L.2 Capítulo 1
Veía la puesta de sol, el mar estaba tranquilo al igual que mi mente, la tormenta ya se había acabado, y con ello una nueva etapa en mi vida había llegado.
Pero ahora no era el único en esta historia, los hilos me conectaron con nuevas personas, nuevas historias, nuevas discusiones, nuevas amistades...
Sentí la brisa de febrero chocar contra mi rostro, coloqué mis manos en los bolsillos de mi sudadera y solté un suspiro, habían cambiado muchas cosas en mi vida, pero creo que aún no debo adelantarme, cerré los ojos y reí.
Nunca creí ser testigo de una nueva perspectiva de un mundo alejado de todo lo que he conocido, pero si sostengo esa mano sé que las nubes negras no volverán.
No volveré a soltar esa cálida mano.
Me di la vuelta y sonreí, pero creo que es mejor retroceder al inicio de mi nueva etapa, aunque aún estoy en el prólogo de esta historia.
Falta mucho para el epílogo, pero creo que este no será mi último atardecer...
O tal vez sí...
Apreté la mandíbula y solté un suspiro, pero estoy seguro que no todos los amaneceres tendrán un brillante sol.
Aún no estoy libre.
05/11/2018
02:45 am
El baño estaba completamente rodeado por el espeso vapor, se podía escuchar el relajante sonido del agua cayendo en la ducha, un baño completamente tranquilo y relajante, ignorando que hace tan solo un par de horas iba acabar con todo, que al fin esta historia amarga y sin sentido tendría una dolorosa resolución.
Solté un largo suspiro, el agua tibia de la regadera caía directamente en mi cabeza limpiando mi cuerpo de todo rastro de pintura, ese rojo y verde desaparecía siendo arrastrado lejos de mi piel, mis dedos estaban arrugados, pero prefería continuar encerrado en ese mundo donde éramos el agua y yo.
Una tranquila melodía que ayudaba que las lágrimas que se asomaban no fuesen visibles, pero encerrado solo en el baño con una cortina de vidrio completamente empañada por el vapor me alejaba del exterior.
No quería salir, sentía que si dejase ese refugio volvería a esa realidad, prefiero continuar bajo el resguardo del agua...
Siento miedo al pensar que hubiese pasado si el Señor Toshinori no llegaba, estaría muerto en la fría vereda de cemento esperando a que un transeúnte me encontrase cuando el sol comenzase a despertar.
¿Mi alma a qué lugar habría viajado? ¿Al infierno o al cielo?
Al recordar esa decisión me mordí mi labio inferior, me sentía culpable por haber tomado esa decisión, Ochako quería rescatar mi sonrisa, ella quería sostener mi mano y yo simplemente me negué a ese futuro destino con un final feliz.
Estaba cansado de todo, por primera vez creo comprender lo que muchas veces he escuchado y leído, esa palabra llamada egoísmo, ahora tenía a Ochako y a Jiro en mi vida, y las iba a dejar por esa decisión.
Escogí egoístamente mi resolución...
¿Es egoísta el suicidarse? ¿Es de cobardes o valientes escoger tu propia muerte?
Sentí una punzada en el pecho, tenía personas especiales, ya no estaba solo, pero ¿Por qué continúa siendo doloroso vivir? ¿Por qué ahora pienso que quitarme la vida será un poco egoísta?
Tengo al fin lo que siempre necesité, ¿Por qué no siento que es suficiente? ¿Por qué respirar aún duele? ¿Por qué no me siento feliz si ya no estoy solo?
Ahora tengo esa felicidad que hace mucho dejé de sentir, ahora hay personas que se preocupan por mí, pero continúo sintiéndome miserable.
Soy un maldito cobarde, le escribí una carta como despedida a Ochako, ella me quiere de esa forma que jamás pensé que sucedería y yo cruelmente confesé mis sentimientos en un papel.
Yo soy una mala persona, soy un egoísta que solo piensa en sí mismo y en su propio dolor, me encierro en el pasado y en mis demonios internos.
¿Por qué mi vida se basa en marcharme y dejar todo atrás? ¿Por qué esas voces no se marchan?
¡Sé que ellas no me dejarán solo! ¡Sé que esas voces mienten!
¿Por qué le sigo creyendo?
Soy un idiota...
Cubrí mi rostro con mis manos y comencé a llorar, quiero ser fuerte y caminar, el destino me está dando otra oportunidad para vivir.
