🎃séptimo día🎃

Tema libre.

"Algodón de amor"

Eh aquí la especialidad de la casa, crema y nata de su servidora. Ojala les guste owo

Advertencia: violencia, gore, sobrenatural, posible contenido sexual y miel, mucha miel.

💫💖💫

La noche sin luna es hermosa porque puedes ver las estrellas con mayor claridad, los astros que cuentan historias ancestrales, tan mágico como peligroso para cualquier persona que camine sin cuidado por los caminos solitarios o bosques densos debido al alto riesgo de seres siniestros que devoran carne y sangre con gulo capricho. El antinatural silencio congela la sangre y atemoriza las personas, no es el caso de los cazadores de demonios.

Al menos no completamente.

La figura elegante y veloz pasa entre los árboles, vigilando su territorio mientras recorre los caminos poco usuales, saltando rocas y trepando ramas bajas para ver a la distancia un poco mejor. Es cuidadoso que su Haori de doble patrón no se dañe con las ramas filosas o que su cuerpo se arañe, puede atraer esas bestias de la noche con ello. Fue en ese momento que escucho el grito de una mujer cerca. Se dió prisa en ponerse en marcha hasta localizar uno de los caminos que se dirigen al siguiente pueblo.

La vio, una anciana con chal color caoba, acorralada contra el suelo. El demonio en si no parecía ser demasiado fuerte, un recién convertido. Sin usar alguna técnica de respiración, corto en un Gracil movimiento el cuello del demonio dejando atrás el rastro de cenizas y sangre.

– ¡Oh! ¡Que amable joven! Gracias por salvarme - la señora se puso de pie por su cuenta con sus manos temblorosas. Tan contenta que está que dejo pasar la falta de cortesía del pelinegro. El solo afirmó con la cabeza y estaba por irse cuando la anciana de rostro amigable lo llamo.

– por favor, acompáñame a mi casa. No está muy lejos, temo que con mi vieja vista vaya a tropezar en el camino - el de ojos azules volvió a mover la cabeza afirmando, tomo por los hombros a la anciana, ayudándole a andar por la terrosa avenida hasta llegar a una humilde morada. La casa es sencilla con fachada de tienda por algunos pósters en el suelo. Al llegar, la señora le sonrio agradecida una vez más.

– ¡Gracias joven! Eres muy amable aunque no hablas mucho. Antes de que te vayas, deja te doy algo - entro antes de que Giyuu se negara. No quería abusar de la generosidad de la anciana pero tampoco le pareció irse así nada más. No tardó mucho, en sus manos había una bolsita de regalo por tanto no podía ver su interior, es pequeña como de 10 cm.

– ten, este presente te será muy útil y le dará confort a tu corazón. Además de que te cuidara mucho- aseguro la señora.
– gracias... - hablo suavemente. Tomando el pequeño obsequio. Es ligero y firme. No lo examinó, lo haría más tarde en la seguridad de su finca. Lo guardo en el bolsillo de su Haori y con una pequeña reverencia, se fue.

El resto de la noche paso sin contratiempos y uno que otro demonio pereció por el filo de su katana.

...

Cerca del amanecer, podía escuchar el trino de los gorriones y uno que otro animal despertando de su letargo. Giyuu emprendía un lento camino hacia la finca del agua, está cansado de andar, tiene hambre y sueño pero aún así, no apresura sus pasos. Hace un poco de tiempo para poder disfrutar un poco de los débiles rayos de sol antes de meterse en su habitación y dormir.

–¡Fue una noche realmente activa Rengoku-san!! - esa voz. Apresuró un poco su andar hasta ver a una distancia prudente al duo favorito de toda la agencia, incluso de la familia del patrón. Kyojuro y Tanjiro. Caminan alegremente uno al lado del otro, regresando de alguna misión o reconocimiento del área. Tan animados están que no parece que estén cansados por la travesía nocturna.

Giyuu mantuvo su distancia a contra viento, sabe la agudeza olfativa del menor y no es conveniente acercarse. No cuando los ve tan contentos. en los últimos meses, los ve pasar por ese sendero y fue difícil ignorar ese acontecimiento. El joven pelirrojo habla entusiasmado, luce saludable y feliz al lado del rubio bicolor de mirada vivida.

¿Quien no?

El mismo siente revoluciones pesadas en su vientre y mejillas cuando ve al pilar de la llama pasar cerca de el o hablarle. Pero no tiene el valor o determinación para hablar con el, no de forma normal. Sabía que sería accesible y amable pero ¿Que podía decir el? Es aburrido como ver el césped crecer y sus habilidades son tan ilustres cómo una piedra.

Ya fue bastante difícil aceptar que se había enamorado y más de un hombre pero también estaba reconfortado porque no pensó en que volvería a sentir amor por alguien. Kyojuro es el hombre que muchos aspiran a ser: un líder nato que seguirían hasta la muerte. Alguien que tiene una radiante sonrisa y la gentileza cálida que te hace confiar.

Su corazón fue débil.

Habían interactuando poco pero fue suficiente para llegar muy dentro de el, además de las observaciones. Pero es realista, no tienen tiempo para asuntos del amor y no creía llegar demasiado lejos con el rubio. Además que le falta valor y autoestima para acercarse por su cuenta sin desear escapar de ahí.

Los siguió viendo desde la distancia, suspirando un poco, aferrando sus manos contra el tronco. Deja caer su frente contra el árbol con sus mejillas rosadas y el latido frenético de su corazón. Concentro su mente en la respiración efectiva para calmarse y una vez listo, emprendió camino hacia la finca del agua.

Los pajaritos seguian cantando despreocupados y su mente soñaba distraída en la sonrisa del heredero Rengoku.

...

Llegó a su habitación después de un buen baño y dejar su ropa sucia en el cesto. No comió algo en especial, unas galletas de arroz y te verde. No quería preparar algo demasiado laborioso que puede desperdiciarse. Con un suave bostezo fue a su futón pero en el momento que iba a recostarse, vio el pequeño paquete que la señora le había obsequiado. Normalmente lo habria ignorado y hacer caso a su insiste idea de dormir pero la curiosidad es mucha ahora que vio de vuelta ese objeto.

Se estiró un poco para alcanzar el pequeño obsequio y lo abrió retirando el lazo. Abrió los ojos con el corazón paralizado. Debía ser una broma, una muy desagradable, perturbada y extraña. Saco con cuidado el pequeño muñeco de peluche, relleno de algodón y cuidadosamente tejido. El problema no es su apariencia, es prolija y limpia, bonita.

El problema es que se parece a Kyojuro Rengoku, corrección, es Kyojuro Rengoku de peluche.

Tiene su misma sonrisa bordada y vividos ojos bicolores, su uniforme de cazador con su característica capa blanca con diseño de llamas en la parte inferior. No solo eso, también podía desbotonar los pequeños broches para ver que no está cosido al cuerpo del muñeco. Su cabello es lana pintada peinado prolijamente, hasta tenía la nichiri cómo accesorio, algo decorativo.

– ¿Que significa esto? - dijo aún incrédulo por semejante objeto. Si alguien lo viera pensaría que está enfermo por recrear a alguien de ese modo y también llevarse un premio por su increíble habilidad en la manualidad. Sus manos lo tocan con cuidado, algo temeroso de que estuviera maldito o pudiera ensuciarlo, tal vez ambas. Su primera idea fue quemarlo, no iba a arriesgarse de alguna mala fortuna (más de la que tiene) lo cobije con su manto destructor. Sin embargo, entre más lo mira, más tranquilo está. Cómo una especie de sensación de seguridad hacia su persona.

Tal como Kyojuro lo hace sentir.

Con mucho cuidado acomodo algunos mechones de "cabello" del muñeco, dejando ver mejor sus "ojos". No tenía nada de malo tener un inofensivo secreto para el, los kakushi rara vez llegan a su finca y no recibe visitas a menudo. Así que lo dejo en el buró cerca de su cama y se dejó caer en su futón, apenas cobijando su cuerpo, completamente agotado. Mientras su mente se perdía en la conciencia y el sueño, recordó una vez más la sonrisa sincera de Kyojuro.

...

A la mañana siguiente, con el suave cantar de algunas aves y el sol acaricia el suelo trayendo consigo el amanecer. Giyuu abrió los ojos, despertando con mucha calma. Se extraña de no haber despertado trasnoche por sus típicas pesadillas pero no sé quejo al respecto. Con absoluta pereza y con su ropa deslizándose suavemente porque su obi se aflojo, se sentó en la cama y se tallo un ojo. Procesando el hecho que sigue vivo y respira.

–mhh... - por inercia se giro a tomar el vaso de agua que dejó a su alcance ayer y para su sorpresa vio el peluche de Kyojuro a un lado de su almohada. Lo tomo extrañado ¿No lo había dejado en el buró? Tan cansado estaba ayer que no supo que hacía anoche. No le dió mucha importancia y volvió su atención al muñeco. Su cabello rubio está alborotado (más de lo normal) producto de que no está atado y tiene sus mejillas rosadas. Eso no estaba ayer ahí. O tal vez si.

Una vez más, pensó que son cosas suyas y no presto más atención.

Se incorpora para hacer su rutina diaria de higiene. Sin mucha prisa se pone se pie para irse al sanitario, hizo memoria que en los enormes tambos de la casa aún están llenos pero el agua estaría muy fría. Tendría que calentarla con los leños si quería un baño decente pero su mente una vez más le hizo recordar que el había usado lo que sobraba en el almacén la noche anterior. Olvidó comprar madera o carbón y ciertamente también avisar a los kakushi del mantenimiento.

Llegó al baño resignado, abrió la puerta en un suave movimiento cuando la brisa del vapor acaricio su rostro. La tina estaba llena de agua cálida, toallas limpias y todo lo necesario para el baño está preparado. Giyuu miro todo a su alrededor confundido, era algo reciente e inusual. Un kakushi talvez demasiado eficiente andaba rondando por la finca y decidió hacer un gesto muy amable. Sin quejarse de su suerte, prosigue a bañarse.

Retiro su ropa de dormir junto con la interior dejándola en el cesto de la ropa sucia, tomo asiento en el banquillo para enjabonar y tallar su cuerpo a conciencia, notaba su piel palida cómo nieve fresca con algunas cicatrices propias de batallas, los pequeños rasguños arden un poco al tener contacto por el jabón pero no hizo ruido alguno de queja. Hace una mueca de confusión al ver que el color de la espuma es parecido a su piel.

Demasiado pálido.

Suspiro, no se queja de su apariencia. Es un hombre sencillo pero no tiene un real atractivo que fuera para recordar, su cabello negro esta ligeramente esponjado cómo pluma de cuervo y que decir de su apática mirada. Continuo con su tranquila tarea de lavar su cuerpo, paseando con calma el estropajo que deja traviesas burbujas de jabón que esconden su musculatura perfilada. Una vez listo, se echó una buena porción de agua con una cubeta para retirar la espuma y pasar a la tina. todo eso, con la sutil sensación de ser observado, pero al levantar la mirada, solo hay unos pajaritos en el borde de la ventana.

...

Salió del baño completamente relajado, el agua  además de ser calentada, también fue perfumada con sales de lavanda. Eso lo ayudo mucho en sus entumecidos musculos y levanto un poco su ánimo. Ahora tocaba cambiarse y desayunar un poco antes de entrenar hasta decir basta, comer y dormir un poco antes de hacer su ronda correspondiente. Una vez más su rutina común.

Entro a su habitación usando una bata sencilla para darse cuenta que todo está ordenado, incluso su uniforme está listo en su buro y cerca de ahí está el peluche sobre su Haori de doble patrón. Está vez Giyuu se tenso más, se puso nervioso porque los kakushi no entran a su habitación porque el solía poner seguro a la puerta.

