27. Los Renacidos
—Renasci..., ¿ha oído hablar alguna vez de Summa Omnium?
—Ni idea. Es latín, pero no se más. El latín no es mi fuerte —le expliqué.
—Empecemos por ahí entonces. Como sabrá, desde que el hombre es hombre, siempre han existido organizaciones secretas que pretendían controlar o transformar de una forma u otra, el mundo...
Me contó por encima la historia de los Rosacruces, una de las logias más antiguas de la historia, que pretendía transformar el mundo mediante prácticas ocultas. De sus entrañas se derivó después la masonería, los Illuminati o el Colegio Invisible, un grupo de filósofos de la naturaleza. Hablamos de los orígenes de la francmasonería londinense, primera logia de la masonería, cuyos ritos, costumbres e influencia, habían cambiado en diversas ocasiones el curso de la historia. Me explicó los orígenes del Club Bildelberg, sus miembros pertenecían a los más importantes estamentos de la alta sociedad y la política mundial y me explicó cómo sus reuniones anuales cambiaban el curso de los acontecimientos. También me habló de los fundamentos primordiales de los Sabios de Sion y la influencia que en su momento habían ejercido sobre Hitler, así como que todavía mantenían su impronta en las teorías antisemitas que impregnaban el mundo. Me contó sobre Skull & Bones, otra sociedad, está no tan secreta y fundada en la universidad de Yale, que contaba con prominentes personalidades de la política: expresidentes de EE.UU., líderes de la industria y distintos jefes de las agencias secretas norteamericanas.
Me explicó cómo unos y otros grupos habían influido de distinta manera en la vida de la gente. Desde colocar políticos electos de su propia conveniencia, hasta derrocar gobiernos. Desde limitar la producción de determinados productos básicos para forzar a los mercados económicos, hasta organizar guerras mundiales. Cada movimiento, cada acontecimiento casi de la historia de la humanidad, parecía que tenía un sentido oculto tras las decisiones de un privilegiado grupo de personas que se creían el centro del universo y la voz única del pueblo. Desde las sombras, eran capaces de ejercer tanta presión como para cambiar las cosas a un nivel global.
Cuando comenzó a hablarme de los caballeros templarios, le corté.
—Oiga, mire, no tengo tiempo para todas esas tonterías conspiranoicas. Parece mentira que alguien de su... posición —me costó definir—, crea en todas esas patrañas. No dudo que existan grupos de personas con el poder suficiente como para cambiar el mundo, pero de ahí a esos complots de alcance universal, creo que va una diferencia importante. Además, lo que quiero conocer es por qué estoy aquí realmente, no me interesan todas esas soberanas chorradas que me está contando. Si quiero saber de logias, leo un libro de Dan Brown, veo una película o pregunto a San Google y me entero mejor.
—Señorita Charlotte, puede usted creer lo que quiera, yo solamente le estoy poniendo en antecedentes. Necesito que sepa en qué terreno nos movemos porque, precisamente, Renasci es una degeneración de unas de esas organizaciones secretas de poder de las que le estoy hablando —se explicó Grant—. Tenga en cuenta, lo crea o no lo crea, que la gran orquesta de estas organizaciones, maneja los hilos del mundo.
—Y supongo que ahí es donde encaja lo de Summa Omnium, ¿no? —le pregunté escéptica.
—Así es. Summa Omnium, que en latín viene a significar "El total de todo", es una organización secreta del mismo estilo de las que le estaba contando. De hecho los orígenes de sus miembros son diversos. En resumen, le diré que Summa Omnium se creó al finalizar la Segunda Guerra Mundial por los líderes de las principales organizaciones secretas mundiales. Unió en una causa común a miembros de Rosacruces, masones de las distintas logias activas, atrajeron la atención de los Illuminati, el Rotary Club e incluso comenzó a recibir fondos de otras organizaciones de poder como La Iglesia de la Cienciología. Su objetivo era unificar el conocimiento del mundo e influir de tal forma que permitiese la perpetuación de la raza humana.
—Todo eso me suena a chino, señor Grant. ¿Puede ser más conciso?
—Lo intentaré. Verá usted, Summa Omnium se creó con el fin de garantizar que el hombre no acabara autodestruyéndose en una guerra. La unión de todo conocimiento de la ciencia y la paraciencia, así como todo el poder de la política, industria y la economía a través de sus principales representantes, debía ser el antídoto contra la estupidez del ser humano en la constante búsqueda de su autodestrucción —Grant me miraba con atención, seguramente vio mi cara de estupefacción y trató de resumir—. El caso es que en Summa Omnium militan los más prestigiosos científicos, humanistas, letrados, artistas, políticos... y las personas más ricas de la Tierra.
—Más de lo mismo... —le dije cansada mientras me servía otro vaso de zumo y atacaba a los canapés. Si aquello era una película, sin duda, tenía un argumento digno de un Oscar.
