2-. Fiesta de compromiso

En el reino de Marlon, todos los sirvientes se encontraban ocupados realizando los preparativos.

En la habitaciones, algunas sirvientas ayudaban a cada princesa en arreglarse.

Daphne ayudaba en los últimos detalles y observó a la princesa sonriendo orgullosa de su trabajo.

- Esta hermosa princesa....-alago la sirvienta personal.

- No lo creo....-murmuro apenada bajando la vista.

- Caro que si, ya verá como tendrá a todos los invitados bajó sus pies-Le dijo la joven tratando de animar a la joven heredera. Carla sonrió levemente escuchando la puerta ser tocada.

- ¿Como van....?-Orión se quedó en silencio al ver a la princesa-¡Princesa Carla, está hermosa!-alago acercándose a su ama.

- Se lo dije-hablo campante la joven sirvienta. Carla solo se ruborizó levemente mientras salían a la sala de trono, donde ya los esperaban varios invitados.

*-.-*

Todos los invitados solo alababan a la hermana mayor. Carla se encontraba sentada en una silla al sentirse cansada junto a sus sirvientes. Fue cuando llegó a familia con quien a una de las dos iban a casar.

Luego de que el jefe de sirvientes presentara a los integrantes de la familia Beelzeniana. Carla se fijó en el aspecto físico del muchacho, gordo como un cerdo. Vio a su hermana burlarse de él a sus espaldas, solo para acercarse y hablar.

- Chicos, no me siento bien....

- ¿Desea algo Carla-sama?-le preguntaron preocupados.

- Quiero ir al jardín, por favor....-pidió

- Enseguida....-dijeron mientras la ayudaba a ponerse de pie y salían, siendo observada por ciertos ojos carmesís curiosos.

*-.-*

Carla se quedó esperando a sus sirvientes pacientemente, había pedido un vaso de agua mientras Daphne había ido por un remedio casero para su tos. Tan concentrada estaba e sus pensamientos que no se fijó cuando alguien se sentó a su lado.

Se giró confundida y vio al heredero de la familia Conchita.

- Hola....-saludó algo tímido.

- ¿Hola?-saludó ella sorprendida. Primera persona agenda, sin contar a Daphne u Orión, que se acerca a hablarle.

- Te vi salir de la fiesta, ¿te ocurrió algo?

- No, nada solo....quería salir a tomar aire fresco....-mintió, había salido por que le había dado un ataque de tos compulsiva y si se encontraba adentro, la insultarían por eso.

- ¿Como te llamas?-preguntó sabiendo que ella podría mentir al respecto, así que dejo de lado el delicado tema.

- Carla Marlon....-se presentó.

- Yo soy Vanak Conchita, creo que las cosas ya fueron obvias allá adentro.

- Jejeje cierto...-rio un poco, para Vanak, era la sonrisa más tierna de todas, vio la palidez de su piel, era preocupante.

- ¿Quieres....pasear por el jardín?

- ¿Eh?, ah si, claro-hablo ella mientras ambos se planing de pie y comenzaban a avanzar.

Daphne y Orión observaban a distancia algo molestos, el muchacho no les brindaba confianza alguna. Pero veían feliz a su ama, por lo que decidieron mantenerse alejados un poco manteniéndolos vigilados.

Arte y Pollo miraban con desprecio a la princesa, les recordaba a alguien que les era demasiado familiar y habían visto en un sueño bastante borroso.

*-.-*

Seguían ambos platicando alegremente, cuando Carla tosió un poco, lo suficientemente fuerte haciendo a Vanak girarse preocupado.

- ¿Segura que estas bien?-La ayudó a sentarse bajo un árbol con cuidado y el lo hacía a su lado.

- Veo que no puedo mentirte....-suspiro-Desde que era niña, a la edad de 5 años, soy muy enfermiza. Siempre terminaba vagando entre la vida y Muerte. Soy inútil para hacer las cosas y toda mi familia me odia.-hablo mientras su voz se escuchaba cada vez más rota. El de ojos carmesí solo le entrego un pañuelo a la princesa y la vio secarse sus lagrimas.

- Lamentó escuchar eso....-hablo apenado.

- Tranquilo....-seco sus lagrimas, miró el pedazo de tela y se lo regresó.

- Puedes quedártelo, me puedo conseguir otro-Le ofreció mientras la veía que dudaba y sonreía, una bella sonrisa para ella que le iba de maravilla.

Fue cuando el grito de sus respectivo sirvientes les llamó la atención. La cena estaba por comenzar.

Ya que hace rato, cada invitado se había retirado y se quedaron ambas familias en el palacio. Aunque esperaban que ni les revivieran sus traumas de la infancia.

*-.-*3 años después.*-.-*

Carla al ver a Vanak por primera vez, se dio cuenta que el habría pasado una dura infancia en soledad. Al haberle el contado sobre su madre fallecida y su padre enfermo del corazón, más al saber que su familia cayó en la ruina.

[Algún día viajaré a todo el mundo]

Fue lo que el reveló emocionado al respecto. Ella sonrió ante esa propuesta.

- No sería malo para los,dos....-murmuro sin saber que fue escuchada por el de ojos carmesís, quien sonrió mientras la ayudaba a levantarse y se dirigían al comedor.

*-.-*

Fue en ese momento donde ella vio el lado más oscuro de su corazón. Sus padres observaban aterrados, su hermano miró asqueado y su hermana lo insultaba. Ella se mantuvo en silencio observando sin mostrar signos de terror. Si tan solo ellos lo hubieran escuchado y conocido, sabrían que su madre lo maltrataba constantemente.

[Si no lo como todo, me castigaran]

Murmuraba mientras seguía comiendo. Carla abrió ligeramente sus ojos y se puso de pie, corriendo hacia su cuarto. Tomó una hoja en balcón y comenzó a escribir en ella.

Vanak la había visto correr y se detuvo, lamentándose de que perdió a su primera amiga por sus impulsos repulsivos.

Vio al rey cancelar el compromiso y correrlos del palacio.

Fue a mitad del camino cuando la vio a ella correr hacia el con un sobre. La vio respirar agitada, cosa que le preocupó al de ojos carmesís. Se puso en firmeza la menor y le entregó el sobre.

- Para que me cuentes de tu viaje por el mundo...-fue lo que ella le murmuro antes de regresarse al palacio corriendo antes de ser regañada.

Vanak miró sorprendidos siguiendo a su padre hacia el barco que los llevaría de regreso a Beelzenia.

*-.-*

Ambos seguían manteniendo-intacto constante, revelando de sus vidas. Como las enfermedades de Carla empeoraban constantemente a causa de que no había cura alguna que se las quitara.

También Vanak contándole de sus días que pasaban, de los platillos que seguía comiendo, también viajando por los paises vecinos, descubriendo más gastronomías para el reino.

Pero lo que ninguno sabía, era que sus vidas cambiarían por completo.

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