CAPÍTULO 15

El aire fresco de Mondstadt azotaba el rostro de Aether mientras caminaba con paso firme, el enojo y la decepción resonando en cada paso que daba. Sus compañeros intentaban detenerlo, desesperados por explicar, pero sus palabras caían en oídos sordos. Incluso su propia hermana, Lumine, extendió su mano hacia él, pero Aether la esquivó, incapaz de mirarla a los ojos en ese momento.

Finalmente, se encontró con Paimon, quien había seguido sus pasos con preocupación. La pequeña compañera flotó a su lado, sus ojos luminosos llenos de ansiedad y empatía.

Paimon: (con su voz característica) Aether, por favor, escucha. Sabemos que estás enojado y herido, pero no te aísles de todos.

Aether se detuvo, su mirada fija en el horizonte. La frustración lo envolvía, pero la presencia constante de Paimon comenzaba a ablandar sus defensas.

Aether: (con amargura) Paimon, ¿cómo puedo confiar en alguien después de esto? Los arcontes, mis amigos... Todos me ocultaron algo tan crucial.

Paimon: (con ternura) Aether, sé que te sientes traicionado, pero todos cometemos errores. No puedes dejar que esto te haga cerrar tu corazón.

Aether: (con tristeza) Es difícil, Paimon. Realmente lo es. Me siento solo y confundido.

Paimon: (con determinación) Lo entiendo. Pero no estás solo, Aether. Tienes a todos nosotros, tus amigos, aquí contigo.

Aether: (con un suspiro) No sé, Paimon. Siento que todo ha cambiado.

Paimon: (con un intento de humor) ¡Oh, ven ya! Deja de ser tan dramático. ¡¿Dónde está el Aether que siempre encontraba una solución y hacía chistes tontos?!

Aether: (con una pequeña sonrisa) Tal vez se fue con el Aether que solía confiar en la gente.

Paimon: (con determinación) Bueno, si ese Aether se fue, entonces es hora de que el nuevo Aether aprenda a confiar de nuevo. No te rindas en nosotros, Aether. No te rindas en ti mismo.

Aether miró a Paimon, su expresión mezclada de tristeza y gratitud. Lentamente, las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.

Aether: (con voz quebrada) Gracias, Paimon.

Paimon flotó más cerca y rodeó a Aether con su brillo reconfortante.

Paimon: (con su voz suave) Siempre estaré aquí para ti, Aether. Juntos superaremos esto, como siempre lo hemos hecho.

La noche caía sobre Mondstadt mientras Aether se sumía en un sueño inquieto. Una vez más, se encontraba en un lugar oscuro y desconocido, enfrentándose al encapuchado de su sueño anterior. La figura enigmática se acercó a él, su voz resonando en su mente.

Encapuchado: (voz profunda y misteriosa) Aether, el tiempo apremia. Si deseas evitar la catástrofe que se avecina, debes encontrar y unir las gnosis. Solo así podrás forjar un arma que proteja Tevyat.

Aether se despertó sobresaltado, el eco de las palabras del encapuchado aún retumbando en su cabeza. Se sentó en su cama, el corazón latiendo con fuerza mientras intentaba procesar lo que había visto en su sueño. Finalmente, decidió actuar en lugar de quedarse inmóvil.

A la mañana siguiente, Aether dejó una carta cuidadosamente escrita en su habitación dirigida a Paimon. La pequeña compañera flotaba cerca, sus ojos llenos de curiosidad y preocupación mientras observaba a Aether.

Aether: (con voz suave) Paimon, he tomado una decisión. Tengo que emprender este viaje solo, en busca de respuestas.

Paimon: (con sorpresa) ¿Un viaje solo? ¿Por qué, Aether?

Aether: (con determinación) Hay algo que necesito hacer, Paimon. Algo que va más allá de lo que puedo comprender en este momento. Pero quiero que sepas que siempre apreciaré todo lo que has hecho por mí. Eres mi amiga y siempre estarás en mi corazón.

Paimon miró la carta, sus ojos llenos de tristeza y aceptación.

Paimon: (con voz suave) Aether, si eso es lo que necesitas hacer, entonces lo entiendo. Pero prométeme que te cuidarás y que volverás a salvo.

Aether asintió con una sonrisa, sintiendo el apoyo y el amor de Paimon.

Aether: (con ternura) Lo prometo, Paimon. Y siempre estarás conmigo, incluso en esta travesía.

Después de un abrazo reconfortante, Aether tomó su mochila y se dirigió hacia la salida de su habitación. Paimon lo siguió, sus alas brillando con un resplandor cálido.

