Capitulo 11

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


—¿Hinata está aquí?—pregunto Sasuke recuperando un poco la cordura que perdió momentos atrás.

—No, ella esta muy ocupada dando los últimos arreglos al vestido de novia de Konan—respondió la castaña despreocupada, poniendo a Tenchi sobre el pasto recién cortado—Este pequeño vino con su tío Neji —agregó sonriendo.

Sasuke no estaba seguro si encontrarse con el Hyuga era buena idea, de hecho, si lo pensaba bien, era mucho mejor que ellos dos no se encontrarán, al menos, no por el momento. En ese instante, toda su atención se fue hacia el niño jugando, ajeno a todo lo que acontecía a su alrededor.

Se agachó quedando a la misma altura de Tenchi y lo miro directamente. Su pecho se calentó ante el parecido tan grande que el niño compartía con Itachi ¿porque Hinata había permanecido en silencio? No era justo que Itachi no supiera sobre la existencia de su hijo. No podía negar que se había ganado a pulso el despreció de la Hyuga ¿pero ocultar la existencia de un hijo? Eso era demasiado cruel y vengativo. El celular de Tenten sonó y al mirar el numero de su primo supo que debía responder.

—¿Te puedo dejar a Tenchi por un momento? No tardare, es solo para responderte a mi primo—el azabache asintió sentándose en el verde pasto dispuesto aprovechar y así estar más cerca de Tenchi. Se le ocurrió sacar su celular y comenzó a fotografiarse con el pequeño, el cual parecía disfrutarlo. Se colocó más cerca de él, quien no pudo más que abrazarlo muy conmovido con el nuevo sentimiento que sin proponérselo, nació en su corazón... A pesar de lo desastroso que fue el matrimonio de su hermano con la pobre chica, el hijo de ambos era simplemente perfecto, no había otra forma de describirlo.

No podía esperar para ver la reacción de su madre al saber que era abuela, su padre estaría muy orgulloso también y el padre... Itachi se enamoraría de inmediato del perfecto hijo del que no sabía sobre su existencia.

Tenten continuaba al teléfono y les sonreía desde la distancia. Tenía que ganar tiempo y pensar que pasos dar, definitivamente no podía acercarse a Neji, ya que podía tener una discusión con él, tampoco quería dejar a Tenten, sin embargo, dadas las circunstancias, no tenía otra opción. Pensando con rapidez, envió un mensaje de texto a Shisui pidiéndole que le llamara, argumentando que lo necesitaba y así tendría la excusa perfecta de marcharse sin levantar sospechas en Tenten.

—Terminé... disculpa por dejarte—la chica se sintió apenada por dejarlo a solas con el niño, pero Sasuke no se mostraba incómodo sino todo lo contrario.

—No te preocupes... fue muy agradable quedarme con este caballero—respondió el Uchiha aún con Tenchi en brazos y la joven se alegró de no equivocarse.

—¡Claro..! Él es un amor y todos lo amamos al igual que a su madre—recalcó con orgullo.

—No sabía que Hinata tenía pareja, nunca antes se miro nada de ella en los medios—espetó Sasuke.

—Ella no tiene pareja, la pobre sufrió mucho sola... Cuando la conocimos, ella estaba embarazada, sin embargo, nunca hablo del padre de Tenchi, la única que conoce la identidad de ese desgraciado es Konan—soltó la castaña con nostalgia al recordar los meses que su amiga paso triste y deprimida—Todos respetamos su privacidad, pero no tuvimos que ser genios para saber que ese sujeto la daño en lo más profundo de su alma—añadió la castaña con un deje de melancolía—Tanto la hirieron, que hasta el día de hoy, ella no ha querido salir con nadie y créeme que no le faltaron pretendientes, no obstante, Hinata solo se dedicó a su hijo—el azabache se cohibió al escuchar las acusaciones de Tenten en contra de su hermano.

—Ya veo—fue lo único que acato a decir, pues no fue agradable escuchar a alguien hablando así de Itachi.

