Capitulo 22
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Como está ella? ¿Que dijo el medico?—preguntó Neji, tan pronto entró en el hospital y enfocó a Madara. No era para menos, pues la ropa que el azabache llevaba puesta, tenía gran cantidad de sangre. Lo que nadie de ellos sabía, era que no era de Hinata, sino de los tipos que quisieron dañarla.
—¿Como está ella? ¿Hay noticias de Tenchi?—preguntó Konan, quien también llegó al mismo lugar, minutos después de Neji. Madara levantó la vista y pudo enfocar a un considerable número de personas que también llegó buscando información sobre la salud de su ojiperla y de Tenchi. Apretó los puños con fuerza, al saberse perdido sin ninguna información sobre el pequeño.
—El médico dijo que no tiene ninguna lesión interna, pero aún así, ella está muy golpeada—respondió con seriedad.
Chiyo se disponía a preguntar por Tenchi, cuando la misma Hinata salió de la habitación llorando y preguntando si ya sabían algo de su hijo. Se resistió a quedarse sin hacer nada, mientras que Tenchi se hallaba sufriendo en algún lugar, lejos de ella. Se vistió con la ropa que le trajo Ibiki por órdenes de Madara. Una vez lista, salió de la habitación, para encontrar a todas las personas a las que apreciaba reunidas ahí, pero nadie sostenía a su angelito, lo significa, que aún no había noticias.
—¡Hinata!—la llamó Neji sin poder dar crédito al estado en el que se encontraba. El ojo derecho casi no se veía debido a la hinchazón y los labios, tenían algunos cortes, sumado a mas marcas moradas en la mandíbula. De inmediato se acercó a ella para acogerla en un abrazo.
—Dime que ya lo encontraron, dímelo por favor—suplico, sin importarle el dolor que tenía—Mi niño debe tener miedo—lloro aún mas ante la falta de respuesta.
Uno a uno de sus amigos, se acercaron a brindar apoyo hacia ella, ya que eso era lo único que podían hacer en esos momentos tan difíciles para su amiga.
—¡Ven aquí!—Madara la tomó en brazos—Te juro que lo vamos a encontrar, no lo dudes bonita, así sea lo último que haga en esta vida—ella escondió el rostro en el pecho del azabache, sabiendo que ese era el lugar mas seguro en el que alguna vez estuvo.
—MAMÁ MAMÁ—Hinata pensó que su cerebro le jugaba una broma, pero de nuevo, escuchó el mismo claro y melodioso llamado. Apartándose del azabache, buscó el origen de esa voz y lo único que pudo hacer, fue avanzar a toda prisa hacia él.
[...]
Los paramédicos subieron al Uchiha dentro de la ambulancia, donde evaluaron las heridas para poder estabilizarlo. Sasuke subió a Tenchi con él, debido a que el niño no quería separarse de su padre. Se aferraba a él, como su único salvavidas.
Una vez comprobó que su hermano estaba fuera de peligro, se dirigió hacia los oficiales para dar los pormenores de lo sucedido dentro de esa propiedad. Miro con furia como otros paramédicos también llevaron a Izumi hacia otra de las ambulancias. Deseaba haberla matado, pero al parecer no lo logró—Hmph...hierba mala nunca muere—dijo para que también ella lo pudiera escuchar.
Después de recoger los cuerpos y los heridos, un agente se acercó hasta él—Debe presentarse en la delegación mañana, para que de su declaración oficial—Sasuke asintió y sin más que hacer en ese lugar, subió con Itachi a la ambulancia.
Ya luego mandaría llevar su auto, por ahora, lo mas importante eran esos dos hombres de diferentes edades, que permanecieron unidos acostados en la camilla. Ya había hablado con Izuna y esté a su vez, le contó todo lo sucedido con Hinata. Suspiro aliviado al saberla a salvo y pronto estaría con su hijo, como debía de ser.
—Ya deja de llorar, tonto hermano menor—Sasuke dirigió su mirada hacia Itachi. No lo había llamado de esa manera desde hacía mucho tiempo, casi desde que comenzó su relación con Izumi—No voy a morir, la herida no fue muy profunda, pero no me dejan levantarme—le dijo aún sonriendo.
