Dos


Después de esa advertencia me preguntó por algún lugar donde hospedarse.

-Aquí no hay ese tipo de lugares -le respondí.

-Oh vaya eso si es un problema ¿Crees que podría quedarme en tu casa?- pregunto con gentileza.

-Claro-fue mi lacónica respuesta.

-Puedes añadir el costo de mi estadía al del exorcismo- me dijo, pero lo ignore.

Gentilmente cargo mi violín y me siguió hasta mi casa. Caminó a mi lado haciendo esporádicas observaciones al entorno. En particular a la arquitectura de las casas. La mía estaba un poco lejos, pero no se quejó. Al llegar lo presente a mi empleada como un amigo que venía a visitarme desde muy lejos.

-El señor Kuroro se quedará con nosotros unos días. Procura atenderlo bien.

-Si señorita- me respondió Mina, una mujer de edad media y de hermosa cabellera castaña.

-¿Quieres beber algo?-le pregunte.

-Una taza de café me vendría bien- me respondió.

Le di la señal a Mina y ella fue hasta la cocina por el pedido de Kuroro y el mío. Un té frío.

Mi sala es amplia y tienen un gran ventanal en forma de arco, cubierto por cortinas de encaje en color blanco y otras de terciopelo rojo. Un solitario sofá amuebla esa estancia y dos grandes jarrones con cerezos en bonsai decoran con frescor. Las paredes están repletas de pinturas y otros objetos de arte,
que se ganaron su atención.

-Supongo que en los servicios funerarios pagan muy bien- comento.

-Eso es un pasatiempo. En realidad soy un cazador, pero no tengo licencia. No una propia.

-¿Lista negra?-me pregunto.

-Aún soy considerada un novato. Pero he incursionado en las listas de los más peligrosos criminales- conteste con matiz de astucia en mi voz.

-¿Como se llama esta pieza?-me pregunto al detenerse frente a un cuadro que mostraba un espectro detrás de una hermosa mujer.

-El amante fantasma-le contesté.

-¿Un fantasma enamorado?-dijo como pensando.

En ese momento Mina apareció con las tazas de té y café. Él tomó la suya mientras se sentaba en el sofá,con una expresión meditabunda. Yo me senté también,pero del otro extremo.
Por largos minutos no dijimos nada. Honestamente no sentía la necesidad de hablar durante ese tiempo y él,no parecía querer hacerlo tampoco. Su atención estaba puesta en esa pintura,que parecía causarle un íntimo y blanco placer.

-Este lugar es muy agradable-comento-Se respira una paz como la de una mañana de los primeros días de primavera. Un aire frío,pero perfumado. Si soy honesto,tú no tienes el aura de un cazador. Pareces más un artista...

-¿Te parece si hacemos un trato? Te doy el treinta por ciento de descuento sino haces preguntas personales-le dije.

-Es una buena oferta,pero prefiero no tomarla-me dijo.

-Mina-llame y la mujer apareció-Muestrale al señor,su habitación. Por cierto esta casa es vieja y hace ruidos a veces. En ocasiones parece estar gimiendo. Es sólo el viento en los viejos conductos. Nada de que alarmarse-le dije y él,me sonrío.

La mujer asintió con la cabeza y le pidió a ese hombre que la acompañara al segundo piso. Yo salí al jardín para despejar un poco mi cabeza. Una de mis habilidades me permite escanear a las personas,mediante pulsos de onda de sonido. Como un radar y mediante esto reflejar una visión de sus cuerpos y hasta sus ondas cerebrales. Claro que este último proceso aún no lo perfecciono. Algo que no mencione a Kuroro es que mi habilidad para exorcizar el nen tiene un alto costo para mí. Por eso soy muy selectiva para escoger a mis clientes y basándome sólo en lo que percibí en la cadena incrustada en el corazón de mi invitado,jamás lo hubiera aceptado. Sin embargo, él me transmitía una sensación muy especial. No era un individuo ordinario. No lo digo por ser un usuario de nen,sino por lo que él era como individuo.
Me olvide de ese asunto por un momento y me fui a mi habitación. Cuando le pregunté a Mina por Kuroro,esta me dijo que le preguntó si tenía libros y ella lo llevó a mi pequeña biblioteca. 