Paimon: (con determinación) Aether, no importa lo que enfrentes en este viaje, siempre estaré contigo. Te apoyaré y te esperaré aquí.

Aether: (con gratitud) Gracias, Paimon. Eres mi verdadera compañera y amiga. Nos volveremos a ver, lo prometo.

Aether finalmente había llegado a Liyue, a la tierra de la Gnosis Geo. La brisa fresca soplaba a través de las estrechas calles de la ciudad, y el resplandor dorado del sol de la tarde bañaba todo en un tono cálido. Aether caminaba con paso firme, con la determinación de obtener la Gnosis Geo y continuar su búsqueda para salvar a su hermana.

Soldado de la Geoarmada #1 (sorprendido): ¡Miren, es Aether! ¡El Viajero de otro mundo!

Soldado de la Geoarmada #2 (emocionado): ¡No puedo creer que esté aquí en Liyue!

Soldado de la Geoarmada #3 (alerta): Esperen, ¿no es ese el Viajero que ha estado causando problemas en Mondstadt y otras regiones?

Aether (murmurando para sí mismo): Parece que mi presencia aquí no pasa desapercibida. Tengo que ser cauteloso.

Soldado de la Geoarmada #1 (llamando por un comunicador): Informe al Arconte Morax y a Ningguang. El Viajero ha sido avistado en Liyue.

En ese momento, el ambiente en la plaza cambió drásticamente. Un grupo de soldados de la Geoarmada rodeó a Aether, bloqueando su camino. Sus armaduras brillaban bajo el sol y sus expresiones eran serias.

Aether (con calma): Vaya, parece que me han dado una cálida bienvenida. ¿Quizás debería pedir un autógrafo?

Soldado de la Geoarmada #2 (serio): Deja de bromear, Viajero. Estás bajo arresto por orden del Arconte Morax y Ningguang.

Aether (riendo suavemente): Si creen que me dejaré arrestar tan fácilmente, están equivocados.

Con un movimiento rápido, Aether invocó su espada y la recubrió con el elemento Cryo. Un destello azul helado recorrió la hoja, mientras el aire a su alrededor se enfriaba notablemente.

Aether (con determinación): Les sugiero que reconsideren su decisión.

Soldado de la Geoarmada #3 (preparándose para el combate): No vamos a retroceder, Viajero. ¡Por la gloria de Liyue!

Los soldados de la Geoarmada se lanzaron al ataque, pero Aether los detuvo en seco con una oleada de frío. La superficie bajo sus pies se cubrió de hielo, haciendo que los soldados perdieran el equilibrio y se resbalaran.

Soldado de la Geoarmada #1 (sorprendido): ¡No puedo moverme!

Soldado de la Geoarmada #2 (frustrado): ¡Maldición, su poder Cryo es increíblemente fuerte!

Aether (con confianza): No quiero lastimar a nadie, pero no me dejarán elección.

Después de un momento, Aether levantó el hielo que había creado y los soldados de la Geoarmada se liberaron de su congelamiento. Sin perder tiempo, aprovechó la oportunidad para correr a toda velocidad por las calles de Liyue.

Soldado de la Geoarmada #3 (gritando): ¡No lo dejaremos escapar! ¡Informen al Arconte Morax y a Ningguang!

Mientras se alejaba, Aether podía escuchar los pasos apresurados de los soldados detrás de él. Sabía que su huida no sería fácil, pero estaba decidido a obtener la Gnosis Geo y a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

Aether (agitado): Mientras corría por las callejuelas de Liyue, una súbita corriente de aire gélido y un destello de luz azul pasaron rozando su mejilla. Una flecha de hielo pasó zumbando junto a su cabeza, clavándose en una pared cercana.

Aether (alerta): ¿Qué diablos...?

Justo en ese momento, tres figuras aparecieron en su camino. Ganyu, con su arco en mano; Keqing, con su espada desenvainada; y Ningguang, con una mirada seria en su rostro. Aether frenó en seco, sorprendido por su repentina aparición.

Ganyu (preocupada): Aether, detente. No queremos pelear contigo.

Aether (frustrado): ¡Ah, pero eso es precisamente lo que están haciendo! Primero la Geoarmada, y ahora ustedes...

Keqing (firme): Aether, escucha. Estamos aquí para evitar que sigas causando caos en Liyue y en las otras regiones. Tus acciones tienen consecuencias, y no podemos permitir que continúes por este camino.

Aether (enojado): ¡Consecuencias! ¿Acaso no entienden que estoy haciendo todo esto por el bien de Teyvat? ¡Estoy tratando de salvar a mi hermana y a todos los demás!

