pero por mi mente vino el recuerdo de Fumikage sangrando.

-¿Sabes lo que ocurrió con él?

-El Sr. Toshinori me lo explicó... lamento lo ocurrido -dijo con un claro tono de tristeza-. Quiero que entiendas que no fue tu culpa.

¿No fue mi culpa?

Lo fue...

20:30 pm

Estábamos en la habitación sentados en el sillón comiendo comida china; me dolía un poco menos el cuerpo gracias a la crema analgésica que Fuyumi había comprado. También, me colocó un grueso parche en la mejilla, de seguro parezco un pandillero.

Estábamos en silencio, pero no en uno incómodo.

-Momo terminó conmigo. Fui un imbécil, arruiné mi relación y yo...

No supe qué más decir.

-¿La lastimaste? -preguntó, pero no parecía preocupada o alterada.

Es como si ella no esperase una respuesta afirmativa.

-Sí, pero no hice lo que Enji le hace a Rei -dije de inmediato, no quería que creyese que soy un monstruo.

-Lo sé, eres demasiado bueno para ser su copia -dijo con una cálida sonrisa.

-Me tienes demasiada fe.

-Creo en ti.

-Soy adicto a la coca, arruiné mis amistades y a mi novia por darles promesas falsas... no creas en mi, termino destruyendo todo.

-Lo veo más como malas consecuencias por errores que podrías evitar, pero usaré tu mismo lenguaje, ¿quieres dejar de "destruir" a tus seres queridos?

Asentí varias veces.

-Yo no puedo ayudarte de esa forma, por lo tanto, necesito llevarte a un centro de rehabilitación -dijo con honestidad, una pequeña parte de mi, corrección, una enorme parte desea huir.

No era algo fácil de aceptar.

-Izuku me dio muchos nombres de centros para chicos de tu edad. Lo desglosó con precios, descripciones, médicos y encargados que atienden, reseñas y mucho más -parecía divertida al decir eso-. Tienes un buen amigo, bastante meticuloso, creo que tenía todo bien planeado.

No pude evitar reír, algo nuevo de Izuku, es bastante perfeccionista y detallado.

-Lo es, Izuku es un gran amigo y no logro comprender que haya decidido llegar tan lejos por mí -era difícil creer aquello-, ¿por qué una persona como él me ayudó a sabiendas de lo que iba a pasar?

-Existen personas que rompen el esquema de lo normal -respondió para luego comer un trozo de pollo-. Las personas que en verdad son buenas de corazón, son poco usuales, por eso no podemos comprender sus actos. Aunque te diré algo importante.

-¿Qué cosa? -pregunté curioso.

-Esas personas son tan buenas que a veces no piensan en las consecuencias, por lo tanto, debemos protegerlas.

Recordé a Fumikage y la sangre.

-Fumikage es una buena persona, de las mejores que conozco y está hospitalizado por mi culpa, me aproveché de su bondad, tal vez no intencional, pero lo hice -apreté mi mandíbula-. No quiero que le pase lo mismo a Izuku.

-Entonces, toma tus errores como un aprendizaje y avanza. Ahora que sabes las consecuencias de tus actos, no lo vuelvas a repetir.

Su mirada era demasiado seria, pero sus palabras eran las correctas, no volveré a repetir mis actos. Le pediré disculpas a Fumikage, intentaré buscar una forma de remediar lo que hice...
No sé si él desea continuar con nuestra amistad, pero sí quiero reparar los lazos de infancia.

-No lo repetiré y creo que la forma en la que lo demostraré será yendo a un centro -decirlo era tan sencillo, estoy seguro de que será una horrible experiencia, pero tenía que hacerlo.

-Yo... voy a hacerlo por ti, por Fumikage y por Izuku -dije con una mueca, sabía que tenía que decir "pero en especial por mi propio bien", pero no salieron esas palabras.

Va a ser duro.

-Algún día dirás lo que quieres decir, pero con tan solo hacerlo por quienes aprecias es algo bueno. Eso dice mucho de ti.

Ella lo sabía.

-Siempre les dije que la dejaría, cuando esté internado podremos decir que en verdad lo haré. Ya no me considero alguien de fiar.

-Entonces espero el día en el que tengas una mejor imagen de ti mismo.