Su corazón empezó a latir con ansiedad mientras su mente intenta mantenerlo concentrado para localizar algún demonio. Aunque... ¿Desde cuándo los demonios hacen cosas tan atentas? Esa idea lo calmo un poco y miro por todos lados alguna pista que delate al susodicho o intrusa. Pero nada, ni siquiera la ventana tenía huellas de alguien. Por inercia volteo a ver al inofensivo peluche Rengoku, apoyado sobre su ropa, también noto que está despeinado.

Pero también puede ser simple paranoia, quizás olvidó cerrar la puerta y el recién llegado no sabía de sus hábitos.

Volteo a ver al muñeco una vez más, Una idea inofensiva pero preocupante para su edad llegó a su mente. Se resistió al principio, es impropio para un adulto y más siendo hombre. Pero otra vez vio al peluche sin arreglar, al verdadero Kyojuro no le gustaría estar así de desaliñado.

Viéndose solo y sin demasiada prisa, se arrodilló cerca del buró, tomo su cepillo y peino despacio las hebras de lana, aprovechando que sus dedos siguen algo humedos. Fue sencillo, el peinado es práctico y sus días ayudando a su hermana Tsukako con su cabello dieron sus frutos. El problema es hacer la diminuta colita. No tiene ligas tan finas o hilo a la mano, así que tomo uno de sus cabellos y lo ato lo mejor posible.

No evito sonreir complacido por el resultado. Sus dedos sacudieron un poco su traje y capa, dejandolo nuevamente presentable.

– ya estás listo- dijo para sí mismo, se sentía contento por su sencilla acción ¿Hace cuánto que no se distraía con una tarea tan sencilla como esa? Una vez que terminó con eso, prosigue a lo suyo pero antes de quitarse la Yukata, noto que el peluche lo "miraba". Es un muñeco por dios pero el que tenga la cara de Kyojuro no ayuda.

Cohibido, lo giro para hacerlo que viera la pared  y el poderse vestir dándole la espalda.

💫💖💫

Paso un mes sin muchos contratiempos o preocupaciones mayores. Hasta los demonios parecían más quietos, no le molesta un poco de tranquilidad pero lo vuelve un poco paranoico.

Giyuu había continuado su rutina del día a día, de vez en cuando interrumpida por una misión lejana o un entrenamiento conjunto. Cuando ese acontecimiento pasa, hace sobreesfuerzo para mantener su neutralidad porque podría tocarle el rubio bicolor.  Sus emociones salen más y con más impetu aún si no son románticos (como la competitividad) se empeña en querer hablar más pero estando bajo las miradas inquisitivas de sus compañeros pilares se darían cuenta  y honestamente lo último que quiere es que sus sentimientos sean burlados o que Kyojuro lo mire como un bicho raro.

Aunque claro está que los movimientos de aliento del agua se muestran más elegantes, precisos y hermosos cuando siente que el rubio lo mira o estaba en práctica con el. El agua lo delata y no tiene forma de disimular ese hecho. Pero una vez que el encanto de la pelea acaba, vuelve a su monótona existencia, escapando antes de que Rengoku lo invite a comer con los demás o alguien haga algún comentario sobre el.

– ara ara Tomioka-san - como deseo poder haber caminado más rápido, Shinobu podrá ser buena compañera y una magnífica pilar (de hecho, por eso la admira) pero hay días que es insoportable su humor cuando algo en sus investigaciones no salen bien o tuvo una mala racha.

Y hoy es de esos días.

– Kocho... -
– te he notado distinto Tomioka-san. Te ves más repuesto y descansado. ¿Al fin te dignas a cuidarte? - ese halago pasivo-agresivo tiene algo de verdad.

Desde hace un tiempo, Giyuu comenzó a dormir mejor, como si sus pesadillas se hubieran ido, por más tiempo. Se ha dedicado a cuidar mejor su apariencia gracias a los baños preparados que deja el sobresaliente kakushi, su cabello esta más manejable y suave. Además de comer mejor y con más regularidad que antes. Es un cambio favorable para alguien que se la vive en la depresión.

Pero también sabe que es la influencia de cierto objeto parecido a su compañero con quién tanto sueña. En su ideología, piensa que Kyojuro estaría viendolo y posiblemente se la pasaría todo el día diciendo que debe cuidarse mejor.

– es grosero ignorar a alguien Tomioka-san - protesta con una vena saliendo en su frente.
–...  - sin saber que decir, optó por el silencio  mientras camina alejándose de ella por el sendero escondido en un pequeño segmento se bosque con bambú.

– diría que lo has hecho pensando en impresionar a alguien. No eres del tipo que haría algo por si mismo. - demasiado lista para su bien.

– Oi Tomioka-san... ¿Are? ¿Que tenemos aquí? ¿Un peluche de Rengoku? - la pelinegra con puntas moradas se inclina al suelo para tomar el muñeco del pilar más extrovertido de todos. Giyuu por otro lado, su corazón se detuvo por varios segundos y su piel perdió color.

Olvidó por completo que tenía el muñeco escondido en su Haori. Nadie había sospechado en la práctica porque se retiró el Haori. Pero tanto fue su apuro que debió sobresalir del bolsillo y cayó al suelo, justo enfrente de Shinobu.

Se le había hecho hábito de llevarlo a sus misiones largas, con tal de sentirse acompañado además de Kazanburo. Algo patético siendo un adulto pero le dió apoyo emocional cuando una situación salía fuera de su control y terminaba en tragedia. Ese día olvidó por completo ir a su residencia y dejarlo porque iba tarde al entrenamiento.

– Tomioka-san realmente estas perturbado. un adulto como tú con estos afiches. No estaría tan mal si hubiera Sido cualquier otra cosa como un conejo pero Rengoku. ¿Eres de esas personas extrañas que sienten atracción por su mismo sexo? - el tono burlon de Shinobu le pico hasta el alma. Sabía que pasaría ¿Porque tuvo que ser tan descuidado?

– además de que tienes un muñeco de el. Me da escalofríos. Quien sabe que cosas le haces cuando estás a solas en tu finca - Giyuu no tuvo el valor de enfrentarla. Sabe que tiene razón, realmente está enfermo o desesperado por algo de compañía que casi trae por todos lados al muñeco. Apenas puede mantenerse firme ante las acusaciones de la pilar insecto.

– ¿Que pasaría si Rengoku-san se entera? - eso fue suficiente para morderse el labio, casi haciéndolo sangrar de impotencia. De nada serviría decir que lo mantuviera en secreto porque aunque su relación es meramente profesional, la pelinegra con mechas púrpuras en algún momento lo soltaría si lo veía como una incapacidad de ser efectivo como pilar.

Shinobu por otro lado, mantenía su sonrisa eterna. Es un tipo difícil y algo pesado pero es buena persona (no por nada puso su pellejo por un par de niños extraños) Sabe que fue dura con el pilar del agua pero era necesario para hacerlo salir de su burbuja. Miro de reojo el muñeco de Kyojuro, está muy bien hecho. No podía notar las costuras y los detalles son preciosos. Giyuu debió gastar una fortuna en pedirlo pero también mismo dinero y tiempo pudo invertir para tratar de convivir con el pilar del fuego.

Otra vez vio el muñeco y levanto una ceja extrañada. Su rostro cambio, no tenía esa sonrisa alegre y brillante mirada sino su boca estaba hacia abajo, el iris de doble color se notan más sombrios. ¿Enojado? Si, es la palabra más correcta. Pero no era posible, hace unos segundos no estaba así.

Pestañeo dos veces, embelesada por la mirada del peluche. Conforme más lo mira, más siente algo extraño en su pecho, una sensación de peligro.

Cuando volvió a pestañear, lo vio.

La finca mariposa envuelta en llamas feroces, cenizas y humo arrasando todo lo que estuviera a su alcance, desde la flor más pequeña hasta el último tejo del techo estaban rodeados de lenguas de fuego brillante. Pero no solo el aroma de la destrucción ataca su nariz, también oye los gritos de sus protegidas. La sangre se escurre por el suelo, filtrándose por las puertas, alcanzó a ver a Aoi gritando con su rostro desfigurado y el cabello casi completamente arruinado, su pálida piel sufre quemaduras tan severas que podía ver el hueso de sus pómulos, quiso acercarse a intervenir o salvar alguna de ellas pero sus pies se volvió de plomo sólido, solo podía ver cómo se cae a pedazos todo lo que había protegido.

Al abrir los ojos, sige en el mismo sendero entre los árboles. Su piel brilla del sudor y está vez no pudo mantener su máscara, su corazón aún late frenético por aquella visión. Miro otra vez el peluche, aún tenía la mirada enojada pero el seño notablemente más marcado.

Eso no fue un aviso, siquiera una advertencia es una amenaza real, la carnicería que podía hacer. Controlando su estado alterado, miro hacia el pelinegro, todavía seguía en su mundo, ignorando lo que había pasado hace segundos.

– Tomioka-san - el aludido no voltea, no quiere toparse con sus ojos burlones. Así que fue inesperado que ella le diera en sus manos el muñeco en un movimiento rápido, podía jurar que sus manos tiemblan un poco.

– deshágase de ese muñeco - aún cuando parecía una orden, el tono se asemeja más a una súplica. No dijo más y se alejo a pasos apresurados.

Giyuu la miro confundido, no entendía su repentino cambio de humor. Quizás recordó un pendiente de vital importancia aunque le sorprendió que le regresará el juguete. Vio el peluche y una sombra de sonrisa apareció. Sacudio un poco el muñeco, limpiando sus mejillas rosadas y sonrisa contagiosa. Lo guardo en su Haori doble patrón con mayor ahinco, asegurando que estuviera bien acomodado para que no volviera a salir. Ya sin más interrupciones, prosigue su camino hacia su finca sin pensar siquiera imaginar un poco lo que había pasado a sus espaldas.

...

El atardecer se acercaba lentamente en el horizonte y consigo su siguiente tarea pendiente del dia. Giyuu había optado por meditar un poco para relajar sus músculos y mejorar su concentración para la onceava postura. En su cabeza solo hay una imperturbable quietud, visualizando su figura en medio del agua tan quieta que asemeja un espejo.

– Tomioka-san - escucha un eco lejano en su mente, distante y familiar una voz. Nuevamente la escucho, haciendo que frunza un poco el seño por la desconcentración pero no lo suficiente. Una vez más se escucha, está vez más cerca y clara, es enérgica y dolorosamente familiar, su concentración ya se estaba perdiendo, no tenía tenía caso de mantener la posición de meditación. Le costó volver a la realidad porque se había sumergido demasiado en la inconsiencia, es extraño que Kazanburo no este cerca, es quien lo ayuda a regresar.

Abrió los ojos y por casi nada logro callar un grito de impresión cuando tenía a pocos centímetros de su cara esos vivaces ojos de atardecer que tanto le gustan. Kyojuro estaba imperturbable sobre su falta de criterio del espacio personal. Su corazón late tan rápido que lo deja algo sordo, su boca se seco y temía que si abría la boca dijera alguna incoherencia.

–¡Siento haber entrado sin permiso pero no respondías a mis llamados y tú cuervo me dijo que aquí estabas! - tomo distancia poniendo sus brazos sobre su pecho.
– meditaba... - logro sacar en limpio.
–¡Hum! Una mente relajada es adecuada para mejorar tus habilidades. ¡Eres muy inteligente Tomioka-san!! - halago, Giyuu por otro lado intenta tranquilizar su desbocado corazón para poder hablar con sentido.

Un poco más concentrado, se extraña que el rubio bicolor este aquí con el. Es más, jamás había dicho la ubicación de la finca del agua y nunca dijo que estaría en ella.

