Gael:

"El príncipe Gael de Arcaría renuncio a la corona"

"Arcaría se quedó sin un rey que gobierne"

"La línea real de Arcaría ha sido destruida"

"No hay un rey que proteja ni vele por Arcaría"

"El reino de Arcaría se desestabiliza"

Cierro el periódico y echo la cabeza hacia atrás, mis ojos se cierran mientras intento pensar claro.

—¿No es tan fácil como lo esperabas, verdad?

Abro los ojos y veo a mi padre en el arco de la sala, ingresa al salón hasta estar frente a mi.

Me incorporo sentándome correctamente.—Ya es una decisión que he tomado y no pienso retractarme.

Observo mis manos.

—Es como un príncipe actúa.

Levanto la mirada.—Padre...

—Sigues siendo el príncipe y si digo que no tengo esperanzas, mentiría.—Responde.—No dudo en que serias un increíble rey.

Trago duro.

—Pero es el camino que elegiste y ocultando esto.—Me quita el periódico. —No logras que desaparezca. Si seguirás con esto, debes enfrentarlo... de lo contrario seguirá aquí.

—¿Y cómo crees que deba hacerlo?

—Yendo directo al problema. —Su respuesta me deja más confundido.

Grace:

"Renuncio"

Fueron las palabras más liberadoras que dije y aunque fue gracias a Gael el que no me despidieran, mi tranquilidad no me permitía quedarme.

La semana después de renunciar fue gratificante, pase tiempo en la casa y ayude a mi padre a que consiguiera trabajo, Gael se encargó de los hombres que nos hostigaban y finalmente tanto el como yo pudimos respirar.

—Según tengo entendido en tu anterior trabajo renunciaste.. ¿Puedo saber por qué?

Y tengo una entrevista.

—No me sentía cómoda con lo que hacía. —Respondo honesta.

La mujer del periódico me analiza, pero no hay respuesta.

—No sentía que pulía mis habilidades, mis verdaderas habilidades y quería...

—¿Querías dar más?

—Sí, eso.

(***)

"¿Querías dar más?"

¿Es en serio?

Salgo del lugar, avergonzada.

—¡Señorita Firth!

Me giro encontrando a la mujer que me entrevisto.

Ella sonríe. —Empiezas el lunes.

(***)

—¿Lo conseguiste? —Papá me señala. —¡Lo conseguiste!

Voy hacia él y me abraza, saltando conmigo con emoción.

El carraspeo nos hace parar y me giro, encontrando a Gael.

La sonrisa se me borra y salgo al jardín con él.

—Buenas noticias por lo que veo

—Conseguí entrar a otro periódico, es nuevo y aceptan mujeres. —Digo un poco emocionada.

—Eso es increíble.

Lo miro confundida.—¿Pasa algo, Gael?

—Sí, mi padre. —Asegura. —Quiere una fiesta de despedida en mi honor.

Abro mucho los ojos, ya es oficial.

—Quiero que vengas conmigo, Grace.

(***)

No voy a mentir, estaba más que nerviosa la noche del baile, sobre todo porque habíamos mantenido en privado la verdadera razón de todo esto.

Y seguiría siendo así... hasta que aparecimos en el baile agarrados de la mano.

Los nervios se incrementaron y me costaba respirar... ¿O era el corset?

—Estoy aquí.—El me recuerda.

Asiento con la cabeza y no me separo de Gael, toda la noche me guía y me presenta como la persona que eligió, saludo al rey con el que solo nos toleramos y cuando llega el momento del baile, me lleva al centro.

—¿Bailar, ahora? Todos nos...

—Solo debes mirarme a mí.

Me sostiene la mano y dejo que me guie al centro de la pista, con la mirada de no sé cuántas personas, pero lo suficiente para llenar el gran salón de baile, Gael me dirige al ritmo que tocan los músicos reales.

Me pongo tensa al inicio y empiezo a enumerar.

—¿Qué haces?—Susurra cerca de mí.

—Cuento mis pasos.

Vuelve a reír y me hace girar, acercándome otra vez a él, no puedo evitar mirar y veo los murmullos, y las miradas que tanto temía.

Respiro profundo.

—¿Cuánto tiempo crees que les tomara dejar de hablar?

—En un próximo chisme tal vez.

—Gael.

—Solo obsérvame a mí. —Me recuerda y sigo el ritmo suave de sus pasos.

—Eso hago.

Nos acerca más.

—Estas bellísima esta noche.

Sonrio despacio, el vestido que elegí es uno color cielo y papá me describió como si hubieran sacado a la princesa del castillo.

—En cuanto a los chismes no tendrás que escucharlos tan seguidos..

—¿Cómo no?