El menor de los hermanos estaba tan feliz de ver que Itachi se encontraba bien, que ni siquiera se molestó por la forma en que lo llamó.
El azabache mayor dejo de sonreír y acarició el pequeño cuerpo de su hijo—¿Que pasa?—preguntó Sasuke, preocupado porque tal vez tenía dolor.
—Izumi me dijo que Hinata ya debía estar muerta... todo es mi culpa Sasuke, todo lo que le ha pasado a ella, es mi maldita culpa—la voz del joven se escuchaba entrecortada por el nudo en la garganta—Mi hijo casi muere y su madre... ella—ya no pudo decir nada y permaneció abrazando mas al niño.
Sasuke sonrió—Ella esta—el menor negó con la cabeza. Itachi se quedó dormido y ya no podía escuchar—En verdad la amas—le dijo aún cuando sabía que no lo escuchaba—Hubiera sido lindo que los tres formaran una familia, pero cometiste muchos errores y lamentablemente, ya no hay vuelta atrás—afirmó mirándole con tristeza. Entré Hinata y Madara, se formó un vínculo que sería muy difícil romper, ellos realmente se amaban y su hermano salía sobrando. Su oportunidad pasó y no supo aprovecharla, ahora tendría que conformarse con saberla feliz en brazos de otro hombre, uno que logró ganar y sanar el herido corazón que Itachi le dejó.
La ambulancia estacionó y los paramédicos bajaron la camilla. Sasuke se bajo primero y los siguió mientras avanzaban dentro de los largos pasillos. Mas adelante se veía un grupo de personas y algunas parecían conocidas, los paramédicos colocaron la camilla en un lado para llenar unos documentos de admisión. Tenchi se levantó y volteó al mismo lugar donde se encontraba el grupo de personas. Itachi también miró y sus ojos divisaron la imagen de la mujer que amaba, ella estaba viva.
Sin importarle las vendas en su cuerpo, ni las protestas de su hermano, camino con Tenchi a pasos lentos hacia ella. El niño la llamó dos veces, logrando atraer la atención de la mujer que le quitaba el sueño.
Frente a todos y sin que nadie interviniera, Hinata corrió hacia ellos.
—¡Tenchi!—la ojiperla se abrazó a ambos y el Uchiha correspondió, dejando a un lado el dolor físico, para dar paso a la culpa por el estado de Hinata—Gracias Itachi... gracias por regresarme a mi hijo sano y salvo—ella dejó a un lado las formalidades y lo llamó por su nombre, como nunca antes lo había hecho.
—Estás viva—le dijo poniendo un mechón de cabello tras de la oreja con la mano libre que no sostenía a Tenchi—Perdóname Hinata, todo es mi culpa—ella le impidió continuar, pues estaba tan feliz y agradecida, que no lo culpaba.
Los dos lloraron en un conmovedor abrazo, hasta el punto de caer de rodillas debido al cansancio.
—Está herido—remarcó con miedo, al sentir la humedad tras la espalda del Uchiha.
—No te preocupes, estoy bien sabiendo que ustedes dos están a salvo—de nuevo los abrazó sintiéndose agradecido. Madara observó la escena con recelo y con celos. Ellos parecían una familia donde los padres se amaban. Hashirama le palmeó el hombro y lo miró con admiración por poder contenerse como debía, sin hacer un escándalo digno de su temperamental amigo.
—Uchiha-san, debe regresar a la camilla, usted está herido y el médico debe verlo—la ojiperla se tensó y se soltó del abrazo para que se llevaran a Itachi.
Itachi no se resistió, después de todo, ella seguía con vida y eso era suficiente para él. Los ojos de ambos se encontraron y ella le regaló una genuina sonrisa hasta perderlo de vista, luego, aún con Tenchi en brazos, regresó hacia Madara sintiéndose plena.
Las dudas y celos del azabache se esfumaron en el mismo instante en que ella regresó a su lado con el rostro sonriente. Aun con todos los hematomas, se percibía la felicidad.
—¡Mi niño!—Madara levantó a Tenchi y lo abrazó con fuerza, se le podía ver el gusto que mostró al tenerlo en sus brazos. Hianata sonrió limpiándose las lágrimas, ahora si podía relajarse.
