RENEGADA (Piloto)
Hola otra vez señoras y señores, ¿Qué cuentan? Yo muy feliz porque con la invaluable ayuda de mi padre pude al fin tener lista una repisa nueva en donde puedo acomodar todas las figuras que he coleccionados con el pasar de los años, ¡Lista para una nueva oleada de derroche de dinero! ¡MUAJAJAJAJA! (Río como un científico loco XD)
En lo que respecta a este nuevo cuento, se trata obviamente de uno de los Pilotos que había prometido el año pasado y como lo pueden ver se enfoca en la tabla enana altanera que se cree la gran... ¡Digo! De Lynn Jr. (Los amantes del personaje comienzan a abuchearme y a arrojarme un montón de cosas) ¡BUENO, PERO NO SE ENOJEN! (lo digo al estilo del Chavo del 8)
Como decía, aquí ella será la protagonista y representada de un modo que creo que nunca antes ha sido retratada, eso se los puedo asegurar... creo XD y si hay alguien por ahí que le caiga mal o no la soporte por algún motivo, puede que con esto dejen de detestarla... creo (de nuevo XD)
En alguna de las muchas carreteras que hay en Estados Unidos, un motociclista conducía mucho más rápido de lo que el límite de velocidad permitía confiando en que la oscuridad de la noche ocultaría su rastro de los ojos de la ley.
No parecía tener rumbo fijo, como un alma en pena que es arrastrada por el viento y sin que nada la pudiera detener, hasta que divisó un bar cerca de la autopista siendo suficiente para que desacelerara y estacionase su Harley al lado de otras motocicletas.
Sus gruesas botas con punta de metal produjeron un crujido contra el suelo cuando bajó y se despojó del caso que le cubría toda la cabeza para poder respirar hondamente aire fresco.
Cuando unas intensas nubes que cubrían los rayos lunares se apartaron, dieron un claro vistazo a ese individuo. Era una mujer castaña, en admirable condición física pese a ser algo corta de estatura usando un chaleco negro con las mangas recogidas hasta encima de los bíceps y jeans azules gastados con rotos en varias secciones.
Tenía toda la pinta de pandillera buscapleitos, alguien con quién no hay que meterse a menos que se desee recibir una grave golpiza, pero la expresión que posee dista mucho de la de alguien que le guste repartir golpes a diestra y siniestra sin ningún tipo de miramientos.
Al contrario, su semblante era uno cansado, desganado, como si estuviese padeciendo de un malestar constante que desde hace mucho la está carcomiendo y que no sabe cómo tratar.
Con una mirada perdida, harta de lo que sea que la esté afligiendo y que se acentúa aún más con las grandes bolsas bajos los ojos que casi parecían sacos de cemento que deben soportar un enorme peso que amenazaba con romperlos en cualquier instante.
Luego de asegurar su vehículo, entró al bar en dónde hay otros motociclistas, pero qué a diferencia suya, si hacían justo lo que sus apariencias decían al generar todo un alboroto lleno de alcohol, drogas, bellas mujeres, competencias estúpidas y contraproducentes junto con todo tipo de disputas y desacuerdos y demás acciones que serían un repelente para cualquier otra persona.
Ella los ignoró por completo y fue directamente a la barra en dónde el barman hacía sus quehaceres con una expresión inmutable con la que decía que estaba más que acostumbrado a ese tipo de alboroto.
-Dígame, ¿En qué puedo servirle, señorita?- le preguntó mientras limpiaba un vaso de cristal.
-Dame la cerveza más barata que tengas- limitó a decir con voz rasposa al darle la espalda y apoyar los codos en la barra para dedicarle una mirada al para nada armonioso panorama que la rodeaba.
Sin tapujo alguno, el barman le sirvió lo que pidió en el mismo vaso que antes limpiaba y ella se tomó el contenido de un solo sorbo y pidió que le diera otro y volvió a tomar para soltar un potente eructo que resonó hasta el último rincón de la taberna que llamó de inmediato la atención de las demás personas.
-Pero que buen par de pulmones tienes, muñeca. ¿Quieres que te invite a un trago?- propuso un tipo parándose a su lado sonriéndole con una para nada disimulada picardía.
-Piérdete- rechazó tajantemente sin tomarse la molestia de verlo y otra vez tomó del vaso.
-Huy, pero que pésimo carácter- él no se ofendió, al contrario, le resultó más atrayente -tal vez lo que tengo aquí te calme ese mal genio, preciosa- sin vergüenza alguna rodeó sus hombros con el brazo izquierdo.
Muy mala idea, porque de un solo movimiento, ella le torció esa extremidad colocándosela contra su espalda a la vez que hizo que su cabeza chocara con fuerza extrema contra la barra en dónde antes había apoyado los codos haciendo que perdiera un par de dientes.
-Vuelve a intentar hacer algo así, y la única manera que tendrás para volver a beber será por una manguera metida por tu puto culo, marica- advirtió y él asintió despacio gimiendo adolorido para que así lo soltase asestándole una literal patada en el trasero que casi lo tumba.
-¡¿Y ustedes que diablos me miran?!- retó a los otros malandros que se habían asombrado por ver como agredió así a alguien mucho más grande y nadie dijo nada volviendo a sus actividades.
-El mismo cuento de siempre- soltó un escupitajo al suelo y tomó otro trago de cerveza.
Algo como eso difícilmente podría subirle los ánimos o que por lo menos le haga tener una mejor actitud de la que tenía cuando puso el primer pie dentro de ese establecimiento, por lo que los demás se asustaron por esa violenta acción esperaban que el alcohol apaciguara su cólera.
Pasando un rato, consideró que era momento de retirarse y seguir moviéndose para hallar un sitio en dónde pudiera descansar y pasar la noche hasta el día siguiente para seguir vagando sin rumbo a dónde la lleve el viento.
-¡A ELLA NO LA METAS EN ESTO!- oyó el grito de un tipo, que claramente solo tenía poco más de 20 años, que tenía un fuerte desacuerdo con uno de los malandros con peor apariencia de los que ahí se encontraban.
-Pues debiste pensarlo mejor antes de apostar tanto billete en esa carrera. Así que ve buscando la manera de pagarnos con dinero... o tu linda hermanita será la que pagará por ti- ese rufián y sus compinches empezaron a reírse de su desgracia mientras le mostraban en un celular la foto de una tierna chica que tiene como máximo 16 años.
La motociclista de mal carácter los miró fijamente. Por un momento pensó en hacerse de la vista gorda y dejar a su suerte a ese tipo, pero al ver la imagen de esa jovencita se detuvo en el umbral de la puerta de la cantina sujetando con fuerza el marco con la mano derecha.
