Capítulo Único

AU Alternative

Advertencia:

Posible OCC de los personajes

Pareja Hetero

Disfruten la lectura.

¿Realmente existe el cielo y el infierno?

Fue la pregunta que hizo una vez un niño de 8 años mientras veía un cuadro de un ángel peleando contra un demonio.

Si el tan solo supiera que había un bello ángel observándolo desde el cielo.

-- Si existe, mi lindo niño -- dijo sabiendo que el niño no la escucharía, pero quería creer que sí.

En eso otro ángel se acerca a ella.

-- ¿Otra vez viéndolo? -- le pregunta el ángel a su amiga y se sienta a su lado para ver lo mismo que ella -- ¿Cómo me habías dicho que se llamaba?

La ángel con una sonrisa sigue viendo a aquel niño que ahora se encontraba yendo a los brazos de sus padres.

Tan lleno de vida... tan inocente y puro...

-- Motomiya Daisuke - kun...

Hace ya varios siglos que la Guerra Santa había llegado a su fin teniendo como vencedor a los bendecidos por la luz con sus tres líderes, Los Tres Grandes Ángeles.

Los demonios fueron encerrados para siempre en el inframundo y los ángeles ascendieron hacia el reino celestial que era solo habitado por ellos.

Los humanos vivían sus vidas normales en la Tierra sin recordar aquella gran guerra que había durado décadas.

Entre esos ángeles estaba Hikari, una ángel de hermosa piel blanca como porcelana y cabello de un lindo castaño que lo mantenía corto porque ella así lo prefería.

Desde ya hacía unas décadas sentía que su ''vida'', por así decirlo, como ángel era algo aburrido y monótona. No era que no le gustara la paz y armonía del lugar, pero casi nada nuevo sucedía en ese lugar.

En la guerra eso era lo de menos ya que pelear hasta la muerte era el pan de cada día, pero ahora solo se preocupaban porque sus alas estuvieran siempre blancas y lindas.

Ella sentía que no tenía nada por hacer... incluso llego a pensar que hubiera sido mejor que desapareciera en aquella guerra.

No fue hasta décadas después que encontró algo que hacer en su tiempo libre...

Todo había empezado cuando escucho el llanto de un bebé, le resultaba extraño el que lo hubiera escuchado puesto que ellos casi nunca se enteraban de la vida de los humanos en la tierra.

Voló hacia donde había escuchaba el llanto y por primera vez sintió que algo importante estaba por pasar... ¿Extraño no?

Grande fue su sorpresa al encontrar algo parecido a una laguna, al descender y mirar dentro de ella ve a una mujer sentada en una camilla en una habitación extraña a opinión de ella.

Pero lo que más había llamado su atención era él bebe que la mujer sostenía en sus brazos.

Ella miraba con absoluta curiosidad, era la primera vez que veía a un recién nacido en décadas.

La mujer tenía lágrimas en sus ojos junto a una gran sonrisa.

-- Eres tan hermoso... mi niño... mi lindo Daisuke... -- murmuro la madre mientras acercaba él bebe a su pecho.

--... Daisuke -- ese nombre quedo grabado en la memoria de aquel ángel.

Ella miro al bebe con curiosidad.

Una carita algo regordeta de piel acanelada con cabello de un extraño castaño rojizo.

Pero cuando ella en su asombro intento acercar su mano al bebe una fuerza superior al de ella lo impidió.

-- Así que solo puedo ver... no tocar -- murmuro al ver que no era capaz de pasar su mano por aquella laguna.

Pero... como si el niño hubiera sentido su presencia había alzado sus pequeñas manos hacia el cielo... hacia su dirección.

Ese día había sido el comienzo de todo.

Desde aquel día que vio a ese bebe recién nacido se había hecho la promesa de velar por él desde el cielo, viéndolo y cuidándolo.

Una promesa que ella cumpliría hasta el día que ella desaparezca.

