Capitulo 3
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Después de seis años sin ver ni saber nada de su prima, Neji Hyuga regresaba para llevársela con él. Cada tres meses le enviaba una carta donde le contaba lo mucho que la extrañaba y lo bien que le estaba yendo. Los años estudiando y abriéndose camino por si solo, le impidieron regresar antes de estar completamente seguro que nadie le impediría llevársela legalmente.
Meses antes de su llegada, mando un amigo suyo para investigar el motivo del silencio que mantenían los Hyugas, ya que ninguna de las cartas que mando, fue respondida, como tampoco las llamadas.
La información que Shikamaru le entregó, había sido perturbadora como para dejarla pasar. El mismo Shikamaru había movido todos los contactos para que la infamia de la cual su prima fue víctima no se quedara sin castigo.
Él sabía de primera mano, que Hiashi y Anko eran despreciables, razón por la que se fue y no regresó, ni siquiera cuando su tío murió, dejando a Hinata en manos de esa bruja.
Por mas que hubiera podido imaginar lo que pasaba dentro de la mansión Hyuga, no le hacía honor a la realidad.
Lo que Hinata soporto, fue horrible y su único alivio era saber que se había mudado con los Uchihas y seguramente estaban cuidando bien de ella.
Esa era la última información que tenía y era por donde tenía pensado empezar a buscar. De ese modo podría llevársela legalmente.
[...]
—¿Que quieres decir con falsa alarma?—pregunto Itachi decepcionado a su prometida, la cual estaba a escasas horas de convertirse en su esposa.
—Eso mismo mi amor... fue falsa alarma, mi periodo me falló y pensé que estaba embarazada, hasta tenía los síntomas, como también los antojos. Estoy segura que mi retraso se debía a lo muy triste y estresada que estuve estos últimos meses, por tu matrimonio con esa mujer—el Uchiha negó con la cabeza.
Todo ese tiempo se había hecho a la idea de ser padre y no solo él, sino todos en la familia ya se imaginaban al su futuro hijo o hija corriendo por todos lados.
¿Como les decía que de buenas a primeras que Izumi no está embarazada? ¿Que todo fue una falsa alarma?
[...]
—¡Son tal para cual!—le dijo Konan a Nagato cuando este le contó que Itachi se había casado, apenas algunas semanas atrás—Mejor dejemos de hablar de ese bastardo, no quiero que Hinata nos pueda escuchar si llega de repente y se entristezca.
—¿Como, está ella?—pregunto Nagato mirando como su novia sonreía orgullosa, con la sola mención de la ojiperla.
—Esta mejor de lo que me hubiera podido imaginar—suspiró al recordar cuando escucharon el corazón del bebé. La ojiperla había estado algo sería y después de ese día, todo cambió.
Diseñaba modelos de todo tipo, pero en esas últimas semanas, había diseñado ropa muy tierna para mujeres embarazadas y eso le había dado muchas ideas a Konan sobre un catalago que le pidieron tiempo atrás y que por falta de diseños no pudo completar.
¿Y donde está ahora? Me extraño no verla cuando llegue—Nagato estaba contento con la actitud que su novia había tomado con respecto a la joven Hyuga.
Cuando conocieron a la muchacha, él no puso mucha atención en los rasgos femeninos, lo único que pudo apreciar, fue lo maltratada y quebrada que se hallaba.
La actitud de su amigo de toda una vida lo dejó sin palabras, nunca antes conoció ese lado tan cruel de Itachi. Parecía estar desquitándose con la pobre chica, por haber sufrido el abandono de Izumi y después que la recuperó, no tuvo reparos en mostrar ante todos quien realmente le importaba y quien no... Luego que se caso con ella, con la mujer que según él amaba, la situación se había salido de control para el frio y arrogante Itachi Uchiha, quien ya rara vez sonreía.
Era irónico, que hubiera deseado tanto casarse son su antigua novia y ahora no se veía feliz. Nadie sabía exactamente si se debía al embarazo que nunca existió, o tal vez a los constantes desacuerdos que tenía la pareja de recién casados, sin embargo, era evidente que la luna de miel se había terminado.
Aún no podía entender como fue que tuvo el valor y la sangre fría para renunciar a los derechos de paternidad de su propio hijo, el bebé que esperaba la joven Hyuga. Él nunca tocó ese tema cuando llegó a encontrarse con el Uchiha y ademas, Konan le había advertido no decir nada de Hinata, absolutamente nada.
