Capítulo 33
Ochako Uraraka
22/06/2018
23:30 Pm
Estaba recostada en mi cama mirando fijamente las pegatinas de estrellas y planetas fluorescentes que se encontraban pegadas en el techo de mi dormitorio, sentía un extraño palpitar en mi pecho al recordar las palabras de Izuku.
Me era tan extraño pensar que él pudiese responderles de esa forma, sé que el Izuku del pasado lo hubiese hecho, pero el actual es una sombra del pasado, ¿Tan especial soy para él?
Mi lado romántico quiere creer que puede que le guste, pero sé que es imposible...
Debo dejar de imaginar cosas que no llegan al caso...
A veces no comprendo el motivo del por qué insultan a una persona por su apariencia, sé que no tengo una figura de modelo, y que tengo unos kilos de más, pero no creo que es de importancia adelgazar solamente por estética.
Si mi organismo está sano ¿Qué hay de malo tener mi físico?
Me siento orgullosa y bonita cuando me veo al espejo, las personas ya arruinaron parte de mi infancia por bromas e insultos hacia mi peso, no pienso permitir que arruinen mi adolescencia por sus propias complejidades.
Porque todos ellos tienen complejos, y como en la mayoría de los casos, lo mejor es buscar al más débil emocionalmente y quebrarlo a tal punto que éste se sienta inútil y "feo".
Lo que no saben todas esas personas, es que no existe la belleza física, no existe nadie feo y perfecto, pero si existen personas que en su interior son feas.
Porque sus formas de actuar son horribles, me dan asco tan solo pensar en esas personas.
Ellos son monstruos, adefesios mejor dicho.
Pero hay personas que son hermosas por dentro, y algunos seres monstruosos por motivos egoístas los destruyen.
Es el caso de Izuku, él es como una flor, tan frágil y hermosa, porque su espíritu a pesar de haber sido dañado sigue siendo el mismo.
Su gentileza es notoria, y estoy segura que ayudaría sin dudar a las personas, pero éstas mismas destrozaron la oportunidad de que el mundo tuviese el orgullo de tenerlo presente.
Ellos le quitaron la oportunidad de brillar.
Le quitaron su sonrisa.
¿Está mal odiar a la madre y al padre de Izuku? ¿Desear que sufran todos aquellos que lo destrozaron y orillaron al deseo continuo de quitarse la vida?
No puedo dejar de pensar lo que el mundo se está perdiendo...
Pero aún no es tarde, mientras el respire haré todo lo que esté en mis manos para rescatar su sonrisa.
Me abracé a misma y me hice un ovillo, quiero dejar de sentir ese palpitar al recordar el rostro de Izuku, quiero verme al espejo y cuando piense en él mi rostro no se convierta en un tomate.
No soy estúpida, sé muy bien, a pesar de nunca haberlos sentido, estos son claros indicios de ese sentimiento tan apreciado y temidos por muchos.
En mi caso le temo a este sentimiento que me abraza, no quiero sentirlos porque sé que solo me causarán dolor, pero solo por hoy saldrán estas palabras de mi boca.
-Izuku Midoriya me gustas, y desgraciadamente no como un amigo...-.
El silencio en mi dormitorio era el testigo de la aceptación de estos dolorosos sentimientos, porque sin duda serían rechazados con la máxima cortesía.
Porque Izuku temería amarme...
Sé que no debería gustarme un chico que tiene deseos de suicidarse, sé que sería una relación tormentosa, después de todo nada me confirma de que mañana vivirá.
No quiero estos sentimientos y temo que tarde o temprano termine completamente enamorada de él.
No quiero amarlo, pero es imposible no hacerlo.
El amor es doloroso en algunos casos, y desgraciadamente el mío es uno de estos.
¿Por qué debe gustarme?
Sentí las lágrimas caer por mis mejillas con el destino de llegar a mi almohada.
Por favor Dios no me hagas amarlo, porque sé que si eso sucede ambos sufriremos.
24/06/2018
08:30 am
Dormía tranquilamente, ignorando en mis sueños lo que en unas horas iba a ocurrir, no quería despertar por temor al fracaso, pero mi madre me despertó con su fuerte grito.
Saqué de mi ropero una falda verde, medias negras, una blusa blanca con lunares rosa pastel, unas polainas café claro, un polerón con cierre negro. Me los coloqué y busqué mis botas moradas.
Bajé al comedor con rapidez, a las nueve debía juntarme con Izuku en la estación de buses.