-Dudo que logre aquello, son dieciséis años de sentirme horrible... -solté un suspiro-, pero lo voy a intentar.

Lo intentaré, quiero creer que mi existencia no arruina a nadie.

Algún día creeré que mi existencia no es un mal para las personas.

-Ya que aceptaste, decidí que lo mejor es llevarte al que está en la ciudad en la que viviremos.

Una nueva ciudad, eso es un verdadero comienzo.

-Desgraciadamente, tendrás que asistir a Yuuei, dudo que Enji permita que te cambies de escuela -era de esperar-. En mi opinión, es la mejor opción, el director Nezu es un hombre flexible en los aspectos emocionales.

Palabras dulces para camuflar que es casi imposible que me acepten en otra escuela, mis antecedentes estarán manchados con el tema de las drogas.

-Destruí mi violín -dije haciendo una mueca- ¿Qué hago?

-Iremos a una tienda, escogerás el que más te guste y te lo compraré -dijo sin más.

Sonreí de lado y comí del arroz.

Esa noche le pedí a Fuyumi que cerrara con pestillo, temía fugarme en algún lapsus de locura, ella lo comprendió y aceptó.

En la noche Fuyumi me habló de cosas que había hecho en unos de sus tour, también anécdotas de Natsu en un set. Tanta información interesante y alejada de lo que vivo a diario, eso me ayudaba bastante.

-Buenas noches pequeño amigo.

-Buenas noches heroína -susurré dejándome dormir.

Me sentía triste por lo ocurrido, pero de alguna forma puedo decir que esa noche fue una de las mejores en mucho tiempo.

Dormía bajo la protección de Fuyumi, ya no estaba solo, alguien me cuidaba.

17/01/2019
16:36 pm

Ya había terminado de empacar todo junto con Fuyumi, solo teníamos que sacar las cajas y maletas de la mansión.

Mañana nos largaríamos al actual departamento de Fuyumi, donde tenía un dormitorio de huéspedes que iba a ser oficialmente mío.

Según Fuyumi, su plan conmigo era hacer lo mismo que hizo Natsu con ella, darle un dormitorio para vivir luego de salir de Yuuei. En otras palabras, darme un hogar fuera de las garras de nuestra familia.

Dar la libertad de vivir nuestra propia vida sin tener que empezar de 0.

Me alegro de que Fuyumi haya tenido la suerte de tener a mi tío de su lado, sin él, habría sido más difícil para ella.

Escuché el estruendoso sonido del violín de Enji, una sonata hermosa y aterradora, trasmitía emociones escalofriantes y violentas.

Enji es un hombre malo, pero jamás negaré que es un genio y que ama con furia la música, él sí da su corazón y alma en cada nota que toca.

Ese monstruo es excepcional y nadie puede decir lo contrario.

Tenía claro que lo que iba a hacer era estúpido, pero fui a ese lugar para despedirme de Enji, necesitaba expulsar todo.

Ingresé al salón, él se detuvo al instante, pero de alguna forma con elegancia, sin parecer que fue interrumpido.

-Shoto -dijo con indiferencia, pero sus ojos azulados reflejaban ira.

Tragué nervioso, todo en él daba miedo.

-Enji -dije intentando no ser cobarde y huir.

-Niño malagradecido, ¿solo vienes a decir mi nombre?

-¿Malagradecido? -dije anonadado por sus palabras.

¿Así era cómo me veía ese monstruo?

-Eso es lo que eres, un repugnante drogadicto malagradecido. Te he dado la mejor educación, los mejores regalos y todos tus caprichos para que al final huyeses hacia Fuyumi.

Eso si dolió en muchos sentidos.

-¿Lo dice el maldito abusador alcohólico?, no tienes el derecho de insultarme de esa forma -sentía ira-. Todo lo que me dabas es una forma sentirte menos basura de lo que eres, tu eres el ser repugnante y despreciable.

Frunció el ceño, sus ojos zafiros eran demasiado aterradores.

-¡Dieciséis malditos años siendo maltratado con palabras y golpes! ¡Dieciséis años deseando ser salvado de las monstruosidades tuyas y de Rei!

-¿Ahora le faltas el respeto a tu madre?, al parecer los documentales tienen razón sobre los jóvenes que se drogan.

