28. Proyecto ANE
En un momento, mil preguntas bombardearon mi cabeza. Grant me estaba describiendo a Renasci como algo absolutamente fuera de cualquier control gubernamental. Si todo aquello era mínimamente cierto, era evidente que el mundo civilizado corría un peligro inmenso.
—Pero... ¿cómo es eso posible? —me atreví a preguntar.
—Eso contesta otra de las preguntas que probablemente quiera conocer. Y es que ahí es donde tiene usted mucho que ver.
—¿Yo? ¡Pero si yo no he hecho nada! —protesté como una niña a la que la acusan de algo que no es cierto.
—Usted ha hecho mucho más de lo que imagina —me replicó Grant—. Si no me falla la memoria, actualmente está desarrollando, con bastante éxito por cierto —matizó—, el proyecto ANE, ¿Me equivoco?
—¡En absoluto se equivoca, y me siento muy orgullosa por ello! —me defendí.
—No es para menos, Charlotte. La tecnología que está usted desarrollando es maravillosa... y también una de las principales armas de Renasci.
—¡Pero eso no es posible! Mis drones están pensados y diseñados para mejorar el mundo; para ayudar, no para hacer cosas malas.
Grant me miró de nuevo con la cara con que un padre mira a su hija. Sin embargo, su cara de preocupación seguía siendo la misma.
—Charlotte, el proyecto Autonomous Navigation Equipement podría ser utilizado para bien. Pero tenga en cuenta que cualquier cosa que supone un gran avance para la ciencia, también supone un gran peligro. Solamente depende del enfoque que le den las personas que tengan acceso a la tecnología.
—Pero no es posible. No se si está al corriente de las aplicaciones de ANE pero si quiere se las puedo explicar...
—No se preocupe —me interrumpió—, hace años que estamos al corriente de ANE, de todo, incluso de lo que usted no sabe todavía. Tenemos los estudios, planos de los prototipos, informes técnicos... de hecho hemos desarrollado nuestros propios drones basándonos en sus cálculos. Hemos implementado la inteligencia artificial que está usted desarrollando, e incluso diría que la hemos mejorado en ciertos aspectos. De hecho ANE funciona ya a la perfección en nuestros prototipos. Conocíamos todos los detalles de su investigación y sus progresos hasta que el doctor Murakami falleció.
—¿Murakami? Según me dijo... Samson —pronuncié ese nombre con todo el desprecio que fui capaz—, el doctor era miembro de Renasci, ¿no?
—Así es. Era un valiosísimo miembro de Renasci y una inagotable fuente de información para nosotros —dijo Grant con pesar.
—¿Quiere decir que Murakami trabajaba para ustedes?
—Así es. Trabajaba para nosotros, nos mantenía informados del proyecto y de sus evoluciones. Ganó tiempo para nosotros introduciendo errores en los algoritmos del proyecto. Identificó a numerosos miembros de Renasci y nos puso tras la pista de otros.
—...hasta lo del accidente en su casa...—continué.
—En realidad, Charlotte, fue un asesinato.
—Comprendo... ¿Renasci?
—Así es. De algún modo Renasci comenzó a sospechar de la doble actividad de Murakami y se deshizo de él. Evidentemente, lo adornaron de accidente casero para no levantar sospechas. Un trabajo realizado por alguien muy profesional.
—Y ahí terminó el flujo de información, claro —todo cuadraba cada vez más, al menos aparentemente—. ¡Pero eso fue hace dos años!
—El flujo de información no fue lo único que terminó, Charlotte —los ojos de Julius Grant temblaron mientras me miraba—. Takuma Murakami había logrado infiltrar a dos de nuestros mejores agentes en distintos lugares críticos de la organización. El día que murió el doctor, el único canal de información que seguimos manteniendo era el de nuestros agentes.
—¿Y entonces? —todo aquello me superaba hacía tiempo, pero tenía que seguir escuchando, ya no había marcha atrás y Julius me lo había advertido. Ahora entendía por qué me había exigido máximo secreto sobre cualquier tema que hablásemos.
—Verá, uno de nuestros agentes encubiertos tenía por misión identificar a miembros de la organización, lo habíamos logrado colocar en lo que Renasci llama "La Sección". Se encargan de la captación de nuevos adeptos a la causa. Les llenan de parajitos la cabeza, aprovechan sus necesidades emocionales y les venden la felicidad eterna en un mundo feliz, al margen de cualquier forma de proceso de control de sus vidas, como el capitalismo o la religión. Mediante promesas vanas, reclutan guerreros dispuestos a cumplir sus planes.
—¿Y el otro agente? —la curiosidad comenzaba a apoderarse de mí de una forma insana.
—El otro agente realizaba labores de contrainteligencia para Renasci. Su misión era detectar posibles interferencias de la policía y los servicios secretos y a la vez informar a éstos, creando una pantalla lo suficientemente sólida y compleja como para mantenernos al margen de sus planes. En definitiva, su objetivo era "despistar" al enemigo natural de Renasci.
—Parece que lo tienen todo bajo control, señor... Julius —le dije con todo el sarcasmo que me permitía la situación.
—Eso es lo que hubiéramos querido, Charlotte. Pero como ya le digo, la muerte de Murakami nos dejó ciegos en cuanto al desarrollo de ANE.