Ningguang (seria): Entendemos tus intenciones, Aether, pero la forma en que estás actuando es peligrosa. No puedes simplemente tomar decisiones unilaterales y esperar que todos te sigan ciegamente.

Aether (con amargura): ¡Tú de todos deberías entender lo que significa luchar por lo que crees! Ningguang, no te haces ninguna favorecedora al lado de los arcontes.

Keqing (determinada): Aether, esto no es lo que Monstadt ni Liyue necesitan. Estás perdiendo de vista tus verdaderos objetivos.

La ira ardía en los ojos de Aether mientras escuchaba las palabras de Keqing. Sin embargo, antes de que pudiera responder, Keqing se lanzó hacia él con su espada en alto, buscando detenerlo.

Keqing (gritando): ¡No me dejas otra opción!

Aether (gritando): ¡Maldita sea, Keqing, retrocede!

Aether desató una ráfaga de energía Cryo en su defensa, pero Keqing logró esquivarla ágilmente y continuó su avance. La chispa de una lucha se encendió en el aire mientras sus armas chocaban con fuerza.

Keqing (mientras luchaba): Aether, esto no es lo que eras. Vuelve a ser el Viajero valiente y compasivo que conocí.

Aether (con rabia): ¡Ya no puedo ser el mismo! Demasiadas traiciones, demasiadas mentiras. Todo para mantener el poder.

La batalla continuaba, y en medio del caos, Ganyu y Ningguang intentaron acercarse para intervenir. Sin embargo, la ira de Aether lo hacía imparable. Con un grito de frustración y determinación, canalizó su poder Cryo en un ataque devastador que envió a Keqing volando hacia atrás.

Ganyu (preocupada): ¡Keqing!

Ningguang (seria): Aether, aún hay tiempo para cambiar de rumbo. No necesitas hacer esto solo.

Aether miró a Ganyu, Keqing y Ningguang por un momento, sus ojos reflejando un torbellino de emociones. Sin decir una palabra más, dio media vuelta y se lanzó nuevamente a la carrera, alejándose de ellos y sumiéndose en la ciudad de Liyue mientras el viento helado soplaba a su alrededor.

Él ya se encontraba ante la majestuosa Casa Dorada, la residencia que ostentaba la presencia imponente de la estatua de Morax. La estatua de piedra se alzaba alta y orgullosa, mirando sobre Liyue con una mirada eterna. Aether sabía que su objetivo era obtener la Gnosis Geo, pero antes de que pudiera siquiera tocar la estatua, tres figuras aparecieron frente a él. Zhongli, con su presencia tranquila; Tartaglia, con una sonrisa desafiante; y Xiao, con su aura sombría.

Zhongli (sereno): Aether, detén tus pasos.

Tartaglia (burlón): Parece que el Viajero finalmente llegó al lugar correcto. Demasiado malo que llegamos antes que tú.

Xiao (serio): No podemos permitir que continúes por este camino.

Aether (frustrado): ¿Otra vez ustedes? ¿Qué están haciendo aquí?

Zhongli (calmado): Estamos aquí para evitar que tomes una decisión impulsiva. Toma un momento y escucha lo que tenemos que decir.

Aether (ignorándolos): Ya he escuchado suficiente. No puedo confiar en ninguno de ustedes.

Tartaglia (riéndose): ¿No puedes confiar en nadie? Esa es una forma solitaria de vivir.

Xiao (firme): Tu ira no te llevará a ninguna parte. Detente antes de cometer un error que lamentarás.

Aether (frustrado): Ya he cometido suficientes "errores", ¿no es así?

Sin embargo, antes de que Aether pudiera avanzar, el aire se cargó con una energía poderosa y repentina. Con un destello brillante, Aether desplegó la Gnosis Anemo en su mano, demostrando que ya la había obtenido.

Tartaglia (sorprendido): ¡Espera, ya tienes una Gnosis!

Xiao (alerta): ¿Cómo...?

Antes de que pudieran reaccionar, Aether liberó un estallido de energía Anemo, enviando a Tartaglia y a Xiao volando hacia atrás, sus cuerpos chocando contra las paredes cercanas. Zhongli, sin embargo, había esquivado el ataque y se mantenía firme.

Zhongli (sereno): Aether, por favor, no sigas por este camino. Hay más en juego de lo que comprendes.

Aether (enfurecido): Ya he escuchado suficientes excusas y palabras vacías. Todos ustedes me han traicionado.

