Capítulo: 8
Midoriya Izuku
-Izuku, ¿Quieres ir a comer un helado?- Preguntó Ochako con su sonrisa angelical.
Es el momento de huir como cobarde y ponerle fin de una vez por todas a mi asquerosa vida o arriesgarme a comer un helado con Ochako.
Tengo miedo de ir con ella y divertirme... ¿Qué pasa si al siguiente día ella me ignora? ¿Y si hace esto porque soy patético?
Tengo miedo de que al día siguiente ella sea indiferente conmigo.
¿Me arriesgo?
-Está bien- Dije con un intento de sonrisa.
Tengo miedo, por favor alguien que me ayude a huir de Uraraka, no quiero descubrir al día siguiente lo que soy en verdad, un ser que no merece ser querido... porque eso es lo que soy, soy un ser humano inútil que no merece nada en este mundo.
Las cálidas sonrisas de Uraraka mañana se esfumarán, sus ojos acaramelados que me ven directamente a los míos sin rechazo alguno no me volverán a ver, porque ella esquivará con la mirada.
Me dio la mano y me arrastró a la heladería más cercana, ¿Izuku estás preparado para una futura decepción? ¿Quieres llorar? Quiero llorar por lo que pasará, porque estoy seguro que mañana se alejará, y será igual que todos, una simple sonrisa pasajera, a quien engaño sería una dulce sonrisa pasajera, porque su brillo no es simple.
Uraraka, tu irradias luz, lo se porque cuando uno está en la oscuridad por tanto tiempo como yo, lo sabe, pero dulce ángel yo ya estoy muerto por dentro, dudo que cualquier rayo de luz sea capaz de romper mis cadenas.
-Midoriya, ¿de qué sabor te gusta el helado?- Me preguntó Uraraka sin dejar de sonreír.
La observé y a penas audible dije -De vainilla...-
Patético, eso es lo que soy...
Todo pasó tan rápido, fue como un dulce sueño en el que no quieres despertar, un helado y una charla sin que me humillaran.
-Izuku, ¿Ya no deseas ingresar Yuuei?- Preguntó Uraraka interesada por sacar algo de información sobre mi.
La observé e intenté de mentir a la perfección -Ya no me gusta pintar, así que bueno ¿por qué he de ir?-
A quien engaño, yo deseo pertenecer a esa escuela, quiero pintar en lienzo y que la gente sepa que soy yo quien hace esas obras y que la policía no me arreste.
Pero no tengo talento, y aunque lo tuviera soy cobarde y patético.
¿Por qué le temo tanto al cariño? Porque estoy quebrado y no quiero que alguien me haga daño de nuevo.
-No se vale, yo quería asistir a la academia contigo- Dijo Uraraka decepcionada.
¿Quieres que este contigo en Yuuei? Uraraka, no digas cosas que al día siguiente olvides, porque aunque deseo morir no quiero otro rechazo, al menos no el tuyo.
Es doloroso tener el constante sueño de querer suicidarte, es horroroso tenerle miedo a alguien, y aún peor es aterrador pensar que si una persona te sonríe te traicionará.
Duele, me duele mucho el corazón, Uraraka, si supieras la felicidad y el miedo que tengo en estos momentos.
Me das miedo, porque te arrastraré a la oscuridad, pero lo que más me da pánico es despertar un día, llegar a clases y que me ignores.
Temo totalmente tu rechazo, pero por primera vez en mi vida me arriesgaré a aceptar tu sonrisa.
-Siento decepcionarte Uraraka- Dije triste, en verdad lo sentía, pero no por una cálida sonrisa mi destino cambiará, porque yo nací para quitarme la vida.
-No importa, no te puedo obligar a que vayas, pero ya que es un internado ya no podré hablar contigo...- Dijo Uraraka soltando un suspiro -Pero dame tu número y así en un futuro podremos charlar o enviarnos mensajes- continuó con una sonrisa.