—Ya nos tardamos mucho, será mejor regresar donde están todos—señaló Tenten y en ese instante el celular de Sasuke sonó, anunciado la llamada entrante de Shisui, tal y como lo había planeado.

—Un momento—le dijo a la castaña mientras respondía con impaciencia fingida por tener que marcharse—Lo siento mucho hermosa... pero me tengo que marchar, mi primo tuvo un accidente y necesita mi ayuda—se disculpó abrazándola con ternura—Te prometo que mañana vendré a verte—añadió dándole un beso.

—Esta bien, no te preocupes, espero que tu primo este bien—ella estaba preocupada por el primo de Sasuke.

—Él esta bien, no fue grave—le dio otro beso en los labios y antes de irse, le pidió algo mas—¡Cariño...! Por favor no les digas a los muchachos que estuve aquí, me daría mucha pena con ellos por no poder quedarme ¿harías eso por mí?—le preguntó acariciando el cabello de Tenchi.

—Esta bien no te preocupes, no les diré nada—quedando conforme con la respuesta, se despidió de ambos y salió decidido a encontrar la razón por la cual Hinata ocultó la existencia de Tenchi. Subió a su auto y comenzó a realizar unas llamadas para obtener lo que buscaba. Al terminar, se fue a las fotos guardadas en su celular y sonrió al ver a Tenchi junto a él sonrojado ligeramente de las mejillas regordetas. Sin duda, también había heredado los rasgos de la Hyuga.

[...]

Hinata y Chiyo llegaron a la casa de Konan y ambas fueron pasadas hacia el jardín, donde se encontraba la futura novia disfrutando de los últimos días de soltería que le quedaban.

—¡Hinata Chiyo..! Pasen—les hablo la ojiambar desde la silla donde se encontraba—no saben el gusto que me da verlas juntas—las dos tomaron asiento justo en frente de ella y así poder conversar tranquilas.

—Se mira muy bonita Konan-san—agregó Chiyo mirando la radiante mirada de la chica.

—Chiyo, será mejor que me tutee o de lo contrario, me hará sentir muy vieja—pidió sonriendo—además, supongo que si van a vivir juntas nos veremos muy seguido y usted también será parte de la familia.Chiyo asintió no muy convencida, pero no tenía otra opción, puesto que era muy difícil negarle algo a Konan.

Las tres mujeres intercambiaron diferentes conversaciones, pero la que salía una y otra vez siempre era la misma... ¡Tenchi! Hinata se levantó para ir al baño y Chiyo le contó a Konan lo del perro, como también la salida al zoológico que la ojiperla había dado con Madara Uchiha.

Chiyo quería saber si el Uchiha podía ser de confianza y Konan le contó que nunca antes se le había visto tan interesado en una mujer como lo estaba por Hinata. La anciana suspiró más tranquila y le confesó a la ojiambar que Itachi se hallaba realmente muy arrepentido por la forma en que la trató.

—Claro que debe estar arrepentido... figúrese, maltratar, engañar y abandonar a una mujer como Hinata, debe ser para enloquecer—soltó molesta al pensar en que ese imbecil quisiera acercarse a su protegida sólo para confundirla, precisamente ahora que parecía querer darse la oportunidad de ser feliz con Madara.

—Lo se...y aunque lo quiero como mi propia sangre, no puedo dejar pasar lo que le hizo a Hinata, después de haberlo amado tanto y créeme cundo te digo, que él está empezando a pagar por sus malas acciones—añadió Chiyo—El matrimonio entre Izumi e Itachi esta a punto de colapsar, ellos ya no se llevan bien y es evidente que mi niño dejó de amar a esa caprichosa mujer—concluyó Chiyo cambiando de tema por la llegada de Hinata.

Los empleados de Konan bajaron el vestido de novia, para que Hinata pudiera terminar con las medidas correspondientes. Las tres pasaron al estudio de la residencia y Chiyo se aseguró de ponerle llave al cerrojo, diciendo que ni por error, Nagato podía entrar y mirar el traje de novia.