Me senté en la silla del comedor, y esperé a que mi madre sirviese el desayuno, mi mente solo podía pensar en la audición y las probabilidades de fracasar de una forma vergonzosa.
¿Y si se me olvida la letra? ¿Si me ahogo con saliva? ¿Si estornudo?
-Hija, deja de pensar tanto- Dijo mi madre interrumpiendo mis pensamientos -Todo saldrá bien, no debes preocuparte-.
Sonreí y asentí -Tienes razón, pero tengo miedo-.
-Es normal, pero debes tener confianza, naciste para cantar, no te rindas antes de luchar- Dijo mi madre animándome.
-Sí, pero debemos apurarnos, Izuku debe estar esperándonos, él es muy puntual y no quiero que se le pegue un resfriado- Dije preocupada.
-Entonces, comienza a comer o tu leche se enfriará- Dijo sonriéndome -Ya quiero conocer al chico que te gusta-.
La observé nerviosa y sentí calor en mis mejillas -¡No me gusta!-.
Mi madre me miró y se rio ante mi exagerada respuesta -Haré como que te creo...-.
Rodé los ojos y solté un suspiro, para luego beber de tazón de leche, tenía que pensar positivo y olvidar esos sentimientos si quiero lograr mi sueño.
Una vez terminado agarré mi abrigo rosa y salí con mi madre, hoy se daría un nuevo comienzo, lograría ingresar o no a Yuuei.
08:55 am
Íbamos caminando tranquilamente hasta que vi a Izuku sentado en una banca, corrí rápidamente hacia él y una vez al frente suyo vi que sostenía un tulipán azulado en sus manos.
-Hola Izuku- Dije animadamente a mi preciado amigo.
Izuku dio un pequeño salto al escucharme, me observó y dijo nervioso -H-hola Ochako...-.
-¿Cómo estás?- Le pregunté observando el tulipán que sostenía.
Mi amigo se percató que estaba observando la flor y se sonrojó.
-B-bien, es para ti- Dijo con nerviosismo y esquivando mi mirada.
Sonreí y sentí que mis mejillas se sonrojaron, no lo podía creer, Izuku me estaba regalando una flor...
Acepté la flor y le dije -¡Muchas gracias, Izuku es hermosa!-.
-¡De nada!- Dijo observándome detenidamente -Sé que te ira bien en tu audición...-.
Sentí que a mis espaldas que alguien tosió, me di la vuelta nerviosa y me encontré a mi madre con una pequeña sonrisa formada en su rostro.
-¿Y me vas a presentar a tu amigo?- Dijo mi madre divertida al ver mi sonrojo.
Izuku se levantó inmediatamente y dijo -Mi n-nombre es Midoriya Izuku, es un gusto conocerla Señora Uraraka-.
Mi madre sonrió y dijo -Encantada de conocerte Midoriya-, -¿Por casualidad sabes su significado?-.
-¿Significado?- Preguntó Izuku extrañado.
-El de la flor...- Dijo mi madre sin dejar de sonreír.
Izuku observó a mi madre y respondió -No tengo idea...-.
Mi madre nos iba a decir el significado, pero el autobús llegó justo a tiempo, algo en mi me dice que nos salvó a ambos de una vergüenza.
Subimos los tres al autobús, ya era hora, en una hora más daría mi audición.
09:30 am
Iba en el bus sentada junto con mi madre, la cual me sonreía y me hablaba tratando de calmar mis nervios, no podía creer que en aproximadamente treinta minutos llegaría a Yuuei para hacer la audición.
Tengo miedo de fracasar y que este viaje haya sido innecesario, además Izuku aceptó acompañarme, sería muy frustrante haberlo llevado a este lugar sin haber logrado ser aceptada.
¿Es posible estar tan nerviosa? ¿Es posible estallar por los nervios?
No lo sé, pero si fuese posible estoy segura yo ya no existiría.
Cuando se detuvo el autobús al frente de la Academia quedé absolutamente impresionada, ver Yuuei en persona era otra cosa, simplemente era otro mundo.
La Academia era sorprendente con su diseño gótico, simplemente era de otra época instalada en el siglo XXI, bueno después de todo tiene más de cien años, su patio verdoso y floreado bien cuidado demostraba el amor que le tenían a este lugar.
Sin dudas yo quería pertenecer a este lugar, algo en mi interior decía que yo pertenecía a esta Academia.
Creo que ya no tenía miedo en absoluto, porque sé que puedo lograrlo.
Mientras caminábamos observaba todo a mi alrededor hasta que me percaté que Izuku estaba demasiado callado.
