Chapter VII
Luchó con las sábanas, la calidez de ellas y la textura suave de la seda al recorrer su piel era placentera, tiró de ella y se levantó de la cama, evitaba pensar en los últimos momentos, los acontecimientos y el contacto que tuvo con la Kuran. Optó por dejarse llevar por el viento que se colaba por la ventana, todo eso por obra y gracia de la visita de Shiro, se fregó los ojos y bostezó, desearía tener que ir a la academia, no tenía ganas y no quería levantarse. Le faltaba fuerza de voluntad y la poca que tenía se había ido en su primer intento de despertar.
Cumplió con su rutina: ir al baño y disfrutar del agua tibia de la bañera, vestirse para ir a la academia y por supuesto, cumplir con sus obligaciones como prefecta. Una rutina aburrida.
Estuvo caminando por el patio antes de clases, estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta al chocar contra una alumna.
- Lo siento -se disculpó tomando el libro de la chica y dándole la mano para levantarla-, déjame ayudarte -ésta chica no era una de las fanáticas de todos los días, es más, casi nunca la veía más que en clases- Sayori... ¿o me equivoco?
- Así es... gracias -cargó su libro y dejó a la prefecta sola, eso fue muy raro para ambas, demasiado para su gusto.
No podía dejar de hacer eso así como así, en clase prestó poco y nada de atención (Yagari no se lo perdonó por supuesto), fue cuando tuvo que poner a raya a las chicas, ahí tuvo realmente algo que hacer, Zero podía hacer llorar a las chicas con unas cuantas palabras, Shiori podía ser más cruel.
Cuando se abrió el portón, nada fue como la primera vez. Ellos cruzaron, sí, pero ya no tenían el mismo aire de indiferencia que siempre mostraban hacia ella, los sirvientes de sus hermanos no la miraban y tomaban una distancia prudente, en cambio, los otros vampiros, la veían de diferente forma, como si estuviese algo que destacase de entre las chicas. En el momento que Yuuki pasó junto a ella, pudo conocer la brutalidad de sus pensamientos, la Kuran había usado su telequinesia y manipuló a alguna que otra chica; eso sólo podía hacerlo un animal. Detuvo a esas tres chicas que quisieron pasarse del perímetro y las mandó para atrás, iba a decirle algo a Yuuki cuando el Kuran cruza en último lugar junto a Seiren.
Examinó a Kaname, estaba muy distanciado de los demás, en especial, de Yuuki. Carecía de sentido común el hecho de ir y decirle algo, prefirió cruzarse de brazos y esperar a que el portón de las salas de clases se cerrase para comenzar su guardia nocturna.
Tiró del moño de su camisa y lo aflojó, quería conseguir una buena razón para seguir en la academia, Kaname no era suficiente. Quería quedarse pero si en eso incluía lidiar con Yuuki, prefería eliminarla antes y luego seguir con su vida normalmente, y como Shiro lo había dicho, no creía y no se iba a convertir en vampiro, no es que no quisiese, pero simplemente, ¿para qué arruinar lo que ya tenía?
Decidió subir junto a Cross, a lo mejor tendría algo interesante para contarle o sino, alguna misión para asignarle. Fue lo segundo, había llegado una carta para ella de la Asociación de Cazadores, la familia Shizume organizaría una fiesta en su mansión el sábado en el que Zero volvía a casa, talvez irían juntos a hacer guardia. O talvez, sólo iría ella.
- Director -dijo observando disimuladamente el delantal de Cross-, ¿tiene idea de cuándo volverá Zero? -tenía que asegurarse.
- Sábado -irían juntos definitivamente, tenía millones de intenciones, una de ellas era medir nuevamente a Yuuki.
Shiori entendió que era culpa suya (en su mayoría) y lo admitía, pero más aún sabía que todo esto ella lo inició y perfecto, sabría como lidiar, podía tratar de entender a sus malditos iguales pero aún así, seguiría siendo su culpa.
Salió de la oficina con la invitación en manos, la releyó un par de veces antes de esconderla en el bolsillo de su saco, no había caso el leerla nuevamente, sólo lograría sacarle el sentido a su contenido. Supuso que tendría que ir elegantemente vestida, talvez llevase un vestido de corte griego o algo así, hasta podía hacerse pasar por un vampiro con el simple color de su piel y ojos.
Fue hacia la terraza en donde siempre se sentaba a observar la academia y el pueblo desde lejos, la noche estaba demasiado tranquila como para estar molestándose en vigilar a las alumnas que trataban de sacarle fotos a los vampiros, mientras que ella estuviese ahí, podría vigilarlos a ellos sin problemas.