—¡Se ve preciosa!—le dijo la ojiperla al mirarla completamente vestida con el hermoso traje de novia. La futura novia sonrió complacida, mirando su reflejo en el espejo de cuerpo entero.

—Hinata... es hermoso, esto fue lo que soñé para el día en que me casara—ambas se abrazaron mientras tal y como lo predijo Chiyo, Nagato trataba de entrar buscando a su prometida que no encontró en ningún lugar de la casa.

—Espera un momento, por ahora no puedes entrar—le ordenó Konan en voz alta, para que pudiera escuchar.

—¿Porque no puedo entrar?—pregunto ofendido, haciendo que una vena se hinchara en la frente de la novia. Hinata se dedicó a tranquilizar a su amiga y Chiyo le explicó al despistado hombre, el porqué no podía entrar.

Después que Nagato se alejó, las tres comenzaron a reír, por lo acertada que fue la predicción de Chiyo.

...

—Esta listo, lo llevaré a que lo planchen y estará preparado para el día de la boda—aseguró la Hyuga, colocando el traje de nuevo dentro de su auto.

—Hasta luego Nagato-san—se despidieron Hinata y Chiyo de la pareja y ellas regresaron a su hogar donde esperarían por Tenchi, quien ya debía estar por regresar con Susano.

[...]

—¿Te importaría quedarte con Tenchi para esperar a Hinata?—pregunto Neji.

—No te preocupes, yo cuidaré de él, además, Hinata ya no debe tardar... ve tranquilo—la rubia se apartó del Hyuga, quien fue llamado por un cliente por asuntos importantes relacionados con el negocio. Se despidieron con un beso y la rubia se fue a mirar el televisor con Tenchi y Susano. El niño aplaudía siguiendo a los personajes animados que veía. La rubia sonrió con la intención de atacarlo a besos en las mejillas, no obstante, su plan fue interrumpido por el timbre de la puerta.

—Quedate aquí con Susano iré a ver quién es—no tuvo problemas para que Tenchi la obedeciera debido a que no despegó la vista del televisor. Ino lo besó y se dispuso abrir la puerta, acto seguido, frunció el ceño mirando con suspicacia a la persona que estaba afuera—¿Usted?—pregunto con el ceño fruncido.

—¿Se encuentra Hinata? Tengo una cita de negocios con ella—pregunto relajado a Ino.

—En ese caso... creo que ya no debe tardar en llegar ¿quiere pasar?—pregunto y se hizo a un lado dándole acceso—desea algo de tomar?—pregunto guiándole hasta la sala, donde estaban Tenchi y el perro.

—Un vaso con agua estaría bien—Ino se fue hacia la cocina y justo en ese momento, entró Hinata con Chiyo.

—Que bueno que llegaron... Hina, te están esperando en la sala—Ino le entregó el vaso a la ojiperla y se despidió de las dos mujeres, para irse a su casa.

La Hyuga pensó que quien la esperaba era su hijo y se fue rápido dispuesta a abrazarlo, luego de estar separados todo el día, lo echaba de menos.

—¿Donde estas mi vida? Mami esta aquí—entró en la sala, para encontrar a Sasuke Uchiha, sentado con su hijo esperando por ella. La morena se puso pálida por la impresión que le causó, después Chiyo también entró y los tres se miraron entre sí—¿que necesita en mi casa Uchiha-san?—pregunto una vez se recuperó de la imprecisión.

—¿Porque Hyuga? ¿Porque le ocultaste a Itachi que era padre? ¿No crees que fue demandado cruel? Independientemente de cómo terminaron las cosas entre ustedes, no tenías derecho hacer algo tan despiadado—le reprochó Sasuke haciendo que un volcán de sensaciones ardientes estallara dentro de Hinata.