—Y ahí es donde yo aparezco...
—Así es. Llevamos controlándola a distancia desde que trabaja para AESystems. Usted iba a darle continuidad a la labor de Murakami. En principio pensamos que no sería capaz de resolver los problemas que él había introducido en el sistema de navegación y especialmente en la red neuronal de control de los drones. Mientras eso fuese así, podíamos seguir alimentándonos de esperanza y trabajar con seguridad.
—Pero se equivocaron... ¿Cómo lo supieron? —mi pregunta era inquisitoria, pero no cambió ni lo más mínimo la actitud de Grant.
—Verá, señorita Charlotte... Llevamos dos años observándola, tratando de vincularla con Renasci. A causa de sus insólitos progresos, los últimos meses hemos controlando todas sus actividades, desde que se levanta hasta que se acuesta. Conocemos su vida mejor que usted misma. Su pasado y su presente.
—¿Que ustedes han hecho qué? —interrumpí al corpulento hombre que tenía enfrente.
—Y no sólo eso. También intervenimos sus comunicaciones. Nos hemos alimentado de su trabajo y de las innovaciones que ha proporcionado a ANE mejorando el sistema. Hace poco supimos que había vencido casi todos los fallos que introdujo Murakami en el proyecto. También conocimos la planificación del tiempo en el que tenía previsto finalizar sus investigaciones. Usted, inconscientemente, ha corrido mucho en nuestra contra.
—Insisto, yo no he hecho nada —protesté tímidamente.
—Lo sé, ahora lo sé. Pero lo que usted desconoce es que ANE forma parte de un proyecto mucho mayor. Quiero que comprenda el alcance de lo que está pasando y de cuál es su posición en todo esto...
Me explicó la organización mantenía diversos proyectos vitales de investigación y desarrollo separados entre sí. Uno de ellos era ANE. Autonomous Navigation Equipement, había sido creado por una de las empresas que controlaba Renasci para dar solución a los problemas de operatividad de su objetivo terrorista. Me contó que ANE suponía una amenaza de dimensiones colosales. El objetivo de Renasci era realzar una serie de atentados a nivel global contra infraestructuras vitales. Una de las misiones de los drones debía ser trasportar una tecnología de guerra electrónica que se estaba desarrollando en otro lugar. Otro de esos proyectos vitales.
—¿Guerra electrónica?
—Sí. ¿Ha escuchado alguna vez algo sobre Jibiny? —Grant observó mi cara de estupefacción y, al no obtener respuesta, continuó su explicación—. Jibiny es un sistema de guerra electrónica que utilizan los rusos desde hace algunos años. Con esa tecnología son capaces de cegar los sistemas electrónicos de cualquier aparato interrumpiendo su funcionamiento. Es como si pulsase un botón de apagado de cualquier circuito que emita algún tipo de onda en cualquier espectro de la frecuencia radioeléctrica. Dicho de otro modo, incapacitan temporalmente cualquier contramedida electrónica de defensa, como por ejemplo un escudo antimisiles o los complejos sistemas defensivos y de ataque de un destructor..., o los de un silo nuclear —se tomó un descanso para que asimilara lo que estaba diciéndome—. La guerra electrónica es el presente de los conflictos bélicos, señorita White.
Estaba atónita. No sabía qué decir. Trataba de hilar los contenidos, comprendía los conceptos, pero el bombardeo de información comenzaba a superarme.
—Hace tiempo —continuó Grant—, que las grandes potencias no juegan a las batallitas con soldaditos, sino con tecnología que pueda anular los sistemas del enemigo. Sabrá que ya en la guerra del Golfo, se utilizaron medidas de guerra electrónica para derrotar al ejército de Sadam Hussein, interceptando todas sus comunicaciones, cegando otras y dando instrucciones falsas a los batallones del dictador. Para los americanos fue un auténtico paseo y un bautizo de fuego para poner a prueba sus sistemas en contra de los tanques rusos de Sadam.
—Algo de eso había leído de eso en el Huffington Post... aunque no creo que esa sea la fuente más fiable de información del mundo —le dije con cierta ironía.
—Pues bien —dijo tras una breve pausa—, ahora imagine que un grupo de personas con el suficiente poder político, económico y tecnológico, dedica todos sus esfuerzos a llegar un paso más allá. Imagine que en lugar de inutilizar temporalmente las emisiones radioeléctricas, consiguen neutralizarlas definitivamente, es decir, fundir literalmente todos los circuitos.
—La edad de piedra...
—Así es. Pues bien Charlotte —dijo Julius Grant—. Renasci no solamente cuenta con la tecnología, sino que ha logrado miniaturizar los emisores. Ahora solamente necesita que el proyecto ANE se complete para cumplir con sus objetivos.
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¡Hola, hoy hay ración doble! Me siento generoso... Tanta tecnología me está provocando hambre ¿Que tal un sándwich de destrucción masiva?
¿Se van confirmando algunas sospechas?
¿Seguís pensando que los malos son los malos y los menos malos son buenos?
Mi muy especial agradecimiento a @DestinyOrPurpose por la recomendación musical "Believer" de Imagine Dragon's (como los Sandwiches de dragón, pero imaginarios) xD. Al escucharla releyendo el capítulo me ha provocado un montón de sensaciones de gran intensidad.
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