– ¿Cómo llegaste aquí? -
– ¡Tú cuervo me lo dijo que estabas aqui y el joven Kamado me dijo como llegar! - cierto, Tanjiro había venido una vez aquí a descansar porque la finca mariposa estaba llena de pacientes ese día y no quería molestar.
–el joven Kamado es muy listo y hábil aprendiz. Estoy muy seguro que llegara a ser un excelente pilar - comento entusiasmado ante los logros de su pupilo. Giyuu frunció el seño ligeramente, no tenía que restregar en su cara que el joven pelirrojo lo prefiero por creces.
– ya veo... -

– ¡Tomioka-san Vamos a comer dangos! Yo invito - ofreció de repente, con voz fuerte y rapida.
– no - ok. Quiso patearse por decir eso. Pero por mucho que le gustara Kyojuro aún está molesto con el por robar a su futuro Tsuguko.
– ¿Porque no? -
– tengo patrullaje - explica poniéndose de pie. El anochecer ya está cubriendo gran parte del cielo, hasta podía ver la media luna con pocas estrellas en el manto azul, púrpura y naranja.
– ¡Umu!! Está bien. ¿Mañana por la mañana? Cuando regreses - insiste ladeando un poco la cabeza. ¡Tan malditamente atractivo y gentil!! Con esos ojos luminosos que hacen caer a cualquiera.

– e-esta bien - por desgracia, el pertenece a ese ganado.
–¡Yomoya! - tomo sus manos de repente. – entonces te veré mañana en puente que está al sur, el que cruza 4 caminos. ¡Hasta entonces Tomioka-san!! - no espero respuesta, dió un pequeño apretón y se alejo luciendo más radiante de cuando llegó. Se despidió rápidamente dejando a un adorable y confundido Giyuu.

El pelinegro usuario del aliento del agua se quedó quieto unos minutos más, procesando lo que pasó, El pilar del fuego, el mismo por el que tanto suspira ¿Lo invito a salir? Bueno, no fueron sus palabras exactas pero aún así. Sus labios temblaron un poco ante la expectativa. Hasta que recuerda que el rubio de brillante sonrisa es amable con todos. Siempre le insiste en ir a comer con los demás pilares o con Tanjiro, siempre lo invita en las reuniones sociales que el mismo rechaza por no sentirse merecedor de estar cerca de ellos.

El sentimiento de ilusión vino tan rápido como se fue.

Eso le ayudo a volver a concentrarse sin embargo dejo un agrio sentimiento.

...

Ya entrada en la madrugada, con la luna como testigo. la figura silenciosa y letal del pilar del agua corría por la oscuridad del bosque persiguiendo un grupo de demonios que inútilmente intentan escapar.  Ya había eliminado a varios atrás pero el que estén agrupándose de esa forma indica que puede que haya un demonio mucho más inteligente que los lidera.

Siguió asesinando demonios sin usar un aliento, eran debiles. Hasta que en el momento que elimino al último que se escondió detrás de un roble, un hilo fino cortándose desde su espalda. El pilar del agua tuvo razón en sus sospechas así que tocaba eliminar al ente más fuerte. El asunto era encontrarlo, usando sus instintos y metodología de rastreo fue siguiendo la pista del supuesto demonio más fuerte hasta encontrar una cueva entre una pared de rocas. Al notar el rastro de ropa humana destruida y sucia de sangre, supo que llegó al sitio correcto.

Cuidando sus pasos y maximizando sus sentidos fue ingresando.

Por el eco, no era demasiado profunda ni demasiado alta pero si posee un horrible olor que apunto en la lista de pendientes notificar a los kakushi de limpiar el sitio.

– vaya vaya... ¡Que hermoso ejemplar! - la desagradable voz risueña resonó en la cueva un poco para presentarse ante el pilar. –¡Que rostro tan etereo! ¡Serás una magnífica marioneta!-

Giyuu blandio su nichiri la primera postura de su elemento, cortando de Tajo un puñado de hilos finos. Retrocedió unos pocos para obligar al demonio a perseguirlo, cosa que ocurrio. Pues el ente quedó fascinado con la figura del pilar. El demonio usa ropa que indica que fue un artista, algún tipo de acróbata por la tremenda agilidad que se movía entre los árboles, no paraba de arrojar sus hijos para capturarlo.

Duro huyendo varios minutos entre oleajes de agua en el aire e hilos esparcidos hasta que logro cortar sus brazos. Giyuu estaba por darle la estocada final cuando su cuerpo dejo de moverse de forma brusca, contracturas dolorosas que lo hicieron soltar quejidos. Apenas podía mantener su katana en sus manos.

– se tardó pero funciono. - el demonio se levantó despacio, sangrando con una sonrisa triunfante. – aún si cortabas mis hilos, estos se unirían encima de tu cuerpo, bastaba que uno de ellos tocará tu piel para controlarte -

Giyuu siguió luchando para liberarse, enfocando su mente al 100% en no caer en el arte demoniaco. Su arte demoniaco busca adormecerlo y ceder su voluntad. Incluso sus sentidos empezaron a nublarse, ver doble, escuchar ruido sin sentido.

– rindete precioso. No tienes a dónde huir y nadie vendrá a salvarte. - se acercó más dispuesto tocarlo con su lengua bifida. – serás la marioneta más bella que he tenido. Muchos y muchas caerán con tu bonita cara.-

Pero antes de que la mejilla del pilar del agua fuera tocada por ese individuo. Una oleada de calor llegó de golpe, tal como una onda ignea en verano. El filo de la katana se volvió serpientes de fuego que quemaron los hilos y al propio demonio. Mismo que se alejo chillando de dolor.

Giyuu se dejó caer, intentando restaurar sus sentidos y de la batalla a pocos metros de el. ¿El demonio intenta huir o atacar? Se sentía confundido. Kyojuro había llegado a salvarlo pero no escucha su voz y ¿Porque el tamaño de sus flamas es tan bajo?  Sabe que no es un demonio tan fuerte pero si molesto, por tanto no se molestó en usar toda su fuerza.

Quizás el es demasiado débil.

Pero también es extraño que esté tan silencioso. ¿Tan molesto esta para aplicar la ley del hielo? Quizás lo interrumpió durmiendo porque Kazanburo fue a buscar ayuda. con apoyo de la técnica de respiración total, fue recuperando sus sentidos y conciencia. Escucha mejor al demonio maldecir furioso, el calor abrasador, y ver las olas de fuego moverse aquí y allá cortando y quemando.

Pero, lucen mucho más pequeñas de lo que imagino. No, no es que el pilar de la llama había reducido su fuerza, su tamaño es mucho más bajito, demasiado para ser considerado humano.

– ¡pequeña peste!!! Remedio de demonio- lo atrapo en un capullo, creyendo que tenía la victoria segura, no se imagino que sus ojos centellen provocando que su cuerpo arda en llamas. Tanto el manojo de hilos como el mismo ente siniestro estallaron consumidos en fuego violento, su resplandor es más rojizo que ámbar, demostrando la corrupción del material que consume. Aprovechando la descabellada situación, Giyuu se incorpora y ataca al demonio cortando su cabeza ahorrándole minutos de sufrimiento.

Con al cabeza rodando sin gracia y aún ardiendo, Giyuu se alejo con varias emociones consumiendo su cabeza, que aún no se recupera del todo del arte demoniaco. En su bruma mental, se dejó caer sobre un árbol grueso hasta sentarse apoyándose en suelo y césped. El aire frío lo ayuda a calmarse, el sonido bajo lo arrulla que le produce sueño. O así era hasta que algo pequeño y suave cae encima de su pecho sobre sus dos pequeños pies.

– no fue una alucinación. - el peluchito de Kyojuro Rengoku se mueve, su cabeza se ladea un poco, su boca es plana y sus ojos tienen una expresión preocupada. Al menos, eso puede entender.

Retrocedió cuando el muñeco se movió hacia su rostro, recordando como había quemado sin piedad al demonio. Sintió la suave tela que construye la manita en su mejilla, dando leves palmaditas. Dando seguridad de que está a salvó. No sabe si el pequeño juguete poseído hizo algo en el o el cansancio de todo lo ocurrido en el día lo hizo quedarse dormido.

💫💖💫

El sol colándose por las ramas de los árboles y el ruido natural del bosque lo estimularon suficiente para hacerlo abrir los ojos, confundido por dónde está. Hasta que los recuerdos llegan de golpe uno tras otro.

La cacería.

El demonio acróbata.

Y el peluche de Kyojuro vivo.

Un ruido a su izquierda lo hizo voltear con su nichiri en mano, ahí estaba el pequeño muñeco con una hoja recién cortada grande en su diminuta espalda de algodón. Aún tenía la mueca preocupada o así era hasta que en un parpadeo cambio a una feliz aunque suave.

En un pequeño salto llegó a su cuerpo, no sintió el peso en su pierna ni tampoco peligro. De hecho, el peluchito dejo en su regazo el paquete que tenía en sus manos. La hoja se abrió dejando ver un par de Onigiris en su interior.

Ni siquiera había volteado a ver ni una vez la katana.

–¿De dónde lo sacaste? - fue lo primero que dijo. El peluchito rubio señalo una dirección hacia el bosque. cierto, había un pueblo cerca de ese bosque.

– robar es malo - el peluche solo movió su piecito mientras baja la cabeza: avergonzado.
– pero gracias -

Eso lo reanimó más, incluso dió pequeño saltitos de felicidad sobre la pierna del único humano presente. El pilar del agua ya había reconocido que su cordura tomo vacaciones para no regresar, se acomodo mejor en el suelo  y tomo las bolitas de arroz.

– no vas a lastimarme - el enérgico mini Kyojuro negó.
– ¿Que eres entonces? - no podía ser un demonio, estaba bajo el sol en ese momento y no huele a putrefacción con hierro oxidado, a contrario, seguía teniendo ese aroma neutro, ligeramente especiado-dulce.

El Kyojuro de peluche solo hizo un ademan con sus "manos", no parecía hablar y tampoco se le entendía bien a su mimetismo. El pelinegro suspiro derrotado tras varios minutos de no entender e hizo un ademan con su mano para que se detuviera.

– ¿Comes humanos? - otra vez negó. Pero luego balanceo una de sus manitas. Giyuu se puso alerta con eso.
– entonces si - negó otra vez - no puedes comer "más o menos" humanos - el peluche se quedó quieto, seguía sin mostrar algún indicio de agresión o maldad hasta que se movió rápidamente, tomo una ramita en el suelo y comenzó a hacer kanjis muy simples.

– podías hacer eso desde el comienzo - protestó. Pero al ver que eran solos eran palabras clave, no servía mucho para narraciones largas. Además de que sería terriblemente tedioso para un peluche de 10 cm de estatura moverse aquí y allá con un palito.

"Miedo y pesadilla"

– te alimentas de... Entonces tú comías de mis pesadillas- afirmó. Eso explica porque estaba tan descansado. Era algo muy conveniente para el. – ¿Gracias? - dijo cohibido. Nuevamente lo vio brincar con sus manitas arriba, de una, se subio a su hombro, sentándose ahí. Insistiendo con la mirada que comiera los Onigiris. no queriendo probar su suerte, empieza a comer despacio. Estaba relajado en su lugar, respirando el aire fresco pero el travieso sol de medio día fastidio un poco su vista.

¿Medio día?

Giyuu se puso de pie de golpe, recordando que tenía una no-cita con el verdadero pilar de la llama. No pudo evitar deprimirse  por su descuido, ya era muy tarde y el no se quedaría todo el día a esperarlo. era su oportunidad de acercarse sin la presión de los demás pilares y la arruinó. Si antes no creía tener algún punto a favor, ahora mucho menos.

