Cinco
Entre más peligrosa es la condición más grande es el poder.
Mi violín rojo es una materialización de mi Nen. Una de sus habilidades es la de efectuar un exorcismo. La condición es entregar mis recuerdos. Entre más difícil es el exorcismo más valiosa y grande es la porción de memorias que pierdo. A la fecha,no recuerdo absolutamente nada de quien fui. Lo que sé es lo que está escrito en una bitácora que Mina, actualiza cada cierto tiempo. Ella es mi guardaespaldas,mi biografa y mi asistente.
Al principio me pareció que era una buena idea.Tenía tantas cosas que olvidar,que casi me era un favor a mi misma,pero pronto descubrí lo terrible que era perder el testimonio de quien soy. Mina dice que mi personalidad cambia cada vez que pierdo la memoria. Todo depende de como me voy llenandome de nuevos recuerdos. Lo único que permanece intacto, en mi mente, es mi habilidad para tocar el violín y por medio de ella logró recuperar mi técnica Nen,es todo lo que vuelve a mí. Sin embargo,cabe la posibilidad de olvidar eso también y por extensión olvidar mi habilidad. No fue una condición muy inteligente.
Después de esa velada en mi habitación,le explique a Kuroro todo eso. Sentado en la cama,con las piernas cubiertas por la sábana,me escucho con atención mientras yo,me peinaba el cabello bajo la dorada luz que entraba por la ventana.
-Puedes sacar la cadena de mi corazón,pero me olvidarás al hacerlo-comento y voltee a verlo para asentir con la cabeza.
-Buenos o malos,los recuerdos hacen de nosotros lo que somos y no quiero dejar de ser lo que soy ahora. No quiero que desaparezca nuestro encuentro en el cementerio,ni cada día desde entonces. Aún cuando son memorias breves,son los mejores recuerdos que tengo-le dije con honestidad.
No. No quería olvidar. No quería quedar en blanco para iniciar todo otra vez. Olvidar esa noche con él,era un precio demasiado alto para mí. En la bitácora no había un sólo registro de una persona con la que hubiera logrado tal conexión. Ni un amante tan equilibrado en dulzura y pasión. Un hombre tan excepcional en pensamiento y tan terrorífico en acciones. Quizá,para él ,yo sólo era una de tantas, pero para mi él era único ¿Podría,Kuroro, entenderlo?
-Cada memoria es preciosa-dijo después de un rato, tomando un mechón de mi cabello con delicadeza.Lo aparto suavemente para besar mi nuca causandome
-Decide tú-le dije sin verlo a los ojos-Me pongo en tus manos, Kuroro.
Me escape de él,después de eso. Desde la escalera ví a los trabajadores terminando de reparar la pared y Mina sirviendo el desayuno. Kuroro no bajo a comer. Pasó directamente a la puerta,anunciando su salida.
-Mina...Trae la bitácora-le dije con pesar.
-De inmediato,señorita-me contestó,pero con disgusto.
Ella escribió,esa mañana,los recuerdos de esa noche. De mi jornada en brazos de un fantasma,con cada detalle que fui capaz de recordar. Mina tenía esa expresión de nada en su rostro. Supongo que le incomodaba demasiado conocer tan en profundidad ciertos eventos. Yo no podía evitar volver a estremecerse al evocar sus brazos entorno a mí. Cada palabra que salía de mi boca,
agitaba a los espíritus de Nen,en la casa. Sus furias eran celosas de mis alegrías y placeres.Me retenían entre las oscuras paredes,como castigo por salvar a sus víctimas o bien por liberar a sus amantes de sus afectos ya inapropiados.
Kuroro no volvió en todo el día. Me quedé en la sala esperando su retorno,tocando el piano,sin ninguna afán en particular. La noche llegó tan silenciosa como mi visitante,que advertí cuando estaba por llegar a la puerta posterior de la casa. Aquello era muy inusual,pues sorteo hábilmente algunas de mis trampas.
-Señorita,suba por favor-me dijo Mina que salio desde la cocina, con su cuchilla lista para enfrentar a su desconocido adversario-Este sujeto es un atrevido. Ni siquiera esconde su aura...
-Su aura no augura nada bueno-le dije,apartandome del piano, para materializar mi violín-Mina, este sujeto está a otro nivel...
Lleve el arco al instrumento y raspe las cuerdas,haciendo que las que,como tela de araña,se extendían por mi propiedad emitieran un sonido agudo,
desagradable que penetraba en el oído de quien la oyera,causando daño interno. Al mismo tiempo las cuerdas se levantaron cortando varias cosas en el proceso.
-Señorita quédese atrás-me advirtió Mina,mientras los sonidos de los pasos del recién llegado,cortaban el silencio posterior al derrumbe del muro y algunas esculturas del jardín.
Las baldosas eran golpeadas por unos zapatos de tacón,con un ritmo amenazante. Eso me obligo a usar En. El alcance de esa técnica es sólo de quince metros, pero en ese rango cualquier cosa que se mueva, puedo detectarla enseguida.
-Oh vaya-exclamó una voz masculina fina-No imaginé que el exorcista de Nen, fuera una mujer tan hermosa-comento aquél individuo, cubriéndose la boca con un naipe.
Era un hombre con un traje de bufón y el cabello rojo,peinado contra la gravedad. Su piel era tan pálida como la mia,lo que le daba un aspecto de muñeco de porcelana,a la luz que entraba por el hueco en el muro y las ventanas cuyas cortinas se agitaban violentas proyectando sombras irregulares,en el piso. Los fantasmas huyeron de él,
mientas que el de mi padre,me dibujo un cráneo con su menos fantasmagóricas.
