Capitulo 5
Había pasado ya una semana desde que Naruto y Sasuke habían despertado como Shion y Dohko respectivamente. Poco a poco se fortalecían; con la ayuda de su sensei; e iban recuperando la fuerza que tenían en sus vidas pasadas. Durante ese tiempo, le habían pedido ayuda al Sandaime y a Kakashi para buscar a sus camaradas teniendo como única pista las personalidades que todos ellos habían tenido en sus vidas pasadas. Lo cual no era mucho a decir verdad. Aunque aun les quedaba mucho camino por recorrer para cumplir sus objetivos.
Pero bueno, centrémonos en otra persona en la aldea a la que tampoco le había tocado vivir una vida muy buena. Una joven kunohichi heredera de uno de los clanes con más prestigio de Konoha. Así es. Estoy hablando de nada más y nada menos que de Hinata Hyuga, hija mayor de Hiashi Hyuga y la difunta Hana Hyuga y heredera legitima de su clan. Pero a pesar de todo eso, su padre nunca le demostró el cariño que un padre debería demostrarle a sus hijos. Ni a ella ni tampoco a su hermana menor Hanabi. Cada vez que su padre decía que iba a entrenarla, terminaba con éste mirándola como si quisiera matarla, con el byakugan activo y dejándola al borde de la muerte. Si la chica aún no había muerto era gracias a la intervención de su pequeña hermana Hanabi y de su primo Neji quien, aunque no lo demostraba, siempre sintió la necesidad de proteger a sus primas de su tío.
En otro lugar de la aldea, una joven gennin llegaba de su mas reciente misión; que aunque se había tratado de una misión de rango D, había sido muy agotadora; junto a su equipo. La chica se llevaba muy bien con sus compañeros y veía a su sensei, Kurenai, como una segunda madre. Pues ésta intentaba ayudar siempre a sus estudiantes en lo que podía.
Al llegar a la residencia Hyuga, la joven heredera fue muy bien recibida por los miembros de la rama secundaria y por su pequeña hermana menor. Y cuando vio a su padre salir de su casa para recibirla, una parte de ella se alegró mucho. Pues, ingenuamente, creyó que su padre la recibiría bien por primera vez en su vida. Que equivocada estaba.
–Hinata. Veo que ya terminaste de hacer esa estupidez a lo que llamas misión. Ve al salón de entrenamiento. Ahora– dijo el patriarca Hyuga mirando a su hija mayor con desprecio y algo más que la chica no logró identificar. Pero que le dio un muy mal presentimiento.
–Pero padre...acabo de llegar de mi misión, estoy agotada...necesito descansar–
–¡Eres una inútil!, ¡¿Cómo puedes estar agotada con algo tan estúpido como una misión de rango D?!. Escúchame bien, no me importa que estés agotada o a punto de desmayarte, te quiero en el salón de entrenamiento en cinco minutos o habrá consecuencias. ¡¿Te quedó claro?!– dijo Hiashi Hyuga luego de darle una cachetada a su hija.
–S-si padre...– dijo la chica dirigiéndose a su habitación.
Una vez allí, la chica se colocó su ropa de entrenamiento y se dirigió hasta el salón de entrenamiento. Donde su padre la esperaba. La forma en la que el mayor la miraba le daba un muy mal presentimiento a Hinata. Su instinto de supervivencia le gritaba que saliese corriendo de allí cuanto antes sin mirar atrás; pero el miedo de que si ella escapaba, su padre tomara represalias contra su hermanita o contra los demás miembros de su clan era mayor. Así que simplemente ignoró ese mal presentimiento y se puso en la clásica pose del "puño suave".
Antes de que la chica tuviera siquiera tiempo a reaccionar, su padre comenzó a atacarla de una forma bestial. Como si la verdadera intención del hombre fuera acabar con su vida. Con cada golpe que daba, Hinata sentía como su red de chakra se iba cerrando y ella no podía defenderse. Luego de varios golpes, Hinata estaba demasiado herida como para siquiera moverse y creyó que su tortura había acabado. Cuan equivocada estaba.
Nuevamente cruzó miradas con su padre, y el miedo se apoderó de ella cuando vio la perversa sonrisa en el rostro de aquel hombre. Quien lentamente se recostó sobre Hinata y comenzó a manosear los pechos de la oji perla con una mano mientras que con la otra tocaba sus partes intimas. La sonrisa perversa de aquel hombre se ensanchó más al ver el terror reflejado en el rostro de su hija y como las lagrimas se escapaban de sus ojos.