Nagato había casi rogado a Konan que se casaran y lo hiciera padre, pero ella siempre ponía el trabajo por delante, haciendo difícil la idea de quedar embarazada... En verdad, había personas que no merecían tal bendición y una de ellas era Itachi.
Si tan solo su amigo pudiera ver todo lo que la joven Hyuga había cambiado, incluso él se sorprendió al apreciar lo linda que en realidad era. Al parecer sólo Konan y Sasori pudieron ver a través de lo evidente.
—Se fue con Kurenai... esta empeñada en comprar su propia casa, o apartamento porque según ella, no quiere ser una carga para mí—respondió Konan, sacándolo de sus pensamientos.
—Es mejor que se quedé aquí hasta que de a luz ¿no crees?—pregunto preocupado.
—Claro que no la dejaré marcharse, la casa será para después del parto, esa fue la única manera que yo logré aceptar.
—Así es mejor—añadió Nagato mas tranquilo.
[...]
—¡Hinata esos tipos te comen con la mirada!—Kurenai sonrió con picardía hacia los tres varones, mismos que se querían comer a la Hyuga, con todo y el embarazo de cinco meses. La joven se veía muy hermosa con el embarazo, ella era de las que lucen más bellas al atravesar la maternidad.
—No creó que me vean a mí, mas bien creo que es a usted, como en todos lados a donde vamos—respondió la ojiperla sonriéndole a la elegante y guapa dama, que se había hecho su amiga desde el momento en que Konan las presentó.
El aspecto de la ojiperla había mejorado considerablemente, la piel regresó al color que siempre tuvo y el cabello le llegaba bajo la quijada. La doctora Shizune le comentó que las vitaminas prenatales ayudaban mucho en el proceso del crecimiento.
Era consiente de las miradas masculinas que atraía cuando salía a las calles de la gran ciudad, pero no les daba importancia, eso era algo que la tenía sin cuidado, porque el único hombre que le importaba, todavía lo llevaba dentro del vientre, sin contar a Neji, al que se estaba esforzando por encontrar y hasta ese momento, aun no obtenía resultados.
—¿Desean algo más?—pregunto el mesero que llegó a levantar los platós vacíos.
—La cuenta por favor—pidió la morena con una dulce sonrisa, la cual hizo sonrojar al muchacho.
—Todo está saldado señoritas... los caballeros de la mesa del fondo las invitaron—ambas mujeres dirigieron sus miradas hacia donde apuntó el joven y les agradecieron a los tres atractivos caballeros que sostenían las copas en señal de brindis hacia ellas.
—Otro almuerzo gratis Hinata... Creo que debo salir mas seguido contigo—Hinata negó con la cabeza al escuchar los comentarios de Kurenai.
Después de dejar la propina para el joven, las dos mujeres salieron del restaurante para encontrarse con el agente que les mostraría la última casa de ese día.
[...]
—Señor... afuera esta un joven que pide hablar con usted—informó la secretaria del patriarca Uchiha.
¿Tiene cita?—pregunto sin apartar la mirada de los documentos que revisaba.
—No la tiene, pero dice que no le quitará mucho tiempo y que se trata de un asunto personal, de suma importancia.
Fugaku frunció el ceño—¿Dijo su nombre?—inquirió con curiosidad, pues no esperaba a nadie que pudiera tratar algún asunto personal.
—Su nombre es Neji Hyuga señor...¿que le digo?—Fugaku abrió mucho los ojos al escuchar el nombre dado por su secretaria.
—Hazlo pasar de inmediato y cancela los compromisos que tenga para hoy—ordenó inquieto. Neji vestía con un traje a la medida, dándole un porte elegante. Los años le habían sentado a la perfección, dotándolo de atributos físicos. Él era extremadamente atractivo, tanto, que era difícil no voltear a mirarlo cuando pasaba y Fugaku tuvo que admitir, que aunque su apariencia era parecida a la de su ex nuera, el semblante era todo lo opuesto a ella—Tome asiento por favor—Neji asintió y se sentó en una de las sillas frente al escritorio del Uchiha.