Zhongli (con pesar): Lo siento, Aether. No puedo explicarte todo debido a los compromisos que he asumido.

Aether (gritando): ¡Basta de secretos! ¡Basta de arcontes y contratos!

La batalla se desencadenó con una ferocidad implacable. Aether blandía su espada con destreza, lanzando ráfagas de energía Anemo mientras se movía con agilidad por la arena de la Casa Dorada. Zhongli sostenía su lanza con gracia y control, su presencia serena contrastando con la intensidad del enfrentamiento.

Aether (gritando): ¡No me detendrás, Zhongli! ¡Necesito la Gnosis Geo!

Zhongli (con calma): Aether, te ruego que reconsideres. No entiendes completamente las implicaciones de tus acciones.

Los ataques elementales se cruzaban en el aire, creando una danza de poder y fuerza. Aether conjuraba vientos cortantes y estallidos de hielo, mientras Zhongli invocaba pilares de tierra y escudos de geo para defenderse. La batalla era agotadora, cada uno aprovechando sus habilidades y elementos en busca de la ventaja.

Aether (respirando agitado): ¡No puedo retroceder ahora!

Zhongli (sereno): Aether, no quiero lastimarte. Pero si continúas por este camino, no tendré más opción.

La lanza de Zhongli se convirtió en un torrente de energía geo, y con un movimiento fluido, creó un pilar de piedra que surgió del suelo, amenazando con atrapar a Aether. Sin embargo, Aether logró evadirlo ágilmente, rodando por el suelo y recuperándose.

La batalla continuó durante lo que parecieron horas interminables. Ambos luchaban con ferocidad, cada golpe resonando en la Casa Dorada. Aether sentía la fatiga en su cuerpo, pero su determinación no menguaba. Finalmente, después de un último intercambio de ataques, Zhongli logró desarmar a Aether y lo dejó de rodillas, con su lanza apuntando hacia él.

La batalla fue intensa y agotadora, ambos luchando con todas sus fuerzas. Aether utilizó su capacidad para cambiar entre diferentes elementos para mantener a Zhongli a la defensiva, pero el Arconte Geo demostró ser un adversario formidable.

Zhongli (tranquilo): Tu ira te nubla el juicio, Aether. Debes...

Antes de que Zhongli pudiera terminar su frase, Aether se abalanzó con una ráfaga de energía Anemo, su ráfaga chocando con la lanza de Zhongli en un choque titánico. La fuerza de la colisión hizo que las grietas se extendieran por el suelo de la Casa Dorada.

Aether (gritando): ¡Basta de charlas vacías! ¡Estoy cansado de tus manipulaciones!

La ira y la frustración de Aether impulsaron su fuerza, y con un golpe poderoso, logró desequilibrar a Zhongli. En ese momento, aprovechó la oportunidad para lanzar un ataque combinado de fuego y rayo, enviando una oleada de energía hacia el Arconte Geo.

Zhongli (sereno): Aether, detente antes de...

Sin embargo, Zhongli fue interrumpido por la poderosa combinación de elementos de Aether. La energía impactó contra él, y la Casa Dorada tembló ante la intensidad del choque. Cuando la energía se dispersó, Zhongli yacía en el suelo, abatido.

Aether (jadeando): Esto es... por todo lo que has hecho.

Zhongli (con sinceridad): Aether, lamento que esto haya llegado a esto. Espero que algún día puedas entender las razones detrás de mis acciones.

Aether (mientras se alejaba): Ya no tengo tiempo para tus secretos y justificaciones. Haré lo que sea necesario para salvar Teivat.

Con determinación y enojo ardiente, Aether se aproximó a Zhongli, quien luchaba por ponerse de pie. Con un movimiento rápido, Aether canalizó su poder en su espada y golpeó el suelo con un golpe lleno de furia.

El suelo de la Casa Dorada se resquebrajó bajo el impacto, y una parte de él se desplomó. Zhongli fue arrastrado por la brecha y cayó en la oscuridad, mientras Aether observaba, jadeando por el esfuerzo y el conflicto emocional que lo embargaba.

Aether (respirando agitadamente): No me detendré... no importa quién se interponga en mi camino. Seré el verdadero héroe de Teyvat.

Con esas palabras y la Gnosis Geo en su mano, Aether se alejó de la Casa Dorada, llevándose consigo el poder que tanto ansiaba. La casa estaba en ruinas, el suelo roto y el conflicto en el corazón de Aether aún sin resolver. Su camino estaba trazado hacia un destino incierto, lleno de desafíos y decisiones difíciles.