Afiló la mirada frunciendo el ceño. No tendrá idea de cuál es el problema que ese joven tendrá con esos rufianes, pero que ellos quieran usar a un familiar suyo, a una hermana menor que de seguro atesora más que cualquier cosa en la vida, como un medio de pago era algo que no le causaba ni una pizca de gracia.
Especialmente porque al ver la expresión que ese tipo tan desesperante cuando se sujetó los costados de la cabeza con ambas manos indicaba que no tenía salida alguna y temía por lo que pudiera pasarle a su muy querida hermanita que no tiene la culpa de nada.
Soltó un gemido ronco de exasperación porque un fuerte deseo dentro su pecho le impulsó a hacer lo que iba hacer a continuación.
-Oigan, ustedes- se acercó a la mesa usando el mismo tono de voz tosco que utilizó contra el tipejo con intentó coquetearle -es idea mía, ¿O piensan abusar de una menor de edad para cobrarle a ese pendejo el billete que les debe?
-¿Y a ti qué mierda te importar, ramera? No nos digas que también eres hermana de este marica y quieres evitar que la otra golfa pague por sus errores, ¿O sí?- el líder de la pandilla se puso de pie motivando al resto a imitarlo alistándose a darle una paliza.
-No soy nada de ese mequetrefe y poco me importa lo que les deba, pero oír que quieren cogerse a esa niña para cobrárselas todas... ¿Eso les hace sentir muy machos, maricas?- no tuvo pelos en la lengua a la hora de decirles esta ofensa.
-Oh, así que aquí tenemos a una "Supermana" que le gusta ayudar a cualquier pendejo que esté metido en problemas, ¿Eh?- una gruesa y palpitante vena se formó en la frente del líder como un sinónimo de la ira desmedida que le generó tal insulto -es una pena que debamos despedazarte esa linda cara. Habrías encajado muy bien con nosotros, precio...
No pudo terminar esa frase porque ella le asestó un potente puñetazo en la entrepierna que le hizo caer de rodillas sujetándosela mientras soltaba un agudo gemido de agonía; tanto sus compinches como el resto de malandros se quedaron sin habla por tal acción que les caló hasta los huesos casi sintiendo que fueron ellos los que recibieron semejante agresión.
Sin demora, ahora le conectó un puntapié a otro en el abdomen que lo mandó a volar de espaldas y chocara contra una de las mesas rompiéndola y que todo lo que tenía encima le cayera a sus comensales sacándole un colectivo gemido de queja.
Un tercero quiso tomarla por atrás, pero también soltó un agudo chillido por el codazo que le dio en el estómago y chocó contra otro debido a que ella se giró para golpearle en la cara con su enguantado puño izquierdo y que ambos cayesen de igual modo contra una mesa.
-¡KRANK!- casi fue derribada porque uno de los rufianes la golpeó en la espalda con un palo de billar que se reventó en un montón de trozos.
Rugió apretando los dientes y los párpados, pero lentamente se giró para ver a su agresor que se puso pálido del miedo, y antes de que intentara huir, movió hacia arriba el puño derecho dándole un golpe vertical en la quijada noqueándolo y que perdiese dientes al igual que el tipo que agredió en la barra.
-Tú... ¡MALDITA PERRA!- el líder de la banda a duras penas se repuso del dolor de huevos y sacó un puñal con el que intentó agredirla por la espalda.
Se giró para patearle la mano con la que sujetaba esa arma, que casi dio contra la cara del barman que la eludió al inclinarse levemente a su lado mientras limpiaba otro vaso, para tomar a ese tipo del chaleco y aporrearlo contra una pared para a continuación agarrar una botella y romperla amenazando con cortarle el cuello con el extremo astillado.
-Escúchame y escúchame con mucha atención, pedazo de cretino- acercó la botella contra la garganta que se movió inquieta y cubierta de sudor -no quiero saber que tú y tus lameculos vuelvan a molestar así a ese otro idiota o a otra persona, porque si me entero, no seré tan amable como lo estoy haciendo ahora. ¿Entendido?
El pandillero no dijo nada y solo se limitó a parpadear sin control teniendo los párpados contraídos como si estuviese viendo a la misma muerte a la cara, sintiendo un horror mil veces peor que el que le ha generado a todos los que ha hostigado hasta este momento.
-Dije: ¡¿ENTENDIDO?!- la castaña presionó ligeramente el filo de la botella haciendo que un muy delgado hilo de sangre recorriese su pescuezo.
-¡SÍ, SÍ, ENTENDIDO, ENTENDIDO!- asintió aterrado casi a punto de llorar como el cobarde que es.
-Más te vale. ¡AHORA LÁRGUENSE!- también le pateó la retaguardia tirándolo y al hacer un ademan con el puño asustó al resto de matones que se levantaron para escapar dejando tras de sí los destrozos generados por la riña junto con gemidos de dolor.
-Los mismos cobardes de siempre... y en cuanto a ti, gran pendejo- le dedicó una agria mirada al joven que antes fue hostigado y que se tensó cuando le dirigió la palabra creyendo que también iba a recibir una paliza de su parte -la próxima vez piénsalo mejor antes de hacer apuestas que te puedan afectar no solo a ti, sino a los que te rodean. ¿Comprendido?
Asintió tímidamente no siendo capaz de articular palabra alguna, gesto suficiente para ella que le dedicó un último vistazo de advertencia antes de salir por la misma puerta en la que ingresó como si no hubiera hecho nada de nada. El resto de personas ahí solo se vieron entre sí en silencio por un momento antes de seguir con sus actividades no dándole mayor importancia.
-Ah... es la tercera vez que algo así pasa este mes- el barman suspiró de lo más fastidiado negando con la cabeza y limpió otro vaso.
De nuevo en su Harley, recorrió sin mirar atrás la carretera volviendo a tener esa expresión tan desanimada que no reflejaba lo que hizo en el bar, siendo al parecer algo rutinario que ya ha hecho miles de veces en el pasado por lo que le daba igual.
Solo se detuvo cuando comenzó a darle sueño y ahora se dirigió a un motel barato también próximo a la autopista y en dónde no pondrían mucho peros u objeciones para darle hospedaje.
Pero al estar en la soledad del para nada aseado cuarto que le asignaron, se podía leer toda la larga historia a sus espaldas, de la vida tan dura y sufrida que ha tenido y que supera y por mucho las adversidades que cualquier otro trotamundos.
Porque al estar en ropa interior, no solo se podía apreciar mejor su envidiable estado físico, sino diversas cicatrices de todas las formas y tamaños, desde las que tienen varios años de antigüedad incrustadas en su piel hasta las que tienen como mínimo un mes de haber sido hechas.
