1-. Comienzo.... (Punto de vista Vanak)
[¡Come. No debes dejar nada!]
Eran las palabras que su madre le gritaba al menor frente suyo, atragantándolo con los alimentos frente suyo. Las lagrimas caían de las regordetas mejillas del infante que estaba sumamente gordo al respecto de sus nada sanos hábitos alimentos proporcionados por su madre.
A pesar de eso no dejo de ser "regañado" por su progenitora cuando no quería comer.
- Pero mamá....no quiero....
- ¡Ahora, a devorar todo sin dejar nada!-le gritaba volviéndolo a atragantar con la comida que estaba frente a la mesa, ignorando el llanto del menor.
Desde ese momento se volvió más dócil al respecto, temeroso de que su madre lo volviera a regañar, comiendo todo en silencio, aunque se sintiera satisfecho, debía seguir comiendo.
Fue un día en Enero del años 306 EC cuando la hambruna se extendió por todo el territorio Conchita, la mansión se quedó baja en oferta de alimentos. El joven heredero se encontraba nervioso al respecto, cuando fue llamado, causándole un sobresalto.
- ¡Vanak!-grito la mujer mientras de su boca salía saliva en forma de cascada.
- ¿S-Si madre?-preguntó aterrado mirándola asustado.
- Sígueme....-le dijo sin voz ni voto en el tono que usó en el ahora joven de 15 años. Siguiéndola a la habitación de la mujer en completo silencio.
*-.-*
- ¡Meguru, dame esa espada!-le gritaba a la mujer espantado al verla querer ir en marcha a comer a los sirvientes que habían fallecido ese día.
- ¡DEBO COMER, VANAK Y YO DEBEMOS COMER!-gritaba fuera de sus cabales la mujer ignorando a su esposo.
El joven se encontraba en silencio en una esquina, observando a sus padres discutir y pelear por esa espada de mango rojizo y funda del mismo tono. Fue cuando sus pupilas se dilataron y miró horrorizado como su padre había matado a su madre frente a sus propios ojos.
- Vanak....-hablo el adulto preocupado al joven, quien no respondió nada, seguía shockeado al respecto de lo que sus ojos vieron y presenciaron. La sangre de la mujer seguía cayendo de su pecho, la espada estaba a un ladop de ella-No la veas de ese modo-pidió el mayor acercándose a su hijo abrazándolo e impidiéndole la visión.
Desde ese día se encierra en el almacén de alimentos, donde llora hasta altas horas de la noche sin nadie quien lo consuele al respecto.
Fue cierto día en que en ese mismo sitio, los conoció a ellos.
- ¡Por fin~, algo que comer!-hablo una niña de cabellos dorados mientras seguía comiendo.
- Estamos en el cielo hermana....-respondió el chico que pareciera que era un clon exacto de ella. Fue cuando ambos escucharon los sollozos, se miraron entre ellos preocupados y fueron a investigar. Se asomaron en una esquina y vieron al muchacho castaño llorar ocultando su rostro en sus rodillas, a simple vista se veía que era obeso al extremo. Ambos gemelos sintieron una inmensa pena y se acercaron a él.
- Oye, ¿estas bien?
- No quiero hablar con nadie -respondió sin alzar la vista
- Tranquilo, solo queremos saber que le pasa-hablo el niño rubio mirándolo preocupado, palmeando su espalda con cuidado.
- ¿Porque quieren saber eso?-les preguntó alzando la vista con sus ojos carmesí hinchados de tanto llorar. Ambos gemelos se sorprendieron, les recordaba a dos personas especiales, pero sus recuerdos eran muy borrosos. Sonrieron mientras la chica le extendía un pañuelo. El joven heredero lo tomó y secó sus lagrimas.
- Nos preocupamos cuando te vimos llorar....
- Y quisimos saber que es lo que te preocupa-término el rubio mirándolo de manera cariñosa.
Vanak los miró un largo rato y suspiro. Les contó todo lo qué pasó, desde el maltrato de su madre, la enfermedad de su padre hasta caer en la depresión. Ambos hermanos lo abrazaron calmándolo un poco de ese sufrimiento. El joven volvió a llorar abrazando a ambos hermanos, quienes le murmuraban tiernas palabras para calmarlo.
Desde ese día los tres se hicieron amigos muy cercanos y siempre se acompañaban a todas partes. Protegiéndolo de cualquier amenaza y sin dar quejas de los hábitos alimenticios, ya que son conscientes del maltrato que la madre de su amo le dio en la infancia.
*-.-*
Fue cuando estaban los tres en el comedor cuando el padre de Vanak se acercó con una carta en manos y se la entregó a su hijo.
- Leela en voz alta,
- ¿Malas noticias....?-preguntó preocupado
- Depende de cómo las tomes-hablo alegre el hombre sentándose a un lado de su hijo.
[Estimado Duque Misuri:
Por este medio aceptamos casar a su hijo
Con una de nuestras hijas....
Los reyes de Marlon]
Vanak observó sorprendido a su padre al respecto y soltó la carta, donde Arte y Pollo la leyeron y se sorprendieron al instante, sintiéndose disgustados al respecto.
- Padre....
- Es por nuestro bien hijo, el reino está en la ruina, no hay alimentos, ademas es por el bienestar de ambas familias.
- Pero, yo no quiero....
- Piénsalo bien hijo....tendrás una bella esposa....-le trato de convencer.
- Déjame pensarlo, es muchas cosas por asimilar-pidió poniéndose de pie y se retiraba del lugar siendo seguido por Arte y Pollo, que aún seguían disgustados por tal cosa, sin pedir el consentimiento del joven heredero.
*-.-*
Vanak platicaba con sus sirvientes aún preocupado al respecto. Ellos le decían que tenía tiempo suficiente en pensarlo, que no había pesas aún.
- Si una de las princesas Marloneana lo rechaza, está la otra....
- Pero si lo hace, se cancela en compromiso-terminó la gemela mirando al joven.
- No me quiero casar aun, es decir, quiero viajar por todo el mundo un día. Conocer las nuevas gastronomías del lugar-explicó emocionado, viéndose comer todos los platillos.
- Es una idea....
- Demasiado bueno, amo Vanak-alagaron los gemelos, aplaudiendo ante la idea del joven. Fue cuando el tomó las manos de ambos u les miró
- Y ustedes me acompañaran, son como mis hermanos menores....desde ese día, cuando nos conocimos-informó a ambos gemelos. Ambos rubios se vieron entre sí, sonrieron a su amo y asintieron.
- Aceptamos amo Vanak....-hablaron a la par.
*-.-*
Había pasado una semana desde ese día. Misuri se encontraba comiendo cuando vio a su hijo bajar siendo acompañado por sus sirvientes.
- ¿Y bien hijo mío....?
- ¿Cuando partimos a Marlon?-Esa respuesta hizo al hombre sonreír junto al líder de sirvientes, Ron Grapple.
- Nos iremos mañana temprano, manda a que empaquen tus cosas-Eso basto para que ambos rubios hablaran.
- Ya están listas....-informaron los gemelos observando serios a ambos hombres.
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