9
Jungkook lleva al chico hasta su celda.
—¡Sal de aquí! —le dice al compañero de Jimin al llegar, quien hasta ese momento dormía plácidamente.
—¿Qué harás conmigo, Jeon?
—Ese es el problema, no sé qué hacer contigo. A veces siento que me estás tomando el pelo.
—No es así, Jeon. ¿Por qué piensas eso?
—Porque tú te atreves a decirme cosas que nadie más me dice. Ni siquiera Namjoom que es mi hombre de confianza, se toma las atribuciones que tú te has tomado conmigo. Siento que no me respetas como los demás, pero también me sorprende que seas tan atrevido.
—Sí, te respeto Jeon. Claro que lo hago. Y también... yo...
—¿También qué?
—Me das miedo. Pienso que podrías hacerme algo muy malo.
—¿Y qué crees que podría hacerte?
—Matarme.
—Jamás te haría eso, Jimin. No eres mi enemigo. Además, ¿qué ganaría haciendo eso? No quiero ganarme más días en la celda de castigo.
—¿Por qué te enviaron la última vez?
—Por romperle el brazo a un maldito espía de Baekho. Cuando tú llegaste, yo estaba castigado.
—¿Entonces por eso cuando saliste del castigo me ayudaste?, ¿quisiste vengarte de Baekho?
—Sí, pero también quería ayudarte. Te veías como un pollo en apuros.
—Jeon, deja de llamarme pollo, por favor.
Jungkook ríe a carcajadas.
—Es un apodo bastante gracioso, no entiendo por qué no te gusta. ¿Prefieres que te llame Park?
—¡No! Odio que me llames así. Cuando me llamas por mi apellido es porque realmente estás enojado conmigo. Cuando era niño, mi padre hacía lo mismo.
—¿Entonces te recuerdo a tu padre?
—No realmente. Él ...él me odia. Y creo que tú no. Al menos no por ahora.
—¿Por qué crees que te odia?
—Desde que murió mi madre, él me abandonó por completo. Es como si hubiese olvidado que yo existo. Lo único que recibo, o mejor dicho, recibía de él era dinero. Ni siquiera fue capaz de ir a la corte cuando me condenaron, tampoco ha venido a visitarme desde que estoy aquí.
—¿Tu madre murió hace muchos años?
—Hace siete años —le dice apesadumbrado. —¿Tus padres te visitan, Jeon?
—Um, no. Ellos... tampoco me visitan —Jeon se muestra sorprendido con la pregunta.
—Um, ¿Jeon...?
—¿Sí, Jimin?
—¿Te puedo preguntar algo?
—Si te digo que no puedes, de todas maneras lo harás, así que, adelante. ¿Qué quieres saber?
—¿Cuánto tiempo llevas en prisión?
—Dos años.
—¿Y cuánto tiempo más debes estar?
—Mucho tiempo más. ¿Y tú, Jimin? ¿Por qué estás aquí?
—¿Yo? Eh, me encerraron por posesión y tráfico de drogas.
—¿Solo eso?
—Sí.
—Pero ésta es una prisión de alta seguridad. Todos los que estamos acá hemos cometido crímenes muy graves. Asesinatos, violaciones y hasta secuestros. Aunque creo que traficar drogas también es considerado un delito grave, no lo sé realmente.
—Yo tampoco lo entiendo. Supongo que tuve un mal abogado.
—¿Y desde cuándo consumes?
—¿Ah?
—¿Desde cuándo consumes drogas?
—Yo no consumo drogas, ni tampoco las trafico. Yo soy inocente Jeon. La droga que encontraron en mi auto me la dio... alguien —Jimin cree que no es buena idea que Jeon sepa que le gustan los hombres.
—¿Quién?
—Un... amigo.
Sé que no es una buena idea mentirle a Jeon, pero no me queda otra opción.
—Vaya, qué amigo —le comenta Jeon alzando ambas cejas.
El chico baja la cabeza ante la intensa mirada de Jeon.
—¿Jimin?
—¿Sí, Jeon?
—Debemos decidir cuál será tu castigo.
Ay no. Creí que había desistido de esa idea.
—Jeon, sé que estás decepcionado de mí y que crees que soy un debilucho, pero te suplico que no me dejes a mi suerte. Si me sacas del grupo, me matarán. ¡Dame otra misión! Pero que no sea lastimar a nadie.
Jeon escucha atentamente el relato de su joven soldado.
—O si piensas que merezco un castigo lo recibiré, —continúa su hablando —aunque si quieres que Namjoon me dé una paliza, te aseguro que no sobreviviré.
Jeon asiente con la cabeza mientras observa al chico que está con una expresión particular.
—¿Ya no estás molesto, Jeon?
—Sí, claro que lo estoy.
—Por un momento, pensé que me perdonarías.
—Te perdoné Park. No te envié de vuelta con Baekho.
—Bueno, gracias por eso.
Jeon suelta una carcajada.
—De nada —continúa riendo.
—Jeon... —el chico hace una pausa antes de hablar. —¿Qué pasará con Baekhyun?
—Quién sabe lo que pasará. Lo único que yo sé es que ese ya no es mi problema.
—Seguramente buscará la protección de alguien más.
—Irá con Baekho.
—¡¿Con Baekho?! —pregunta Jimin con espanto en su rostro.
—Él es el único que podría aceptarlo. Además, Baekhyun le puede ofrecer lo que él está buscando.
—Lo que quiso obtener de mí, ¿cierto?
—Exacto.
—Y Baekhyun le puede dar a él, lo que te daba a ti.
Jeon entrecierra sus ojos y se produce un incómodo silencio. Jimin baja la mirada, sabe bien que ha dicho algo inapropiado y no olvida que Jeon es una especie de jefe para él. Más bien, es su dueño.
—Jeon, yo...
—Tienes razón, Baekhyun es bueno en eso.
El azabache se siente muy incómodo con la confesión de Jeon y evade el contacto visual con él.
—Supongo que tendré que buscar alguien más para que cubra ese puesto —le dice sonriente.
—Oh... —le musita tímidamente el azabache. —¿Antes de Baekhyun hubo alguien más?
—Qué curioso estás hoy.
—Lo siento, estoy siendo entrometido.
No obstante el comentario anterior, Jeon responde la pregunta del chico.
—Al poco tiempo de haber llegado, conocí a Baekhyun y no he estado con ningún otro recluso desde entonces.
—¿Te enamoraste de él?
—Claro que no. Baekhyun siempre fue una molestia, pero tiene un lindo trasero.
—He visto mejores —Jimin deja salir un inesperado comentario, que desata las carcajadas de Jeon.
—¡Es verdad! —insiste el chico.
—¿Te refieres a que has visto mejores traseros masculinos?
—¡Seguro!
—¿Jimin, eres gay?
—¿Ah? —dice con un hilo de aliento.
¡Mierda! Si sabe que soy gay, va a querer que yo sea su...
—¿Jimin? —Jeon interrumpe los pensamientos del chico.
—¿Ah? —exclama petrificado.
—Te pregunté si eres gay —lo cuestiona nuevamente. Esta vez con una ceja levantada.
No puedo mentirte, Jeon. ¡Carajo!
—Sí. Soy gay.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top