Incluyendo un hematoma producido por el golpe que ese pandillero le dio en la espalda y que comenzó a tratar con unos implementos médicos que sacó de una mochila. No disimulaba sus muecas de dolor que hacía al echarse pomada a esa zona, soltando gruñidos e insultos casi inaudibles y cerrando el ojo derecho hasta que se puso vendas y gazas.
-Ah... ah... deberá ser suficiente hasta mañana- dijo mientras se miraba el lomo a través de los rotos cristales de un espejo de cuerpo completo.
Aunque por un momento sintió que el reflejo de las muchas caras en los trozos del espejo le dedicaron una mirada incriminatoria, como si le estuvieran reprochando la acción que hizo en ese bar estando en completo desacuerdo.
Eso solo la fastidio aún más, así que de un gruñido saltó hacia el también inmundo colchón que tenía a disposición, del que salieron varias ratas de abajo, y cruzó los brazos tras su cabeza viendo fijamente una lenta gotera que caía del techo hasta que lentamente cerró los ojos.
Unas horas pasaron y ya roncaba como motor oxidado expulsando un chorro de babas, hasta que comenzó a removerse muy inquieta murmurando miles de cosas que le hicieron agitar los brazos igual a como lo haría alguien que intenta apartar unas molestas moscas.
Solo qué en su caso, parecían más bien cuchillos flotantes que amenazaban con traspasar su piel.
-No... no fue mi intención... yo no quería... Lincoln... chicas... mamá... papá... ¡NO, ESPEREN! Fue un accidente... no... no... ¡NOOOO!- con un grito que casi le desgarra la garganta se incorporó.
Sudaba a chorros traspirando como si acaba de correr una maratón mirando de un lado a otro temiendo que una manada de bestia salvajes o un grupo de demonios se la fueran a comer viva.
Al recordar que solo está en un motel barato suspiró llevándose una mano a la frente e hizo el esfuerzo casi sobrenatural de no llorar al apretar fuertemente los párpados volviendo a murmurar un millón de groserías regulando su respiración.
Volvió a acostarse y apoyó el antebrazo derecho sobre la cabeza viendo nuevamente el techo ya no teniendo ganas de dormir por la tormenta de emociones que se le ha formado en el interior.
Deseando con todo su ser que lo que sea que acaba de causarle tal terrible sueño desaparezca de su mente para nunca volver a atormentarla, que el suelo se la tragara o que algo la desapareciera de la faz de la Tierra para nunca tener que lidiar con algo que le genera más dolor que pelear contra mil malandros al mismo tiempo.
Pero eso era demasiado pedir y no le queda más alternativa que lidiar lo mejor que podía con aquello que tanto la perjudicaba intentando no perder la cordura en el proceso.
Así que de su morral ahora sacó una caja de recuerdos en dónde tenía diferentes objetos, todos bien cuidados porque le son de vital importancia y atesora más que nada en el mundo.
Especialmente una foto en dónde estaba una versión de ella de máximo 17 años sosteniendo un trofeo llevando puesto un uniforme de futbol acompañada de su equipo y de su familia compuesta por otras nueve chicas, un chico de pelo blanco y sus padres que la felicitaban.
Esta vez no pudo contener una lágrima que escurrió por su ojo derecho cuando apegó la imagen a su pecho para nuevamente mirar al techo no enfocando su vista en las miles de imperfecciones que posee, sino implorando el perdón de todas esas personas.
-Perdónenme... por favor... perdónenme por todo... por ser una estúpida atarantada... perdónenme...- le dijo al aire expulsando otro suspiro de lamento.
Uno de los muchos que ha soltado desde que ocurrió ese fatídico suceso que la llevó a ser lo que ahora mismo es y que también desea con todas sus fuerzas poder remediar...
Flash back:
-¡Eso es, Lynn, solo un poco más!- en esos tiempos hacia ejercicio estando acostada bocarriba en el patio de su casa mientras subía y bajaba con sus piernas unos pesados sacos de cemento recibiendo asesoría del joven de cabello blanco como la nieve.
-¡Deja de desconcentrarme, tarado!- le exigió callarse estando bañada en sudor -998... 999.... ¡Y MIL!- al llegar a éste número tiró a un lado los sacos para incorporarse y darse un respiro.
-¿Te sientes bien, Lynn?- la más pequeña de sus hermanas se le acercó con un termo de agua.
-Claro que lo estoy- en menos de un segundo se tomó el líquido -¿Y bien? Cuánto... ¿Cuánto me demoré esta vez, Lincoln?- le preguntó al joven que tenía un cronómetro al pararse y tronarse la espalda al inclinarse hacia adelante y hacia atrás.
-Esta vez te tomó 19 minutos, ¡Rompiste tu récord!- la felicitó el albino de 15 años palmeándole la espalda sacándole un fuerte gemido de dolor -¡¿Estás bien, Lynn?! ¡¿Qué te pasa?!- la sujetó.
-¡Nada, nada!- lo apartó de un leve empujón -bien... con esto ya estoy completamente lista para el partido del viernes, el último de la temporada- rápidamente se repuso y se flexiono el bíceps sonriendo con enorme arrogancia y vanidad.
-Y el último que harás en la secundaria antes de que te gradúes... voy a extrañar eso- pero todos los ánimos que Lincoln tenía se fueron para el desagüe al pensar en eso.
-Ya, no te pongas así, apestoso- Lynn le dio un leve golpe en el hombro -yo sé bien que ni tú, ni las demás pueden vivir mucho tiempo sin verme pateándoles el trasero a otros jugadores en el campo de batalla. Pero eso no significa que no puedan ver los bellos espectáculos que ofreceré en la universidad- quiso alegrarlo con esta broma tan arrogante creyéndose una deidad a la que todos deben elogiar.
-Por eso mismo. Dentro de poco te vas a graduar y te irás a la universidad, lejos del resto de nosotros como lo han hecho Lori, Leni, Luna y Luan... disolviéndose aún más la familia- esto era lo que entristecía al adolescente, que las chicas con las que creció se alejaran más y más.
-No, no, no. Deja de ser tan emotivo, que con Lucy tenemos más que suficiente- Lynn le puso una mano en el hombro -a mí también me molesta que ya no podamos estar todas juntas como en los viejos tiempos, pero aún podemos reunirnos para hacer de las nuestras y divertirnos a lo grande, sobre todo en situaciones especiales como esta. Solo imagina el alboroto que haremos una vez que yo haga la última anotación que nos de la victoria- muy segura estaba de tu triunfo.
-Y recuerda que Lori traerá al lambiscón de Bobby, y con ellos, a Ronnie- le dio un leve codazo sonriendo con picardía haciendo que un leve rubor se apoderase de sus mejillas.