Sasuke también se acercó y fue recibido por un abrazo de la ojiperla—Estaré agradecida con ustedes hasta el último día de mi vida... Me lo regresaron con bien—el azabache correspondió el abrazo y se dejó llevar. La mala experiencia trajo un cambio en la conducta dura de la Hyuga hacia ellos—¿Porque está herido su hermano?—le preguntó con preocupación, luego de haberle agradecido.
—Izumi intento asesinar a Tenchi y mi hermano lo protegió, recibiendo la puñalada—la morena se llevó las manos al pecho, su hijo estuvo a punto de morir y fue el mismo Itachi, quien le salvó la vida exponiéndose a si mismo. Su pecho se calentó y dirigió su mirada hacia donde se llevaron a su ex esposo.
—¿Y él esta bien? Quiero decir ¿esta fuera de peligro?—cuestionó, sintiéndose muy conmovida por el azabache a quien tanto amo en el pasado.
—El corte no fue muy profundo, no te preocupes—todos los presentes escucharon y permanecieron sin decir nada.
—¡Sasuke!—lo llamó Mikoto. Apenas se giró para encararla y fue envuelto en un maternal abrazó—¿Te encuentras bien?—el moreno asintió—¿Y tu hermano como esta?—Shisui, Izuna y Obito, llegaron tras Fugaku, para escuchar lo que Sasuke les contaba sobre el rescate del pequeño.
La mirada de la dama Uchiha se dirigió hacia Hinata. Mikoto jadeó con sorpresa, por el estado de la chica.
—Lo siento tanto Hinata—la ojiperla, no se pudo resistir al abrazo que esa mujer le dio, tomándole por sorpresa—tú no te merecías nada de todo lo que pasaste por mi culpa—le dijo entre sollozos. La morena se sintió muy incomoda, pero de igual manera, correspondió el abrazo.
—Está bien Uchiha-san, no se culpe mas... lo importante es que todos estamos bien—añadió con una sonrisa, apenas visible, debido a los golpes.
Mikoto se fue con Fugaku hacia donde llevaron a Itachi, no sin antes asegurarse del estado de Tenchi, a quien también tuvieron la oportunidad de apapachar por unos momentos.
Konan se abrazó a la perla, aún llorando por estar más sentimental. Luego, fue el turno de Chiyo. Ambas lloraron por unos minutos, hasta que lograron calmarse.
Aunque los amigos de la ojiperla no conocían bien a Itachi, sintieron empatía y respeto por él, sin descartar que era el hermano de Sasuke, así que aún sabiendo que Hinata ya se podía marchar a casa, todos esperaron para cerciorarse de la salud del Uchiha.
...
Neji se acercó al azabache para que le entregara el niño y Madara lo hizo, después de todo, eran muchas las personas felices por su regreso.
La Hyuga observó complacida como todos le daban cariño a su bebé. Ella solo esperaba que Tenchi olvidara pronto el trauma que le tocó vivir a tan corta edad.
—Gracias Madara—la morena se acercó hacia el azabache buscando sus brazos—No se que sería de nosotros sin su ayuda... Yo lo amo tanto—declaró pegando el rostro magullado cerca del corazón del Uchiha. Le gustaba mucho hacer eso, en especial cuándo dormían juntos.
—¿Cuanto me amas?—le preguntó cerca de su oído, aún sintiendo celos por el íntimo momento que su mujer compartió con Itachi.
—Mmm...Tanto, que usted y Tenchi, eran las únicas personas en las que pensaba, mientras estuve... bueno, usted sabe—le dijo con nostalgia, recordando que de no ser por él, esos hombres la hubieran dañado mas.
[...]
Itachi permaneció tres días en el hospital y en muestra de agradecimiento, Hinata llevó a Tenchi. Ella esperaba afuera de la habitación y su hijo entraba con Chiyo por unos minutos. El azabache no sabía como agradecer tanta felicidad. Después de herir a Hinata como lo hizo, ella le perdona y le regala la mas pura felicidad, pues para Itachi, su hijo era lo mas preciado de este mundo y aún sin merecerlo, podía verlo.
