77. Jaque Mate


Antes de desaparecer bajo el suelo, John cogió el teléfono e hizo una llamada.

—¿Grant? —preguntó—.  Tengo a Charlotte. Está bien. También tengo a Sanders. Avisa a quien sea que tengas que avisar que el helicóptero militar que está ahora mismo cerca de la entrada del búnker lo ha mandado Kauffmann —Hizo una nueva pausa—. No. Está muerto. Adiós.

Después de bajar las escaleras, recorrimos el camino de vuelta por los túneles. Una mezcla de felicidad inmensa y de dolor infinito se habían apoderado de mí. Todo aquello me superaba, pero estaba allí. Estaba con John. Había venido a rescatarme y lo había logrado. Su brazo sangraba abundantemente pero él no le prestaba atención. No podía moverlo y la herida tenía mala pinta.

Al pasar al lado del todo terreno pude ver el cuerpo sin vida de Dieter. John recogió su fusil. No puedo decir que me alegrase que muriese nadie, pero no sentí ninguna lástima por él. Me di cuenta que John lo había matado, aunque no vi sangre. Sanders caminaba a unos veinte metros por delante.

-Jefe Alfa de Alfa 11 —dijo John haciendo uso de la radio.

—Adelante Alfa 11 para Jefe Alfa.

—Objetivo primario cumplido, regresamos por los túneles.

—¿Los túneles? —inquirió Sánchez.

—No importa. Volvemos por donde me fui.

—OK, recibido. Aquí hemos tenido lío, pero ya está todo bajo control.

—¿El objetivo secundario?

—Destruido.

—OK, corto.

—¿Yo soy el objetivo primario? —pregunté a J.

—Así es.

—¿Y tú eres Alfa 11?

—Así es —contestó condescendiente.

—Para mi eres Alfa, a secas —me reí.

—Anda, que no lo entiendes.

—Claro que lo entiendo. Pero tú eres Alfa, mi Alfa, John.

—También puedes llamarme J.

—Bonito nombre, me gusta. Tú puedes llamarme K.

—¿Es que no has tenido bastante?

—He tenido demasiado. Pero cuando te recuperes, puedes llamarme un día y quedamos —le dije riendo. Y me apreté contra el cuerpo de aquel hombre malherido. Lo amaba.

Al llegar al búnker me di cuenta que había muertos por todas partes. Aquellos hombres de Renasci habían defendido las instalaciones hasta que pusimos en marcha el ataque global.

—A este llévatelo a La Agencia. Hay que interrogarlo.

Un encapuchado recibió a Sanders con unos grilletes de lazo.

—Han atacado La Agencia. Pero tenemos donde llevarlo. ¡En marcha! —le dijo empujándolo.

—¡El ataque! —grité nerviosa.

—No te preocupes, el servidor ha sido destruido. Era el objetivo secundario.

—No, John, no lo entiendes. El otro ataque. Enviamos drones por todo el mundo. ANE los controla desde La Fuente. ¡Aquí solamente se envió la orden. Yo misma programé las coordenadas!

Miré al frente, la pantalla que grande estaba destrozada y la de la izquierda también. Corrí hasta la pantalla de la derecha. Estaba en negro. Seguí corriendo hasta llegar a los dos carros con las consolas de ANE. Las pantallas donde habíamos programado el segundo ataque, seguían encendidas.

—¿Qué pasa? ¿De qué te ríes Charlotte? —preguntó John.

—Mira esto —le dije señalándole la consola.

—¿Eso? Sí, ya lo vi antes.

—¿Antes?

—Sí. La pantalla en negro. Ya estaba así cuando lo del tiroteo y todo eso. ¿Qué pasa? ¿Qué significa?

—No está en negro John. Mira aquí abajo.

—Es Smiley, le manda un saludo a Renasci —le confirmé.

Más tarde supe que mi buen amigo Smiley, gracias a mi mensaje había descubierto un rastro de Renasci y sus intenciones, y lo había seguido hasta La Fuente. Después de unir en la red a un grupo de sus antiguos amigos "élite", atacaron con todos sus recursos al sistema y lo hackearon silenciosamente. Logró introducir en el software de ANE unas sencillas instrucciones: cuando los drones llegasen a su punto de inicio del ataque, enfocarían sus armas los unos hacia los otros.

Smiley había esperado paciente una activación del sistema para mandar de vuelta un mensaje al origen donde se produjeran las órdenes.

En la pantalla había un mensaje un tanto críptico, pero no tuve duda de su autoría.

La cara de estupefacción de John me provocó más risa. No tenía ni idea de lo que yo estaba hablando, pero me abrazó y yo lo abracé a él. Todo había terminado, o al menos es lo que creí.

¡TE PILLÉ!

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5m|13Ψ\/

—FIN—

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