L.2 Capítulo 11
¿Qué es la Navidad para mi? Una fiesta más del montón, nunca la celebré, pero los maestros nos obligaban a realizar actividades navideñas, cómo olvidar cuando nos hicieron hacer una obra de Navidad o crear esos marcos de fideos con brillantina para dárselos de regalo a nuestros padres.
Ahora que lo pienso, creo que fue en Kínder cuando desee celebrar la Navidad por primera vez, me parecía interesante un abuelo con traje rojo entregándole a los niños obsequios en un trineo con renos voladores, loco, pero mis compañeros de clase sonaban tan emocionados y decían que él llegaría con sus regalos porque fueron niños buenos.
Niños buenos…
Nunca recibí un regalo de Navidad, por lo tanto, ¿Era un niño malo?
Todos hablaban de Santa, entonces era real, la situación era confusa y Bakugo no ayudaba mucho que digamos.
Bakugo se asustó, él no era un niño “bueno”, era brusco y mal hablado, entonces él pensó que no se los daban, porque era malo, pero luego estaba yo, un pequeño llorón que no mataba ni a una mosca.
Creo que Bakugo creyó que él era un niño malo, pero lo ocultó hasta que la maestra confirmó que no existía cuando vio nuestras caras extrañadas.
Desde Kínder aprendí a fingir una alegría y seguirle el juego a los otros niños, no entendía el brillo en sus miradas y cómo disfrutaban cantando villancicos.
Es extraño no comprender la felicidad de otros, pero al saber que Santa no existía me daba lo mismo, yo deseaba adornar mi casa con esos pinos de plástico, comer esa cena y colocar en la radio esos villancicos. Eso era lo que me llamaba la atención.
Si sabes que no existe Santa, no te interesa la parte mágica donde un señor mayor te da regalos, la fiesta navideña me interesaba.
-Actualmente celebraré la Navidad y tengo miedo- Dije ansioso, -Iré con Toshinori a la casa del Sr. Aizawa para celebrarla, está casado y tiene dos hijos… ¿Y si ellos creen en Santa? ¿Cómo debo actuar?
Temía romper los dulces sueños de unos niños con mi falta de espíritu navideño, pero principalmente me daba miedo de que no me gustase la Navidad e hiciera sentir mal a Toshinori…
No sé cómo actuar en las celebraciones.
-El diecisiete compraré con Toshinori un pino navideño y adornos, dijo que debían ser varios y coloridos, no le gustan de un solo color- Dije sonriendo -Tampoco deben ser solamente esferas, además me ayudará comprarles regalos a Ochako y a Jiro.
Estaba cada vez más emocionado por eso de la Navidad, pero también estoy aterrado.
-He juntado dinero del que Toshinori me da para salir, el dieciocho iré con mis amigas a comprar cosas en el centro comercial, estoy feliz, se siente bien regalarles cosas a quiénes aprecias, hace mucho que no lo hacía…
-Antes le regalaba dibujos y flores del jardín a esa mujer, también manualidades y cosas por el estilo para el día de las madres y su cumpleaños, incluso cualquier día, con el tiempo dejé de hacerlo…
-Dejé de regalarle cosas cuando ella comenzó a ignorarlos y a veces botarlos.
Mi pecho comenzó a doler, se me había olvidado todo eso, y si a Toshinori no le gustan mis regalos…
Sé que a las chicas les gustarán las cosas, pero a él, y-yo, tengo miedo.
Izuku Yagi
17/12/2018
15:30 pm
Todo a mi alrededor eran personas comprando de un lado a otro en el centro comercial, no sabía a que dirección ir, por lo tanto, seguía a Toshinori por todos lados.
-Izuku, mira esa tienda- Dijo Toshinori con emoción al ver que estaba completamente adornada para esta festividad, su felicidad era contagiosa.
Ingresamos al lugar, me acerqué a una repisa donde habían figuras de porcelana, casitas navideñas y esferas de nieve con Santa en su trineo llegando a una casa.
Había osos y Santas de peluche, esferas de colores de cristal, luces de colores, galleteros de muñecos de nieve…
Muchas figuras navideñas, adornos grandes para el suelo, manteles elegantes con adornos bordados, eran bastante lindos.
Esta tienda era el sueño para un fanático de la Navidad.
-¿Qué opinas de este árbol?- Preguntó Toshinori señalando un pino de casi dos metros, creo que es el tamaño adecuado, ya que el techo es bastante alto.
-Me gusta- Dije con una sonrisa.
-Excelente, ahora escoge adornos que te gusten para la mesa y luego buscamos para adornar el árbol- Dijo con una gran sonrisa, irradiaba felicidad, en serio, Toshinori era fan de la Navidad.
Me acerqué a una esfera de nieve musical, en su interior había una cabaña en una colina cubierta por la nieve, alrededor habían pinos decorados. Giré la llave y comenzó a sonar la melodía del cascanueces.
Era hermosa y me gustaba la música; me acerqué a Toshinori y le entregué la esfera, él giró la llave y sonrió al escuchar la melodía.
-A mi maestra le fascinaba el Cascanueces- Dijo con una sonrisa, guardó silencio y miró como giraba el interior de la esfera -Cuando estábamos en la Academia, las Sra. Nana le pedía a los maestros del departamento de Música y Danza que hicieran esa obra… ella nos enviaba a todos los de su clase a ayudar con la escenografía, recuerdo que Shota y yo decorábamos los árboles con nieve falsa, Hizashi participaba en la banda, si yo soy fanático de la Navidad, él lo es más…
Sonreí al escuchar la anécdota, es divertido escuchar historias de su época en Yuuei junto con sus amigos.
También me gusta escuchar sobre la Sra. Nana, ella me agrada a pesar de que jamás la conoceré. Siempre le estaré agradecido por haber sido la maestra de Toshinori.
-Nos la llevaremos, a buscar más- Dijo con entusiasmo, no pude evitar sonreír y seguir buscando adornos.
Al terminar de escoger esos adornos, buscamos para el suelo; luego adornos para el exterior… no sabía cómo va a caber todo en el automóvil, pero me daba lo mismo, Toshinori hacía divertida la búsqueda de adornos navideños.
Estoy emocionado por llegar a casa y decorarla, quiero hacer el pino y colgar todas las esferas de colores, las pequeñas figuras de cerámica, bastones, peluches…
Me sentía feliz, era extraño, siento que estoy cumpliendo ese sueño infantil que tuve hace mucho.
Por último escogimos una grande y brillante estrella.
Antes de salir me coloqué por diversión un gorro verde de duende que compró Toshinori, él se colocó uno de Santa.
Dejamos la caja con el pino en la tienda por mientras, ya que teníamos muchas bolsas y cajas que llevar al automóvil.
Creo que estuvimos dentro de la tienda por más de una hora.
Decidimos que primero buscaríamos los regalos para mis amigas y luego buscar el pino, creo que tendremos que hacer Tetris.
Íbamos caminando y me detuve al ver en una vitrina unas zapatillas rojas Plus Ultra, eran bastante llamativas, luego fruncí el ceño y continué mi camino.
Llegamos a una tienda de música, busqué algo interesante para Ochako y Jiro; nada me atraía para Ochako, pero me gustaron unos audífonos violetas, a ella le encantaba ese color.