¿Qué? ¿En serio está diciendo eso?
Las heridas comenzaron a doler.

-¿Pides que respete a esa mujer?, tú, el hombre que la maltrata.

-¿Otra vez con el tema del maltrato hacia Rei? Es un tema zanjado, hace mucho te lo expliqué.

Expliqué, es igual a insultos y golpes.

-Eso fue hace mucho y ya me importa poco -respondí con seriedad, Rei no me importaba.

-Me parece excelente, ya puedes largarte de este hogar.

Todavía no, aún tenía muchas cosas que hablar.

-¡Eres un maldito hijo de puta! ¡Me golpeabas e insultabas! ¡Me obligabas por horas tocar el maldito violín para ser tu maldita copia y gracias a dios que no lograste moldearme a tu maldita semejanza!

Enji soltó un gruñido furioso, dio un paso adelante.

-¿Hijo de puta?

Él daba tanto miedo.

-¡Eso eres!, me arruinaste, tu forma de ser me hizo la mierda que soy -dije desesperado-. Mi vida fue un puto infierno con tu maldad.

-Creí por años que no iba a ser libre de tus garras y pecados, porque tu logras ganar con todo tu dinero y poder. Nunca recibes un castigo, ¡deberías estar en prisión!, pero no lo estás, porque la maldita justicia está sucia.

Veía la gran sonrisa de satisfacción de él por todo lo que decía.

-Fuyumi tampoco puede hacer algo para que pagues -dije molesto al decir en voz alta la realidad-. Pero yo lo lograré Enji, me vengaré llevándote a la maldita cárcel.

Una fuerte risotada hizo eco en el salón.

-Eres un buen bromista. Te lo diré claro Shoto: jamás pierdo, solo vas gastar tiempo y dinero.

-Tal vez, pero no me rendiré hasta que pagues por todo lo que me hiciste. Te voy a llevar a la cárcel por todos los golpes, gritos y el daño psicológico que me hiciste pasar. Haré que te arrodilles y me pidas disculpas por lo que me hiciste, ¡rogarás clemencia!

Sí, lo obligaré a rogar perdón, aunque sean falsas sus disculpas, las pedirá para obtener su libertad.

Cuando el día llegue, él habrá deseado haber sido un buen padre.

Una sonrisa burlona se asomó en su rostro.

-Adiós Shoto.

-Nos vemos Todoroki Enji -respondí dándome la vuelta y marchándome de ese lugar.

Tal vez, no había ganado nada con lo que dije, a él no le importaba, pero sonreía, no estaba llorando mientras me oculto en el ropero.

Al salir me topé a Rei escuchando todo.

-Shoto...

-Podríamos haber tenido una vida distinta -dije sin mirarla a la cara-. Podríamos haber estado en otra ciudad, los dos felices si hubieses aceptado la ayuda del tío Natsu. Los maltratos serían recuerdos del pasado.

-Hijo...

-Cada palabra que le dije a Enji. También va dirigida hacia ti, no porque me diste a luz te salvarás.

¿Por qué dolía más hablarle a Rei de esa forma que al mismo Enji?

-Nunca me casaré y mucho menos tendré hijos, pero si los tuviese, juro que no seré igual que ustedes -finalicé para luego marcharme de la mansión infernal.

Al fin soy libre de su violencia.

Estoy feliz, pero ¿por qué estoy llorando? ¿Por qué duele tanto irse de esa mansión?

No lo sé, pero espero que algún día deje de doler tanto.

20/01/2019
12:30 pm

A

dmiré mi nuevo dormitorio, al fin tenía mis repisas instaladas con mis figuritas y cómics, me alegraba que la habitación fuese enorme.

En 4 días le diré adiós a este departamento y hola al centro de rehabilitación, para luego asistir a Yuuei y seguir de seguro con un tratamiento riguroso, dependiendo si estoy demasiado mal.

Observé por la ventana el cielo azul, deseaba contarle los giros de mi vida a Fumikage cuando despierte, sé que él estará feliz.

Vi el automóvil del Sr. Toshinori llegar, la emoción surgió al saber que Izuku conocería mi nuevo hogar, ¿él habrá sentido esa sensación cuando Ochako conoció su nueva casa?

