Capitulo 13

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Sasuke le envió una mirada de disculpas a Tenten, quien escuchó todo lo que pasó, enterándose sin querer de la identidad del padre de Tenchi. Sin pensarlo dos veces, se fue junto a Hinata, en busca de ayudarle a calmarse. Ambas féminas se dirigieron hacia los baños antes que las personas presentes se percataran de lo que sucedía.

Los dos Uchiha salieron del lujoso salón con una histérica Izumi, misma que no dejaba de lanzar improperios en contra de Hinata.

—Si queremos hablar necesitas desacerté de ella—sugirió Sasuke muy molesto por la situación que su hermano había causado, obligándolo abandonar a la castaña.

Itachi no puso atención a los gritos de su esposa, ya no estaba para sus malcriadeces... En ese momento tenía cosas mas importantes en que pensar y se apresuró a detener el primer taxi que pasaba por ahí. Subió a la fuerza a la joven, la cual se defendió como gato que lanzan en el agua. Sin importarle su histeria, le extendió la dirección al taxista y se fue con Sasuke, dejando a Izumi jurando cumplir una sarta de amenazas.

Aún era temprano cuando los dos hermanos llegaron a la mansión Uchiha, después de todo, ese parecía ser el mejor lugar para que nadie ajeno al tema escuchará la delicada conversación. Entraron en el despacho y el menor cerró la puerta.

—¡Empieza rápido Sasuke..! ¿Tu lo sabías?—cuestionó molesto y decepcionado con su hermano menor.

Sasuke quiso reír ante la actitud demandante por parte de su hermano, que al parecer no tenía una mínima idea de lo que estaba por escuchar.

—Me enteré hace unos días... pero no se a que viene tu sorpresa, si también tu lo sabías—escupió con burla.

—¿De que estás hablando? Yo no sabía nada. Ella escondió a mi hijo de mí—aseguró casi sin poder contenerse.

—No tienes que fingir conmigo Itachi... yo mismo mire tu firma donde renunciabas a los derechos de paternidad sobre el hijo de la Hyuga y mira, que al saberlo, sentí mucha vergüenza de ser tu hermano.—reprochó el menor mirando como Itachi perdía aún mas la compostura, así que continuó relatando—El dia que firmaste los documentos del divorcio, también firmaste el documento donde renunciabas al niño, Shisui puede confirmarte la información en caso de que no me creas—soltó y en ese instante, el mayor se congeló recordando las palabras de su primo.

Flashback on

—¿Itachi estás seguro que no reclamarás nada en el futuro?—preguntó Shisui al mirar que firmaba los documentos.

Estoy seguro—dijo entregando los papeles ya firmados.

—¿Entonces vas a renunciar al bebé?—el estaba molesto y no pensaba con claridad.
Supuso que su madre ya había hecho público el embarazo de Izumi.

Claro que no Shisui... lo reconoceré a su debido tiempo—afirmó mirando hacia la nada.

Todo está listo Itachi, no será necesario que se reúnan y según el acuerdo, no te podrás acercar a ellos—tras escuchar las indicaciones de su primo, el muchacho tuvo una sensación amarga en la boca, sin embargo, no preguntó, ni tampoco mostró ningún signo de debilidad, acto seguido, se despidió y salió con su prometida.

Flashback off

—¡Por todos los cielos!—Itachi quedó sentado sin poder mantenerse de pie por mas tiempo, al ser golpeado por el recuerdo del día en que firmó los papeles del divorcio.
Estaba tan urgido por deshacerse de Hinata y así poder casarse con Izumi, que ni siquiera se tomó el tiempo de saber que era lo que firmaba.

—¿Supongo que recordaste todo?—cuestionó Sasuke confirmando lo que pensaba... su hermano no sabía nada sobre la existencia de Tenchi y aunque le dolía verlo tan desconcertando, no podía negar que se lo merecía.

—Tu lo viste Sasuke, él es mi hijo... ¿que se supone que debo hacer?—preguntó sin saber que pasos dar de ahora en adelante—Ella debió decírmelo personalmente y no mandar los documentos de esa forma—reprochó dolido.