Lo compramos con Toshinori y buscamos en otras tiendas algo para Ochako… nada, no quería darle un dibujo, deseaba regalarle un objeto que a ella le gustase, algo que pueda guardar…
-Izuku, dime ¿Qué crees que le gustaría a Ochako- Preguntó Toshinori -Tu la conoces más que nadie, qué crees que le gustaría tener, por ejemplo, para adornar en su habitación.
Cuando iba a responderle me topé con una tienda de fotografías y recordé las palabras de Ochako.
“Voy a imprimir nuestra fotografía y la dejaré en mi habitación de Yuuei como recuerdo”
Ya sabía que regalarle.
Ingresamos al local; con mi teléfono, envié por correo la fotografía que nos sacamos en la cafetería; el dueño la imprimió en ese papel especial para fotografías y me la entregó, también le compré un marco de madera liso, luego lo voy a pintar.
Salí con una sonrisa del lugar; caminamos y me topé con un puesto donde vendían joyas, me fijé en un collar dorado del cual colgaba una llave del mismo color, ésta en su parte superior tenía la forma de un corazón y en el centro de éste tenía una piedra rosada con la misma forma.
Decidí comprar eso como regalo para Ochako, a ella le iba a gustar…
Una vez finalizada la compra, fuimos a la tienda para buscar la caja del pino… esto era demasiado agotador.
19:00 pm
Luego de varios minutos, por fin dejamos todas las compras en la sala de estar, no podía creer cuan pesadas eran las cosas.
-¿Por dónde comenzamos?- Pregunté un tanto emocionado, admito que me entusiasma la idea de decorar la casa.
-Comencemos armando el pino- Dijo Toshinori con una enorme sonrisa.
Toshinori trajo unas tijeras para abrir la caja del pino; una vez terminado de cortar, sacamos las piezas.
Media hora aproximadamente abriendo las ramas y moldeándolas para que se viesen lo más realista posible.
Me picaban un poco las manos por esa textura molesta.
-¡Listo!- Dijo sonriente Toshinori admirando el pino -Ahora haré la cena, comemos y continuamos con el pino, ¿Qué opinas?
-¡Sí!- Dije con emoción, estaba genuinamente feliz, no sabía, pero era contagiosa la alegría de Toshinori.
Comimos rápida la cena, queríamos decorar el pino.
Comenzamos con las luces, agarramos una silla para lograr colocarlas bien; una vez terminado las conectamos a un alargador, era divertido ver como brillaban o se quedaban detenidas.
-¡Me gusta como se ve!- Exclamé con una sonrisa, era todo tan divertido, algo que jamás había hecho en mi vida y creí no hacerlo nunca.
Quiero el próximo año hacer nuevamente el pino.
Toshinori sonrió y levantó su pulgar.
Luego comenzamos con los adornos, tardamos más, pero eso no lo hacía menos divertido, deseábamos que no quedaran espacios vacíos y que no se toparan los mismos colores entre adornos.
Terminamos, salté emocionado, pero Toshinori señaló la punta vacía del pino, faltaba la estrella.
Fui hacia la caja y la saqué con cuidado, era dorada y de cristal, elegante, pero sin dejar de parecer hogareña, era difícil de explicar.
Corrí hacia el pino, iba a subir a la silla, pero Toshinori me agarró con sus manos y me levantó para que alcanzara la punta del árbol; me sorprendí por un segundo, pero coloqué la estrella y él me bajó.
No sabía que decir, me sentía como ese niño que quería adornar la casa, ese pequeño que jamás vivió muchas experiencias en familia.
Dudo que Toshinori comprenda este tipo de felicidad y que a logrado cumplir ese sueño infantil.
Solo pude darle una gran sonrisa como respuesta, tal vez él comprendió lo feliz que me sentía con toda esta experiencia.
Por primera vez siento esa emoción que veía en los rostros de esos niños, quiero celebrar muchas navidades.
Quiero a futuro tener navidades con Ochako y decorar la casa, quiero estar con Toshinori hasta que el sea un señor mayor y canoso.
Deseo compartir esta felicidad con todos mis seres queridos.
Y lo hará si sigue este camino, hay espinas en su futuro, pero si continúa caminando por ese sendero rodeado de personas que lo quieren, logrará un final que jamás pensó tener.
Aunque todo depende de él y sus acciones.
Esa noche Izuku le envió una fotografía de ese hermoso árbol a Ochako.
18/12/2018
16:00 pm
Íbamos por el centro comercial con las chicas, queríamos comer algo y de paso iba a comprarle un regalo a Toshinori, ya lo tenía planeado, agradecía juntar todo el dinero que me sobraba de las juntas.
-¿Qué planeas comprarle?- Preguntó Jiro con curiosidad.
-Bueno, es algo que voy a dibujar, quiero ser ¿Creativo?- Dije con una sonrisa -Necesito varios papeles y dos álbumes de fotografías.
Me miraron extrañadas al no comprender qué iba a hacer.
Para mi propia sorpresa les dije -Cuando lo termine les envío una foto.
El otro álbum tenía un propósito muy distinto.
Ellas asintieron emocionadas, no es algo usual que les muestre un dibujo que he hecho, en realidad creo que solo conocen mis graffitis…
Primero fuimos a la librería para comprar el tipo de papeles que necesitaba, pero mi mirada se desvió en unos lindos y elegantes bolígrafos que venían en su propio estuche de cuero.
Toshinori iba a ser maestro y sus estuches tienen muchas manchas de pintura, creo que no tiene bolígrafos para calificar, al menos para su clase de francés quiero que se vea presentable.
-¿Vas a comprar los lápices que usará para reprobarnos?- Preguntó Ochako con una sonrisa -Eres un chico malvado Izuku.
No pude evitar reír, por un momento recordé al Sr. Aizawa reprobando a sus alumnos, no me imagino a Toshinori de esa forma.
Compramos todo lo que tenía que comprar y nos marchamos de la librería. Me sentía feliz, la siguiente parada es la tienda de fotografías y listo.
Antes de llegar, frené al ver en una tienda que vendía latas de pintura en spray… amarillo, blanco, negro.
Muchos colores brillantes, ya sabía cual iba a ser mi nueva obra, existe una pared que aún está en blanco y quiero decorar.
Va a ser una madrugada de Navidad donde tendré que ser más rápido y silencioso que nunca, pero quiero sorprender a Toshinori y a esa amable mujer.
Compré varias latas, Ochako me miró con seriedad, sabía lo que pensaba y solo pude decir -¡Es para Toshinori y tranquila no haré una estupidez!
-Te creo, no me decepciones- Dijo con seriedad, claro que no volveré hacerlo, no quiero defraudar a Toshinori.
Jiro rio al vernos de esta forma y dijo -Parecen un matrimonio.
Mis mejillas ardieron por ese comentario que solo tenía la intención de bromear.
Trágame tierra.
Aunque matrimonio no suena mal; me di una bofetada mental, idiota, tenemos 15 años y ni siquiera somos novios.
Miré a Ochako, ella estaba roja como un tomate y empeoró al ver la mirada juguetona que nos dio Jiro.
Estaba seguro de que Jiro lo sabía todo o intuía nuestros sentimientos, Toshinori dijo que somos obvios.
Solté una risa nerviosa y dije -¡Vayamos por el álbum y luego a comer hamburguesas!
Al terminar las compras, comimos, reímos, jugamos en el arcade que hay en el centro comercial.