—Seré breve... no es mi intención quitarle mucho tiempo—aseguró el Hyuga—Estoy aquí en busca de mi prima... la última información que me llegó, decía que ustedes la habían sacando de la clínica donde la colocó su madrastra y quiero que me hagan el favor de dejarme verla, dado que mi intención es llevármela conmigo—afirmó con seguridad—Hoy en día cuento con suficiente capital para poder mantenerla mientras continua sus estudios, los cuales, la madrastra le impidió terminar—tal y como lo percibió el Uchiha, el primo de su ex nuera, no era nada parecido a ella.
Fugaku cerró los ojos para poder hablar sobre lo sucedido desde que Hinata llegó a su casa, hasta el día que se marchó y no volvieron a saber nada de ella.
—¡Eso fue un atropello!—soltó Neji muy molesto por lo que acababa de escuchar. Hinata se había casado con el mayor de los hijos de Fugaku y no solo eso, sino que se divorciaron poco después.
—¡Cálmese! Aún hay más—añadió el mayor mientras sacaba todos los documentos sobre la herencia de Hinata, en la que dejaban a Neji como el principal administrador.
El castaño se llevó la mano a la cabeza en un intento de peinar su cabello hacia atrás, tratando de conservar algo de calma.
—¿Mi prima es dueña de todo esto?—pregunto mirando los documentos una y otra vez.
—Lo es... y usted es el administrador legal que la madre de Hinata dejó para manejar toda la herencia. La viuda de Hiashi y la hija menor, heredaron la parte que le perteneció a su tío, que consiste en el 20 por ciento de las acciones Hyuga—aseguró con los documentos en mano—Anko estuvo haciendo malos negocios y las acciones que le correspondían a su hija y a ella, bajaron a la mitad, lo que me permitió comprar el cinco por ciento, para incluirlo al 80 por ciento que su prima mayor ya tenía.
Itachi y Fugaku habían hechó la maniobra financiera y lograron comprar esa pequeña parte, para dársela a la joven Hyuga, movidos por la gratitud por parte de Fugaku y la culpa por parte de Itachi.
Mientras tanto, Neji entendió todo después de tantos años. Esa era la razón de los malos tratos que recibieron Hinata y él a manos del mismo Hiashi. Tanto fue el acadio, que lo orilló hasta que ya no pudo soportar vivir bajo el mismo techo que ellos, dejando a su prima cargando con todo ella sola.
El Uchiha le contó a Neji, todo lo que habían hechó con el capital de la morena para salvar la compañía de la banca rota. El joven Hyuga tuvo que usar todo su autocontrol para no decir lo que estaba pasando por su cerebro, hasta que el Uchiha terminara de narrar todo lo ocurrido.
—Con todo el respeto que me merece Uchiha-san, tengo que decir que su hijo es un desgraciado—soltó Neji, al escuchar que Itachi ya se había casado con otra mujer, al poco tiempo del divorcio de su prima. Fugaku guardó silencio y continuó sin poder argumentar nada para decir lo contrario, puesto que el Hyuga tenía razón en lo que decía. Itachi se había portando como un desgraciado con la joven.
Con todo lo que Neji escuchó, le fue fácil darse cuenta que el Uchiha frente a él, era una persona honesta, pues de lo contrario, hubiera optado por guardar silencio y no revelar nada de lo sucedido, sin embargo, no podía decir lo mismo de Itachi. Ese maldito le debía muchas explicaciones sobre lo que pasó durante ese matrimonio.
—Lo se, y está usted en todo su derecho al estar molesto y quizás pedir una indemnización por recurrir al capital de su prima—repuso Fugaku respirando hondo e intentando poner en orden sus ideas.
—Después de todo, el dinero es lo que menos me importa. En este momento ¿solo quiero saber dónde está Hinata?—Neji ya quería ir hasta donde se encontraba la morena y así poder brindarle su apoyo, como también su hombro. Ella debía necesitarlo mucho para desahogarse, como cuando era mas pequeña y a él le tocaba consolarla, por causa de los golpes y regaños de su tío.
—Desde que se marchó no la volvimos a ver—el castaño se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro tratando de pensar—Todo indica que esta en Tokio, a 30 minutos de aquí—añadió el Uchiha mirando la desesperación del muchacho.
—¿Porque lo cree?—Fugaku le contó lo del divorcio y como Hinata rechazó toda clase de ayuda financiera. Pero lo mas importante, era el lugar donde residía el abogado que la había representando en todo el proceso, dejando claro, que ella residía en la misma cuidad.
