Capitulo 4

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Anko ojeaba unas revistas de moda, cuando el timbre de la mansión Hyuga sonó.
Muy a regañadientes de levantó para abrir la puerta encontrándose con tres oficiales de policía.

—¿Anko Hyuga?—preguntó uno de ellos

—Soy yo...—respondió con el ceño fruncido.

—Queda usted arrestada por agresión, maltrato y privación de libertad, a la señorita Hinata Hyuga, como también por falsificación de testamento—uno de los uniformados sacó las esposas y leyó sus derechos, pero Anko se defendió gritando, llamando la atención de los vecinos y algunos curiosos que no perdieron tiempo en grabar todo con los celulares. Después de esposarla la llevaron a la patrulla, donde Neji la miraba con todo el despreció que podía haber guardado.

—Haré que te arrepientas de todo lo que le hicieron a Hinata—dijo el joven con odio.

Anko lo miró asombrada por el aura de grandeza que emanaba de él, pero sobre todo, por el odio que tenía en los ojos, ojos tan similares a los de su difunto marido.

[...]

Itachi bajo de su auto en el momento en que llegó al estacionamiento de la empresa Uchiha. Caminaba sin prestar atención a los alrededores, perdido de nuevo en sus pensamientos... Un auto negro con vidrios oscuros se paro y de él, bajo un hombre de cabello largo, como elegantes vestimentas. Sin embargo, lo que dejó pasmado al Uchiha, fueron los ojos... Los mismos ojos Hyuga, de su ex esposa.

—¿Podría darme unos minutos?—pregunto el Hyuga con seriedad—Necesito hablar sobre mi prima—el Uchiha permaneció en calma y dejó de caminar buscando algún lugar para estar más cómodos.

—Hay un café cruzando la calle, si le párese bien podemos ir allí—Neji levantó la mano en señal de negación, ya que no tenía pensado quedarse mucho tiempo con ese idiota.

—No se preocupe, seré breve...¿Que fue lo que sucedió entre Hinata y usted? ¿Porque ella se fue y usted no espero prácticamente nada para casarse con otra?—pregunto sin reservas.

El azabache suspiró, pensando en lo que tenía que confesar, después de todo lo que había hecho sufrir a esa mujer, lo menos que merecía el hombre frente a él era la verdad.
...

--Sasuke corrió hacia dónde Itachi acababa de caer, por los golpes que le dio el tipo de cabello castaño—¿Que pasa?—pregunto, para ser ignorado por los dos varones.

—¡Es usted despreciable Uchiha..!—Neji estaba fuera de si, al escuchar lo que ese miserable le contó sobre su prima. Itachi no se defendió, ni tampoco dijo nada en su defensa. Sabía que lo que hizo estuvo mal y ya no había ninguna forma de cambiarlo—La vida de Hinata, siempre estuvo cargada de maltratos y  desprecios. Las personas que debían protegerla, fueron quienes mas la dañaron y usted hizo exactamente lo mismo—soltó el castaño, queriendo matar al Uchiha con sus propias manos—Ojalá que su conciencia no le de paz—concluyó Neji retirándose del lugar, dejando a Itachi sumergido en su propio mundo y a Sasuke sin poder entender nada de lo que acababa de pasar.

[...]

Hinata había comprado una hermosa casa en un lugar tranquilo, no muy lejos de la residencia de Konan. Sin planearlo quedó de vecina con Ino, una de las modelos. Aunque todavía no vivía en la casa, la Hyuga ya había empezado a decorarla con ayuda de todos los compañeros de trabajo. Ellos fueron un gran soporte para ella desde que los conoció.

Ahora se encontraba esperando a que llegaran a dejarle los muebles de la habitación del bebé, los cuales, habían sido un regalo de Nagato y Konan, quienes se empeñaron en hacerlo, argumentando que ellos eran los futuros padrinos de Tenchi.

Mi bebé, definitivamente, tendrá los mejores padrinos, pensó la Hyuga , acariciando su abultado vientre de mas de siete meses.

Por cuestiones de tiempo y problemas familiares, el catalogo con sus fotos, saldría al público, los mismos días en que Shizune le dijo que estaba programada para dar a luz.
La idea le pareció genial, así podía celebrar junto a su hijo, que también ayudó en gran parte de toda la inspiración.