-¡¿Y Ronnie podrá quedarse para jugar conmigo a la lucha libre?!- preguntó con mucha ilusión la pequeña Lily no captando lo que eso en verdad significaba para su único hermano varón.
-Oye, aún no me he ido a la universidad, hermanita- Lynn le acarició un poco brusca el cabello.
Para un evento tan especial, debía preparar algo igual de especial. Luego de cada entrenamiento que hacía, se dirigía hacia el campo de futbol en dónde se llevará a cabo el dichoso partido para trabajar en unos asientos especiales en los cuáles toda su familia y amigos podrán apreciarla en todo su esplendor.
Junto con un enorme letrero de neón que decía: "¡LYNN LOUD LA NÚMERO UNO POR SIEMPRE!" siendo una muestra más que evidente de su ego y prepotencia que son aún mucho más grandes.
-¡Martillen más rápido, señoritas! Esto debe estar terminado para el viernes- apuró a los jóvenes encargados de eso, y para querer demostrar que es superior a ellos, tomó una gran viga de madera y la apoyó en su hombro.
-Oye, Lynn... ¿De dónde sacaste esta manera?- le preguntó un joven pelinaranja y dientes chuecos analizando una viga igual a la que ella cargaba.
-Fue una ganga por parte de Flip al igual que los Fuegos Artificiales que se usarán ese día, Liam- informó colocando ese gran trozo de madera en su lugar y fue por otro.
-No te digo esto por querer fastidiarte el momento, pero... deberías buscar mejores materiales. Esta madera está muy corroída, y de hecho, creo que tiene terminas- él al ser un granjero conocía muy bien que es bueno y que no al momento de hacer estructuras de madera y que requieran de buena mano de carpintería.
-No comiences con tus tonterías, Chico Pastelazo. Ya estamos demasiado cerca de la línea de meta como para tirar la toalla. Esto solo tiene que resistir todo lo que dure el partido y luego se venderá como leña- ella le restó importancia a esa recomendación y ahora tomó dos cajas llenas de tablas.
-Si tú lo dices...- muy renuente, también colocó la viga que tenía en manos en la posición correcta para a continuación soltar un pesado suspiro y mantener la mirada perdida.
-¿Y a ti que mosca te picó?- ella pudo notar en su cara una expresión de tristeza equiparable a la de Lincoln, cosa que la dejó de lo más desconcertada.
-Porque te graduarás... y ya no podré estar conti... ya no podré ser tu apoyo cuando algún miembro se lastime- aunque se corrigió a último momento para no decir algo comprometedor, cualquier otra persona se habría percatado de lo que en verdad diría y siente por ella.
-Oh no, otro que se pondrá a chillar como nena porque dentro de poco expandiré mis horizontes- pero la soberbia de Lynn era tan grande que no pudo percatarse de lo que realmente trató de decirle -no te pongas así, Chimuelo. Como se lo dije al otro tarado de Lincoln, tú podrás venir a los partidos en los que participaré en la universidad para seguir deleitándote con mis movimientos inigualables- lo sonrojó bastante con este comentario que puede tener más de un significado.
-Además, debes ver esto como una perfecta oportunidad para avanzar, porque sin mí y mis amigas aquí, tendrás camino libre para destacarte en el beisbol con ese brazote que tienes- a él también le dio un golpe juguetón en el hombro.
-Sí... yo... tengo mucha... mucha suerte- desvió los ojos volviendo gemir decaído y ahora apenado.
-Y si lo deseas, puedo ir a tu granja a volver a luchar en el lodo con tus cerdos, para que no olvides quién es la Reina del Charco- ofreció ahora con genuino interés de hacerle sentir mejor.
Después de todo, él es (aparte de Lincoln) el único chico con el que realmente se lleva bien y que es capaz de tolerar su actitud tan altanera y "medio" brusca.
-¿De verdad?- un brillo de ilusión se manifestó en los ojos del granjero sonriendo de oreja a oreja.
-Claro que sí. Deberías saber mejor que nadie que yo no soy de ese tipo de deportistas que la fama al subírseles a la cabeza olvidan a sus amigos- le dio otro golpe juguetón -ahora ayuda a organizar los fuegos artificiales que Flip trajo y luego asegúrate de que acomoden bien las vigas- ordenó y fue a traer más bloques de madera.
Con los ánimos renovados, Liam fue a hacer lo pedido y Lynn continuó indicándole al resto que hacer, tan cegada por esa arrogancia y delirios de grandeza, que ignoraba las señales de que pronto todo su mundo se irá abajo cada vez que pisaba una tabla y esta producía un fuerte rechinido desquebrajándose más y más.
El día del partido llegó y mientras los espectadores promedio irán a los asientos designados por la Secundaria, la familia de Lynn, los amigos de esta y los suyos propios fueron a la tarima hecha por ella, y qué a pesar de estar compuesta por materiales de dudosa calidad, era muy bonita y digna de este evento especial.
-Como que te quedó de lo más lindo este puesto, hermanita- le halagó Leni cuando empezaron a sentarse en las cómodas sillas que les dejaron a su disposición.
-Si tan solo no me hubiera lastimado la espalda cuando salvé a esos oseznos, con mucho gusto te habría echado una mano- se lamentó Lana sobándose la columna haciendo muecas de dolor.
-Pues te hubieras llevado una enorme decepción. La Secundaria solo me permitió montarla por el día de hoy, luego hay que derribarla- explicó Lynn mientras les entregaba unas bolsas -ya saben, como lo hemos estado practicando. Cuando haga la anotación final que nos de la victoria ustedes encenderán estos fuegos artificiales y jalarán las cuerdas que para destapar el letrero cuando lo prendan- señaló el gran anuncio que estaba encima de todos ellos.
.¡JU! y dicen que la vanidosa presumida soy yo- comentó irónica Lola arreglándose el cabello viéndose en un pequeño espejo de mano -y procura ganar rápido. Debo tomar mi Sueño de Belleza y seguir practicando mañana para el concurso que tendré el lunes.
-Y yo literalmente debo descansar para el torneo de golf de mañana. No olvides que las otras también tenemos importantes eventos que protagonizar- reclamó Lori con cierto afán siendo acompañada por su casi-marido Bobby mientras que Lincoln y Ronnie se habían puesto a hablar muy animados ignorando todo el palabrerío que hacían.
-No se impacienten. Verán que me demoro más amarrándome las agujetas de los zapatos que ganándoles a esos perdedores- continuó echándose aires de grandeza no oyendo como chirreaba la madera que pisaba.
-Espero que sea así. No querrás que se enfríe tu platillo favorito, ¿O sí?- dijo Lynn Sr. quitándole la tapa a una charola en dónde está el suculento alimento que humeaba y que preparó gustoso.