—La noche que la echaron a la calle, ella te lo pensaba decir, pero no se lo permitiste. Desesperada, se lo contó a nuestra madre y al igual que tu, ella tampoco se compadeció, en su lugar, le dijo que Izumi también esperaba tu futuro bebé—le recriminó Sasuke, para que entendiera de una buena vez, lo mal que se portó con la chica.

En es preciso instante, Itachi recordó todo lo que le dijo y como la insultó, poniéndola frente al espejo exigiendo respeto hacia Izumi y resaltando la diferencia entre ambos.

Flashback on

—¿Porque me trata de esa manera? ¿Porque no me da mi lugar y siempre se la pasa con esa mujer?— preguntó llorando. Era la primera vez que se atrevía a reclamar su infidelidad. Él se enfureció y la tomó con fuerza de los brazos sacudiéndola para hablarle.

—¿Que acaso no miras lo que trató de decir? Eres insignificante para estar con alguien de mi categoría y no se te ocurra querer insultar a Izumi, porque no son iguales... Tu jamás podrás compararte con ella, esa mujer es todo lo que un hombre como yo necesita—miro como la chica hizo una mueca de dolor por el agarre de los brazos, como por las palabras.

—E-eso no— ella trato de hablar sin éxito, cuando él la estiró de brazo haciéndole que se tambaleara mientras la acercaba al espejo de cuerpo entero.

—¿DIME, QUE ES LO QUE VES HYUGA?—le grito asustándola y ella no dejaba de llorar—¿Miras la diferencia entre ambos? ¿Crees en verdad que yo preferiría estar contigo en vez de estar con ella?—sin embargo, Hinata no respondió y se liberó de su agarre para salir corriendo humillada.

Se quedó por un rato dentro de su habitación, hasta que escuchó a su madre y a la Hyuga, lo que lo hizo enojar de nuevo y salió dispuesto a encararla.

—¿Que acaso no entiendes?—le preguntó molestó, pero ella lo ignoro y su semblante era distinto. Luego los miró a él y a su madre de una manera que lo incómodo.

—Espero que los dos recuerden muy bien este día— les dijo con los ojos llenos de despreció—Porque yo nunca lo voy a olvidar— su madre trato de decir algo, no obstante, ella aún no terminaba—Ojalá sea bendecida señora y jamas nos veamos de nuevo— les dijo con su voz llena de determinación, para luego darles la espalda, entrando en su habitación sin mirar atrás... Después de la fiesta no la buscó, ni siquiera le importó hasta que los días pasaron y no la volvieron a ver.

Flashback off

—¿Que fue lo que hice?—susurro mientras las lágrimas mancharon su perfecto rostro, dejando a Sasuke más que sorprendió, al nunca haber pensado vivir lo suficiente, para presenciar lo que hasta hace un momento, le pareció imposible—¿Que voy hacer ahora Sasuke? ¿Como sigo viviendo sin poder acercarme a mi hijo?—las emociones de Itachi estaban al límite, tanto, que no le importaba si su hermano lo viera llorar.

—Lo mejor por ahora, es que no intentes acercarte a ellos. Hinata esta muy dolida y alterada... el que firmarás esos documentos, significó el tiro de gracia para ella—reveló Sasuke sin tapujos.

—Te juró que de haberlo sabido yo...—se agarraba el cabello una y otra vez, maldiciéndose por la barbaridad que hizo en contra de esa pobre chica. Ahora entendía su mirada llena de despreció hacia él. Se encargó de matar el limpio amor que ella le tuvo, convirtiéndolo en el mas frío despreció.

—¡Nii san! No trates de engañarte a ti mismo... estoy seguro que si le hubieras dado la oportunidad de contarte todo, le hubieras hecho lo que hizo nuestra madre y quizás la acusarías de mentir o de algo similar... Estabas cegado por tu mujer, que ni siquiera te importaba demostrarlo frente a todos, aún sabiendo que tenias a la que todavía era tu esposa encerrada en su habitación, como si no valiera la pena mostrarla—soltó el menor, puesto que no quería que ningún detalle pasara desapercibido.

—¿Como te enteraste?—preguntó limpiándose el rostro en un intento de limpiar las lágrimas, la cuales continuaban saliendo sin poder contenerlas.