-¿Qué opinas de Yuuei?- Le pregunté interesada.
Izuku me observó fijamente, su mirada se veía vacía y desanimada, no tanto como nuestro reencuentro, pero si podía notarse esa tristeza.
-Impresionante- Dijo fijando su mirada en la Academia -Espero que el próximo año no te pierdas, porque es bastante enorme-.
Sonreí ante lo dicho, Izuku ya daba por sentado que lo lograría, su fe en mi es demasiado alta.
-Ochako, sé que lo lograrás...- Dijo volteándose a verme -Y no lo digo porque eres mi amiga, simplemente debes cantar con todo el corazón y lograrás llegar a las personas, solo debes cantar como ese día en la azotea...-.
Abrí los ojos impresionada, ese era el Izuku que conocía, al fin podía ver al menos un poco a ese niño que me animó.
-Gracias...- Dije sintiendo un repentino calor en mis mejillas.
Miré a mi alrededor, y recordé todas esas pinturas en los murales, quien realmente pertenece a este lugar es Izuku...
Tras una larga caminata logramos ver el enorme auditorio, era ver un teatro, no podía creer que una Academia tuviese algo como eso en la misma propiedad.
-Mamá, es sorprendente...- Dije impresionada.
-Sí, y estoy segura que el próximo año asistirás a esta Academia- Dijo mi madre sonriéndome.
Cuando llegamos ingresamos a una parte del Auditorio y nos topamos con un grupo de muchachos de mi edad junto con sus padres, entre estos resaltaban tres muchachos, uno rubio de ojos azules bastante expresivo y con voz irritante, una colorina con una coleta ladeada de ojos verdes, la cual regañaba al rubio, y un muchacho de cabellos grises con dientes bastante filudos.
-Obviamente Kendo será aceptada- Dijo el rubio con un tono de voz engreído -Es mejor que la mayoría tocando el saxofón-.
-Solo tu quedas y los tres asistiremos a Yuuei, Monoma en el departamento de Artes y yo en el de Danza, y tu al de Música- Dijo emocionado el de cabellos grisáceos.
-Al de Arte y al taller de Teatro- Dijo el rubio sonriéndoles con superioridad.
La colorina sonrió ante la actitud de su amigo y dijo con determinación -Voy a dar lo mejor de mi y más y Monoma si tienes ese carácter no te aceptarán-.
El de cabellos grises comenzó a reírse ante el comentario -Espero que no pase o se quejará por tres años y tendré que soportarlo-.
Miré a Izuku y éste se notaba que miraba con curiosidad a los tres muchachos, pero principalmente a Monoma.
-¿En que piensas Izuku?- Le pregunté intrigada.
Él me observó y dijo -Quería saber la clase de compañero que tendrías-.
Al pasar los minutos salió de una puerta Jiro, la cual se podía ver con una enorme sonrisa formada en su rostro, cargaba la guitarra, pero al parecer no notó nuestra presencia y se dirigió hacia otra persona.
Izuku y yo fijamos nuestras miradas en el hombre y era el Señor Bakugo, había cumplido su promesa, inevitablemente sonreí alegre, le di la mano a mi amigo y nos acercamos a ellos.
-Hola Jiro- Dije animada -Buenos días Señor Bakugo-.
Jiro me miró y me sonrió -Hola Uraraka y Midoriya-.
-Buenos días muchachos- Dijo el Señor Bakugo.
El Señor Bakugo, a pesar de tener el mismo apellido que ese demonio, irradiaba amabilidad, todo lo opuesto a ese rubio teñido.
-¿Cómo te fue Jiro?- Preguntó Izuku nervioso.
-¡Excelente!- Dijo Jiro emocionada -Present Mic me felicitó-.
-¡En hora buena Jiro!- Dijo el Señor Masaru -Sabía que te saldría espectacular-.
-Felicitaciones Jiro, me alegro mucho por ti- Dije de forma sincera, espero con ansias que lo haya logrado mi amiga.
-Me alegro Jiro- Dijo Izuku -Te lo mereces-.
Conversamos por unos minutos hasta que se marcharon, ya que Jiro tenía que reposar y el Señor Bakugo trabajar.
De la nada la puerta se abrió y salió de ésta un hombre de cabellos rubios... era el mismísimo Present Mic en persona.
Tragué nerviosa, era mi turno y alguien con su talento me iba a calificar, todo dependía de él y de nadie más.