"Prometo que no volverás a estar solo de nuevo"
El Señor Toshinori me ayudará, él no me dejará solo... al fin me sentiré protegido.
Recuerdo ese silencioso recorrido a casa, el Señor Toshinori bajando del automóvil y recogiendo algunas de mis prendas de vestir, por un momento pensé que me llevaría de nuevo a esa casa.
No quería volver a ver ese lugar, nunca fui feliz y jamás lo consideraré mi hogar, tengo miedo de vivir nuevamente en esa casa que era un completo infierno.
Cuando subió al vehículo cargaba una mochila con mi ropa, sentí que mi alma volvió a mi cuerpo, y me pregunté en qué lugar me hospedaría por el momento, tarde o temprano ellos me encontrarían y cumplirían con su deber.
En ese recorrido el Señor Toshinori dijo con un toque de seriedad, pero sin dejar ese tono de voz amable -Hoy te quedarás en mi casa y mañana haré unos cuantos papeleos-.
Lo miré extrañado al escuchar eso, no entendía la situación.
El semáforo cambió su luz a roja haciendo que el Señor Toshinori frenase, era extraño, pero pareciese que ese semáforo se detuviese en ese lugar para que él me hablase sin tener que estar preocupado por manejar.
-Te prometí que no te dejaría solo Midoriya, yo cumplo mis promesas- Dijo con determinación -Solo descansa y espera a que resuelva todos los problemas-.
Me sorprendí al escucharle decir eso, no tenía sentido, solo había hablado una vez con él...
-¿Cómo supo que estaría en ese lugar? ¿Cómo se enteró que vivo en esa casa?- Pregunté intrigado y recordé el vehículo y la sensación de las miradas.
El Señor Toshinori abrió los ojos y pensó detenidamente las palabras que me diría –Te he estado buscando con mi amigo, me interesó tu técnica de pintura que vi en las redes sociales y quise conocerte, pero no te encontré y bueno con mi amigo investigamos... debo admitir que fue demasiado fácil encontrar un poco de tu información-.
Lo observé esperando escuchar más, tenía sentido, él estaba buscando a Yamikumo...
-Pensé que encontraría a ese chico común y corriente, no me agradó mucho ciertas cosas que me enteré, y al parecer el destino quería que estuvieses en Yuuei y mi amigo se percatase de tu presencia- Sonrió con sinceridad –Creo que estaba de alguna forma destinado a conocerte y ayudarte, por lo tanto, hoy descansarás y mañana continuaremos con esa charla joven Midoriya-.
Sonreí, al parecer el destino siempre jugaba conmigo, no comprendía el verdadero motivo del por qué quería que continuase caminando en este recorrido rodeado de dolorosas espinas.
"Joven Midoriya"
Apreté mis puños y solté un suspiro, odiaba ese apellido, mi sangre, mi rostro y mi identidad está relacionado con ese monstruo, lo peor es que nada iba cambiar esa horrible situación.
Abrí los ojos, sí había una cosa que me ayudaría a desligarme de esa familia.
Lo observé con seriedad y dije con determinación -Señor Toshinori, por favor dígame solo Izuku-.
Ya no deseaba ser un Midoriya, si deseaba tener un nuevo camino solo seré conocido como Izuku.
Ese maldito apellido es el eterno recordatorio de que siempre estaré ligado a él y a ella.
El Señor Toshinori sonrió y dijo con un tono de voz suave –Entonces desde ahora te diré Izuku, siendo sincero me gusta más tu nombre-.
Sonreí al escucharlo decir eso, de seguro ya sabía todo lo que había ocurrido durante estos días, pero no quería continuar hablando sobre el tema, luego continuaríamos esa larga charla.
La luz verde se encendió y pisó el acelerador.
Yamikumo fue el causante de lo sucedido, sin él estaría muerto.
Escuché un golpeteo en la puerta provocando que volviese a la realidad.
-Izuku, ¿Estás bien?- Preguntó el Señor Toshinori detrás de la puerta –El vapor te va a sentar mal-.
Inmediatamente le respondí, a pesar de que no quería dejar el agua cerré la llave y abrí la cortina de vidrio, el baño estaba con una espesa capa de vapor, solté un suspiro y me sequé con la toalla, devuelta a la tormentosa realidad.
