#4 Nunca debí salir afuera
Mi cuerpo era arrastrado siendo cubierto de un dolor insoportable, traté de mover mi cabeza para mirar en dirección a la cosa que estaba tirando de mi, a causa de la oscuridad, no logré ver nada, quería soltarme, el dolor en cualquier momento iba a hacer que me desmaye y si algo así ocurre en esta situación, es directamente mi muerte.
Logrando mover mi brazo derecho, agarré una de las púas de lo que atravesaba mi pectoral izquierdo y con todas mis fuerzas, o todas las que me quedaban, tiré de ella, lentamente fui torciéndola hasta que finalmente, se rompió.
Un quejido de dolor que podría compararse al de un cerdo salvaje se escuchó, acompañado de la detención del movimiento de la lengua, ya dejaron de jalar de mi, eso me tranquilizó un poco, el dolor había disminuido, pero justo cuando estaba por soltar la púa que había sacado, el tipo de tirón había cambiado, ahora jalaba hacía arriba.
Me había echo separarme del suelo, mi espalda había chocado contra el tronco de un árbol mientras mi cuerpo iba ascendiendo hacía las ramas del mismo, el dolor se había vuelto uno peor, ahora las púas se iban clavando en mi gracias al peso de mi cuerpo, mordí mis dientes con fuerza tratando de soportarlo para no gritar y lentamente, fui levantando la mirada para encontrarme de frente con el propietario de la lengua.
No podía ver el cuerpo completo del monstruo, pero su rostro era completamente oscuro, tenía tres orificios que parecían ser su nariz y una gran boca que parecida a la humana, solamente que abierta hasta asimilarse con la boca de un cocodrilo, era ciego o eso aparentaba, no habían cuencas en su rostro casi humano, su lengua que estaba atravesando mi pectoral izquierdo era de un color rojizo con las púas ya mencionadas, dos largas extremidades que eran las únicas que podía ver, brazos extremadamente finos con un acabado en una larga garra.
Sentí su mirada ciega y seguramente él sintió la mía, estaba algo paralizado, pero sabía que si no hacía nada iba a morir, por lo que, con la púa que había arrancado anteriormente, rápidamente la lleve al orificio izquierdo de lo que parecían ser su nariz, un fuerte quejido de dolor acompañado de algunas sacudidas por parte del monstruo pasaron, ya estaba prácticamente dentro de su boca, por lo que solo me quedaba clavar cada vez más adentro la púa que tenía mi mano.
En un movimiento en seco, el monstruo rompió la púa, quedando parte de esta dentro de su nariz, pero eso me hizo darme cuenta de algo, ya no tengo una forma de defenderme y tal como lo imaginé, sentí una fuerte mordida que perforó mi hombro y gran parte del pectoral izquierdo, solo me quedaba gritar en agonía, ya no tenía esperanzas alguna de salvarme, lentamente, sentí como la carne iba siendo separada de mis huesos.
Mi consciencia estaba desvaneciéndose, en cualquier momento iba a caer inconsciente, por lo que, usando las ya nulas fuerzas que me quedaban, golpee la pequeña parte de la púa que había quedado en la nariz del monstruo, un gran chillido sonó y posteriormente, mi cuerpo cayó al suelo, la ropa que tenía estaba casi desecha, cubierta de un líquido rojo que la teñía de aquel color rojizo.
A causa de la caída, ya no era capaz de soportar más la sensación, por lo que simplemente me desmayé sin poder pensar en nada más, me había liberado, pero era obvio que esa cosa no había muerto por una pequeña púa en la nariz y si por alguna razón lo espanté, aun estoy en medio de un bosque lleno de criaturas peligrosas que podrían matarme en un abrir y cerrar de ojos, solo me quedaba dejar todo a mi suerte...
. . . . .
. . . .
. . .
. .
.