Present Mic miró a todos y fijo su vista en Izuku, abrió los ojos impresionado y sonrió.
-¿Uraraka Ochako?- Dijo en voz alta y firme.
Me acerqué a él y dije nerviosa -Yo soy Uraraka Ochako-.
-Excelente, pasa conmigo- Dijo de forma amble y con sonrisa enorme.
Al ingresar me di cuenta de lo enorme que era ese Auditorio, era sorprendente tan grande como un teatro y con cientos de butacas.
Present Mic se dirigió a la primera fila de las butacas y se sentó, luego señaló el micrófono.
Me dirigí al escenario y me coloqué frente al micrófono, solté un suspiro y lo miré, sentía mis piernas tiritar por estar al frente suyo.
-Tranquila Señorita Uraraka, no debe preocuparse, estoy seguro que le saldrá perfecto- Dijo con una voz calmada y sin borrar su sonrisa.
Asentí como respuesta y cerré los ojos, debía calmarme, solo tenía esta única oportunidad y no la debía desaprovechar.
-Puede empezar cuando usted quiera- Dijo con tranquilidad.
Sonreí y recordé las palabras de ánimo de Izuku, y esa bella flor, debía demostrarle que los sueños se pueden lograr, así que abrí la boca y comencé a cantar la misma canción que canté en la azotea.
Yo lo lograría, nunca antes había sentido tanta confianza en mi vida...
Una vez terminada la canción escuché los aplausos de Present Mic, y una enorme sonrisa de oreja a oreja.
-Excelente Señorita Uraraka, no entiendo el motivo del por qué tan nerviosa si tiene una hermosa voz- Dijo el hombre con una cálida sonrisa.
Sentí las lágrimas caer por mi mejilla al fin todo había terminado, solo tenía que esperar la carta.
-M-muchas gracias- Dije entre sollozos, no podía creerlo aún, alguien tan famoso como él dijo que tenía una hermosa voz.
Midoriya Izuku
23/06/2018
Mi querido petirrojo, mañana tal vez será el inicio de un nuevo capítulo en tu vida, el comienzo de la historia de la cantante Uraraka Ochako, y yo estaré presente como el espectador de tu triunfo.
Me nace la duda si yo podré ser uno de los personajes principales de tu historia, o si quiera seguir siendo un espectador, tal vez en poco tiempo me iré de esta butacas y partiré a otro lugar para descansar al fin de este tormentoso mundo.
Tu eres el único rayo de luz en este oscuro pozo llamado vida, y eso está mal, tú no deberías tener semejante peso, no te quiero atar, no deseo ser la persona que te encadene.
Si me preguntan quién es Ochako, diré que es la mejor persona que puedes conocer, que su voz es hermosa, que es alguien amable, que es preciosa por dentro y por fuera, que su sonrisa me ayuda a no caer nuevamente en la oscuridad, que su risa ilumina las noches más oscuras, que sus manos son suaves y transmiten cariño con cada toque que da, que ve la belleza donde no la hay, que te hace sentir bien contigo mismo, que sus abrazos cariñosos curan poco a poco las heridas, que es una Heroína sin capa...
Ella es mi Heroína, sin ella hubiera recaído...
No me gusta ese sentimiento, no quiero sentirlo, si me gusta ella terminará siendo lastimada.
¿No nos parecemos a nuestros padres? ¿Y si soy un jodido alcohólico que la golpea y abusa de ella de las peores formas?
No puedo enamorarme de ella, terminará tal vez muerta...
Pero ya caí en sus redes, aunque siempre me gustó, así que no he logrado escapar aún de éstas.
¿Quién diría que este primer amor de la niñez continuaría siéndolo? ¿Por qué debe gustarme románticamente?
Duele quererla y saber que no podré y no debo sentir amor hacia ella.
Un chico como yo solo será su perdición.
Solo por hoy saldrán estas palabras de mi boca.
-Ochako, eres mi primer y único amor-.
Caminaba por la ciudad en búsqueda de algún regalo para Ochako, mañana era su presentación y necesitaba algo que le diese ánimos.
Después de unos minutos me topé con una pequeña florería, y al percatarme de las hermosas flores supe que era el regalo ideal para mi petirrojo.
Ingresé a la tienda y compré un tulipán azulado, usualmente escogen regalar rojos, pero quería algo diferente, así que una vez comprado, me marché, pero bastante avergonzado, ya que la vendedora me preguntó si era para mi novia.
Jamás Ochako podría serlo, porque una persona tan pura como ella no debe estar con monstruos.