-Ummm...- pero totalmente ajena a todo el ambiente de júbilo y emoción que radiaban las demás Chicas Loud e invitados, Lisa miraba todo lo que los rodeaba con un ojo analítico que le hizo esbozar una mueca de gran descontento.
-Quinta Unidad Fraternal... ¿Quién fue el supervisor de esta obra?- preguntó tocando vacilante una de las vigas que sostenían el letrero con su nombre.
-Yo misma, con la ayuda de un maestro de obras que me recomendó el vegete de Flip- a ella también le entregó una bolsa llena de pirotecnia, pero la pequeña genia la miró como si le hubiese dado una granada sin seguro.
-Este... ¿Puedo charlar en privado contigo, hermana?- solicitó viendo de un lado a otro y con un tono tan bajo que ninguna de las otras personas ahí presentes pudieron oírla.
Muy renuente, la castaña casi adulta accedió y se dirigieron a la parte trasera de la tarima.
-Iré directo al grano, Lynn. Debes pedirles a todos que dejen este pésimo intento de estructura de inmediato- abrió mucho los ojos ante su petición que sonaba más seria de lo que su tono de voz normal expresa a diario.
-¿Qué cosa? ¡¿Qué carajos estás diciendo, enana?! ¿Cómo crees que voy a decirle a todos que se larguen? ¡¿Se te atrofió la computadora que tienes por cerebro o qué?!- esta más que indignada.
-Porque esa tarima es una bomba de tiempo. No soy experta en carpintería o ese tipo de trabajo manuales, pero por lo que he podido analizar con mis globos oculares y basándome en las muestras de la madera que utilizaste, esa estructura no está calificada para soportar el peso de un gran número de personas, de hecho, considero un "milagro" que haya sido capaz de mantenerse en pie hasta el momento. Calculo que como máximo podrá soportar un par de horas más a partir de este momento, así que debes decirles a todos que se muevan a otra ubicación hasta que...
-¡CÁLLATE!- pero su fuerte grito hizo que se pusiera pálida del miedo -escúchame muy bien, jodida Pitufa- le golpeó el pecho con el índice derecho -he esperado este momento durante mucho, MUCHO tiempo y nada ni nadie me lo va a arruinar, ¡Y mucho menos una pendeja como tú que le gusta acabar con las esperanzas a las demás personas! Así que mantendrás esa boquita cerrada ¡O yo misma te la cierro de una patada!- muy pocas veces Lisa ha sentido tanto miedo como el que ahora misma Lynn le engendró con semejante amenaza.
La otra cara de lo que el ego, orgullo y arrogancia desmedidos son capaces de generar.
-¡¿Me entendiste bien o debo decirles a mamá y papá quién fue el que reemplazó las ruedas de Vanzilla con aros metálicos que le hicieron chocarse contra la casa del Señor Quejón?!- siguió amenazando al tomarla bruscamente del brazo y acercar su cara a la suya para que la viese directamente a los ojos que casi parecían sopletes a punto de rostizar su carne.
-¡Sí, sí, sí, entendido, entendido!- habló apurada ya temblando de pavor puro.
-Más te vale- la soltó casi haciéndole caer -y espero que también pongas de tu parte cuando todo ovacionen mi nombre y no sueltes esa lengua- con esta advertencia final, regresó con el resto.
El razonamiento de Lisa entró en un fuerte conflicto con el miedo que ahora mismo recorre por sus venas como un veneno. Por un deber moral debería avisarle enseguida al resto de su familia que la tarima era un lugar inseguro y que deben dejarla inmediatamente, aún si eso significa que también se gane el repudio de todos, pero la amenaza de Lynn le pegó tan profundo, que casi se orinó en los pantalones como si hubiese visto al mismísimo Demonio en persona.
Si tan solo su pensamiento lógico hubiera predominado...
El partido de futbol inició. Todo iba tal y como Lynn lo predijo y su equipo aplastaba al equipo rival igual a como lo ha hecho con otros equipos recibiendo los halagos y gritos de apoyo de toda la población estudiantil de la Secundaria de Royal Woods, casi como si esas exclamaciones le dieran las energías y habilidades para que pudiera hacer lo imposible.
-"¡Y LA GRAN LYNN LOUD LO HACE DE NUEVO!"- exclamó uno de los locutores cuando ella hizo otra anotación.
-¡LYNN, LYNN, LYNN!- repetían una y otra vez sus admiradores sosteniendo carteles con su nombre, imágenes de ella e incluso algunos hinchas tenían pintados en sus abdómenes las letras de sus nombres para juntarlas.
-¡GRACIAS, MUCHAS GRACIAS MI QUERIDO PÚBLICO RECONOCEDOR!- al correr para reagruparse se quitó el casco de futbol para mandarles muchos besitos como lo haría una diva.
-¡SOLO UNA MÁS, LYNN!- gritó Lincoln porque ya faltaba poco para que finalizara el partido -¿Están todos listos?- vio a sus hermanas y amigos que también tenían ese tipo de anuncios.
-¡Claro que sí, Linky!- Liam sujetaba las cuerdas unidas a la tela que cubría el gran letrero mientras que varios de los demás empezaron a preparar los fuegos artificiales.
Lisa era la única que no expresaba entusiasmo alguno, de hecho, miraba todo lo que la rodeaba ahora con una expresión igual a como la tendría alguien que es apuntado por miles de miras láser en todas direcciones deseando con todo su ser que este asunto terminase antes de que ocurriese el peor de los casos.
-¡Muy bien, chicas, júntense!- ordenó Lynn a su equipo haciendo una formación circular -por puntos ya tenemos la victoria asegurada, pero para acabar el partido de modo espectacular y digno de conmemorarse, debemos hacer la maniobra que hemos estado practicando en todo este tiempo, ¿Comprendido?- estaba súper ansiosa por llevar a cabo eso.
-¿Podrás hacerla en el poco tiempo que nos queda?- Margo no estaba muy segura.
-¡OH, POR FAVOR, NO ME INSULTES! Claro que podré hacerlo, ¡Por algo soy la Número Uno!- siguió fanfarroneando, ahora siendo potenciada por la adrenalina que corría sus venas.
-Así que vayan a sus posiciones ¡Y ni si les ocurra echarlo a perder o ya verán!- al decirles esta amenaza, todas fueron sin poner objeción a sus posiciones correspondientes -69, 73, ¡YA!
Apenas recibió el balón, comenzó a correr por las yardas eludiendo con gran agilidad y maestría a cada uno de los miembros del equipo rival haciéndoles comer el polvo.
