Recordando el pasado...

Recuerdo esos días como si hubieran sido ayer. Mi recuerdo mas grato es y siempre será el día en que conocí a Edward. Yo tenia catorce años y estaba lamentando mi triste y aburrida vida, aunque no sabía que desde ese día todo iba a volverse diferente.

Flashback

Un típico día , en una típica ciudad, bueno un típico pueblo. Estaba asomada por mi ventana esperando que un milagro ocurriera o que un ovni pasara enfrente de mi ventana para poder saludar a los marcianos. Ok estoy divagando necesito distraerme, bajé la mirada a la calle y en ese momento un camión de mudanza paso y se detuvo justo en frente de mi casa. Bueno algo es algo talvez no es el milagro que estuve esperando toda la mañana pero al menos es algo diferente.

Bajé las escaleras y me dirigí hacia donde se encontraban mis nuevos vecinos, tenía mucha curiosidad de conocerlos y sentía que debía ir a darles una cordial bienvenida y mi mas sentido pésame por haberse mudado justo a mi calle, hubicada en el pueblo más aburrido que pueda haber sobre la faz de la tierra. Forks, Washington.

Estuve un rato parada en la orilla de la acera tratando de decidirme entre ir a saludar o regresar a mi casa. Ni siquiera se porqué salí de mi casa, bien me podría haber quedado observando por mi ventana. Mi lado inseguro estaba ganado la batallla y estaba a punto de dar la vuelta cuando mis ojos quedaron atrapados en un par de esmeraldas verdes, los ojos mas hermosos que había visto en mi corta vida, demasiado corta para mi gusto. No podía ni quería romper ese contacto visual y al parecer ese ojiverde tampoco.

-Edward- Lo llamó una pequeña niña que se parecía mucho a el. Dirigió su atención hacia la que era su hermana? Sí eso era lo más seguro, cuando se volteo pude apreciar el resto de el, tenía un cabello cobrizo divino algo despeinado pero aún asi no se veía mal, su cuerpo el de un típico adolescente no era muy musculoso pero se veía fuerte y wow es simplemente perfecto. Fue lo único que pude pensar.

Después de ver a ese adonis tome valor y cruze la calle, decidí hablarle a la niña pequeña para llamar la atención de su hermano, supuse que tendría no más de doce años, aunque podía ser sólo algo baja de estatura.

-Hola- Saludé, volteó a verme con una sonrisa enorme- Hola- me respondió con una voz de soprano muy bonita.

- Me llamo Alice Cullen y como te darás cuenta me acabo de mudar- Dijo mientras exageraba sus gestos debido a lo animada que se encontraba ¿Está niña se encontraba siempre así de contenta?

-No en serio, ¿te estas mudando?- reí y extendí mi mano- Mucho gusto Alice, yo soy Bella Swan y vivo justo en frente de tu nueva casa.

Apretó mi mano tan fuerte que me pregunté donde cabía tanta fuerza en un cuerpo tan pequeño, la sacudía enérgicamente y dijo algo asi como: "Mucho gusto, seremos grandes amigas"

-Alice, mamá necesita que le ayudes a desempacar tu ropa, tiene miedo de equivocarse y luego sufrir tu furia.- Nos interrumpió el adonis de cabello cobrizo y ojos verdes.

-Ay! mama siempre se equivoca, ya le repetí mil veces como se coloca.- Su voz se fue perdiendo conforme entraba en su nueva casa.

-Hola, soy Edward Cullen, soy el hermano de Alice, la duende demoníaca que acaba de irse- "Duende " buen apodo para Alice.

- Soy Bella Swan, soy su nueva vecina- Estrechó la mano que yo le ofrecía y en el momento en que nuestro dedos se tocaron sentí una descarga eléctrica recorrer mi brazo hasta llegar a mi pecho, en ese momento sentía mil cosas que jamás creí posibles. Me quedé viendo nuestras mano aún unidas, inmóvibles, se veían perfectas juntas, como si fueran un rompecabezas que encajaba a la perfección. Alcé la mirada y vi que el también observaba nuestras manos y no hacia el mínimo esfuerzo por separarlas, levantó su vista y me regalo una sonrisa torcida tan linda, tan sincera , tan... tan sexy. No me quedó de otra que sonreír de oreja a oreja, el soltó mi mano dejando una sensación extraña en ella, como si le hiciera falta el abrigo de otra mano, pero no cualquier mano, la mano de Edward Cullen.

-Bella, veo que ya...- De pronto llego Alice. Me sonrojé y desvíe la mirada cuando me di cuenta que casi me metía en el alma de Edward. "¿Edward estas sonrojado?, ¿Edward Cullen sonrojado?"

