Capítulo: 21
Miedo, mucho miedo, papá está golpeando a mamá de nuevo... ¿qué hago? ¿por qué soy tan débil? ¿por qué no puedo defenderla?
Era imposible ser su héroe, tan solo tenía 4 años, ¿cómo podía sacarle una sonrisa?... era difícil porque ella lloraba mucho, lloraba hasta quedar seca como una pasa, pero un día supe como lograr hacerla sonreír... dibujando, ella veía mis dibujos y sonreía, pero papá los rompía... era un ciclo sin fin, uno eterno y doloroso.
¿Por qué soy tan débil? ¿Por qué soy tan llorón? ¿Por qué no puedo sonreír? ¿Por qué me intenté arrancar la vida? ¿Por qué soy tan repugnante? ¿Por qué todos son así conmigo? ¿Por qué mi madre es alcohólica? ¿Por qué me autolesiono? ¿Por que nadie me rescató cuando era un niño?
¿Por qué soy un cobarde? ¿Por qué soy tan cruel? ¿Por qué me debo ocultar bajo la cama? ¿Por qué debo ser un demonio? ¿Por qué hiero a las personas? ¿Por qué tengo miedo abrir la puerta? ¿Por qué mi madre es drogadicta? ¿Por qué nadie me rescató cuando era un niño?
¡¿Por qué no existen los héroes?!
¡¿Por qué no existen los héroes?!
Así es, los héroes no existen, si existiesen yo hubiera sido rescatado y jamás le habría hecho daño a Deku...
Si los héroes existiesen yo jamás le habría hecho sufrir, estoy seguro que si alguien me hubiera salvado yo no habría destruido a Deku...
05/03/2007
Era mi primer día de clases, tenía miedo de no agradarle a los demás niños, ya que nunca me había acercado a otros niños de mi edad, pero sabía que debía demostrar lo contrario, porque llorar es para niñas, así que debía ocultar esos sentimientos, sepultarlos... no iba a ser difícil, intenté creerlo, pero dolía mucho, por lo menos aún estaba mi sitio favorito para llorar... debajo de la cama, era mi refugio, mi mundo lejos de la sociedad...
Ahora con 14 años no quepo debajo de mi cama, ahora mi refugio es mi dormitorio, en el que uso un candado en la puerta y uno en la ventana... y todo es gracias a él.
Había un niño pecoso con ojos esmeraldas, podía notar en su mirada tristeza, pero no porque su mami se iba, sino por algo distinto, ¿podía ser como yo? ¿alguien sufría como yo? ¿Era un niño malo al sentirme feliz por eso?
Yo estaba feliz no porque ese niño sufría, sino que había alguien de mi edad que compartía el mismo dolor, alguien que me comprendería... un ¿amigo quizás?
Fui directo hacia él, y me presenté.
"Soy Bakugo Katsuki" Intenté sonar rudo.
Él sonrió y me dijo "Soy Midoriya Izuku"
Así empezó nuestra amistad, eramos amigos, pero nos volvimos mejores amigos cuando descubrimos que ambos teníamos algo en común... dibujar.
Eso le arrebaté y me arrepiento.
Dibujabamos y nos alababan, esto provocó envidia de otros niños. Siempre defendía a Izuku, yo era más fuerte... fuerte físicamente, porque yo estaba completamente quebrado por dentro.
Luego entendí que Izuku y yo no eramos amigos, eramos hermanos, lo descubrí por los moretones que tenía en sus brazos... su padre lo golpeaba al igual que mi madre lo hacía conmigo, ambos estabamos relacionados en eso, yo tenía que protegerlo de ese hombre...
Al final yo era quien se debía defender de ese hombre.
Fui a la casa de Izuku, bueno todo el tiempo iba a jugar, pero no me quedaba a dormir, porque el padre de él me obsevaba de una forma extraña.
"Kacchan, me gusta Uraraka"
Allí fue cuando descubrí que mi amigo, mi hermano, algún día me lo arrebatarían... no podía permitir que ella se llevara a mi pilar.
"¿Te gusta la cara redonda?"
Y ese día comencé a molestar y hacerle la vida un infierno a Uraraka... ella debía alejarse, Izuku era mi amigo, mi mundo...
Pero éste la defendió, y desde ese día quebré y destrocé a Izuku, porque él me traicionó...
¿Qué sería si yo no hubiese atormentado a la cara redonda?
¿Qué hubiera sucedido si Kacchan hubiese sido amable con Uraraka?
Lo que tuvo que haber sucedido.
Un niño pequeño de cabellos verdosos y ojos esmeralda se encontraba charlando con un niño que aparentaba su misma edad, éste tenía el cabello rubio ceniza y sus ojos eran iguales a dos rubís.