—Fue por una simple casualidad—Sasuke comenzó a relatar todo lo que lo llevó hasta conocer a Tenchi. También le contó que Chiyo era quien ayudaba a Hinata con el niño y como hasta su padre ya lo sabía. No olvidó incluir, que también Izumi estaba al tanto de todo—Te lo digo de nuevo nii san... lo mejor es que te mantengas lejos, ella no se merece que aparezcas de la nada para perturbar su mundo. El mismo que gira alrededor de su hijo... créeme, el niño no pudo tener una mejor madre. Ellos viven en paz y no es justo que los dañemos, incluso debes recordar que tu mujer no estará contenta con el hecho... mira que hasta grito llamando a Tenchi bastardo—reprochó el azabache menor.

Itachi abrió la boca ante lo que escuchó—¡Me voy a divorciar! Esto ya llegó al límite—cerró los puños molesto por la actitud de Izumi—Ya lo había pensado, pero ahora si lo haré—aseguró el mayor con determinación.

—No se si deba reírme de ti, o sentir pena por tu ingenuidad—soltó Sasuke con sorna—De sobra sabes que Izumi jamás te dará el divorcio, al menos, no por las buenas.

Itachi, cerró lo ojos ante todo lo dicho por Sasuke dado que tenía razón, Izumi haría una rabieta, no obstante, eso era lo que menos le importaba. Viajó al pasado y a las barbaridades que hizo. En ese tiempo estaba tan descompuesto por Izumi, que se porto como un desgraciado con Hinata, tratándola como nunca antes trató a otra persona. Esa época de su vida fue la mas vergonzosa debido a las canalladas que cometió en contra de esa pobre niña, mismas, que ella jamas le perdonaría. Lo correcto era dejarla en paz, no molestarlos, pero no podía, no después de conocer a su hijo, que sin saber quien era, ya le agradaba. En medio de todo el caos y de todo lo malo que hizo, se vislumbraba como lo mas puro de toda su vida y si tenía que rogarle a la madre por migajas de cariño provenientes de su hijo, lo haría sin pensarlo. No descansaría hasta lograr el perdón de Hinata y quizás así, también el de su hijo, el cual probablemente lo odiaría al crecer y conocer la historia.

—¡Esta vez haré las cosas bien! Te juro que no volveré a lastimar a Hinata y si tengo que rogar día a día por su perdón, lo haré sin pensarlo—le aseguro recordando el pequeño rostro de su hijo.


[...]

—¿Estas mejor?—le preguntó Tenten a Hinata, al estar con ella durante largos minutos dentro de los baños. La ojiperla no había dejado de llorar y afortunadamente, Chiyo se llevó a Tenchi, por lo tanto, nadie se dio cuenta de lo que había sucedido entre el Uchiha y la morena.

—Si, gracias Tenten... yo... lamento mucho lo que tuviste que escuchar—le dijo Hinata limpiando sus mejillas—y te agradezco mucho que no me llenaras de preguntas.

—No tienes nada que agradecer, para eso estamos las amigas. Soy yo quien lamenta que sufrieras sola por tanto tiempo y te reitero mi apoyo por si un día me necesitas, yo estaré para ti—se abrazaron por unos segundos, hasta que Tenten le ayudo a retocar el maquillaje. De ese modo, nadie notaría que había estado llorando.

La celebración siguió por la próximas horas, hasta que ya entrada la madrugada, las personas se comenzaron a retirar divertidos y cansados. Hinata despidió a sus amigos los cuales, en unas horas saldrían de viaje de luna de miel. Evitó que Konan notara su estado de ánimo y fingió que todo estaba bien.

...

A la mañana siguiente, Hinata le contó todo a Chiyo y la anciana sólo la consoló, dándole un maternal abrazó, que en esos momentos era lo que mas necesitaba. Nadie además de Chiyo y Tenten, se dieron cuenta de lo que pasaba y estaba segura que ellas no dirían nada, pero ¿que sentido tenía permanecer en silencio? Si de todos modos, la peor de las personas ya lo sabía?