Todos los días iba y se quedaba en ese lugar solo para ver como día a día ese niño crecía y crecía.

El cómo y cuales habían sido sus primeras palabras.

El niño estaba sentado en el sofá mientras que sus padres quienes estaban delante de él decían ''Oka - san'' y ''Oto -san'' respectivamente con el fin de que el niño lo repita.

Con lo que no contaron es que su hija mayor vendría con un regalo para el pequeñín, un peluche de un extraño pero lindo dragón azul, el cual según la etiqueta su nombre era ''V-mon''.

Apenas la niña puso el muñeco frente al niño y dijo el nombre del peluche salieron las primeras palabras del niño.

-- V- V- V-mon... -- fue lo que tartamudeo el niño y luego se rio para abrazar al muñeco del que había tomado rápidamente cariño.

Ambos padres se habían desilusionado al ver que su hijo no había dicho lo que ellos querían, pero igualmente rieron al ver como el niño se veía tan contento con el peluche que le había traído su hermana.

El momento en el que había aprendido a caminar.

La madre tenía sujeto al niño de la cintura mientras lo ponía delicadamente de pie en el suelo.

El padre estaba un poco más lejos y arrodillado.

La meta que el pequeño Daisuke pudiera caminar hasta donde estaba su papá.

Apenas su madre lo soltó, el niño intento mantenerse de pie para luego a pasos tambaleantes ir hacia su padre.

-- Tu puedes Daisuke - kun... -- dijo el ángel viendo con una sonrisa el esfuerzo que hacia el niño para caminar.

Hubo un momento en el que se asusta cuando vio que el niño casi se cae, pero se veía que él sería muy terco, como pudo se equilibró y siguió hacia su destino el cual eran los brazos de su progenitor.

-- Vamos, vamos... solo un paso más... -- dijo el ángel viendo lo muy cerca que estaba el niño por llegar a la meta.

-- ¡Muy bien Daisuke! -- celebro el padre cuando el niño llego finalmente a sus brazos y lo alzo en el aire -- ¡Te estas volviendo todo un hombre!

El niño solamente rio sin entender mucho esas palabras.

Lo acompaño en todos los momentos de su vida, sus alegres, los tristes... incluso los extraños.

¿Por qué te interesa tanto ese humano?

Ni ella sabe el por qué, solo sabe que le interesa saber de él y de lo que hace.

¿Algún día dejaras de verlo?

Ella se niega a dejar de ver aquel ser que la mantiene tranquila.

¿Y si te enamoras de él?

¿Acaso estaba mal enamorarse? Nunca pudo permitírselo en la guerra, ¿Por qué no ahora?

Estuve con el cuándo su madre desgraciadamente falleció.

Él era un niño que había cumplido los 6 años, se supone que a esa edad los niños deben ser felices, ¿Cierto?

Él al contrario de eso, estaba vestido de negro y con ramo de rosas blancas en sus manos.

Su madre acababa de fallecer de una enfermedad.

¿Cómo pudo partir tan rápido aquella mujer?

Aún tenía mucho que vivir, tenía mucho que enseñare a su hijo.

Pero no... ahí estaba... muerta y recientemente enterrada con su esposo y sus hijos viendo su foto en un mar de lágrimas y con flores en mano.

Ella quería descender del cielo, abrazarlo y reconfortarlo...

Pero no podía... ella quería con todas sus fuerzas ir hacia el pero aquella fuerza que la empujaba hacia el cielo no se lo permitía.

-- Mi niño...

Necesitaba abrazarlo y decirle que ella estaría con él, que sin importar lo que pasara ella no lo dejaría solo, pero...

¿A quién quería engañar?

Por más que ella deseara el estar ahí con él, nunca llegaría... por qué ser un ángel... también puede ser considerado una condena.

O al menos eso piensa ella al no poder acercarse a aquel niño.