Se sentó y cruzó las piernas, aún había aquella brisa agradable que revolvía sus cabellos, tomó un poco de aire y se distrajo al jugar con esa pequeña pulsera de cascabeles que tenía en su mano, recordó aquel reto que su padre adoptivo le había impuesto. Tenía que caminar y los cascabeles no tenían que hacer ningún ruido, luego correr y por último saltar; al comienzo había sido difícil y le había complicado unas cuantas misiones, cuando tuvo un equilibrio y balance perfecto fue que logró seguir igual de silenciosa y sus cacerías, perfectas.
Que noche tan aburrida pensó, quiso que hubiese algo en que fijar la mirada y distraerse, el vacío que había era totalmente desesperante, rogó por todo lo bueno que Zero volviese de una maldita vez, recién era miércoles y aún así faltaba mucho para que volviese, jueves, viernes y luego, sábado. Hacía falta, le hacía falta... no sólo porque la ayudaba a controlar a las chicas y estaba siempre a lado suyo, dependía de él.
Colocó ambos brazos detrás de la cabeza y miró hacia el cielo, había bonitas estrellas y la luna estaba a tan sólo la mitad de su esplendor, sacudió la cabeza y dejó de distraerse, estaba loca. Ese día había sido la rutina más patética que pudiese haber tenido en toda su vida.
- ¿No tienes nada que hacer? -Aidou había aparecido detrás suyo, giró el rostro para encontrarse con un vampiro diferente al que había conocido hace poco.
- La verdad es que... no -respondió, estaba tan aburrida.
- Eres diferente a la prefecta anterior -Shiori quiso cantar el aleluya al escuchar que por primera vez le decían que era diferente a Yuuki.
- Argumenta...
- Ella era más activa, tú, por otro lado, irradias paz y serenidad, ¿qué o quién eres realmente?
Shiori sonrió de repente.
- Me imagino que sabes que soy realmente... ahora quién... soy una cazavampiros. ¿Extraño, no?
- Podría decirse que sí, pero eres demasiado perspicaz para quedarte sólo con eso, no viniste por gusto a la academia.
- No -dijo en seco-, Cross es mi tío y necesitaba una prefecta, yo estaba sin mucho trabajo y vine aquí, ¿qué te parece?
- Eso es nuevo -soltaron una pequeña sonrisa.
Que se borró cuando la purasangre Kuran hizo su típica aparición no deseada.
- Hanabusa -dijo- Kaname quiere hablar contigo.
- Iré enseguida -respondió removiéndose de donde estuvo recostado-, cuídate -le dijo a Shiori antes de irse.
Trató de hacer lo mismo de no ser por la maldita mano de Yuuki, la estiró de su muñeca e hizo sonar los cascabeles.
- ¿Qué quieres, Kuran? -preguntó furiosa, le molestaba y mucho más, la enfurecía que la tocasen y especial cuando se trataba de Yuuki Kuran.
- Quería disculparme por lo que he hecho anteayer -murmuró bajo, Shiori no podía creer lo que estaba escuchando, trató de no reírse al decir:
- ¿Qué?
Yuuki bufó hastiada y luego repitió un poco más fuerte- Quería disculparme por lo del miércoles... no fue mi intención, estaba celosa de que Zero me hubiese olvidado tan fácilmente... siendo que pasamos muchas cosas juntos... aún los recuerdo.
Eso último le dolió, ¿qué momentos podían ser así de inolvidables? Iba a articular una pregunta muy fuera de lugar hasta que Yuuki volvió a hablar y dijo, déjame mostrarte, cerró sus ojos y comenzó a transmitirle millones de recuerdos. Todos les daban ganas de vomitar, pero hubo uno que le causó ganas de salir corriendo de ahí.
Yuuki se encontraba unos escalones más arriba que Zero, él estaba estático y ella hablaba, diciendo cosas como "al fin entiendo lo que sentías", sólo quiso golpearla, él se levantó y siguió dándole la espalda, por su lado, Yuuki seguía bajando, ella seguía dándole la razón a medida que pisaba un escalón que la llevaría más abajo. Pudo notar en los ojos de Zero que, estaba sintiendo hambre en esos mismos momentos, él ordenó que se detenga y ella lo cuestiona simplemente, ella pidió por saber más de Zero, él la hizo callar nuevamente, ella se había disculpado y giró los pies para irse cuando él estira de su mano y la hace voltear, deshace sin querer la venda de su mano y el olor a sangre impregna el lugar, fue ahí cuando dispuso del cuello de Yuuki y se dejó morder por él. Que imagen más horrible, y luego recordó que lo mismo había acontecido con ella.
- Esa fue la primera vez que bebió sangre humana -dijo Yuuki soltando la muñeca de Shiori.
- No me importa... no dejaré a Zero sólo porque me has mostrado esto, no me importa que hayan podido tener en un pasado pero ten en cuenta que tú heriste a Zero al irte con Kaname, fuiste tú... no trates de excusarte porque, excusas son las que menos tienes.
- Vuelvo a pedírtelo... aléjate de Zero.