Su corazón se fracturó.

-auch... - se quejo cuando un tirón de su cabello lo hizo salir de su pozo de autodesprecio. El peluche rubio bicolor ahora está en su hombro mirándolo con atención y señalando una dirección en particular hacia el bosque.

– no tiene caso, el... - otro tirón. El muñeco insiste en que avance. Era obvio que decía que diera la cara por dejar plantado a Rengoku. El pelinegro titubeó un poco, demasiado cobarde para disculparse pero era lo mínimo que podía hacer por el. Empezó a caminar pero el crujido de la hoja con los restos de Onigiri le dió una idea.

💫💖💫

– ¡Concéntrate más Joven Kamado! ¡Y retifica tu espalda! - ordenó con una postura firme a pocos metros de distancia.
– ¡Si Rengoku-san! - hizo lo acatado aunque sus músculos dolían bastante, está muy motivado a entrenar. Su maestro es todo un ejemplo y quiere cumplir con sus expectativas.

Veía al pelirrojo mover sus brazos con uno de los ejercicios de calentamiento del entrenamiento pilar de la llama. Sus recuerdos de la infancia llegaron a su mente por unos segundos cuando su padre lo entrenaba con mano firme, su amable mirada y su risa escandalosa. Desea que un día vuelva a ver a su padre así, aunque últimamente ha bajado su ingesta de alcohol, su humor seguía siendo muy agrio.

Agrio...

Su sonrisa tembló un poco al pensar en la penosa mañana. El no pudo dormir del todo por la emoción de quedar con Tomioka en el puesto de Dangos. Incluso salió más temprano de lo normal porque conocía la excesiva puntualidad del pilar del agua, aún no habían abierto el local. Espero paciente por minutos que esas se volvieron algunas pocas horas. Rechazo todas las amables invitaciones de las dueñas para comer y se entretuvo hablando con ellas sobre cualquier otra cosa. Siguió esperando hasta que vio que la posición del sol marco el medio día.

Ya era muy tarde y el tiene cosas que hacer.

Compro algunos paquetes de dulces para su hermano y tsuguko. En el camino, intento convencerse que Tomioka no lo había dejado plantado deliberadamente. Quizás tuvo una emergencia o estaba demasiado lejos de su encuentro. Pero de todos modos, lo más lógico y educado sería mandar a su cuervo para decirle. Quiso convencerse de no tomarlo personal, Tomioka es muy solitario y no está acostumbrado, no es que sea desagradable o arrogante cómo dicen.

Pero aún así...

– Rengoku-san - la atenta mirada del pelirrojo lo trajo de regreso. Tanjiro lo miraba con cierta preocupación, desde que convive con su maestro pilar de la llama, su perspectiva de el cambia con frecuencia. Es un hombre que puede admirar y decir con orgullo que se siente honrado de ser su tsuguko pero también sabe que Kyojuro no es muy bueno con algunas cosas sociales.

Prácticamente algunas mujeres le han coqueteado en la cara y el sigue como si nada. Quizás es muy inocente o demasiado educado para rechazarlas. Tanjiro admite que al estar tan metido en su trabajo de preparar o vender carbón, nunca pensó en la oportunidad de algun amigo o pequeño romance y ahora menos siendo cazador (sin contar con Zenitsu, Inosuke y Geiya). Pensó que era el mismo caso. para sorpresa suya, se equivocó.

Su aroma cambia cuando escucha o ve a Tomioka aún a la distancia. Exuda tanta felicidad y anhelo que lo marea un poco pero por respeto a su privacidad no hace mención de ello. Ayer después de que volvió de unos encargos para Senjuro, se notaba demasiado feliz además de que su ropa tenía el rastro de olor de agua fría que desprende el pelinegro.

Y ahora en la mañana, sus sentimientos son como un torbellino cambiante.

– ¿Que ocurre mi niño? -
– bueno... He pensado que... -
– hermano - la tercera voz de Senjuro se escuchó interrumpiendo la conversación sin querer. El menor de los rubios aprovecho que estan en una pausa para anunciarse.
– ¿Que ocurre Senjuro? -
– te buscan afuera - comento sin mucho detalle con una pequeña sonrisa.  Perspectiva del pelirrojo con aretes No parecía un anuncio serio pero si importante y esa sonrisa cómplice le dió una idea de que pasaba.

–¿Quien es? ¿dijo algo en especial? -
– es Tomioka-san y el... - no termino de decir el apellido del moreno cuando el pilar de la llama se esfumó de su vista. Esto provoco una pequeña risa divertida en Senjuro, el menor de los rubios sabe lo mucho que le gusta el pilar del agua y siempre se pregunto porque apenas se animó en acercarse. Vio a Tanjiro que compartio la misma mirada comprensiva, entendiendo sin decir nada sobre la situación de quién aprecian tanto.

Kyojuro no demoro nada en llegaría a la entrada de la casa. En el pórtico parado con su mirada perdida en algún punto del horizonte, Ahí afuera estaba Giyuu, con sus ojos azul profundo perdidos en su mente. el rubio con mechas rojas una vez se pregunto que si prestaba mucha atención a los ojos de Giyuu, podía ver en lo que está pensando. Hasta el momento no lo ha comprobado.

– ¡Tomioka-san! - saludo con singular alegría. Si está ahí es porque no es tan inhumano de haberlo dejado plantado.
–Rengoku. Hola - dió un saludo mucho menos entusiasta que el rubio y esquiva su mirada.– yo... No pude asistir, la técnica demoniaca me afecto más de lo que crei -

–Así que fue eso. ¿Ya pasaste con Kocho? - relajo su postura, preocupado que este mal herido y haya venido hasta su finca para hablar con el.
– no. Estoy bien. - Giyuu logro disimular un suspiro por lo que iba a hacer pero ya esta ahí – yo te traje esto -

Hasta ese momento, Kyojuro vio las manos de Giyuu, cargaban una caja mediana envuelta de tela blanca, un poco amarillenta. Un bento. Curioso, el de ojos atardecer toma la caja, aún está caliente el contenido. De hecho, desprendió un olor familiar que le abrió el apetito.

– yo... Compré batatas con arroz en el siguiente pueblo. Se que te gustan y es un buen restaurante... -
– ¡Gracias Tomioka-san!! ¡Eres muy amable!! - interrumpe. Está radiante de felicidad que el moreno le haya comprando algo que le gusta, como una pequeña disculpa.

Giyuu una vez hecho su acción y ganarse una pequeña ceguera ante la luminosa sonrisa del pilar de la llama, fue su momento de irse. Su corazón dió un brinco cuando la mano del contrario tomo la suya con firme agarre. Mucho para que su corazón se calme y no delate la verdad de su alma.

–¡Quédate a comer! -
– no creo que deba... -
–¡Claro que sí! ¡Eres bienvenido! - sin darle oportunidad de huida, lo toma de los hombros cuidando el bendito alimento con su otra mano. Lo conduce a su casa sin alejar en ningún momento su mano del hombro del pelinegro.

Aunque no lo pareciera, el rubio bicolor está nervioso. Está tan cerca de Giyuu que podía sentir su calor y ver cómo su manzana de Adán se mueve despacio en su garganta. Lucha con su mente para no hacer o decir algo demasiado comprometedor.

– gracias por invitarme - su voz suave fue un arrullo tierno y esas mejillas pintadas la flecha que golpeo directamente su corazón.

💫💖💫

La noche llegó rápidamente, ya era hora de dormir y para buena suerte de Kyojuro esa noche es libre para el. Después de una tarde de entrenamiento, Paso tiempo de caridad con Tanjiro, Nezuko y Senjuro sentados en el jardín, riendo divertidos mientras cuentan historias de infancia o misiones divertidas (hablando de pequeños accidentes inofensivos) aunque al pilar de la llama le hubiera gustado mucho que Tomioka se quedara.

Aún le cosquillean las manos cuando tomaba las suyas en cualquier oportunidad. Cubiertos, tazones con comida, bebidas, incluso las buscaba debajo de la mesa tocarlas. Son frías, suaves y con algunos callos propios de su entrenamiento. Incluso vio pequeños cortes cerrándose. Cuando su padre hizo acto de presencia con su agrio humor fue el momento perfecto para que Giyuu se marchara. Con la excusa de no querer molestar demasiado y tenía obligaciones por cumplir

Sabe que actuó con impaciencia pero no lo pueden culpar. Su corazón pide la cercanía de Giyuu desde hace tiempo y reciente se había tomado el valor para acercarse con otras intenciones. Se dejó caer en el futón con una expresión soñadora, bien pudo quedarse con su hermanito y los hermanos Kamado pero quería estar un rato a solas, bueno, casi a solas.

– ¿eh? - algo pequeño y suave tocó su mejilla derecha que lo hizo sonreír. – hola Yuu-chan. -

Miro a su derecha con una sonrisa dulce, justo a su alcance estaba un pequeño peluche de cabello negro como pluma de cuervo y ojos azules profundos con esa expresión neutra y tranquila que lo tranquiliza. Sin molestarse en levantarse  vio como el muñeco tomaba distancia una vez más, tomando asiento en el futón. Kyojuro aún se impresiona con el tremendo parecido del muñeco con su platónico, su ropa de cazador y el Haori de doble patron. Fue una enorme sorpresa aunque no tanta como verlo moverse.

Fue un obsequio de una amable anciana que ayudo con sus compras en un pueblo vecino. el venía de una misión bastante remota y fue interceptado. Aún estando cansado, no tuvo el corazón de decir "no" y la ayudo. No espero semejante recompensa envuelto en un saquito de tela que abrio en la privacidad de su habitación, una persona normal reclamaría o se asustaría por semejante cosa pero el no evito sonreir embelesado. Tenía un par de meses enamorado de Giyuu Tomioka y tener un peluchito de el en sus manos era una especie de señal para el, lo dejo en su buro cerca de su cama, incluso le hizo una cobijita a su medida.

Hasta que empezaron a pasar cosas extrañas en su casa.

Su hermano menor no parecía afectado, es más, su carga de trabajo en casa bajo, la cocina estaba limpia y sus otras tareas ya bastante avanzadas, dándole la oportunidad de hacer sus pasatiempos, incluso duerme mucho mejor que antes.
pero la historia cambia con su padre. El hombre iracundo más de una vez reclama que uno de ellos dos esconden sus vasijas con sake o hay pedazos de carbón dentro que arruina la bebida. Tanto Kyojuro cómo Senjuro juraban por su madre en el cielo que ellos no tenían nada de ver, aún si no les gustaba verlo lleno de alcohol en las venas no van en contra de sus deseos.

Luego había sombras extrañas paseando por los pasillos de la mansión Rengoku que los empleados domésticos exclaman ver de vez en cuando. Hasta que Una noche sin luna se hizo justicia a sus palabras. Kyojuro pudo verlo justo después de que regresaba de una misión. La sombra pasar hacia la habitación de su padre y perderse en la oscuridad del pasillo. El rubio bicolor estaba atónito por ese hallazgo y lo único que le llegó a la cabeza fue que el espíritu de su madre está interviniendo. El no quiere que ella sufra en la tierra nuevamente por un asunto pendiente así que levanto una plegaria e incienso por ella para devolverle la paz.

Fueros 2 largos meses para que Shinjuro Rengoku bajara el consumo de alcohol y buscará otra forma de aliviar su alma, incluso tolera un poco más la presencia de Tanjiro. Kyojuro y Senjuro estan contentos que su padre intenté integrarse a la familia de forma más sana aunque no tuviera explicación del porque. Fue hasta que el mismo menor de la familia le dijo a su hermano mayor durante un pequeño paseo por el jardín que escucho a su padre pedir perdón ante la imagen de su madre.