Mi nuevo hogar, sin historias trágicas, con Fuyumi a mi cuidado, nadie me lastima y puedo dormir sin miedo.

Ya no debo tocar ese maldito violín.

-Shoto, llegó el Sr. Yagi e Izuku.

Salí del dormitorio con una sonrisa para saludarlo, pero se borró al ver su aspecto...

¿Por qué su rostro está rojo como un tomate? ¿Fue a la playa? ¿Le duele su cara?

-Eh...

El rostro de Izuku parecía avergonzado al notar mi expresión, una parte bastante cruel quería reír por aquello.

-¿Qué demonios te ocurrió?

Izuku se cubrió el rostro con sus manos.

-Tomó una larga siesta en el jardín -dijo el Sr. Toshinori con un tono burlón.

Y la risa salió por si sola, no podía soportar más.

-¿Cómo? -dije con dificultad.

No respondió, pero al ver la sonrisa de Toshinori la curiosidad aumentó.

-¡No le digas! -suplicó sin sacar las manos, un momento, sus manos estaban rojas.

-No le diré -respondió con diversión.

Solté otra carcajada, necesitaba saber qué lo avergonzaba tanto.

-Shoto, no avergüences a Izuku -dijo Fuyumi con un tono de regaño, pero sonreía.

Cerré un poco los ojos y pensé qué podía ser, ¿pintó algo en el jardín hasta quedarse dormido? Imposible, eso no causaría tal reacción.

¿Qué es lo que más le podría avergonzar?

¡Ya sé!

No pude evitar sonreír de oreja a oreja, tenía que escuchar todo.

-Trajimos pastelillos, Izuku dijo que comprásemos de moras y frambuesas -dijo el mayor cambiando el tema.

-¡Tus frutas favoritas! -dijo emocionada-. Muchas gracias.

Fruncí el ceño, lo hizo intencional.

Fuyumi recibió la caja con una sonrisa.

-Vayamos al dormitorio para hablar sobre tu siesta -dije con una sonrisa ladina.

Esto iba a ser divertido.

Mi amigo sacó sus manos y asintió con una mueca, parecía que le dolía su rostro.

Cuando ingresamos a mi dormitorio, Izuku miró atento cada rincón.

-Debo reconocer que es más bonito -dijo Izuku mientras miraba la repisa-. El otro era asombroso, pero éste se ve más ¿cálido?

Pestañeé varias veces, no comprendía, hasta que dijo:

-Era enorme, pero de alguna forma tenía un ambiente más deprimente, ¿tal vez sea la ventana y los colores de la pared?, ni idea, pero parece más tu.

¿Más yo?, el otro tenía los mismos cómics y figuras.

Aunque, había una cama y un televisor mucho más grande, unos sofás y una mesita. También, estaba ese ropero...

-Sigue pareciendo el dormitorio de un fan de cómics -respondí sin comprender aún.

-Sí, pero más sencillo, no tan aparatoso y serio, al ser gigante se veía más frío.

-Soy una persona fría y seria, ¿no me has visto?

-Te acabas de reír hace unos minutos de mi rostro -respondió con honestidad-. Sin olvidar que puedes expresar bastante bien tus emociones, en mi opinión solo lo eres con gente que no te interesa o te agrada.

No supe qué demonios responder, por lo tanto, evadí el tema.

-Hablando del rostro, ¿qué hacías con Ochako en el jardín? -mi sonrisa era digna para ser del gato de Cheshire.

No sabía que era posible ver su rostro más rojo de lo que estaba.

-¡Na-nada!

Le atiné, no podía ocultarlo, era demasiado obvio si conoces su relación con Ochako.

-¿Debería creerte?

-Solo hablábamos de temas triviales y nos quedamos dormidos en el jardín -dijo con tanta rapidez que apenas logré comprenderlo.

-Ajam, haré como si te creyese -respondí observando con diversión su expresión.

-Créeme, jamás besaría o algo como eso a Ochako, bueno, no de nue...

Se detuvo al instante, ok, necesitaba saber más de ese tema, pensaba que Izuku y Ochako no habían llegado tan lejos.

En realidad, pensaba que Izuku era más tímido en ese aspecto. Como siempre él es una caja de sorpresas.

-Maldición... ahora me vas a interrogar.