–P...Padre...n-no...por favor no me hagas ésto...–susurró la chica entre lagrimas.
–Cállate Hinata...no hagas como si no lo disfrutaras. Después de todo, eres igual de puta que tu madre– le contestó aquel hombre mientras continuaba con su perversa labor de abusar de su hija.
Entonces, como pudo y sacando fuerzas de su flaqueza, Hinata luchó por defenderse de su padre.
–¡AYUDA! ¡AYÚDENME POR FAVOR!– gritó Hinata, rogando por que alguien la escuchara y fuera en su rescate.
–¡Cállate! ¡Te dije que te callaras!–dijo Hiashi dándole una fuerte cachetada a su hija, quien para ese punto solo lloraba y rogaba para que alguien la salvara.
Mientras tanto, la pequeña Hanabi se dirigía acompañada de su primo Neji al salón de entrenamiento. Tenía un muy mal presentimiento, y se dirigían allí para corroborar que todo estuviera bien. Fue cuando lo escucharon.
–¡AYUDA! ¡AYÚDENME POR FAVOR!– ese grito los dejó en shock. Era imposible no reconocer a la dueña de esos gritos.
–Esa fue ne-sama. Oto-san debe de estarle haciendo algo malo. Hay que ayudarla!– dijo Hanabi preocupada por su hermana mayor.
–Yo iré a ayudar a Hinata-sama. Usted valla a buscar ayuda con alguien de la rama secundaria. Algún adulto que nos ayude–dijo Neji, igual de preocupado que su pequeña prima.
–Hai...Neji, ten cuidado– dijo Hanabi para luego marcharse corriendo hasta donde se encontraba la rama secundaria del clan.
Neji corrió con todas sus fuerzas hasta el salón de entrenamiento y al entrar, lo que vio lo dejó en shock. No era necesario ser un genio para entender lo que Hiashi le estaba haciendo Hinata. Estaba intentando abusar sexualmente de ella. Cuando notó que Hinata lo había visto, le hizo una señal para que no lo delatara mientras él se acercaba lentamente hasta su tío con el byakugan activo.
Justo cuando se encontraba detrás de su tío, y al notar que éste último aun no se había percatado de su presencia, lo tomo por sorpresa golpeándolo con los "ocho trigramas, sesenta y cuatro palmas" cerrando algunos puntos de su red de chakra y apartándolo de encima de su prima.
Hiashi en ningún momento se esperó el ataque así que no tuvo oportunidad de defenderse en un principio y lo único que alcanzó a hacer, fue apartarse aproximadamente unos cuatro metros de su atacante. Que para su sorpresa, no era otro de Neji Hyuga. Quien se colocó frente a Hinata en pose de taijutsu para protegerla.
–¿Cómo diablos aprendiste las "ocho trigramas, sesenta y cuatro palmas" si esa técnica es de la rama principal Neji?. Pero aun más importante, ¿Cómo te atreves a interrumpir el entrenamiento, y lo que es aun más, cómo osaste atacarme a Mi, un miembro de la rama principal y el líder del clan?– dijo Hiashi, sumamente molesto de que no lo hallan dejado cumplir su objetivo.
–Eso a usted no le incumbe. No voy a dejar que abuse de Hinata-sama. Si quiere hacerle algún daño a ella no voy a permitirlo. Voy a proteger a mi prima incluso si de quien debo protegerla es de usted.– dijo firmemente Neji
–Vas a pagar caro tu osadía Neji– dijo preparándose para activar el sello del pájaro enjaulado.
Pero, por confiarse fue tomado por sorpresa nuevamente. Pero ésta vez, por dos miembros de la rama secundaria de aproximadamente 20 años. Quienes no dejaban de atacar a Hiashi, evitando así que el líder Hyuga pueda activar el sello del pájaro enjaulado. Neji aprovechó eso para revisar a su prima, quien aparentemente había quedado inconsciente.
–Neji, nosotros distraeremos a Hiashi. Tu llévate a Hianta-sama y a Hanabi-sama lejos de aquí. Llevatelas lejos del complejo Hyuga– dijo uno de los hombres que se enfrentaba a Hiashi.
–Pero entonces ustedes van a...–
–¡Neji llevatelas ya!–interrumpió el otro hombre.