Hoy había sido una gran tarde.
Llegué a casa y me recosté en la cama con una sonrisa, este diciembre a sido uno de los mejores meses de mi vida.
Mi teléfono comenzó a vibrar, lo tomé y lo revisé.
El Cumpleaños:
¿Cómo estás?
Sonreí, todos los días nos escribíamos, era divertido Shoto, a pesar de verse frío como el hielo.
Bien, cansado, llevo dos días yendo al centro comercial.
El Cumpleaños:
Sales bastante, yo estoy en casa tocando una pieza tediosa con el violín, ya sabes practicar para Yuuei.
Podía escuchar su desagrado en cada palabra que escribió, se notaba de lejos que odia el violín y que no desea ir a Yuuei.
Sus padres deben presionarlo demasiado con todo ese tema, también su claro odio paternal debe ser gracias a la gran ausencia de ellos en esa enorme mansión.
Al menos, es lo único lógico que se me ocurre en el caso de Shoto, no soy millonario y no tengo idea cómo es la vida de ellos a puertas cerradas.
Tic tac, tic tac, tic tac…
Izuku no sabía en qué estereotipo había caído.
Algún día quiero escucharte tocar violín, nunca he escuchado uno en persona y dudo tener la oportunidad.
¡Solo si tu quieres!
El mensaje aún no era leído, tenía miedo por la estupidez que escribí, cómo se me ocurrió aunque sea pensarlo.
El Cumpleaños:
Claro, pero toco música antigua…
Sonreí, no había dicho que no.
No importa, quiero escuchar.
Y así continuamos escribiendo y enviando vídeos graciosos de YouTube.
Los días pasaban con rapidez mientras dibujaba en las hojas situaciones que habíamos vivido con Toshinori, desde las salidas de comer pizza o la playa, también series que le gustan; me topé con unas fotografías de su adolescencia, decidí dibujarlas también.
Al terminar los dibujos, los pinté con pintura acrílica, para luego colocarlos en el álbum.
Estos días antes de Navidad fueron divertidos, comíamos galletas navideñas, veíamos esas películas clichés en la televisión con las chicas, incluso Toshinori se unía a verlas.
Sentía esa paz y no sabía como expresar en palabras a Toshinori…
Una carta, he visto que se regalan cartas en Navidad, por lo tanto, iba a escribirle una.
Para: Toshinori Yagi
Este año celebraré por primera vez la Navidad, no sabía cuan especial iba a ser, en realidad no me interesaba celebrarla.
No sé cómo comenzar esta carta, es la primera que escribo de este estilo, ¿Cómo poder decirle gracias por lo que me a brindado estos últimos días?
Jamás pensé en celebrar la Navidad, al menos no ahora, en los tiempos en que quería celebrarla, no era por Santa o todo eso de los regalos; yo sabía que no existía y no era un niño que le pedía demasiado a su madre.
Deseaba adornar la casa con todo eso que veía en las películas, sentir esa emoción de mis compañeros al hablar de ella.
¿Por qué la aman tanto? ¿Qué tiene de especial esa tradición? ¿Por qué se sienten tan felices?
Me daba miedo decirle a mamá que quería celebrarla, por lo tanto, daba unas pequeñas indirectas a ellos, pero lo ignoraban completamente.
Ella aceptaba esas cosas que teníamos que hacer en la escuela como regalo para nuestros padres. Al final ese sueño infantil se esfumó por el pasar de los años.
Mis compañeros ya no hablaban de la Navidad como en ese entonces, ese espíritu del que tanto hablaban ya se había ido y con ello dejé de escuchar esas cosas tan lindas.
Pero ahora llegó usted con ese entusiasmo, por un momento temí que se notara mi poco interés hacia todo esto, incluso temo celebrar la Navidad en casa del Sr. Aizawa, ¿Cómo se comporta alguien en Navidad?
¿Debemos sonreír? ¿Ser alegres? ¿Derrochar ese espíritu navideño?
No lo sé, pero creo que voy entendiendo cada vez más ese “espíritu” por el pasar de los días.
Jamás creí ser feliz buscando cosas de Navidad, tampoco creí que sería divertido usar un gorro de duende.
Nunca pensé en mis sueños más lejanos tener la oportunidad de decorar un árbol, y tampoco creí que sería divertido hacerlo.
Es extraño, tengo 15 años y me siento como un niño pequeño con cada cosa que veo, tal vez nunca reciba regalos de parte de Santa, pero creo que todo lo que me a dado en estos días, supera cualquier objeto.
Todo es nuevo y divertido, quiero seguir divirtiéndome por mucho tiempo, deseo de corazón tener más navidades juntos.
Gracias por enseñarme lo bello de la Navidad.
Atte. Izuku Yagi
24/12/2018
16:00 pm
Cargaba unos paquetes de regalos, mis piernas tiritaban mientras admiraba la enorme y hogareña casa desde la alta reja de metal, era hermosa, no se parecía en absoluto a la mansión de Shoto y a la nuestra.
Era una de esas casas de dos pisos con un diseño clásico, las otras de este barrio residencial son similares, pero la gran diferencia era que sus muros están pintados con diversas pinturas… única, muchas de las pinturas eran gatos coloridos, otras más apagadas. Y muchas más infantiles, sin tanta técnica, como si un niño haya agarrado un pincel y pintado lo que se le vino a la mente.
Sin dudas era una casa genial, se notaba que el Sr. Aizawa había pintado la casa.
El antejardín estaba excesivamente adornado, no era molesto, pero nos superaban en decoración navideña.
En el césped habían juguetes y muñecas, obviamente eran de la hija de ellos, ¿Y si se me sale la dura realidad?
No existe Santa.
No quiero destrozar el corazón de una niña, pero puedo mencionarlo accidentalmente, quiero vomitar.
-Tranquilo Izuku, no pasará nada- Dijo Toshinori sonriendo de lado -Piensa positivo.
Miré a Toshinori, no iba responderle, solo deseaba que me tragara la tierra.
-Me gusta como se te ve el gorro- Dijo con una sonrisa -Pensé que no te gustaría llevar uno.
Lo miré extrañado, me gustaba mi gorro verde de duende, bajo todos los pronósticos que creí, pensé que sería la burla, pero vi en el centro comercial a personas de mi edad usándolo, por lo tanto, perdí el miedo a ser humillado públicamente, incluso la gente me sonreía.
-Me gusta- Dije tocando el pompón blanco.
La puerta de la casa se abrió y de ella salió una pequeña de cabellos plateados; vestía de rojo y usaba un gorro de Santa.
-¡Papá!- Gritó la niña con emoción -¡Llegó el tío Toshinori, junto con un niño!
La pequeña se veía bastante adorable exclamando; el Sr. Aizawa salió detrás de ella, se veía agotado, también traía un gorro de Santa.
Miré a Toshinori y pude ver una sonrisa burlesca.
El Sr. Aizawa abrió la puerta en silencio, Toshinori parecía querer decirle algo, el de cabellos negros lo miró con molestia.
-Me gusta como te ves con gorro navideño- Dijo con diversión Toshinori.
Antes de formular una palabra el contrario, la niña dijo -Hitoshi también está usando uno verde, pero tiene pompón rojo.
Los seguimos a la casa y la pequeña dijo -¡Soy Eri! ¿Cómo te llamas? ¿Tu papá es el tío? ¿Cuántos años tienes? ¿Te gusta pintar? ¡A nosotros nos gusta mucho!