Konan le pidió quedarse en la casa, porque le tenía una gran sorpresa esa misma tarde. Estaba muy curiosa, puesto que no imaginaba que se traía entre manos. Con Konan, nunca se sabía que esperar, ella era impredecible.

Ino movida por la curiosidad, llego para hacerle compañía y también para ayudar en lo que la joven embarazada necesitará.

—Creo que ya están aquí—Ino miró por la ventana el camión de la mueblería y dos autos más... Uno de ellos era el de Konan y el otro no lo conocía.

Los encargados de la entrega, no tardaron en colocar todo en el lugar donde les indicó Hinata, para después, agradecer antes de verlos marcharse. Konan espero que los repartidores se fueran, antes de entrar al nuevo hogar de su protegida.

—¡Estas muy misteriosa...! Ya dinos de que se trata la sorpresa de Hina—Ino estaba mas curiosa que la misma Hyuga.

La puerta de la casa permaneció abierta y la morena miraba hacia donde Ino interrogaba a la hermosa dama, tratando de obtener información. En ese mismo momento, una sombra dio la señal de que alguien se había parado en la entrada, haciéndole girar y casi desmayarse por la impresión... Con los ojos llenos de lágrimas, Hinata avanzó lo mas rápido que pudo hacia los brazos que tanto había extrañado.

—¡Nii san..!—Neji no estaba mejor que su prima, la emoción era muy grande cuando por fin la pudo abrazar, comprobando que estaba bien—No sabes las ganas que tenia de verte, nii san—Neji sonrió enternecido y notando que su prima estaba embarazada y conociéndola como la conocía, estaba seguro quien era el padre.

Konan tenía una sonrisa en los labios, mientras veía la reunión entre los primos. Ino por su parte, parecía haber quedado hipnotizada por los encantos Hyugas, que Neji portaba con orgullo.

—¿Hinata estas bien?—preguntó apuntando en dirección a su estómago, haciendo evidente a que se refería.

—Estoy mejor que nunca y tengo mucho que contarte, pero primero déjame presentarte con mis amigas—ella lo paso hacia la sala, donde ya tenía amueblado y en ese momento, se sintió orgullosa de haberlo hecho.

Después de las presentaciones entre Ino y Neji, pues a Konan ya la había conocido, durante el proceso de localizar al abogado Asuma, él se dedicó a escuchar el relato de Hinata.

Ino siempre fue una mujer hermosa y segura de si misma. En ningún momento de su vida se preocupó, por no estar a la altura de otra persona, puesto que sabía lo que causaba cuando la veían. Ahora, se encontraba mirando a ese monumento, el primo de Hinata, el cual no podía siquiera ser hombre, porque no existían hombres tan hermosos como ese... Solo sentir el contacto al estrecharse las manos, le causó un estremecimiento por todo el cuerpo, no quería ni imaginar, que pasaría si llegaran a rosarse los labios.

—¿Ino? ¿Ino estás aquí?—pregunto Konan, con una pícara sonrisa.

—¡He..!—respondió asustada y avergonzada, al notar que los tres estaban mirándola esperando la respuesta de algo que no había escuchado por estar perdida en sus pensamientos de dioses griegos de la hermosura.

—Neji nos está invitando a cenar, pero ya les dije que yo tengo un compromiso y no puedo ir—se disculpó la mayor, al tener que cenar con Nagato y unos compañeros de él.

—¿Vienes Ino?—Hinata notó el sonrojo en las mejillas de la rubia y sonrió mentalmente por la situación. La guapa modelo aceptó y los tres se fueron en el auto de Neji. Hablaron de todo lo que hacían en la agencia de modelar y también como se habían apegado mucho entre todos. Neji no sabía como agradecer todo lo que hicieron por Hinata, sin ser familiares y apenas conocerla.