No dándose cuenta de que a medida que corría por el césped, las grietas en los soportes de la tarima se hacían más y más grandes creando unos rechinidos que no podían oírse por culpa de los gritos tanto de sus ocupantes como del resto de espectadores.
-¡OLE, PENDEJO!- se agachó evitando a un jugador que se le quiso tirar encima.
-Crack...- con un nuevo crujido, el gran letrero con su nombre se inclinó.
-¡FALLASTE!- ahora se echó a un lado eludiendo a otro que trató de derribarla de una embestida.
-Crack...- el anuncio cedió un par de centímetros y las fisuras generadas por los tornillos que la unían al resto de la estructura se hicieron más grandes, incluso cayeron algunas astillas.
-¡BUEN INTENTO, IDIOTAS!- al volver a agacharse esquivó a dos grandulones que saltaron a sus lados, y consecuencia, chocaron entre sí cabeza contra cabeza.
-Crack...- el suelo bajo su familia también empezó a desquebrajarse y no aguantaría por mucho más tiempo y menos por la forma en como todos se movían.
-Ya casi... ya casi...- Lincoln alzó el índice izquierdo a medida que ella se acercaba a la última yarda.
-¡Y LO LOGRÉ!- para esquivar al último jugador que trató de tirársele encima por delante hizo un salto apoyando un pie sobre su casco y dio una voltereta en el aire para hacer la anotación.
-"¡LO CONSIGUIÓ, DAMAS Y CABALLEROS! ¡EN EL ÚLTIMO SEGUNDO LYNN LOUD HIZO LA ANOTACIÓN FINAL QUEDANDO EL MARCADOR CON LOS CANGUROS DE ROYAL WOODS EN UN APLASTANTE CINCUENTA A CINCO CONTRA LOS GATOS MONTESES DE SPRINGFIELD! ¡DENLE EL APLAUSO QUE SE MERECE!"- apenas el locutor gritó eso, el público terminó de enloquecer.
-¡AHORA!- indicó Lincoln para que así su familia y amigos quitaran la cubierta del letrero y encenderlo para que sus letras rojas pudieran apreciarse a la perfección.
-¡BOMBAS FUERA!- Lily fue la primera en encender los fuegos artificiales que salieron volando como cohetes y estallar en el cielo creando un bello espectáculo de luces.
-¡LO HICISTE, HIJA, BIEN HECHO!- exclamó Lynn Sr. alzando la bandeja que tiene su rica comida.
-¡SÍ, SÍ, LA MEJOR, LA NÚMERO UNO, LA INSUPERABLE E INIGUALABLE LYNN LOUD, JAMÁS OLVIDEN ESTE DÍA!- gritaba la Loud Deportista sintiéndose en la cima del mundo sujetando en lo alto el balón cuando su equipo la cargó felicitándola.
Y vaya que ese día nunca será olvidado, pero no por el motivo que ella tanto deseaba.
-¡TRANK!- un fuerte estruendo opacó los gritos y aplausos de todo el gentío.
El letrero no pudo mantenerse por más tiempo y colapso cayendo encima de la Familia Loud y demás personas que compartían esa inestable tarima.
-¡CUIDADO!- Lisa, al haber sido la única en prevenir eso, fue la única en tener los reflejos suficientes para saltar hacia adelante y evitar ser herida de gravedad.
No todos tuvieron esa misma suerte y el letrero los golpeó con la fuerza de una aplanadora, más en específico a Lori machacándole el brazo derecho, a Lola la pierna izquierda y a Lynn Sr. ambos brazos por debajo de los codos porque los había mantenido extendidos.
Y la fuerza del impacto terminó por romper el endeble suelo de madera causando que toda la estructura colapsara y que los que antes eran gritos de entusiasmo por parte de sus ocupantes se transformaran de puro horror y se volvieron de espanto por el resto de espectadores.
-¡¿PERO QUÉ DEMONIOS...?!- Lynn pudo ver perfectamente eso desde el lugar en dónde hizo la anotación final y sin demora alguna se dirigió al lugar del incidente junto con sus amigas que habían quedado en Shock ante tal suceso.
Cuando la polvareda generada por la caída de la tarima se disipó, se reveló como el resto de personas también resultaron heridas por los trozos de madera que cayeron, como Liam que está bocabajo teniendo sobre la espalda una pesada viga no pudiendo ponerse de pie y Lana bocarriba con unos asientos aprisionándole el torso que le impedían respirar fracturando su caja toráxica.
El resto de la Familia Loud y amigos no parecían estar heridos de gravedad, pero lo que nadie notó en un inicio fue que los fuegos artificiales se desparramaron cerca de ellos.
-¡AYÚDENME, AYÚDENME, MALDITA SEA, AYÚDENME!- Lisa fue la menos afectada e intentó alzar el letrero que cayó sobre su madre de tal forma que solo sobresalían sus piernas.
-¡LINCOLN, CHICAS!- Lynn apenas llego lo primero que hizo fue ayudarle a levantar el letrero para sacar a Rita que quedó inconsciente -¡NO SE QUEDEN AHÍ Y AYUDEN AL RESTO, CARAJO!- le ordenó a sus amigas porque su cordura colgaba de un hilo, rayando el borde de la histeria total.
-Mi-mi pierna...- susurró Lola siéndole imposible contener sus lágrimas de dolor.
-¡LLÉVENSELAS LO MÁS LEJOS POSIBLE, NO SABEMOS POR CUÁNTO MÁS AGUANTARÁ ESA CONDENADA PLATAFORMA!- indicó Lisa cuando las compañeras de Lynn las ayudaron a mover el letrero y luego le quitaron a Lana los asientos que le cayeron, pero comenzó a escupir sangre.
-¡RONNIE ANNE!- Lincoln vio que su "no novia" se hallaba debajo de varias tablas y lo único que sobresalía de ella era su brazo diestro apuntando en dirección suya y enseguida la socorrió.
-Mi cabeza...- la pequeña Lily no se hallaba lejos de él y se incorporó con dificultad sobándose un gran chichón que se le produjo en la frente.
Entre la confusión y caos causadas por el accidente, todavía nadie se dio cuenta los desparramados fuegos artificiales y cómo unas chispas causadas por el sistema eléctrico que había encendido el letrero de neón caían peligrosamente cerca de ellos.
Por lo que no hubo manera de evitar aquello que volvió un accidente una terrible tragedia.
-¡FUEGO, CUIDADO!- avisó una de las amigas de Lynn al ver como un rastro de pólvora que se había creado en el pasto se encendió y una línea de fuego se dirigió a la pirotecnia.