Entonces Neji tomó a Hinata en brazos y salió de allí encontrándose con Hanabi y llevándoselas corriendo a ambas fuera del complejo Hyuga en dirección a los campos de entrenamiento. Esa era su única esperanza de escapar y que no los encontraran tan rápido.
*mientras tanto en la mente de Hinata*
Hinata despertó en un lugar inhóspito y rodeado de montañas. Parecía no haber otra persona en kilómetros. De algo estaba segura, no estaba en Konoha. Lo ultimo de lo que se acordaba era que su padre estaba intentando abusar de ella y que llegó su primo Neji para salvarla. De ahí no se acordaba de nada más. Y eso la asustó. Prestó un poco más de atención a su entorno hasta que, no muy lejos de donde se encontraba, había una torre de unos cinco pisos.
Esa torre era el único edificio en todo el lugar. Y, para más confusión de Hinata, el edificio le parecía extrañamente familiar. Algo dentro de ella le decía que ya había estado allí antes. Que en ese inhóspito lugar estaba segura. Entró en la torre y comenzó a recorrerla. Estaba desierta. Pero esa sensación de familiaridad no se iba.
–¿Dónde estoy?...¿Por qué éste lugar me parece tan familiar?...–
–Yo puedo responder a esas preguntas– se escuchó una voz que sobresaltó a la chica quien volteó rápidamente para ver al hombre que le había hablado.
Era un joven hombre alto, que aparentaba apenas pasar los veinte años. Tenía un cabello largo de color lavanda, piel clara, ojos verdes, dos puntos del color de su cabello en lugar de cejas y tenía puesta una armadura de color dorado que cubría todo su cuerpo.
–¿Quién eres tú?–
–Permite me presentarme. Mi nombre es Mu y soy el caballero dorado de Aries al servicio de la diosa Athena–
–¿Caballero dorado?, ¿Diosa Athena?–preguntó Hinata, claramente confundida.
–Las respuestas a esas preguntas las sabrás muy pronto Hinata Hyuga–
–¿Cómo es que...?–
–¿Cómo es que lo sé?. Bueno eso se debe a que tu eres mi reencarnación.–Hinata quedó en shock por lo dicho por el hombre que tenía frente.
–¿T-tu reencarnación?–
–Así es. Tu y yo somos la misma persona. He visto y vivido todo lo que tu has vivido. Solo que recién ahora hemos podido estar frente a frente Hinata.–
–Entiendo...Oye, ¿Qué está pasando?–preguntó la chica al notar que el cuerpo de Mu comenzaba a desvanecerse en pequeñas partículas de luz.
–Desde ahora, tu y yo seremos un solo cuerpo, una sola mente y una sola alma. Tendrás mis recuerdos, conocimientos y experiencias. Buena suerte Hinata–
Entonces la chica comenzó a ver una serie de recuerdos como si de una película se tratara. Cada recuerdo, cada memoria volvía a su mente de una forma bastante abrumadora. Desde que fue encontrado por su maestro Shion en Jamir y llevado al Santuario para convertirse en un caballero de Athena, hasta su muerte en el muro de los lamentos en el Inframundo en la Guerra Santa contra Hades.
Su apariencia había cambiado drasticamente. Su cabello, antes corto, ahora era largo hasta su espalda baja y si prestabas algo de atención en el mismo, podías ver algunas hebras de color lavanda por todo su cabello. En su frente aparecieron dos picas o puntos del color negro azulado de su cabello. Definitivamente ahora su cambio de apariencia causaría muchas preguntas.
Pero ya pensaría en eso luego. Ahora sabía perfectamente quién era y lo que debía hacer. Al despertar buscaría a su maestro Shion. Si ya había despertado, y estaba casi segura de que si, sabía que él la ayudaría. Luego se dedicaría a buscar a sus camaradas y a Athena.
*Fuera de la mente de Hinata*
Ahora mismo se encontraban el el campo de entrenamiento 36. Uno de los más alejados del complejo Hyuga. Al llegar, Neji había recostado a su prima Hinata contra un árbol para poder corroborar qué tan herida se encontraba. Cuando se disponía eso, un resplandor dorado rodeo a Hinata y, para sorpresa de Neji y Hanabi, al disiparse ese resplandor la apariencia de la chica era diferente. Ya le preguntarían a Hinata sobre eso cuando despertara. Hanabi se sentó junto a su hermana mayor mientras que Neji se sentaba en una roca algo apartada con el byakugan activo dispuesto a defender a sus preciadas primas. Su única familia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top