Neji le contó a su prima lo sucedido con Anko, como también lo de la herencia.
La ojiperla no daba crédito a lo que escuchaba y aunque en un principio se sintió mal por la suerte que enfrentaron Hanabi y Anko, después lo pensó mejor, llegando a la conclusión que en realidad ellas lo merecían... Meses atrás, se hubiera regañado a si misma por pensar así, pero después de tantos malos recuerdos, en especial el peor de todos... el cual ya ni nombraba por su nombre, su forma de ver la vida había cambiado radicalmente, haciéndole mas fácil descartar las personas que nada mas estorban en su vida.

[...]

—¿Pero que te pasó en el rostro?—pregunto Izumi, al ver a Itachi con el ojo morado.
Mikoto también fue consiente del estado en el que estaba Itachi, al mirarlo llegar a su casa para la cena a la que los habían invitado.

—Lo golpeó el Hyuga en el estacionamiento de la empresa—aclaró Sasuke, ganando una mirada desaprobadora por parte de Itachi.

—¿De que Hyuga hablan?—Mikoto se tensó esperando por la respuesta.

—Veo que ya te encontraste con Neji—suspiró el patriarca, pensando en lo que esos dos hablaron, no obstante, Itachi continuó en silencio sin decir nada.

—¿Neji regresó?—preguntó Mikoto de nuevo esperando no ser ignorada por segunda vez.

—Regresó hace unos días y me fue a ver a mi oficina, buscando información acerca de Hinata—Fugaku hizo una pausa mirando la reacción poco agradable de su nuera, como también la de Sakura, que cenaba con ellos—Me dijo que vino para llevársela con él, porque ahora cuenta con suficiente capital para mantenerla—la matriarca no podía creer que el muchacho hubiera regresado justamente ahora.

—¿Y que le dijiste?—preguntó Sasuke, que no podía con la duda.

—Toda la verdad... era lo menos que podía hacer por ellos—Fugaku les informo todo lo que habló con el muchacho, como también las acciones legales que el joven tomó en contra de Anko y Hanabi.

—¡Bueno! Al parecer la loca no estaba sola después de todo—soltó Izuni, recibiendo una sonrisa por parte de Sakura—Lo mas seguro, es que sea un enfermó mental igual que ella—el patriarca se aclaró la garganta en desacuerdo con los comentarios acerca de los Hyugas.

Mikoto palideció al recordar el embarazo de Hinata. Eso era algo que pensaba a diario desde que la joven se marchó humillada. En un principio, no le era tan difícil pasar a otra cosa, pero cuando se enteró que su actual nuera nunca estuvo embarazada, la culpa la invadió de lleno y para hacer las cosas aún peores, Shisui le contó, que Itachi renunció a todos los derechos de paternidad de esa criatura. Su hijo mayor nunca habló de eso y ella tenía la certeza, que Itachi firmó sin tomar el tiempo para saber lo que firmaba y ahora ella no podía preguntar sin admitir que Hinata lo confesó antes de irse.

Itachi estaba de nuevo perdido en los pensamientos acerca de lo que habló con el Hyuga. Si tan solo ese hombre hubiera llegado antes, las circunstancias no serían las mismas. Ella nunca hubiera sufrido a su lado, aunque la empresa se fuera a banca rota, todo sería mejor que haberse casado con Hinata.

[...]

El catálogo donde Hinata apareció como modelo, fue lanzado una semana antes de lo previsto, causando gran revuelo en todos lados, tanto por la ropa, como por la desconocida y hermosa modelo en la portada, cómo en las páginas.

En la portada de enfrente, se encontraba la ojiperla con la mirada hacia el cielo, tocando su vientre y de lado al mar. Usaba un largo vestido de cóctel en color lavanda. Las mangas caían por los hombros dejando un lindo escote en el pecho. La tela del vestido consistía en varias capas livianas, terminando en una cola mas larga en la parte de atrás.

Kiba capturó el momento justo, en el que el aire volaba las finas telas, junto al cabello castaño de la peluca que se le colocó a la Hyuga, con el propósito de completar ese atuendo. El efecto fue surrealista, las olas, el viento y la tierna modelo, se funcionaron en una imagen encantadora ante los ojos de quien la veía.

Mito quedó muy complacida con el resultado, como también con las altas ventas de su catálogo. Lo que la llevó a planear una reunión en su casa y de ese modo celebrar el éxito.