Tan cerca y tan lejos a la vez

Ese niño tuvo que crecer sin una figura materna, pero supo superarlo gracias a que los otros miembros de su familia seguían ahí para él.

Cuando el niño entro a la primaria quiso con todas sus fuerzas entrar al equipo de futbol.

Eso causo gran ternura en el ángel quien seguía velando por el desde el cielo.

Ella fue testigo y todos los días que el niño entrenaba y practicaba para que le permitieran entrar al equipo de futbol.

Tantos caídos, tantas patadas fallidas, tantos golpes que supieron dolerle hasta el alma.

Pero todo había valido la pena cuando el entrenador le había permitido entrar al equipo de básquet.

-- Estoy tan feliz por ti Daisuke - kun...

El ángel estaba realmente orgullosa del niño, tenía tantos deseos de abrazarlo y felicitarlo.

Pero eso solo quedo como un deseo que no se pudo cumplir.

Pero le bastaba al verlo tan lleno de felicidad y energía en cada partido en el que el participaba.

Todo su entrenamiento había dado frutos y ponía sentirse orgulloso de usar la camiseta del equipo.

A ella también le alegraba saber que tenía un equipo tan unido.

En especial por el que era el capitán del equipo.

Si era sincera, tanto su niño como aquel chico, tenían cierta similitud, pero para ella ninguno superaría a su querido Daisuke.

Tal vez lo único que no quiso ver fue cuando su niño se había enamorado por primera vez.

La niña era recién transferida a su escuela, era linda... pero ella podía sentir claramente la verdadera naturaleza detrás de esa carita.

Desde que la vio por primera vez tenía un mal presentimiento con ella... y tuvo razón al tenerlo.

Esa chica era muy caprichosa y falsa.

Le gustaba que los demás le cumplieran todos sus caprichos. No la soportaba.

Cuantas veces deseo estar ahí para mandarla al infierno con el resto de los demonios.

Pero solo pudo conformarse imaginarlo en su cabeza.

Y para aumentar su enojo, el juguete favorito de esa chica era su querido Daisuke.

Cuanta rabia le daba que esa chica le pidiera una gran cantidad de cosas y el segado por el amor primerizo le cumpliera sus caprichos.

Desde favores hasta comprarle cosas, esa chica no conocía la vergüenza.

¿Por qué tienes tantos celos?

No eran celos, solo era preocupación por su niño.

Sabes que por más que quieras, no puedes ir a la Tierra

Lo sabe, lo sabe muy bien, pero... aun así, no podía dejar aquel deseo de estar allí.

-- ¿Estas segura que el rostro de ese chico no te recuerda a algo? -- le pregunto su amigo un día que él la acompaño a ver aquel humano -- Tal vez por eso tengas esa necesidad de observarlo.

-- No recuerdo... -- le respondió con algo de lentitud -- ¿Tú lo recuerdas de algún lado? -- le regreso la pregunta.

El ángel solo se alzó de hombros.

-- Debo confesar que su rostro me recuerda a alguien, pero no estoy seguro... Tal vez sea una coincidencia.

--... Ya veo.

¿Habrá conocido a Daisuke en alguna vida pasada? ¿Sera por eso que no puede separarse de él?

Pero si eso es cierto... ¿Por qué no lo recuerda?

Ella es capaz de recordar todo lo que había sucedido en la Guerra Santa.

Cada enemigo, cada arma, cada estrategia, cada debilidad, cada fortaleza... cada muerte que hubo de los suyos... todo lo recordaba.

-- Toma mi mano...

-- Eh?

.

.

.

Al parecer la buena suerte no estaba de su lado.

¿Cómo era posible que aquella chica compartiera más tiempo con su niño? ¡Era imperdonable!

Al parecer ambos chicos irían a la misma secundaria. ¡Y en el mismo salón!

Eso solo significaba que su niño seguiría a merced de esa chica de cara bonita.