Sonreí y dije -Soy Izuku y tengo 15, también me gusta pintar y…
¿Cómo le digo a una niña que es mi tutor legal?
-Sí, es mi hijo- Dijo Toshinori sonriéndole a la pequeña.
Miré a Toshinori y sonreí -Sí, soy su hijo.
La niña asintió con una sonrisa en la cara y entramos.
Es la primera vez que digo que soy hijo de alguien en bastante tiempo.
El interior de la casa era muy bonito; el suelo era de madera, tenía paredes blancas con pinturas y fotos colgadas; una de las paredes tenían unas líneas con medidas, una bastante baja y otra un poco más alta que yo, de seguro eran las de Eri y su hermano.
-Mi hermano te va a gustar, a él le gusta pintar muuuucho- Dijo alargando la u, ¿Cómo será su hermano?
Caminamos por el pasillo y llegamos a la amplia sala de estar.
Un hombre de estatura bastante baja, con cabellos canosos y moños de colores apareció con un traje de santa, desde lo que creo que es la cocina por el aroma a carne que salía de la puerta.
-Director Nezu, ¿Por qué tiene el cabello con moños?- Preguntó extrañado Toshinori… un momento, ¿Dijo Director?
-Mi nieta deseaba jugar a ser estilista- Dijo con una gran sonrisa.
-El abuelo se ve bien- Dijo la pequeña sonriente, luego hizo un puchero -Pero mamá no me dejó pintarle la cara.
Extrañado por la situación miré a Toshinori, no sabía que decir, no iba a decirle Director a ese señor, sería raro.
Toshinori tosió y dijo con una sonrisa -Director Nezu, le presento a Izuku.
-Izuku, ¿Él es el muchachito?- Preguntó el Sr. Nezu curioso -Interesante…
-Es un placer conocerte por fin muchacho, soy Nezu, el padre de Shota y el abuelo de este angelito- Dijo acariciando la cabeza de Eri.
-¡Mucho g-gusto!- Dije nervioso al comprender de que él sabe de mi identidad.
Salió de la puerta de la cocina un chico que parecía de mi edad, era un poco más alto que yo, tez levemente bronceada; sus ojos eran de color purpura y tenía sutiles ojeras; tenía un gorro de duende, del cual sobresalían mechones índigos.
-Hola tío- Dijo el joven haciendo una seña con la mano, luego fijó su vista en mi -Soy Hitoshi, hola.
El chico se cubrió la boca y bostezó.
-H-Hola, soy Izuku…- Dije con dificultad, él se percató y sonrió de lado.
-¿Quieren algo para beber?- Preguntó curioso -Hay bebida y jugo…
-Bebida por favor- Dijo Toshinori alzando su pulgar.
Miré a Hitoshi y dije -Lo mis-mismo por favor…
Quería golpearme la cara por la vergüenza que estaba pasando.
-¿Puedo arreglarte el cabello?- Preguntó Eri con una sonrisa.
No quería, pero no sabía cómo decirle no a esa pequeña tan emocionada.
-Eri, no presiones al chico- Dijo una voz femenina a mi espalda.
Me di la vuelta y al verla intenté no verme impresionado.
Era la actriz Emi Fukukado…
Estaba al frente de una mujer famosa.
-Emi, ¿Cómo has estado?- Preguntó Toshinori con una sonrisa observando el estómago abultado de la actriz.
Estaba embarazada.
-Agotada, pero es el segundo, así que no será tan complicado- Dijo la actriz mostrando una enorme sonrisa, luego me miró -Así que este es el famoso Izuku, habló el otro día tanto de ti, que creo que ya te conozco.
Al escuchar eso no pude evitar sonreír.
-¡Oh, mis modales! Soy Emi Aizawa- Dijo la mujer nuevamente con una sonrisa.
-¡Mucho gusto!- Exclamé accidentalmente, muchas personas nuevas me ponen demasiado nervioso.
-¿Les ofrecieron algo para beber?- Preguntó la Sra. Aizawa caminando hacia la cocina, pero se detuvo al ver salir a Hitoshi sosteniendo una bandeja con vasos.
-Mamá- Dijo Hitoshi dándole un vaso de limonada -Aquí tienes.
-Gracias.
Luego se acercó a nosotros dos y nos entregó las bebidas con hielo; le entregó una copa con vino al Sr. Nezu y por último jugo de manzana a Eri.
-Quiero bebida Hitoshi- Dijo Eri haciendo un puchero y pestañeando mucho.
-No, comiste demasiados bastones de caramelos, más azúcar y terminarás caminando por las paredes- Dijo con seriedad, pero a la vez una sonrisa burlesca.
-¡Mamá!- Dijo Eri acercándose a la Sra. Aizawa, la cual ya se había sentado en el sofá.
-Hitoshi está acatando lo que dije y tiene razón, además si no duermes rápido, tardará más en llegar Santa- Respondió la mujer de cabellos color menta.
Esas palabras fueron suficientes para beber tranquilamente su jugo.
-Hermano, ¡A Izuku también le gusta pintar!- Exclamó Eri cambiando el tema -Mostrémosle el estudio.
Eri dejó el vaso en la mesa de centro, se acercó a mi, me agarró el brazo y me arrastró hacia Hitoshi.
Hitoshi solo la miró y sonrió -Está bien vamos.
Observé a Toshinori y alzó el pulgar con su usual sonrisa, él no lo sabía, pero yo estaba demasiado nervioso y quería encerrarme en el baño.
Ingresamos a una habitación y solo pude abrir la boca, era enorme, más grande que el nuestro; el suelo era de madera, las paredes blancas tenían pintados gatos corriendo en un enorme paisaje en el bosque.
-Lo hizo mami- Dijo Eri señalando las paredes.
La miré sorprendido, pensaba que solo era actriz.
-Mamá también pinta- Dijo Hitoshi observando los cuadros que colgaban -Incluso más que papá.
-Guau…- Dije impresionado y pregunté -¿Todos pintan?
-¡Sí!- Dijo Eri moviendo sus brazos -El abuelito, papi y mami fueron a Yuuei ¡Y Hitoshi irá el próximo año! Y yo también iré cuando sea más grande.
Enserio estaba sorprendido, miré a Hitoshi, tenía sentido de que fuese a Yuuei, su padre también pinta… ahora que lo pienso, él tiene mi edad y el Sr. Aizawa la misma que Toshinori, ¿Será como Shoto?
Negué en mi mente, no debo ser chismoso.
-Que genial…
-Sí, también papi es profesor y el abuelito el Director- Dijo orgullosa la pequeña al hablar de sus familiares.
-Que divertido debe ser que toda tu familia pinte- Le dije a la pequeña con una sonrisa.
-¿Tu mamá no pinta?- Preguntó Eri con inocencia.
¿Qué le digo? Es mejor mentir.
-No tengo mamá- Dije con una sonrisa falsa, pero la niña se lo creyó.
-Hitoshi no tenía mamá y yo no tenía papá, luego mami se casó con el papá de Hitoshi- Sonrió la pequeña como si estuviera tratando de consolarme -¡Ahora somos una familia más grande! ¡Tendremos a un hermanito! Papi dice que podré enseñarle a pintar, así que seré su profesora.
