Diez largos años han pasado desde el final de la Guerra.

El Mundo Mágico y el Mundo Muggle por fin vivían en paz después de la caída del que no debe ser nombrado.

Después de la Guerra y todos los arreglos que conlleva la restauración, Harry, Ron y Hermione se vieron envueltos en la toma de decisiones que guiaría al Mundo Mágico.

Dado que ellos eran los actores principales tras la caída de Voldemort, sus decisiones fueron cruciales para restaurar el orden en el Ministerio Magico.

Ocho meses después de la restauración del Ministerio, el Trío de Oro fue condecorado con la Orden de Merlín.

Se les reconoció como Héroes de Guerra, ofreciéndoles un cargo directo.

Hermione lo único que quería era terminar con todo eso, para poder ir en busca de sus padres y devolverles la memoria.

Trágico fue su descubrimiento al llegar a Australia y enterarse que murieron en un incendio de su Clínica Dental.

Después de las averiguaciones se determinó que todo fue por un corto circuito y que los Mortifagos no tenían nada que ver con eso.

Para Hermione eso fue un golpe muy duro, sin embargó, gracias al apoyo incondicional de Harry y los Weasley pudo salir adelante y superar esa pérdida tan dolorosa.

Ellos acudieron a su llamado en cuanto se les notifico la tragedia y no la dejaron sola en ese proceso tan difícil y doloroso.

Harry le ofreció vivir con él, al igual que los Weasley, sin embargo, ella comprendió que para poder aprender a sobrellevar y superar todos los cambios debería empezar por vivir sola.

Todo iba bien en la vida de Hermione, tenía un trabajo estable y siempre se daba tiempo para convivir con sus amigos, su vida sentimental era tema aparte.

Después de 2 meses de relación con Ron, se dieron cuenta que lo que sentían no era amor pasional, si no amor de hermanos y siguieron con su amistad como si no hubiera pasado nada.

Tuvo varios novios pero nunca pasaba más de unos meses con ellos, los podría contar con los dedos de las manos, pero siempre sintió que algo le faltaba.

Con la muerte de sus padres, los Weasley junto con Harry eran la única familia que tenía.

Se compró una pequeña casa de 2 pisos, en el segundo piso se encontraban 3 recámaras, en el primer piso se encontraba en primera instancia un recibidor, una pequeña sala, la cocina (que si no era muy grande tampoco era muy pequeña), había un pequeño estudio. Contaba con jardín al frente y un patio en la parte trasera.

Su vida fue cayendo en la monotonía, sus días consistían en levantarse temprano e ir a trabajar y regresar a su casa.

No sabía ella que su vida estaba a punto de cambiar y con la persona menos esperada.