El Uchiha le entregó a Neji todos los documentos con la información de la herencia, como también la investigación que realizó Shisui, donde apareció el testamento falsificado y por último, le dio el contacto de Asuma Sarutobi, para que lo llevara directamente con su prima. No obstante, Neji no se iría... No, hasta poner en su sitio a todos los que lastimaron a Hinata y la primera en la lista, era Anko.
Salió del despacho del Uchiha y se puso en contacto con Shikamaru, para que procediera en contra de Anko, también tenía que arreglar donde podía internar a la malcriada de su pequeña prima, dado que siendo menor de edad, no podía quedarse sola y después de saber lo que Shikamaru le contó sobre como trataron a Hinata, él no pensaba encargarse de ella directamente.
[...]
Itachi llegó a su apartamento y miró a su esposa sentada en el sofá, hojeando revistas de moda. Ella no había preparado su comida ninguna vez, mucho menos pensar que pudiera haber planchado una sola de sus camisas. La empleada que contrató tenía el día libre y el lugar era un desastre. Su actual esposa, lo único en lo que pensaba era en viajes, moda, o alguna audición para actuar en comerciales, ya que en el cine no obtuvo ningún papel importante. De recién casados, vivieron en la mansión Uchiha, sin embargo, los continuos desacuerdos con Chiyo, se hacían cada vez mas molestos... Chiyo no era una empleada cualquiera, ella era parte de la familia y su esposa la trataba muy mal. Le gritaba y le daba órdenes, exigiendo ser atendida en ausencia de las otras empleadas.
Después de estar así por unas semanas, se mudaron a su apartamento de soltero, el cual era pequeño, como para prescindir de empleadas domésticas. No obstante, Izumi le hizo una escena, diciendo que ella no quería lavar los platos por su manicura y mucho menos, se expondría a recibir una quemada en su perfecta piel si se metía a cocinar.
Así continuó, hasta que no le quedó otro remedio que contratar una empleada, la cual se encargaba de preparar las comidas, como también de la ropa y todo el mantenimiento del apartamento.
La nostalgia, lo llevó a recordar a la joven de ojos perlados, a la que tanto humillo.
Ella se desvivía por atenderlo, su ropa estuvo en perfecto orden, al igual que sus comidas. Hinata lo hacía por su propia voluntad, dado que él no se lo hubiera pedido, sin embargo, ella lo hizo todo el tiempo que permaneció con el... Entonces se pudo dar cuenta lo que le grito esa noche, tenía mucho de verdad... ¡Ellas no eran iguales! Desde que se fue sin nada, la culpa lo invadía a diario. Primero estuvo enojado por el rechazo a todo lo que le ofreció durante el proceso de divorcio. Estaba seguro, que Shisui pronto lo llamaría para decir que ella si quería la suma de dinero, como también el apartamento, fue por esa razón, que firmó todo lo mas rápido posible y a medida que los días fueron pasando, la llamada nunca llegó... Con el transcurso del tiempo, ya no estaba molesto, a esas alturas, se sentía con mucha melancolía cuando la recordaba con los ojos llenos de amor hacia él. Luego pasaron a verse completamente empañados por las lágrimas que constantemente él, se encargó de causar.
Llevaba varias noches de estar soñando con ella, donde lo llamaba desesperada para que la ayudara. Después despertaba alterado y bañado en sudor.
Prefirió ignorar a su esposa logrando así, otra fuerte discusión. Eso últimamente era lo más acertado. Se dirigió a su recámara, dispuesto tomar un baño y quizás podía relajarse y sacar todos esos pensamientos, los cuales parecían debilitarlo cada vez mas.
[...]
Hinata llegó temprano a donde Konan le había pedido que fuera para reunirse con ella.
Al pagar el taxi, se quedó por un momento mirando el impresionante lugar.
Se fue hacia la secretaría y pregunto por su amiga. La chica la guió hasta donde estaban Kurenai y Konan junto a otras personas que ella no conocía.
—¡Hinata llegaste!—dijo Kurenai, haciendo que los demás también voltearan en su dirección.
—Miren ella es de quien les hablé—Konan la agarró del brazo, para que se presentara.
—Mito te presento a Hinata la diseñadora de la que te hablé—una elegante y hermosa mujer de cabello rojo, la saludo con un amigable abrazo.
—Tenían razón, ella es perfecta para la campaña—Mito sonrió mirando el vientre de la Hyuga.