...

Hinata estaba casi lista, para irse con sus amigos. Terminó vistiendo un vestido de maternidad, de los que ella misma diseñó y ya había en venta en algunas boutiques exclusivas asociadas a Kurenai. El cabello le llegaba hasta la nuca, haciéndole sentir bonita, como cuando lo tenía largo. Uso sandalias blancas de tacón no muy alto, que hacían juego con el vestido color plateado.

Bajo hacía la sala, donde se encontraban Nagato y Konan esperando por ella. Una vez que los tres se hallaron listos, subieron al auto de Nagato y unas cuadras antes de llegar a su destino, Hinata soltó un gemido de dolor.

Nagato frenó donde pudo, puesto que se asustó y debían revisarla. Konan que se veía muy preocupada y sintió miedo por la chica

—¡Hinata..! ¿Que pasa? ¿Te sientes bien?— preguntaron ambos dirigiéndose al asiento trasero donde viajaba la morena.

—¡ME DUELE MUCHO... ! ¡HAAA!—grito con dolor alterando a la pareja, que en ese momento, decidieron cambiar de ruta dirigiéndose a toda prisa al hospital.

Apenas arribaron y fueron recibidos por dos enfermeros, los cuales ya estaban al tanto de todo gracias a Konan, la cual no perdió tiempo y llamó desde el camino.

Rápidamente, colocaron a la futura madre en una camilla y entraron con ella dejando a la pareja en la sala de espera.

Konan llamó a Mito para avisar todos los sucesos, como también a Kurenai y por último a Neji, quien en esos momentos, no se hallaba en la ciudad, debido a que continuaba haciendo todos los arreglos para mudarse permanentemente cerca de su prima.

[...]

—¿Que pasó? ¿Porque todos se están yendo?—pregunto Hashirama a su esposa, al darse cuenta que la cena aún no empezaba y ya algunos invitados se estaban marchando.

—Hinata esta en labor de parto y todos sus amigos quieren estar con ella—respondió la pelirroja despidiendo con la mano a los que se iban.

—¿La modeló del catálogo?—Hashirama frunció el ceño por pensar en la coincidencia.
Mito afirmó con la cabeza, sonriendo a su marido y recibiendo a los otros invitados que no demoraron en llegar—Es una pena...mis amigos querían conocer a las hermosas modelos y ellas se están yendo —murmuro el Senju, atrayendo la atención de Mito, quien negó con la cabeza.

[...]

—Necesitó adelantar mi partida a Tokio para hoy mismo—informó Neji a uno de sus socios.

—¿Pasó algo—pregunto Gaara, apartando la vista de los documentos que firmaba.

—Es Hinata...ella esta dando a luz en este momento y como les conte, ella está sola.
De no ser por sus amigos que la han tratado mejor que si fueran su familia, no se que hubiera sido de ella. Se que todos la acompañan en este momento, pero Hinata me necesita y no quiero fallarle esta vez.

—Esta bien, no te preocupes por nada, Naruto y yo arreglaremos tu traslado y en unos meses nos mudaremos también, como lo habíamos acordado—decreto Gaara, comprendiendo la preocupación del muchacho.

Gaara, Naruto y Neji, se conocieron en la universidad y los tres formaron una compañía que se encargaba de los mejores equipos de seguridad. Pronto se proyectaron como los mejores en esa rama y las ganancias no se hicieron esperar.

—Gracias Gaara... despídeme de Naruto, yo los llamo después—el Hyuga salió lo mas rápido posible con rumbo hacia el estacionamiento.

[...]

La ojiluna se encontraba sola, sin ningún familiar, sólo con las enfermeras y la ginecóloga Shizune. Los dolores eran terribles y su pequeño aún no nacía.

—¡Una vez mas Hinata!—la animo Shizune, luego de varias horas intentando.
La chica empujó lanzando un grito en el proceso, para después escuchar el melodioso llanto de su bebé.

Después de estabilizar a la joven madre le entregaron a su hijo, para que estuviera con ella por unos momentos antes que el pediatra se lo llevara a revisión y aseo.