¿Por qué me debes gustar? ¿Cómo puedo deshacerme de estos sentimientos?
Duele mucho pensar que ella nunca me verá de esa manera, me duele el corazón al pensar lastimarla y tocarla como ese monstruo.
Ella dice que no soy como él...
Pero tengo la misma sangre de ellos, no solo físicamente me parezco a ellos, en el futuro puedo ser como ellos y no quiero eso.
No quiero herirla.
No quiero tocarla.
No quiero amarla...
Alguien deme una poción para eliminar estos sentimientos.
Dos almas se gustan, un amor imposible y tormentoso envuelve a estos dos jóvenes, no todos tienen la fortuna de tener un amor recíproco, pero el dolor de dañar y ser dañado ciega a estos dos adolescentes.
Una teme que muera y otro a herirla.
Un amor rodeado de enredaderas con gruesas espinas, ¿Quién será el que cargue las tijeras de podar? ¿Quién dará el primer paso?
24/06/2018
08:50 am
Estaba sentado en la banca de la estación de buses mirando la flor fijamente, no podía creer que estábamos a veinticuatro, hace unos meses me propuse vivir hasta este día, y ahora quiero mantenerme de pie, las cadenas y las voces continúan, pero quiero respirar al menos por ahora.
¿Le gustará a Ochako la flor?
-Hola Izuku- Dijo alguien repentinamente provocando que saltase por la impresión.
Subí mi cabeza y la vi, se veía hermosa y yo simplemente hecho un desastre, es imposible que alguien como ella se fijase de tal forma, a veces no puedo creer que quiera ser mi amiga.
Con nerviosismo respondí -H-hola Ochako...-.
-¿Cómo estás?- Me preguntó fijando su vista en la flor.
Sentí un calor en mis mejillas y cuello, de seguro estaba sonrojado, -B-bien, es para ti-.
Le tendí la flor sin mirarla a la cara, estaba preocupado de que la rechazase o la encontrase fea.
Ochako aceptó el tulipán y le dijo animada -¡Muchas gracias, Izuku es hermosa!-.
La observé inmediatamente al ver que le había gustado, y pude percatar que estaba sonrojada...
¿Sonrojada? ¿Por qué lo estaría?
-¡De nada!- Dije, me detuve unos segundos y continué -Sé que te ira bien en tu audición...-.
A las espaldas de Ochako apareció una mujer de unos cuarenta años aproximadamente, era alta, sus ojos eran de color avellana, y su cabello castaño le llegaba a los hombros, deduje que por el parecido debía ser la madre de ella.
Repentinamente ésta tosió y dijo con una sonrisa de oreja a oreja -¿Y me vas a presentar a tu amigo?-.
Me levanté y dije sin pensar -Mi n-nombre es Midoriya Izuku, es un gusto conocerla Señora Uraraka-.
¿Por qué dije Señora Uraraka? Tal vez ni siquiera sea su madre.
Soy un genio...
La Señora sonrió y dijo -Encantada de conocerte Midoriya-, -¿Por casualidad sabes su significado?-.
Excelente, no me equivoqué...
Un momento ¿Por qué dijo significado?
-¿Significado?- Pregunté extrañado ante lo dicho.
-El de la flor...- Respondió la mujer con un toque de diversión en la mirada.
La observé y respondí -No tengo idea...-.
¿Tendrá un significado negativo?
La Señora Uraraka abrió la boca, pero el autobús llegó justo a tiempo interrumpiendo su respuesta.
Los tres al autobús, no podía creer que iba a pisar Yuuei.
Hace años pensé que yo estaría en este bus para hacer la prueba de Artes.
¿Aún quiero asistir a ese lugar?
Imposible, alguien como yo jamás podría asistir a ese lugar.
Pero si tuviera talento ¿Daría la prueba?
Sí...
¿Aún me gusta el arte?
Sí, es lo único que me ayuda a alejarme de mis problemas...
¿Por qué debo odiarme tanto?
¿Por qué no? Haces infeliz a mamá, no mereces lograr algo en la vida...
Maldición, cállate de una vez.
10:00 am
Vi a Ochako ingresar a su audición, miré a mí alrededor, todos se veían felices con sus padres y amigos, algunos se notaban a simple vista que eran adinerados por las marcas de ropas que vestían, otros aparentaban con sus atuendos personas comunes y corrientes.
Escuchaba la irritante risa y petulante voz de ese rubio llamado Monoma, el cual me señalaba, era absolutamente desagradable, pero se calló debido a que una colorina lo golpeó en la cabeza.