-Calla Alice- . Después de ese incómodo momento Alice me invitó a tomar asiento en una hamaca, que su padre acababa de colocar, estuvimos un rato hablando, me contó que venían de Chicago, sus padres eran Carlisle y Esme Cullen, se habían mudado porque a su pagre le ofrecieron ser el nuevo director del hospital de Seattle y como su madre no quería vivir en la cuidad compraron la casa en el pueblo más cercano, Forks.

-Alice creo que ya me tengo que ir, pero mañana vengo a visitarlos de nuevo y ayudarlos a desempacar.

-Claro Bella te voy a estar esperando y Edward también.

Me sonrojé y me fui muy rápido. Dormí plácidamente, gracias al maravilloso sueño que tuve, al despertar no recordaba para nada mi sueño sólo recordaba que había sido hermoso.

Me vestí rompiendo un record, bajé tan rápido a desayunar que casi caigo por las escaleras, ahí estaba mi familia; mi mamá, Renne, mi papá Charlie y mi hermana pequeña Renessme Swan, aunque todos la llamamos Nessie.

-Buenos días.- Saludé- Hola hija- Me saludó papa.

-¿Se puede saber porque estás tan feliz hoy?- Me preguntó mi madre.- Por nada especial, solo desperté muy contenta-

-Mamá, ¿puedo ir a saludar a los nuevos vecinos?-

-Claro hija, pero que tu hermana te acompañe-

- De hecho má, te quería, les quería pedir permiso para pasar el dia en casa de los Cullen -¿Quiénes?- preguntaron los tres al mismo tiempo.

-Los Cullen, los nuevos vecinos, ayer los conoci cuando llegaron, ¿puedo?-

-Mm...- Meditó mi mamá-Claro que puedes Bella- Respondió mi papá.

En ese momento acabé de desayunar. "Gracias, luego nos vemos .Nessie te espero allí"

-Recuerda que mañana empiezan las clases, asique que llega temprano- Fue la despedida de mi papá

Cruzé la calle, y en cuanto puse un pie en el porche de los Cullen un pequeño duende vino corriendo hasta donde estaba y me abrazó.- ¡Bella, que bueno que viniste, ven vamos a mi cuarto!-

No me dio tiempo de decir ni siquiera hola, literalmente me arrastró a su cuarto. Cuando entramos , me quedé en shock era muy grande y muy rosa para mi gusto.

Nos la pasamos toda la mañana, desempacando entre broma e historia. A las doce, su mamá subió y nos avisó de que el almuerzo estaba listo. Bajamos las escaleras pero no encontramos a nadie, Alice al ver mi cara de confusión rió y me llevó directo al jardín, donde almorzaba toda la familia Cullen y mi hermana, ¿mi hermana? ¿A qué hora había llegado? No importa, disfruté del almuerzo y del resto del día con los Cullen, como a las cinco de la tarde mi mamá me mandó un mensaje diciéndome que ya regresáramos a casa. Me despedí de Alice y esta me dijo que mañana temprano nos iríamos los cuatro juntos a la escuela.

Bajé a despedirme de los demás y sólo estaban Edward y Nessie en el recibidor jugando a serpientes y escaleras. Le dije a Nessie que era hora de irnos y se despidió de Edward con un beso en la mejilla, cuando hizo eso sentí una punzada en el estomago y cuando Edward se acercó a despedirse me di la media vuelta. Antes de salir me agarró del brazo giro mi cuerpo y me dio un beso en la comisura de los labios. "Nos vemos mañana Bella, paso por ti temprano."

La razón había abandonado mi cuerpo y solo pude asentir y luego ponerme roja como tomate. Salí casi volando de la casa Cullen, arreglé mi mochila para comenzar mi segundo año en el instituto y traté de calmar a mi hermanita, que estaba muriéndose de nervios por comenzar en una nueva escuela, ella entraba al primer grado.

Ese noche tuve el sueño más hermoso de mi vida, y supe que Edward Cullen sería alguien especial en mi vida por siempre.

Fin del flashback

Sí, en ese momento supe que Edward sería parte de mi por siempre, pero luego llegaron las clases y las cosas cambiaron. Jamás olvidaré ese fin de semana porque el amor de mi vida y mi mejor amiga llegaron a mi vida. Todo parecía perfecto, las chicas que antes no sabían ni que existía se acercaban a mi para saber más de los Cullen, bueno de Edward. Yo compartía todas las clases con el y algunas con Alice, creía que mi vida era perfecta y estaba casi segura que Edward pronto se me declararía y Alice igual lo creía. Pero todo cambio el día en el que Nessie me presentó a sus amigos, entre ellos a Jacob Black.