—¡Bienvenido, Tenchi..!—le dijo sonriendo, mientras gruesas lágrimas de alegría se deslizaban de las perlas. No había llorado en meses y ahora no podía parar el tren de emociones que se instaló en su pecho. Su hijo era perfecto, demasiado perfecto. Cabello negro y ojos tan negros como los de él. Como los del hombre que se negó a reconocerlo.

Unas horas después, todos sus amigos pudieron pasar a conocer el bebé, como también, mirar a la nueva madre. La habitación pronto estuvo llena de arreglos florales para ambos.

—Es tan hermoso—afirmó Konan cargando al recién nacido. Algo en ella se removió al sentir el cuerpecito de ese pequeño, algo que nunca antes había experimentado. Instintivamente, buscó la mirada de Nagato y le sonrió con dulzura, llenando al novio, de dudas acerca de lo que esa linda sonrisa daba a entender.

—¿Como está la madre mas hermosa de la cuidad?—pregunto Neji, entrando con un enorme oso de peluche y un arreglo de girasoles.

—¡Nii san!—murmuró la Hyuga emocionada y melancólica al poder ver a su única familia. Neji la abrazó y ella de nuevo comenzó a llorar sin sentir pena, a pesar de estar rodeada de sus amigos.

Ese día estuvo acompañada de todos y Shizune le dijo que si el pediatra lo autorizaba, al día siguiente podía darle de alta a ella y Tenchi también.

—Mañana vendremos por ti bonita—le dijo Konana dandole un beso en la frente.

—Yo también estaré aquí a la hora de visita—Neji se despidió de ella y antes de salir, miró hacia Ino, lanzando una seductora mueca de sonrisa. Ino enrojeció y de pronto las miradas de todos estaban sobre ella.

Al igual que Ino, Tenten y Shion, no pudieron evitar admirar al primo de Hinata, sin embargo, con esa mirada, demostró quien de las tres llamo su atención.

—¡Deja de babear Ino!—se burló Kiba, haciendo que todos se rieran de ella por verla en ese estado.

...

La morena se había duchado y estaba ya peinada esperando que le trajeran a Tenchi.
La enfermera se lo entregó para que lo alimentara y los dejó a solas.

Todavía no terminaba, cuando la puerta se abrió, dejando entrar al pediatra con los documentos del bebé y la orden para ser dado de alta. Hinata se cubrió de inmediato muy avergonzada.

—¡Buenos días! Mi nombre es Tobirama Senju y soy el pediatra que revisó a su bebé —saludo el apuesto hombre, dejando a la Hyuga muy roja por pensar que la había visto con los senos descubiertos—El peso, como el tamaño y todo lo requerido está en perfecto estado, su hijo es un bebé sano y fuerte ¿Tiene preguntas?—inquirió a la joven de exóticos ojos.

—No—la flamante madre negó con la cabeza y agradeció al médico tomando los documentos.

—Entonces me despido... cualquier cosa que necesite, allí esta mi numero, solo tiene que llamar—Tobirama se despidió mirando por última vez a la hermosa joven, la cual le pareció mucho mas linda en persona, que en las fotografías que miró en casa de Mito.

[...]

Con los meses, los desacuerdos entre Itachi y su esposa, se hacían mas grandes. Izumi sentía que poco a poco estaba perdiendo a Itachi y tenía que hacer algo para evitarlo.
Recordó lo feliz y emocionado que se veía cuando creía que iban a ser padres y la idea de esta vez hacerlo realidad, le comenzó a parecer como la única alternativa. El problema era que ya tenía  varios meses sin cuidarse y no había quedado en cinta.

Estaba tan segura de poder embarazarse, que incluso, compró ropa de alta calidad y también algunos manuales para llevar un embarazo sin aumentar mucho de peso.
Sakura le llevó algunas revistas y catálogos a casa de sus suegros. Ella le animó para seguir y le sugirió, buscar un especialista en fertilidad.

Después de estarse tratando... el especialista le informo que no ovulaba. Esa información la descolocó. No podía decirle nada a Itachi, tenía que buscar otras soluciones para salvar su matrimonio antes que recurrir a un donante de ovuló.