—Me llevare al niño y a Susano para que ustedes hablen tranquilos—anunció Chiyo.

—¿Nana..? Ahora veo... también tu lo sabías y guardaste silencio—reclamo el Uchiha muy decepcionado.

—Primero escucha todo lo que ella tiene que decir y luego podrás juzgarme—replicó la anciana en forma amable, pues sabía que toda la arrogancia y soberbia que estaba mostrando Sasuke, se caería a pedazos al saber la verdad.

—Gracias Chiyo—la morena beso a su hijo y agradeció a la abuela por sacar el niño de ese lugar y así evitar que viera lo que estaba por venir—Con todo el respeto que me merece Uchiha-san... yo no tengo porque responder a sus cuestionamientos, pero ya que me está usted juzgándome como también a Chiyo, le dejare claras las cosas, para que no vuelva a irrumpir en mi casa, ni tampoco se vuelva acercar a Mi hijo—soltó llena de orgullo, al verse atacada.

—¿Como puedes pedirme que no me acerqué? Ese niño es mi sobrino, el hijo de Itachi, el mismo que has mantenido oculto por venganza—reprochó el azabache, ya molesto por la actitud de Hinata.

—Yo nunca he mantenido oculto a mi hijo, su hermano, el gran caballero Itachi Uchiha... renunció a la paternidad de Tenchi, así que no me venga ahora con argumentos faltos de validez—el chico pensó en decir algo, pero la ojiperla levantó la mano para que la dejará continuar—¿Su correcto y perfecto hermano no se lo dijo? Porque hasta Mikoto-san lo sabía y aún así, no sé tentó el corazón la noche que me echaron a la calle, sabiendo que no tenía ningún lugar a donde ir—el azabache abrió mucho los ojos sin poder creer lo que estaba escuchando—Supongo que no me cree, pero le demostrare que no miento—Hinata entró en la oficina y busco dentro del escritorio los documentos que nunca pensó tendría que usar en el futuro—aquí tiene—extendió una carpeta hacia Sasuke, donde se encontraba el documento en el que efectivamente, Itachi renunciaba para siempre a los derechos de paternidad.

Sasuke los tomo y comenzó a leerlos, tenía que ser un engaño, Itachi jamás haría algo tan mezquino, tampoco su madre, se repetía una y otra vez dentro de su mente, pero la Hyuga no mentía, leyó con decepción donde claramente, Itachi estampó su firma renunciando al niño, también estaba la firma del abogado Sarutobi y la de Shisui, avalando todo el proceso. El azabache sintió como si la persona a la que más admiraba, se caía en pedazos ante su visión ¿como pudieron ser tan crueles? Eso fue despreciable.
Desconcertado dio unos pasos hacia atrás y se sentó en el sofa por falta de fuerzas.

—¿Mi padre también lo sabía?—pregunto con la voz apenas audible y con miedo a la respuesta.

—Hasta donde yo se, él no supo nada, al menos mientras estuve ahí—respondió incómoda por ver lo afectado que se encontraba Sasuke.

—¡Hyuga..! Tal vez tu y yo nunca antes hablamos durante el tiempo que estuviste casada con Itachi y lo más seguro es que no lo creas, pero yo no sabía nada, te juro que nunca supe que esperabas a mi sobrino, de haberlo sabido, jamás hubiera permitido que te las arreglarás sola con él—el azabache negó una y otra vez con la cabeza, sin poder creer lo que estaba frente a sus ojos—¿cómo pudo Itachi hacer una canallada como renunciar a su propia sangre?—se pregunto en voz alta, agarrando su cabello, tratando de calmarse.