Debo admitir que una parte de mi disfrutó que lo golpease...
Los monstruos son quienes disfrutan el dolor ajeno...
Me agobié y decidí salir del lugar sin hablarle a la Señora Uraraka, no estaba de ánimos de una charla, solamente quería desaparecer y calmarme.
Salí del auditorio y caminé sin rumbo por un camino de cemento para no aplastar el perfecto césped, a unos cuantos metros habían unos edificios los cuales por lo que tenía entendido eran los dormitorios en que dormían los estudiantes.
Era simplemente hermoso el lugar, tenía un jardín con rosales y otros tipos de flores, además un pequeño ¿Bosque?, no lo sé, pero eran bastantes árboles.
Me percaté que había una enorme pileta de agua en el centro, y mi curiosidad me obligó a dirigirme hacia ésta, al final de cuentas nunca más pisaría este lugar nuevamente.
No tengo el suficiente talento para asistir a este lugar.
Cuando estuve frente a ésta miré mi reflejo en el agua cristalina y suspiré al ver mi rostro, tenía ojeras marcadas debido a que anoche no pude dormir por los nervios que tenía al pensar el resultado de esta audición.
No sé si estaba asustado porque si algo malo le sucedía en la audición a Ochako, ésta no lograría cumplir sus sueños, o temía que hoy era el comienzo de mi despedida inevitable con ella.
Quiero que sea una cantante, pero temo no volver a verla...
De la nada al lado de mi reflejo pude ver el rostro de un hombre con un extraño peinado rubio, asustado me di la vuelta y lo observé detenidamente, su rostro y esos ojos color zafiro eran imposible de confundir con otra persona, era él...
Era Toshinori Yagi.
Una parte de mi quería decirle unas palabras, preguntarle muchas cosas, pero nada salía de mi boca.
-Hola, ¿Vienes a la audición?- Preguntó con amabilidad el hombre.
Mis nervios me ganaron y solo pude negar con la cabeza, ¿Cómo hablarle a tu ídolo de infancia?
-Entonces ¿Por qué estás en este lugar?- Preguntó extrañado el de ojos zafiro.
Tragué nervioso y dije sin parar -Mi amiga vino, en estos instantes ella está ahora audicionando, y bueno decidí salir para despejarme, ya que estar en un lugar cerrado tanto tiempo me agobia...-.
Y continué sin parar de hablar cosas que no tenían sentido, pero los nervios me superaban.
Me detuve al escuchar la carcajada del Señor Yagi, maldición, trágame tierra.
-Eres un joven muy interesante- Dijo el hombre sonriéndome -Mi nombre es Toshinori Yagi y tu ¿Cómo te llamas?-.
Abrí la boca impresionado -Si lo sé, usted es un reconocido pintor... y mi nombre es Midoriya Izuku-.
Maldición, mi lengua se trabó.
-Así que Midoriya Izuku- Dijo interesado -¿Y qué opinas de Yuuei?-.
-Es impresionante- Dije observando todo a mi alrededor -Cuando pequeño jamás pensé que sería así de enorme-.
Sonrió y dijo mientras observaba al cielo -Es lo mismo que pensé la primera vez que pisé este lugar, fue como ingresar a un mundo completamente diferente a lo que había conocido en esa época-.
Lo miré intrigado ante lo dicho, ¿A qué se refería?
-Bueno la infraestructura por fuera es completamente diferente a cualquier Academia- Dije recordando el auditorio y la estructura de la Academia -Además no en todas partes tienen su propio teatro-.
-Tienes razón, en mi escuela no había ninguno- Dijo el señor Yagi sonriéndome -Pero lo que es absolutamente distinto son los estudiantes, ninguno se parece entre si, pero todos tienen algo en común... quieren ser los número uno-.
Lo observé fijamente y fruncí el ceño, no todos deseaban ser los número uno, Ochako no lo deseaba en absoluto, por lo tanto, sin pensarlo dije -No creo que todos piensen eso, algunos simplemente quieren cumplir sus sueños por motivos más profundos-.
Me observó intrigado y me preguntó -¿Qué motivos?-.
Esquivé su mirada y recordé uno de los tantos motivos del por qué dibujaba cuando era pequeño, y sin miedo alguno lo dije -Hacer felices a las personas...-.
Lo que más adoraba era sacarle una sonrisa a mamá cada vez que le regalaba un dibujo...