-Kacchan, me gusta Uraraka- Dijo el niño de cabellos verdes, con un leve sonrojo en sus pecosas mejillas.
-¿Te gusta Uraraka? ¿Por qué?- Preguntó el otro niño intrigado.
-Me gusta su personalidad, y su sonrisa, además es bonita- Dijo el niño con el rostro aún más rojo.
-¿Por qué me lo dices?- Preguntó el niño de ojos rubí.
-Porque eres mi mejor amigo, además deseo que ella juegue con nosotros... ¿puede?- Preguntó el niño pecoso a su amigo.
Kacchan se le quedó observando, se podía notar que a él no le agradaba la idea de integrar a Uraraka al grupo... pero vio los entusiasmados ojos de su amigo y le dijo "Está bien Izuku, puedes invitarla, pero dile que están prohibidas las muñecas"
Izuku observó a su amigo y asintió, -Kacchan, eres el mejor amigo que alguien puede pedir-.
Lo que no sabía Izuku o no entendía, era que Kacchan temía que Uraraka los separace, porque para éste, él era su mejor amigo, su hermano... y ella podía arrebatarcelo.
Kacchan, tuvo que soportarla, a veces le daban ganas de golpearla, pero se contenía por su amigo... aunque con otros niños no, a él no le nacía ser un niño "amable".
Pasó el tiempo y Kacchan al fin logró soportar a Uraraka, ahora podría decirse que eran una especie de amigos, aunque muchos dirían que parecen más enemigos que amigos...
Izuku y Kacchan descubrieron que Uraraka cantaba muy bien, por lo tanto, incitaron a que ésta hiciera la prueba para ingresar al departamento de música en la academia de artes de Yuuei.
Los tres niños estaban unidos en una grandiosa amistad...
La amistad de Izuku y Kacchan se fortaleció, esto es debido a que el último le contó como era su vida, sobre lo que su madre hacía... todo, no habían secretos entre ellos dos.
Un joven de cabellos verdes y ojos esmeralda corría rápidamente, una enorme sonrisa, se veía emocionado y lleno de alegría, puesto que hoy era el primer día de clases...
-¡Kacchan, espérame!- Gritaba el peliverde a un muchacho de cabellos rubios ceniza y ojos rojos como dos rubís, el cual iba a unos pasos más adelante.
-Corre, no pienso detenerme- Dijo sin dar la vuelta para verlo.
-Está bien, pero al menos deja de correr- Dijo éste a duras penas por lo agotado que se encontraba.
Kacchan se detuvo y dijo serio -Izuku, tu fuiste quien tardó en llegar-.
-Si lo sé, pero es que me desvelé dibujando mi nueva obra de arte...- Dijo Izuku entusiasmado.
El rubio lo observó y le preguntó serio -¿Qué te dijo tu madre hoy?-.
Izuku miró el suelo y dijo triste -Lo típico, ¿Y la tuya?-.
Kacchan dio una sonrisa amarga -Lo típico-.
-Kacchan, debemos ser fuertes, recuerda que en julio vamos a hacer la prueba para obtener la beca para ingresar a Yuuei, ¡Y al fin seremos libres! ¡Ya nadie nos hará daño!- Dijo Izuku intentando de alegrar el ambiente.
-Tienes razón, seremos los mejores pintores, superaremos a Toshinori Yagi- Dijo Kacchan con una leve sonrisa.
-¡Kacchan, además escuché que nuestro profesor del departamento de arte será el genio Aizawa Shota!- Dijo Izuku bien efusivo.
-¡Muchachos!- Dijo una voz femenina a lo lejos.
Izuku reconoció la voz de la joven y su rostro se volvió rojo como un tomate, Kacchan al ver el color del rostro de su amigo, tuvo que evitar reír...
La joven tenía el cabello un poco más arriba de los hombros y era de color castaño, sus ojos eran acaramelados y sus mejillas eran de un leve tono rosa.
-¿Están entusiasmados por nuestro último año en esta escuela?- Preguntó la muchacha entusiasmada.
Izuku con una enorme sonrisa dijo -Sí, finalmente es nuestro último año, finalmente postularemos a Yuuei...-.
-¡Si los tres seremos los mejores de Yuuei!- Dijo la joven agarrando de los brazos a Izuku y a Kacchan.
De repente la joven desapareció, y todo se volvió negro, solo estaban Kacchan e Izuku...
"Lo siento, lamento haberte provocado todo esto" Decía Kacchan con los ojos llorosos.
"¿Por qué pides disculpas Kacchan?" Dijo Izuku extrañado.