Con eso fue suficiente para reconfortar sus corazon.

Así que esa misma noche fue al altar que cuidan amorosamente a dejar las varitas de incienso. No evito sentirse sentimental y derramar unas pequeñas lágrimas, su querida madre cuida de los tres aún estando en otro plano.
El momento melancólico se rompió cuando algo muy pequeño tocó su mejillas, limpiando sus gotas salinas. Logro evitar gritar pero no el brinco del susto cuando vio al pequeño muñeco de Giyuu moverse solo con sus pequeños pies, mirándolo con cierta preocupación, o eso entendió por la forma que movía su cabeza.

¿Pero que...? - estaba desarmado con un demonio presente pero no sentía esa horrida sed de sangre. Quizás no sea un demonio aunque fuera difícil de creer eso, solo conoce leyendas de espíritus o fantasmas.
– ¿Cómo es que te mueves? - pregunto cauteloso. No sabe si es un espíritu maligno y definitivamente no es su especialidad reconocer uno. Quizás deba llamar a Himejima. El peluche se acercó a una vela con flama baja y movió sus manos de forma curiosa. Kyojuro entendía nada sobre sus movimientos hasta que ve detrás de el muñeco y la sombra que forma. La figura negra Tomaba distintas apariencias, algunas altas y otras bajas, incluso emuló la silueta de su difunta madre.

Ahora entendió mejor su mecánica y no evito molestarse.

– no sé porque lo hiciste pero me ofende mucho que hayas imitado a mi madre para tus propositos. ¡Es desagradable! - reprendió enojado. El muñeco dejo de moverse y creyó que lo atacaria pero único que hizo fue poner una cara aún más triste que tenía y en un parpadeo se fue dejando atrás unas pequeñas salpicaduras de agua.

Paso una semana completa de ese extraño acontecimiento. Nada ocurrió, nada peligroso o maligno, solo la repentina ausencia del peluche en la habitación del rubio heredero. Kyojuro se puso a pensar que talvez había exagerado un poco, el muñeco prácticamente ayudo a unir a su fragmentada familia muy a su manera sin lastimar a nadie. Además, no podía evitar comparar el pilar del agua con el muñeco con la misma expresión miserable que el provocó. Eso aumento el remordimiento y se dispuso a buscarlo por la casa pero sin ningún éxito.

Hasta que ve a su cuervo actuar de forma curiosa. Entra y sale de su nido en el árbol de abedul sin dejarle una carta o algo. Intrigado por ese hecho, trepa por las ramas hasta llegar al sitio donde se refugia su cuervo Kazugai y ahí estaba el Tomioka de peluche, sentado sobre sus pequeñas piernas rodeado de obsequios cómo flores, piedras brillantes y bellotas pero mantiene su expresión triste y apagada.

–¡Tonto! ¡Kyojuro tonto!- reprendió su cuervo molesto, dándole un tirón a su cabello. Eso extraño al pilar de la llama, su compañero jamás lo había agredido o insultado.
– ¿A qué se debe la agresión? - lo miro confundido.
– ¡por lastimar a un Kodama! Solo quería ayudar. - Kaname le da otro picotazo. – recibiste una bendición del bosque ¿y así agradeces? ¡Grosero!! -

Kyojuro recuerda en su infancia que su madre le contó sobre los espíritus Kodama, son dulces y protegen los bosques, ayudan a las personas siempre y cuando hayan hecho buenas obras.

– ¡Tienes suerte que sea muy amable! - eso también lo recuerda. Su madre le advirtió que hay algunos terriblemente vengativos.
– emmm Yuu-chan. - lo llamo por el nombre que lo bautizo en honor a su enamorado. El muñeco no se inmuta o eso piensa, es difícil interpretar los gestos de un objeto que se supone que no debe moverse solo.
– siento mucho haberte gritado. Se que querías ayudarme y no fue mi intención herirte - el rubio bicolor habla desde el corazón, no solo porque había lastimado a un espíritu inofensivo también porque su enorme parecido a Giyuu lo hace sentir mucho peor. Es como si el verdadero hubiera actuado a sus espaldas, buscando ayudarlo.

El muñeco levanto la mirada, aún es muy triste. Solo inclinó su cabeza hacia otro lado, el rechazo fue evidente y Kyojuro fue alejado a picotazos del nido.

Pasaron tres días más para que Kaname trajera por si mismo al peluche en su espalda. Kyojuro no evito exclamar contento de tener de nuevo a su compañero de cuarto, abrazándolo en el acto. Además con la adicional que se movía solo, es divertido verlo aquí y allá haciendo cosas como doblar su capa o su futón. A veces lo acompaña en sus lecturas mientras está sentado en su hombro o regazo. Recién descubrió  que esa nichiri de juguete no es solo un accesorio, más de una vez lo ha ayudado contra demonios cuando sale a cumplir misiones. Puede ver diminutas corrientes de agua flotando cuando ataca, aún con su tamaño son tan dañinas cómo las normales.

¡Un peluche cazador de demonios! Cómo diría su buen amigo Uzui: ¡Extravagante! Aunque primero debía recolectar bien información antes de decirle al patrón y a sus compañeros. No quería que intentarán destruir a su pequeño amigo de lana.

- ¿Te has portado bien Yuu-chan? - le dió unos pocos mimos a su cabeza con uno de sus dedos. – hoy conviví con tu versión humana. ¡Fue maravilloso! Aunque desearía que no me ignore tanto -

El peluche ladeo la cabeza confundido.

– no me mal entiendas. Eres buena compañía pero... No eres Tomioka. El verdadero Tomioka - pensó que ofenderia al espíritu pero solo lo ve afirmar con un leve cabeceó. Se siente aliviado que pueda entender sus sentimientos. – ¡aunque hoy di un gran paso! -

...

Es pasada de medianoche, la mayoría duerme después de sus ajetreadas rutinas y el solitario bosque no hay ni un alma o demonio que interrumpa el silencio en el.

O así estaba.

La pequeña figura de cabello negro con grandes ojos azules daba pequeños pero largos saltos entre las raíces de los árboles hasta llegar a un gran cedro, tan antiguo como la señorial casa  Ubuyashiki.  Una vez ahí, vio sentado en una raíz al peluche de cabello  rubio y mechas rojas, esperando paciente o así era hasta que se percata de su presencia.
Se acercan y empiezan a dar brinquitos alegres sobre el suelo lleno de césped y hojas caídas. Para finalmente tomarse de ambas manos y pegar sus frentes de tela, un gesto cariñoso, íntimo que los hace sonreír.
Rápidamente se trepan a un tronco del enorme cedro y se sientan juntos a mirar el paisaje nocturno. En ningún momento se sueltan de las manos.

Su idioma es incomprensible a oídos mortales, solo se puede interpretar sus emociones: alegría, tristeza, diversion y furia. Hablan de muchas cosas sobre todo de sus versiones humanas. Llegando a la misma conclusión.

Torpes amantes asustadizos.

Ellos no soportan estar separados ¿Cómo le hacen sus versiones humanas estar lejos cuando se desean tanto? Que pesada forma de vivir.

Ambos muñecos ven sus corazones, son buenos y gentiles aunque lastimados de distinta manera. Ambos sienten lo mismo pero temen dar el primer paso de forma certera. kyo-chan mueve su manita derecha haciendo incapié de una acción mientras que Yuu-chan afirma con la mirada. Comparten un plan, uno que sería apoyado por los cuervos de las fincas.

Solo era cuestión de esperar.

💫💖💫

Paso un mes desde que Giyuu fue a la finca Rengoku para dejar la comida. Un mes ocupado por las misiones y deberes extras que se enfocan en entrenar y preparar a los nuevos cazadores.

Y el inicio del mes siguiente, empezó con toda la fuerza del mundo. Giyuu sentía su corazón salirse del pecho cuando el patrón le encomendó una misión muy lejana, a la región de Kanagawa para investigación de la población de cazadores, cultivadores y erradicar demonios. Todo debido que sus reportes han disminuido mucho, aumentando la preocupación del líder de los cazadores.

normalmente no le produce estrés, lo que si es que viajaría con el pilar de la llama. El rubio bicolor conocía muy bien esa región por ser quien más la frecuenta pero una tarea tan grande es necesario que vayan dos pilares en caso de un problema mayor.

Mientras hace su mochila de viaje, se pone a pensar ¿como le haría para sobrevivir? No es que Kyojuro fuera mala persona, es un sol encarnado. Sino para mantener su ritmo, conversaciones, trabajo en equipo, su vitalidad, ¿Cómo lo lograría? Es tan entretenido como ver el pasto crecer y la brecha crecería más. Suspiro una vez más, una parte de el está emocionado, pasaría tiempo con quién quiere tanto pero a la vez teme que arruine lo poquito que lleva de ventaja.

Sintió un tirón en su Haori, vio ahí parado el peluche de Kyojuro mirando con curiosidad sus acciones.
– me iré de viaje. Estaré en la región de Kanagawa un tiempo. No creo regresar pronto y no puedo llevarte  ¿Estarás bien? - el muñeco movió firme su cabeza, afirmado.

¿Porque no puede hablar con tanta soltura con el verdadero??

– ya me voy. Ten cuidado con los kakushi que vienen a limpiar y alejate de las batatas de la cocina - advirtió gentil, dejando su mochila en su espalda y tomando valor para su encuentro con el pilar más extrovertido de los 9.
Le pidió a su hermana que le diera la fuerza para sobrevivir y con la mayor serenidad posible, fue al punto de encuentro a paso suave por el camino de tierra y rocas pulidas que guía hacia su destino.

...

Incómodo es la palabra más perfecta que describe la situación entre ambos.

Ya desde hace unas horas que viajan juntos a pie y ahora en tren para llegar a la región correspondiente para cumplir con su misión. Empezó como todo buen viaje, despedidas largas por parte de Kyojuro hacia su familia, aprendices y el pilar del sonido y del amor. Pudo oír bien que Uzui le daba el pésame al rubio en un tono juguetón pero sabe perfectamente que no es así.

La poquita confianza que tenía Giyuu se esfumo y lo hizo cerrarse en su burbuja una vez más.

Tanto que ignoro sin querer a Kyojuro que más de una vez intento hacer plática con el. De lo que sea o mínimo una mirada para saber que le está prestando atención pero al ver la "indiferencia" del pilar del agua, su corazón sufrió una apuñalada. Lentamente guiando al silencio y una sonrisa baja. Sin mucha explicación tomaron juntos el tren y compartieron espacio en los asientos, se las ingeniaron para esconder sus katanas en sus ropas.

Parecían más un par de desconocidos que compañeros de viaje.

Pero el movimiento brusco del tren los saco de sus ideas, no había nada que los sujete al asiento y la ligera conmoción causo algo de revuelo. Giyuu terminó apoyándose en el cuerpo de su compañero con una expresión sorprendida. Los brazos de Kyojuro se movieron en automático, sujetando con firme agarre al pilar del agua contra su pecho, sintiendo cosquillas en la nariz por unas hebras oscuras. Captó con efecto retardado el aroma de su cabello, un suave frescor que recuerda al bosque cubierto de lluvia ligera, además del propio calor ligeramente menos intenso que el suyo.

– ¿Estás bien Tomioka? - pregunto gentil y preocupado. Aún con su pobre audición podía oír su corazón latir desenfrenado. Giyuu por otro lado, su mente estaba en blanco. Apenas dirigiendo su mirada a su compañero de viaje, sus orejas y cuello arden de vergüenza pero también algo de emoción.
Ha perdido la cuenta de las veces que soñó estar en los brazos de Kyojuro. En su calidez y confort que su mera presencia impone, el aroma de madera de cedro ardiendo y naranja recién cortada es meramente encantador. Pero la realidad vuelve con su crudeza. Sin desearlo, se separó rápido. Están en un lugar público, muchas personas pueden no prestar atención por la agitación del momento pero nunca faltaba quien fuera demasiado observador.