Lo último lo dijo con orgullo y continuó -¡Le voy a prestar todos mis juguetes y jugaremos a los superhéroes!
Eri era una niña muy tierna y amable.
-Cuando nazca nos ayudará a Hitoshi y a mi a encontrar al conejito de pascuas, con tres seremos más rápidos.
Recuerdo que era lo único que celebraba, esa mujer ocultaba los huevitos en mi habitación para que él no se molestara por gastar dinero.
-¡Eri, puedes venir!- Dijo en voz alta el Sr. Aizawa al otro lado del estudio.
-¡Ya vuelvo!- Dijo Eri corriendo hacia la puerta.
-Gracias por mentir- Dijo Hitoshi -Aún no se mide con las preguntas, antes era más impulsiva a la hora de preguntar.
Lo observé sorprendido y dijo -¿Te gustó el celular?
¿El celular? ¡Verdad que él fue quien lo escogió!
-Gracias por escogerlo, siendo honesto es mi medio de entretención luego de terminar de estudiar- Dije con una sonrisa -Dudo que Toshinori haya acertado… no es muy tecnológico.
Hitoshi rio y dijo -A papá no le interesa la tecnología, tiene un celular solo por obligación y una computadora por el trabajo, él prefiere leer y nada más.
-No sé por qué te creo, Toshinori pinta y ve televisión, ama ver películas hasta tarde- Dije riendo al recordar.
-Mamá solo pinta, nada más, papá de vez en cuando se dedica a hacer una pintura- Dijo con una sonrisa en la cara -Es el contraste de él, ella es más colorida y papá usa colores opacos.
Hitoshi señaló las pinturas, eran espectaculares, llenas de vida y colores; avancé mi mirada, me topé con una pintura que su mitad era colorida y otra oscura, en la primera había un gato con distintos colores y con una nariz de payaso, en la otra tenía un gato negro con bufanda; los dos gatos se miraban.
-La hice para mi padre- Dijo Hitoshi percatándose de que la estaba observando.
-Es muy linda, ¿Son tus padres?
Hitoshi me miró con curiosidad, esperando a que continuase.
-Bueno, el Sr. Aizawa es bastante serio y por lo que he visto, sus pinturas usualmente no tienen tantos colores… y aunque no conozco las pinturas de la Sra. Aizawa, se puede notar que es una mujer muy amistosa y alegre.
El de ojos purpuras sonrió y dijo -Correcto, tienes un buen ojo para notar las cosas.
Asentí y sonreí por lo dicho.
-¿Cómo te ha ido con todo este cambio?- Preguntó mientras observaba otra pintura.
De seguro aquel chico sabía, aunque sea un poco, todo lo sucedido.
No sabía qué respuesta darle, era complicado explicar lo que se siente cuando una persona te saca del infierno en que vives.
-Yo fui feliz cuando papá me sacó de ese lugar y me adoptó- Dijo Hitoshi con una sonrisa sincera -Tardas en acostumbrarte nuevamente a qué es tener un hogar con una persona que te quiere y se preocupa por ti.
No pude evitar sonreír, alguien que comprendía todo esto que pasaba por mi cabeza.
-Es raro, pero estoy más feliz que nunca, hace mucho que no me sentía a gusto de estar en casa…
-Luego te acostumbrarás y dejará de ser tan raro, a mi me costó un poco aprender a medirme en las estupideces que hacía- Rio como si recordase algo.
Recordé el día del graffiti y la plática -Te entiendo, hace un par de semanas hice algo peligroso para mi salud y terminé castigado, pero se siente bien cuando una persona se preocupa de esa forma.
Hitoshi se sorprendió por lo dicho y dijo -Yo me subía al techo de nuestra anterior casa para ver el cielo mejor, saltaba del árbol al suelo, y muchas cosas más, tardé en comprender el por qué se asustaba papá…
Lo miré extrañado, ¿Techo? ¿Árboles?
-¿Qué edad tenías?- Pregunté curioso, el Sr. Aizawa tenía que haber sido muy joven cuando lo adoptó si es que era un niño.
-Tenía 7 años, fue el único que se dio cuenta o quiso ver que había un niño muerto de hambre en la calle- Dijo como si nada, no parecía afectado, bueno ahora tiene 15 años, pero las secuelas deberían quedar.
-Lamento haber preguntado- Dije con tristeza, tuvo que haber sido difícil y yo preguntándole en Navidad.
-No hay problema, pasó hace mucho y si no fuese por eso, papá no me habría adoptado- Dijo con una sonrisa de lado.
Asentí como respuesta, deseaba conocer un poco más a Hitoshi.
-Creo que somos de esos pocos casos que tienen la fortuna de conocer a buenas personas.
Hitoshi tenía la razón, desgraciadamente no todos tienen la oportunidad de ser adoptados por buenas personas o siquiera ser adoptado.
-Sin él, no tendría nada de lo que nunca imaginé tener- Respondí con una sonrisa.
No tendría una familia.
-Así que te gusta la pintura- Cambió el tema Hitoshi.
Me sonrojé, no podía ocultarlo gracias a Eri.
-Sí, estoy aprendiendo desde que conocí a Toshinori.
Estaba preocupado, su mirada se veía incrédula, él sabía algo.
Mierda…
-Es divertido pintar, relaja y te sientes feliz al ver el final- Dijo acercándose a un atril que sostenía un lienzo en blanco -Crear algo con tus propias manos e imaginación es una experiencia y travesía, da lo mismo si tardas un mes, el proceso es lo divertido, eso es lo que más me gusta.
Me sorprendí al escuchar aquello.
-¿Qué es lo que más te gusta de pintar?- Preguntó curioso, sus ojos eran enigmáticos.
¿Qué es lo que más me gusta? Hacer feliz a las personas…
No, ese es mi objetivo, el resultado…
-No lo sé.
Inclinó su cabeza hacia el lado y dijo -Algún día lo sabrás.
Quiero descubrir por qué me gusta pintar.
Luego de esa charla, comenzamos hablar de cualquier tema, es una persona divertida Hitoshi y por lo poco que hemos interactuado, no le temo, es raro, pero no lo veo como una mala persona.
No siento que terminará lastimándome, su mirada fría es sincera, pero bastante solitaria.
También es la segunda persona de mi edad que conozco, a la cual le gusta pintar… tal vez algún día pueda enseñarle una pintura.
-¡Volví!- Exclamó Eri apareciendo de la nada.
Di un pequeño brinco al verla, no esperaba que apareciera; me percaté que llevaba una pequeña maleta rosa, ésta tenía muchos stickers de unicornios, flores y arcoíris.
-¿Qué opinan de jugar a la estilista?- Dijo con una gran sonrisa.
-Está bien…- Acepté, no lo deseaba, pero a esa niña en definitiva no se le podía decir no.
Hitoshi soltó una carcajada; Eri agarró el brazo de su hermano y el mío hacia la sala de estar.
Al llegar, Eri dejó la maleta en el suelo, sacó dos almohadones del sofá y los colocó en el suelo.
Ambos nos sentamos en los cojines y la pequeña de cabellos plateados comenzó… al menos, no tiraba el cabello.
No sabía cuánto tardó, pero estaba siendo grabado por Toshinori, eso es cruel.
-Luego deberías hacer un cambio de look al tío Toshinori- Dije con una sonrisa mientras observaba sus ojos zafiro -Él aceptará encantado.