Aether salió de la Casa Dorada con la Gnosis Geo en su poder, sintiendo el peso del poder arconte en sus manos. Sin embargo, su camino no estaría libre de obstáculos. Al doblar una esquina, se encontró con Ningguang, Yelan y Beidou, paradas en su camino, mirándolo con expresiones serias.

Ningguang (seria): Aether, por favor, detente y escucha lo que tenemos que decir.

Yelan (compasiva): Entendemos que estás luchando por un propósito, pero debes considerar las consecuencias de tus acciones.

Beidou (firme): No puedes seguir adelante sin pensar en las personas que podrías lastimar en el proceso.

Aether (enojado): Ya he escuchado suficiente de ustedes. ¡Déjenme en paz!

Aether estaba a punto de darse la vuelta y correr, pero antes de que pudiera reaccionar, Yelan extendió su mano y una habilidad Hydro poderosa emergió de ella, envolviendo a Aether en cuerdas de agua que lo ataron rápidamente.

Yelan (con preocupación): Aether, entiende que estamos haciendo esto por tu propio bien.

Aether (forcejeando): ¡Sueltenme! ¡No puedo creer que también ustedes intenten detenerme!

En medio de su lucha por liberarse, Aether canalizó su poder Pyro y liberó una explosión de llamas ardientes. Las cuerdas de agua se evaporaron en un instante, y Aether se puso en posición de ataque, su mirada ardiente de ira y determinación.

Ningguang (triste): Aether, no queríamos llegar a esto.

Beidou (preparándose para el combate): Pero si eso es lo que se necesita para detenerte, lo haremos.

Yelan (seria): Aether, por favor, entiende que estamos del mismo lado.

Aether (con rabia): ¡No lo entienden! Todos ustedes... todos me han traicionado de alguna manera. No confiaré en nadie más.

La tensión en el aire era palpable, y justo cuando parecía que la batalla estaba a punto de estallar, Aether dio un paso adelante y sacó la Gnosis Geo de su bolsa. Ningguang, Yelan y Beidou quedaron atónitas ante la vista de la Gnosis, sus expresiones mostrando sorpresa y confusión.

Ningguang (asombrada): ¿Cómo...?

Aether (sonriendo con malicia): No subestimen mi capacidad para utilizar este poder.

Sin perder tiempo, Aether activó la Gnosis Geo y una energía brillante comenzó a irradiar desde su interior. En cuestión de segundos, una serie de prismas geométricos rodearon a Ningguang, Yelan y Beidou, encapsulándolas en prisiones de Geo. Aether se rió de manera sombría mientras las prisiones se solidificaban, dejando a las mujeres atrapadas en su interior.

Ningguang (gritando): ¡Aether, detente! Esto no es lo que deberías hacer.

Yelan (intentando liberarse): ¡Nos estás obligando a esto!

Beidou (frustrada): ¡No puedes resolver tus problemas encerrándonos!

Aether se mantuvo firme, mirando a las prisiones Geo con una mezcla de satisfacción y determinación.

Aether (desafiante): No me obligues a hacerlo. Mi camino está claro, y no permitiré que nadie se interponga en mi camino.

Ningguang (implorando): Aether, por favor, escúchanos. No estás viendo el panorama completo.

Yelan (con tristeza): Recuerda quién eras antes. No dejes que el enojo y la venganza te consuman.

Beidou (firme): Eres más fuerte de lo que crees. Pero no puedes llegar lejos sin aliados.

Las palabras de las mujeres resonaron en la mente de Aether, trayendo a la superficie recuerdos de su versión anterior y de los momentos en los que había luchado junto a ellos. La duda se instaló en su mirada, y por un momento, su determinación flaqueó.

Aether (susurrando para sí mismo): ¿Quién era yo antes de todo esto?

Las palabras de Ningguang, Yelan y Beidou resonaron en la mente de Aether mientras las prisiones Geo brillaban intensamente a su alrededor. Sin embargo, en medio de la confusión y la duda, un recuerdo vívido invadió su mente: el sueño en el que había visto a todos sus amigos caer, una visión de desesperación y pérdida que lo había atormentado.

Aether (susurrando): No puedo... permitir que eso suceda.

Las lágrimas comenzaron a emerger en los ojos de Aether mientras miraba las prisiones Geo y las mujeres atrapadas dentro de ellas. Con un nudo en la garganta, dio unos pasos tambaleantes hacia las prisiones, su voz temblorosa al hablar.

Aether (con voz quebrada): Lamento mucho haber llegado a esto. No era mi intención... pero hay algo más grande en juego. Teivat está en peligro, y tengo que hacer lo que sea necesario para evitarlo.