– estoy bien - su duro tono calmo todo pensamiento, rechazo todo contacto visual. Escondiendo su vergüenza con la vista hacia el paisaje en movimiento. Aunque fue momentáneo, el rubio de ojos atardecer supo que su corazón se completó con tan solo ese pequeño momento pero también se rompió un poquito por el rechazo inmediato.

–"se ha molestado" - piensa cabizbajo. Kyojuro da otra sonrisa triste. Intentando animarse por su propia voluntad, en ese viaje solo tendria dos opciones para su corazón ilusionado: avanzar u olvidar. Hasta que se reojo ve como la mano de Giyuu toca tímidamente la suya, llegó a pensar que es accidental y está a punto de retirarla cuando nota un pequeño temblor.

"¿Tomioka?" - se pregunta confundido y mira con cuidado el reflejo del cristal. Las mejillas de Giyuu están teñidas de rosa, incluyendo las orejas. Su expresión dura no tiene ese efecto que busca, al contrario, lo hace ver adorable.

No tiene idea de dónde saco tantas agallas para buscar tomar la mano de Kyojuro.

Giyuu en su caótica cabeza se quiere arrojar del tren, había hecho algo muy atrevido que podía ofender al pilar de la llama por malinterpretar sus amables acciones. Pudo ignorarlo pero está cansado de titubear cuando se trata de sus sentimientos y haberlo rechazado le peso mucho. Una cosa es no tener esperanzas y otra es déjale un mal sabor de boca (más de lo normal) por su pobres habilidades sociales.

Casi da un brinco cuando siente su mano ser sujetada con mucha ternura. La calidez de su mano firme y callosa por sujetar la nichiri da una extraña sensación, le gusta y el latido de su corazón aprisionado lo delata. Giyuu no tuvo el valor de verlo a la cara, así que se limito en sujetar sus dedos cuidadoso.

Kyojuro por otro lado, estaba firme en su asiento. Luchando contra el impulso de gritar fuerte por la emoción de sentir los dedos del pilar del agua sujetar los suyos. Su sonrisa creció tanto que dolió sus mejillas y sus orejas están calientes. Hizo uso de la respiración de concentración total para relajar su corazón y mente y no actuar de forma impulsiva.

Quizás sus esperanzas no estén tan perdidas.

💫💖💫

Tres semanas después...

La convivencia mejoro un poco más después del incidente del tren. Ninguno podía hacerse de la vista gorda ante la aumento de la proximidad aún cuando no se veían a menudo porque se separaron para cubrir mayor terreno en los poblados de Kanagawa.

Su punto de reunión es una casa de glicinas que está en la capital del distrito, así podrían encontrarse más fácilmente sin tener que ir a extremos a otros. se envían a sus compañeros cuervos mutuamente para reportar sus avances o alguna anomalia. Kyojuro con mayor frecuencia, sus extensas notas ayudan a reconocer desconocidas tierras pero no solo de trabajo hablan, también añade algunos mensajes personales como el estado del tiempo, algún fragmento de poema y como estuvo su día en particular incluso el atrevimiento de decir que lo extraña.

Giyuu no puede disimular lo dichoso que se siente al leer eso y más de una vez se tiene que esconder de la curiosa mirada de Kaname. El pilar del agua no es tan expresivo en su narrativa como le gustaría pero tiene el cuidado de hacer incapié que fuera cuidadoso y decía a qué pueblo se dirigía. Sus respuestas no son tan frecuentes como le gustaría que fueran pero lo compensa con pequeños obsequios que sabe el rubio necesitaría como algún ungüento para el dolor.

El rubio bicolor estaba contento con ello, saber que Giyuu se preocupa por el y espera reencontrarse lo hace esforzarse más para erradicar a los demonios. Por otro lado, el pelinegro sonrie a la nada cuando espera a volver a encontrarse con el pilar de la llama.

Lo que ambos omitieron decir en sus cartas es que no van solos precisamente.

Tanto para Kyojuro y Giyuu fue una enorme sorpresa saber que sus compañeros de tela se colaron en sus mochilas y emprendieron acción una vez que llegaba la hora de cazar demonios. Los peluches eran tan letales cómo los originales, sus ataques son difíciles de ver para los demonios y favorece que los encuentren más rápido cuando la negrura de la noche es demasiada. Y aunque preferían quedarse cerca de sus dueños, obedecían órdenes. Cómo evacuar civiles o despejar el área.

El fuego de Kyo-chan y los reflejos con sombras de Yuu-chan hace parecer que hay más cazadores engañando a los civiles.

Al final de la noche, tanto los muñecos como los humanos terminan exhaustos. Más de una vez, el pelinegro de ojos profundos cose con cuidado la ropita de su compañero de tela, se dijo a si mismo que es igual de descuidado que el original. Mientras que el heredero Rengoku ríe algo cohibido sintiendo trozos de gasa con desinfectante en su espalda que el peluche Tomioka cura y el no puede alcanzarse.

Pero lo que ellos no imaginan es que los peluchitos hacen de las suyas, manipulando un poco las cartas que se mandan entre ellos como añadir pequeñas muestras de preocupación y discreto anhelo de verse. Lo suficiente para no levantar sospechas o malos entendidos en un futuro. Además, los cuervos conocen lo suficiente a sus dueños para saber cómo escriben así que ellos aprueban los mensajes modificados. También, cuando los pilares van de cacería, ellos desvían los demonios hacia ellos para que terminen más rápido.

Ni que decir de las jóvenes promesas y sus cultivadores. dejan mucho que desear junto con el palpable desinterés a proteger al civil común, sumando que los entrenadores son demasiado permisivos.

Los dos pilares se retrasaron un poco más porque debían recapacitarlos y mejorar sus condiciones antes de irse al siguiente condado. Especialmente Kyojuro porque se topo en mayor cantidad. Ponerlos en forma requiere mucho tiempo,  esfuerzo y prolongar la estancia de los pilares aún cuando el rubio bicolor adora enseñar, no puede evitar que uno que otro suspiro salga por el deseo de irse.
El peluchito de cabello negro ébano noto de inmediato esa situación e hizo de las suyas. Los sueños son poderosos motivadores si se usan con cuidado y ese fue su punto de arranque. Cuando dormían, aprovechaba para manipular un poco sus pensamientos respecto a ser cazadores de demonios y aumentar el sentimiento de justicia, de paso, sanar un poco más rápido sus cansados cuerpos por el entrenamiento.

Al día siguiente, están aún más motivados y energicos para continuar. Una vez considerados listos y con órdenes claras a los cultivadores, el podía retirarse sin mayor preocupación.

Tal como cada año, la primavera regresa. Paso con los pilares del agua y fuego se volvieron a encontrar en un pueblo en común en una de sus rutas, siguiendo la travesía de los demonios y los cazadores de menor rango que cubren la zona. El poblado es uno de los más grandes y vibrantes, pese la situación algo complicada por los demonios y algunos extranjeros visitando la región. Fue inevitable para Kyojuro no acercarse a moreno de mirada serena cuando lo vio caminar por la calle, deteniéndose de vez en cuando, quizás buscando donde alojarse.

– ¡Tomioka-san!! ¡Que gusto volverte a ver!! - saludo a viva voz aún importar que estén un poco más próximos.
– rengoku - su saludo discreto fue recibido con alegría.
– ¡¿Que tal?! ¿Cómo va tu viaje? ¿Has encontrado dónde dormir? - apresuró a preguntar, sin darle la oportunidad de contestar. El rubio bicolor rápidamente se acomodo a su lado, caminando a la par. Había extrañado mucho a Giyuu, su cabello oscuro y piel de porcelana, su voz que arrulla y sus movimientos elegantes. Más de una vez se pregunto cuando lo volvería a ver.

– sigo en búsqueda - contesto con aire distraído. Giyuu por su parte también está feliz de ver al radiante pilar del fuego en una pieza, está relajado de verlo intacto y sano, fue su preocupación primordial. No subestima su fuerza pero si nobleza es un arma de doble filo.

– busquemos juntos entonces. Sirve que nos pondremos al corriente de las misiones - los dos siguieron con su suave caminar mirando con atención los edificios, buscando donde hospedarse.
– muy creo que tendremos que ir a las afueras. Aunque hay algunos hoteles, no son muy prácticos para una salida rápida - deduce Kyojuro al contemplar la estructura. Si bien tenían el dinero para pagar una habitación, no están ahí de vacaciones. Si la situación se complica, los muros y los reducidos pasillos solo estorban para salir de ahi. Giyuu le da la razón con un leve movimiento de cabeza.

Después de preguntar a algún lugareño sobre los hoteles en la periferia del pueblo en desarrollo. se encaminan para ir a las afueras, en calma, rodeados de árboles y suaves sombras por el sol de la tarde. Aún falta un poco para la noche, así que tienen algo de tiempo . Kyojuro miraba de reojo a Giyuu, sus facciones neutras y el brillo oscuro de sus ojos profundos le parece hipnotico y precioso. Quizás no se da cuenta pero atrae las miradas por sus facciones finas, pudo apreciar como algunas mujeres le dieron una buena apreciación.

El rubio bicolor no le vio nada de malo, alguien tan bonito como Giyuu merecía ser admirado pero eso no quitaba el hecho que sintió que las mariposas de su estómago cambiarán por abejas muy enojadas.

Ahora que estan nuevamente solos en un camino labrado despejado, podía moverse con libertad. Tímidamente y con buenas dosis de valor, empezó a rozar su mano con la de Giyuu, pidiendo permiso de tomarla. El aludido entendió la inocente indirecta y eso lo puso nervioso, Porque el pilar de la llama, el más radiante, luminoso y valeroso entre los 9 pilares y casi todas las personas que ha topado buscaría tomar su mano.

Sería tonto pensar en dejarse llevar, sabiendo todo lo que tiene en contra y que algún día tendrá que dejar algún heredero para el puesto (si es que vive lo suficiente para ello) pero es más tonto dejar pasar esa oportunidad.

Con su corazón dejándolo sordo y posiblemente con sus mejillas rojas como si tuviera fiebre, estrecho sus dedos con los del pilar de la llama. Tal como en el tren, es muy cálida y firme pero esta vez no son caricias sutiles, ahora entrelazó sus dedos, manteniendo su mirada en otro lado ¡Que interesante se ve ese labrado de piedras que forman el camino!! Perdiéndose de la enorme sonrisa satisfecha de Rengoku.

–¡Tomioka-san!! - detuvo sus caminar sin dejar de sujetar la mano contraria. Sabe que está siendo codicioso por pedir más, no es correcto en muchos sentidos pero quiere experimentar eso que llaman "amor" como lo vio con sus padres aunque sea solo una vez en su vida y si su corazón eligió al estoico pilar del agua como núcleo de sus deseos, no lucharia en contra.

– ¿Que sientes por mi? - fue directo. No está para rodeos.

Por otro lado, el tímido pilar del agua no sabe que decir con ese abrupto cambio de ambiente y más con esa pregunta que no permite ambigüedad. Quiere huir de ahí, quiere alejarse para no afrontar esa desconocida situación totalmente fuera de su zona de confort pero ¿No era lo que había soñado? Están solos tomados de la mano y Kyojuro no es esa clase de persona que sacaría provecho de los demás.

Es muy honesto para eso.