Todo había transcurrido como ella temía, aquella chica llamando la atención de los demás para que cumplieran sus caprichos como si de una princesa se tratara.

Y su niño al lado de ella comentando que ambos eran cercanos debido a que habían estudiado juntos en la primaria.

Ese último comentario al parecer había molestado a la chica quien después de clases no tuvo reparo en decirle que lo que había dicho nunca tuvo que mencionarlo.

-- Mocosa~... alégrate que estoy en el cielo, porque si estuviera en la Tierra... te aria pedazos como hice con muchos demonios.

-- Hubiera preferido ser un humano de lo que soy ahora...

-- Uhm~ -- se ángel se tocó la cabeza -- ¿De nuevo? Últimamente escucho una voz lejana... ¿Es mi imaginación?

.

.

.

Hace milenios, una gran guerra se había desatado en la Tierra donde humanos que no tenían idea de nada iban a ser víctimas de aquella batalla.

Los seres que reinan en el Inframundo, los demonios.

Y aquellos que viven en el Cielo, los ángeles.

El apodado por sí mismo, Dios de todo, le declaro la guerra a los Tres Ángeles Celestiales quienes eran la máxima autoridad en el Cielo.

Estos, lejos de detener esa guerra, prepararon a sus seguidores para aquella guerra que prometía durar décadas o incluso más en el mundo terrenal.

Salvajismo VS Disciplina.

Pecado VS Mandamiento.

Oscuridad VS Luz.

Demonio VS Ángel.

De ahí su nombre como Guerra Santa, nombre que fue dada por los humanos sobrevivientes.

No importaba nada más que acabar con tu enemigo.

Si eras un demonio debías matar un ángel, si eras un ángel debías matar un demonio.

Era tan simple como eso.

Pero igualmente siempre abra uno que no pueda cumplir con algo tan simple.

-- Me niego a matarte... -- dijo un demonio hacia quien se supone era su enemigo -- Mi amor por ti me lo impide, así que estas libre de matarme a mi si lo deseas.

Un día, entre todo ese odio y rencor entre ambos clanes... por primera vez en la historia...

Un demonio... se enamoró de un ángel.

-- ¡Mata a ese demonio! ¡Es nuestro enemigo! -- grito un ángel a su compañera quien estaba más cerca del enemigo.

-- Yo... ¡Me niego!

Y el ángel le correspondió al demonio.

Un pecado que ambos seres estaban dispuestos a cometer por el otro.

Sabían que su felicidad no duraría mucho, pero disfrutarían cada momento al máximo.

Porque no importa que el resto del mundo los odie... mientras se tengan el uno al otro eso es lo de menos.

.

.

.

Daisuke estaba terminando la secundaria con un corazón roto por el cruel rechazo de la chica que quiso desde la primaria.

Aunque su tristeza no se debía al rechazo, sino a la humillación al que el mismo se había sometido para complacer aquella chica que si por ella fuera, podría morirse y no importarle ni un poco.

Desde el cielo, el ángel se encontraba triste por su niño.

-- Él es tan buen chico... ella no sabe lo que se pierde mi lindo Daisuke, ella no es digna de ti...

El chico siguió creciendo y madurando.

La secundaria termino y ahora le tocaba vivir la vida de un chico de Preparatoria.

Estaba llegando a la meta...

Una meta que el ángel no quería que el chico pasase por nada del mundo.

-- Cada día que pasa es un día menos en tu corta vida... -- el ángel soltó una lágrima -- ¿Pero porque el tuyo tiene que ser más corta aun?

No solo los Shinigami tenían la capacidad de ver el día de muerte de una persona.

Algunos ángeles tenían aquella curiosa capacidad, pero nunca vieron la necesidad de usar aquella particularidad en la batalla.

Pero ahora ese ángel, que sabía perfectamente el día de la muerte de aquel chico comenzó a llorar al igual que una viuda llora por su amado.