Fugaku y Mikoto, también aprovecharon las visitas que el nieto hizo al hospital. Los dos abuelos adoraban a ese niño. Todavía sin conocerlo, ya sentían cariño, pero no se podía comparar con el sentimiento que tuvieron hacia él, en el momento en que lo sostuvieron en brazos y él les regaló un beso en las mejillas. Tenchi era como una luz para la vida de las personas a su alrededor.
...
Sasuke dio la declaración oficial, al igual que Itachi. Con todas las pruebas en contra de Izumi, no se culpó a nadie mas, pues dos de los cómplices murieron a manos de Sasuke y los otros dos desaparecieron sin dejar rastro.
Izumi fue custodiada en el hospital, durante su convalecencia. Después de ser evaluada, la mandaron a un hospital psiquiátrico, donde trataban a las personas que cometieron crímenes, pero que no estaban en pleno uso de sus facultades mentales. Algunos se curaban y los enviaron directamente a prision, pero la mayoría de los recluidos en ese sitio, empeoraban dejándoles más desequilibrados que antes de entrar.
El psiquiatra que la evaluó, declaró que aparentemente, ella parecía equilibrada, pues recordaba toda su supuesta vida, sin embargo, Izumi estaba cien por ciento convencida, que ella era Hinata Hyuga. Incluso, nombraba uno a uno, los amigos y familiares de la Hyuga, como también la dolorosa historia de amor que vivió con Itachi por culpa de una mala mujer llamada Izumi Uchiha. Con los días, le robó un muñeco a una de las pacientes y pasaba horas jugando y afirmando que se trataba de Tenchi, el hijo de ella y de Itachi. Quienes la trataban, aseguraron que no creían posible una recuperación, ya que cada día estaba peor, al grado de usar camisa de fuerza para que no atentara contra nadie.
[...]
Habían pasado tres semanas del secuestró de Hinata. Los días que siguieron fueron realmente duros, sobre todo, al llegar a su casa y no ser recibidos por Susano.
Tenchi con inocencia buscó por todas las habitaciones, el niño no decía nada, pero Hinata como su madre, sabía que era lo que Tenchi buscaba y sin poder evitarlo, se abrazaban a llorar, cuando creía que nadie los miraba.
Esa tarde, Kiba, Shino y las chicas, le avisaron que irían a su casa a cenar. Ella se dispuso a cocinar para distraerse. Estuvo muy molesta con todos, pues nadie quiso decirle donde dejaron el cuerpo de Susano. Todos cambiaban de tema, incluso Madara y Chiyo se quedaban en silencio.
Tenchi dejo los crayones y el libro que coloreaba, cuando escuchó el timbre de la puerta.
—¿Quieres ver a tus tíos?—le preguntó la ojiperla, causándole gracia la actitud de su niño.
—SANO—grito Tenchi segundos después de abrir la puerta, pues lo primero que miraron, fue a Susano lanzándose hacia ellos dos.
—¿Les gustó la sorpresa?—les preguntó Kiba sonriendo, mientras Hinata y Tenchi abrazaban al animal con lagrimas de felicidad. Susano estuvo en la clínica veterinaria durante mas de una semana. El veterinario sustrajo la bala con éxito, pero la operación fue delicada y la recuperación, lo sería aun mas. Kiba se lo llevó a su casa para ayudarle a caminar sin dificultades y aunque la operación todavía no sanaba del todo, no pudo escuchar mas los aullidos llenos de dolor, que todas las noches emitía el animal por extrañar a sus amos. Kiba aseguraba que el perro extrañaba a sus dueños, así que decidió que ya era tiempo de la reunión familiar.
—Gracias a todos... creí que había muerto—lloro una vez mas, pero esta vez era de felicidad.
Esa noche fue una de las mejores de su vida, pues ella pensó que Susano murió por ellos, y a pesar de todos los sucesos traumáticos que vivió, el hecho de recordar al perro, la ponía muy triste y melancólica.
[...]
—¿Eres feliz conmigo?—le preguntó Madara a la ojiperla, mientras la rodeaba por la cintura y el pecho para acercarla mas a su torso desnudó. La habitación del azabache, quedó en silencio después de los intensos gemidos que ambos hicieron mientras hacían el amor.
—Lo soy, como nunca creí que pudiera serlo—le respondió sin dudarlo. Ella permaneció con su espalda unida al pecho de Madara.