Ningguang (con voz suave): Aether, entiendo que tengas tus razones, pero...

Aether (interrumpiendo, con desesperación): Por favor, entiendan. Tuve un sueño... vi a todos ustedes, a mis amigos, muertos. No puedo permitir que eso se convierta en realidad.

Las palabras de Aether resonaron en el aire, llenas de dolor y miedo. Lentamente, se alejó de las prisiones Geo y guardó la Gnosis Geo en su bolsa. Las prisiones comenzaron a desvanecerse, liberando a Ningguang, Yelan y Beidou.

Ningguang (serena): Aether, no estamos aquí para detenerte. Solo queremos que consideres todas las opciones.

Yelan (comprensiva): Sabemos que lo haces por una razón, pero también debes cuidarte a ti mismo.

Beidou (firme): No puedes hacerlo solo. Necesitas aliados y amigos en este camino.

Aether se limpió las lágrimas de los ojos, su mirada llena de determinación.

Aether (con determinación): No me rendiré en mi búsqueda, pero tampoco dejaré que el enojo y la venganza me cieguen. Haré lo que sea necesario para proteger a Teivat y a quienes amo.

Ningguang (asintiendo): Entendemos, Aether. Solo recuerda que no estás solo en esto.

Yelan (sonriendo suavemente): Si alguna vez necesitas ayuda, estaremos aquí.

Beidou (firme): Regresa a quien eras antes. Ese es el Aether que confiamos en seguir.

Aether asintió con gratitud, sus emociones todavía enredadas pero con una chispa de esperanza. Se dio la vuelta y comenzó a alejarse, dejando a las mujeres atrás, sus voces llevadas por el viento mientras lo instaban a regresar.

Ningguang: (llamando) Aether, recuerda que siempre hay una opción mejor.

Yelan: (animando) ¡No olvides que somos tus amigos!

Beidou: (con determinación) ¡Vuelve a ser el Viajero que conocimos y en quien confiamos!

Aether continuaba su viaje, portando las Gnosis Geo y Anemo, con la determinación de obtener la Visión Electro en la ciudad de Inazuma. Sin embargo, en su camino se encontró con un conflicto imprevisto. En el horizonte, divisó el ejército de la familia Kamisato y el ejército de la Shogun Raiden, dos fuerzas poderosas enfrentadas en un conflicto que parecía inevitable.

Aether (preocupado): Esto es lo último que necesito en este momento.

Intentó evitar a los soldados y deslizarse a través de los espacios entre las líneas enemigas, pero pronto se encontró rodeado por ambos ejércitos. La tensión en el aire era palpable cuando los soldados apuntaron sus armas hacia él.

Soldado de la Familia Kamisato #1 (con desconfianza): ¡Intruso! ¿Qué haces aquí?

Soldado del Ejército de la Shogun #1 (amenazante): ¡Ríndete o enfrenta las consecuencias!

Aether (con determinación): No tengo tiempo para esto.

Antes de que pudiera decir más, la batalla estalló. Aether se encontró luchando contra oleadas de soldados de ambos lados, su espada imbuida en llamas Pyro, dejando a su paso destellos de fuego. Cuchillas Anemo imbuidas en Electro y Geo surgieron de sus movimientos, cortando a través del aire a velocidades impresionantes.

Soldado de la Familia Kamisato #2 (gritando): ¡Es un enemigo formidable! ¡No debemos dejarlo pasar!

Soldado del Ejército de la Shogun #2 (gritando): ¡Atáquenlo con todo lo que tengamos!

La batalla era intensa, con los soldados rodeando a Aether y atacándolo desde todas las direcciones. Sin embargo, su habilidad en el combate y su dominio de los elementos le permitieron contraatacar con ferocidad. Las llamas del Pyro se extendían, los vientos Anemo cargados de Electro barrieron el campo de batalla y las cuchillas de Geo se precipitaban hacia los enemigos.

Aether (gritando en medio del combate): ¡No tengo tiempo para esto! ¡Necesito obtener la Gnosis Electro!

La lucha continuó hasta que finalmente, con un último esfuerzo, Aether logró derrotar a los soldados que lo rodeaban. El campo de batalla quedó en silencio, solo el eco de su respiración resonando en el aire.

Aether (jadeando): Eso debería... hacerlo.

Sin embargo, su victoria fue efímera, ya que ahora quedaban solo cuatro figuras en pie: los generales Ayaka, Ayato, Sara y Kokomi, cada uno observándolo con atención y preparándose para el enfrentamiento final.