Poco a poco fui recuperando la consciencia, mis ojos fueron abriéndose mientras mi torso se iba levantando, quedando así sentado en un lugar bastante cómodo, se sentía como un colchón muy suave, una de mis manos se posó sobre mi frente, tenía un leve dolor, pero nada importante que destacar mucho.
Bajando la mirada, terminé por encontrarme justo con lo que pensé que era, un colchón, un gran suspiro de cansancio salió de mi boca llegando a mi mente aquellas palabras que lograban tranquilizarme 'Fue todo un sueño..'
"Finalmente despiertas.." una voz masculina que era fácil de reconocer se escuchó desde la puerta de la habitación, rápidamente mi mirada se posó sobre aquella figura paterna que me tragar saliva de forma inconsciente.
"Hola papá.. ¿buen día?" dije con nerviosismo, ¿por qué? no tenía ni la menor idea, pero su mirada fija, fría y con un sutil enojo me hizo entrar lentamente en pánico, sintiendo como mi corazón se aceleraba cada vez más.
"Si, buen día... Valvar, te haré una pregunta y espero que me la respondas con sinceridad" padre dándole un leve golpe a la pared, empezó a acercarse con aquella expresión que solamente me hizo sentir miedo.
"D-De acuerdo.." dije tartamudeando un poco, el silencio apareció, en la habitación solamente se escuchaban los pasos descalzos de padre en la madera que hacía de suelo, hasta que finalmente, se encontraba delante mio, acercando su rostro hasta estar entrando a mi espacio personal, mirándome a los ojos con frialdad.
"Hoy empezarás a entrenar conmigo, ¿estás preparado para eso?" calmando el tono serio, padre hablo con tranquilidad apartándose de mi espacio personal y dejándome completamente confundido, ¿no iba a regañarme por lo de anoche? aunque pensándolo un poco, quizás es mejor de esta forma en lugar de recibir doble paliza.
"Veo en tu expresión que lo has deducido, no te regaño ni mucho menos te castigo, porque el estado en el que te encontramos anoche era deplorable... niño salvaje.. casi mueres por esa estupidez a pesar de todas las veces que te dije que la noche es peligrosa, tienes suerte de que justo cuando estaban por matarte unos de los tres vigilantes te salvó, aunque por desgracia... fue ella..." padre paso de tener una expresión seria a una mas tranquila y luego a una de desagrado, no sé que esta pasando por su mente, pero en la mía tengo varias cosas claras... ¡¿En qué mierda estaba pensando?!, ¡¿desde cuándo sientes el dolor de los sueños?! y lo mas importante, ¿por qué padre parece tan disgustado? es como si hubiera comido un sándwich de mayonesa podrida.
"En fin, arréglate un poco y ponte solo unos pantalones, te estaré esperando afuera, aun tengo que hablar con una persona..." luego de dichas palabras, padre se fue de la habitación no sin antes soltar un suspiro de cansancio, golpeando la puerta con algo de fuerza al salir.
"Entonces... me salvé de un regaño a nivel demoniaco... adoro mi suerte, no, la amo..." dije para mi mismo, poniéndome de pie notando como todo mi cuerpo estaba como nuevo, realmente es increíble, podría jurar que cualquier persona normal moriría por heridas menos letales que las que sufrí y luego en su recuperación al menos serían meses, y aquí estoy, completamente como nuevo, pareciendo que nada de lo de anoche haya ocurrido...
En mi mente, mientras pensaba sobre esto llegó una palabra que era capaz de describir lo que acababa de pasar.. ''Irreal...'
La puerta de mi habitación se abrió de golpe, encontrándome así con el ser más temible para alguien de mi edad, su silueta femenina gentil, acompañado
Unos cuantos minutos habían pasado, ya estaba vestido con solo unos pantalones "cortos", realmente casi parecen pantalones largos, pero se entiende, ya me encontraba de pie a punto de abrir la puerta principal de la casa.
Con mi mano en el pomo, dí un pequeño movimiento de muñeca y luego empujé, abriendo así la puerta y escuchando con claridad a padre hablar con un tono de enojo.