—Así es, hasta ahí parece más de lo mismo. El caso —continuó Julius—, es que hace ya muchos años, comenzaron a considerar que el ser humano estaba abocado al fracaso como especie y que la Tierra pronto dejaría de dar el fruto necesario para la conservación de la vida. Decidieron influir, desde la sombra pero con todo su poder, en el equilibro del estatus mundial. De este modo, comenzaron a activar distintos proyectos a nivel global. De ahí derivó el fin de la guerra fría y el paulatino desarme nuclear, las distintas iniciativas de conservación medioambientales, la investigación de fuentes alternativas de energía...
Grant hizo una breve pausa mientras se servía un vaso de agua. Después continuó con sus teorías conspiranoicas.
—Por ejemplo, consiguieron influir lo suficiente como para implantar medidas reales para revertir el cambio climático por el efecto invernadero de la capa de Ozono como la prohibición de determinados aerosoles, o poner los cimientos del protocolo de Kioto. Financiaron proyectos espaciales de investigación o dedicaron sus vidas al cuidado de especies animales y plantas cuya extinción estaba más que asegurada. A nivel político financiaron las campañas de algunos de los más importantes presidentes "del cambio" global, como el Presidente Obama.
—No parecen tan malos, ¿no?
—No, de hecho, nadie considera que sean malos, tal vez todo lo contrario —afirmó con seguridad—. El problema fue cuando un grupo de ellos comenzó a pensar que no se hacía lo suficiente, que pese a cualquier iniciativa, los líderes de la industria petroquímica y nuclear, jamás serían doblegados ya que siempre estarían dispuestos a pagar las multas o seguir comprando las patentes que fuesen necesarias para evitar avances más reales. Decidieron que el camino debía ser otro, más directo, más... contundente.
—¿Y eso es Renasci? —pregunté cansada.
—Así es. Esa facción de Summa Omnium comenzó a tratar de influir en el resto de la organización. Al principio lograron ciertos pequeños avances. Comenzaron, por ejemplo, a controlar la caza furtiva de animales en peligro de extinción a base de organizar pequeños grupos paramilitares que operaban con cierta libertad en países tercermundistas, eliminando redes completas de caza furtiva. Desarrollaron operaciones de sabotaje en Brasil contra la tala masiva de árboles en la cuenca del Amazonas. Arruinaron empresas, mataron gente que consideraban indeseable, pero pronto se dieron cuenta que conforme eliminaban una rama del problema, otra nueva nacía. Comenzaron a considerar que el alcance del problema era global y por lo tanto, la solución también debía ser global. Tenían que atacar a la raíz del asunto. Fue así como comenzaron a derrocar gobiernos para poner a su frente a las personas que ellos consideraron adecuadas y empezaron a financiar ciertas prácticas éticamente cuestionables. Su influencia política y económica estaba dando sus frutos, aunque demasiado despacio para su gusto.
—¿Y dónde se sitúa Renasci ahora mismo? —Las piezas empezaban a encajar. El puzzle comenzaba a tomar forma.
—Le diré que después del intento fallido de la mayoría de los miembros sensatos por aplacar los ánimos belicosos de esta minoría díscola, tomó forma Renasci. Se hicieron llamar "Los Renacidos", consideraron que eran los auténticos portadores de la verdad del concepto original de Summa Omnium y tomaron una decisión. Ellos serían los que harían resucitar al resto de la humanidad. Abandonaron el grupo y se establecieron por su cuenta en el más absoluto de los secretos. Desde entonces, han estado captando adeptos para una especie de ejército de salvación mundial. Para ello, hurgaron entre las organizaciones ecologistas y los movimientos sociales más radicales, los científicos más proclives a la causa, y las economías mundiales más propicias para sus planes. Hace unos años, decidieron cuál sería la forma de preservar la especie humana.
—¿Cuál? —no me atrevía a preguntar mucho más, aunque sabía que aquel hombre me lo iba a contar.
—Charlotte —Julius Grant me miraba con aire apesadumbrado—, Renasci significa renacer o resucitar y para volver a nacer, es necesario morir. Consideran que la humanidad debe morir para resurgir de sus cenizas. Renasci quiere acabar con la sociedad tal y como la conocemos.
—¿Y eso es...?
—Eso es obligar a la humanidad a retroceder a la edad de piedra.
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Querid@s lector@s. La trama se va desvelando. Ya sabemos algo más y creo que nos podemos hacer la idea de lo que Julius tiene todavía que desvelarle a Charlotte... ¿no es cierto?
Quiero hacer una especial dedicación de este capítulo a Triz-Beatriz y a cinthia2016. Ambas han orientado muy bien sus deducciones. No era demasiado difícil porque pistas había suficientes (creo) pero aun así creo que merece la pena una fiesta en su honor. Desde ya les pido disculpas a ella y a todos vosotros por estar haciendo siempre el lío y no reconocer nada por adelantado.
Se que otros lectores habrán pensado teorías similares. Algunos me han confesado que se las guardan para después confirmarlo (ya me conocen y saben que me gusta liarles). Otros seguramente habrían querido argumentar cosas pero no llegaron a tiempo...
Quiero deciros a todos que espero poder terminar esta novela en enero de 2017. Para ello voy a escribir todo lo que pueda a diario, pues todavía le queda mucho a la historia.
¡Os espero en el siguiente capítulo!
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