El rostro de Toshinori era un poema, no se lo vio venir.
Sí, podía ser un tanto vengativo en momentos como estos.
Cuando terminó la pequeña, miré a Hitoshi y vi su cabello, los dos no pudimos evitar reírnos de nuestros aspectos.
Miré a Toshinori y me percaté que sacó una fotografía.
-Ahora es su turno tío- Dijo Eri acercándose.
-Toshinori se verá muy bien- Dijo el Sr. Aizawa con una sonrisa burlona hacia su amigo.
-Son tan tiernos…- Dijo el Sr. Nezu con una cálida sonrisa.
Ahora fui yo quien lo grabó, pero mientras grababa él me sonrió con diversión e hizo algo con su celular.
Mi celular vibró de golpe; detuve la grabación extrañado, ¿Me envió la foto?; revisé el mensaje y palidecí.
Petirrojo:
Estás lindo en la foto.
Abrí la boca, luego fruncí el ceño y dije -¿L-Le enviaste la foto a Ochako?
Si fuera otra persona lo habría insultado.
-Tío- Escuché decir de parte de Hitoshi -¿Le envió una foto a la novia de Izuku?
Hitoshi rio al ver la sonrisa de Toshinori.
-¡No es mi n-novia!- Dije automáticamente y cubrí mi rostro con mis manos, sentía mis mejillas arder.
-¿Izuku tiene novia?- Preguntó Eri curiosa -¿Se van a casar?
-¿Q-qué? Y-yo…
-Aún es muy joven para casarse- Respondió Toshinori ante la pregunta.
-Toshinori, no seas cruel con el muchacho o diré cosas de la Academia- Dijo la Sra. Aizawa a nuestras espaldas.
Toshinori frunció el ceño -No te atreverías…
-Una vez este joven salió con varios alumnos, de la Academia, era primer año- Dijo con seriedad el Sr. Nezu -En la mañana cuando los cité y los regañé, vomitó en mi oficina por haber bebido demasiado.
El Sr. Aizawa comenzó a reír.
-Shota, no te burles que estabas tiritando en la oficina- Continuó mirando con seriedad a su hijo, luego miró a Eri, la cual aún arreglaba a Toshinori, y sonrió -Eri, tu papá también se ofrece para un cambio de estilo.
-¿Enserio?- Dijo emocionada -Le voy a hacer trenzas.
Nezu le sonrió a su hijo, era un hombre malvado -Sé que mi nieto es un chico que tiene un carácter ejemplar y no hará alguna tontería ¿Cierto?
Esas palabras que dijo, fueron más una dulce advertencia.
-No lo haré, puedes estar tranquilo- Dijo un tanto nervioso Hitoshi.
-¡Cuando sea grande no seré como papá!- Exclamó Eri mientras hacía un pequeño moño -Me voy a portar bien en la escuela.
-Claro que sí- Dijo el Sr. Nezu -Tu mamá era una alumna ejemplar, jamás se metió en algún problema.
-A mi me arrastraban Hizashi y Toshinori- Reclamó el Sr. Aizawa.
-Existe el no, así que tu también querías- Respondió al instante.
El de cabello negro no dijo nada, se quedó en completo silencio, no había ninguna excusa para aquello.
Pasaron los minutos y todos, incluyendo la Sra. Aizawa, terminamos con coletas desordenadas.
Me gustaba este ambiente cálido, tan familiar, tan alegre, era lo que siempre imaginé y más en una Navidad.
Algún día deseo tener todo lo que tienen en esta casa, quiero que Toshinori sea Nezu…
Negué en mi mente y recordé esos crudos recuerdos, aún tenía miedo a la palabra familia, pero sería bonito tenerla con Ochako…
Toshinori me “obligó” a sacarme una foto con él, dijo que la deseaba como recuerdo de nuestra primera víspera de Navidad.
La cena fue deliciosa, entre risas e historias de la juventud de los mayores en la Academia. Eri contándonos de como fue su primer año escolar.
Ni Hitoshi y yo hablamos de la escuela, lo mío era normal, pero él… ¿Será igual que yo?
Preferí hablar de las anécdotas con Toshinori y las salidas con mis amigas.
Había dos opciones, Hitoshi era o muy reservado, o no tenía amigos, pero se veía muy feliz, no parecía ser una persona solitaria.
No sabía cuál era, pero quería conocer mejor a ese chico de ojos purpuras, y quien sabe, tal vez ser amigos.
¿Tal vez debería presentarle a Shoto? Ambos serán compañeros en Yuuei…
Eran las once de la noche cuando nos marchamos a casa.
-¿Qué te pareció tu primera víspera de Navidad?- Preguntó con curiosidad Toshinori mientras conducía.
-¡Me encantó! Me divertí mucho- Dije emocionado, no podía ocultar lo feliz que me sentía -Muchas gracias Toshinori, creo que no sabes todo lo que has hecho por mi estos últimos días.
Toshinori me miró sorprendido y dijo -Creo que tu tampoco lo sabes.
Al llegar a casa sonreí, esta madrugada voy realizar un nuevo graffiti, espero que Toshinori no se de cuenta.
02:30 am
Saqué los sprays del ropero; me cambié el pijama por unos pantalones holgados y una polera negra; solté un suspiro, encendí la linterna de mi celular y bajé con mucho cuidado las escaleras, si Toshinori me escuchaba se arruinaría todo.
Cuando logré llegar al primer piso sin ningún problema, no pude evitar sonreír, paso uno, listo; me dirigí hacia el estudio, abrí la puerta con delicadeza e ingresé, cerré la puerta y encendí la luz, paso dos, listo.
Es hora de pintar.
Fui hacia la pintura incompleta de la Sra. Nana, tomé la foto, caminé a la muralla vacía y sonreí.
-Gracias Sra. Nana, hoy finalizaré su pintura.
Dejé la foto en una mesa y agarré las latas, esta madrugada volveré hacer un graffiti, pero será el primero legal y sin arriesgar mi vida de por medio.
Solté un suspiro, mordí mi labio y sonreí, no tengo que temer, todo saldrá bien.
Comencé pintar, no podía evitar pensar, ¿Qué sentía ella en este momento tan especial? ¿Estaba nerviosa?
Nunca lo sabré, pero la sonrisa de ambos lo decía todo, estaban felices y se amaban.
Por el pasar de las horas mis ojos pesaban cada vez más, solo me faltaba pintar los girasoles y mi firma.
Quiero que salga perfecto, deseo hacer feliz a Toshinori cuando la vea, quiero que la Sra. Nana sonría en dónde quiera que esté.
Deseo terminar esa linda pintura, ese es mi regalo de agradecimiento, sin ella yo no estaría aquí.
Sin ella jamás habría conocido en esa revista a Toshinori, mi meta en esa época era ser como él y fue la Sra. Nana quien lo ayudó.
Una vez terminado los girasoles, hice mi nueva y definitiva firma…
“Izuku Yagi”
Sonreí y admiré el graffiti; fui por pintura y pinceles, necesitaba detallarlos más…
Cuando terminé de pintar, miré la pintura y la foto, estaba perfecta; sonreí al ver los girasoles que hice alrededor de ellos, creo que es la flor ideal para ese día tan especial, refleja esa calidez del momento.
Abrí las ventanas y me di cuenta que ya estaba amaneciendo…
Mierda.