Pero fue muy tarde y los fuegos artificiales estallaron con la potencia de un cartucho de dinamita, y para la horrible desgracia de los Loud, Lily era la más cercana al sitio de la explosión y lo único que pudo hacer fue alzar por instinto sus brazos y colocarlos delante de su cara antes de ser golpeada por la bola de llamas.
Lincoln no estaba muy lejos y ya había podido sacar a Ronnie de debajo de los escombros, pero al oír la explosión y girar hacia atrás viendo esa nube de fuego, por instinto abrazo protectoramente a la latina, pero la onda expansiva tuvo tanta potencia, que los mando a volar a ambos y él chocó de cabeza contra una viga quedando inconsciente.
-¡LILY, LINCOLN!- mientras ayudaba a Leni, Lynn pudo ver a la perfección como dos de sus hermanos más cercanos se vieron afectados de la peor manera posible reflejándose en sus pupilas cada segundo del horrido proceso.
Porque con la caída de esa tarima no solo su mundo se vino abajo, sino también las vidas y el futuro del resto de su familia y amigos quedando dañados de forma irreparable.
Teniendo que llevar a partir de este momento una montaña de arrepentimiento más pesada que cualquier carga que alguna vez haya llevado sobre su espalda una vez que los médicos encargados de tratar a los heridos le dieron a ella y al resto de la familia el informe clínico.
Las fracturas que sufrieron Lori y Lola en sus extremidades fueron tan graves que nunca podrán recuperarse del todo lo que significaba que jamás podrán practicas los deportes o profesiones que tanto les apasionan, pero peor en el caso de Lynn Sr. porque ya no podrá cocinar los deliciosos platillos que solo él sabe hacer y en consecuencia su restaurante también se vendrá abajo junto con la única fuente de ingresos segura de la familia.
Lana sufrió tanto daño en su pecho que tendrá dificultades para respirar por aparentemente el resto de su vida no pudiendo prestarse para actividades físicas rigurosos, lo mismo puede aplicarse a Liam por su espalda lastimada y que significaba graves problemas a futuro para su granja al tener un estilo de vida que requiere de gran fuerza.
Su madre y demás hermanas y personas en la plataforma no sufrieron heridas que les repercutirán para siempre, pero cuando escuchó lo mal que quedaron Lily y Lincoln, su alma terminó por hacerse añicos.
Sintiendo como un millón de dagas se clavaron en su corazón cuando al pasar por el cuarto de hospital en dónde está Lincoln ahí se hallaba también Ronnie arrodillado a su lado llorando a caudales apoyando los brazos en la cama porque él se golpeó tan fuerte la cabeza que quedó en un profundo coma del que supuestamente jamás podrá despertar.
Y se tuvo que llevar una mano a la boca siéndole imposible contener sus lágrimas cuando al ir a la habitación de Lily la vio cubierta casi totalmente por vendas y gazas. Lo que antes fue una tierna niña con una larga vida por delante querida por todos, ahora no era más que un pedazo de carne quemado conectado a varias máquinas que apenas lograban mantenerla con vida.
Siendo esa imagen combinada con el sonido de esos aparatos y de los sollozos de su madre que también hacía de acompañante lo que se gravaran por toda la eternidad en mente.
-¡PAFF!- un fuerte golpe en la cabeza que casi la derrumba la trajo a la realidad.
-¡¿YA ESTÁS FELIZ POR LO QUE CAUSASTE, TROGLODITA ESTÚPIDA?!- la responsable fue Lisa que ahora le pegó en la cara con una muleta rompiéndole la nariz.
-¡YA DEJA DE GOLPEARME!- exigió sujetando el trozo de metal para que no diera contra su ojo.
-¡¿O QUÉ?! ¡¿VAS A CUMPLIR TU AMENAZA DE MATARME A PATADAS?!- la retó la castaña menor al jalar la muleta también teniendo lágrimas en su cara, pero las suyas eran de ira pura más que cualquier otra cosa.
-¡NO, NO, NO!- agitó las manos delante de su cara viendo de un lado a otro temiendo que alguien pudiera oírlas -Lisa... por favor... ¡NO DIGAS NADA! Si todos saben descubren que yo fui la responsable de eso...- ahora fue el corazón de ella la poseída por un terror desmedido.
-Pues será mejor que te hagas una idea de cómo nuestra familia y el resto de personas te verán a partir de este momento, porque cuando las autoridades encargadas de analizar el accidente descubran que tu incompetencia e imprudencia para complacer tu enorme y descomunal ego fueron las responsables... te van a dejar en peor condición en la que ahora mismo están los más afectados de nuestra camada- colocó su índice derecho contra el pecho igual a como ella se lo hizo antes de que iniciara el partido.
No fueron puras exageraciones, porque una vez que se supo que ella no tomó ninguna de las medidas de seguridad en la creación de esa tarima, todo el mundo se le vino en contra.
Toda su familia la detestó a muerte recibiendo diversos comentarios despectivos y agresiones de su parte recriminándole a cada segundo que tiene la culpa de todo, teniendo que ver día a día las miradas de desprecio y odio a muerte que le dedicaban y que nunca podrá cambiar.
Cada una de las personas que la alababan, incluso sus más fervientes seguidores, también le escupieron veneno tachándola de una estúpida insensata perdiendo de paso la oportunidad de entrar a una buena universidad porque todas las puertas se le cerraron ya que nadie querrá tener a alguien tan irresponsable y capaz de arriesgar así a las otras personas entre sus estudiantes aún por más buena deportista que sea.
Exigieron que la juzgaran como persona adulta y pagara por el enorme daño que causó, porque tal incidente afectó la imagen de la Secundaria de Royal Woods de un modo tan irreparable como esa tarima generando un sinfín de demandas que le costó muy caro tanto a la institución como a muchos de sus alumnos que deseaban quemarla o despellejarla viva.
Y cada vez que caminaba por las calles prácticamente toda persona que la viese la señalaba de forma acusadora no dejándole olvidar ni por un segundo que su soberbia y ciega arrogancia le costó caro a los más importantes para ella.
-Aun no entiendo como una maldita estúpida como tú puede caminar libremente por las calles, ¡¿Qué pasa con el sistema de justicia de este país?!- en otras circunstancias le habría partido la cara a Clyde por tal falta de respeto cuando pasó cerca de su casa cargando una bolsa de víveres e implementos médicos, pero no tenía el descaro para contratacar tal ofensa que tenía merecida.
-Y pensar que Lincoln la defendió tantas veces diciendo que no era tan mala como muchos decían que lo era- cerró los ojos ante el comentario que salió de la boca de Rusty.
-No, chicos, esperen. No... no sean así, ella no tuvo la culpa de lo ocurrido; fue un accidente- Liam parecía ser la única persona en dedicarle algo de compasión, a pesar de que debía usar muletas para caminar hasta que su espalda esté lo suficientemente recuperada.