El campo de batalla estaba preparado con Ayaka, Ayato, Sara y Kokomi frente a Aether. Las tensiones eran altas mientras todos se preparaban para el inminente enfrentamiento. Ayato y Sara asumieron posiciones de ataque, sus armas listas para la batalla. Aether miró a los generales con seriedad, advirtiéndoles que no sería bondadoso en esta lucha.

Aether (serio): Les advierto, no retendré mis golpes.

Kokomi (tranquila): Entendido, Aether. Lucharemos con todo lo que tenemos.

Kokomi se posicionó detrás de Ayato y Sara, sus ojos llenos de determinación. Ella les habló a los generales mientras se preparaban para el enfrentamiento.

Kokomi (decidida): Ayato, Sara, luchen con todo lo que tienen. Yo me encargaré de mantenernos a salvo.

Ayato (firme): Lo tengo, Kokomi. No te preocupes.

Sara (determinada): Vamos a asegurarnos de que Aether no llegue más lejos.

La batalla comenzó con un estallido de movimiento y acción. Aether se lanzó al ataque con su espada imbuida en llamas Pyro, sus golpes dejando rastros de fuego en el aire. Ayato respondió rápidamente, empuñando su espada y utilizando su Visión Hydro para controlar el agua a su alrededor, creando ataques poderosos y precisos. Sara, por su parte, mantuvo su distancia, disparando flechas cargadas con energía Electro que atravesaron el campo de batalla con velocidad y precisión.

Aether (gritando): ¡No me subestimen!

Ayato (gritando): ¡No subestimes a los guerreros de Inazuma!

Sara (gritando): ¡No subestimes el poder de la Shogun Raiden!

Los choques de espadas, la danza de flechas y los destellos de energía elemental llenaron el aire mientras la batalla se intensificaba. Aether y los generales se movían con rapidez y agilidad, cada uno buscando una ventaja sobre el otro.

Kokomi (concentrada): Manténganse en movimiento, chicos. Estoy aquí para ayudar.

Kokomi invocó su Visión Hydro, sanando a Ayato y Sara mientras luchaban, asegurándose de que estuvieran en plena forma para enfrentar a Aether.

Ayaka (observando): Esta batalla es intensa. Aunque, parece que Kokomi está cuidando de sus aliados.

Los ojos de Ayaka estaban llenos de concentración mientras observaba la batalla. Por el momento, ella optó por observar desde la distancia, sin intervenir directamente en el enfrentamiento.

La intensa batalla se estaba librando, y Aether luchaba con ferocidad contra Ayato y Sara. Con un golpe poderoso, Aether logró dejar fuera de combate a Ayato, quien cayó al suelo derrotado. Sara, por su parte, fue superada por una bola de fuego gigante lanzada por Aether, que la dejó fuera de acción.

Sara (jadeando): No... puedo...

Mientras tanto, Kokomi se esforzaba por mantenerse en pie y continuar sanando a sus aliados, pero sus esfuerzos parecían en vano. Aether se acercaba lentamente, su mirada llena de desprecio mientras se reía de Kokomi.

Aether (riendo con malicia): ¿Es esto lo mejor que puedes hacer, Kokomi? ¿Depender de tus aliados y tus habilidades para sanar? Eres más débil de lo que pensaba.

Kokomi (con determinación): No subestimes... el poder de la compasión y la unidad.

Aether se detuvo frente a Kokomi, su sonrisa burlona mientras miraba hacia abajo a la general de la Sangonomiya.

Aether (burlón): Compasión y unidad, ¿eh? Son solo palabras vacías si no tienes el poder para respaldarlas.

Kokomi (firmemente): No puedes entender... el verdadero poder que reside en la unidad y el cuidado por los demás.

Aether (despreciativo): Tus ideales son una ilusión. La única persona en la que puedes confiar es en ti misma.

Kokomi (con convicción): Aether, nunca dejaré de creer en la fuerza que proviene de un corazón compasivo.

Aether se burló de nuevo, su confianza en sí mismo inquebrantable.

Aether (despectivo): Muy bien, entonces, demuéstrame tu "fuerza compasiva". Intenta salvar a tus aliados ahora.

Kokomi intentó sanar a Ayato y Sara una vez más, pero sus esfuerzos parecían insuficientes. La tensión en el aire era abrumadora mientras Aether se acercaba lentamente, disfrutando de la sensación de control sobre la situación.

Kokomi (determinada): Aether, no importa cuánto te burles, siempre lucharé por lo que creo.