¿Por qué quieres tener contacto conmigo? ¿Por qué intentas de hablarme si te traté mal y usé un apodo que te dio Kacchan?
No te entiendo Uraraka, pero quiero entenderte...
Voy a dar un gran paso, por favor, no me des la espalda.
-Enseguida te lo doy- Dije mientras sacaba mi celular, no me sabía mi número de teléfono ya que no lo encuentro necesario... después de todo, nadie me lo pide, ¿por qué he de memorizarlo?
-¡Genial!- Dijo llena de alegría.
¿Por qué tienes tanta alegría por obtener un número? ¿Uraraka, tu podrías ser mi última esperanza?
Cada quien se fue para su casa, corrección, yo me fui, Ochako se fue a la escuela.
Creo que mañana será un buen día, al fin podre soñar sin que aparezcan esos tormentosos recuerdos...
Un corte, dolor, dos cortes, olvido, tres cortes, me siento vivo.
No importa si me trató como un ser humano por unas horas, el rechazo que he sufrido todos estos años continua, las palabras y los golpes no se pueden facilmente olvidar en tan solo dos horas, pero al menos me hiso feliz.
Viernes...
Hoy es el día, el día en que abriré los ojos y comprenderé que no merezco vivir.
Llegué a clases y vi mi conejo, y ¿sonreí? si lo hice, se que mi pintura no es la gran cosa, pero verla allí en la pared me agrada.
Las clases fueron normales, Uraraka no decía nada porque la vez la castigaron por hablar en clases.
¿Felicidad? ¿Merezco felicidad? no, arruino a todos a quienes se acercan a mi alrededor, por mi culpa mamá esta así.
No merezco nada, yo no debería respirar en estos momentos, le haría un bien al mundo.
2 Horas
-Izuku, ven a comer con nosotras- Dijo Uraraka invitandome a comer con Yuki y Hinata.
Ire solamente por ti Uraraka, por tu sonrisa, y para nose ¿darme una oportunidad?
Una pisada, miedo, dos pisadas, lo estoy haciendo, tres pisadas, ¿cambiaré?, cuatro pisadas, no temas Izuku, cinco pisadas, una sonrisa angelical, seis pisadas, miradas de repudio, siete pisadas, largate, ocho pisadas, da la vuelta y vete del salón, nueve pisadas, huye y vuelve a tu mundo porque eres patético, diez pisadas, corre a la terraza...
Como en todo el mundo hay personas amables y gentiles, seres que ayudan y dan la mano al otro sin pensarlo, ese era Izuku hasta el día en que lo quebraron.
Hay personas gentiles y nobles que intentan de ayudar al mundo, pero están ciegos, viven encerrados en una burbuja, se hacen amigos de seres que son lo opuesto a ellos, crueles y despreciables, personas que disfrutan la humillación del débil.
Esa es Uraraka, sin darse cuenta llevó a Izuku a la boca del lobo, lo arrastró con su amibilidad a su propia tumba.
Uraraka es amiga de dos muchachas que se burlan a las espaldas de Izuku, que se alimentan de la desgracia ajena, personas que con su miradas rechazaron a Izuku...
Ochako no se dio cuenta, no vio o no quiere ver la realidad, porque en el fondo le teme a la sociedad y a sus problemas, ella no sabe lo que siente alguien como Izuku todo el tiempo y no quiere saberlo, porque la ignorancia es lo mejor, porque el saber te atormenta
El pobre de Izuku sufrió un golpe que lo devolvió a la realidad, a su realidad, una en la que él cree que no merece vivir.
No todos comprenden que la gente a su alrededor pueden ser las más crueles y quienes pueden fácilmente destrozar el alma de una persona.
El gran paso que Izuku dio, no sirvió de nada porque lo hicieron retroceder de vuelta a la oscuridad.
Y todo por unas miradas...
Una lágrima, dos lágrimas, tres lágrimas, el infierno.
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