El señor Yagi sonrió de oreja a oreja ante mi respuesta y dijo -A pesar de ser una institución reconocida en el mundo del Arte, no todas las personas la conocen, usualmente saben de ésta son quienes investigan o están interesados en algún tipo de enseñanza que ésta instruye ¿Y a ti te interesa la música, la danza o... el arte?-.
Abrí los ojos incómodo y toqué mis muñecas nervioso.
Pintar... pero soy un asco.
-No, no me interesa nada de eso- Le respondí sin mirarle a la cara -Además no soy muy bueno en esas cosas... jamás podría asistir a este lugar-, continué, pero lo último lo dije en voz baja.
Miré al Señor Yagi y me miró como si no me creyese, como si supiese algo...
Pero era imposible ¿Cierto?
-Entonces ¿Por qué sabes de ella?- Preguntó interesado y con una ceja alzada.
Abrí la boca y pensé rápidamente alguna mentira, pero no vino nada a mi mente, así que dije -Hace mucho pensé que este mismo año pisaría este suelo para presentar una prueba, pero la realidad cayó en mis hombros y me di cuenta que era absurdo ese sueño-.
El Señor Yagi colocó su mano en su pera y dijo -¿Por qué absurdo?-.
-No todos tienen el talento para ingresar aquí- Dije sin más.
-Obviamente- Dijo tajante y con seriedad -No todos pueden entrar aquí, no todos pueden ser artistas calificados para Yuuei-.
Miré al suelo, sabía la realidad, pero era más doloroso escucharlo de parte de él.
-Solo quienes tienen pasión y amor por su arte pueden ingresar- Dijo con seriedad -Esos son los artistas que pueden ingresar a este lugar, ni con todo el dinero del mundo o todo el talento del mundo te abrirá las puertas, a menos que el Director Nezu vea que hay algo especial-.
Alcé mi mirada y dije -¿O sea las personas sin talento pueden ingresar?-.
El Señor Yagi sonrió y respondió -El talento a veces está sobrevalorado, quienes se esfuerzan son más interesantes, quienes tienen las agallas y el deseo de lograr ser un artista-.
Sentí por primera una oportunidad de llegar a ser alguien, pero no sirvo si no tengo agallas, soy un cobarde, esa pasión y sueños de querer lograr ser un artista desaparecieron hace mucho.
-Me tengo que ir, algo en mí me dice que nos volveremos a vernos joven Midoriya- Dijo con una leve sonrisa.
-Adiós, Señor Yagi, fue un placer conocerlo- Dije de forma sincera.
Antes de irse el Señor Yagi dijo -Veo algo especial en tu mirada, en diciembre nuevamente se abrirán las pruebas, tal vez para ese entonces esa venda que tienes en los ojos se caerá al suelo-.
Cuando se marchó me quedé reflexionando por unos minutos y me marché devuelta al auditorio.
Mientras caminaba tranquilamente pensando en lo sucedido no me di cuenta que había una persona caminando en mi dirección contraria, por lo tanto, chocamos y caímos directo al suelo.
Me levanté rápidamente y le ofrecí mi mano para ayudarle a pararse, éste la aceptó y se levantó calmadamente.
Lo observé por unos segundos, era un muchacho alto, aparentaba un par de años más que yo, su tez era pálida, su cabello era de un tono azul oscuro y desordenado, sus ojos eran un poco rasgados y negros, y sus orejas eran extrañamente puntiagudas.
-Lo siento- Dije nervioso.
Él me miró extrañado y me dijo en voz baja -No importa...-.
-¡Tamaki!- Gritó una voz masculina a lo lejos.
Miré hacia mi lado y vi cómo se nos acercaba a una gran velocidad un muchacho de tez bronceada, alto y por sus brazos demostraba que se ejercitaba bastante, su cabello era corto y rubio, y de ojos azulados, y me percaté que le faltaba una mano.
Al lado de éste le seguía una chica alta, de tez pálida, ojos azulados, su cabello era tan largo le llegaba hasta las piernas y era celeste.
Cuando ambos llegaron la chica preocupada le dijo al muchacho -¿Te dolió? ¿Te quebraste algo?...- y así sucesivamente.
Hacía tantas preguntas que el muchacho apenas lograba responder una.
-¡Estoy bien!- Exclamó el joven cansado de las preguntas.
-Me alegro Tamaki- Dijo aliviado el rubio mostrándole una enorme sonrisa.
El de cabellos negros se sonrojó y comenzó a balbucear unas cosas, la peliceleste comenzó a reírse ante la actitud de éste.