Al caminar me percaté de que mis pantalones tenían rastros de pintura amarilla y mis manos pequeñas pintitas de verde.
Salí del estudio, iba hacia la escalera, pero el sofá se veía más tentador que caminar…
Me dirigí hacia el sofá y me dejé caer en éste, no sé cuándo, pero mi mente fue llevada por Morfeo.
Estaba recostado en mi cama, era tan cómoda y cálida, pero un grito me despertó de golpe; preocupado abrí los ojos y me topé con una pequeña de unos 8 años, tenía cabellos castaños esponjosos y desordenados.
-Papi, ¡Santa llegó! ¡Santa trajo muchos regalos!- Dijo la pequeña emocionada, sus ojos caramelos eran muy expresivos -¡Se comió los bastones de caramelos y jugo que dejó mi hermana!
¿Qué clase de combinación es esa?
-¿Qué? ¿No es leche con galletas?
-Le dije eso, pero ella dice que eso da sueño, necesita más azúcar para estar bien despierto.
Sonaba bastante lógico.
Bostecé y bajé de la cama, la niña era muy insistente.
-¡Papá!- Gritó otra voz de una niña a lo lejos -¡El abuelo llegó!
¿Abuelo? No entiendo nada de lo que está sucediendo…
Salí de la habitación arrastrado por la niña hacia la sala de estar; nunca había estado en este lugar, pero era bonito y estaba completamente decorado, también había un enorme pino, el cual tenía muchos paquetes de regalos a su alrededor…
Esos eran muchos regalos.
-Llegué justo a tiempo- Dijo una voz bastante reconocible… Toshinori.
Me di la vuelta y me sorprendí al verle una barba blanca y arrugas alrededor de sus brillantes ojos zafiro; tenía un gorro de Santa cubriendo sus cabellos rubios.
-Abuelito- Exclamó la niña saltando en los brazos de Toshinori.
Todo era tan confuso, no entendía nada.
Una niña de unos 10 años, de cabellos rizados y castaños apareció cargando una bandeja con 4 tazas.
-¡Mamá hizo chocolate!- Dijo la pequeña, sonreía demasiado, pero cuando vi sus ojos verde esmeralda, lo supe.
Era mi versión femenina de pequeño, solo que sin las pecas y el color de cabello.
Sentí un poco de tristeza al ver que tenía mis ojos, los mismos que los de esa mujer, pero su mirada era tan distinta a la de ella, a la mía.
Se veía tan feliz y pura, una mirada que jamás ha visto el infierno, no pude evitar sonreír al pensar que esa pequeña vivía bien.
Mis ojos no se veían tan desagradables, porque esa mirada era igual a la de la persona que más amo en el mundo.
Acepté la taza y bebí del contenido, chocolate, cuanto amo su sabor.
Alguien besó mi mejilla, me di la vuelta y vi a mi dulce petirrojo, pero ahora más adulta.
-Feliz Navidad cariño- Dijo con una dulce voz, si bien sonaba como adulta, continuaba siendo igual de cálida.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Es un sueño?
Las niñas comenzaron a abrir los regalos, se veían tan felices, irradiaban alegría e inocencia.
Me gustaba ver esa imagen, era todo lo que nunca viví.
La más pequeña se acercó con un regalo y dijo -Papi, no puedo abrir este paquete.
Era tierna, era una mini Ochako, la única diferencia eran sus pecas…
Pecas, una de las cosas que más odiaba en mi rostro, ya que me parezco más a él.
Aunque debo admitir que a esa mini Ochako se le ven tiernas, son como esa constelación de pegatinas del techo de la habitación de mi preciado petirrojo.
Agarré el paquete y lo rompí para que ella lo terminase de abrir.
-¡Gracias papá!- Dijo con una gran sonrisa que hacía que sus pecas resaltaran más.
Ochako me abrazó con fuerza, esta situación era tan bella y a la vez aterradora.
Algún día me gustaría tener todo esto, pero me aterra demasiado.
Me aterra arruinarlo, que esas pequeñas y Ochako sufran.
Miedo.
Le temo a la felicidad, pero…
Es contradictorio, le temo, pero quiero tenerla y a la vez no.
Tengo 15 años, no entiendo por qué pienso tanto en esto, por ahora solo sé que mi familia es de dos personas y está bien.
Por el momento Toshinori y yo somos familia, tan solo tenerlo a él me basta, lo otro se lo dejaré al Izuku del futuro.
Atesoraré este sueño por el resto de mi vida…
11:35 am
Sentí mi estómago rugir, tenía hambre, pero no quería abrir los ojos; escuché la melodía del cascanueces y abrí los ojos de golpe.
Me levanté del sofá y vi a Toshinori observarme extrañado.
-¿Qué ocurre?
-Tienes pintura en el pantalón, estabas durmiendo en el sofá…- Respondió levantando una ceja.
Tragué nervioso, no pensará que nuevamente hui…
-Lo entenderás cuando lo veas y no, no pinte nada y no entres al estudio- Dije con rapidez, de golpe recordé que era Navidad y sin esperar su respuesta fui a mi dormitorio por los regalos.
Lo último que le mostraré es la pintura.
Rebusqué en el ropero, saqué los regalos y la carta; estaba un poco nervioso, temía que no le gustasen…
Bajé rápidamente hacia la sala de estar y me topé con regalos debajo del árbol, sabía que Toshinori me iba a regalar algo, pero era una imagen surrealista.
Jamás en mi vida creí ve algo como esto.
No pude evitar sonreír.
-¡Feliz Navidad Izuku!- Exclamó Toshinori con una sonrisa.
Me acerqué a él y dije animado -¡Feliz Navidad Toshinori!
Le entregué los regalos y la carta, lo último me ponía más nervioso que la misma pintura.
-Gracias Izuku- Agradeció con su usual sonrisa, para luego mirar la carta.
-Esa es para el final…- Susurré nervioso.
-Izuku, antes de abrir tus regalos revisa quién te los regaló.
Extrañado me acerqué a un regalo y leí el nombre…
Sentí un nudo en la garganta y sin previo aviso las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
De Santa.
Muchos dirán que soy infantil por llorar, pero jamás he vivido esta experiencia, la Navidad era una tradición tan lejana…
Y mis primeros regalos de Navidad eran de parte de Santa.
Tengo 15 años y Santa me trajo regalos por primera vez.
-G-Gracias Toshinori… eres la mejor persona que conozco, gracias por cumplir mi sueño infantil sin que lo supieras.
Las lágrimas aún caían por mis mejillas, Toshinori no sabía cuan feliz soy en estos momentos.
Rompí el papel de regalo y me sorprendí al ver que era una caja de zapatos…
No me digas que son.
Abrí la caja y sonreí, eran las zapatillas rojas que había visto en el centro comercial, Toshinori se había dado cuenta de que me gustaron.
Miré a Toshinori y sonreí -Gracias por el regalo.
-Sigue abriendo- Dijo con una sonrisa de lado.
Comencé a abrir distintos paquetes pequeños, chocolates de distintos sabores y marcas. Un paquete con bastones de caramelo.
Iba a engordar y no me importaba.
En otros paquetes había ropa, pero cuando abrí el último quedé con la boca abierta; Toshinori me había regalado una consola de videojuegos y también varios juegos.
