29

—¡Jeon!

—Hola Jimin. Tu padre me invitó.

—No puedo creer que estés aquí.

—Jimin, yo...

—Los dejaré solos para que conversen —interrumpe el Sr. Park antes de retirarse.

—Mi padre ya me contó la verdad.

—Perdóname por haberte hecho creer que te engañé y que ya no te quería. Lo hice por ti, yo quería que salieras de ese lugar.

—Estoy feliz de verte. Fui a buscarte a la prisión y en ese momento me enteré de que te habían liberado.

—Yo le pedí a tu padre que no te dijera nada,  ambos pensamos en ese momento que eso era lo mejor para ti.

—Yo no soy un niño, puedo tomar mis propias decisiones.

—Tu padre y yo solo queríamos lo mejor para ti —insiste Jeon —Yo quería que continuaras con tu vida...

—Mi vida sin ti no tiene ningún sentido.

—Para mí tampoco tienen un sentido estar sin ti, Jimin.

—¿Entonces aún me quieres?

—Aún te amo.

El rostro de Jimin se ilumina y una hermosa sonrisa comienza a dibujarse en sus labios. Jeon se acerca lentamente hasta él, toma sus manos y lo observa expectante.

—También yo. También te amo.

Jimin sonríe complacido cuando Jeon le toma la barbilla y aproxima su boca hasta la de él para besarlo intensamente. Por supuesto Jimin se deja llevar y responde el beso con la misma fogosidad. Luego las palmas de Jeon recorren la cintura del chico las que pronto llegan hasta su espalda baja. Con los brazos sobre los hombros del hombre al que tanto deseaba volver a ver, el chico de cabello oscuro, se aleja solo un poco de los labios de Jeon para decirle:

—Pensé que jamás volvería a verte, mi amor.

—Jimin! —vocifera Gabriel al llegar al lugar y descubrirlos.

El chico se gira inmediatamente hacia él. Está paralizado.

—¡Gabriel! —dice mientras lo mira con espanto.

Increíblemente, el pelinegro se había olvidado por completo de la existencia de su novio.

Jeon mira a Gabriel con el entrecejo arrugado y luego voltea a ver a Jimin quien está pálido, nervioso y avergonzado a la vez.

—¿Qué haces con este tipo? —le pregunta indignado —¿Y tú quién eres?

Cuando Gabriel increpa a Jeon y se acerca a él, Jimin decide interceptar a su novio para calmarlo.

—No, espera.

—¿Qué es esto Jimin? ¿Qué estás haciendo?

—¿Quién eres tú? —le pregunta Jeon.

—Yo soy su novio, imbécil.

—Ven —le dice Jimin a su novio mientras lo toma del brazo y lo jala hacia la entrada del edificio. Gabriel accede a irse con Jimin, quien mira de reojo a Jeon, solo para asegurarse de que sigue ahí.

—¿Quién es él, Jimin? ¿Y por qué carajos estás con él?

—Gabriel, lo siento...

—¿Por qué quisiste volver a estar conmigo? No te entiendo.

—Yo te quiero Gabriel.

—¿En serio? No me jodas Jimin.

—Es verdad, te quiero, pero a él... yo lo amo.

Entonces Gabriel queda perplejo ante las palabras de su, ahora, exnovio.

Esta vez Jimin le destroza el corazón al hermano de uno de sus mejores amigos.

—¿Él es tu exnovio, verdad?

—Sí. Él es... Jungkook.

—Vete al carajo Jimin.

Gabriel se da la vuelta y se retira del lugar.

El azabache se siente terrible por lo ocurrido. Gabriel siempre fue amoroso y preocupado con él y siente que no merece lo que le está pasando. Cabreado, camina hacia la salida para volver al estacionamiento y piensa.

—¡Mierda! Espero que Jeon... Jungkook no se haya ido.

Pero Jeon no se ha ido está esperando a que Jimin regrese. Increíblemente, la expresión en su rostro es calmada.

—Olvidé completamente que tengo, bueno, que tenía un novio.

Jungkook esboza una sonrisa que trata de disimular en vano.

—No es gracioso Jungkook, él... no es un mal chico. Quiero decir, él no se merece lo que pasó.

—No me río de él, me río de ti.

—¿¿De mí?

—¿Cómo puedes olvidar que tienes un novio?

—Es por tu culpa

—¡Oh! ¿Mi culpa?

—Sí, cuando tú estás me olvido de todo el mundo.

—Amor, eso es tan poético. ¿Desde cuándo eres tan romántico?

—No me molestes Jungkook

—¿Jungkook? Ya no soy Jeon.

—No, ya no. Ahora eres Jeon. Ya no estamos en el mismo lugar así que desde ahora en adelante te llamaré por tu nombre.

—De acuerdo. Puedes llamarme como tú quieras. Jungkook, mi amor, amor de mi vida, etc.

Jimin te siente muy feliz de tener a Jungkook en su vida nuevamente.

—Nunca más dejaré que te vayas de mi lado, ¿me escuchaste?

—Nunca me alejaré de ti y no dejaré que tú te alejes de mí tampoco.

Nuevamente, se abrazan y luego se besan intensamente.

—Entremos —le dice Jimin al escuchar la cuenta regresiva para la llegada del nuevo año.

Cuando la cuenta regresiva por fin llega a cero, todos celebran el año nuevo y no hay mejor momento que este para un nuevo comienzo entre Jimin y Jungkook.