—Que descuidada soy... antes de proponerte lo que quiero, permíteme presentarte a todo el equipo—Kurenai llamo a cinco personas que se acercaron hacia ellas.
—Chicos... ella es Hinata Hyuga, la talentosa chica de quien les hablé—Kurenai le presentó a dos camarógrafos llamados Kiba y Shino, también a tres modelos femeninas, las cuales la ojiperla no podía creer, que estaba mirando. Eran las famosas modelos de revistas y comerciales que aparecían por todos lados. Ino, una rubia de cabello largo y ojos azules, luego Tenten, una castaña con cabello corto y ojos cafes y por último Shion, otra rubia con el cabello largo y ojos mas oscuros a los suyos. Las tres eran el sueño de muchos hombres y la envidia de las mujeres.
Luego de presentarse platicaron por un rato, mientras Mito, Konan y Kurenai, leían unos contratos.
A la Hyuga le causaron muy buena impresión las cinco personas, como también la dama de cabello rojo, llamado Mito. Las tres modelos, a pesar de ser tan famosas, no mostraron arrogancia en ningún momento, sino todo lo contrario. Todos parecían llevarse muy bien, cómo si se tratara de primos o familiares cercanos.
Estuvo muy relajada y feliz, el rato que estuvo con ellos, como hacía mucho tiempo no lo estaba. En realidad, si lo pensaba bien, nunca estaba en esa clase de ambiente.
Pasó a la oficina de Konan, junto a la pelirroja y Kurenai, donde hablarían de lo que su amiga se traía entre manos.
—Eres nuestra única esperanza Hinata—dijo Mito, en forma de ruego fingido.
—No creó que yo sea la adecuada, mi cabello todavía está muy corto, además yo nunca he hecho algo así—argumento la ojiperla tratando de negarse.
—Te lo pido como favor especial para mí—Konan puso en marcha sus tácticas de convencimiento—La modelo que posaría para las fotografías, dio a luz ayer, con apenas siete meses de embarazo y ahora, ya no hay tiempo de buscar a alguien para reemplazarla—concretó con una ligera sonrisa, cuando logró mover el lado sentimental de su protegida.
—Nadie mejor que tú para modelar sus propios diseños y si le agregamos lo tierna que te miras, la campaña será todo un éxito—Mito también estaba poniendo su granito de arena para convencer a la linda chica.
—Yo no se moverme arriba de una pasarela—la Hyuga lanzó su último intento, en busca de escapar, aunque no parecía estar funcionado.
—No te preocupes por eso, todavía no te voy a poner a modelar arriba, esta vez, son fotografías para un catálogo centrado en únicamente ropa de maternidad y de bebés—aseguró Konan.
La Hyuga miró a las tres damas y negó con la cabeza sonriendo. Las tres empresarias sonrieron, sabiendo que ya habían ganado.
Konan y Kurenai se hicieron cargo de los atuendos que aparecerían en cada página del catálogo, el cual pertenecía a Mito, ella era dueña de una editorial y desde hacía mucho tiempo, le pidió a Konan una edición basada en ropa como esa.
[...]
Kiba y Shino tomaron las fotografías en diferentes lugares de la cuidad y también en diferentes días. De ese modo, lograrían captar desde el bello amanecer en la playa, hasta el atardecer en un parque con niños corriendo.
Las encargadas del arreglo como maquillaje y peinados, le colocaron pelucas dependiendo de la ocasión. Las tres modelos estuvieron con ella en algunas de las secciones, haciéndole reír, por como peleaban entre si con los dos fotógrafos.
Después de un mes, las fotografías estaban listas para que Mito las usara en el catálogo.
Cuando el equipo se reunió a mirar el resultado final, la ojiperla se llevó las manos a la boca, sin poder creer que la imagen en las fotos fueran ella y su bebé, el mismo que aún estaba adentro de su vientre. Las prendas que vestía, eran las cuales diseñada con cariño, en los momentos en que se angelito se movía, haciéndole saber, que nunca mas estaría sola.
Todos la felicitaron, contentos con el resultado al igual que ella.
Al final, el pago había sido mucho, pero mucho mas alto que los anteriores y Konan le aseguro que después del parto, no descansaría hasta colocarla arriba de la pasarela junto a sus tres hermosas y cotizadas modelos.
Continuara.
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