—Le confesé a Mikoto-san sobre mi embarazo, tratando de ganar un poco de las migajas de amor, de las mismas que su hermano derrochaba por otra mujer ¿y sabe que me dijo ella?—pregunto obteniendo una negativa del azabache—Ella me dijo que Izumi también estaba embarazada y que obviamente, mi esposo no se quedaría conmigo, pues él jamás llegaría a sentir amor por mí—le contó con amargura en la voz al recordar esa noche que miro a esa mujer por última vez—si así lo desea, puede preguntar directamente a su madre para que compruebe lo que le estoy diciendo—sugirió Hinata al mirar el pesar que tenía Sasuke sobre él. Con esa genuina consternación por parte del azabache, la ojiluna estuvo segura que el joven frente a ella, en realidad no mentía al afirmar no saber nada sobre la existencia de Tenchi.

—Chiyo también lo sabía ¿verdad?—cuestionó recordando las disputas que escuchó entre ella y su madre después de la partida de Hinata.

—Si, ella y Konan fueron las que estuvieron conmigo cuando hice la prueba—suspiro limpiando una lágrima que se escapó por su mejilla—La única persona que me trató bien en su familia Uchiha-san, fue Chiyo, ella me pidió dejarla ver a mi niño cuando naciera y yo le fallé... yo no la busqué porque no quería encontrarme con ninguno de ustedes, entonces, apenas una semana atrás, ella fue quien vino a mi, para conocer a Tenchi y desde ese día ella vive con nosotros—aclaró ante la mirada triste de Sasuke.

—¡Mamá!—Susano llegó corriendo, seguido por Tenchi quien pidió ser alzado por su madre.

—¿Que pasa mi amor...? ¿Susano no se deja alcanzar?—sonriente le beso las mejillas al niño.

—Se me escaparon... esos dos me cansaron—añadió Chiyo, que también llegó hasta donde estaba Hinata y Sasuke.

—Ahora que ya sabe todo, creo que es hora de que se marche Uchiha-san—recalcó la Hyuga sin mas preámbulos. Sasuke se puso de pie mirando al niño, el cual jugaba con el cabello de la morena.

—¿Me dejarías visitarlo y traerle algunos regalos?— cuestionó mirando fijamente a Hinata.

—La verdad, no creo que sea buena idea... no es que tenga algo en su contra, pero francamente, no quiero a nadie que pueda llegar a decirle en un futuro como fue que su propio padre lo rechazó por ser hijo mío. No quiero que Tenchi sufra rechazos sin tener necesidad, espero que lo entienda—la ojiperla estaba segura y determinada al decir todo lo que dijo, pues a estas alturas, su único interés era el bienestar de Tenchi.

—Me da mucha pena tu negación, pero no puedo juzgarte por tenerme desconfianza, sobre todo, porque soy el hermano de la persona que te hirió tanto. Por ahora no voy a insistir, sólo quiero que sepas, qué con sólo un día de convivir con tu hijo, me basto para ya sentirlo como parte de mi familia, alguien a quien también cuidaré. Es un niño que se deja querer por su conducta, supongo que se debe a lo bien que lo has educado—la morena permaneció en silencio—¿Sabes? La forma mas dura en que mi hermano está pagando todo lo que te hizo, es haberse perdido todo este tiempo con él—afirmó apuntando a Tenchi—es una verdadera lástima que se haya portando de esa manera—Sasuke abrazó a Chiyo, después despeinó la cabeza del niño y salió sin decir nada más.

Apenas se cerró la puerta y la Hyuga se quebró llorando en silencio, tratando que su hijo no la mirará. Chiyo la abrazó y se llevó el niño, para darle espacio a la frágil madre que necesitaba desahogarse.

—Le daré la cena a Tenchi, luego yo misma lo llevaré a dormir, no te preocupes por nada—le dijo Chiyo.

Hinata le agradeció y se fue a su habitación. No quería que nadie la mirara en ese estado, no obstante, todos los recuerdos llegaron como puñaladas a su pecho y por mas que lo intentaba, no podía dejar de llorar. Pérdida en los recuerdos sintió la vibración del celular y al mirar la pantalla, se trataba de un numero desconocido, sin pensarlo mucho respondió.

—¿Hinata..? ¿Como pasaron el día?—preguntó Madara del otro lado de la línea.