-- ¡¿Por qué tienes que morir tan joven?! -- exclamo mientras sus lágrimas caían en la laguna -- ¡¿Porque tú?!

-- Porque... te amo...

El primer año de Preparatoria había transcurrido normal, nuevos amigos, nuevos profesores y nuevo equipo de futbol.

En su primer año pudo hacer amigo y entrar al equipo. Todo señalaba que en la Preparatoria iban a suceder las mejores cosas en su vida.

-- ¿Qué puedo hacer para el tiempo se detenga o se alargue para ti, mi niño? -- pregunto decaída la ángel mientras acercaba su mano al estanque.

Era lo más cerca que podía estar ella.

-- Es hoy... ¿Verdad? -- pregunto su amigo al verla allí con un rostro que reflejaba su dolor.

-- No lo digas... no lo digas -- repetía creyendo que así la fecha no se cumpliría.

Ese día, a las 9:00 pm, Motomiya Daisuke seria asesinado.

Eso le había indicado sus ojos que le mostraron todo.

-- Ya no puedo verte así Hikari - chan -- le dijo su amigo -- Tienes que recordar todo.

Por primera vez, su amiga volteo a verlo.

-- ¿Recordar todo...? -- su amigo asintió.

El ángel elevo su mano derecha y dos de sus dedos se iluminaron de una luz dorada.

-- El por qué estás tan pegada a ese chico tiene una razón -- le explico mientras acercaba sus dedos a la frente de su amiga -- Pero perdiste tus recuerdos en la Guerra Santa, por eso te are recordarlos y así sabrás la verdad sobre Motomiya Daisuke.

¿La verdad de Motomiya Daisuke?

Ella conocía la vida entera de ese chico, ¿Qué podría saber él que ella no?

No tenía sentido.

-- ¿Qué puedes saber tú que yo no Takeru - kun? -- pregunto con una voz dura muy poco común en ella.

-- Yo sé... -- el rubio dudo un momento en decir lo que sabía pero igualmente lo dijo -- Que Motomiya Daisuke fue un demonio en su pasada.

Aprovecho la consternación de su amiga para poner finalmente sus dedos en la frente de la chica.

La verdad que todos sabían menos ella.

El pecado que habían cometido ángel y demonio no era un mito, era una realidad que había sucedido hace milenios.

El demonio que se había enamorado era Daisuke mientras que el ángel que había correspondido esos sentimientos era Hikari.

Ellos habían sido quienes habían roto aquello que todos creían.

Ángel y Demonio jamás podrán estar juntos.

-- Ustedes dos de verdad que habían causado todo un revuelo hace tan solo un par de milenios... -- el rubio suspiro y se fue volando, dejando sola a su amiga de hebras castañas.

¿Qué recuerdos eran aquellos que se referían el ángel Takeru?

Algo simple pero a la vez muy crucial en la vida del ángel Hikari.

Todo había ocurrido 4 décadas después de haber empezado la Guerra Santa.

Ahora lo recordaba...

En un momento de la Guerra ella pensó que su vida había terminado.

Estaba gravemente herida, sus alas estaban dañadas y todavía había 3 demonios queriendo su cabeza.

Estaba lista para que finalmente acabaran con ella cuando una sombra desconocida para ella se deshace de esos demonios.

Estaba desconcertada, ¿Cómo había podido acabar con 3 demonios tan rápido?

Pero no era solo eso...

Cuando se dio cuenta de los cuernos, alas y cola de demonio se puso en alerta.

-- No te preocupes... no planeo matarte -- le dijo el demonio volteándola a ver -- Mejor usa esa energía en curar tus heridas.

Ella no iba a hacerle caso a un demonio, ¿Por quién la tomaba?

Los demonios son mentirosos y astutos.

¿Y si solo hizo eso para ser el que la matara?

Interrumpiendo sus dudas el demonio le golpea la nuca, desmayándola por completo.

-- Sé que estamos en Guerra, pero... eres demasiado desconfiada -- dijo a la par que la sostenía.

