14

Grace:

He pasado de convertirme de una periodista infiltrada, a la próxima gran noticia de Arcaría.

Esos son mis pensamientos cuando estoy de regreso en la cama, no concilio el sueño y mi memoria se mantiene más activa que nunca, recordándome que he besado al próximo rey. —Respiro profundo y las campanas empiezan a sonar.

¿Qué ya...?

Mi compañera se despierta, aclarando mi duda.

Lia se estira, sentándose sobre la cama. —Buenos días. —Parpadea al verme. —¿Por qué te ves asi?

—¿Así como?

—Tan... ¿No pudiste dormir?

—Clar.. —Aparto las sabanas y me levanto. —¿Qué tonterías dice..?

Doblo el pie y vuelvo a caer sobre la cama.

—Auch...—Lia se inclina a mirar mi tobillo. —No se ve bien.

—Por eso te dije anoche que yo me encargaría del resto, con ese pie herido, debiste hacerme caso.

Lo sé, es más ni siquiera el príncipe me pidió caminar como usualmente lo hago.

—Ya sabes que dirían. —Digo mirando hacia la puerta.

—Pues ahora hablaran más porque hoy no vas a trabajar.

—Lia.

—No, ayer me ayudaste, hoy te devuelvo el favor. —Suspira. —Además no debe importarte lo que opinen, tu le sirves a nuestro próximo rey, las demás labores no son primordiales para ti.

—Me contrataron por una única razón.

—Y el príncipe te subió de puesto. —Ella suspira. —Basta ya, ahora hazme caso y quédate ahí, en cama, me ocupare de todo.

¿Todo?




Gael:

La criada hace una reverencia al verme. —Lamento la tardanza, su majestad, soy Lia, hoy remplazare a Grace.

Arqueo una ceja. —¿Dónde está ella?

¿Es por el beso?

Que tonto, es el tobillo.

—El tobillo, es cierto. —Me rasco la nuca. —¿Cómo dijiste que te llamabas?

—Lia, su alteza.

—Lia...—Me acerco a ella y se pone nerviosa, le sonrio y continuo. — ¿Me dirías el número de habitación de Grace?

Sus mejillas se tornan de color rojo por mi cercanía y enseguida obtengo lo que quiero.





Grace:

¿Se puede aburrir más de lo que yo estoy?

Suspiro y me levanto, sentándome sobre la cama, me llevo una mano al estómago, mi estómago ha empezado a sonar.

¿Qué hora es?

La puerta se abre y quito las sabanas.

—Al fin... me moría de hambre.

—Espero esto sea suficiente.

La cara se me llena de asombro al ver al príncipe de pie, ha entrado a la habitación y lleva con varios paquetes envueltos, de donde proviene el olor delicioso.

—Lindo pijama.

Me vuelvo a sentar, cubriéndome el cuerpo, el sonríe y me extiende la comida.

—Tómalo o me enojare.

Y eso hago.



(***)



Después de abrir los paquetes, empiezo a comer, me ha traído incluso postre y una bebida, además del asado.

—¿Qué haces aquí? —Digo mientras tomo los cubiertos.

—Vine a ver como estabas ¿No es obvio? Fue mi culpa que te tropezaras de esa manera.

—No fue culpa de nadie.

—No, nunca habías empuñado un florete y te obligue a hacerlo, fue un descuido.

—Príncipe...

—Y tenía sentimientos nada amigables, solo quería distraerme... y estaba frustrado por lo que paso en el mercado del pueblo.

Viene de regreso el beso y con disimulo empiezo a comer, no hace más preguntas, deja que me alimente y en nada, los platos terminan vacíos, me como el postre también y guardo todo.

—Olvidé por un instante esto, cuando vi a tu compañera creí que estabas ignorándome.

¿Y qué le hace pensar que no lo hago?

Me mira con los ojos muy abiertos, mierda, creí que lo pensé.

Sin embargo, no hace preguntas y me quita las sabanas.

—¡¿Qué hace?!

—Traje medicina. —Me muestra un embace.

—¡¡Hey! —Grito pero ya ha levantado mi falda, la sujeto en la rodilla y el me levanta la pierna, se unta la medicina en dos dedos y empieza a frotar.

De inmediato la cara se me llena de calor.

—No es necesario, yo puedo hacerlo. —Le intento arrebatar la medicina, pero lo aleja de mí, estirando el brazo.

Aprieto los labios y me voy sobre él, sin embargo, termino con el abajo y yo arriba, mis manos que lograron quitarle la medicina, sueltan el frasco y parpadeo varias veces, antes de alejarme.

Gael de Arcaría, reacciona y ahora no me encuentro arriba, sino a debajo de él, la cara se me llena de calor y lo miro muy sorprendida y esta vez soy yo quien reacciona, al empujarlo y salir de ahí.

—¿Qué haces?—Se burla por la posición.