-Accidente que nunca habría ocurrido si hubiera tenido aunque sea una neurona para pensar con lógica, ¡ES POR SU CULPA QUE LINCOLN AHORA SEA UN VEGETAL!- recriminó ahora Zach.
Haciendo el esfuerzo titánico para no llorar, Lynn comenzó a correr para llegar lo más rápido a su hogar... o lo que se supone que antes podía llamar "hogar" porque al igual que sus hermanas también está en pésimas condiciones, prácticamente en ruinas, debido al fuerte golpe económico que ha recibido y que daba la impresión de que colapsaría en cualquier instante.
-Ya llegué- avisó cabizbaja y con tono apagado pasándose una mano por los ojos.
-Ya era hora, imbécil. ¿En dónde estuviste? ¿Volviendo a practicar futbol en el parque fingiendo estar en el campeonato?- fue recibida por Lisa que le quitó con bastedad algunos de esos implementos médicos y subir las escaleras dirigiéndose al cuarto que compartía con Lily.
El saludo del resto no fue más ameno y prácticamente la empujaron a un rincón para tomar lo que trajo y alejarse lo más rápido posible de ella como si les fuera a contagiar la Peste.
Manteniendo la cabeza gacha, subió las escaleras hacia el segundo piso oyendo las groserías que Lola exclamaba cuando le atendían su pierna rota, los gemidos agónicos de Lynn Sr. por sus brazos dañados acompañados de las palabras de consuelo de Rita y la fuerte tos que producía Lana.
-Tranquila, Unidad Fraternal Menor. Recuerda que esto es para el beneficio de tu quemada piel, así que por favor trata de permanecer lo más quieta posible.
Comenzó a traspirar mordiéndose el labio inferior cerrando tan fuerte los puños que le temblaban los brazos cuando pasó por el cuarto de sus hermanas más chiquitas viendo como Lisa tuvo que quitarle los vendajes a Lily, dejando al descubierto sus graves quemaduras, y ponerles nuevos que le generaban un intenso dolor que nadie, y mucho menos alguien como ella, debería experimentar.
Otro eterno, continuo y doloroso recordatorio de la catástrofe que generó.
Y para echarle más sal a la herida y una roca extra a la montaña de arrepentimiento que lleva siempre en su lomo, al pasar por el cuarto que antes le perteneció a Lori y Leni vio a Lincoln tendido en la cama todavía en estado de coma y unido a los mismos aparatos que tenía en la clínica.
Nada podía hacer por él y sus otras hermanas y no sabía por cuánto tiempo más iba a soportar que ellas y el resto de personas se lo restregaran en la cara, así que tomó una drástica decisión.
Una vez que la noche llegó, exactamente seis meses luego de ese fatídico día, tomó las pocas pertenencias que le quedaban metiéndolas en un morral excepto un sobre lleno del dinero que ha podido ahorrar y que con mucho cuidado dejó al lado de la cabeza de Lily que dormía profundamente gracias a los medicamentos que le dieron.
-Mi hermanita...- nuevas lágrimas fluyeron de sus ojos cayendo sobre la vendada cara de la blonda mientras le acariciaba su quemado cabello -espero... espero que algún día tú y todos puedan perdonarme- se agachó para besarle la frente y también dejó a su lado una carta de despedida.
Con cuidado de que nadie la oyera, se escapó de casa por una ventana usando una soga hecha de sábanas y después de dedicarle una última mirada de pesar a la que antes fue apodada "La Casa Ruidosa" empezó a correr perdiéndose en medio de la oscuridad.
Para nunca mirar atrás esperando que su familia esté mejor sin ella y los problemas que les ha traído y que seguramente les traerá mientras siga con ellos.
Fin del flash back.
Y así ha sido su vida durante 10 años, huyendo de su pasado, del odio que todos le guardan, pero nunca pudiendo huir del odio que se tiene a sí misma y sin manera de deshacerse de la montaña de culpa que la seguirá para siempre, tanto en esta vida como en la otra jamás permitiéndole descansar en paz.
Tratando de enmendar sus pecados al ayudar a toda alma desafortunada que se le cruce en el camino, como lo hizo con ese tipo en bar, aprovechando en darle una buena paliza a cualquier malandro con el que se topase en un intento desesperado para descargar el enorme estrés emocional al que es sometida a diario.
Preguntándose a cada segundo como está ahora su familia, si han podido salir adelante desde que se fue y si la han perdonado. Tantas veces ha deseado regresar a Royal Woods para ver como estaban, pero siempre se echó para atrás por miedo de lo que fueran decirle o hacerle.
Solo le quedaba orar para que hayan repuesto lo mejor posible sus vidas, siendo lo que ahora mismo hacía al mirar nuevamente el techo del motel otra vez con un brazo apoyado en la frente y teniendo la foto sobre su pecho hasta que los párpados le pesaron y quedó de nuevo dormida resignándose a que a la mañana siguiente el ciclo se repetirá y volverá a vagar como alma en pena.
No dándose cuenta de que su celular, al estar en modo vibrador, se agitó en su mochila al recibir una llamada. Al no ser contestado, su pantalla mostró que recibió un mensaje que decía:
-"Quinta Unidad Fraternal, te escribe Lisa. Tenemos que hablar, la familia te necesita"
Piloto completado el 10/08/2022.
Eso fue todo por esta ocasión. Espero que les gustase este Piloto y la trágica historia que Lynn tiene a sus espaldas. En muchas ocasiones siempre se la retrata como una ególatra capaz de hacer lo que sea para complacer su orgullo y mostrar ser la mejor sin importar las consecuencias así que para hacerle caer un poco en la realidad, quise mostrar lo que puede pasarle a alguien que valora su ego más que cualquier cosa y que sus seres más cercanos son los que pagarán los platos rotos ganándose el odio de todos tratando de huir de su pasado que jamás la dejará tranquila.
Aunque me gustaría hacer un fic en base a esta premisa, ya tengo demasiadas cosas en manos para echarme otro cuento en el costal, pero la trama que se me había ocurrido es que Lisa le pide a Lynn que vuelva a Royal Woods para que ayude a la familia porque está pasando por otra grave crisis y ella acepta para así intentar enmendar la enorme metedura de pata que hizo tratando de restablecer los lazos rotos.
Explicado todo, me voy por ahora a pensar que nuevos fics o Pilotos hacer, no sin antes decir que hace unos días subí, casualmente, un dibujo de Lynn en una forma que creo que nadie antes ha hecho y que se haya en mi cuenta de DevianArt, Luiska120, que tal vez les guste (Sin perder tiempo de hacerme algo de Spam XD)
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