Siempre supo que ese día llegaría y planeó mil cosas para decir, o hacer llegado el momento, sin embargo, por más que lo pensó, nunca se pudo haber estado preparada para mirar a Itachi con su hijo en brazos sonriendo, como si se conocieran desde siempre. Lloro de rabia, de tristeza, al recordar como su hijo miraba a Itachi con emoción y complicidad. Él no se merecía esa mirada, él ni siquiera merecía estar en el mismo lugar donde estaba Tenchi ¿como podía reclamar que él era su hijo? ¿Como podía decir que no sabía de su existencia? Cientos de preguntas le venían a la mente, no obstante, ninguna de ellas tenia respuesta.

Pasó el día sumida en sus propios pensamientos, jugando con Tenchi y Susano. Hablo con Madara, quien le aseguro regresar al día siguiente, adelantando su regreso por un día, al no poder contener las ganas de verla. El azabache terminó por levantarle el ánimo, sacándola de la tristeza que la había invadido.

Esa misma noche, llegaron Ino y Neji, con la intención de cenar con ellos y conversar mientras jugaban con el niño.

—¡Hinata!—la llamó el Neji—Se lo que pasó anoche—declaró, atrayendo toda la atención de su prima hacia él—Sabes que puedes contar conmigo para todo y si anoche no intervine, fue porque mire como lograste manejar la situación—la ojiperla cerro los ojos. Debió suponer que nada escapa al escrutinio de Neji.

—Nii san...yo...—se quedó callada al no saber que decir.

—¿Quieres que te ayudé a tomar acciones legales?—cuestionó decidido, dejando a Ino sin entender de que hablaban.

—No, no es necesario, creó que Sasuke le debe haber explicado todo—repuso y mirando hacia Ino, decidió que como su amiga y novia de su primo, podía sincerarse con ella.

La Yamanaka no daba crédito a lo que Hinata le contó. Sabía que su amiga había sufrido, pero no se imagino que hubiera sido a manos de Itachi Uchiha, uno de los hombres mas respetados y asediados de la cuidad. En cierta forma, entendió el porqué Hinata era tan renuente a darle la oportunidad a cualquier hombre que intentaba acercarse a ella.

Hinata pidió la opinión de Neji, sobre el reciente noviazgo con Madara y Neji le dijo que contaba con toda su apoyo. A pesar de conocer poco al azabache, le bastó ver cómo trataba a Tenchi, para ganar su aprobación.

Ya mas tranquilos, Ino les informó que a las afueras de la cuidad había llegado un carnaval y que en la noche soltaban fuegos artificiales. Neji se unió a la conversación y pidió a su prima dejarlos llevar a Tenchi con ellos.

Hinata no estaba muy segura, pero Ino le dijo que también se llevarían a Chiyo y así, ella le podía dar la bienvenida correctamente a su flamante enamorado, aunque eso, se lo dijo al oído, siendo escuchado sólo por la ojiperla, la cual no tardó en ruborizarse.

[...]

Madara llegó al aeropuerto después del viaje. Dejo a Izuna en su lugar para que asistirá a la próximas reuniones. Su compromiso terminó, una vez firmó los documentos del cierre y lo demás no era tan importante.

Sonrió emocionado, sabiendo que su ojiperla lo vería esa noche, apenas y podía contenerse, había pasado dos días sin ella y ya la extrañaba.

Su celular estaba saturado de llamadas y mensajes de texto provenientes de Mei. No quiso contestar ninguno y bloqueó el número con la intención que dejara de molestar.

Esa noche tenía planeada una cena en su mansión en honor a Hinata y Tenchi, también hizo los arreglos para que llevaran a Chiyo, pues sabía el gran cariño que la ojiperla le tenía a la anciana.

Llegó asegurándose que todo estuviera en orden para recibir a sus invitados. Ella aún no conocía su casa, mientras que él, pasaba las noches en la suya cenando con la familia.

Se dio un baño y al salir le ordenó a su chofer ir en busca de Hinata. Ya le había mandado un mensaje a ella informándole y lo único que le quedaba era esperar que la trajeran hasta él.

[...]

—Se los encargó mucho—les pidió Hinata a los tres que llevarían su niño al carnaval—Cualquier cosa me llaman por favor—beso a Tenchi, quien aplaudió feliz por ser llevado en los brazos de Neji.

—No te preocupes por Tenchi... lo cuidáremos bien. Trata de distraerte en tu cena, te lo mereces—el Hyuga beso la frente de su prima y se despidió de ella siendo imitado por Ino y también por Chiyo.

