Capítulo 38 ✔️

Ya estábamos en la última semana de septiembre, las calles cada día se llenaban de nieve, todo en el ambiente resultaba acogedor.

A pesar de que en Rusia, teníamos la fama de ser toscos y un poco serios; aquí en Moscú, todo se veía agradable.

Skyler y yo, estábamos a la espera de que nuestros chicos regresarán. Supuestamente, vendrían el miércoles, por lo que nos dispusimos a arreglar su apartamento, para su regreso.

Me daba miedo la reacción de mis perras. Ellas no son muy buenas cuando se trata de extraños, y tienen sus razones, pero rogaba a los dioses de que se llevarán bien.

Aunque, ellas daban muestras de estar felices en el apartamento de los chicos, pues nos ayudaban a Sky y a mí con la pequeña recepción que preparábamos.

El viernes pasado nos dedicamos a comprar las utilerías para la mini fiesta. Cosas como globos, manteles y letreros de bienvenida, abundaban en la camioneta.

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Llegado el miércoles, ya habíamos arreglado todo, sólo faltaba que nuestros chicos llegarán. No podíamos ir a buscarlos, pues el Capitán Ryan, les ordenó no revelar nada referente a la misión, y eso implica su lugar de llegada.

...

La mañana pasó volando. A mediados de la tarde, empezamos a preocuparnos, pues ya era hora de que hubieran llegado, o por lo menos avisarnos de algo. A las ocho de la noche, recibimos una llamada que nos alertó y preocupo mucho.

Rick, había sido herido en combate. Y lo habían trasladado al Hospital Central.

Sin esperar más, nos dirigimos al hospital, en donde pasé las horas más amargas de mi vida hacía ya tantos años.

Llamé a Sev, agradecía a los dioses de que ese hombre nunca tomara vacaciones y que tuviera estudios en casi todas las áreas que siempre requería de mi atención.

Él aceptó ser el médico de Rick, movió sus influencias para estar pendiente del caso mientras nosotras llegábamos.

...

Media hora después, ya estábamos en el estacionamiento del hospital. Sí pensaba que Sky, era una loca al volante, era porque nunca me había visto conducir con tanta preocupación.

Al llegar a la recepción, pregunto por Rick, y la recepcionista empieza a preguntarme un montón de cosas sobre mi relación con el paciente; al final me dice que me dirija al piso seis.

Esa área me traía malos recuerdos, en realidad todo el hospital.

El piso seis, era el área de observación. Donde estaban los pacientes que ya no se encontraban en peligro, pero que podían decaer. Por eso, el piso siete, era el de Terapia Intensiva.

A todas estas, nadie me decía que era lo que había ocurrido con mi novio. De broma la recepcionista me dió la información.

Sky, a cada rato me susurraba que no pasaba nada grave, pues sino estaría en el piso siete. Yo trataba de concentrarme en ello. Pero tenía una amarga sensación.

...

Después de una interminable estancia en el ascensor, llegamos al piso seis. Algunos de los compañeros de Rick, se encontraban allí.

Pude ver cómo Rayla y Josué, tenían heridas en el rostro que eran tapadas con gasas; Karen, tenía una férula en la pierna izquierda, y usaba muletas; los demás se veían muy cansados.

Salgo corriendo y detrás de mí va Sky, pues no vimos a Daniel.

- ¿Qué fue lo qué pasó? ¿Cómo les ocurrió esto?- pregunto urgida de respuestas.

- Gajes del oficio, Samantha. Nada grave- dice Josué mientras se rascaba la barbilla- Rick y Daniel, fueron los que se llevaron la peor parte.

Cuando dice eso, siento mi cuerpo desfallecer.

- Hey, pero tranquila, solo fueron heridas superficiales. Sabes que los médicos exageran- se apresura en calmarme el Capitán.

- ¿En qué parte está?- pregunto mirando a todos lados.

Estábamos en pleno pasillo, al final del mismo había unas puertas que daban a donde los pacientes reposaban.

- No puedes pasar. Sólo personal autorizado- me dice con desdén Jessika, señalando un cartel.

- Eso no me impedirá.

Me alejo un poco de los chicos, y llamo a Sev.

- ¿Ya llegaste al Hospital Central?- pregunto con mucha paciencia, pues no quería alarmar a nadie.

- ¿A quién estará llamando? ¿Y por qué dijo que lo del personal no le impediría ver a Rick?- escucho a una de las chicas preguntar a mis espaldas.

- Samantha, ya llegué. De hecho, estoy revisando su caso y el de su amigo. Puedes respirar tranquila, no hay peligro alguno. Son heridas superficiales- me indica mi doctor y amigo.

- No me importa, necesito verle.

- Sam, sabes que no puedes pasar- dice con cansancio.

- Sev, es importante para mí. Y sé que puedes mover influencias para que entre. Si se necesita dinero, no hay problema y lo sabes.

- Afff... ¿Que voy a hacer contigo?- dice acompañado de un suspiro- Eres peor que el Diablo.

- Calla. Te espero en el pasillo.

Cuelgo la llamada, y me acerco al grupo a esperar que salga Stone.

Sev, sale a los cinco minutos, se presenta como el doctor encargado de Rick y Daniel, saluda a Sky, quién lo ve con preocupación y él le sonríe para que sepa que todo está bien. Luego se acerca a mí, me saluda con un abrazo y me guía para que le acompañe a ver a mi novio.

- ¿Y para dónde cree que va esa?- pregunta molesta Jessika.

- Va a ver a Rick- le dice tranquila Sky.

- Pero no puede, ¿o si?- dice Karen.

- Eso parece- comenta el Capitán, extrañado.

- Samantha y yo conocemos al doctor, desde hace años- explica Sky, y es lo último que alcanzó a escuchar.

...

- ¿En verdad te preocupa este hombre?- dice muy bajito Sev, mientras pasamos las camillas- ¿O es solo por apariencias?

- Sev, en verdad me preocupa ese hombre. En estos meses, se ha convertido en mi vida- le respondo de igual forma.

- Guao. No me quiero ni imaginar, cómo estará Drag. Sabes que es muy posesivo.

- Él fue quien me acerco a Rick. De cualquier manera, lo mío con Drag ya no iba a ningún lado- me sincerizo.

- Vaya. Nunca pensé oírlo. Ustedes, se veían tan bien. Eran iguales- dice entre sus pensamientos - Es ésa, buena esas dos- señala las dos camillas que están al fondo.

- Gracias.

Avanzo más rápido, dejando a mi amigo atrás. Y ahí, es que los veo.

Rick, está mirando al techo, se nota cansado; tiene el brazo izquierdo vendado, moretones en el rostro.

Daniel, está jugando con una pelota antiestres; tiene la pierna inmovilizada y varios cortes en los brazos.

Cuando se percatan de nuestra llegada, ambos se sorprenden.

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