Salí del baño y respiré hondo, me alegraba que la habitación de huéspedes tuviera un baño incluido, aunque me sorprendía lo grande que era el dormitorio para no ser uno principal, bueno, es un hombre con dinero, puede darse esos lujos.
Me coloqué el pijama y me arropé en la cama, iba a ser una larga noche e incómoda noche.
Las horas pasaban y miraba fijamente el techo de la amplia habitación de invitados de la casa del señor Toshinori, tenía miedo de cerrar los ojos y despertar en mi cama esperando a que los servicios sociales me vengan a buscar, no quiero ir a ese lugar, no quiero continuar hasta los 18 años viviendo en la monotonía de estar allí y luego en la escuela...
Ambas serían una tortura que no podría soportar, pensarlo me causa escalofríos, no es como si ya no quisiera acabar todo, simplemente no quiero nuevas experiencias dolorosas.
¿Cómo se borró tan rápido esa felicidad que tenía?
Pensé que estaría mejor, pensé que Ochako me había ayudado, pero decidí soltar su mano.
Cerré los ojos y recordé su confesión, inmediatamente sonreí como tonto, la amaba, pero no podía hacerle eso a ella, aún no era el momento correcto para estar juntos.
Desearía tener hoy un lindo sueño, no esas aterradoras pesadillas...
El cansancio superó las preocupaciones y por fin fui a los brazos de Morfeo.
Todo estaba rodeado por una espesa neblina, me encontraba solo sin poder ver nada a mi alrededor, estaba asustado, comencé gritar por ayuda, pero nadie respondía, miré el suelo y me percaté que éste era de madera.
La niebla comenzó a disiparse lentamente y observé a mi alrededor, había varios caballetes y lienzos siendo pintados por distintos chicos y chicas de mi edad que vestían el uniforme escolar de Yuuei.
Nada tenía sentido, no podía ver sus rostros, pero uno de ellos me preguntó si estaba bien, asustado al notar que me veía miré mis manos, en una sostenía un pincel y la otra estaba manchada con pintura, sentí la falta de oxígeno, cerré mis ojos y comencé a sentir brisa en mi rostro.
Estaba recostado en el césped mirando el cielo despejado, sentía una extraña paz, estaba solo hasta que una joven con uniforme apareció bloqueándome la relajante vista.
No lograba ver el rostro de esa persona debido a la sombra que se formaba en su rostro.
"Te encontré Izuku, otra vez escabulléndote en recreo, los muchachos están buscándote"
Una sonrisa se formó y le respondí inconscientemente "No es necesario que les diga, al final siempre me encontrarás"
No podía controlar mi cuerpo y mente, era un mero espectador encerrado en mi propio cuerpo.
Con mi mano le señalé mi costado para que se recostara a mi lado, ella me hizo caso y se recostó para luego abrazarme.
"No puedo creer que en un mes diremos adiós a la vida academia" Dijo con tristeza "La extrañaré, es mi segundo hogar"
"No la extrañes, es solo un edificio, nuestros amigos continuarán estando con nosotros" Dije con tranquilidad.
¿Amigos?
"Pero no los veremos todos los días y ¿Si con el tiempo nos alejamos?" Dijo preocupada "No quiero decir adiós".
"Bueno, si ellos no están tienes a tu novio" Dije sin titubear "Te aseguro que no soltaré nunca tu mano, te lo prometí y es una promesa de por vida".
¿Novio?
Ladeé mi cabeza y la observé, era mi petirrojo "¿Qué ocurrió con mi novio de hace un mes que estaba preocupado por su futuro?"
"No sé, creo que mirar el cielo ayuda..."
Cerré los ojos y al abrirlos me desperté en una amplia y cómoda cama, el silencio era relajante, decidí cerrar nuevamente los ojos y continuar durmiendo, pero repentinamente algo saltó sobre mí, abrí los ojos asustado y la miré.
Una pequeña de unos cinco años de cabellos castaños y ojos verdes me sonreía divertida...
Esa linda sonrisa...
Ingresó en la habitación una hermosa mujer bien arreglada, tenía una melena castaña y ojos color caramelo, sin dudas se me hacía bastante conocida.
Ella se acercó a la cama y agarró a la niña en brazos con delicadeza.
"Esa es mi hija, despertando al bello durmiente, ahora arréglate rápido que debes desayunar para irnos a la galería"
"Quince minutos más, quiero dormir..." Dije agotado, no quería ir a ese lugar "¿Qué dicen si hoy nos quedamos los tres en casa viendo películas?"