Minutos después de la partida de Neji, sonó el timbre. Con rapidez se miró en el espejo, tomo su bolso y salió decidida a subir en el auto donde la esperaba el chofer del azabache.

Nunca antes había estado en casa de Madara y se encontraba muy nerviosa. Revisó su atuendo, el cual consistía de una falda extendida abajó de la rodilla en color negro. Uso una blusa azul de manga larga en material de suéter que dejaba los hombros al descubierto y un poco de escote hasta el nacimiento de los senos. Terminando con zapatillas negras de puntiagudo tacón y correas que subían hasta arriba del tobillo. Se dejó el cabello suelto y uso maquillaje ligero.

—Llegamos señorita—el chofer le abrió la puerta y se quedó sin palabras al mirar la majestuosa mansión en la que vivía Madara—¡Sígame...! Uchiha-san la espera—salió de su trance y siguió al chofer.

No podía dejar de admirar la belleza del lugar. Caminaban por un corredor de piedra adornado con árboles hasta la rodilla. Mas adelante, logró distinguir las fuentes rodeadas por hermosas flores sobre el bien cuidado pasto. Nunca antes vio algo así en una casa, ni siquiera en la mansión Hyuga se miraba algo tan hermoso.

Subieron unos escalones de piedra y al final se encontraba la entrada de la enorme mansión. La gran puerta de madera oscura se abrió y en ese momento, todas sus preocupaciones, miedos y todo lo malo que le tocó vivir días atrás, se esfumó al ver a Madara esperando por ella con los brazos abiertos.

—Con permiso—les dijo el chofer y la Hyuga le agradeció con una reverencia y también una sonrisa.

—Gracias por todo Ibiki... te puedes tomar la noche libre—le aviso el azabache.

Hinata corrió hacia Madara y se abrazó a él, siendo recibida por un demandante beso por parte del azabache.

—¡Te ves preciosa!—musitó sin despegar mucho los labios, de los de ella.

—Gracias...—fue lo único que atinó a responder debido a todas las sensaciones que se apoderaron de ella.

—¿Donde esta el ángel y la abuela?—preguntó entrando a la mansión y notando que ellos no bajaron.

—Se fueron con Neji al carnaval—respondió con las piernas flojas por el beso.

—¡Que lastima!—exclamo el Uchiha—Pero eso significa, que te tengo sólo para mí mm—le dijo besándola de nuevo.

El corazón de la morena latía con tanta fuerza al escuchar lo que dijo y acabó sonrojada, puesto que sabía, que no había nadie mas allí, ademas de ellos dos y algunos empleados, los cuales se irían después de la cena.

...

Cenaron en el comedor que contaba de ocho sillas en madera oscura. El lugar era magnífico y digno de las revistas.

—Tiene una hermosa casa—expresó con timidez.

—Gracias, me alegro que sea de tu agrado... cuando terminemos de cenar, te la mostrare si estas de acuerdo—ofreció tomándola de la mano para darle un casto beso sobre ella y la chica estuvo de acuerdo.

El azabache no dejaba de observarla mientras ella hablaba con las empleadas y les agradecía a todos con una sonrisa, haciéndoles mas fácil el atenderlos.

—¿Desean algo mas Uchiha-sama?—cuestionó una de las empleadas.

—No, todo está bien. Después de la cena pueden irse a sus hogares—le respondió mirando hacia Hinata, quien se apresuró a elogiar la deliciosa cena.

—¡Ven conmigo..!—el azabache se puso de pie y extendió la mano, para que ella la tomara y así comenzar a mostrarle toda la mansión.

—¡Es hermoso!—exclamo la ojiperla al mirar los jardines tras la imponente propiedad.

Madara sonrió complacido y la guió hasta adentro, donde le mostraría el resto. Entraron en la sala y de inmediato la vista de la joven se dirigió hacia las fotografías que se encontraban en ese lugar. La respiración se le aceleró al ver una de ellas, donde aparecía Itachi con Madara, posando en unas montañas. Trato de no verse afectada, pero el Uchiha la notó agitada y sostuvo el marco de la foto acercándolo hasta ellos.

—Este es Itachi, uno de mis sobrinos, él y Sasuke son hijos de mi hermana mayor... a la que pronto conocerás—declaró con orgullo apreciando la fotografía.

