Brian

Brian

El psicólogo había sido un matón para mis sentimientos y para lo mucho que yo creí que había sido cierto, había sido atravesado por una bala y las mentiras salieron disparadas, solo queda el vacío de la verdad, oscuridad y silenciosa. La impresión dispara a todos lados, como si toda mi vida pasara por mi cabeza y tan solo me estuviera ahogando en mi propia sangre. La psicóloga seguía hablando y mirándome con sus lentes, ya no la escuchaba. Todo me daba vueltas y fue cuando salí del bucle y escuché un ruido chillón e irritante.

- ¿Qué sientes por Jace? - Preguntó él mientras sigue anotando con sus lentes redondos de metal. Aún no recuerdo como entre al consultorio de la psicóloga. Ella solo me sonríe y fue cuando me di cuenta de que estaba en un sofá sentado, de color caoba, la oficina era pequeña.

La psicóloga era morena de cabello crespo, ojos caídos y cejas pobladas, mantenía esa sonrisa peculiar que embellecía su rostro, traía pestañas postizas, no tenía ni una gota de maquillaje, quizás corrector de ojeras para variar. Era alta, esbelta y quizás en su adolescencia fue una bailarina. - ¿Sí, quieres terminamos? - Me preguntó por última vez, me encontré atrapado en mis pensamientos - estaba en otra galaxia.

Terminamos la consulta y ella me hablaba de la siguiente sesión, pero quizás no tendremos tal cosa. Cuando salí del consultorio revise el mensaje de Jace y mi corazón se encogió, me sentí mal. Regrese con la psicóloga que aún estaba en su consultorio. ¡Tock, tock!

Abrí y ella se levanta sorprendida y me dice que pase.

- ¿Qué hago? Él me escribe y siento que esto aún no tiene sentido, no creo que termine bien - Digo desesperado y ella sonríe.

- Si no quieres hacerle daño, ni a ti respóndele y dile lo que sientes - ella sigue manejando sus papeles - Creo que ambos deben hablar, ambos merecen ser sinceros.

Me mira y se levanta de su escritorio, me abraza fuertemente. Y nos despedimos.

- Has un viaje, lejos y mándale un mensaje que haga lo que tenga que hacer para poner en orden su vida y que luego te busqué - Dice ella antes de qué abra la puerta - ambos necesitan aclarar sus ideas, ambos necesitan tiempo para calmarse - me aconseja.

Las cosas así nunca mejorarían ¿Pero un viaje? Necesitaba aclarar todo con Jace, pero quizás era lo mejor, pensar mejor las cosas y darnos cuentas que nos necesitábamos. Cuándo llegue a la casa mi madre me esperaba con un hombre de mediana edad, alto y algo canoso, estaba vestido con un traje azul marino y corbata gris.

Mamá me mira y sonríe, me abraza en lo que me ve y me agarra de las manos acercándome a este hombre.

- Brian, quisiera presentarte a mi nuevo novio Ramón - Él me acerca su mano para poder estrecharlas y me acerqué para darle un abrazo también.

- Mucho gustó - Dice él sonriendo.

- Me alegra que estén juntos, los felicito - Es lo poco que pude decir.

- ¿Estás bien? - Preguntó mamá

- Solo necesito descansar, los dejaré solo y me disculpan - Digo y ellos asienten.

La cabeza me dolía, todo lo que pude hacer fue irme a mi habitación para reposar un rato. Cuando me di cuenta era ya de noche, la luna se asomaba por mi ventana. Y todo lo que podía hacer era sumergirme en las sábanas, aplastarme la cabeza con la almohada.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah! - Grite ahogando mi voz con la almohada.

Revise el teléfono y supe que podía ser tarde para responder 11; 00 p.m.

"Jace, sé que es tarde y espero estés bien, Pero lo mejor es que nos olvidemos de todo.  Resuelve lo que tenías pendiente, yo estaré afuera de la ciudad un tiempo... ¿Cuánto tiempo será? No lo sé, pero no te preocupes, resuelve tu vida."

El mensaje lo envié y apagué el teléfono, supuse que no lo leería hasta que amaneciera. Respire profundo y llore de la impotencia, llame a la primera agencia de viajes para irme lejos, un vuelo a un lugar que nadie conozca, que yo desconozca y no le diré a nadie a dónde me iré.

Me quedé dormido y lo primero que vi fue a mi mamá mirándome con una taza de café en manos, abriendo las persianas de la ventana y se sienta al frente del espejo y con su pijama morada y cabello peinado.

- ¿Qué fue lo que pasó? - Me preguntó sería.

Le expliqué lo del viaje y que no debía comentarlo con nadie más. Su semblante cambió y reporto lo de las llamadas del señor Bloom - se me había olvidado - aún la pesadilla no había pasado, todo eso me seguía persiguiendo y trate de bloquear mis preocupaciones y lo ignore.

- Te dejaré a cargo todo este tiempo que estaré afuera - le digo despertándome y esperándome - Del resto, no sabes de mi paradero - siempre podía confiar en mama y ahora que no estaba dependiente de papá, no tenía de que preocuparme.

Mi teléfono estaba apagado el vuelo saldría en la tarde, alrededor de las 04:30 p.m para terminar de doblar todo en mi maleta y terminar de repartir obligaciones mientras no estaba. No podría preocuparme, en la escuela no me extrañarían y llegué a un acuerdo con el director de poder seguir desde casa.

No había revisado el vuelo que compré, pero supongo que era algún lugar lejos y fuera de todo esto que me mata por dentro.

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