Aether (sonriendo con malicia): Sigues siendo ingenua. Pero adelante, intenta luchar por tus creencias. Veremos qué tan lejos llegas.

Aether se acercaba lentamente a Kokomi, su risa burlona llenando el aire mientras menospreciaba sus creencias y habilidades. Sin embargo, su atención fue interrumpida cuando Ayaka, con un destello en sus ojos, vio cómo Aether se acercaba a Kokomi. Su corazón yandere, una faceta de su personalidad que rara vez mostraba, se encendió nuevamente. Con determinación en su mirada, se dirigió directamente hacia Aether.

Ayaka avanzó con pasos firmes y decididos, y sin previo aviso, lanzó un golpe certero en el estómago de Aether. Él se dobló de dolor, cayendo de rodillas y quedando sorprendido por la súbita acción de Ayaka. Kokomi observaba la escena con asombro, sin comprender del todo lo que estaba sucediendo.

Kokomi (sorprendida): ¿Ayaka?

Ayaka se erigió con una postura dominante, sus ojos desafiando a Aether mientras hablaba con voz firme.

Ayaka (dominante): ¿Por qué...? ¿Por qué eliges a Kokomi en lugar de a mí?

Aether se quedó en blanco por un momento, sorprendido por la actitud y las palabras de Ayaka. La pregunta de Ayaka lo tomó por sorpresa, y no supo cómo responder en ese momento.

Aether (confundido): Yo... Ayaka, esto no es sobre preferencias.

Ayaka (interrumpiendo, con voz dominante): ¡No te atrevas a evadir mi pregunta! Te conozco desde hace tiempo, Aether. ¿Por qué...?

Las emociones estaban al rojo vivo en el campo de batalla, y el conflicto emocional entre Ayaka y Aether estaba en pleno apogeo. Aether buscó las palabras adecuadas, pero se encontraba atrapado entre su deseo de evitar herir a Ayaka y la verdad de sus sentimientos.

Aether (con vacilación): Ayaka, no es así. No estoy eligiendo a nadie... esto no tiene que ver con... sentimientos románticos.

Ayaka (dominante, con lágrimas en los ojos): ¡No me mientas! Te he visto a los ojos y he sentido algo entre nosotros. ¿Por qué... por qué no puedo ser suficiente?

La tensión en el aire era palpable mientras Ayaka confrontaba a Aether con sus emociones crudas y sin restricciones. Aether se encontraba en una encrucijada, atrapado entre la verdad y la complejidad de sus propios sentimientos y la necesidad de mantener su enfoque en su misión.

Aether (con sinceridad): Ayaka, entiende que no es tan simple como eso. Mi prioridad es proteger a Teyvat y resolver los problemas que se avecinan. No puedo permitirme distracciones.

Aether se levantó con dificultad, su cuerpo aún adolorido por el golpe de Ayaka. Empuñó su espada con una mezcla de determinación y agotamiento, preparándose para enfrentar tanto a Kokomi como a Ayaka. Sin embargo, antes de que pudiera atacar, Kokomi intervino de manera inesperada.

Kokomi (rápidamente): Ayaka, si conseguimos capturarlo, podríamos hacer que él y tú... se casen.

Las palabras de Kokomi resonaron en el aire, creando un silencio momentáneo en el campo de batalla. Ayaka miró a Kokomi con sorpresa, su expresión mostrando un destello de emoción.

Ayaka (con una sonrisa maliciosa): ¿Casarme con él, dices?

Kokomi asintió, su mirada seria pero con un atisbo de entendimiento. Ayaka se giró hacia Aether con una mirada dominante y un brillo yandere en sus ojos.

Ayaka (dominante): Escucha bien, Aether. Si logro capturarte, estarás en mi poder. Y si estás en mi poder, cumplirás mis deseos.

Aether se encontraba en una posición precaria, enfrentando a dos mujeres fuertes y decididas, cada una con sus propias motivaciones. Las emociones en el campo de batalla fluctuaban entre tensión, emoción y una chispa de peligro.

Aether (respirando agitadamente): Esto está tomando un giro inesperado...

Ayaka (con una sonrisa dominante): ¿Estás listo para rendirte, Viajero? Porque no voy a dejar que te escapes tan fácilmente.

Aether miró a Ayaka y Kokomi, una mezcla de desconcierto y cierta incomodidad en su mirada. La propuesta de Kokomi y la actitud yandere de Ayaka habían complicado aún más la situación.

Aether (susurrando para sí mismo): Esto es más complicado de lo que pensaba.

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Jejejee espero les haya gustado jajaja 

F Aether

Saludos

Racson

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