"No hace falta que lo digas, sabes como son los niños.." dijo con aquel tono de enojo, haciendo que me quedara quieto atrás de la puerta escuchando la conversación.
"Claro, si fuera un demonio cualquier lo aceptaría, pero estamos hablando de un demonio de un solo cuerno que es capaz de soportar su energía, aparte que también es tu hijo, ¿crees que sería cualquier cosa si muriera?" habló una voz femenina un poco grave, haciéndome acordar de algunas palabras de padre sobre los demonios de un cuerno.
"Él no es un arma Greya, es un demonio común que tendrá una vida normal, no voy a permitir que tu ni nadie lo haga hacer algo que no quiere" padre en un tono más agresivo habló, lentamente fui escurriendome por la puerta hasta asomar mi ojo izquierdo, viendo así a padre cruzado de brazos frente a una mujer.
La mujer tenía un aspecto un tanto intimidante en cuanto a ropa, era algo alta, probablemente un metro setenta, un rostro no tan fino, tenía unos rasgos de una guerrera con cicatrices en una de sus mejillas, su complexión era entre delgada a una robusta con cicatrices en los brazos, una ropa que pareciera ser de alguien que pertenece a una banda criminal de los suburbios, por último llevaba un largo arco en la espalda junto con un carcaj colgando de la cintura.
Pude notar como la mujer me miró, arrugando el ceño para regresar la mirada a padre, lo primero que se me vino a la mente cuando la vi fue '¿Una demonio guerrera?' claro, con eso aspecto cualquiera creería lo mismo, hasta que recuerdas la maldición que tienen las mujeres demonio, no tendría sentido que haya una demonio guerrera.
Lentamente me acerqué hasta estar atrás de padre, deteniendo su conversación ahora con ambos mirándome, lo cual me dio la oportunidad de hablar al haber algo de silencio.
"Disculpa.. ¿usted es una guerrera? creí que las demonios no pueden luchar." dije con un claro tono de pregunta, padre miró a la mujer y posteriormente apartó la mirada, como si le estuviera dando la posibilidad de hablar, ella por su parte se puso de rodillas estando a una altura parecida a la mía pero siendo un poco más baja.
"Soy una guerrera, pero no en el estilo que piensas, soy una curandera a las lejanías, como un mago, solo que usando flechas" a diferencia de como me lo esperaba, la mujer sonó bastante amigable, lo cual me hizo querer hacer otra pregunta, pero viendo que se ponía nuevamente de pie, comenzó a apartarse de mi antes de alejarse, no sin antes dar unas últimas palabras de despedida.
"Piénsalo Dal, ese niño tiene un futuro bastante prometedor" dijo con lo que aparentaba una sonrisa en su rostro, algo que me dejó un poco confundido y más al ver la expresión preocupada de padre, quien parecía ser el más afectado por lo que acaba de suceder.
Acercandome a la pierna de padre, agarré un poco de su ropa para hacer leves tirones que parecieron sacarlo de lo que estaba pensando, mirándome por unos segundos antes de volver a su común expresión de orgullo
"Bien Valvar, hoy mismo empezaremos tus lecciones de esgrima, luego lecciones de lanza, arco, mandoble, hacha, látigo, cuerda, cuchillas y la más importante y favorita de padre, el bastón" padre quien retomó sus ánimos de un instante a otro nombrando una gran cantidad de armas que al escucharlas me hizo empezar a dudar de si realmente quería aprender a usar un arma, pero que por la expresión de padre, no parecía que tuviera otra opción que tomar, solamente me quedaba aceptar la cantidad inhumana de armas que tenía que aprender a utilizar..
"De acuerdo... pero ¿tendré que aprender a usar todas esas armas? ¿no puedo especializarme solo con una? si hago eso, no podrán ganarme faci-" en medio de mi.. ¿súplica? fui detenido por una cachetada de padre que me dejó paralizado unos segundos antes de sobar mi mejilla izquierda con ambas manos.