Era muy costosa, de por sí las zapatillas son caras…
-Te mereces todo esto, no te preocupes por el costo- Dijo animado devolviéndome a la realidad, él lo sabía -Además, eres alguien especial para mi, me gusta regalarte cosas, no lo olvides nunca.
Asentí varias veces, odiaba cuando me deprimía en momentos como estos, odiaba hacerme sentir mal por cualquier cosa…
Debo ser fuerte.
-Voy a abrir el primero- Dijo Toshinori con una sonrisa.
El primero era el estuche con lápices, nervioso miré su rostro al verlo, ¿Lo verá feo?
-Gracias muchacho, aún no tenía y son muy elegantes, ahora pareceré maestro de verdad- Dijo entusiasmado, él estaba muy feliz por ser profesor.
-Espero que no disfrutes usar el lápiz rojo…
Toshinori rio y dijo -No seré amable en clases de francés.
Tragué nervioso, pobre de sus alumnos.
Abrió el álbum que no contenía los dibujos y lo miró extrañado.
-Yo… bueno, no tengo fotos de mi pasado y no me interesa tenerlas, pero quisiera tener un álbum de nosotros dos- Dije mirando mis manos -Una nueva etapa juntos...
No existían fotos mías de mi niñez, nada, esa mujer se deshizo de todo y no es como que me interese tener algo relacionado con ellos.
-Ábrelo…- Dije mientras jugaba con mis dedos, temía mirarlo a la cara.
Escuché un sollozo y dijo -Nos vemos bien en esta foto Izuku.
No pude evitar sonreír, era la foto de la graduación, quiero que sea la primera fotografía en nuestro álbum.
-Mañana voy a imprimir las nuestras con los moños…
Al escuchar eso lo observé suplicante, esas fotos me daban vergüenza.
Cuando vi sus ojos llorosos me sorprendí, no pensé que se iba a emocionar tanto por un álbum de fotografías.
-Izuku, no sabes lo feliz que me haces.
-Y usted tampoco lo sabe.
Ambos nos sonreímos, cada día siento que me parezco más a Toshinori.
Luego abrió el álbum con dibujos y me miró con curiosidad.
-Quise hacerte un regalo a mano…
Toshinori abrió el álbum y una sonrisa se formó en su rostro mientras contemplaba las pinturas.
-Es uno de los regalos más hermosos que me han dado, la última persona que me regaló una pintura hecha especialmente para mi… fue mi maestra- Dijo con los ojos llorosos -No comprendo cómo puedes creer que no sabes escoger regalos, cada regalo que me has dado me a hecho muy feliz pequeño.
No sabía que respuesta darle, por lo tanto, le dije intentando no demostrar mi nerviosismo -Lea la carta que escribí…
El rubio con delicadeza abrió la carta y comenzó a leerla.
Por el pasar de los minutos pude apreciar como las lágrimas caían cada vez más rápido; Toshinori sollozaba con cada palabra que leía.
Cuando terminó de leerla me observó fijamente.
-Gracias por haber cumplido el sueño de mi niñez y hacerme ver la Navidad como algo divertido- Dije con una gran sonrisa, no quería llorar -Soy muy feliz y espero pasar más navidades con usted.
El mayor se acercó a mi, se agachó y me abrazó con fuerza.
-Gracias- Dijo entre sollozos -Gracias por haber nacido y permitirme estar a tu lado.
Nacer, cuántas veces maldecí mi nacimiento, cuántas veces deseé no haber nacido, cuántas veces me sentí culpable por haber nacido…
No pude evitar llorar y abrazarle, se sentía bien ser apreciado y querido, en definitiva se siente bien querer estar vivo.
Al terminar de abrazarnos, decidimos preparar el desayuno/almuerzo, porque al parecer ya era la una de la tarde.
-Antes de comer, necesitamos una foto de nuestra primera Navidad, ¿Cierto?- Dijo Toshinori con una sonrisa.
Asentí varias veces, algún día no solo será este álbum, quiero tener cientos con Toshinori y mis seres queridos.
Nos sacamos una foto al lado del árbol, ambos alzando nuestros pulgares y con una gran sonrisa.
Una vez terminamos nos dispusimos a preparar la comida.
Mientras comíamos, Toshinori me observó y preguntó -Entonces, ¿Por qué tienes rastros de pintura?
Cierto, se me había olvidado.
Me levanté de la silla y dije emocionado -Vamos al estudio.
Caminé rápidamente hacia esa habitación, ya deseaba ver el rostro de Toshinori cuando viese la pintura.
Al ingresar me coloqué a un lado del graffiti para poder ver su expresión.
Toshinori quedó con la boca abierta al ver el graffiti.
-Este graffiti es un regalo para usted y para la Sra. Nana… yo deseaba terminar la pintura de ella, pero a mi modo- Dije observando fijamente sus ojos zafiros -Le debo mucho a ella, me habría gustado conocerla y agradecerle en persona por haber sido su maestra.
Le sonreí a Toshinori -Sin ella yo no estaría vivo, si no la hubiera conocido usted… yo no sería feliz como lo soy ahora.
Toshinori no habló, simplemente se acercó al graffiti en silencio.
-Gracias Izuku, a ella le habrías agradado, estoy seguro que la Sra. Nana te está mirando desde el cielo con una gran sonrisa en la cara- Dijo sin apartar su mirada del graffiti -Gracias por este regalo, ahora podré verla todos los días… también muchas gracias por haberme hecho feliz esta Navidad.
Se dio la vuelta, sonreía de oreja a oreja, pero las lágrimas caían.
-Gracias por haber aceptado mi mano ese día, sin ti mi vida sería aburrida y vacía, eres lo mejor que me a pasado en la vida…
Abrí los ojos sorprendido.
“Eres lo mejor que me a pasado en la vida”
Nunca imaginé que sería lo mejor para una persona, siempre he sido lo peor…
Me acerqué a Toshinori y le abracé, era la mejor Navidad que podía pedir, superó mis sueños infantiles.
Soy feliz y nadie va a arrebatarme esta felicidad, no importa lo que suceda, afrontaré los problemas que aparezcan en mi vida.
Basta de ignorar, sé que voy a llorar y sentirme mal, no es algo que mejoraré a partir de hoy, será un largo camino… pero ya no voy a permitir que las personas me digan cosas malas.
Tengo personas que están felices de mi existencia y no voy a permitir que me hagan sentir basura.
Nota
Capítulo largo, pero bonito, tardé semanas en hacerlo y lo amé.
Lloré mucho, demasiado...
Amo mostrar nuevas facetas de Izuku con Toshinori, el brócoli está creciendo.
Izuocha del futuro, con minis Ochako... ¿Se hará realidad? Todo depende de si quiero ser buena gente xD
Amé escribir a la familia Aizawa, todos se quieren mucho, son pjs que se lo merecen. ¡Nuestro Aizawa y Emi tenían que ser felices!
Eri es un sol y hay que cuidarla.
Aún no lo saben, pero Hitoshi se merece lo mejor del mundo ;-;
#UnfuturoIzuochaconhijas
#UnfinalfelizparaIzuku
#Eriesunsol
#Nezubestoabuelo
Dile no a este ser de luz:
Hasta el lunes 13 de marzo.
Capítulo 12: Tic tac, tic tac, tic tac... al fin alguien como yo.
Tic tac, tic tac, tic tac... 3 capítulos para el inicio del drama.
Pd: Han pasado 3 semanas desde que puse que faltan 6 semaD:
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