—Eso no se vio como quería.

Estoy sobre él, sentada sobre sus caderas.

—Enseguida me muevo. —Hablo y me sujeta el muslo.

—No. —Acomoda su cadera con la mía y me sonrojo. —Me gusta esta posición.

Me retiene al agarrarme fuerte.

—¿Qué estas intentando hacer?

—Eres tu quien está arriba.

—Porque me pusiste en esta situación.

—Lo que tú digas.

Ninguno agrega nada, solo nos miramos, hasta que él me toma de los glúteos y se sienta, conmigo sobre él, nuestras caderas vuelven a juntarse, tocándose con la ropa que nos cubre, jadeante, Gael de Arcaría junta su frente sobre la mía.

—¿Vas a ignorar esto?

Me sujeta el cuello y acerca mi boca a la suya.

—Ayer no pude terminar lo que quería hacer.

Anoche cuando nuestros labios empezaron a tocarse, hui antes que eso se volviera una batalle de lenguas.

Solo salí y corrí sin mirar atrás, debí suponer que no se quedaría tranquilo.

—¿Y qué querías hacer? —Pregunto cerca de su boca, nuestras frentes siguen juntas y el calor de ambos vuelve más íntimo el momento.

Coloca una mano en mi muslo y me estremezco, no hay palabras, solo me demuestra con caricias y yo perdida en mis emociones se lo permito, su mano se cuela dentro de la falda de mi pijama y me acaricia entre los muslos, tensándome, levanto el trasero por inercia y su mano entra más.

—Oh dios...

Me sujeto de sus hombros.

—Esto...—Jadeo cuando sus dedos acarician la zona. —Dios... ¿Esto querías hacer?

—Quiero más.

Sus ojos brillan.

—¿Qué más? —Pregunto como si no lo supiera.

El me acuesta sobre la cama y se acuesta a mi lado, tengo la falda alzada y cuando su mano vuelve al mismo lugar, mi cuerpo vuelve a tensarse, pero mis piernas se abren para él.

¿Es un sueño?

Es demasiado agradable para ser un sueño.

Dios mío...

Me toca el centro y sale a acariciarme las caderas, mi piel se eriza y las yemas de sus dedos se colocan en mi ombligo, sube más la falda y cuando voy a bajarla por vergüenza.

—No lo hagas, quiero ver como se mueven con mi mano dentro.

Su voz y sus dedos moviéndose otra vez en mi interior, siento la necesidad de estar otra vez sobre sus caderas, las mías se mueven y el me mira sereno a los ojos, ojos que recorren mi boca y mi cuello, se detienen en mis pechos.

—Que hermosa eres...

Se acerca más contra mí y gimo bajito.

—Deseo probar... tus pezones. —Suelta el comentario e imagino que la tela suave que me cubre me ha delatado. —Los tienes tan duros que los deseo en mi boca.

Quiero...

Quiero que él.

¡Pero...!

Me levanto.

¿Qué rayos estoy haciendo?

—Tienes que irte.

—¿Grace?

—Levántate.

Lo apresuro y logro que se pare, aunque me cuesta, pongo un pie sobre el otro.

—Ahora, sal...—Recuerdo mi posición. —Príncipe, por favor, váyase.

—Grace, hablemos.

—No, ya "Hablamos", si se podría decir, más bien usaste tu posición de príncipe para venir aquí y tocarme...

—Grace, no hice nada que no me dejaras hacerte. Te toque hasta donde lo anhelabas. —Me recuerda y lo sé. —Y de decirme parar, lo hubiera hecho.

Trago saliva.

—No puedo... no puedo hacer esto. —Hablo nerviosa. —No porque me besaste voy a permitir que hagas esto, soy... una dam..

—¿Te ofendí? Si te ofendí no volveré a hace...

—¡No!

Me lleno de vergüenza y el de sorpresa.

—Digo, no...

Él se ríe.

—Seguiré haciéndolo si así lo deseas, si quieres que pare también lo hare.

—Príncipe, solo vete...

—Haz que me vaya.

—¿Qué?

—Un beso.

—Chantajista. —Lo acuso.

Se ríe.

—¿Y bien?

Nos miramos en silencio y aprieto los labios acercándome a él.

—Solo uno. —Susurro al llegar a sus labios y un beso se trasforma en dos, luego en tres.

Se niega a despegarse de mi boca y pronto me encuentro acariciándolo mientras nuestras lenguas se devoran hasta que nuestros pulmones exigen oxígeno.

—Por favor, vete. —Jadeo sobre su boca y me besa de nuevo. —Gael, ya... vete.

Se ríe y me toca el rostro.

—Solo esta noche, mi Grace.

Me deja con un último rostro y regreso a la cama con una sonrisa que no busco borrar.



Hola.

Regresamos con esta historia.

Nos pondremos picantes desde aqui ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Nos leemos.

>>Yiemir.

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