—Encontré una bella mansión —Me dice cuando voy a dar la vuelta y me quedo helada cuando vuelvo a estar frente a él. —Tiene la misma vista que mi lugar favorito y hay bastante espacio, muchas habitaciones.

—¿Estás hablando en serio?

—Ya hice los tramites.

—¡Gael, dios mío!

Me lanzo hacia el sin importar las miradas.

(***)

—Te ves mejor.

Me sobresalto al oír la voz y enseguida hago una reverencia, Charity y Philip, los reyes de Alejandría me están hablando.

—Sus majestades.

La reina me sonríe, ella le pide un poco de agua al rey y el desaparece luego de devolverme el saludo.

—¿Cómo te sientes ahora?

—Bien, muy bien gracias a usted. Salvo mi vida.

—Ayude en tu proceso, nosotros mismos tenemos la voluntad de salvarnos.

—Aun así, gracias, su majestad. —Vuelvo a hacer la reverencia.

—Es increíble que dejara su trono por un plebeya. —Los murmullos me llegan y la reina de Alejandria se da cuenta que me afectan, que vergüenza.

—Querida, aquí tiene. —El rey Philip le entrega la copa con agua y ella lo coge de inmediato.

—Gracias, amor mío.

Y lo que veo a continuación es como se "Le derrama" sobre el pecho de ambas mujeres.

—Per- qu—Alzan la voz y la bajan cuando ven que se trata de la reina, las reverencias no faltan.

—Reina, es un honor.

—Que gran honor, reina, disculpe usted.

—No puedo decir lo mismo. —No oculto mi sorpresa y lo más curioso es que su rey parece disfrutarlo. —No hay nada que odie más que dos mujeres que hagan menos a otra dama.

Ellas se miran.

—Como lo sentimos. —Se dirigen a la reina.

—A mí no es a quien deben pedir disculpas.

Vuelven a mirarse y tomo la palabra.—Reina Charity, no es necesario...

—¿No lo consideras necesario? Tienen la dicha que la futura esposa de Gael de Arcaría lo considere así, en cuanto a mí ha sido muy irrespetuoso.

—Lo sentimos, mi reina. No era...

Ellas se retiran avergonzadas y la reina de Alejandría me guiña un ojo antes de recibir un beso de su esposo en la mejilla.

(***)

—¡Alexandra, no hemos terminado de hablar! —Me quedo a mitad del pasillo cuando ella sale corriendo en mi dirección y sigue su camino. Esta llorando.

Me acerco a Gael.

—Te perdi por un momento.

—Necesitaba hablar con ella ¿No me ausente demasiado? ¿Fueron groseros contigo? ¿Sucedió algo?

—Demasiadas preguntas y no, no pasó nada, pero creo que entre ustedes si...

Se pasa la mano por el cabello.

—¿Cómo...—Pregunto por ella. —¿Cómo lo tomo Alexis?

—No esperaba menos de su reacción, me odia por irme... por renunciar, por obligarla y ponerla en la posición de ser la reina de Arcaría.

Mi mirada baja.

—Gael...

Al notar mi expresión, agrega:

—No, ya hemos hablado de esto desde que te dije que renuncie, Grace y me has repetido la misma pregunta noche tras noche.

—Lo sé.

—Apenas dejaste de hacerlas, no las traigas de nuevo.

Trago saliva. —¿De verdad esta es la vida que deseas?

—¿Una vida tranquila, llena de felicidad, sin seguir órdenes y leyes, una vida a tu lado y por siempre? No necesito pensarlo mucho, se lo que deseo.

Mi corazón late muy rápido.

—Mira a tu alrededor, Gael, tu vida...

—Prefiero mirarte a ti.

Me toma de las manos.

—Te deseo a ti, una vida contigo es lo que anhelo, no lujos, no palacios ni coronas. —Enumera. —No más fiestas por compromiso, no más nada de eso...

Los ojos se me llenan de lágrimas y me recuerda que no es solo por mí, es por él y esta vida agobiante que lleva.

Una vida de la que desea un respiro eterno, Gael ha vivido a costa de otros, ahora finalmente vivirá por el.

—Lo que quiero es pasar todos los días a tu lado y las noches en desvelo, amándote. yo quiero y seré egoísta conto todos por mi felicidad y por ti.

Me inclino a besarle los labios, me devuelve el beso y coge mi nuca.

—Ya no más cuestiones más, mi amor.

Sonrio sobre su boca. —Yo quiero lo mismo, Gael. Quiero esa vida que describes, tan mágica y perfecta.

Me besa una vez más y lleva las manos a mi rostro.

—¿Seguirás siendo egoísta a mi lado?

Asiento y lo beso otra vez, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, me levanta en brazos y sonríe.

—Si es a tu lado, ya sabes mi respuesta.

-FIN-