Hinata dio unos pasos hacia atrás alejandose, como si la foto pudiera dañarla.

—¿Pasa algo?—inquirió dejando la foto donde estaba y acercándose a ella, ya que  parecía querer llorar.

La ojiperla no estaba segura de lo que debería responder, sin embargo, si permanecía con Madara, tarde o temprano debía confesarle todo su doloroso pasado, en el cual, sus familiares jugaron un papel decisivo.

—¡Madara..! Debemos hablar—el azabache asintió, pero en ese momento, el celular de Hinata timbró anunciando una videollamada—Permítame...es Neji—le dijo respondiendo lo mas rápido que pudo.

—¡Mamá!—escuchó una dulce voz, para luego ver a su pedacito de cielo, sentado con Ino, arriba de los caballitos del carrusel.

—¡Mi niño! ¿Te estas divirtiendo?—le preguntó al verlo feliz.

—Todo está bien Hinata no te preocupes, te llame para pedirte que dejes a Tenchi dormir en casa de Ino... pues, lo mas seguro es que lleguemos tarde—Neji la llamó, movido por idea de Ino y de ese modo, la morena podía quedarse mas tiempo con el Uchiha.

—Está bien, sólo tengan cuidado—después de despedirse del niño, la llamada terminó y el azabache se acercó a ella sonriendo.

—Eso quiere decir que te tengo sólo para mí hasta la mañana—susurro besando el cuello de la ojiluna, quien al sentirlo tan cerca, se olvido de todo y se dejó llevar por las calientes y atrevidas caricias del apuesto y corpulento hombre.

En lo que a ella le parecieron segundos, entraron en la habitación de Madara, sin dejar de besarse. Las varoniles y grandes manos del moreno, no se quedaban quietas, recorriendo el delicado cuerpo femenino, con el que soñaba desde que la conoció.

—Me vuelves loco—le confesó con voz ronca y cargada de deseo hacía ella.

—E-esperé... por favor—pidió al sentir que estaban por pasar al siguiente nivel.

—¿No crees que ya esperamos bastante? No me rechaces... Se mía esta noche—le pido a uno o dos pasos de ella, sin dejar de verla a los ojos.

Ella no pudo resistirse a la intensidad de esas oscuras orbes y se lanzó hacia él, dispuesta a dejarse hacer lo que dispusiera. El azabache la despojó, lentamente de la blusa, para después seguir con la falda y los tacones.

—Hare que recuerdes esta noche, como la mejor de tu vida—le aseguro en el momento en que le desabrocho el sostén de encaje negro, dejándole finalmente ver los grandes senos, los mismos, que había anhelado tanto saborear, así, que sin perder el tiempo, se llevó uno a la boca. Extasiado, se sentó en la cama y puso a la ojiperla parada frente a él, quedando su rostro junto a la altura del pecho femenino. La miró por unos momentos sin poder creer que finalmente la tendría, ella era una diosa y lo tenía comiendo de su mano.

Sin soltar los pezones le retiró las bragas, pasándole las grandes manos por las caderas, sintiendo la suavidad de su piel desnuda.

La escuchó gemir de forma tan sensual, que terminó con todo su auto control y de inmediato invirtió posiciones, dejándola a ella sobre la cama.

Se comenzó a despojar de la camisa lo mas rápido que pudo y en breve, prosiguió con el cinturón, seguido por pantalón y bóxers, los cuales le molestaban cada vez mas, debido a la gran ereccion que pedía ser liberada. Terminó en tiempo récord, quedando sin ninguna prenda al igual que ella.

Hinata estaba perdida en las sensaciones que nunca antes una persona le había hecho sentir. Todo se asimilaba a un sueño de los que solía tener durante el tiempo que estuvo embarazada.

En esos meses, tenía sueños donde su vientre se sentía extraño y no sabía como explicarlo, hasta el día que con toda la vergüenza a flor de piel, se atrevió a preguntarle a su ginecóloga. Ella sonrió con paciencia y le aclaró que eso era algo normal, debido a las hormonas causadas por el embarazo. Tenía que admitir, que Madara la estaba enloqueciendo y lo que antes sintió, ya estaba quedando corto con lo que el hombre frente a ella le hacía. Tanto fue el placer, que no pudo evitar, un vergonzoso sonido proveniente de su boca.