Días mS tarde, se encontraba en casa de su suegra, aburrida escuchando temas que no le importaban en lo más mínimo, ojeaba las revistas y uno de los catálogos llamó su atención. La mujer en la portada, le resultaba muy familiar. Entre más páginas pasaba mas y mas le recordaba a alguien, pero no conocía a nadie así, con ese porte y elegancia, a pesar de estar embarazada. Y lo que mas la dejó pensando, fue la cara que puso su suegra. La mujer, literalmente palideció al ver la chica de la portada. Izumi frunció el ceño ante el comportamiento de la dama, pues parecía asustada.

—¿Pasa algo?—pregunto Itachi, al ver a su madre sosteniendo un catálogo.
Mikoto no respondió, lo que despertó aún más la curiosidad de Itachi, quien en un ágil movimiento, tomo el la revista de las manos de Mikoto.

Itachi se perdió mirando la hermosa imagen en la portada. Su corazón latió más rápido y sin proponérselo, una sonrisa se posó en sus labios. Una extraña alegría lo lleno por dentro y no podía explicar el porqué de ese sentimiento.

Izumi se molestó con el comportamiento de su esposo y le arrebató el catálogo para arrojarlo en el cesto de basura. La pareja comenzó con otra de sus acostumbradas discusiones, haciendo que la dama Uchiha se sintiera aliviada, de que ninguno de los dos, supiera quién era la mujer de la foto ¡Claro! Ellos casi no llegaron a conocerla, como para lograr poder identificarla, pero ella la conocía desde que nació y no tenía ninguna duda, la modelo no era otra, que Hinata Hyuga, su ex nuera. La que ahora se encontraba en avanzado estado de embarazo. Dentro del vientre de esa deslumbrante joven, se encontraba su nieto, o nieta.

[...]

Los meses pasaron y la ojiperla ya se había cambiado a su pequeña casa junto a su niño.
Ella había aparecido en varios comerciales de perfumes, como también en portadas de maquillaje. Todo se fue dando, una vez que se dio a conocer por Kurenai y Konan.
El éxito que la joven estaba teniendo, se extendió desde lo profesional, hasta lo personal, dado que ya muchos hombres suspiraban por poder conocerla.

A sus dos amigas empresarias les resultó de gran ayuda la cooperación de Hinata en el negocio, por el hecho, de que los contratos que no llegaban a cerrarse por discrepancias, Hinata con su fingida inocencia, hacia que hasta los más duros magnates se derritieran ante ella, convenciéndoles de hacer lo que ella pedía. Tanto hombres, como mujeres, caían rendidos en el encanto de la pequeña y hermosa mujer.

...

Neji compró una propiedad muy cerca de su prima con el fin de estar al pendiente de todo lo que pudiera necesitar.

Hinata se puso a trabajar haciendo nuevos diseños y Konan seguía con la idea de subirla a modelar junto las otras chicas. Ella después de un año de haber dado a luz, tenía todo para poder hacerlo y finalmente aceptó.

El prominente evento fue anunciado por toda la cuidad. Solo una vez al año se llevaba a cabo, porque era el mas grande, abarcando desde vestidos de noche, hasta trajes de baño... Un total de veinte modelos se exhibirían sobre la pasarela. Entre ellos, diez eran masculinos y diez femeninas, desfilarían en ese exclusivo evento. Solamente había un pequeño problema, que casi saca de sus casillas a Konan.

-¿Cual es el problema ahora?—pregunto Kurenai, al mirar la furia de su amiga.

—Izuna y Obito se enteraron donde iba a celebrar el evento y se adelantaron a separar el mismo día, para fregarme por lo que les hice dos años atrás—Konan siempre estaba en desacuerdo con los Uchihas y tiempo atrás, uso la amistad con el marido de Mito, para quedarse con la reservación del hotel donde llevo a cabo el desfile, la cual, Obito tenía reservada para los Uchihas y ahora se estaban vengando de ella.

—¡Diablos... ! Ya no tenemos tiempo de buscar otro lugar—Kurenai se llevo la mano a la cabeza tratando de pensar en algo—¿Y si hablas con ellos? Quizás si nos mostramos amables—inquirió Kurenai

—No van a ceder... ellos me aseguraron que se vengarían y sabes que nadie les lleva la contraria sin tener consecuencias—respondió Konan, en el momento en que miro entrar a Hinata con su hermosa sonrisa—¡Lo tengo..!—dijo atrayendo la atención de la Hyuga.