Incómodo decidí irme al auditorio, pero una mano me detuvo, me di la vuelta y vi que el rubio me estaba agarrando del brazo.
-¿Estás bien?- Preguntó preocupado.
-E-esto...- Tragué nervioso -Sí, estoy bien-.
El rubio sonrió y dijo -Me alegro, mi nombre es Togata Mirio-, señaló al de cabellos negro -Él es Amajiki Tamaki y ella es Hado Nejire, somos estudiantes de segundo año-.
No alcanzó a terminar, ya que la de cabellos celeste le interrumpió -Ellos dos son del departamento de Arte y yo soy del de Danza ¿Eres uno de los chicos que vinieron a la audición para el departamento de música? ¿Por qué tienes solo cuatro pecas en cada mejilla y están bien alineadas? ¿Y cómo te llamas?-.
La miré extrañado ante la última pregunta y dije -Mi nombre es Midoriya Izuku, y solamente acompañé a mi amiga... y no sé tengo idea ante la última pregunta-.
-Midoriya, creo que te has perdido, porque estás un poco lejos del auditorio- Dijo Togata señalando hacia mis espaldas.
-No me perdí, resulta que quise tomar un poco de aire y me alejé bastante- Respondí inmediatamente.
-Okey, pero debes tener cuidado, puedes perderte- Dijo el rubio sonriendo -Y espero que tu amiga sea aceptada-.
-Eso espero...- Dije pensando en que Ochako ya debía haber terminado.
-¿Y cómo se llama?- Preguntó Nejire intrigada.
Le respondí sin pensarlo -Uraraka Ochako-.
-Que interesante nombre...- Dijo la peliceleste y antes de que me preguntase algo la interrumpí.
-Bueno, me tengo que marchar, ya que de seguro terminó y se va a preocupar- Dije despidiéndome.
-Fue un gusto Midoriya- Dijo el rubio.
Cuando me di la vuelta escuché decir de parte de la de cabellos celestes -¿Cómo les fue en su cita para de tortolos?-.
-Silencio Nejire- Dijo Tamaki preocupado como respuesta.
Ellos eran un grupo interesante, tal vez en otro mundo donde yo tenga ese valor y talento podría ser amigo de ellos...
2 semanas después
Ochako lo había logrado, su carta de aceptación había llegado, nunca la había visto sonreír de esa forma, mi petirrojo merecía pertenecer a esa Academia, pero significaba solo una cosa...
Ella ya no estaría a mi lado con sus sonrisas y abrazos, pero si ella es feliz yo seré el hombre más feliz del mundo.
De regalo esa noche por primera vez en años pinté algo sin ese deseo de olvidar lo que sucede en mi vida diaria...
Mamá, la escuela, papá, nadie provocó que quisiese dibujar es noche.
Éramos las pinturas, el mural de una cafetería y como testigo la luna menguante del dibujo que transmitía todo mi cariño y agradecimiento hacia Ochako.
Un prado repleto de distinto tipos de flores con un pequeño petirrojo y un conejo verde mirándose, como si estuviesen charlando.
Por primera vez no sentí asco al ver mi pintura, no busqué las imperfecciones, no escuché esa voz, era una pintura para ella y nada podía arruinarla, ni siquiera mis más oscuros pensamientos.
Aunque ella no lo sepa, mis sentimientos que nunca confesaré están plasmados en ese mural...
Cuando le mostré la pintura estaba nervioso ante su mirada.
Ochako me gustas y creo que me permitiré quererte en secreto, porque temo que algún día me convierta en mi padre y te lastime de alguna forma...
No quiero que sufras lo que mi madre sufre diariamente.
No quiero que te hospitalicen.
No quiero abusar de ti.
Porque te quiero demasiado me quedaré callado por ti.
Continuará...
Nota
Próximo capítulo será el "cierre" de la historia de un personaje, sucederán cosas que tal vez no pensaron que escribiría y una venganza que se deseó en su tiempo.
*Todo lo de Izuku y este poco de fluff de Izuocha no estaba planeado, pero como que me nació al ver esa imagen, y me dije debo darles Izuocha a mis queridos lectores porque son buena gente.
*Ambos se gustan un aplauso, porque decidí escribir la parte de Izuku(¿?)
*Si está el shipp MiriTama, y tendrá su extra más adelante, pero tranquilos a quienes no les gusta ese shipp o el yaoi, no interfiere en nada en la vida de nuestro Izuku.
*Y espero que quienes estén interesados en ese shipp lo disfruten cuando lo publique.
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