Cuando ella finalmente había despertado se dio con la sorpresa de estar en una cueva. Pero también vio que estaba totalmente curada, incluso sus alas habían mejorado.

-- ¿Finalmente despertaste?

El ángel reconoció la voz del demonio y se puso en alerta. Este la miro con una ceja alzada.

-- Ya sané tus heridas... puedes irte ahora si quieres, como te dije antes no te matare -- le dijo el demonio mostrando ambas manos en señal de paz.

-- ¿Debo confiar en un demonio? -- pregunto el ángel algo irónico.

-- Pues este demonio te salvo la vida... me debes una... ángel.

Fue ese el inicio de todo.

Ella siguió recordando.

Él no era como los demás demonios...

-- El Rey Demonio creyó que yo sería su obra maestra pero grande fue su decepción al ver que no me gustaba matar, robar o cualquier cosa que le gustara a un demonio común... Una mala cosecha, podrías decir... Hubiera preferido ser humano de lo que soy ahora...

Le dio una oportunidad para conocerse más y cuando menos se lo imagino ya no podía pensar en separarse de aquel demonio que por extraño que pareciese le mostró muchas cosas.

Por un tiempo ambos se habían olvidado de aquella guerra de sus especies.

El primero en enamorarse había sido el demonio.

Nunca en su vida como ser del mal había visto algo tan hermoso como aquel ángel de hebras castañas.

En el caso del ángel ella nunca había conocido a nadie como aquel demonio, algo dentro de él la atraída de sobremanera.

Fue un día que se escondían del clan del demonio que el chico confeso sus sentimientos.

-- Debes matarme... sino ellos te mataran a ti... -- le dijo el ángel mientras ponía su cabeza en el pecho del demonio.

Ella solo esperaba que el demonio enterrara su mano en su pecho y la matara, pero lejos de eso solo sintió unos brazos fuertes abrazándola y atrayéndola más al cuerpo del demonio.

-- Me niego a matarte... -- le dijo el demonio en su oído -- Mi amor por ti me lo impide, así que estas libre de matarme a mi si lo deseas.

Cuando escucho esas palabras se permitió soltar lágrimas, estaba tan feliz.

Desde ese día ambos mantuvieron una relación prohibida entre ángel y demonio.

Ambos pecaron.

Él por matar a los de su propia especie y tomar como pareja a un ángel.

Ella por aceptar ser acompañante de un demonio y protegerlo incluso de los de su propia especie.

Pecados de los que no arrepentían, después de todo mientras se amaran, todo estaba bien, ¿Cierto?

Pues no... no estaba bien...

Un día un grupo de ángeles los encontraron y los separaron con el fin de matar al demonio.

El demonio pudo haberlos matado con facilidad, después de todo era el arma más fuerte del Rey Demonio, pero... no lo hizo.

Se defendió, eso estaba claro, pero al negarse en usar toda su fuerza solo lo llevo a que estuviera cerca de la muerte.

El ángel logro liberarse de los que se supone eran sus amigos y se acercó a su amor para intentar curarle esas heridas.

-- ¡Mata a ese demonio! ¡Es nuestro enemigo! -- le grito un ángel.

-- Yo... ¡Me niego! -- el ángel volteo a ver a su compañero con lágrimas en los ojos -- ¡Yo lo amo y no permitiré que ustedes me quiten lo único que me importa!

El demonio al escuchar esas palabras salir de los labios de su ángel, soltó una ligera lágrima.

-- Hikari - chan... -- llamo el demonio.

El ángel volteo a verlo para luego sentir como unían sus labios... por una última vez...

-- Olvídame por favor... Hikari - chan...

Fue lo último que escucho antes de sentir como golpeaban su nuca y caer en el frío piso.

El demonio se suicidó clavando su mano directo en su corazón y muriendo al instante.

Los ángeles que habían visto todo no cabían en su asombro.