Esa noche durante la cena,me comento que le gusto mucho mi colección de libros y que en uno de ellos se hablaba de la pintura en mi sala.

-¿Te gusta lo paranormal?-le pregunté.

-¿Disculpa?

-Parece gustarte demasiado esa pintura cuya historia es bastante...

-¿Triste?

-Miserable...

-Supongo que la vida de un fantasma puede definirse de esa manera ¿Crees que haya vida después de la muerte?-me pregunto mirándome a los ojos.

La ventana del comedor estaba abierta y una suave brisa agitaba las velas sobre la mesa. Sombras estrambóticas se proyectaban en las paredes,mientras el silencio devoraba el tenue sonido de nuestras respiraciones. Mire mi reflejo en la mesa de cristal y reflexione un momento.

-Creo que si-dije al fin y mire la pintura-Pero a veces creo que puede ser una vida muy triste. ¿Sabes? Cuando mi padre murió yo estaba jugando en el jardín y sentí su mano sobre mi hombro. Desde entonces...

Me interrumpí en ese momento al ver detrás de Kuroro,la imagen fantasmagórica de mi padre. Con sus largos y translúcidos dedos hacia la forma de una araña. En un girón del viento,que se colaba en la ventana,se esfumó y todo lo que quedó en el espacio entre Kuroro y yo,fue el humo que escapo de las velas apagadas.

-¿Por qué te interrumpes?

-Recorde,alguna vez,haber oído una historia acerca de un grupo llamado Genei ryodan. Curioso nombre ¿No lo creés?

-A mi me gusta-me respondió.

-Si,es casi poético. Considerando que vienen de la ciudad de las estrellas fugaces. Donde la gente no es más que espectros en este mundo...

Su mirada cambio. Dejó la calma para pasar a una dureza elástica, muy extraña.

Una mujer de larga falda blanca pasó corriendo paralelamente a nosotros y desapareció en la pared. El gran reloj de péndulo marco las diez de la noche y yo limpie el borde de mi boca,con la punta de la servilleta,antes de ponerme de pie y anunciar mi retirada.

-En está casa hay muchos fantasma,Kuroro. A veces hacen actos escandalosos para llamar la atención. Para hacernos ver, a los vivos,que están ahí. Espero puedas dormir.

Dicho aquello me retiré sin prisa mientras unos niños bajaban corriendo las escaleras. Me atravesaron y desaparecieron riendo hacia la cocina.

Desde que era niña he podido ver y oír a los fantasmas. Ellos saben que los percibo y se apegan a mi. Algunos se van para no volver. Otro retornan unos días o meses después. Es curioso que los cementerios esten tan vacios de estos seres.

Había tenido otros invitados antes,pero ninguno con un aura de asesino como la de ese individuo,capaz de inquietar a los espíritus. Kuroro o como dijo que lo llamaban sus amigos: Líder, posiblemente se trataba de la cabeza de La Araña o Genei Ryodan. Alguna vez oí de ellos. Eran peligrosos. Pero como yo los veía eran sólo otro grupo de mercenarios destinados a hacer el trabajo sucio de la mafia y la élite. Sin duda,mi visión de ese grupo se quedaba corta. Conocer a Kuroro me lo hizo saber. Como también me dió un poco de miedo,pues los amigos de quienes me habló vendrían a buscarlo si él,no volvía con ellos,libre de la cadena que lo restringia.Sin duda mi vida conocería el fin en manos de aquellos individuos. Lo más sensato era quitarle ese nen,
pero...

La casa crujía como una galleta siendo mordida y sonidos de murmullos corrían al interior de las paredes. Me levanté en ese camisón blanco que uso las noches calurosas y tomé mi violín.

-¿Caprice 24...?-pregunte y una moneda rodo por las tablas hasta mis pies-Caprice 24 entonces...

Cerré los ojos y comencé con mi nocturno concierto en la oscura noche. Por un momento olvidé que no estaba a solas con mis espectros. Sus pasos lo anunciaron,pero lo ignore. Se quedo en la puerta a oír y sus ojos me erizaban la piel.  Después de todo Kuroro estaba vivo y su cuerpo tibio cortaba el frío reinante en esa casa fúnebre y replata de fantasmas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top