-Claro, a los amigos nos encanta saber sobre la vida romántica de nuestros amigos -respondí mientras me sentaba en la silla de mi escritorio.

Le señalé la cama, Izuku soltó un suspiro y se sentó, parecía resignado.

Deseaba comer palomitas, no sé cuándo me volví tan chismoso, pero escuchar las anécdotas de Izuku no tenía precio, él demuestra que te equivocas cuando piensas que es de una forma.

De Izuku nunca sabes qué te espera.

-Bueno...

Izuku me relató ciertas cosas, sin ahondar mucho en lo que se decían, pero me confesó como se sintió en su cita no cita.

Creo que fue liberador para él decir todo eso.

-Jamás le dije todo esto a Toshinori, es raro decir cosas de este estilo con un adulto, no es que no le tenga confianza, pero...

Entonces tenía razón, tiene mucho sentido no poder hablarlo.

-Incluso me dio esa charla, ya lo sabía todo, pero igual lo hizo, ¿cuál es la necesidad de repetirlo?

Solté una gran carcajada al escucharlo, era divertido hablar de cosas de este estilo con Izuku, de alguna forma podía ver una versión menos madura y más adolescente de su parte.

Desde su tono de voz a expresiones lo hacían ver como un adolescente más alegre, nadie creería que este Izuku a sufrido demasiado.

Me agrada conocer este lado de él.

-La charla me la dieron a una edad razonable, creo que ellos no deseaban que fuese un idiota como ellos -respondí con desagrado, dos jóvenes que no pensaron en las consecuencias.

-No puedo odiarlos por eso, si no fuesen unos idiotas no existirías -dijo con una sonrisa.

No supe que decir, estaba acostumbrado a escuchar esas palabras de forma negativa.

-Shoto, me alegro que existas, después de todo eres mi amigo y me has ayudado bastante.

"Me alegro que existas"

Jamás había escuchado esas palabras salir de la boca de alguien, sé que Fuyumi es feliz de mi nacimiento, pero nunca usó esas palabras.

No usó las mismas palabras que usaba Rei como algo positivo.

"Odio tu existencia"

"Desearía que no existieras"

"Detesto que existas"

Izuku tenía un poder o algo por el estilo, siempre sabía cuáles palabras tenía que utilizar.

Siendo honesto, aún creo que mi existencia no trae nada bueno, pero saber que Izuku en verdad me ve como una persona que le a ayudado se siente bien.

Solo pude sonreír como respuesta, creo que Izuku no sabía cuan importante es en mi vida desde que apareció.

-¿Cómo te has sentido? -preguntó Izuku con curiosidad.

Desearía decir bien.

-Feliz, triste, culpable y horrible... soy feliz por vivir con Fuyumi, pero el resto es una agonía constante, no sé qué demonios ocurrirá con Fumikage y una parte de mi desea consumir de nuevo. Todo es tan frustrante y temo tener un maldito colapso. Además, tengo miedo de ir a rehabilitación y que un psicólogo me psicoanalice y diga que estoy loco, ¿y si me dice que soy un caso perdido? ¿Qué hago? ¿Cómo le hablo?

-Shoto...

-Izuku, ¿tuviste miedo la primera vez que fuiste a terapia? -dije finalmente.

Estaba asustado, quería ir, ya me había comprometido y deseaba cumplir mi palabra al menos una vez, pero tenía miedo.

-Siempre tengo miedo de ir, ahora menos de lo que sentía al principio. Creo que hablar de tus problemas con otras personas no es fácil, tal vez es más sencillo con un desconocido, pero es difícil -dijo mientras jugaba con sus manos-. Antes de tomar la decisión, me pregunté si tenía sentido gastar dinero en terapia para una persona que terminará matándose de cualquier forma. No le veía al caso ir a un lugar para que me diagnosticaran como un caso perdido, sería duro que me dijese un especialista lo que yo creía que era.

Tragué duro, suena horroroso saber que Izuku tiene esos pensamientos tan dolorosos.

-A lo que quiero llegar, es que es normal tener miedo, no debes sentirte mal por algo que es natural.
Coloqué mi mano en mi frente, me sentía nervioso.

-Nadie te dirá que eres un caso perdido, puedo dar fe de eso -sonrió para luego hacer una mueca de dolor-. Tampoco te van a obligar a decir todos tus problemas, puedes estar tranquilo al respecto de eso.