Recién se percataron que habían cometido un error, pero obviamente no lo podrían resolver.

Lo mejor que pudieron hacer fue llevarse a su compañera, enterrar el cuerpo del demonio y borrar aquellos recuerdos que tenía el ángel sobre aquel demonio del que se había enamorado.

Pero los recuerdos no se podían desvanecer en el aire... Por lo que el ángel Takeru se hizo cargo de guardar aquellos recuerdos.

Y eso hacia hasta que se los regreso.

.

.

.

-- ¡Ya lo recuerdo!

El ángel se levantó de un sobresalto y vio el estanque.

Se horrorizo al ver que estaba a tan solo un par de minutos para que su amor fuera asesinado.

-- ¡Debo detenerlo! -- exclamo intentando meter su mano dentro del agua.

Pero nuevamente no podía.

Ella no podía perder más tiempo, por lo que sin pensar comenzó a elevarse cada vez más alto.

Motomiya Daisuke estaba regresando a su casa cuando unos tipos lo detienen amenazándolo de que tenía que darles sus cosas a ellos.

Cuando ella creyó que era lo suficiente alto se lanzó en picada hacia aquel lago.

Él se negó y ambos tipos lo atacaron, pero el igualmente comenzó a defenderse.

El ángel logro atravesar la laguna, o eso era lo que ella antes pensaba.

-- Era un espejo...

Ella estaba en el cielo nocturno de la Tierra, aún tenía que volar...

Siguió su camino intentando evitar la muerte inminente.

Sus alas y su piel habían resultado heridos debido a que había atravesado aquel espejo, pero no le importaba, solo le importaba detener esa muerte.

Uno de los tipos saco una pistola y señalo con ella al chico.

-- Solo un poco... un poco más...

Pero no llego a tiempo.

El sonido de la pistola se lo había confirmado.

Un disparo directo al corazón.

.

.

.

¿Qué sucedió después?

Sangre, gritos de horror, asesinato y las lágrimas de un ángel sobre un cuerpo muerto.

.

.

.

Frente al ángel tres luces se dejaron ver en el cielo.

Todo a su alrededor comenzó a oscurecerse.

Lo único que permanecía igual era el cuerpo de su amado quien ella tenía en su regazo.

Tres seres aparecieron tomando el lugar de aquellas luces.

El ángel de la esperanza y la justicia: Seraphimon.

El ángel del amor y la vida: Ophanimon.

El ángel de la bondad y la amabilidad: Cherubimon.

-- Ángel Hikari, usted acaba de cometer muchos delitos -- hablo Seraphimon -- Venir al mundo humano, intentar interferir entre la vida y la muerte, asesinar a dos humanos... ¿Olvide mencionar algo más?

-- No... -- contesto el ángel con voz ida.

-- ¿Cómo se declara ante esto? -- pregunta Cherubimon.

-- Me declaro culpable... pero no solo de esto -- eso sorprendió a los tres ángeles -- me declaro culpable de enamorarme perdidamente de un humano, me declaro culpable de haberme enamorado de un demonio en la guerra santa, me declaro culpable de traicionar a los míos para estar con el ser que amaba... Me declaro culpable... ¡Por amar!

-- ¿Por amar? -- pregunto el ángel que representaba el amor -- Amar no es malo querida.

-- Si no es malo entonces porque no permitirme amar a quien me corazón quiera... -- el ángel no respondió -- Yo ame con todo mi corazón al Demonio Daisuke - kun, él me amaba tanto que se quitó la vida para que yo pudiera seguir vida... y cuando reencarno en este joven lo estuve observando desde el cielo, no pensaba en nada más que en él... Pero -- el ángel acaricia el rostro de su amado -- ¡Porque asesinarlo de esta manera tan cruel! ¡Yo solo quería que siguiera vivo, pero no pude llegar a tiempo!... Por lo que... No me importa que castigo me impongan, ¡Nada puede ser peor que no estar con Daisuke - kun!

