capítulo 9
Charlus y Harry llegaron a casa a través de una de las chimeneas del ministerio, el mayor teniendo una expresión mezclada de preocupación y molestia. Charlus no había visto o hablado con su hermano mayor por años, y es que Fleamont suele llevarse excelente con todos a su alrededor, siendo él siempre su única excepción. Él sabía que en algún momento tendría que contarle la historia completa a Harry, pero decidió esperar hasta el día de entrega de los resultados de los TIMOS de Harry, lo que sería en agosto, dos semanas más.
Harry siguió a Charlus sin hacer preguntas, aunque necesitaba una respuesta a sus dudas, sentía ciertos conflictos internos, como que en su tiempo jamás mencionaron la existencia de sus padres adoptivos, claro está que no solía conseguir mucha información de su familia, pero es fácil suponer que Charlus y Dorea murieron, o por lo menos algo grave ocurrió para que simplemente desapareciera, y tan solo pensar en ello le hacía doler el corazón. Y es que, si bien Harry no es una persona demasiado sociable, hasta él ha podido notar las almas amables de sus nuevos padres, cuán fácil es amarlos.
¿Cuándo fue la ultima vez que me sentí así con un adulto?
Pensaba Harry mientras se sentaba en el sofá al lado de Charlus mientras este tomaba notas de un pequeño libro que tenía en su bolsillo. Lo observó durante un rato, los gestos y los movimientos de sus manos al escribir, recordó que el Potter mayor es zurdo y que eso lo convertiría aún más en una oveja negra. Honestamente, el mayor deseo de Harry era el tener una familia, el espejo de oesed lo había dejado claro, imaginaba a Lily y a James con él, a sus abuelos y demás familia extendida, imaginando que serían las mejores personas del mundo, pero ahora… ahora no estaba tan seguro de ello. El haber visto los recuerdos de Snape, observando como su padre era un abusador, como sus amigos eran parte y lo permitían, realmente decepcionó al joven Potter, su héroe cayó del pedestal. No significa que sea la misma persona de su adolescencia a la adultez, o que él no crea que lo amaban o que no son buenas personas, solo… es difícil, siendo que todo lo que dicen de su padre es que era genial y valeroso.
De su madre, él está completamente seguro de que era amado, por ambos padres, sin embargo, parece que las familias de las que venían son una mierda. Harry lo probó de primera mano con su tía Petunia, y si realmente Fleamont se muestra algo en contra de Charlus y Dorea, siendo que son maravillosos, amables, serviciales, valientes, cosa que no solo han demostrado con Harry, sino con todas las personas que hay a su alrededor, es una muestra de que hay algo malo con el jefe de la casa Potter.
La chimenea se enciende y aparece Dorea elegantemente con una caja de lo que parece ser pizza, a diferencia de Harry que sigue tropezándose de vez en cuando al utilizar la red flu, por lo menos había mejorado en los aterrizajes de los viajes en traslador.
"Hola, muchachos. Pasé por el mundo muggle antes de venir a casa y recordé que dijiste que nunca habías probado la pizza, Harry. El momento ha llegado." Anunció triunfante Dorea para después entrar a la cocina.
Charlus y Harry se levantaron rápidamente para darle la bienvenida. El hombre mayor la beso en la mejilla y el joven la abrazó.
"¿Cómo estuvo su día? ¿Cómo te fue en tus exámenes?" Pregunta cariñosamente Dorea
"Estuvo bien." Responden ambos Potter a la vez.
"Creo que lo hice bien, me resultó más fácil de lo que esperaba en un principio." Dice Harry frotándose la nuca como un gesto nervioso.
"No esperaba menos de ti, tanto Charlus como yo hemos podido ver tu potencial, te esperan grandes cosas, Harry, este es solo el inicio" Dice Dorea mientras sostiene sus hombros. Es fácil creerle, lo dice con tanta seguridad que el joven no lo duda.
"Absolutamente, no hay duda." Secunda Charlus, que nerviosamente aclara su garganta.
"Nos encontramos con Fleamont y su hijo James en el ministerio."
"Oh, no…" exclama Dorea mientras sostiene la mano de su esposo. "¿Hizo algo? ¿Te dijo algo?" Haciendo sonar el "algo" como una cosa mala, y por la anterior reacción de Charlus, no era difícil imaginarlo.
"No particularmente, presentó a James y yo le presenté a Harry, después no perdió la oportunidad de darle una advertencia pasivo agresiva acerca de ser seleccionado en Gryffindor y no romper la tradición Potter" Responde cansadamente el hombre mayor.
"No es de sorprenderse" responde amablemente su esposa mientras acaricia su mano.
"¿Es un gran problema no ser seleccionado en Gryffindor? La familia de mi mejor amigo estaba repleta de Gryffindors, pero no había alguna diferencia si alguno estaba en una casa diferente. Además, creí que el problema con los Slytherin empieza apenas en esta época. Esa fue la razón por la que no fui seleccionado cuando entré a Hogwarts." Comenta Harry desconcertado.
"Bien, no es que realmente sea un problema ser seleccionado en Slytherin, aunque suele estar repleto de la parte más conservadora del mundo mágico, las tradiciones sangre pura están más arraigadas, esto por la vieja leyenda de que Salazar Slytherin no aceptaba nacidos muggles y que dejó un monstruo en Hogwarts para deshacerse de ellos, así que se supone que, para seguir los estándares de Hogwarts, debes tener las mismas opiniones del creador de esa casa. Conforme vas creciendo y descubriendo el mundo, te das cuenta de que la vida no se funciona de esa manera." Responde Dorea, y secunda su esposo.
"Desafortunadamente, son muy pocos los que se toman el tiempo de aprender esta información y se estancan en esas ideas rígidas e infantiles. No estamos en contra de las casas, sino del conformismo al que pueden conllevar."
"Por otro lado, nosotros no tenemos ningún problema respecto a la casa que seas seleccionado, aunque siempre hay una preferencia de pertenecer a la misma casa de los padres o familiares en general, la casa a la que vayas no cambia quién eres." Habla Dorea de manera tranquilizadora para Harry.
"En cuando a Fleamont, es una mezcla de factores externos. Verás, Harry, hay algo que no te hemos dicho…" Dice Charlus quedamente.
Por la manera en la que lo dice, Harry solo puede imaginarse lo peor, una mala noticia, que lo engañaron y en realidad no lo quieren. Rápidamente pensamientos negativos se acumularon en la mente del niño Potter. Sin embargo, estos se fueron con la misma velocidad con la que vinieron. En estos meses Charlus y Dorea no han hecho otra cosa más que tratarlo como si fuera su verdadero hijo. Siempre respetando sus decisiones y tratándolo amorosamente. Lo convirtieron en su heredero absoluto como un acto de amor, cualquier cosa que le dijeran ahora no cambiaría el concepto que tiene de ellos, ni mucho menos el amor que han sabido ganarse.
"¿Qué es?" Pregunta Harry calmadamente, esperando la respuesta que atormentaba a su padre adoptivo.
"Fleamont no es mi hermano."
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