Kacchan lo observó y dijo llorando "Lamento hacerte daño, pero eres igual que él".
"¿Qué te pasa Kacchan? ¿Por qué todo está negro? Kacchan tengo miedo" Decía asustado el joven de ojos esmeraldas.
"Tu no deberías estar aquí, yo debería estar en tu lugar... no, yo debería estar muerto" Dijo entre sollozos.
"¿Muerto?" Fue lo último que dijo Izuku para luego volverse todo blanco.
Es interesante como las cosas cambian con una sola palabra, como la vida podría haber sido distinta por actuar de otra forma, como podría haber sido todo mejor...
Lamentablemente Kacchan tomó otro camino, otra frase y por ende otra acción.
La vida de Izuku podría haber sido mejor, y Katsuki no se sentiría como un demonio, él no se odiaría...
Es triste, su amistad fue quebrada por el miedo a perder a su amigo... pero Izuku ¿alguna vez le preguntó a Katsuki por qué era así con Uraraka? Tal vez si le preguntase de forma seria y no temerosa, él le hubiera dicho...
Izuku cometió un error, no pudo ver los miedos de Katsuki, éste solo podía ver el otro lado de él, veía a un niño seguro, agradable, protector, su héroe... nunca intentó sacar la máscara que Kacchan usaba, nunca se dio cuenta de que su madre lo odiaba y lo maltrataba...
Pero Kacchan prefería eso a que éste sintiera lástima, prefería que las cosas siguiesen siendo ignoradas por todos, porque Katsuki no era alguien débil... él es alguien fuerte, mejor dicho él creía ser fuerte, pero cada día, cada respiro que da, se fue dando lo débil que era.
Para la desgracia de esos dos amigos el destino fue marcado, Katsuki debía ser la persona que abusa, que hiere sin piedad, el villano, e Izuku tenía que la persona que sufría todos esos abusos... La víctima y el villano, pero la pregunta del millón ¿dónde está el héroe?
Hospital
Me encontraba en el hospital, más específico en la habitación donde se encontraba Deku...
Verlo herido de esa manera, me provocaba ganas de gritar, golpearme, y retroceder en el tiempo para eliminar mis pecados...
Hace tiempo que no lloraba fuera de mi dormitorio, hace mucho tiempo que no le hablaba a Deku sin decirle insultos de por medio, yo simplemente le hablaba mientras él yacía durmiendo en la cama.
-Izuku, desearía haber sido otro tipo de persona, no me gusta ser esta mierda- Dije triste mientras observaba el techo.
-Pero me es imposible cambiar, soy un maldito demonio al cual deben encerrar en una celda- Dije mientras una lágrima rodaba por mi mejilla.
-¡Lo siento! ¡Siento lastimarte! ¡Haré lo que sea para que aceptes mi perdón! ¡No quiero que me perdones porque no me lo merezco! Solo quiero que sepas, que mi arrepentimiento es verdadero, que no estoy mintiendo- Dije llorando como el niño quebrado que soy.
-Lo siento, yo no tengo perdón, pero tu eres el único que alguna vez consideré amigo... y como soy esta basura de ser, lo arruiné, desearía no haberte arruinado la vida- Dije mientras me levantaba para irme.
Salí del hospital, ya era hora de largarme a ver a Mei...
???
Camino por los largos pasillos del hospital, los cuales lamentablemente ya me se de memoria...
Cargaba mi guitarra, lo único en que pensaba era en llegar a mi destino, cuando derepente en una de las habitaciones observo a la chica más hermosa que he visto en mi vida.
Ella tenía el cabello morado, los iris de sus ojos eran negros a tal punto que apenas se podían ver sus pupilas, se encontraba acostada en una cama observando el techo fijamente, no sabía si podía acercarme, pero tomé el riesgo, todos me conocen aquí, no creo que me regañen los médicos.
Cuando entré noté que tenía moretones, vendas en los brazos y en la frente, una pierna fracturada... ¿qué le habrá pasado?
Ella sintió mi mirada al parecer, ya que me observó, y a la vez no, su mirada estaba absolutamente perdida.
No sabía que decirle, era una extraña situación, una que no me agradaba...
-Hola- Dije dándole una enorme sonrisa...
Ella me observó seria, al parecer no quería hablar.
-Mi nombre es Kaminari Denki- Me presenté, tal vez así ella me hable.
Me observó, no dijo nada, no me respondió en absoluto, ni siquiera una mueca.
Pobre, de seguro piensa que me iré, lo lamento chica de cabellos morados, una vez que me llama la atención alguien, no me detengo hasta conocerlo.
Continuará...
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