La mujer frunció el ceño y me quitó las sábanas "¡Izuku, no eres un niño!"
La pequeña solo reía al ver a su madre levantándome "Mamá está regañando a papá".
"Och..."
Abrí los ojos de golpe, mi corazón palpitaba demasiado rápido, había sido un sueño demasiado realista, no lo comprendía, pero me gustó, no era como los usuales, éste era uno alegre que me mostraba un futuro donde Ochako y yo estaremos juntos...
Juntos, sentí un calor en mis mejillas, una familia con Ochako suena bien ¿Será posible que algún día suceda?
Sonreí al pensar en un futuro con ella, un futuro feliz...
Deseo aferrarme a esa felicidad.
Sentí el aroma de tostadas y café fuera de la habitación y comenzó mi estomago a sonar, miré el reloj digital de la mesita de noche, eran las 11:37 am.
Había dormido más de lo normal, pero no importaba, ese sueño lo valía...
Me levanté de la cama y me coloqué las pantuflas que el Señor Toshinori me había entregado anoche, era hora de bajar y saber cuál sería mi destino.
Caminé por el largo pasillo en dirección a la escalera, con cada paso que daba más miedo tenía con lo que me encontraría.
¿Qué ocurrirá con mi vida a partir de hoy?
"Te prometí que no te dejaría solo Midoriya, yo cumplo mis promesas"
Por primera vez en años volvería a confiar en un adulto, no quiero ser un cobarde, solo un paso a la vez, no todo debe ser rápido.
Bajé las escaleras deprisa y caminé hacia el comedor, miraba a mí alrededor y todo era colorido, tanto los muebles como colores eran llamativos, en cambio la casa en el exterior era blanca y moderna, se veía lujosa, pero no resaltaba como en su interior.
Al entrar al comedor vi a un hombre de cabellos largos y negros amarrado en una coleta, tenía una barba sutil, sus ojos se notaban cansados, estaba sentado en la silla observando en la mesa una pila de hojas, bebía al parecer café mientras sostenía un bolígrafo rojo, frunció el ceño molesto y tachó algo en una hoja.
Susurró la palabra "reprobado".
De una puerta salió el Señor Toshinori cargando una taza con un plato con galletas, al parecer esa puerta conducía a la cocina.
El Señor Toshinori me miró y sonrió -Izuku, despertaste justo a tiempo-, luego observó al hombre de coleta y dijo –Shota, deja de trabajar y come tu desayuno-.
El hombre dejó de ver las hojas y observó enojado al Señor Toshinori, al parecer iba a decir algo, pero se calló al verme.
-Tienes suerte de qué el niño está presente- Dijo con una voz rasposa al Señor Toshinori.
Al decir eso el Señor Toshinori comenzó a reír.
-H-hola...- Dije nervioso a ambos adultos.
-Hola, soy Aizawa Shota- Dijo el hombre sonriéndome -Al fin nos conocemos Izuku-.
Lo observé extrañado y recordé que el Señor Toshinori me investigó con un amigo.
¿Aizawa Shota? ¿Por qué su nombre se me hacía tan conocido?
-Shota es uno de mis mejores amigos- Dijo alegre el de cabellos rubios –Él es profesor de Yuuei y me ayudó a encontrarte-.
-Yagi eso no es tan importante- Dijo el Señor Aizawa cansado –Ve a cocinarle algo al muchacho y charlamos los tres como se debe-.
Debo admitir que el Señor Aizawa intimidaba bastante.
Al escuchar eso inmediatamente me preguntó que quería desayunar, le contesté que podía ser lo que él quisiera, sonrió ante la respuesta y se dirigió hacia la puerta de la que él anteriormente había salido.
El Señor Aizawa me señaló la silla, por unos segundos lo miré extrañado y luego entendí que quería que me sentase.
Me senté en silencio, no sabía que decir, hasta que miré las hojas.
-¿Qué son esas hojas?- Pregunté intrigado.
-Son las pruebas de un examen sorpresa que hice el viernes a mis alumnos- Dijo sin más -Como Yagi mencionó soy maestro, específicamente profesor de literatura de los jóvenes de primer año, también imparto uno de los talleres de arte del mismo grado-.
Sentí emoción al escuchar eso, pertenecía al área de las artes.