Entré ambas mujeres le explicaron a la morena lo que tenia que hacer y ella aceptó gustosa de poder ayudar. Se dirigió hacia un restaurante donde la esperaban los dos caballeros.

Ella sabía que eran Uchihas, pero que tenían negocios totalmente diferentes a los otros familiares y por lo tanto, no había forma de encontrarse con el imbecil de su ex marido.

Se vistió con un vestido negro abajo de la rodilla, que mostraba todas sus curvas sin dejar mucha piel expuesta, pero revelando la perfecta anatomía. El vestido tenía un amplió escote frontal, sin caer en lo vulgar sino todo lo contrario, lucia demasiado sensual y elegante. Las sandalias de alto tacón con correas hasta arriba del tobillo, la hacían irresistible. Sin olvidar el largo cabello azulado y el maquillaje a juego con todo.

Hinata era el arma de Konan para ganarle nuevamente a los Uchihas.

Entró en el elegante lugar captando la atención de todos los comensales. Ella les sonreía con inocencia, esa era una de sus armas mas letales a los que pocos se podían resistir.

Los dos Uchihas esperaban a Konan y al mirar a la Hyuga, de inmediato se pusieron de pie. Ellos sabían quien era por los comerciales de televisión, pero nunca la habían visto en persona.

—¡Buenas noches caballeros...! Estoy aquí tomando el lugar de Konan, espero que no sea un problema para ustedes—su rostro mostraba sensualidad mientras los veía con falsa vergüenza.

—Claro que no nos molesta... por favor, tome asiento señorita—Obito habló tan rápido, que se ruborizó ligeramente.

Izuna fue más escéptico, hasta el momento en que la Hyuga uso el escote poniéndolo frente a él y dejándolo con la mirada fija en ella. La morena sonrió mentalmente, sabiendo que los tenía más cerca de donde quería. Los dos Uchihas eran muy atractivos, pero no era algo que no pudiera manejar con facilidad.

—Estoy aquí para interceder ante ustedes y de ese modo, le permitan a Konan realizar el desfile el día anunciado—la morena se percató del cambio de actitud que ambos varones mostraron.

—Es una pena señorita, pero eso no esta en discusión y ella sabe muy bien el porque—espetó Izuna un poco más profesional.

—Ese iba ser mi primer desfile modelando y ahora... ahora—las perlas brillaron por la humedad—no voy a poder hacerlo... yo sólo contaba con ese día libre—sollozo, dándole acceso a un par de lágrimas, al mismo tiempo que mostraba los ojos suplicantes hacia ellos.

—¿Que hay del día siguiente? ¿O cualquier otro?—pregunto Izuna, incómodo por verla tan triste.

—No puedo... como ya les dije, sólo contaba con ese día libre—sus perlas estaban a punto de derramar más lágrimas. Se llevó la mano al pecho, fingiendo tratar de calmarse y logrando hipnotizar a los varones, los cuales aún sin saberlo, ya habían sido desarmados.

—Cálmese señorita—Izuna le entregó un pañuelo para limpiar las "lágrimas" Obito suspiró con aire de derrota, mirando a Izuna que estaba igual—Esta bien Hyuga... usted gana, pueden realizar el desfile el día que lo anunciaron... después de todo, una de las modelos sale con mi hermano y también le dará gusto saber que el desfile se realizará el día acordado en la prensa—informaron ambos recibiendo una sonrisa sensual que los dejó más que nerviosos.

—Me da mucho gusto saberlo, así su cuñada también estará feliz— dijo la ojiperla, mirando a Izuna.

—No...Bueno, ella no es mi cuñada, Mei sólo sale ocasionalmente con mi hermano mayor, pero no es nada serio—agregó Izuna para no causar malos entendidos con Madara, quien solo pasaba el rato algunos días, con la insoportable de Mei.