—B-bien gracias—no pudo evitar que la voz le saliera entrecortada y se arrepintió de responder la llamada.

—¿Estas llorando?—Madara de inmediato se puso en alerta apenas la escuchó.

—No...—respondió simple.

—Voy para allá, espérame y en unos minutos llego—anuncio el Uchiha.

—No-no se moleste por favor—trató de negarse, pero Madara la interrumpió.

—No es molestia, ya estoy saliendo—el azabache terminó la llamada sin darle tiempo a negarse y se apresuró a subir a su auto para conducir hasta la casa de la ojiperla.

Hinata se quedó con el celular en la mano después de que Madara terminó la llamada, pensando en que debía hacer. Lo primero que se le ocurrió, fue correr al baño, lavarse el rostro, desapareciendo las lágrimas, trató de no tardar mucho, dado que era mejor esperar en la sala y así no molestar a Chiyo y a Tenchi.

Prendió la cafetera por si el Uchiha quería tomar café y en cuanto terminó con todo, sonó el timbre. Corrió para abrir y Madara entró sin dejar de estudiarla. Las perlas estaban enrojecidas por el llanto que ella trató de ocultar, también se le veía triste y frágil, como no la había visto antes.

—¿Que tienes Hinata quien...—no terminó la pregunta, por sentir como la ojiperla se arrojó a sus brazos. Sin cuestionarle nada, la abrazó guiándola hasta la sala donde se sentó con ella sin soltarla, sintiendo la humedad en la camisa que llevaba puesta. Ella temblaba sin control y aunque moría por saber quien la puso en ese estado, se obligó a no preguntar, lo único que hizo, fue acariciarla en silencio, hasta que ella estuviera lista para hablar.

La ojiluna no supo el porqué de su acción, pero al ver al azabache frente a ella con el rostro preocupado, sintió la necesidad de ser cobijada por sus brazos, mismos que parecían tan seguros, tal como su musculoso y cálido pecho, el cuál ya había humedecido con su llanto. Poco a poco, las lágrimas fueron disminuyendo y la sensación de seguridad la llenó como nunca antes. Él la hizo sentir protegida y a salvo de sus fantasmas del pasado.

Madara de a poco la subió a su regazo, con el fin de acercarse más a ella. Hinata se dejó llevar, hasta que después de largos minutos, finalmente dejó de llorar por completo y se permitió quedarse en la misma posición, disfrutando el calor del cuerpo masculino. Para Madara era lo mismo, la sintió más tranquila, pero no dijo nada permitiéndose ese acercamiento que tanto lo satisfacía.

—Siento mucho hacerlo venir hasta aquí—levantando el rostro ya sin lágrimas y lo miró agradecida.

—No tienes porque sentirte culpable, te dije que yo estaré aquí para ti, las veces que me necesites—le beso la frente y le acaricio las mejillas, limpiando la humedad que había quedado. Ambos se miraron a los ojos, estando tan cerca en la posición tan intima que compartían, lentamente se acercaron y dieron paso a juntar sus labios, comenzando con un suave y calmo beso.

Ella lo rodeó del cuello con sus temblorosos brazos y él la tomó de la cintura, para mantenerla mas apegada a su cuerpo, el cual ya empezaba a protestar por tenerla por completo.

Madara tuvo que encadenar mentalmente el animal que pedía a gritos salir y poseerla allí mismo, despojándola de todas las prendas. No era el momento de hacerlo, ella estaba vulnerable, así que esperaría hasta que el tiempo fuera adecuado, por ahora, se conformaba con que le permitiera besarla una y otra vez, como lo estaban haciendo.

Continuaron de esa manera por un largo rato, hasta que ya pasada la media noche se despidieron.

Madara llegó directamente al baño, tenía que ducharse con agua fría en busca de poder bajar la gran ereccion que se formó por estar besando a esa diosa. Podía fácilmente llamar a una de tantas mujeres para tener sexo, pero no quería a ninguna que no fuera ella.