Sonrió al ver mi expresión y continuó -No creo tener el físico para enseñar clases de baile y mi voz al cantar no es lo suficientemente buena, en realidad cuando canto mi gato huye-.
Reí al escucharlo decir eso, pensé que sería alguien más serio y amargado, pero al parecer tenía sentido del humor.
-Siendo sincero nunca pensé en ser maestro en Yuuei, y en especial maestro de artes- Dijo mientras miraba el techo -¿No te ha ocurrido que amas algo y a la vez lo odias? En mi caso siempre sentir un amor odio a la pintura-.
Lo último lo dijo con amargura, pero luego sonrió -Aunque debo admitir que si no fuese por la pintura no estaría aquí, tal vez sería un treintañero amargado dedicándose a enseñar en una escuela rodeado de una amarga soledad-.
Abrí los ojos impresionado ante lo dicho, el Señor Aizawa era una persona bastante directa y al parecer no tenía problemas con decir lo que pensaba, aunque algo logré entender de él con esa breve charla...
Él había sufrido de alguna manera.
-Me gustan tus pinturas- Dijo con sinceridad –Estoy seguro que con el tiempo serás un excelente pintor-.
Me sorprendí ante lo dicho, creo que una leve sonrisa se formó en mi rostro, un maestro de Yuuei había dicho que le gustaba mi pintura.
Él no tenía por qué decirme eso, no estaba forzado a decir algo bueno de ellas.
-Aunque lo importante actualmente no es la pintura ¿Cierto Yagi?- Dijo el Señor Aizawa al ver ingresar al Señor Toshinori con un tazón con galletas y una taza.
-Claro, la idea ahora es comer- Dijo alegre dejando las galletas de chocolate y una taza con leche del mismo sabor, me observó al darse cuenta que miré la comida –La mayoría de la comida en esta casa se basa en chocolate...-.
Sonreí y le dije que me gustaba el chocolate.
Comenzamos a comer, ellos me contaban de anécdotas de sus vidas, y cómo se conocieron.
Mi yo de pequeño estaría desmayado en estos segundos, estaba desayunando con un maestro de Yuuei y mi ídolo...
Nada tenía sentido, de seguro era un sueño, pero no deseaba despertar.
-Shota, hoy es lunes ¿No deberías ir a trabajar?- Preguntó extrañado el Señor Toshinori.
Lunes... hoy era lunes.
-¡¿Es lunes?!- Exclamé preocupado -¡Debo ir a clases!-.
-Tranquilo, ya lo solucioné- Dijo sin más, luego observó al Señor Aizawa y sonrió -Shota, ya que al parecer tienes libre ¿Me quieres acompañar a Izuku y a mí para hacer los últimos trámites?-.
El Señor Aizawa solo soltó un largo suspiro y dijo con calma -Está bien, terminen de comer y vayamos-.
El Señor Toshinori me sonrió y dijo emocionado –Izuku, hoy es un nuevo comienzo para nosotros dos-.
No comprendía a que se refería con "nuevo comienzo", pero la emoción que vi en su mirada ese día me hizo sentir feliz.
En definitiva, el Señor Toshinori era una gran persona, una bastante excéntrica, pero eso no le quitaba lo bueno que es.
Este 5 de noviembre es el fin y el inicio de una nueva vida que me guiará por un mejor camino, de eso no tenía dudas.
Nota
He vuelto mis queridos lectores, aprobé todo, fue difícil, pero aquí estamos de vuelta con esta historia :D
Espero que les haya gustado, me puse a full escribiendo para lograr traerles un capítulo 💖
Ah y se titula L.2 porque significa Libro 2, lo hice así para que cuando publique no piensen que es un capítulo corregido :3
Además, espero que les haya gustado el sueño de Izuku, porque a mi me encantó escribirlo... hace mucho que no escribo algo positivo.
La pregunta del millón ¿Se hará realidad ese sueño? ¿Qué sucederá con Ochako?
Quién lo diría, que hace justo 3 años publiqué el capítulo 21 de Rescataré tu sonrisa.
Y hoy publiqué el capítulo 1 de su continuación, muchas gracias a todos ustedes por leerla y haber esperado la publicación.
Que la fuerza los acompañe, se despide Autora-chan 🦄💖🦋
#UnfinalfelizparaIzuku
#GrandeAizawa
#UnafamiliafelizparaIzukudelfuturo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top