"Idiota, vas a aprender a usar todas esas armas a un nivel medio, luego de ahí tu elegirás en que arma especializarte, una vez decidas eso, tendrás que llevar ese nivel a un nivel experto, pero no podrás elegir un arma hasta no tener un buen nivel con todas las que hay" padre quien mientras iba hablando, me tomó de una de mis orejas para posteriormente, tirar de ella caminando, prácticamente arrastrándome mientras leves lágrimas aparecían en mis ojos por el dolor.
"¡Entiendo padre! ¡ya entendí, por favor suelta mi oreja!" dije un poco desesperado por soltarme, realmente era doloroso, no tanto como lo de anoche, pero era suficiente para hacerme soltar leves lágrimas, aunque la respuesta de padre fue algo que me dejó algo helado.
"Veamos si de esta forma aprendes a no salir de noche.." hablando en un tono frío, siguió caminando arrastrándome a un lado de él, no tenía claro hacía donde íbamos, pero a donde sea que vayamos, quería llegar de una vez por todas.
Varios minutos que se me hicieron eternos habían pasado, fui arrastrado de la oreja por probablemente medio pueblo, fue un dolor que aún perdura a pesar de que padre ya me había soltado, había caído al suelo sobando mi con una mano mientras que la otra la use de apoyo para ponerme de pie.
El lugar donde me había llevado padre era parecido a un edificio bajo tierra, la entrada era una simple tabla en el suelo, luego unas escaleras que desacomodaron un poco mí espalda y por último, una gran zona que podría ser comparado con un coliseo, un lugar amplio y con mucho espacio a pesar de estar bajo tierra, era impresionante, lo más increíble es que habían otros niños de mi edad o incluso mayores acompañados con sus padre.
Todos entrenando aparentemente, cada uno con armas diferentes con algunas excepciones, espadas, cuchillos, arcos, hachas, etc.. ver a los niños con experiencia luchar con sus padres en pequeños combates rápidos era increíble.
"Aquí es donde vendremos y entrenaremos todo el día, todos los días y hasta a veces toda la noche.. excepto los días que trabajo, esos días vendrás solo y entrenaras con un viejo amigo mío.. y hablando de él.." mientras padre hablaba, yo no aparte la mirada de los demás en el lugar, hasta sentir la mano de padre agarrar mi cabeza con algo de fuerza y forzandome a mirar en una dirección concreta.
"Vaya si es el pequeño Dal Dali Dalan, ¿qué te trae por aquí?" Un demonio de aspecto robusto y alto, con unos ojos negros acompañados del mismo color de cabello, llevaba una pequeña armadura ligera en su hombro derecho mientras el torso lo tenía completamente al descubierto, prácticamente presumiendo su fornido cuerpo, en la parte inferior llevaba una espada ligera colgando de su cintura, unos pantalones largos apretados de un color bordo bastante oscuro, en los pies como era de esperarse, nada,
"Ya sabes porque vengo aquí.." dijo padre en un tono como si se estuviera reteniendo a si mismo.
"Oh cierto, adelantaste la fecha si no estoy mal, hoy vienes a enseñarle a tu hijo la cruda realidad de los niños demonios, ¿ver-" como si se hubiera atragantado con algo al verme, mostró impresión mientras se colocaba la mano derecha en el cuello pareciendo intentar desatar un nudo que tenía.
"Si, tal y como lo ves, mi hijo es un demonio de un cuerno, sabes lo raros y codiciados que son.. por eso necesito enseñarle a luchar lo más pronto posible, dime que me ayudaras, Boluk" dijo padre empezando a hacerme sentir diferente, sabía que los demonios de un cuerno eran raros, pero saber que son codiciados.. es un cambio a la forma en la que me siento visto.