Con agilidad, Madara la colocó sobre la cama y fue entonces que lo miró desnudarse, dejando que ella apreciara el enorme y perfecto cuerpo masculino. Se mordió el labio sin lograr contener los nervios ante la expectativa de lo que estaba por pasar, no obstante, toda su valentía desapareció al ver la hombría del azabache.

Sin querer, su cerebro viajo hasta el día en que perdió la virginidad con Itachi y retrocedió, buscando algo para cubrirse. Las orbes ya le brillaban y su respiración se volvió descontrolada.

El varón notó lo que pasaba y con cariño se acercó a ella. Lo último que quería era hacerla temer.

—¿Que pasa bonita? ¿Hice algo malo?—le preguntó con voz calmada, mientras le limpio unas lágrimas que rodaban por sus mejillas.

—No es usted quien hizo algo malo... yo... yo tengo miedo, perdóneme por hacer esto pero no estoy lista y no se si algún día lo estaré—confesó mirando hacia abajo por miedo a encararlo.

—¡Dime..! ¿Te molesto algo de lo que te hice?—cuestionó y ella negó con la cabeza—¿Te violaron? Es por eso que tienes miedo ¿verdad?—de nuevo ella negó y el azabache soltó el aire que contuvo al esperar la respuesta.

—Yo... yo no tuve una buena experiencia, no fue agradable y me dolió—finalmente le pudo decir lo que la tenía así.

—¿Confías en mi?—ella afirmó—Entonces, déjame cambiar tus malos recuerdos, por los mejores que puedas imaginar. Te prometo que no te lastimare—Hinata lo miro a los ojos y supo que le hablaba con la verdad. Él fue todo un caballero con ella, no tenía porque compararlo con Itachi y tampoco era justo, dado que a ella le hicieron lo mismo.

Convencida, se dejó llevar de nuevo cuenta, a todas las sensaciones que él le podía llegar a dar. Madara le sonrió con alivio y la beso despacio demostrándole que podía confiar en él.

Hinata lo tocó primero de los brazos, después en el pecho y por último, lo rodeó del cuello, mientras él bajaba hasta sus pechos. Fascinada, arqueó la espalda y su boca lanzó mas gemidos de placer.

Madara alternaba con ambos pezones, sin embargo, quería algo mas, ansiaba probarla y fue así que lentamente comenzó a bajar hasta quedar con el rostro en medio de las piernas femeninas. No quiso darle tiempo a negarse, pues estaba seguro que ella nunca había experimentado sexo oral y lo mas seguro, era que tratará de negarse asustada.

Hinata casi colapsa al sentir a Madara bajando hacia su intimidad. Una parte de ella trataba de resistir y la otra, se paralizó sin poder hacer nada. Apenas el moreno pasó la lengua por sus labios mayores, sintió algo como electricidad por todas las terminaciones nerviosas que su cuerpo poseía.

Madara la acercó a su boca tanto como pudo y movió la lengua despacio, para ir aumentando a media que la escuchaba gemir. Una vez que ella estuvo a punto de correrse, se retiró y acomodó el miembro, en busca de realizar lo que tanto deseaba.

—¿Estas lista?—le preguntó al besarle los labios, mientras palpaba el pene de arriba abajo en la húmeda vagina.

—S-si...yo...haa—ella lo quería ya. Hinata quería que él entrara dentro de ella. Lo anhelaba y deseaba que lograra apagar el fuego creciente formándose dentro de su vientre.

El azabache lentamente comenzó a entrar, siendo recibido por una deliciosa estrechez que no esperaba sentir, no obstante, el gemido de dolor por parte de Hinata lo alteró. Permaneció quieto por uno, o dos minutos, asegurándose que ella estaba bien antes de continuar.

—¿Te lastime?— cuestionó antes de comenzar con las embestidas que moría por darle. Hinata negó con la cabeza y le regaló una tierna sonrisa, dándole a entender que podía continuar.


Continuara.

Disculpen la demora y si no respondo pronto a sus comentarios, no es porque no me interesen, o algo así. Lo que pasa es que tengo problemas, con la conexión de internet y no me deja ni guardar ni publicar capítulos.

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