– me... Me gustas... - logro decir. Su voz es un hilo delgado, tímido que se acompaña con el creciente rubor en sus mejillas.
– ¿puedes repetirlo? No pude oírle - insiste ladeando la cabeza. El pilar del agua no sabe si lo dice intencional por la forma que lo mira: un toque travieso si es más claro. O realmente no lo escucho por su problema de audición.
Haciendo uso de un valor que no tenía ni la más remota idea de dónde saco, se acercó más a Kyojuro hasta que sus pechos casi se tocan. Con su corazón temblando volvió a hablar con un poco más de fuerza.

– me gustas... Kyojuro Rengoku me gustas - repitió.
–...- por otro lado, el pilar rubio bicolor lo miraba con el corazón detenido por unos segundos. Digiriendo lentamente lo que acabo de presenciar: esas pálidas mejillas rojas como cerezas curtidas, sus labios temblando y sus preciosos ojos con un tierno brillito que abruman su corazón de tanta dulzura.

– ¿Rengoku? - pregunto inseguro. ¿Y si se había equivocado?

¡Cierto su respuesta!! Salió de sus cavilaciones y abrazo fuerte contra su pecho al moreno con una sonrisa tan grande que dolían sus mejillas. Lo cargo poquito con el enfusivo abrazo, agradecía que el cuerpo de Giyuu fuera un poquito más menudo que el suyo porque así entra perfectamente en sus brazos.

–¡También me gustas!! ¡Me gustas mucho Giyuu!! ¡Te quiero!! ¡Te adoro!! ¡Me gustas!! - lo dijo tan fuerte que algunas aves revolotearon entre los árboles y dejando algo aturdido al moreno de ojos azules. Frotó su mejilla contra la contraria; un gesto suave de adoración; en ningún momento dejo de sonreír.

– me gustas - lo soltó un poco y tomo con ambas manos el ruborizado rostro contrario. Sus dedos pulgares acariciando suavemente sus mejillas. Su sonrisa se relajo más, volviéndose anhelante enfocando en segundos su objetivo. Pidiendo permiso sin usar palabras. Tardó en entender lo que ocurría, su cabeza aún está en shock al vivir la emoción de ser correspondido. Giyuu cerro sus ojos despacio, quieto, esperando.

No espero demasiado, sus labios fueron tocados gentilmente por otros ajenos un poco más resecos que los suyos pero mucho más cálidos.

El beso fue dulce, inocuo de toda malicia pero impregnado de sentimientos guardados. Fueron unos pocos segundos su tiempo de vida para dejar pasar a otros besos, cargados de afecto y la necesidad de demostrarlo. Las manos de Kyojuro soltaron el rostro de Giyuu para deslizarse suavemente por el cuerpo ajeno hasta llegar a su cintura y sujetarla en un disimulado intento de retención. El pilar del agua solo se estremeció un poco por el agarre pero no se alejo, sus quietas manos buscaron aferrarse a la espalda del rubio, una vez encontrado su sitio seguro pudo relajarse un poco más.

Kyojuro al notar la completa disponiblidad de su persona soñada, dió una pequeña sonrisa durante el beso. Se separaron cuando la necesidad de oxígeno los alertó y pegaron sus frentes en un tierno arrumaco.

– Giyuu... - su voz es un poco más grave de lo normal, producto de los besos. – ¿Ahora somos amantes? Sentimos lo mismo uno por el otro - es curioso como un hombre tan atractivo como Kyojuro podía preguntar algo así con inocencia, como un niño sobre de algo que no conoce.
– si, somos amantes - confirmo el pelinegro, aún con su mente nublada de sensaciones.
– ¡Yomoya! - le dió otro beso afectuoso un poco más largo y profundo que los anteriores. Duraron unos segundos más en una lucha silenciosa entre sus labios hasta

–vamos. Hay que buscar donde hospedarnos  - le sonríe dándole un abrazo suave. El moreno acepta con la cabeza, se separaron y caminaron tomados de la mano por el sendero solitario.

💫💖💫

Llegó la noche en el bosque y es maravillosamente tranquila en el hotel. Es un sitio relajante con sus aguas termales y áreas despejadas que dejan que el viento pase, trayendo el fresco aroma del bosque.

Giyuu está metido en las aguas termales, dejando que sus músculos se relajen con el agua, suspirando un poco y olvidando un poco la escena que presenció durante la cena.
Kyojuro siendo tan amable como siempre se la paso hablando con la hija del posadero, la chica no paro de coquetear con el con su sonrisa ligera y risita traviesa ante las ocurrencias de quién se supone que es su pareja. Giyuu lo dejo pasar, después de todo tienen que aparentar, una relación como la suya no está bien vista e inevitablemente algún día terminara si lo que quieren es tener descendencia (si es que viven suficiente para eso).

Se dejo caer un poco hasta que su boca se cubrió de agua. Aún sabiendo todo eso, no puede evitar que su estómago se retuerza.

– buenas noches - movió un poco ante el sonido de otra voz y el agua moverse. Levanto la mirada un poco para ver a un joven hombre de piel canela con cabello platinado cómo el acero pulido e iris de color verde esmeralda, por su apariencia deduce que es de su edad o quizas un poco mayor. Lo recuerda vagamente, estaba en la mesa de junto cerca de otros igual de escándalosos.

– ¿Te molesta que me siente cerca? - pregunto con ligera cortesía. Giyuu solo lo ignoro, mirando a otro lado ¿Que clase de pregunta es esa? El baño es público y el no es el dueño del sitio. El recién llegado se volvió a acomodar de nuevo en el sitio con mayor confianza.

– es una noche preciosa. Me alegro mucho haber encontrado este lugar en el camino hubiera Sido muy desafortunado dormir al aire libre- comento en voz alta, esperando alguna respuesta del pelinegro.
– ... - el pilar del agua solo miraba a la nada sin pensar en algo en especial.
– emm... ¿También estás de viaje? - insiste sin dejar de ser cortéz.
– por trabajo.- finalmente responde. Giyuu no tenía razón en seguir la conversación pero tampoco estaba de ánimos en ser grosero y no quiere salir del agua aún.

– ¿En serio? ¡Yo también! Estoy en búsqueda de especias para mí cocina. Tengo mi restaurante en la región de Kanto pero decidí hacer un viaje para conocer otros sabores - el extraño no deja de mirar a Giyuu y su pasiva postura. No pudo evitar mirarlo desde la otra mesa, cautivador y sereno como el agua de un lago. Sus rasgos elegantes, su porte, fue inevitable seguirlo cuando lo vio levantarse de la mesa.

Ignorando la insistente mirada esmeralda, Giyuu pensó que ese tema sería perfecto para conversar con Kyojuro, claro si el supiera un poco más de cocina. Abrió los ojos un poco, quizás es su oportunidad de conseguir algo de información.

– ¿Has tenido suerte? - su voz es suave pero  audible. El de piel canela sonrió ante el interés del pelinegro, se puso más cómodo sobre una roca sin salir del agua y empezó a hablar de su viaje culinario. Giyuu escucha atento cada palabra, información que puede servir en un futuro para sus comidas o algo de que hablar con el pilar de la llama. Tan absorto estaba escuchando que no se dió cuenta que el extraño estaba demasiado cerca de su cuerpo, tanto que sus hombros podían tocarse con un pequeño empujón.

– ¡Giyuu! - la poderosa voz del pilar de la llama se hizo presente en el solitario osen. No demoro mucho en que su presencia estuviera a la vista de los dos. El rubio bicolor con su sonrisa característica se acomodo con total confianza cerca del pelinegro.
– ¡Me alegro encontrarte aquí! Pensé que habías ido a nuestra habitación - dijo sin pena alguna. Aún cuando su mirada es amigable, se sentía en la atmósfera algo denso y poco agradable.
– ¿De que hablas? Habiamos planeado venir aquí después de la cena -
– ¡cierto! - miro hacia el platinado, seguia cerca de Giyuu y levemente sus cejas se fruncieron un poco.

– ¡Buenas noches!! Soy  Rengoku Kyojuro- se presentó con leve cabeceó, el extraño de ojos verdes se quedó algo aturdido por el recién llegado.
– Hayama Akira - por cortesía respondió pero un poco más incómodo. El rubio bicolor desprendía una presencia desagradable aún con esa sonrisa simpática. Vio por el rabillo del ojo, como su mano de acomoda discretamente sobre el hombro, formando un abrazo suave. Levanto un poco el mentón con ese brillo peculiar en sus ojos atardecer.

Fue fácil entender la indirecta.

– es un gusto pero ya he durado demasiado en el agua. Que pasen buena noche - el mencionado Akira se fue alejando del dúo con una despedida rápida, Giyuu correspondio al adiós a su manera mientras que Kyojuro lo sigue con la mirada.

Una vez solos en el agua termal, Kyojuro acomodo mejor su cuerpo para abrazar de la cintura a Giyuu por debajo del agua.

– ¿De que hablan? - pregunto interesado.
– es dueño de un restaurante. Está de viaje para conocer platillos o algo así - ajeno al arranque territorial del rubio contesto calmo.
– ¡Umu!! Es bueno no dejarse estancar -
– me dió ideas para cocinar algo diferente en casa. Incluso una receta para el salmón - le brillan los ojos ante la mención de su pescado favorito. El pilar de la llama lo dejo hablar mientras acaricia en ratos su cintura, había fantaseado tanto en sostenerla y fijar sus dedos en ella.

No demoro mucho en percatarse dónde estaba Giyuu. porque aún mientras hablaba con la hija del posadero, su vista no se apartaba del pelinegro que adora tanto. Se espero unos minutos para poder hacer lo mismo e ir con su pareja, pero antes de, paso la habitación para acomodar los futones así llegarían directamente a dormir. Su corazón dió un brinco de expectacion ante la idea que dormiría junto a Giyuu. Una vez acomodada la cama, prosigue a ir al baño termal, otra vez su pecho dió un brinco ahora acompañado con su vientre bajo.

Cuando fue a buscarlo a las aguas termales no le gusto nada que otro hombre estuviera tan cerca, podía ver claramente que buscaba algo más que una simple conversación. Lo mejor era cortar la situación de una vez antes de que el extraño se haga demasiadas ilusiones.

– Kyojuro... - se estremecio un poco cuando la boca del rubio dieron un pequeño mordisco en su oreja derecha y lentamente paso a su cuello. Una pequeña mancha roja se depósito ahí, haciendo un contraste llamativo con la piel palida.

– así sabrán que eres amado -
– oh... - no espero ese movimiento ni los siguientes. Los labios de Kyojuro no se detuvieron en en ese dulce punto, siguieron recorriendo el cuello y hombros, besos pequeños mientras sus manos se afianzan en su cuerpo, tocando su vientre sin pasar el límite de la toalla o más arriba.

– me gusta, tu piel parece cubierta de pétalos de flor - su voz estremece a Giyuu mientras suspira a su oído.
– mhh... No hagas eso aqui... - pide tomando un poco de distancia.
– osea está bien que lo haga pero no aquí - deduce sonriente, abrazándolo por la espalda. Giyuu solo mira a otro lado, avergonzado de verse descubierto. Le gusta mucho sus atenciones y mimos aún cuando tienen pocas horas de ser pareja, pero lo siente correcto.

– vamos a dormir Giyuu - propone el rubio. El pelinegro con brillo azul miro sus dedos, algo arrugados por su estancia en el agua. Acepto su idea con un leve cabeceó pero duda mucho que dormir sea su única idea.

💫💖💫

– mhhg... - gimió con un leve brinco cuando una de sus manos paso por su pecho y la otra seguia acariciando su espalda baja. En ratos aprieta sus piernas alrededor de la cadera contraria, pegando más sus cuerpos. Kyojuro por otro lado sigue usando su boca para callar los gemidos de su amante, no es esa unión de labios que lo hizo sentir seguro al declararse, es más posesivo, hambriento y necesitado que impregna lujuria.

