35
En el corazón de las verdes colinas galesas se alza un imponente castillo, envuelto en un misterio ancestral que parece impregnar cada rincón de sus centenarias paredes de piedra. Hoy el castillo cobra vida con la preparación de la boda.
—¡Jimin, estás radiante! —exclama el padre de Jimin mientras le ayuda a ajustar su corbata. —Estoy emocionado por ti, hijo.
Jimin sonríe con gratitud mientras observa su reflejo en el espejo.
—Gracias, papá. Este es el día que siempre soñé.
Mientras tanto, en otra habitación del castillo, Jungkook se encuentra nervioso, pero emocionado mientras se coloca la corbata.
—¿Estás listo? —le pregunta amigo y padrino Jin.
Jungkook asiente, tratando de ocultar los nervios que lo invaden.
—Sí, estoy listo. No puedo esperar para ver a Jimin caminar hacia mí.
El castillo, con su arquitectura imponente y sus rincones secretos, crea el escenario perfecto para una boda que promete ser inolvidable. Los invitados, reunidos en el gran salón, aguardan con expectación el inicio de la ceremonia, sin imaginar lo que les depara.
La ceremonia comienza con la suave melodía de un violín, interpretando la marcha nupcial de Felix Mendelssohn.
Jungkook, elegante en su traje oscuro, espera con los ojos llenos de admiración y amor mientras ve a su futuro esposo acercarse hacia él. Cada paso que Jimin da parece llevarlo más cerca de su destino, más cerca del hombre que ha robado su corazón y que promete protegerlo por el resto de sus días.
A medida que Jimin llega al altar, un silencio reverente desciende sobre el salón, como si el mundo entero contuviera la respiración para presenciar este momento sagrado. El oficiante, con solemnidad y reverencia, comienza la ceremonia, pronunciando palabras de amor y compromiso que hacen eco en los corazones de todos los presentes.
Los novios se toman de las manos, sus miradas se encuentran en un vínculo que trasciende las palabras. El mundo entero parece desvanecerse a su alrededor, dejando solo espacio para ellos dos, para su amor y su promesa de estar juntos en las alegrías y las penas que la vida les deparara.
—Estás hermoso, Jimin —murmura Jungkook mientras se toman de las manos frente al altar.
—Y tú estás guapísimo —responde Jimin con una sonrisa resplandeciente —No puedo esperar para llamarte esposo.
Con una voz suave, pero firme, el oficiante inicia la ceremonia. Sus palabras llenan cada rincón del espacio sagrado del salón con un aura de solemnidad y amor.
—Queridos amigos y familiares, hoy nos reunimos aquí para celebrar el amor y la unión de Jimin y Jungkook. Este día marca el comienzo de una nueva etapa en sus vidas, un capítulo lleno de promesas y esperanzas.
Los invitados escuchan en silencio, sus corazones llenos de emoción mientras el oficiante continúa con su discurso.
—En este lugar lleno de historia y magia, estamos reunidos para presenciar el compromiso de dos almas que se han encontrado en el camino de la vida. Que este momento nos recuerde la belleza y el poder del amor verdadero.
Con cada palabra, el oficiante teje un hilo invisible que une a Jimin y Jungkook en un lazo aún más fuerte. Su discurso es una invitación a todos los presentes para ser testigos y partícipes de este momento único y especial.
Y así, con la bendición del oficiante, da por iniciada oficialmente la ceremonia de la boda, uniendo sus destinos en un pacto de amor eterno ante los ojos de Dios y de aquellos que los aman.
Jimin se toma un momento para reunir todo el amor que siente por Jungkook, dejando que cada palabra brote desde lo más profundo de su corazón.
—Jungkook —comienza, su voz suave, pero llena de determinación —cuando te conocí, supe que mi vida cambiaría para siempre. Cada momento a tu lado ha sido un regalo, una bendición que nunca dejaré de agradecer. Has sido mi roca en los momentos más oscuros, mi luz en los días más difíciles. En ti he encontrado no solo a mi compañero, sino también a mi mejor amigo, mi confidente y mi amor eterno.
Las lágrimas de emoción brillan en los ojos de Jimin mientras continúa expresando sus votos.
—Prometo amarte con todo mi ser, con cada fibra de mi ser, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Prometo estar a tu lado en cada paso del camino, celebrando tus triunfos como si fueran propios y compartiendo tus cargas cuando el camino se torne difícil. Prometo ser tu apoyo inquebrantable, tu refugio seguro en la tormenta, y siempre, siempre tu compañera fiel. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y mi mayor deseo es pasar el resto de mi vida demostrándotelo día tras día.
Jungkook escucha cada palabra de Jimin con un nudo en la garganta y el corazón rebosante de amor. Cuando llega su turno de hablar, toma la mano de Jimin con ternura, su mirada fija en la suya con una devoción sin igual.
—Jimin —comienza, su voz vibrando con emoción contenida —desde el momento en que te vi, supe que eras la persona que había estado esperando toda mi vida. Tu amor ha sido mi más grande fortaleza, tu risa la melodía que alegra mis días y tus ojos, el faro que guía mi camino. Prometo cuidarte y protegerte con todo lo que soy, honrarte y respetarte en cada acción y en cada palabra. Prometo ser tu roca en tiempos de tormenta, tu consuelo en la adversidad y tu alegría en los momentos de felicidad. Quiero ser tu compañero en la aventura de la vida, celebrando nuestros triunfos juntos y enfrentando nuestros desafíos con coraje y determinación. Te amo más de lo que puedo expresar con palabras, y mi mayor deseo es pasar cada día de mi vida haciéndote feliz.
En medio del silencio sagrado del salón, las promesas de amor de Jimin y Jungkook resuenan como un eco eterno, uniendo sus corazones en un lazo indestructible. Y mientras intercambian los anillos y sellan el momento con un dulce beso, el salón se llena de aplausos y de lágrimas de alegría, celebrando el amor que ha unido a estas dos almas para siempre.
Tras la ceremonia, los recién casados y sus invitados se dirigen al patio interior del castillo, donde largas mesas están dispuestas para el banquete. La comida y la bebida fluyen mientras todos celebraban el amor y la unión de los esposos.
—¡Brindemos por los novios! —exclama el padrino, levantando su copa.
La noche transcurre entre risas y bailes, pero para Jimin y Jungkook, el momento más especial llega cuando se encuentran a solas en uno de los jardines del castillo.
—¿Puedes creer que finalmente estamos casados? —pregunta Jimin con un brillo de felicidad en los ojos.
—Es lo mejor que me ha pasado en la vida —responde Jungkook, acariciando suavemente su mejilla— Te amo más de lo que puedo expresar con palabras.
Bajo la luz de la luna y rodeados por la magia del lugar, se juran amor eterno, conscientes de que juntos pueden enfrentar cualquier desafío que la vida les ponga en el camino.
Fin.
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