—Bien, entonces no me queda más que agradecerles... No tienen una idea cuánto me han ayudado. Ustedes son mis salvadores y quiero corresponder a su buena acción—la morena tomo su bolso y saco un sobre con cuatro boletos VIP para ellos—En verdad me dara mucho gusto mirar a mis salvadores en el desfile y en la fiesta que se celebra después—dijo a los Uchihas y ellos afirmaron con la cabeza—Son cuatro boletos, pueden invitar a sus esposas, o novias—guiño los ojos al decirlo, descolocando aún más a los dos varones, que se apresuraron a decir que estaban solteros y sin compromisos—Entonces, nos vemos el viernes... ¡Deséenme suerte caballeros!—pidió poniéndose de pie, al igual que ellos.

Con inocencia, se acercó a Obito para darle un medio abrazo y un beso en la mejilla, repitiendo el procedimiento con Izuna. Los Uchihas se quedaron parados mirándola caminar hasta afuera, sin apartar los ojos de los atributos femeninos y todavía conservando el olor que les dejó al tenerla tan cerca.

La Hyuga sonrió burlona, sabiendo que de nuevo ganaba lo que quería.

[...]

El día del desfile llegó y todas las modelos estaban siendo maquillada y vestidas para la primera ronda en ropa de cóctel.

La Hyuga escuchó el nombre Mei y recordó lo dicho por los Uchihas. Girando su mirada, enfocó a una muy guapa pelirroja, que derrochaba sensualidad, como también arrogancia. Lo supo, por el modo grosero y poco cortes que trataba a las empleadas que le ayudaban a vestirse. Sus tres amigas la miraron y rodaron los ojos, con molestia.
La forma malcriada en que se siguió comportando, molesto a Ino.

—Ya está bien Mei, deja de tratar así a las personas, recuerda que sin ellas no eres nada—soltó Ino fastidiada. La voluptuosa pelirroja, vio a donde estaban Ino y sus compañeras con altivez.

—Ocúpate de tus asuntos niña y sueña con ser algún día semejante a mí— las perlas y las esmeraldas se encontraron por unos segundos, causando molestia en la pelirroja.

Ino pensaba continuar, pero Tenten negó poniendo su mano en el hombro de la rubia.

—Ignórala Ino, ya todos sabemos que nadie la soporta— espetó Shion, calmando a Ino.

Konan y Kurenai se encontraban en las posiciones acordadas, esperando que el desfile diera inicio. Las dos se percataron de la presencia de los Uchihas en el área VIP, recordando lo que hablaron con la Hyuga, cuando les dio las buenas noticias.

Ambas la felicitaron y le contaron que esas personas no eran fáciles y que era mucho mejor tenerlos de amigos, que de enemigos, puesto que prácticamente todos les temían, en especial al mayor de ellos, el mejor amigo del esposo de Mito.

El desfile dio inicio. Hinata salió con un vestido rojo en corte de sirena arrastrando una cola que lo hacía magnífico. Todos los atributos resaltaron con maestría, se sintió segura de si misma, a pesar de nunca haber estado en una pasarela. Camino después de Ino, la cual, lucía como una hermosa Barbie de colección.

Siguió los movimientos de la rubia encontrándose con Neji entre todas las muchas personas. Eso le dio mas seguridad, para continuar, aún sabiendo que todas las miradas estaban puestas en ellas.

Siguió caminando y encontró a los dos Uchihas que persuadió para sus propósitos. Les sonrió, percatándose de que había otro de ellos que la miraba como un depredador. Se mordió el labio de manera coqueta y lo ignoró como aprendió a ignorar lo que molesta, para enfocarse en cuatro personas que casi la hacen perder el paso.

El corazón de Hinata se aceleró, como hacía mucho tiempo no pasaba y la inseguridad casi la dominó... casi. Se recompuso con habilidad y continuó como si no existieran, porque para ella, no existían y nada cambiaría eso. Los ojos negros que tanto amo, la seguían con fascinación en cada uno de sus movimientos, llenando su alma de rabia y despreció, por él.

Si, en la zona VIP, se encontraban, Itachi Uchiha, con Izumi, Sakura y Sasuke, las personas que jamás quería volver a mirar, estaban recordándole una vez más, lo que vivió junto a ellos.

Continuara.

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