A lo largo de su vida, tuvo infinidad de damas compartiendo cama y aun así, siempre terminó sintiéndose vacío, por mas que trato de mantenerse fiel a una sola, nunca lo hizo, por el simple hecho, de no encontrar a una que lo mereciera. Con la que se mantuvo mas tiempo, fue con Mei y pensó que quizás se podía adaptar a ella, pero apenas había pasado un mes y ya la estaba sustituyendo por otra que se le insinuara descaradamente.

El agua fría no logró nada para ayudarle y optó por usar la mano, imaginando a Hinata gimiendo bajo su cuerpo, entregándose a él voluntariamente. Nunca había deseado tanto a una mujer y debía que reconocer, que no sólo la quería para poseerla, a ella la quería para cuidarla como a la joya mas valiosa que pudiera llegar a tener.

[...]

—¿Donde esta mi madre?—preguntó Sasuke a una de las empleadas de la residencia Uchiha.

—Ella esta en la sala con—la mujer no terminó de hablar, debido a que el azabache se dirigió hacia el lugar señalado como alma que lleva el diablo. Desde la entrada la vislumbró tomando un té y sin rodeos se lanzó a cuestionar su vergonzoso proceder en contra de Hinata.

—¡Sasuke! Que bueno que regresaste antes de la cena—la dama Uchiha ya no dijo nada más, dado que el hijo menor la detuvo con una señal de la mano, pidiéndole escucharlo.

—¿Porque no dijiste que Hinata está embarazada cuando la echaste a la calle?—Mikoto  se sorprendió al escuchar el reclamo de su hijo—Tenía la esperanza que no fuera cierto, pero tu reacción me demuestra que todo es verdad—soltó el azabache decepcionado de la mujer a la que admiraba por su buen corazón y objetividad al proceder—¿por lo menos sabes que fue un niño? ¿Sabes su nombre? ¿O ni siquiera eso te importó al igual que a Itachi?—Sasuke negó con la cabeza—Su nombre es Tenchi  y es la viva imagen de Itachi—la mujer se llevó la mano a la boca, en un intento de contener la impresión que le causaron las revelaciones de Sasuke.

—¿Que pasa hijo? ¿Porque le hablas así a tu madre?—cuestionó Fugaku, quien al escuchar la voz alterada de Sasuke, se dirigió hacia la sala para saber el motivo.

—¿Se lo dices tu o prefieres que lo haga yo?—preguntó Sasuke y al no obtener respuesta, continuó—Padre...Itachi tiene un hijo con Hinata...un niño encantador, al que renunció como un cobarde dejándole todo a la chica y eso no es todo—soltó sacando su celular—mi madre lo sabía y aun así, echó a la futura madre de su nieto a la calle en medio de la noche, sabiendo que ella no contaba con nadie para que le ayudarán... literalmente, la abandonó a su suerte sin sentir remordimientos—Fugaku dirigió su filosa mirada hacia su mujer, quien no dejaba de llorar. Por otro lado, el Uchiha menor se acercó y deslizó la pantalla del celular para mostrar las fotografías que le tomó al niño.

—¡Santo cielo!—exclamo el patriarca al ver al niño sonriendo junto a Sasuke—¿Como pudieron ser tan crueles? ¿Como pudieron dejar esa chica sola? Itachi se portó como el peor de los hombres al desentenderse de su propio hijo y de la joven Hyuga—Fugaku y Sasuke, dirigieron la mirada hacia la entrada que conducía al comedor, ante la presencia de otra persona.

—¿Que demonios están diciendo? ¿Como que la loca tiene un bastardo de mi esposo?—cuestionó Izumi, que se encontraba en la residencia de sus suegros esperando por Itachi, y en el momento que Sasuke entró, ella respondía una llamada, sin ser notada por nadie, ella escuchó absolutamente todo lo que se dijo sobre el hijo de su esposo.


Continuara.

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