"Ahg-.. Dali, seré sincero, tu hijo no aparenta una edad mayor a dos años de edad, a esa edad cualquier demonio moriría o enloquecería si intenta soportar el tipo de entrenamiento que damos, ¿estás completamente seguro de que quieres arriesgar la sanidad mental de tu hijo?" dijo el joven caminando hasta estar delante mio, mirándome con desagrado y con poca estima, algo que me hacía querer demostrarle de lo que era capaz, soy un adulto en la mente de un joven... aunque mi mente no es muy madura...
"Solo cállate y escucha Boluk, los reales saben de la existencia de mi hijo, si ellos llegan a querer llevárselo para entrenarlos ellos mismo, no sobrevivirá, quiero entrenarlo yo mismo hasta los cinco años y.. probablemente ganarme el odio de mi mujer, pero, si es por mi hijo y asegurar su futuro, no tengo ningún problema de ello, ¿entiendes? si lo entiendes, ve y trae las armas" padre hablando de forma determinada, hizo retroceder al joven que solamente mostraba inconformidad, hasta soltar una leve risa acompañada de un suspiro.
"Siempre fuiste así, preocupándote más de lo que deberías, probablemente una vez lo entrenes, se lo llevaran para torturarlo con su tipo de entrenamiento, espero que tengas un buen plan de apoyo.." una vez dichas las palabras, el joven se marchó en dirección hacia una puerta que estaba al otro lado de lo que parecía el coliseo, solamente quedaba esperar a que regresara.
"Padre, ¿qué tienes planeado hacer? ¿quienes son los reales? ¿por qué te ganarías el odio de madre? ¿qué sucede?" queriendo aprovechar el momento de espera para aclarar mis dudas, las cuales eran bastantes, tomé a padre de sus pantalones empezando a hacer mi lluvia de preguntas con tranquilidad, solamente quería que me diera algunas respuestas, pero siendo típico de padre, no respondió ninguna, simplemente... estuvimos en silencio por diez minutos...
"Valvar, escúchame, tu madre te empezara a enseñar a escribir y leer en el idioma de los humanos de aquí a cuatro años, mientras que también estarás entrenando conmigo, a los cinco años tendrás tu primer cumpleaños y a esa edad, tienes que estar preparado, ¿puedes prometerme que estarás listo?" padre se escuchaba bastante serio, pareciera que fuera una promesa que le harías a alguien que estaba por despedirse, lo cual me hizo mover la cabeza de forma inerte hacía arriba y abajo, asintiendo a sus palabras, lo que le hizo mostrar una sonrisa.
"Dali, aquí estás las espadas, yo me apartaré y por favor, sé un poco gentil con tu hijo.." el joven de nombre Boluk dejó dos espadas que parecían mostrar una textura huesuda, a simple vista uno no la vería como una espada de madera, literalmente parecían huesos afilados.
Padre me miró de reojo tirándome una espada la cual tomé con ambas manos y la coloqué delante mio, así poder contemplar de forma detallada la arma y efectivamente, eran huesos, una artesanía que nunca había visto antes, armas afiladas de huesos... momento... ¿por qué esta tan afilado?
"¡Aquí voy Valvar!" las palabras de padre sonaron con fuerza, lo cual me hizo levantar la mirada hacía él soltando un pequeño '¿eh?' de forma inconsciente, pude escuchar el sonido de la espada cortando el aire, pero, padre tenía el arma como si acabara de cortarme la cabeza, pasó de un lado a otro, no entendía que había ocurrido, ¿atacó?
"Que malos reflejos.." dijo padre y pocos segundos después, dejé de sentir mi cuerpo y caí de rodillas, posteriormente, sentí un increíble ardor en todo mi cuello, no era capaz de hablar ni de gritar, pude sentir como mi rostro cayó al suelo y ahí me encontraba, viendo mi cuerpo caer hacía atrás, apareciendo en mi cabeza unas palabras mientras mis ojos se cerraban, '¿me acaba de matar mi padre..?'
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top