Tenían unos minutos besandose con gula en la habitación, intentando hacer el menor ruido posible aunque no ayuda mucho que Giyuu este sentado sobre su regazo, específicamente sobre su entrepierna, frotando ambas erecciones con el movimiento de sus caderas.

– me encanta tu cuerpo - su voz es ronca por la excitación y no para de tocar con sus labios el pecho y labios de su amante. – es hermoso, se acopla a mi perfectamente -

Kyojuro estaba siendo completamente sincero. No es ciego para ignorar la evidente belleza de su pelinegro: piel como la nieve fresca, pestañas largas, su cuerpo formado al entrenamiento pilar pero a diferencia de el es robusto, es mucho más flexible y suave, su aroma que lo vuelve loco, sus ojos de un profundo azul que estremece su alma. valió la pena todo el tiempo de espera.

Necesita más. Quiere más de su precioso Giyuu.

– Kyo... - apenas puede pensar en algo más que no sea el pilar de la llama. Su cuerpo con mayor masa muscular es férreo a dejarlo libre, su calidez es mucho mayor en ese momento, lo abriga aún estando sin prendas, podía jurar que su cabello brilla un poco como el furor de una flama. Sus besos, esa mirada de oro y rubí llena de adoración y lujuria lo estremece aumentando más su deseo.

Su conciencia dice que no debe ser el único en recibir placer. Tímidamente desliza su mano hacia ambas erecciones que se frotan ansiosas y las toma empezando con un suave movimiento de arriba-abajo.

– ¡Carajo Giyuu! - gime sorprendido pero no menos emocionado, no es propio de el decir groserías, fue instintivo. Su mano un poco más suave que la suya, aprieta muy bien su hombría que ya gritaba desde hace rato ser atendida. El ritmo es adecuado para la necesidad del momento y su cadera moviéndose lo delata. El pelinegro gemía en tonos diferentes según la forma que era tocado o frotaba ambas erecciones que brillan por el líquido preseminal. La hombria de su pareja es más gruesa que la suya y notablemente mas caliente, asi que en momentos tenía que ajustar el agarre. El pilar de la llama lo ayudo en masturbarse mutuamente, quería mimar a su pareja también de esa forma, quería que su Giyuu derramará su simiente por su causa.

Se sorprendió un poco al darse cuenta de lo codicioso que es respecto a Giyuu, pero no pueden culparlo, es la primera vez en años que tiene algo para si mismo, algo bonito y fuera del filo de una nichiri.

– kyo... Me... Casi... - logro decir en limpio en pleno gemido escondiendo su cabeza en el cuello ajeno. Con la facilidad, lo recostó en la cama entre las almohadas desordenadas y sabanas, ahí empezó a mover con mayor frenesí su cadera, embistiendo las manos que aprietan sus erecciones.

– juntos Giyuu - beso sus labios cuando lo vio arquear su cuerpo por los espasmos de placer, evitando que soltará un gemido especialmente ruidoso. Sus cuerpos se detuvieron en automático, sintiendo cada músculo estremecer y sus mentes en una suave bruma post orgásmica. Ambos habían liberado su semilla manchando sus vientres, se quedaron quietos, recuperando el ritmo de la respiración de concentración total que dejaron de lado por el placer.

Kyojuro hizo mella de cada gramo de voluntad para no dejarse caer sobre su hermoso amante. Un poco más conciente, se acomodo de lado sin soltar en ningún momento el cuerpo ajeno. Giyuu por otro lado, intenta tranquilizar su acelerado corazón por lo que acaban de hacer, con cierta pereza mira hacia Kyojuro, quien le da una sonrisa amorosa y le da un beso tierno.

Siendo ambos inexpertos en el tema sexual entre hombres no estuvo tan mal, ya irían descubriendo sobre la marcha que más pueden hacer juntos para la intimidad.

– te quiero... - le susurra. es extraño que Kyojuro lo usé, casi lo desconoce.
– también te quiero - responde dejándose cobijar por el cuerpo del rubio. Es oficial, el cuerpo de Kyojuro es su sitio seguro.
– no te duermas, hay que limpiarnos - regaño cariñoso mientras besa su frente. Aún con leves gruñidos, Giyuu acepto y se acomodo para levantarse del futón.
– deja te paso una bata - el rubio se movió más rápido, dispuesto a atender a su pareja cuando se da cuenta que no están solos en esa habitación.

– ¿Sucede algo? - pregunta intrigado al ver tan quieto a su pareja. Se mueve un poco para entender que había dejado a Kyojuro tan callado. Fue en ese momento que su corazón se detuvo un poco ¡Olvidó por completo a su compañero de peluche!!

Pero no estaba solo. El muñeco de Kyojuro estaba muy cómodo cubierto con un trozo de manta junto con un peluche muy parecido a el. Ambos peluches frotan sus cabezas mutuamente,  cariñosos y con sus mejillas rosadas. ¿De dónde había sacado el otro peluche?

– Kyojuro... Puedo explicarlo... - tanteo en decir, pensaría su pareja se molestaría por ese objeto tan aterradoramente parecido a el.
– así que también tienes un muñeco. El mío es el Giyuu de peluche. Fue mi compañero de trabajo y en mi casa - como si nada explica mientras acerca la mano al peluche de cabello negro para tomarlo pero solo recibió un pequeño fogonazo provenir del peluche rubio.

– ¡Kyo-chan! No hagas eso-  el pilar del agua se acerca a su pareja para revisar la agresión, no es gran cosa, apenas una pequeña rozadura. –lo siento mucho, normalmente no hace daño a humanos -
– jajaja no me molesta Giyuu. También yo me enojaría si alguien intenta alejarte de mi - aprovechando la cercania, abrazo al moreno tal como estan los muñecos.

Fue que el pilar del agua capto lo que ocurre al observar mejor a los muñecos.

– entonces, también son pareja - ambos seres de tela afirman con sus cabezas. – estuvieron aquí todo este tiempo mientras Kyojuro y yo...-

Volvieron a afirmar.

– ¡así que también le demostraste a Yuu-chan cuánto lo quieres! Haces bien, nuestros Giyuus merecen mucho cariño- el peluchito rubio afirma mientras el moreno se sonroja más así como el muñequito.
– fuera de tema... Tendremos que decirle al patrón sobre esto. No queremos malos entendidos -
–¡Cierto! Estos peluches merecen vivir su amor así como nosotros. - miro a su pareja. - pero eso lo veremos cuando regresemos a Kanto y le expondremos al patrón sobre ellos. Han hecho méritos para demostrar que no son demonios y menos peligrosos para humanos-

Aunque Giyuu difería que no fueran peligrosos, después de todo ha visto como Kyo-chan destroza demonios con su fuego y duda mucho que Kyojuro no lo haya visto también de su contraparte de tela. Pero tal como dijo, eso lo platicaran después. Con un plan en mente, los pilares fueron al baño pensando en alguna historia creíble que los peluchitos estan tan vivos como ellos y estos también están dispuestos a terminar con la tiranía de los demonios.

Mientras los muñecos se miran mutuamente, acurrucándose entre ellos. También tenían sus propios objetivos. Ya con sus dueños juntos, nada les impedía Compartir una casita en un árbol, especialmente ese nogal en la finca del agua, conseguir telas para hacer sus muebles y ropita. Vivir tranquilamente entre ellos acompañando a sus dueños y encargarse de los que interfieran.

No importa si son aliados.

Después de todo, el material del que están hechos es del mas fino algodón que están dispuestos a hacer lo que sea por amor.

💫Extra💫

El patrón y sus hijos están en un largo silencio ante la historia tan peculiar que sus hijos pilares del fuego y el agua les habían contado y mostrado en directo.

Recién regresando de su larga misión, los dos se reportaron ante el para dar su resumen de la situación en aquella provincia. Había cosas buenas que lo hicieron sonreír y otras que desanimaron su corazón pero lo que en verdad lo anima es que sus dos hijos estén juntos como pareja. El mismo había presenciado como los dos se miraban con tanta estima pero sin atreverse a dar el primer paso.

Fue su turno en darles un pequeño empujón.

Pero ahora tanto Kyojuro cómo Giyuu les comunican sobre unos muñecos poseídos por Konamas que los han ayudado a cazar demonios, se alimentan de emociones negativas (Yuu-chan) y pesadillas (kyo-chan)  y además son pareja. A palabras de sus hijos, los peluches los acompañan son idénticos a los pilares, están a pocos pasos de el, en una postura respetuosa.

Es algo hilarante.

Pero si había demonios capaces de vivir sin comer sangre humana ¿Porque no estos peluches? Además podía sentir sus presencias. Son pacíficas, juguetonas y desprenden una gran energia de amor pero también una poderosa determinación, una que mal encaminada sería peligrosa.

Sonrió un poco divertido de imaginar las reacciones de sus otros pilares al enterarse.

–ya veo. Solo quiero saber, ¿Que pretenden estar aquí? - los muñecos se miran entre si antes de que el peluche del pilar de la llama se ponga de pie y tome el pincel con tinta que está previamente preparado. Sobre el papel y con mucha paciencia trazo pocos caracteres, una vez hecho, paso el papel a la hija de cabello blanco con movimientos respetuosos.

– dice: "hogar", "cuidar", "propósito", "amor". Es todo lo que dice. - termino de leer con su voz suave y dejo la encomienda en una mesa cercana.
– ya veo - el patrón entendió en silencio que los muñecos solo quieren estar en paz y la mejor estrategia es tenerlos de su lado. – les permito permanecer aquí como parte del cuerpo de los cazadores de demonios y ayudar con las funciones de sus pilares correspondientes -

Los peluches se ponen de pie y dan brinquitos de felicidad. Kyojuro y Giyuu también están aliviados. Le habían tomado mucho cariño a sus contrapartes de tela, es como verse en un espejo muy diminuto aunque da un poco de vergüenza verlos imitando sus acciones, especialmente las cariñosas.

– en la siguiente reunión, hablaremos de ellos con los demás pilares. Traten de mantener esto a bajo perfil. -
– como ordene - los pilares dijeron en unisono y los muñecos de acomodaron rápidamente para dar sus respetos.  Una vez que se fue, el inusual grupo se dirigió a al salida con total tranquilidad, no tenían más que hacer que esperar a su siguiente misión. Era momento de pasar a visitar a la familia Rengoku y ponerse al corriente de
los acontecimientos.

–¡Vamos a comer!! Hay un buen restaurante que vende unos Majuns deliciosos - Kyojuro guío a su pareja con su entusiasmo habitual con el objetivo de pasar un muy buen rato con el y dejar aterrados a los cocineros por los pedidos descomunales.

Los peluches ya tenían el respaldo de la cabeza de los cazadores de demonios y con sus dueños que también cuidan de ellos, tenían cierta inmunidad y como retribución ayudarían en sus misiones. Podían estar tranquilos pero si las cosas se ponen pesadas, bueno, ellos actuarían en defensa propia y los accidentes ocurren.

💫💖💫

He aquí el hermoso y último capítulo de este reto de una semana y lo termine en dos meses :3 un clásico. Es una de las especialidades de su servidora (los peluches) pero decidí suavizarla un poco para no afectar demasiado la trama de cazadores de demonios. Hay más aventuras de los peluchitos cazadores pero sería extenderme demasiado.

Mientras les dejo está probadita.

Espero que les haya gustado, si tienen dudas ya saben que pueden decirme.

Ya después nos leemos con más historias fumadas owo
Abracitos 💖

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