Jongin sugirió fueran por un helado a un puesto cercano, a lo que Kyungsoo se negó sabiendo como el moreno seguramente quería engañarlo en una cita o algo así (como ya había sucedido antes).

El más alto se avergonzó y prometió que no volvería a hacerlo. Explicó que solo había sido una vez, además argumentó con el hecho de que ambos se divirtieron mucho esa vez, Do no pudo negarlo.

Jongin compró dos helados, uno para él y le pasó el otro a Kyungsoo, el más bajo le agradeció y continuaron su paseo por el parque mientras disfrutaban sus postres fríos. Su plática se detuvo un poco debido a que estaban comiendo, pero el silencio no era incómodo ni nada parecido.

El interactuar a lo largo de los años había hecho que se acostumbraran a la presencia del otro. Bueno, más o menos, para Kyungsoo era así, Jongin aún se sentía como si fuera la primera vez que estaba con su Hyung, su corazón a mil y una brillante sonrisa en su cara, llena de emoción.

Pronto, para desánimo de Jongin, ambos tuvieron que separarse e ir a sus respectivas casas. Jongin a diferencia de Kyungsoo tenía varios deberes que hacer, y Kyungsoo no le permitiría que los dejará de lado solo para salir con él.

     Baekhyun se encontraba en su habitación escuchando música tranquilamente mientras terminaba sus tareas. Pasó ahí toda la tarde, haciendo esto, haciendo aquello, leyendo, o viendo revistas acostado en su cama. Él no era mucho de salir, le gustaba estar en su habitación, se sentía seguro.

Al llegar la tarde su madre lo llamó cuando su padre volvió de la escuela, lo saludo y después los tres empezaron a preparar la cena. A Baekhyun siempre le gustó eso de su familia, como siempre a pesar de tener un día cansado en el trabajo y escuela, todos preparaban la cena juntos.

Su padre hablaba de su día y como el equipo ha mejorado bastante durante las practicas, Baekhyun no pudo evitar sentirse un poco mal. Ya han sido años desde la última vez que jugó básquetbol, sin embargo, aún le dolía cada vez que su padre mencionaba al equipo.

No quiso arruinar la atmosfera por lo que escondió su cara y trató de verse lo más normal posible. La tarde pasó y pronto ya era de noche y la cena estaba servida. La familia comió tranquilamente mientras hablaban un poco acerca de cosas de su día a día.

"Baekhyunnie," Lo llamó la señora Byun.

Baekhyun levantó los ojos de su tazón y posó su vista en su madre con algo de miedo. No era usual que su madre lo llamará en media de una historia de su padre, tampoco era usual que lo llamará "Baekhyunnie", no lo llamaba así desde... Bueno, eso no importa ahora.

"No has comido casi nada hoy, ¿estás teniendo náuseas otra vez?" Preguntó la señora Byun con incertidumbre en su voz. "Si te sientes muy mal, podría ir a la farmacia por más de tu medicamento." Siguió hablando.

"No es necesario, mamá," Dijo Baekhyun, ya más calmado. Aunque se percató de que su madre tenía razón, últimamente no tenía mucho apetito y estaba comiendo muy poco. "No tengo náuseas, pero gracias por pensar en mí," Le dijo y le sonrió, su madre siempre era muy atenta y observadora.

Su madre no parecía convencida, pero lo dejo pasar y le dio el mismo discurso de siempre, de que cualquier cosa, puede contar con ella y con su padre, además de donde puede encontrarse con su padre en la escuela en caso de sentirse muy mal y necesite ayuda.

Naturalmente, la plática volvió a cambiar de rumbo (en su mayoría debido a Baekhyun), y después cada quién lavó sus platos y ambos hombres fueron a pasear a su pequeño perro, Mongryong, mientras su madre se quedaba en casa a terminar de ordenar la cocina.

Sus padres se turnaban para acompañarlo a pasear a su perro todas las noches, el que se quedaba en casa ordenaba la cocina, hoy esa era su madre. Mientras padre e hijo iban con Mongryong por las calles cercanas a su casa.

A Baekhyun no le gustaba salir mucha de casa, en realidad le gustaba mucho pasarse todo el día en su cuarto haciendo cualquier cantidad de cosas, o nada; hacer nada también era muy bueno.

Pero también le gustaba mucho salir con Mongryong por las noches, era relajante. Podía cerrar los ojos, respirar profundo y pensar, las calles normalmente eran oscuras y sería raro que se encontrará con alguien, por lo que le gustaba aún más.

Se sentía cómodo.