No había respuesta alguna a esas palabras.

Los tres ángeles celestiales se miraron entre sí, ¿Qué decir en aquel momento?

Finalmente, después de algunas miradas, el ángel del amor y la vida descendió y se acercó a Hikari para arrodillarse a su altura.

-- ¿De verdad estarías dispuesta a cualquier cosa con tal de estar con él, querida? -- pregunto el ángel mientras rosaba con las yemas de sus dedos el cabello del chico.

--... Sí, no me importa morir si con eso puedo estar a su lado.

Con eso le quedo claro al ángel defensor del amor y la vida.

-- Entonces... cierra los ojos -- le pidió con una voz calmada y segura.

El ángel lo hizo sin pensarlo mucho, después de todo ya no tenía nada que perder.

.

.

.

-- Felicidades... es una niña.

Exactamente lo que piensan... aquel ángel renació como un bebé.

Yagami Hikari, así se llamaba ahora.

Creció como una niña que tenía algunas debilidades en cuanto a su salud se refería, pero en cuanto lo demás estaba perfectamente.

Tenía dos padres que la querían y un hermano mayor que la protegía.

Vivía feliz como cualquier niña de su edad, después de todo no tenía recuerdo alguno de su vida pasada...

O así era hasta que cumplió los 8 años y lo conoció... o mejor dicho volvió a conocer.

-- Hola, soy Motomiya Daisuke, ¿Cuál es tu nombre? -- se presentó aquel niño con todo el ánimo del mundo.

-- Soy Yagami Hikari, un gusto Daisuke - kun...

Fue en ese momento en el que la niña recupero sus recuerdos de su vida pasada y no pudo contener sus lágrimas.

El niño se había asombrado y se acercó a preguntarle el porqué de sus lágrimas, pero esta solo lo abrazo.

Finalmente podrían estar juntos...

Fue de esa manera en el que ambos se habían vuelto inseparables.

La primaria, la secundaria, la preparatoria e incluso la universidad, todo lo vivieron juntos, pero no solo como amigos... sino como pareja.

Era claro que en algún momento tuvieron un pequeño problema de pareja, pero también tuvieran sus grandes momentos felices...

Cada paseo, cada elogio, cada regaño, cada beso y cada vez que se entregaban a sus deseos de volverse uno solo.

Todo lo vivieron como la pareja que eran, incluso vivieron el momento de unir sus vidas como marido y mujer.

Un día mágico para ambos, finalmente podrían vivir juntos y solos para empezar su propia familia.

Tal vez la espera fue larga, pero para la chica valía la pena ya que estar con su querido Daisuke era lo mejor que le hubiera pasado.

-- Daisuke - kun -- su reciente esposo volteo a mirarla -- Te amo tanto -- le confeso mientras llevaba sus manos hacia el pecho de su marido.

-- Yo te amo más mi dulce ángel -- el chico se acercó sus labios y le dio un beso.

Ella les agradecía a los ángeles que le habían dado la oportunidad de estar con el amor de su vida.

Fin del One-Shot

Comentario de la Autora (2023):

Les juro que escribir esto sin ver el anime de Nanatsu no Taizai, cuando recien vi el anime y me leí otra vez esto solo pensé que sin quererlo hice muchas referencias al anime. Aunque todo salio de mi cabeza loca que quería hacer un one shot con el tema de ángeles y demonios y para mi el Daikari entraba en la categoría.

Para los que me conocen, saben que uno de mis shipps favoritos de Digimon es el Daikari y siempre pensare que si hubiera hecho mejor personaje a Daisuke no seria la única que le gustaría el shipp, eso y que por mas que me lo quieran poner, no puedo poner a Hikari y Takeru como pareja, a ellos siempre los vi como mejores amigos, perdónenme.

Bueno, creo que eso es toda mi opinion, los quiero, bye bye~.



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