Capítulo 12 ✔️

Narrador Samantha Romanoff

Bingo, ya caíste.

Me felicito mentalmente por lograr mi cometido o parte de el. Admito que es difícil, pero a mí me encantan los retos y tengo tiempo sin uno bueno.

Seguimos bailando, mientras que Sky y Daniel, se besaban a más no poder.

"¡Qué envidia!"

Exacto, hasta ahora solo he logrado que el poli sea más suelto. Pero aún nada comprometedor como quiero.

- Chicos, no sé ustedes. Pero nosotros nos iremos a un lugar más privado- dice Daniel abrazando a Sky.

Menuda suertuda.

- ¿Y yo?- digo inocente.

- ¿No tienes cómo volver?- me pregunta Daniel.

- No, ambas nos vinimos en taxi y ...- digo.

- Podríamos continuar la fiesta en tu casa Daniel- dice Rick interrumpiéndome y sorprendiéndonos a todos.

- Eh, claro. Bueno si ustedes quieren, claro- aclara Daniel.

Ambas aceptamos, y nos dirigimos al estacionamiento. Rick, se ofrece a manejar para que la pareja pueda seguir jugando al doctor en la parte de atrás.

Aproximadamente media hora después aparcamos en un edificio ubicado en una zona de clase alta. Nos dirigimos adentro y subimos por el ascensor hasta el piso cuatro.

Al entrar, Daniel, se quita su saco.

- Chicos, seré honesto- nos dice a Rick y a mi- Tú- señala a su amigo- Conoces el lugar bien. Pero nosotros dos tenemos cosas que hacer.

Ahí es que noto su erección, y vaya que es grande. Pero no tanto como la de mi acompañante.

Segundos después nos quedamos solos, el silencio se apodera de la sala y no sé cómo hacer para acabarlo. Por suerte soy salvada.

- Yo quiero disculparme- inicia Rick algo serio incluso cohibido- Quizás te di una impresión en el club. Y no sé...

"¡Ay qué lindo!"

- Yo también me quiero disculpar- digo seria- Capaz me deje llevar. Pero es que me gustaste desde que te vi- miento.

- ¿Cómo?- dice sorprendido- ¿Tú me viste antes de que habláramos?

- Obvio. Vi como me comias con la mirada- digo como si nada.

Veo que se pone rojo, y eso me parece sexy y tierno.

>> Y eso, no hizo más que excitarme- continuo- Escucha, ya me aclaraste que tienes novia. Yo sólo busco una noche de pasión y sasear mi curiosidad- digo honestamente.

- ¿Sasear tu curiosidad?- pregunta.

- Yo quiero diversión y tú liberación- señaló su pantalón- Sin compromisos ni obligaciones.

- ¿Nada de eso?- dice dudoso.

"Dios, éste hombre si pone trabas"

"Me tocará hacer todo a mí"

Aprovecho que estamos sentados en el sofá, y cambio mi posición rápidamente. Mi vestido permite que me mueva como quiera. Termino encima de él y empieza un movimiento de caderas de manera insistente y sugerente.

- Tú lo deseas más que yo. Así que, ¿qué esperas?- digo cerca de sus labios.

Seguido de eso, me besa y madre mía. Era el mejor beso que daban en años.

Mi entrepierna de humedeció en segundos.

- Vayamos a un lugar más privado- pido mientras beso su cuello.

Y así lo hace, me carga y me lleva a una habitación. Al llegar, él me baja y le pido que se recueste en la cama, cierro la puerta con seguro, pues no quiero ningún tipo de interrupción.

Veo como me mira a la expectativa, decido jugar un rato, así que me quito mi vestido, dejándome sólo con un conjunto de lencería negro. Admiro como sus ojos se oscurecen y su entrepierna aumenta de tamaño.

Me agachó y empiezo a gatear y con cada movimiento me aseguro de mover bien mis caderas. Nunca pierdo el contacto visual con él. Cuando estoy cerca de sus piernas le pido permiso con la mirada.

Él me deja hacer con su cuerpo. Desabrocho su pantalón y su amigo por poco me cachetea. Termino de bajar su pantalón y boxer sin delicadeza alguna; juego con mis manos en su amigo y poco a poco veo como el tan preciado líquido escurrirse en mi mano.

Tomo el atrevimiento de posar mis labios en su miembro para probarlo, y compruebo que su sabor es exquisito al igual que sus besos. Sigo con mis manos alternando mi boca y lengua, y cuando veo que su vientre se contrae, él me agarra de las manos con rudeza.

Una que solamente dejo que usen en el sexo.

- Ahora, me toca a mí- dice decidido.

Me levanta y me acuesta en la cama.

"Sé lo que viene y lo ansío"

- Has sido una chica muy mala- dice mientras masajea mis senos.

- No tienes ni idea- digo mientras ahogo un gemido

- Pues hoy seré tu verdugo- afirma mientras continúa con su tortura.

Después de quince minutos, baja besando mi abdomen hasta detenerse en mi monte de venus.

- ¿Propiedad Diablo? ¿Qué significa?- pregunta deteniéndose.

"Mierda"

"Piensa rápido"

Después de meditarlo por unos microsegundos, decido decirle parte de la verdad.

- Una estupidez de adolescente, mi primer novio. Ya sabes, uno cree que durará por siempre- digo segura.

- Interesante- dice- Me gustan- señala mis bragas- Pero me gustas más, así- dice quitándomelas.

En ese instante la verdadera tortura inicia. Rick, sabe usar su lengua, dientes y dedos. Es un verdadero experto en el arte del placer.

Con una mano masajea mis pechos, y con la otra juega en mi zona, un mete y saca perpetuo. Su lengua juega en mi clítoris y sus dientes muerden con suavidad mis labios.

"Soy toda sensaciones y placer"

"Y eso que aún no iniciamos"

Cuando estoy a punto de llegar se aleja rápidamente. Busca entres sus pantalones y saca un envoltorio plateado.

- Nunca salgas sin el- dice mientras intenta abrirlo, y eso me da una idea

- Ven, déjame ayudarte- digo pícara.

Me tiende el paquete y lo abro rápidamente. Pero en vez de usar las manos para insertarlo en su miembro, uso mi boca.

- ¿Qué?- intenta decir aunque sólo se escuchaba su respiración alterada.

Con el condón ya en mi boca, me acerco a su miembro y poco a poco lo meto en mi boca.

"Una felación con protección"

"Tu perversión no tiene límites"

Luego de lograr mi cometido, me coloco encima y empiezo a cabalgarle a un ritmo acelerado y fuerte, como me gusta.

El aprovecha para agarrar y apretar mis nalgas provocándome gemidos que él mismo ahoga con sus besos.

No sé cuánto tiempo duramos, pero sé que este hombre dura más que Drag, y eso da mucho que pensar.

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