Eso fue lo único que necesitaba escuchar el Uchiha. En un rápido movimiento, se bajo de la cama y se paró frente a ella, sin importarle estar completamente desnudo. Ella se sobresaltó por la repentina acción y cubriendo su cuerpo con una delgada manta, se sentó en la cama frente a él.
—¡Hinata! Se que todo en nuestra relación es diferente a lo que cualquier mujer deseará tener, pero puedo jurarte, que nadie te amará mas que yo—el corazón de la Hyuga, se aceleró por las hermosas palabras dichas por el hombre que amaba—Antes, te lo pedí sin estar preparado y aunque lo correcto era una cena romántica, quizás frente a muchas personas o en un lugar especial... yo decidí hacerlo sólo para nosotros dos, puesto que la única opinión que me interesa es la tuya—Madara se puso de rodillas y le mostró un hermoso anillo de diamante—¿Quieres ser mi esposa? ¿Quieres que juntos formemos nuestra familia?—le preguntó con el anillo en la mano.
—Si, si, si, quiero ser su esposa—le respondió recibiendo el anillo en uno de sus dedos—No me importa que esta propuesta no sea como las otras, porque para mí es la mejor—le dijo ella invitándolo a regresar a la cama. Hinata no mentía, debido a que nunca se espero algo así por parte de Madara. Quedó totalmente enternecida y fascinada.
—No dejaré que te arrepientas de esta decisión—le aseguro el Uchiha, sentadola en su regazo con la intención de hacerla suya nuevamente. La beso en el cuello con ternura cuando ella le mostró la pequeña y delicada mano con el anillo en el dedo anular.
—Lo se... se que no me arrepentiré—aseguró mirando su mano—Es muy bonito—añadió sobre el anillo.
—No se compara contigo... Nada es mas hermoso que tu—le dijo él y ya no quiso perder mas tiempo. La quería en ese momento, en segundos la levantó para hundirse dentro de la estrecha cavidad de su futura esposa.
—Haa...Madaraa ¿otra vez?—le preguntó entre jadeos, sintiéndose poseída por el duro miembro del azabache.
El moreno despegó la boca del seno derecho para responder con la voz ronca y llena de deseo—Me has tenido abandonado estos últimos días, debemos ponernos al corriente—le respondió envistiendo con mas fuerza—Ahora dime que eres mía—le pidió tratando de aparentar que todo se debía al acto que consumaban, pero dentro del azabache, todo se debía a los celos y la inseguridad que le causaba ver a Itachi cerca de su mujer y su hijo. Si, él ya nombraba a Tenchi como su hijo—¡Dímelo fuerte bonita! Quiero escucharte.
—Soy suya... toda completa—el Uchiha sonrió complacido y continuó haciéndole el amor hasta estrada la madrugada.
[...]
Una año después, un lujoso Yate era testigo de una celebración.
En el camarote mas grande, se encontraban Konan, Shion, Tenten, Ino y Mito, todas opinaban y ayudaban al arreglo de la novia. La celebración se debía a la boda de Hinata y Madara. Contrario a lo que muchos pensaban, ella no quiso una gran boda por todo lo alto. Hinata pidió una celebración íntima con las personas que los querían a ambos. Madara estuvo de acuerdo con ella, pero entre Izuna y Obito, lo convencieron de hacer todo sobre un Yate, argumentando que era romántico. El azabache lo pensó y finalmente aceptó.
...
Fugaku paseaba por los alrededores del barco con su nieto de casi tres años. Le mostraba todo y le daba las explicaciones que el pequeño genio exigía. Tenchi era muy inteligente y siempre buscaba aprender mas, sobre todo lo que le interesaba.
—De tal palo tal astilla—le dijo Nagato quien se unió a ellos con su hijo Aki en brazos. El niño de un año y tres meses, se removía desesperado para que su padre lo bajara. Nagato se negó y eso ocasionó un fuerte grito de protesta, seguido del llanto.
—Es casi como retroceder en el tiempo—afirmó Fugaku algo apenado por la lucha que el pobre hombre mantenía con el bebé. Era evidente que no lo quería bajar debido a lo sobre protector que era con él. Temía que su hijo de alguna manera se pudiera dañar.