-Te equivocas-le dijo Mina-La exorcista soy yo.
-No,no lo creo...-dijo aquel sujeto pasando su lengua sobre sus delegados y largos labios-La exorcista es ella...
Ese tipo era verdaderamente escalofriante. Su mirada de ojos, ambarinos,parecía la de un demonio que estaba a punto de desatar su deleite por una degenerada acción,que tenía que ver conmigo. Era como si me estuviera desafiando y logró arrastrarme a ese estado previo al ataque,pero entonces Mina, me llamó por mi nombre sacándome de esa situación.
-¿Eres amigo de Kuroro?-le pregunte recordando la advertencia que él,me hizo respecto a unos amigos suyos.
-Algo así-dijo con esa mirada heretica sobre mi-¿Donde esta,
Kuroro? ¿Podrían llamarlo por favor?
-Él no está aquí-le dije.
-¿No? Bueno sólo me gustaría que me respondieran una última pregunta ¿El exorcismo se realizó con éxito si o no?
Sus palabras sonaron a una advertencia,pero antes de responder nos arrojó un montón de naipes que sonaron como hechos de metal,contra la cuchilla de Mina,quien fue evadida con una facilidad que nunca antes había visto. Logré hacer un sonido con mi violín, causándole un daño grave,a ese sujeto, en su brazo derecho. Su hueso y carne estallaron dejando aquel miembro colgando de su hombro,como un trapo. Pero eso no lo detuvo. Su embestida fue bastante violenta y apenas logré bloquear su puño. Fue cuando Kuroro decidió dejarse ver y llamó a ese individuo,por su nombre con voz clara,pero enérgica:
-¡Hisoka!
El tipo pelirrojo se relajo de inmediato y con decepción miró a quien lo llamó.
Durante un tiempo indefinido, pero que se me hizo larguísimo, ninguno en esa sala movió un músculo. Entre Hisoka y Kuroro, pareció haber una conversación silenciosa,al final de la cual el tipo vestido de payaso y con la cara pintada dijo:
-Encontré a otro exorcista. Bueno ellos lo hicieron-lanzo un naipe hacia Kuroro,que quedó clavado a sus pies-Espero que no haya excusa con este.
-No,no la habrá-le respondió Kuroro tomando la carta-Me reunire con él,lo más pronto posible...
-Espero que no estés intentando escapar,Kuroro-le dijo Hisoka mirándome de reojo-Te has encontrado un objeto muy interesante -comento después de examinarme con la mirada.
Se giró por completo a mi y eso hizo a Mina,interponerse entre los dos.
-Tu habilidad es agitar las partículas de agua en el cuerpo humano,mediante el sonido-me dijo Hisoka-Eso puede ser muy peligroso...
-Ella no va a pelear contigo,
Hisoka-le dijo Kuroro al pararse a mi costado.
-No...Es sólo que llevo tanto tiempo esperando nuestro encuentro,Kuroro,que no imaginas lo exitado que estoy...
El tono que uso nos causó cierto pudor y es que se escucho bastante sexual.
-Que sujeto más desagradable- -exclamó Mina, con un gesto de asco-Le suplicó que se retire.
-Si,si,ya me voy-dijo dándonos la espalda-Te voy a estar esperando,Kuroro...
Que tipo más extravagante,
pensé. Pero por lo que quedó en mi memoria,fue por su aura tan escalofriante. Espanto incluso a los fantasmas. Ese sujeto era alguien fuera de serie.
-Creo que será mejor que me vaya-dijo Kuroro,a mi espalda revelandome su decisión.
Voltee a verlo. Llevaba un abrigo negro con bordes de piel. Estaba listo para partir,su atuendo,su postura; todo él me lo dijo. Mire a Mina y ella señaló que iría a revisar que Hisoka realmente se hubiera ido. Así nos quedamos solos. No hubieron palabras, sólo un beso en mi mejilla. Un beso más estremecedor que mil en la boca. Un largo silencio,una sonrisa sutil y una marcha sin prisa entre el velo de la noche, como un fantasma que peno y partió de vuelta a su limbo.
Como una viuda cansina,me quedé en la vacía sala dando gracias de conservar mis memorias. Sin embargo,tarde o temprano iba a olvidar,por eso cuando Mina volvió,cerca del alba,le dije:
-Es hora de partir.
-Si,señorita-me dijo algo desconcertada.
Esa mañana demoli la casa con la música de mi violín. Los escombros silentes fueron las lápidas a los muertos,que sin un hogar al que aferrarse,se desintegraron. Así dejamos aquella morada gris,para internarnos en el mundo.
Además de ser una exorcista de Nen,soy una concertista de violín de mediana fama. Compuse una pieza para ese instrumento, después de mi encuentro con el líder de La Araña y la toque en unos pequeños escenarios. Logrando,de los críticos,una excelente recepción. El público ordinario enloqueció al oírla. Algunos transmitieron los evento, por la radio y eso me hizo pensar,en que tal vez,en algún lugar,Kuroro pudiera estarme escuchando por casualidad. Entonces cada concierto lo inicio igual.
-Para ustedes,la más extravagante de mis composiciones: Réquiem para un vivo...
Así le grito al mundo y a él que existo.
Fin.
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