Asentí un poco más tranquilo.

-Gracias.

-Ochako te envía saludos -dijo Izuku con una pequeña sonrisa-. Quiere ver más películas.

Ella me daba demasiada curiosidad, sabe que soy un consumidor, pero no dice nada, ¿qué piensa de mi?

-Cuando decidí ayudarte, ella me apoyó.

Sonreí, ella es extraña, jamás se refirió al tema o preguntó.

-Puedes estar tranquilo, todo el tema de cambiarte de ciudad y tus padres será un secreto que guardaré de por vida.

Sonaba un tanto preocupado con lo que dijo.

-No estoy molesto por lo del centro si eso te preocupa, después de todo, ella ya sabía sobre el tema de las drogas -dije sin más, era absurdo molestarse por eso-. Y sobre lo último, te creo.
Vi la expresión de alivio en el rostro de Izuku, de seguro se sentía culpable.

-Ochako es una buena amiga, espero que sean del mismo salón junto con Jiro -continuó-. Hace un tiempo que no hemos coincidido, pero es una buena amiga...

Lo miré extrañado al escuchar lo último, se veía un poco triste.

-¿Qué ocurrió? -pregunté curioso su rostro se veía un tanto incómodo.

-Es amiga de Bakugo, bueno, en realidad vive con él, es un tema complejo y muy largo -dijo con una mueca-. Es complicado cuando eres amigo de una persona que tiene de amigo a tu acosador. Sin olvidar a Ochako que detesta a Bakugo, creo que de los dos ella lo odia más.

Auch, eso en verdad debe ser complejo.

-Eso suena duro.

-Ella no sabía todo lo que nos hizo y al parecer se a reformado, es triste no poder ir a visitarla a su casa, porque vamos a encontrarnos con él. Siendo honesto, temo verlo cara a cara y golpearlo.

Abrí los ojos asombrado, pensaba que diría llorar o asustarse.

Izuku me observó con diversión y dijo-: en realidad me da miedo un colapso emocional...

-Creo que mi odio aumenta hacia él -dije molesto-. No lo conozco, pero lo detesto por todo el daño que te a hecho.

El peliverde me observó sorprendido, pero luego negó con su cabeza.

-No te llenes de odio por alguien como él.

-No me pidas que no deteste a tu acosador, me es imposible.

Me importa poco las vivencias de Bakugo Katsuki, él lastimó a Izuku y eso no podía perdonarlo.

Jamás había visto una sonrisa tan alegre en Izuku.

-Eres un buen amigo Shoto.

-Chicos, es hora de almorzar -dijo Fuyumi detrás de la puerta.

-Vayamos a comer -dije mientras me levantaba.

Fue tranquilo el almuerzo, escuchábamos anécdotas e historias graciosas de Fuyumi y del Sr. Toshinori.

Hace tiempo que no disfrutaba y reía tanto en un almuerzo, lo único malo era el estado de salud de Fumikage, pero sé que saldrá todo bien.

Continuará...

Nota

Capítulo largo y siendo honesta, uno de mis favoritos. Fue bastante intenso escribirlo, lo tenía planeado desde hace como 2 años y puedo decir que quedé a gusto.

Un capítulo que me hizo llorar y reír jajajaja.

Me siento orgullosa de Izuku, si viajamos a los primeros caps se nota la diferencia :")

Amo la amistad de Izuku y Shoto, como pasaron por tantas cosas y ahora son besties.

No tenía planeado lo último, pero me encantó escribir esa faceta de dos amigos adolescentes hablando de algo tan normal como lo es una cita.

Lo del Izuku tomate lo verán en el próximo capítulo 🥦🍅

#UnfinalfelizparaIzuku

#Izukumereceelcielo

#Izukuunsol

#Shotoestáchikito

#Shotomereceunabrazo

#MuerteaEnji

#MuerteaRei

#Fuyumiesunsol

#Fuyumibestotía

Espero que les haya gustado, nos vemos el 22 de junio 🦄🦋💖

Capítulo 37: 18 de enero.

Publicado: 15/06/2024

P

alabras: 10632

Quedan pocos caps para el final 🦄🦋💖








Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top