—¿Quieres que vayamos a otro lado? —le pregunta el coqueto Jimin.

—Um, claro —pero no puedo llevarte al lugar donde estoy viviendo.

—¿Por qué? ¿Dónde estás viviendo?

—Estoy rentando un cuarto... En la casa de una familia.

—¡Oh! Podemos ir a mi casa.

—¿A la casa donde vives con tu padre?

—Sí.

—¿Estás seguro?

—Sí, Jungkook.

—Mejor pregúntale antes.

—Está bien, lo haré si eso te deja más tranquilo, pero estoy seguro de que mi papá no se opondrá.

Rato después, el Sr. Park se acerca a ambos chicos. Mira a su hijo y le sonríe. Jimin le devuelve la sonrisa y se acerca a él.

—Gracias papá. Gracias por haber buscado a Jungkook.

—Siempre haré todo lo necesario para que tú seas feliz.

—Soy muy feliz ahora. ¿Papá?

—¿Sí?

—¿Podemos invitar a Jungkook a quedarse en nuestra casa por unos días?

—Por supuesto.

Entonces Jimin le hace un ademán a Jungkook para que se acerque a ellos y le cuenta la noticia. Alrededor de una hora después todos se retiran del evento y se suben en el automóvil del Sr. Park.

—¿Quieres que vayamos por tus cosas, Jungkook? —le pregunta el padre del chico.

—No, está bien. No necesito nada.

—Yo puedo prestarte algo para que duermas —le ofrece Jimin

—De acuerdo, entonces vámonos. —El Sr. Park inicia la marcha de su automóvil.

Al llegar, El Sr. Park le muestra a Jungkook una habitación que está en el segundo piso, ante lo cual Jimin reacciona con sorpresa.

—Papá, Jungkook puede dormir conmigo... digo, en mi habitación.

—Ya veremos —responde escuetamente.

—Pero...

—Creo que están yendo demasiado rápido.

—Pero papá nosotros... ya... estuvimos juntos antes.

El padre del chico lo observa en silencio, luego visualiza a Jungkook quien baja la mirada con algo de vergüenza.

—Tienes razón. Jungkook puedes quedarte con Jimin en su habitación, de todas formas estoy seguro de que se las arreglarán de alguna manera para dormir juntos

Esa noche, ya estando ambos en la habitación, Jungkook se nota algo inquieto.

—¿Qué pasa? —le pregunta el azabache.

—Jimin, no sé cómo decirte esto

—¿Qué? ¿Ocurre algo malo?

—Tengo tantas ganas de estar contigo, pero temo que tu padre nos escuche.

—Me haces reír.

—¿Por qué te ríes? Estoy hablando en serio.

—La habitación de mi padre está en el otro extremo de la casa, no escuchará nada.

—¿Estás seguro?

—Claro que estoy seguro.

Entonces Jungkook le sonríe y se acerca a su chico para primero rodear su cintura con ambos brazos y luego besarlo.

—Ah, Jungkook, te extrañé tanto.

—Y yo a ti. Necesitaba sentir tu olor —le dice refregando su nariz en el cuello del chico.

Luego Jungkook ataca el suave cuello con sus labios y le da pequeños mordiscos. Baja sus manos hasta las firmes y redondeadas nalgas de su amor. Las aprieta un par de veces y luego lo alza tomándolo del trasero para llevarlo hasta la cama. Lo deja tendido allí y levanta la camiseta para dejar ver su abdomen. Jimin termina de quitársela por completo, lo que permite a Jungkook acariciar con sus labios, el pecho y los pezones.

Los leves quejidos de Jimin, provocan la incipiente erección de su amante.

Con la boca sobre los labios de su chico, Jungkook juguetea con la húmeda y caliente lengua del azabache, quien ha aumentado la intensidad de sus lamentos.

Jimin levanta sus piernas y expone su trasero para que su ferviente hombre masajee el agujero con los dedos. Con pequeños golpes, en un inicio, Jungkook acaricia el ano y luego introduce los dedos que ha humedecido con su lengua previamente.

—¡Ah! —se queja el chico, mientras su atacante sonríe.

Empuje tras empuje, la velocidad y profundidad aumentan. Por un rato, Pareciese que el joven de pelo oscuro está siendo víctima de una brutal tortura, pero, en cambio, está disfrutando del máximo placer.

Jungkook agarra las caderas del chico y lo atrae hacia su cuerpo, mientras que Jimin entrelaza sus piernas alrededor de su hombre y con firmeza, este comienza a penetrarlo una y otra vez. Con determinación, aunque con cuidado también.

El azabache se aferra a la espalda de su atlético amante clavándole los dedos sobre la piel. Jungkook estira su espalda mientras continúa las embestidas, ahora soltando hondos gemidos hasta quedar casi sin aliento.

Minutos después, Jimin eyacula sobre su abdomen y su compañero despega su miembro y replica la acción. Jungkook se inclina para besarlo una vez más.

Tendidos sobre la cama, exhaustos, se acarician mutuamente.

—Este es un nuevo comienzo, mi amor —advierte Jimin —No más mentiras.

—Si esto es un nuevo comienzo para nuestra relación, hay algo que aún no te he dicho.

—¿Qué cosa? —le pregunta Jimin con terror.

—Yo... no te dije toda la verdad.

—¡Pero dijimos sin mentiras!

—Por eso quiero sincerarme ahora. Mentí cuando te dije que estoy rentando un cuarto.

—¿Con quién vives entonces? ¿Y... por qué mentiste?

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