Mikoto también se acercó a ellos, con la intención de darle unos dangos a Tenchi y le ofreció galletas a Aki, logrando así calmarlo por un rato, al menos hasta que su madre regresara trayendo a la novia con ella.
Aunque las cosas entre Hinata y Mikoto no volvieron a ser iguales, ambas mantenían una relación cordial por el bien de Tenchi. Después de mucho pensarlo, Hinata aceptó que Itachi reconociera legalmente a su niño y para su sorpresa, fue el mismo Madara quien lo sugirió al ver que el pequeño también quería mucho a su sobrino. Después de todo, Itachi se porto como debía y procuro mantener distancia con Hinata, aceptando que lo único que los unía era el hijo de ambos.
Durante ese año, Tenchi comenzó a llamar a Madara papá. Esa palabra aparentemente simple, derritió el corazón del temible hombre. Hinata casi estuvo segura que divisó una lágrima en el rostro de su prometido, pero no dijo nada al respecto.
...
Hashirama y su hijo acompañaban al azabache hasta el lugar donde se haría la ceremonia. Todos los invitados se sentaron en las sillas, esperando por la novia y sus amigas.
Kurenai, Merai, Asuma y Chiyo, sonreían desde sus lugares. Obito, Izuna y Shisui, se sentaron en las sillas de enfrente, para no perder detalles. Sasuke y Tenten se habían casado un mes atrás y en la ceremonia, ocuparon los lugares seguidos de los padres del azabache.
Ino y Neji, también se casaron tiempo atrás y ahora la rubia lucía el vientre de cinco meses de embarazo. El castaño llevó a su esposa a las sillas delanteras, junto a Gaara y Shion para que esperara con ellos, ya que él, entregaría a su prima.
Kiba y Karin, parecían querer comerse a besos, incomodando a Shino, que se sento en seguida de ellos, tratando de mantener una conversación seria con Ayame, lo cual resultaba imposible. El sonido que hacían en cada beso, era muy vergonzoso para Shino. Esos dos no tenían reparos en hacer esa clase de muestras frente a todos.
Naruto, Matsuri, Shikamaru y Temari, reían de la situación.
Itachi por su parte, declinó la invitación, argumentando que debía trabajar, pero en realidad, no quiso incomodar a Hinata en el día mas importante para ella y tampoco tuvo el valor de ver como la perdía para siempre.
...
Madara sonrió mirando hacia donde se acercaba Neji con su sonrojada ojiperla. El vestido de Hinata lo diseñó ella misma. Consistía en corte de sirena llegando hasta los tobillos, en color perla. Tenía unos resortes anchos abrochados en la nuca, aunque parecía simple, era realmente hermoso y en ella se veía aún mas.
Neji se retiró dándole un beso en la frente y se la entregó a Madara. La ceremonia continuó, ellos se veían ocasionalmente con complicidad, hasta el momento de aceptar los botos y terminar.
—Los declaró marido y mujer...puede besar a la novia—les anuncio la persona que realizó la ceremonia.
—Esto es un adelanto—murmuro Madara, antes de besarla con cariño, mientras escuchaban los gritos y vitoreos de sus amigos. Tenchi corrió hacia ellos y el azabache lo alzó en brazos—Les prometo que hare todo de mi parte, para que ustedes dos sean felices—Hinata lo abrazó por la cintura derramando lágrimas de infinita felicidad.
—Y yo le prometo que me esforzaré para que también usted sea muy feliz—los tres giraron para una fotografía que les tomo Kiba, captando el hermoso momento, quedando inmortalizado en esa imagen.
Fin
Llegue al final de esta historia, estoy pendiente con el epílogo. Ahora que ya la termine, les confieso que la historia la escribí como Obihina. El papel de Izuna y Obito, era de Shisui y Kakashi. Obito tenía el papel de Madara, pero entre mas la leía, mas me convencía que era Madara el indicado, así que me arriesgue cambiando los personajes. Ojalá y también les haya gustando el cambio como me gusto a mi.
Quiero agradecer a todos por el apoyo que me brindaron desde el momento en que la empece. También a las personas que se toman el tiempo en leer. Espero que haya sido de su agrado😊💕
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