- No lo haré, entiéndelo de una vez por todas, por favor Yuuki, si en serio lo aprecias, quédate Kaname, es lo que has querido desde que lo conociste probablemente. Te lo pido yo...
- No... estaremos en guerra si es lo que quieres realmente.
- Y así será -cortó Shiori molesta- te conozco Kuran Yuuki y sé de lo que eres capaz, una de esas cosas es esto -Shiori levantó la muñeca que Yuuki tocó hace momentos y se la mostró, estaba totalmente enrojecida, la fuerza más los poderes de Yuuki causaron aquellas marcas rojizas que se volvían liláceas con el poco transcurso del tiempo.
- Ten mucho cuidado -fue la advertencia de Yuuki antes de dar media vuelta e irse por donde vino.
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- Estaban peleando de nuevo -comentó Sora al ver que Rizu entraba a la sala de estar.
- Lo oí... todo esto no me está gustando -murmuró Rizu arrojándose el sillón de enfrente- ninguna se rendirá, ¿verdad?
- Por lo que estoy observando, no lo creo probable.
- Entonces... estemos preparadas.
-:- -:- -:- -:- -:-
Se frotó la muñeca suavemente, pequeñas desventajas del ser humano, se curaría en menos de una semana pero aún así dolía mucho, era una quemazón molestosa y se veían aún los dedos de la persona que ejerció fuerza sobre ella. La vendó con el moño de su camisa y le mantuvo así, aún tenía que vigilar la entrada de los purasangre a su recinto, todos tenían que haber entrado en esos momentos. Hizo unas cuantas muecas al sentir como el dolo aumentaba.
Se equivocó, cuando estaba por irse, Ichijou y Kaname estaban viniendo hacia ahí, supuso que fueron a hablar con el director, se hizo hacia un lado para darles paso.
- Shiori -saludó Ichijou.
- Ichijou-sama -respondió- Kaname-sama.
Kaname levantó la vista hacia Ichijou y éste asintió retirándose al dormitorio, el Kuran se giró hacia Shiori y tomó su muñeca.
- No sabes disimular el dolor -comentó desatando el nudo rojo.
- No necesito de tu ayuda -estiró la mano y la alejó de Kaname, ¿pero qué diablos estaba haciendo? Maldita sea esa cabezota que tenía. Aún así, él hizo como si no hubiese escuchado el último comentario y volvió a tomar su muñeca.
- No lo hago por ti... tengo que emendar las estupideces de mi hermana -contestó secamente, había frialdad en su voz.
- No es necesario, a fin de cuentas... el hecho de que me cures, no cambiará mi forma de pensar respecto a Yuuki y a... ti.
Sonrió- Tengo curiosidad, ¿qué piensas de mí?
- Nada...- se dijo a si misma, era mentira, tiró de nuevo su muñeca antes de que él pudiese curarla, dio media vuelta y dejó el dormitorio- desearía saber el por qué...
Caminó en la oscuridad, el silencio era agradable, quiso seguir así pero para su mala suerte, alguien había vuelto a molestarla, escuchó varios pasos y se volteó para encontrarse con el filo de una espada apuntando a su cuello. Quiso morirse, él realmente estaba ahí, significaba que, parte de su sueño era realidad.
- Kaito -soltó asustada, no tenía miedo de él por ser como es; tenía miedo porque podía descubrir que ella era una purasangre.
- Shiori Hideroshi -dijo, su voz detonaba nada más que frialdad y carencia de sentimientos, era de esperarse de él.
Se estaba metiendo en problemas mayores.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó ella.
- Enseñaré aquí... ¿y tú, Shiori? -bajó el sable, lo dobló y se lo devolvió a su propietaria.
- Soy prefecta -era rápido, lo suficiente como para haberle arrebatado Odette* sin que ella se hubiese dado cuenta-, ¿acabas de llegar?
- Hace una hora -respondió.
- ¿Y qué hiciste en todo éste tiempo?
- Estuve cazando a un nivel E, ten... un recuerdo de tu madre -le arrojó un pequeño ópalo*- guárdalo -ordenó.
- Vayamos la academia -Shiori volteó para mostrarle el camino a Kaito, éste la tomó de su mano y la estiró hacia él-. ¡Auch! -soltó adolorida.
- Quédate quieta -remangó el saco y luego la camisa dejando al descubierto la marca lilácea de los dedos de Yuuki -, me sorprende que no sepas lidiar con vampiros después de tantos años, pero tampoco dejaste que el vampiro Kuran te curase.
Quiso gruñirle unas cuantas cosas pero se las guardó para después.
- Aún tengo un orgullo que mantener -murmuró molesta.
- Zero se enojaría al ver esto -comentó mirando a Shiori, está lo miró sorprendida y él contestó en su defensa-, hablé con Cross antes de venir... me contó muchas de las novedades.
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