Narrador Rick O'conell

Dos malditas semanas han pasado desde el encuentro con esa Diosa.

Dos semanas en las que no dejo de pensar en su cuerpo y en su actitud tan madura, pues no cualquier mujer acepta que el sexo es sin sentimientos. Y ella aceptó, es más fue la que lo propuso, y eso fue lo que más me encantó.

No puedo dejar de pensar en que le fallé a Jess, a pesar de que las cosas entre los dos no estén bien, sigo sintiendo culpa.

Daniel, ha seguido frecuentando a la rubia, Sky, es más creo que hasta ha llegado a sentar cabeza por esa pequeña. Le agradezco eso a la chica, pues mi amigo ya no es aquel mujeriego que solía ser.

Aunque sigue siendo igual de idiota, pues siempre anda platicándome de las salidas nocturnas de mi Diosa, haciendo que reviente de celos y lo mandé al diablo al contarme de las travesuras de mi fantasía hecha realidad.

...

Scott Adams, es un compañero recién graduado. Él es uno de nuestros informantes en el caso de trata de personas. Hace unos días nos dijo que hoy en la frontera de Noruega y Rusia, iban a trasladar a las personas. El Capitán Ryan, nos mandó a Daniel, Jessika, Josué, Rayla, Karen y a mí, a comandar el operativo.

- Ya era hora de que tuviéramos algo de acción- dice Daniel.

- Exacto, ya nos venía bien un poco de adrenalina- le secunda Rayla cargando sus armas.

- Sí. Ya estaba aburrida de tanta papelería- dice Karen colocándose el chaleco.

- A mí me da igual. Prefiero estar en la oficina- dice Jess todo aburrida.

- Yo soy más de actuar- digo a la par de mi novia, por lo que ella me reprende con la mirada

Cuando estamos en el trabajo somos sólo colegas, pero fuera de el actuamos como cualquier pareja.

Los seis vamos en una de las camionetas de la comisaría. El viaje es largo y tedioso, pero como somos amigos de hace tiempo, lo pasamos en recordar anécdotas y cosas por el estilo.

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Antes de llegar, Daniel, recibe una llamada de su "novia", la cual lo deja muy inquieto. Y eso me preocupa, pues él no es de inquietarse mucho.

- ¿Qué ocurre, bro?- pregunto.

- Es sobre, Samantha- dice afligido.

- Daniel, no empieces. Lo que pasó no debió pasar- digo en un susurro- Yo estaba ebrio...

- Samantha, ha sido secuestrada- suelta interrumpiéndome.

- Imposible- digo- No, no, no. Ella no puede. Es decir, ella...

- No sé exactamente qué pasó pero todo indica que fue un secuestro.

- ¿Qué más te dijo, Sky?- pregunto preocupado.

- Sólo eso... Y ¿a ti qué más te da? Total, su absurdo trato era de que no se volverían a ver ni a tratar.

- Eso es irrelevante. Ella... Ella... Ella es un civil y mi trabajo es protegerles- digo tratando de sonar profesional.

- Ajá, claro. En fin, Sky, me dijo que estaba hablando con ella y luego empezó a escuchar unos gritos de parte de la y luego un silencio.

Me quedo pensando y analizando la situación.

- Parece más un robo que un secuestro- digo finalmente.

- Eso le dije yo. Pero ella aseguro que fue a buscarla al departamento y no la encontró. Esperó un par de horas y nada.

- No sé que decir.

- Yo veré qué puedo hacer cuando terminemos el operativo- dice haciéndome saber que ya estamos por llegar.

- Yo te ayudaré- digo sin dar derecho a réplica.

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Al llegar al distrito de Petsamo en Múrmansk, montamos tres alcabala cada treinta metros. Nos separamos por pareja; como siempre me toca con Daniel, Jess va con Rayn y Rayla está con Karen.

Pasamos todo el día con la compañía de los policías del distrito. Ya al caer la noche, todos empezamos a dudar de la información que nos pasó Scott, sin embargo, el pasar de un trailer seguido de varios autos nos indica que algo raro está pasando o por pasar.

Todos nos posicionamos a nuestra conveniencia, los policías del lugar empiezan a hacerles señas a los conductores, pero éstos hacen caso omiso a las advertencias, por lo que, nosotros tomamos medida.

En estos operativos, siempre vamos preparados para cualquier circunstancia. Daniel y yo, nos posicionamos. Los conductores siguen sin hacerle caso a las instrucciones de los oficiales. Mi compañero, me hace señas para que empecemos a actuar con el auto que no reducía la velocidad.

Empezamos a disparar a los cauchos, pero los pasajeros del vehículo empiezan a arremeter contra nosotros.

- ¡Por fin acción!- escucho decir a uno de mis compañeros.

- ¡Tomen ésto!- dice otro.

"En serio que mis amigos son unos adictos al peligro y a la adrenalina"

Cuando por fin logro que la bala de en el lugar adecuado para que deje de funcionar el auto, éste se estrella contra un árbol haciendo que el vehículo se prenda en llamas, incinerando a los pasajeros.

La balacera acaba minutos después de que el auto se queme.

Mis compañeros se encargan de arrestar a los sospechosos y los llevan en las patrullas. Mientras que mi amigo, se comunica con el Capitán, yo me quedo pensando en lo que le pudo ocurrir a mi Diosa.

Minutos después, Daniel, me dice para acompañarlo a supervisar el trabajo de los policías locales en el camión.

Al fondo del mismo se encuentra la persona que menos esperaba.

"Samantha Maximoff, alias la Diosa que me trae loco por su cuerpo y personalidad"

La veo amarrada, semi desnuda y algo golpeada. Verla así hace que un coraje se instale en mí y una necesidad de matar a esos bastardos. Por lo que, me controlo.

Cruzamos un par de palabras, su actitud conmigo fue tan seca que preferí atribuirle al momento que pasó, a que no le era grata mi presencia.

Le dejé mi chaqueta para que se cubriera un poco su cuerpo; primero por celos de que alguien más la vea así, y segundo por mantener su pudor.

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Al llegar a la estación, las víctimas fueron separadas en parejas para tomar declaraciones.

Daniel y yo, nos encargamos de dar informe al Capitán. Al salir de la oficina veo a Jess, salir de su oficina muy molesta.

- Jess, ¿qué ocurre?- pregunto cuando la logro alcanzar.

- ¿Qué, que me ocurre?- dice molesta.

- ¿Qué pasa? No entiendo- digo aún confundido.

- Me pasa que en mi oficina, está la zorra de tu amante- termina gritándome.

- ¿Mi qué?- digo asustado y confundido.

- Eso, TU AMANTE- sigue gritando, llamando la atención de todos- LA QUE TIENE TU CHAQUETA. LA MISMA CON LA QUE ME ERES INFIEL. MALDITO BASTARDO- finaliza dándome una cachetada.